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2. Organización
1. Introducción
El concepto de biblioteca nacional abarca una amplia serie de diferentes instituciones con
condiciones diversas que condicionan las circunstancias e incluso el concepto de este tipo de
centro. Cuestiones históricas y políticas, técnicas y organizativas tienen como consecuencia una
amplia diversidad de funciones y de tipología dentro de este tipo de centros dentro de la cual sin
embargo se han señalado diferentes características comunes.
La UNESCO, siempre preocupada por normalizar y coordinar los esfuerzos internacionales en los
diversos campos de la biblioteconomía, definía las Bibliotecas Nacionales en su 16ª Conferencia
de 1970: "Las bibliotecas que, cualquiera que sea su denominación, son responsables de la
adquisición y conservación de ejemplares de todas las publicaciones impresas en el país, y que
funcionen como bibliotecas de "depósito" en virtud de disposiciones sobre el depósito legal o de
otras disposiciones. Normalmente pueden desempeñar también algunas de las funciones
siguientes: elaborar la bibliografía nacional; reunir una colección amplia y representativa de obras
extranjeras que también comprenda libros relativos al propio país; actuar como centro nacional de
información bibliográfica; compilar catálogos colectivos; publicar la bibliografía nacional
retrospectiva. Las bibliotecas tituladas "nacionales" que no respondan a esta definición, no
deberían clasificarse en la categoría de "bibliotecas nacionales".
Otra definición de biblioteca nacional es la de la American Library Association (ALA,):”Biblioteca
designada como tal por el organismo nacional adecuado y sostenida por el Estado. Sus funciones
comprenden la recopilación de toda la producción impresa en el país (frecuentemente como
depositaria del Depósito Legal), la compilación conservación de la bibliografía nacional, la
recopilación y organización de publicaciones internacionales de valor para los estudiosos, la
producción de medios para elaborar la bibliografía, la coordinación de una red nacional de
bibliotecas, la prestación de servicios de biblioteca a la Administración del Estado o a algunos de
sus organismos y otras responsabilidades establecidas oficialmente”.
Es importante reseñar en este punto, que existen distintos enfoques a la hora de definir el
concepto de Biblioteca nacional y éstos dependen básicamente de tres autores, los cuales
presentaron sus respectivas opiniones en diferentes “Informes de la UNESCO sobre las
Bibliotecas Nacionales” y éstos son: SYLVESTRE (1.987), LINE (1.989) Y CORNISH (1.991).
Bajo esta denominación única, (con las variantes antes citadas) que establecen estos importantes
organismos expertos en bibliotecas se esconde una realidad múltiple. Goodrum establece tres
tipos o “generaciones” de bibliotecas nacionales en función de la fechas de origen de éstas:
PRIMERA GENERACIÓN: Este grupo lo constituyen las bibliotecas nacionales con más
tradición, las consideradas más clásicas, y que a su vez fueron las que primeramente
utilizaron esta denominación. Son aproximadamente veinte instituciones, todas ellas fundadas
con anterioridad a 1800. Destacan, entre ellas, The British Library de Londres, La
Bibliotèque Nationale de París, The Library of Congress de Washington, The Royal Library de
Copenhague, Le Österrichische Nationalbibliothek de Viena, etc.
Son bibliotecas fundadas antes de 1800, a partir de fondos de procedencia real (Dinamarca o
Austria) o privada ((British Library o Library of Congress) que han desarrollado grandes
colecciones de literatura nacional mediante el privilegio del Depósito Legal.
Las bibliotecas nacionales de esta primera generación suelen tener a su cargo la elaboración de
la Bibliografía Nacional y el mantenimiento del Catálogo Colectivo
Además, sus colecciones se ven continua y notablemente incrementadas por se receptoras del
depósito legal y por encontrarse, por lo general, en países con un desarrollo económico notable.
Son importantes centros de investigación y actúan como centro biblioteconómico nacional.
SEGUNDA GENERACIÓN: Tienen su origen entre el siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial. Son
bibliotecas que llevan a cabo pocas funciones, la principal de las cuales consiste en reunir la
historia impresas del país. Dentro de este grupo se encuentran bibliotecas como las de “Canadá,
Israel, Suiza, etc.”
