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El Existencialismo como marco ontológico en la LHP.

por N. K. Iº

En el ocultismo post-Crowley existe esta noción, casi unánimemente aceptada por todos los
círculos ocultistas, de que aquello que las tradiciones esotéricas del medievo referían como
el Magnus Opus, la Gran Obra, consiste en la actualización en la consciencia cotidiana de
un principio de eternidad autoreferente e independiente, lo que en términos de la thelema
crowleyana se leería como el HGA, Holy Guardian Angel, o el Santo Ángel Guardián.

Esta idea, que permea hoy día la práctica de muchas vertientes del esoterismo, como en el
Daimon del paganismo y la wicca, referencia una percepción esencialista de un espíritu
preexistente a la personalidad, una esencia eterna que es de por sí divina y que debe ser
encontrada por la personalidad temporal y traída al primer plano de la conciencia a través
de un matrimonio alquímico y espiritual. En aquellas tradiciones cabalísticas, este hecho
ocurre en la sefira solar de Tipharet, a mitad del Árbol Sefirótico de la Vida, donde se
produce el hecho de esta revelación personal.

En el trabajo con las Qliphoth en la LHP existe también un proceso similar, al menos
superficialmente, que tiene lugar en el espacio antagónico de Tagaririm, el Sol Negro. Es
aquí que surge la pregunta de si este proceso espiritual debe ser considerado como
paralelo al proceso que se vive en la RHP, lo mismo solo que con un simbolismo más
oscuro, para gusto de aquellos que disfruten de la expresión de lo macabro.

Es entonces que surge esta pregunta: ¿Se refiere la LHP al mismo tipo de experiencia
mística que conforma el núcleo más puro de la experiencia espiritual de la RHP? ¿Cuando
el satanismo habla del Daemon, es la misma experiencia y la misma entidad que el Angel
Guardian de Thelema u otros senderos luminosos, con otro nombre? ¿Tiene una
experiencia así cabida en una espiritualidad satanista?

El marco bajo el que trabaja el esoterismo general, un esoterismo que podríamos definir
como “luminoso” es un marco filosófico compartido con las religiones monoteístas y las
tradiciones espirituales, como el judaísmo o el budismo. Diré una cosa desde ya, que algo
sea esotérico no quiere decir en absoluto que sea satánico en su propuesta Toda tradición
espiritual tiene su propia gnosis -incluso los esclavos tienen una gnosis de su esclavitud.

Este marco esencialista es lo que hace que sea posible comparar diferentes tradiciones y
trasvasar conceptos y términos de una a otra con la justa sensación de simetría y
correlación entre ellas. El atman brahmánico, el espíritu del rosacrucismo, el nous y la
mónada hermética y la voluntad del HGA thelémico son conceptos que refieren una idea
similar: la de una esencia espiritual pura y preexistente, que se establece como vínculo de
unión con lo divino.

La gran ruptura con este pensamiento la encontramos únicamente en la Mano Izquierda.


Tanto el objetivo de la LHP occidental como oriental no se dirige a la disolución de la
personalidad en lo divino, sino a la deificación de la conciencia personal. Este estado de
Kaivalya en oriente, de Apoteosis en occidente, sitúa a la conciencia personal y temporal
como único referente posible de su propia espiritualidad y niega la adoración de cualquier
principio o ser ajeno a ella misma. Se da aquí una inversión antagónica de los principios
filosóficos, donde el marco de lo esencial se ve también trasladado a una idea
existencialista que definirá la espiritualidad satanista.

Cuando un practicante de la Mano Izquierda se refiere a su Daemon personal, no se refiere


con ello a la sumisión a una esencia preexistente en que el caminante de la mano derecha
alcanza la finitud de su camino. En el sistema de la LHP se considera que el Daemon es un
factum existencial, un estado de existir en el que el practicante, a través de su propio
esfuerzo y la lucha por su propia existencia en todas las áreas de su vida, alcanza un
ennoblecimiento interior, una cualidad existencial verdaderamente difícil de encontrar y que
se constituye sobre las bases del yo testigo psicológico.

La Mano Izquierda , aún cuando es espiritualista no es esencialista en su propuesta. Serlo


contrariaría las bases filosóficas que propone, como la radical y extrema individualidad, no
sólo frente a otros seres humanos, sino incluso, y quizá sobre todo, frente a los principios
espirituales y ontológicos.

El Daemon que se revela existencialmente en la oscura esfera del Sol Negro de Tagaririm,
entre llamas de fuego negro que consumen todo lo no iniciado, no es lo mismo que el HGA
thelémico y derivados, porque no es una esencia preexistente. No es algo que el practicante
no es y a lo que debe rendir culto para lograr su gracia y alcanzar su plenitud. Al contrario,
es todo lo que yo soy, todo lo que yo he llegado a ser y todo lo que llegaré a ser.

La eternidad empieza así en el tiempo.

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