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por Alex
para quien lo necesite.
“Despacio, ve
despacio.
Que al único lugar
al que tienes que llegar
es a tí mismo”
Juan Ramón Jimenez
¡Hola! Si estás leyendo esto es porque estás en terapia con Laura, y por la razón
que sea ella te ha hecho llegar este pequeño escrito. Me presento: yo soy una persona
normal, con mis más y mis menos, al igual que tú, que ha tenido la mala experiencia en mi
vida de haber pertenecido a una secta.
Con este pequeño escrito, mi intención no es en absoluto decirte qué pensar, sólo
enseñarte qué me ayudó a mí a superar los condicionamientos interiores que el grupo forzó
en mí y retomar mi espiritualidad como algo propio e individual.
Sé que es duro, que quizá ahora, desde tu perspectiva actual, todo parezca una
montaña insalvable. He estado justamente en el mismo sitio en el que te encuentras y, aún
a veces me despierto y me encuentro ahí.
Pero también sé que, si eres como yo, hay una parte de todo eso que simplemente
no puedes ni quieres dejar atrás. Cosas que hace falta entender para poder reclamar la
espiritualidad como tuya, solamente, como algo propio de tu identidad y de tu humanidad.
Es una buena pelea la que tenemos por delante, pero si algo te puedo decir es que merece
la pena.
Te invito a que pienses conmigo en algunas cosas, que quizá te ayuden a entender
de qué puede tratarse la “espiritualidad” y cómo puedes retomarla en un futuro, desde ti,
desde tu libertad y tu identidad individual.
A mí, como a ti y como a muchos, nos hicieron creer en muchas mierdas. Nos
hicieron sentir que éramos débiles y dependientes volviendo las capacidades de nuestra
forma de pensar en nuestra contra. Esto es la manipulación espiritual.
Pero y sólo pero, eso no significa que tengamos que renunciar a la espiritualidad
para siempre. Creer que un grupo de gente tienen poderes mágicos y puede perseguirte
espiritualmente, como me hicieron creer a mí, no es espiritualidad, es manipulación. Ahora,
sentarme a solas conmigo mismo, sentir mi respiración, asombrarme ante el hecho de mi
existencia y acompañarme a mí mismo a explorar las posibilidades de mi pensamiento y mi
forma de estar en el mundo, bueno, pues ahí podemos hablar.
Si algo puedo decirte de todo esto que te quede, que sea esto: si tienes que creer en
algo, si tienes la necesidad de depositar tu espiritualidad, aún después de este tremendo
mal trago que has vivido, en algo, que sea en tí mismo. Por tí mismo.
Esto te pertenece a ti. Nos pertenece a todos, como nuestro corazón o nuestras
ganas de comer algo rico.
Con paciencia, con mucho cariño por ti y con la ayuda que necesite, porque la pelea
es dura y complicada, pero merece la pena.
¡Ánimo!
Alex