TERCERA GENERACIÓN: El tercer grupo está integrado por las bibliotecas denominadas de la
"Tercera Generación". Su origen es moderno, y su creación es posterior a la Segunda Guerra
Mundial. Son bibliotecas que se hayan fundamentalmente en Asia y África, aunque también hay
algunas en Europa como la de las repúblicas Checa o Eslovaca, Noruega et. Y que funcionan
muchas veces como cabeceras de redes provinciales o locales.
La biblioteca nacional en muchos de estos países hace las veces de biblioteca pública, escolar y
universitaria y, simultáneamente, mantiene funciones típicas de biblioteca nacional (como por
ejemplo, hacerse responsable de la elaboración de la bibliografía nacional).
En la actualidad, las bibliotecas nacionales se enfrentan también al problema de compaginar la
conservación y el uso de las colecciones, lo cual resulta a veces difícil de llevar a cabo. Por otra
parte la conservación sin uso no tiene sentido. Últimamente el problema comienza a solucionarse
mediante procedimientos de microfilmación y digitalización masiva. (L. Orera, 2003).
Las Directrices sobre Bibliotecas Nacionales (UNESCO, 1987), establecidas por Guy Silvestre,
fueron elaboradas:
1) teniendo en cuenta la concordancia existente entre los distintos países con respecto a
las funciones que deberían tener las bibliotecas nacionales;
2) valorando el hecho de que las bibliotecas nacionales no existen aisladas, sino que
deben formar parte de un sistema nacional de información;
3) intentando mantener simultáneamente las funciones de conservación y disponibilidad
4) sobre todo, se trata de directrices flexibles, que pueden ser aplicadas a situaciones
muy distintas, que se adaptan fácilmente.
través de otros centros; la preservación y difusión del patrimonio cultural nacional; adquisición de
al menos una colección representativa de publicaciones extranjeras; la promoción de la política
cultural nacional; y liderazgo en campañas nacionales de alfabetización.
Las bibliotecas nacionales funcionan a menudo como un foro nacional para programas y
proyectos internacionales. Pueden mantener una estrecha relación con los gobiernos nacionales,
pueden estar involucradas en el desarrollo de políticas nacionales de información y pueden actuar
como nexo de unión respecto a las opiniones de otros sectores de la profesión.”
A través de sus Planes de acción, la Sección define sus líneas generales de actuación durante
un tiempo determinado.
1. Introducción
La Biblioteca Nacional de España (BNE) guarda la memoria del Estado español; conserva el
saber y difunde el conocimiento. Es una institución abierta al servicio de los ciudadanos que, a lo
largo del tiempo, ha sabido adaptarse de manera permanente a un futuro de innovación y a los
cambios científicos, tecnológicos y culturales de la sociedad. Es, además, el centro de referencia
informativo y documental sobre la cultura escrita en español a nivel nacional e internacional.
La Biblioteca Nacional de España garantiza desde hace más de 300 años la conservación de las
diferentes culturas de España y su transmisión a las futuras generaciones. Su historia durante
este largo periodo de tiempo ha sido paralela a la propia historia de España y sus colecciones
reflejan la evolución de la creación literaria, el pensamiento, el arte, la música y la ciencia
españoles.
La Biblioteca Nacional de España debe hoy, y en el futuro, seguir cumpliendo su misión específica
en un contexto de cambio tecnológico y de innovación permanente, adaptándose a un entorno en
el que se han producido cambios radicales en la forma de crear, editar, difundir y acceder a la
cultura, lo que ha generado nuevas formas de almacenamiento, conservación y transmisión del
saber en un mundo donde prevalecen los contenidos y no los soportes.
En el momento actual, la Biblioteca Nacional de España desarrolla su misión en un entorno
cambiante que obliga a definir un nuevo modelo de biblioteca. En un contexto en el que la cultura
se genera en diversos tipos de soportes y en el que los contenidos tienen un alto grado de
obsolescencia, la Biblioteca Nacional de España debe garantizar la conservación, preservación y
transmisión de la información y del conocimiento a través de un modelo con estructuras orgánicas
y funcionales más ágiles. Por otro lado, se ha experimentado un cambio importante, tanto en los
procedimientos de trabajo internos, como en los servicios a los usuarios. La adaptación a las
tecnologías de la información y del conocimiento obliga a nuevos planteamientos del servicio
público, con mayores niveles de exigencia, que garanticen la accesibilidad a sus colecciones y
servicios no solo de manera presencial, sino también mediante el desarrollo de proyectos de
innovación tecnológica que faciliten una mayor accesibilidad y uso de sus colecciones desde
cualquier lugar del mundo.
