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El Jardin de Los Mundos Que Se Ramifican
El Jardin de Los Mundos Que Se Ramifican
University of Michigan
Entrada al laberinto
En el prólogo de Ficciones Borges nos advierte que "El jardín de senderos que
se bifurcan" es una pieza policial. Yu Tsun, espía y protagonista de la historia,
debe transmitir el nombre de una ciudad a los oficiales alemanes. Acosado por
el implacable capitán Richard Madden, decide comunicar su mensaje matando
al sabio sinólogo Stephen Albert, porque su apellido es igual al nombre de la
ciudad que los alemanes tienen que atacar. Así, cuando los diarios británicos
publicasen la noticia del asesinato de Albert en manos de un desconocido, los
alemanes recibirían el mensaje. Yu Tsun encuentra la dirección de la casa de
Albert en la guía telefónica y, una vez allí, por obra de una fortuita coincidencia
borgeana, Albert reconoce a Yu Tsun como el bisnieto de Ts'ui Pên, un
astrólogo chino que ha escrito un libro extraordinario: El Jardín de Senderos
que se Bifurcan. Ts'ui Pên se había propuesto dos tareas inconcebibles:
construir un laberinto infinitamente complejo y escribir una novela
interminable. Después de su muerte se pensó que había fracasado por cuanto
la existencia del laberinto no estaba clara y la novela no sólo estaba
incompleta sino que resultaba absurda e incoherente (por ejemplo, algunos
personajes morían y reaparecían en capítulos posteriores). Para sorpresa de Yu
Tsun, Albert le revela que ha descubierto el secreto de la enigmática novela: el
libro es el laberinto, y el laberinto no es espacial sino temporal. El jardín es la
imagen del universo tal como lo concebía Ts'ui Pên, y si aceptamos la hipótesis
de Everett, el mundo es un jardín de senderos que se bifurcan.
Volvamos al experimento de María y el átomo. Según la teoría de los muchos
mundos, en el momento en el que María toma consciencia de que el átomo
está en un estado definido, el universo se divide en dos copias casi idénticas:
en una de ellas el espín apunta hacia arriba, en la otra el espín apunta hacia
abajo. En cada medición cuántica el universo se ramifica, con una componente
por cada resultado posible del experimento. En uno de los universos la
memoria de María se corresponde con el espín para arriba; en el otro, con el
espín para abajo. La secuencia de las configuraciones de la memoria de María,
o la "trayectoria" de las memorias es diferente en cada uno de los universos.
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas
alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui
Pên, opta "simultáneamente" por todas. Crea, así, diversos porvenires,
diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan (Obras Completas, I:
477).
Ahora bien, ¿dónde están todos estos universos? Una respuesta es que pueden
estar "aquí", donde está "nuestro" universo. Según la teoría estos universos no
interactúan, de manera que no hay razón para excluir la posibilidad de que
estén ocupando el mismo espacio. Otra respuesta es que los universos estén
"apilados" en una dimensión adicional de la que nada sabemos (11). Esta
posibilidad debe distinguirse de las "infinitas dimensiones de tiempo" de las
que habla Borges en su ensayo sobre J. W. Dunne, en Otras Inquisiciones.
Según Dunne (12), cuyos escritos son acaso la inspiración de la idea de que el
tiempo se bifurca, esas dimensiones son espaciales e incluso llega a hablar de
un tiempo perpendicular a otro. Esa "geometrización" no tiene cabida en la
teoría de los muchos mundos, y es por cierto distinta del tiempo ramificado de
Ts'ui Pên.
Finalmente, ¿qué nos enseña este asombroso paralelismo? Al fin y al cabo las
coincidencias existen y a veces inducen a confundir correlación con causa y
efecto, o similitud con representación (15). En mi opinión, el parecido entre los
dos textos nos muestra de qué manera extraordinaria la mente de Borges
estaba inmersa en el entramado cultural del siglo veinte, en esa complejísima
red cuyos secretos componentes se ramifican más allá de los límites
clasificatorios de cada disciplina. La estructura de ficción razonada de los
cuentos de Borges, que a veces parecen teoremas con hipótesis fantásticas, es
capaz de destilar ideas en proceso de gestación que antes de convertirse en
teorías hacen escala en la literatura. Y así como las ideas de Everett y DeWitt
pueden leerse como ciencia ficción; en "El Jardín de los senderos que se
bifurcan", la ficción puede leerse como ciencia.
¡No me diga! Fijesé qué curioso, porque lo único que yo sé de física viene de
mi padre, que me enseñó cómo funcionaba el barómetro.
Lo dijo con una modestia casi oriental, moviendo las manos como si tratara de
dibujar ese aparato en el aire. Y luego agregó:
Notas
1. Ver por ejemplo R. Rucker, Infinity and the mind (Boston: Birkhäuser, 1982).
2. F. Merrell, Unthinking Thinking, Jorge Luis Borges. Mathematics, and the New Physics
(West Lafayette: Purdue University Press 1991).
3. S. Pinker, How the Mind Works (New York. W. W. Norton, 1997).
4. Philip Morrison, "The Physics of Binary Numbers", Scientific American Febrero de 1996:
130.
5. H. A. Makse y otros, "Dynamics of granular stratification" Physical Review E. Vol. 58
(1998): 3357.
6. H. Everett III, Reviews of Modern Physics Vol. 29 (1957): 454.
7. Por el contrario, en el experimento clásico de Alicia y María, las leyes de Newton son
capaces de predecir la trayectoria de la moneda desde el momento en que ésta sale de
la mano de Alicia hasta el momento en que cae: si bien es un problema muy difícil, si
supiéramos con absoluta precisión (sobre la que la mecánica newtoniana no impone
restricciones) el ángulo y la velocidad con que sale, y las posiciones y velocidades de
las moléculas de aire que chocarán con la moneda, podríamos en principio predecir si la
moneda caerá cara o cruz.
8. A. J. Leggett, The Problems of Physics (Oxford: Oxford University Press, 1987) 172.
9. J. S. Bell. Speakable and unspeakable in quantum mechanics. (Cambridge: Cambridge
Universituy Press, 1987) 133.
10. Ver por ejemplo A. Rae, "Chapter 5", Quantum physics, illusion or reality? (Cambridge:
Cambridge University Press 1986).
11. J. W. Dunne, An experiment with time (New York: The MacMillan Company, 1949).
12. B. C. Sproul, "Sacred Time", The Encyclopedia of Religion. Mircea Eliade, ed. (New
York: MacMillan, 1987). Ver también M. Eliade, El mito del eterno retorno (Buenos
Aires: Emecé, 1952) 34.
13. J. L. B. "Nueva Refutación del tiempo", Otras Inquisiciones (Buenos Aires: Sur, 1952)
202.
14. B. S. DeWitt y N. Graham, The Many-Worlds Interpretation of Quantum Mechanics
(New Yersey: Princeton University Press, 1973).
15. F. Capra en su famoso libro The Tao of Physics (Boulder: Shambhala, 1975) cae a mi
juicio en esa trampa al sacar conclusiones a partir de ciertos "paralelos" entre la física
moderna y antiguos misticismos.