Está en la página 1de 5

OTRA VUELTAAL MUNDO

El pájaro carpintero golpeaba y golpeaba


con el pico en el tronco del árbol, abrien-
do un hueco redondo y perfecto.
El hornero amasaba prolijamente el ba-
rro y seguía dando forma a su casita.
La calandria, el tero, el chajá, la palo-
ma, el benteveo, el cardenal, hacían sus
nidos. Algunos en el suelo, escondidos
entre las matas, otros en los árboles, en
las horquetas, en el tronco, o colgando de
las ramas, raros adornos que parecí.a n una
parte nueva y misteriosa del árbol.
Las cotorras juntaban ramas espinosas -¿Y le parece que no le pasa nada?
y armaban inmensas construcciones en lo -Y, que yo sepa., no me pasa nada.
más alto del algarrobo. -Amigo bicho colorado -dijo la pul-
Y todos, en parejas, cantaban y silbaban ga-, ¿110 se dio cuenta que llegó la pri-
enloquecidos d e contentos. mavera?
-¿Qué les pasa a los pájaros? -pre- -¿Y a mí qué me importa la primave-
guntó el bicho-colorado. ra?
-¿A usted no le pasa nada? -dijo la -Es que cuando llega la primavera a
pulga. todos les dan ganas de ponerse a noviar.
-No, no me pasa nada. ¿No vio lo que están haciendo los pája-
-¿No siente ninguna cosa rara? ros? Andan noviando, y están haciendo
-¿Por qué tengo que sentir? Lo úni- sus nidos.
co es que ando un poco inquieto, que no -¿Y. ..?
duermo bien, que tengo ganas de hacer -Y a usted, eso que le pica por ahí,
muchas cosas pero no sé qué. Y que no quiere decir que anda con ganas de po-
me entiendo a mí mismo, porque a ve- nerse de novio.
ces tengo ganas de algo y al ratito quie- -¿Yo de novio?
ro otra cosa y después otra. Y que por -·Sí, como los demás bichos, colorados
ahí me dan ganas de pe1ear pero después o blancos o negros. Y si me disculpa, aquí
quiero ponerme a cantar. Y que me dan viene un pulguito a );,uscarme y me tengo
unas ganas locas de saltar porque sí y que ir.
después se me pasan las ganas y me El bicho colorado se quedó pensando.
pongo triste y miro el río, y a veces sien- ¿Tendría razón la pulga?
to que una lágrima chiquita se me cae y ¿Andaría con ganas de ponerse de no-
cuando se me caen las lágrimas me dan vio?
ganas de llorar. Bah, qué tontería.

42 43
Bueno, justamente ayer había visto una
bichita colorada que se le cruzó en el ca-
mino y le pareció muy hermosa.
Y además, por pura casualidad, anoch e
había soñad o con ella. Pero miren si uno
le va a hacer caso a las casualidades.
Enamorarse y andar como esos pájaros
cantan do de aquí para allá. A quién se le
ocurre . Seguramente el piojo no andar ía
en esas cosas. El piojo era un bicho serio,
un amigo de los bueno s, en los que se
podía confiar.
Y alú, mient ras el bicho colorado esta-
ba pensa ndo, llegó el piojo.
-Anú go piojo, justo estaba acordándo-
me de usted. Tenía ganas de charlar un
ra to porqu e aquí pasan cosas raras.
- Todo lo que quiera, pero va a tener
que espera r un poco, ando apura do bus-
cando una piojita que me está espera ndo.
-¿Ust ed también, amigo piojo?
Pero el piojo ya estaba lejos, yendo a los
saltos para el lado del río.
- ¡Qué lo tiro! -dijo el bicho colora-
do-. Ya sé, voy a buscarlo a don sapo.
Apena s lo vio, de lejos, le dijo:

44
-Don sapo, qulero hablar con usted. -Quién va a querer acompañarme.
-Cómo no -dij,o el sapo-, venga que Ando solo y sin amigos. Bueno, mejor me
le presento a la sapita más linda del mon- voy.
te. -Decime, bicho colorado, ¿no te gus-
-No, deje -dijo el bicho colorado-, taría más ir a pasear en elefante? A mi me
otro día charlamos. gustaría acompañarte.
Cada vez entendía menos. Otra vez sen- -Bah, anda trompa con trompa con su
tía que le daban ganas de pelear, de cantar, elefanta. Pasó a mi lado y nime vio.
de mirar el río, de irse, como lo había hecho -Pero es que no nos tiene que ver. Nos
hace tiempo, a dar la vuelta al mundo... trepamos al lomo, y paseamos por todo
Sí, eso haría. Y sin perder tiempo co- el monte.
menzó a dar por segunda vez la vuelta al - ¿Te gustaría, bichita?
mundo. -Sí, pero si vamos bien agarraditos,
Caminó y caminó, y cuando ya había porque me da miedo ir tan alto. Es dema-
recorrido siete árboles, medio llorando de siado grande el elefante.
bronca, zas, casi tropieza con la bichita -A mí no me da miedo y ya anduve
colorada con la que había soñado de pura mu chas veces -dijo el bicho colorado
casualidad .. poniéndose más colorado todavía.
-Uy, qué torpe soy, casi te pego un Todavía andan por ahí. Y al bicho colo-
empujón -dijo discu1pándose-. Es que rado le parece que es muy lindo cómo
estaba muy apurado por irme a dar la cantan el tordo y la calandria. Y le parece
vuelta al mundo. que son hermosos los nidos del hornero y
- ¿Y te ibas solito? ¿No es demasiado el hueco en el árbol que hizo el pájaro car-
peligroso? pintero.
-Puede ser, pero no importa. Hace mucho que andan muy juntitos, y
-¿Y no hay nadie que te acompañe? ni el elefante ni la elefanta, distraídos en

46 47
sus cosas, se dieron cuenta de que los dos
bichos colorados se habían quedado a vi-
vir ahí arriba, haciendo lo más parecido
que hay a dar la vuelta al mundo.

48

También podría gustarte