Su consideración como primera institución bibliotecaria española la convierte por sí misma en
centro de referencia y asesoramiento para el desarrollo de políticas bibliotecarias encaminadas a
generar proyectos de mejora en el ámbito español. Igualmente es necesario reforzar su papel
como centro generador de normativa profesional y coordinador de proyectos de cooperación que
supongan la puesta en marcha de instrumentos comunes de acceso a la información y
proporcionen servicios eficaces para otras instituciones españolas.
También se debe fomentar la importante tarea que tiene que realizar la Biblioteca Nacional de
España como centro de apoyo a la investigación científica y técnica, reconocida en la Ley
14/2011, de 14 de junio de la Ciencia, la Tecnología y la Investigación, favoreciendo la creación y
difusión del conocimiento sobre la cultura y la ciencia españolas y fomentando la reutilización de
la información que genera como valor estratégico de desarrollo.
A ello hay que añadir el papel que en un mundo globalizado debe cumplir la Biblioteca Nacional de
España como centro de referencia internacional de acceso a la información y al conocimiento en
español, especialmente en relación con aquellos países con los que se comparte una historia y
una lengua comunes.
Por otro lado, la Biblioteca Nacional de España, como institución pública, debe adoptar los
mecanismos de evaluación necesarios que le faciliten la máxima eficiencia en su gestión, de tal
manera que se mejoren tanto los procesos internos como el servicio que presta a la ciudadanía.
La Biblioteca Nacional de España debe también seguir fomentando su política de apertura y
acercamiento a la ciudadanía, favoreciendo la consecución de sus fines y la difusión de sus
colecciones a través del desarrollo de una programación cultural dirigida a distintos públicos, que
redunde en una mayor formación y un mejor acceso a la cultura. Igualmente, es necesario trabajar
en acciones que sirvan de apoyo y fomenten los trabajos de investigación sobre las colecciones
que se conservan de tal manera que se genere un mayor conocimiento y difusión sobre la cultura
española.
2. Historia
Fue creada en 1711 por Felipe V como Real Biblioteca Pública. Desde entonces ha permanecido
siempre fiel a su principio básico de reunir, catalogar, conservar, difundir y transmitir el patrimonio
bibliográfico y documental español. La Biblioteca Nacional de España abrió sus puertas al público
el 1 de marzo de 1712. Era voluntad de su fundador, Felipe V, primer rey de la dinastía Borbón,
consciente de la función formadora de los libros y convencido de la necesidad de la cultura como
medio de avance y mejora de las sociedades, poner a disposición de los españoles las propias
colecciones de su biblioteca a la que se unió la colección real procedente de los Austrias. A este
núcleo fundacional se han ido añadiendo, desde hace más de 300 años, bibliotecas de nobles,
eruditos y bibliófilos, colecciones procedentes de las desamortizaciones, ejemplares a través del
depósito legal o procedentes de compra o donativo, dando lugar a un excepcional conjunto de
gran valor patrimonial que, desde el primer momento, se convirtió en el centro depositario de la
producción cultural española.
En 1716, por medio de un privilegio real, se decretó la obligación para los impresores de depositar
en la Biblioteca un ejemplar de todo lo que se imprimía en España. Dicho privilegio es el
antecedente de la actual Ley 23/2011, de 29 de julio, de Depósito Legal, por la cual los editores de
la producción cultural, en cualquier tipo de soporte, deben depositar un determinado número de
ejemplares en la Biblioteca Nacional de España, convirtiéndola así en el lugar donde se conserva
la memoria de la cultura española.
En 1761, la Fundación de la Imprenta Real vinculó la labor impresora de la Biblioteca a los más
destacados impresores, encuadernadores y grabadores de la época.
