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Pregunta 4 Nietzsche – Relación Nietzsche y Descartes

Realizado por Guille Medina Ferrer

Nietzsche es uno de los filósofos contemporáneos más influyentes, realiza una gran crítica
a la cultura occidental, y rechaza toda la filosofía occidental la cual está basada en
Sócrates y principalmente en Platón, a quien considera, junto con el cristianismo, como
los principales culpables de la decadencia. Descartes forma parte de esa tradición
filosófica y también será objeto de crítica. Por su parte, al rechazar Nietzsche la metafísica
y defender la imposibilidad de la certeza es conveniente, pues, acercarse a su postura para
comprender mejor la crítica hacia Descartes de la siguiente manera:

Nunca en cuanto a la realidad (ontología), cuando Nietzsche habla de platonismo, esta


corriente incluye a filósofos anteriores y posteriores a Platón que defienden, de distinta
manera, su mismo dualismo. Uno de ellos es Descartes, para quien el mundo verdadero
se correspondería con lo evidente y lo deducido matemáticamente; mientras que lo
sensible, formaría parte del mundo aparente. Esta división es inaceptable para Nietzsche.
Frente al dualismo, él defiende el devenir. Se trata de la invención de un trasmundo que
hará que el ser humano sea un ser alienado, enajenado. Nietzsche propone filosofar a
martillazos para mostrar los contenidos vacíos y erróneos de la metafísica tradicional.

En lo que respecta al conocimiento (epistemología). La oposición sentidos-razón está


presente en toda la historia de la filosofía. Para Descartes, como para muchos otros, los
sentidos no son fiables; solo una razón guiada por un método matemático (deductivo)
puede alcanzar el conocimiento verdadero. La posición de Nietzsche, por el contrario,
reivindica el conocimiento sensible. Nuestro mundo es el mundo verdadero y el
conocimiento sensible será el único válido (será múltiple, cambiante, subjetivo). Si
Descartes pretendía haber llegado a la verdad para terminar con la pluralidad de opiniones
que tanto le angustiaba, para Nietzsche no puede haber una única verdad, sino una gran
diversidad de puntos de vista.

Finalmente, sería necesario hacer mención al vitalismo nietzscheano frente a la moral.


Según Nietzsche, con Sócrates y Platón se impone el espíritu y se desdeña lo dionisíaco:
los placeres materiales nos alejan de la verdad y el bien. El cristianismo asume este
dualismo, situando la felicidad en otro mundo, en el cielo después de la muerte. Descartes
incide en esa idea, defendiendo un dualismo antropológico alma-cuerpo, y pretendiendo
llegar a demostrar la existencia de Dios, la sustancia en sí. En cuanto Nietzsche, por el
contrario, nos dice “Dios ha muerto”. La muerte de Dios representa para él la muerte de
todos los transmundos inventados por el pensamiento occidental que llevan a entender la
vida de manera enfermiza y a rechazar lo sensible, lo corporal, lo instintivo y lo sexual.
Según Descartes, el alma (la razón) debe mandar sobre el cuerpo y las pasiones. Se trata,
según Nietzsche, de una moral contranatural que se opone a los valores de vida del ser
humano y le impide desarrollar todas sus capacidades, pues los únicos criterios válidos
moralmente responden a lo instintivo, a la satisfacción corporal, a lo que favorece la vida.

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