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La Cognición Afectiva
La Cognición Afectiva
RETOMADO DE
Restrepo, Luis Carlos. “El Derecho a la Ternura”, Arango Editores,
sexta edición, 1995.
1
nuestra era y hoy podríamos traducir literalmente como “sentir con
las tripas“. Para quienes estuvieron cerca del Jesús histórico, uno
de los signos más sobresalientes de su grandeza radicada en la
capacidad para acercarse a los enfermos y desgraciados,
sintiéndolos con sus vísceras. Splacnisomai, en su traducción latina
de misericordia, fue una palabra que se integró a la tradición
pastoral y litúrgica, dentro de la cual perdió en gran parte su carga
vivencial para tornarse simple formulismo. “ Señor ten misericordia
de mí” debe entenderse, en buen cristiano, como un pedido a Dios
para que nos sienta como sus vísceras.
2
muslo para evitar la referencia a los órganos sexuales. El olfato es
en muchas ocasiones sinónimo de sabiduría. Los profetas denigran
de los ídolos porque, a diferencia de su Dios, no pueden oler, y el
mismo Yahvé, para referirse pueden oler, y el mismo Yahvé, para
referirse al disgusto que le produce la participación de los israelitas
en los cultos de fertilidades de Baal y Astaté, los desprecia
diciéndoles: “No me gusta el olor de vuestras reuniones”.
3
cuerpo. Si pudiera hacer cumplir una orden semejante, la escuela
pediría a los niños que vinieran a clase sólo con sus y oídos, acaso
acompañados por la mano en actitud de agarrar un lápiz, dejando el
resto del cuerpo en su casa a buen resguardo. “Mirar y no tocar se
llama respetar”, es una expresión que ejemplifica el deseo del
maestro de excluir cualquier experiencia que pueda comprometer al
niño en la cercanía y la intimidad. La intromisión del tacto, el gusto
o el olfato en la dinámica escolar, se vive como amenazante, pues
la cognición ha quedado limitada a los sentidos que pueden
ejercerse manteniendo la distancia corporal.
4
emociones y no las cadenas argumentales las que actúan como
provocadoras o estabilizadoras de las redes sinápticas,
imponiéndonos cierres prematuros o manteniendo una plasticidad
resistente a la sedimentación.
5
tacto, que es indispensable incluso para el desarrollo del
pensamiento operatorio que nuestra cultura tanto se esfuerza en
cultivar.
6
momentos y culturas, con la que se sacrifica la riqueza semántica
que se obtiene al enunciar una verdad ligada a la fuerza del
instante. Si esa es nuestra fortaleza –nuestra ventaja comparativa
como cultura -, cabe reconocer también que es la raíz de muchos
de nuestros problemas. La llamada crisis ambiental, el fracaso de
los planes de desarrollo, los nudos gordianos de la ciencia, la
medicina y la psiquiatría, al igual que las crisis políticas de los
últimos años, están relacionadas con las fisuras que empieza a
presentar esa disposición cognitiva que Gianni Vattino llamó el
pensamiento duro. Modelo de conocimiento total y axiomático,
otrora poderoso en Occidente, pero hoy asaltado y confrontado por
propuestas que insisten en generar un saber integrado a lo afectivo,
abierto a la singularidad y emparentado con lo cotidiano.
7
Entender la enseñanza como una formación de la sensibilidad
perfila al pedagogo como esteta social, alguien que tiene como
materia prima el cuerpo a fin de modelarlo desde una cierta
idealidad, provocando el gesto desde el lenguaje con el propósito
de favorecer la emergencia de sensibilidades y afecciones que
tienen como paradigma el acercamiento delicado a la realidad del
otro convocadora de mediaciones culturales que estan siempre
sometidas al escrutinio público, la estética pedagógica exige una
actitud de precision y cuidado, que solo puede alcanzarse si
aceptamos el importante papel que juega la dinámica afectiva en el
ambiente educativo.