Durante el siglo XVIII se incrementaron sus colecciones y se fue estabilizando su organización
interna, lo que le permitió en la segunda mitad del siglo XIX evolucionar hasta convertirse en
Biblioteca Nacional, consolidar su misión como institución responsable de la conservación y
difusión del patrimonio bibliográfico y documental español, y acrecentar su carácter de biblioteca
pública al servicio de la ciudadanía. También durante el siglo XIX y como consecuencia de las
sucesivas desamortizaciones, ingresaron en la Biblioteca Nacional fondos procedentes de
conventos, catedrales, cabildos y órdenes militares, lo que supuso un aumento importante de sus
colecciones, tanto por el elevado número de volúmenes como por el valor patrimonial de las
mismas. Se adquirieron también en esta época colecciones privadas de eruditos y bibliófilos de
gran valor patrimonial. El crecimiento de sus colecciones en un momento de estabilidad y su
consideración como biblioteca pública e institución fundamental para la cultura española dieron
lugar a una época de esplendor y la consolidación de la Biblioteca Nacional como institución
fundamental para la historia de España.
En 1985, por medio del Real Decreto 565/1985, de 24 de abril, se integran en la Biblioteca
Nacional la Hemeroteca Nacional, el Instituto Bibliográfico Hispánico y el Centro del Tesoro
Documental y Bibliográfico.
A lo largo de su dilatada vida, la Biblioteca Nacional de España ha pasado por diversos periodos y
ha variado su denominación de acuerdo tanto a cambios en su dependencia como en su
consideración. Entre 1712 y 1836 fue Real Biblioteca Pública, para pasar en 1836 a denominarse
Biblioteca Nacional y en 2009, tras la aprobación de su nuevo Estatuto, Biblioteca Nacional de
España.
La Biblioteca Nacional de España, que actualmente cuenta con dos sedes, el edificio del Paseo
Recoletos, abierto al público en 1896, y su segunda sede de Alcalá de Henares, inaugurada en
1993, es la institución donde se conserva, difunde y transmite la cultura escrita, gráfica y
audiovisual española y centro de referencia para el hispanismo internacional.
3. Régimen Jurídico
▪ La primera organización formal de la Biblioteca tuvo lugar por medio de Real Decreto
fundacional el 2 de enero de 1716, que sirvió también para aprobar las denominadas
primeras Constituciones. Éstas, en veinte artículos, declaraban ya el carácter público de la
Biblioteca, abierta a «todo género de profesores» o «a todos los estudiosos», y establecían
las competencias y deberes de los distintos «oficiales». Ese mismo año, por Real Decreto
de 15 de octubre, se reguló la obligatoriedad de depositar en la Biblioteca un ejemplar
encuadernado de todo lo que se imprimiese en el Reino.
▪ En 1750 se estableció el plazo de ocho días para que la Real Biblioteca Pública ejerciera el
derecho de tanteo sobre los ejemplares puestos a la venta, lo que permitía la adquisición,
a través de subastas, de ejemplares patrimoniales de valor para la cultura española.
▪ En 1761 Carlos III aprobó unas nuevas Constituciones que modificaron las de 1716, por
las que se establecieron nuevas normas de funcionamiento, y que subrayaron el carácter
de institución pública al servicio de los usuarios, y se fundó la Imprenta Real.
▪ En 1836 la Real Biblioteca Pública pasó a depender del Ministerio de la Gobernación y
cambió su denominación por la de Biblioteca Nacional, consolidando su misión como
institución responsable de la conservación y difusión del patrimonio bibliográfico y
documental español.
▪ El Decreto orgánico de 1856 y el Reglamento de funcionamiento de 1857, que sustituyeron
las antiguas Constituciones de 1761, la reforzaron en su vocación de biblioteca pública y
en su papel como centro bibliográfico español.
▪ En 1896 un nuevo Real Decreto reguló la obligatoriedad de entregar toda obra impresa a la
Biblioteca Nacional y en 1930 se creó su Patronato.
▪ En 1932 se estableció que la dirección de la Biblioteca Nacional debía ser desempeñada
por un miembro del Cuerpo Facultativo.
▪ En 1957 se aprobó un nuevo Decreto orgánico y un Reglamento de la Biblioteca que
intentó modernizar su estructura. En ese mismo año se aprobó el Reglamento regulador
del Depósito Legal.
▪ Por medio de Real Decreto 848/1986, de 25 de abril, se determinan las funciones y se
aprueba la estructura básica de la Biblioteca, luego desarrollada por Orden ministerial
aprobada el mismo año.
▪ La Ley 31/1990, de 27 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para 1991,
transformó la Biblioteca Nacional en Organismo Autónomo y por Real Decreto 1581/1991,
de 31 de octubre, se aprobó su Estatuto regulador. Posteriormente, por medio del Real
Decreto 1638/2009, de 30 de octubre, se aprobaba un nuevo Estatuto, por el que el
Organismo pasó a adoptar su denominación actual, Biblioteca Nacional de España.
▪ En 2011 se publica la Ley 23/2011, de 29 de julio, de depósito legal, la cual incluía los
documentos electrónicos y los sitios web, adaptando de esta manera la misión
conservadora y transmisora de la Biblioteca Nacional de España a los nuevos soportes del
conocimiento. Posteriormente, y en relación con esto, se publica el Real Decreto
635/2015, de 10 de julio, por el que se regula el depósito legal de las publicaciones
en línea. El capítulo I establece que el objeto de este real decreto es el de regular el
procedimiento de gestión del depósito de los sitios web y de los recursos en ellos
contenidos y en el artículo 1.2 se especifica que el régimen jurídico del depósito de las
publicaciones electrónicas en soporte físico tangible está ya regulado por la Ley 23/2011,
de 29 de julio, sin perjuicio de las competencias de las comunidades autónomas
▪ El siguiente paso fue la aprobación de la Ley 1/2015, de 24 de marzo, reguladora de la
Biblioteca Nacional de España. En esta Ley se establecen determinadas peculiaridades
relativas a su organización y sus recursos económicos, en orden tanto a la consecución de
la estabilidad que la Biblioteca Nacional de España necesita para el cumplimiento de sus
fines, como a una gestión más eficiente de sus recursos. También se regula la
denominación, naturaleza, régimen jurídico, autonomía y fines y sus funciones. La
organización de la Biblioteca Nacional de España se regula en el capítulo II. El capítulo III
regula el régimen de personal, el IV el régimen patrimonial. Por último, en el capítulo V se
regula el régimen de contratación, los recursos económicos y los ingresos de la BNE.
o Entre las competencias del Pleno están: el impulso de las iniciativas de mejora y
proyectos de colaboración e innovación, proponer el Plan Estratégico Plurianual, el
Plan Anual de Objetivos o la participación en sociedades, fundaciones u otras
entidades sin ánimo de lucro.
o Entre las competencias de la Comisión Permanente están: la aprobación de
donativos de patrimonio bibliográfico y documental, salida de obras para préstamos
externos, precios públicos, proyectos de investigación, futuros desarrollos normativos
o el impulso de proyectos de colaboración tanto en el ámbito nacional como en el
internacional.
La estructura orgánica básica del Ministerio de Cultura y Deporte es la establecida por el Real
Decreto 817/2018, de 6 de julio, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del
Ministerio de Cultura y Deporte y se modifica el Real Decreto 595/2018, de 22 de junio, por el que
se establece la estructura orgánica básica de los departamentos ministeriales (organigrama del
Ministerio). En el artículo 1.1 quedan recogidas las funciones del mismo:
En el artículo 1.2. se establece que el Ministerio de Cultura y Deporte, bajo la superior dirección
del titular del Departamento, desarrolla las funciones que legalmente le corresponden a través de
los órganos directivos siguientes:
En el artículo 1.5. se enumeran los organismos públicos adscritos a dicho Ministerio, entre ellos,
la Biblioteca Nacional de España, la cual continua siendo un organismo autónomo a raíz de la
aprobación de la Ley 1/2015, de 24 de marzo, reguladora de la Biblioteca Nacional de España.
4. Estructura
Los artículos 4/10 del capítulo II de la Ley 1/2015 definen la estructura de la BNE: Órganos
rectores y consultivos de la Biblioteca Nacional de España.
Órganos rectores
1. Los órganos rectores de la Biblioteca Nacional de España son los siguientes:
a. La Presidencia.
b. El Real Patronato.
c. La Dirección.
Presidencia
1. La Presidencia de la Biblioteca Nacional de España corresponde a quien sea titular del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
2. Corresponde a la Presidencia:
Real Patronato
3. El Real Patronato es el órgano rector colegiado de la Biblioteca Nacional de España.
4. La Presidencia de honor del Real Patronato corresponde a SS.MM. los Reyes de España.
1. El Pleno del Real Patronato está integrado por un mínimo de diecisiete vocales y un
máximo de treinta, distribuidos de la siguiente manera:
• Once de los cuales tendrán el carácter de natos conforme al Estatuto.
• Tres de ellos representantes de las bibliotecas de las comunidades autónomas,
designados rotatoriamente por la Conferencia Sectorial de Cultura.
4. El resto de los vocales tendrán el carácter de designados y serán nombrados y separados
por la persona titular del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte entre personas de
reconocido prestigio o competencia en el ámbito de la cultura, la investigación científica y
la economía o que se hayan distinguido por su colaboración o apoyo a la Biblioteca
Nacional de España, teniendo en cuenta el principio de presencia equilibrada de mujeres y
hombres.
Los vocales designados desempeñarán durante tres años su mandato, que podrá ser
renovado por periodos de igual duración.
Su cese se producirá al término de su mandato o por renuncia, revocación del mandato,
fallecimiento o incapacidad.
5. El Pleno del Real Patronato elegirá, entre los vocales por designación, a quienes ocupen
la Presidencia y la Vicepresidencia, que serán nombrados por la persona titular del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte por un período de cinco años.
Asimismo, el Pleno, a propuesta de la Dirección, designará a la persona titular de la
Secretaría, que será funcionario de la Biblioteca Nacional de España y no ostentará la
condición de miembro de dicho Patronato.
6. El Patronato tendrá una Comisión Permanente cuya composición será la que se
establezca en el Estatuto.
- La ordenación de pagos.
- La rendición de cuentas al Tribunal de Cuentas.
Comité Científico
El Comité Científico asesorará a la Biblioteca Nacional de España en la participación de
programas y proyectos de investigación, tanto nacionales e internacionales, en relación con los
fines y objetivos de la Institución.
Los programas y proyectos estarán destinados, tanto a proporcionar un mejor y mayor
conocimiento sobre las colecciones conservadas como a la innovación tecnológica, encaminados
a proporcionar una mejora en los servicios y un mayor aprovechamiento de la información
generada por la Biblioteca Nacional de España.
El Comité Científico estará compuesto por diez miembros de los cuales siete serán designados,
por un período de cinco años, por la Comisión Permanente entre personas pertenecientes a
universidades y centros de investigación, nacionales o internacionales, atendiendo a criterios de
competencia profesional y experiencia en relación a los fines y objetivos de la Biblioteca Nacional
de España. Su cese se producirá al término de su mandato o por renuncia, revocación del
mandato realizada por la Comisión Permanente, fallecimiento o incapacidad.
Consejo de Dirección
El Consejo de Dirección es el órgano responsable de asesorar a la Dirección de la Biblioteca
Nacional de España en el ejercicio de sus funciones. 2. Estará formado por las personas titulares
de la Dirección de la Biblioteca Nacional de España, la Dirección Técnica, la Gerencia, la División
Cultural, la División de Procesos y Servicios Digitales, las Jefaturas de Área y las Direcciones de
Departamento. El Consejo de Dirección, a propuesta de la Dirección de la Biblioteca Nacional de
España, designará, de entre los miembros del Consejo de Dirección, al Secretario del organismo.
El Consejo de Dirección se reunirá, previa convocatoria de la Dirección de la Biblioteca Nacional
de España, al menos, una vez al mes
5. Fines y funciones
Son fines esenciales de la Biblioteca Nacional de España, de acuerdo con el artículo 3 de la Ley
1/2015, de 24 de marzo, reguladora de la biblioteca nacional de España, los siguientes:
6. La colección (anexo I)
Además de mediante el Depósito Legal, las colecciones de la BNE se nutren mediante otras tres
vías: la compra, el canje y el donativo.
7.1.Depósito Legal
El depósito legal es la obligación, impuesta por ley u otro tipo de norma administrativa, de
depositar para una o más bibliotecas ejemplares de las publicaciones editadas en un país. El
depósito legal tiene como objetivo la recopilación del patrimonio cultural e intelectual de cada
país, con el fin de ponerlo a disposición de los ciudadanos. Se trata, pues, de un medio que
garantiza la conservación de toda la producción editorial y debe ser contemplado como un bien
democrático que asegura a los ciudadanos de hoy, y a las generaciones futuras, el acceso al
legado intelectual con fines de información e investigación.
En España el antecedente del depósito legal se remonta a 1616 para la Biblioteca de El Escorial
y a 1716 para la Biblioteca Real de Madrid, hoy Biblioteca Nacional de España.
La completa organización del depósito legal para España se realizó mediante el Reglamento del
Servicio de Depósito Legal aprobado por Decreto de 23 de diciembre de 1957, el cual entró en
vigor en 1958.
Actualmente, está regulado por la Ley 23/2011, de 29 de julio, de depósito legal. Esta ley, fruto de
un gran acuerdo bibliotecario, responde a la necesidad de adaptar la recopilación del patrimonio
bibliográfico -y así su conservación y difusión- a los cambios producidos en el mundo de la edición
como consecuencia de las nuevas tecnologías y, especialmente, a las publicaciones en red. La
Ley responde también a la necesidad de adecuar la práctica del depósito legal al estado de las
autonomías tanto en lo que hace a sus colecciones como a la distribución de las competencias
entre ellas y la BNE. Por otra parte, la Ley mantiene la gestión del depósito legal a través de las
oficinas de depósito legal, dependientes de las Comunidades Autónomas porque su eficacia está
claramente demostrada.
El Real Decreto 635/2015 por el que se regula el depósito legal de las publicaciones en
línea, desarrolla la Ley 23/2011, de 29 de julio, de Depósito legal, en la que se consideran por
primera vez objeto de depósito legal los sitios web y las publicaciones en línea.
El preámbulo de la Ley 23/2011, de 29 de julio, reconoce que las formas de expresión intelectual y
artística han evolucionado, se han creado nuevos medios de publicación y hoy en día las
publicaciones electrónicas forman parte del patrimonio bibliográfico y documental de los distintos
países, haciendo imprescindible la revisión de las normativas sobre depósito legal. Por esta razón,
la Ley 23/2011, de 29 de julio, incluye en el artículo 4.3, letras n) y ñ), las publicaciones
electrónicas y los sitios web como publicaciones objeto de depósito legal.
Con respecto al cumplimiento de la obligación de depósito legal, que el artículo 8 de la Ley
23/2011, de 29 de julio, atribuye a su editor o productor, cabe señalar que los procedimientos de
identificación y recogida de este patrimonio deben adecuarse a las características de los nuevos
tipos de publicaciones y a las necesidades de conservación y difusión que plantean. Al mismo
tiempo, se han de tener en cuenta los medios y recursos de que disponen los sujetos obligados,
de forma que se facilite la constitución del depósito de las publicaciones en línea y se garantice la
seguridad en la transferencia de los datos a lo largo de todo el proceso, respetando en todo caso
la legislación en materia de propiedad intelectual. La Ley 23/2011, de 29 de julio, utiliza la
expresión publicaciones «sin soporte físico tangible» contraponiéndolas a aquellas «con soporte
tangible». Este real decreto utiliza la expresión «en línea» para referirse a las publicaciones sin
soporte físico tangible, empleando así el término más común en el mundo de las publicaciones
electrónicas.
7.2.Compra
Como parte de la misión que tiene encomendada la BNE en la gestión, conservación y difusión del
Patrimonio Bibliográfico Español, la Biblioteca Nacional de España, a través de la Comisión de
Adquisiciones Bibliográficas, adquiere diversas obras con el objetivo de completar y enriquecer la
más completa colección de piezas que documenten el desarrollo de nuestra cultura, historia y
ciencia, su papel en el mundo, la imagen que proyecta en otros países y el estudio de otras
culturas que a su vez influyen en ella.
7.3.Canje
• Recopilar obras que hagan referencia a la cultura española e iberoamericana en todos sus
aspectos y que no figuran en los fondos de la BNE.
• Recuperar obras impresas en España con anterioridad a la ley del DL (1958) y las
editadas posteriormente que no han ingresado en la BN.
• Recuperar números sueltos de publicaciones periódicas.
• Ingresar diversas revistas extranjeras culturales y científicas evitando de esta manera la
suscripción por compra.
Es otra forma gratuita de adquisición e incremento de fondos en las bibliotecas junto a los
donativos, etc.
7.4.Donativo
Objetivos y Proyectos:
La Biblioteca Nacional de España, dentro de los fines que aparecen recogidos en sus Estatutos,
desarrolla y gestiona actividades de cooperación con instituciones públicas y privadas, tanto en el
ámbito nacional como internacional.
En su Estatuto, hay varias referencias a la cooperación internacional. Algunas tareas que tiene
encomendadas la BNE son:
• Participar activamente en foros, federaciones, fundaciones, colegios, asociaciones y otras
organizaciones profesionales, así como en programas y proyectos, tanto de ámbito
nacional como internacional, fundamentalmente aquellos de ámbito europeo e
iberoamericano.
• Suscribir, en el ámbito de sus competencias, los acuerdos de cooperación y colaboración
con bibliotecas, instituciones u organismos bibliotecarios de investigación, tanto nacionales
como internacionales, para el desarrollo de proyectos de innovación y mejora.
• Participación en proyectos y grupos de trabajo de ámbito nacional e internacional dirigidos
a la promoción de la investigación y desarrollo de estándares y normativa en el ámbito de
la biblioteconomía y de servicios en línea de valor añadido al usuario.
• Europeana Este portal actúa como punto de acceso único a millones de recursos
digitales de archivos, museos, bibliotecas y colecciones audiovisuales europeas.
• EURIG (Grupo Europeo de Interés en RDA) tiene como objetivo el debate sobre las
especifidades de RDA y su análisis de cara a una posible implementación en las
bibliotecas europeas.
• VIAF (Fichero de Autoridades Virtual Internacional) es un proyecto iniciado para
explorar la posibilidad de combinar virtualmente los registros de autoridad para formar
una sola base de datos de autoridades y ponerla a libre disposición en la red.
• Otros proyectos europeos: BDPI, Biblioteca Digital Mundial, etc
La BNE colabora también con asociaciones bibliotecarias, entre las que citamos las
siguientes:
También es miembro del CENL y CDNL que analizamos en los puntos siguientes.
1. Historia
2. Organización
1. Historia y objetivos
que cuenta con sus propios Estatutos y que reúne anualmente a los directores de las Bibliotecas
Nacionales de los países miembros del Consejo de Europa, y en ella se proponen los proyectos,
todos de carácter cooperativo, y sus líneas de actuación.
La Conferencia actualmente consta de 48 miembros de 45 países europeos que forman la Junta
de CENL. El Consejo de CENL se reúne una vez al año y designa a los miembros del Comité
Ejecutivo por un período de al menos tres años. El Comité Ejecutivo está formado por al menos
tres miembros de la Junta (presidente, vicepresidente y tesorero) y está a cargo de la
administración y la representación de la fundación.
Los temas que se tratan en las reuniones anuales, así como en los grupos de trabajo y proyectos,
se definieron en la primera reunión y evolucionaron con el desarrollo de la tecnología y la
organización de la biblioteca:
Fuente: CENL
BIBLIOGRAFIA:
FUENTES ROMERO, J.J. El concepto de biblioteca nacional a partir de los tres informes de la
UNESCO sobre las bibliotecas nacionales: Silvestre (1987), LINE (1989) y CORNISH (1991).
Anales de documentación, nº 6, págs. 71-88.
Ley 1/2015, de 24 de marzo, reguladora de la Biblioteca Nacional de España. [en línea] http://
noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/549248-l-1-2015-de-24-mar-reguladora-de-la-biblioteca-
nacional-de-espana.html
Real Decreto 635/2015, de 10 de julio, por el que se regula el depósito legal de las publicaciones
en línea. [en línea] https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2015-8338