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Ramirez Contratos en Particular
Ramirez Contratos en Particular
Ramirez Contratos en Particular
1.- Concepto.
2.1.- Características.
El derecho real de hipoteca puede ser adquirido por las siguientes vías:
No obstante, debe hacerse presente que hay quienes consideran que las
normas antes señaladas consagran casos de contratos forzosos heterodoxos de
hipoteca (Ver: Los Contratos, Parte General, Jorge López Santa María, pg.171).
En consecuencia, la hipoteca siempre tendría un origen contractual, aun cuando
en el contrato respectivo no exista aplicación alguna del principio de la libertad
contractual.
3.1.- Concepto.
Una de las partes de este contrato será el acreedor de la obligación principal, pero
la otra, denominada constituyente, no necesariamente será el deudor de esa
obligación, pudiendo ser un tercero ajeno a la deuda (2414 in. 2° y 2430).
3.2.- Características.
3.1.- Concepto.
Una de las partes de este contrato será el acreedor de la obligación principal, pero
la otra, denominada constituyente, no necesariamente será el deudor de esa
obligación, pudiendo ser un tercero ajeno a la deuda (2414 in. 2° y 2430).
3.2.- Características.
3.3.- Requisitos.
También resulta posible constituir una hipoteca sobre un bien que aún no existe
en el patrimonio del constituyente (2319). En este supuesto, el contrato de
hipoteca existirá desde el otorgamiento de la respectiva escritura pública, pero sus
efectos están condicionados a que el bien sea adquirido por el constituyente, si así
sucede nace para el acreedor el derecho a exigir la tradición del derecho real de
hipoteca, esto es, su inscripción.
Asimismo, es posible hipotecar bienes cuyo dominio esté sujeto a una modalidad o
2°). pero si el título que da origen al derecho de dominio que se tiene sobre el
que para que una hipoteca sea válida es menester que se cumplan dos
infiere del art. 2414. En efecto, se señala que cuando esta norma emplea las
palabras “sus bienes”, estaría limitando la facultad de hipotecar a los bienes que
hipotecar los bienes que “se posean en propiedad”, es decir se estaría refiriendo a
dueño o no de la cosa.
Cada vez que el legislador ha deseado que un acto relativo a un bien ajeno
sea nulo, así lo ha dicho expresamente (1107).
La posibilidad de adquirir el derecho real de hipoteca por prescripción
pierde gran parte de su sentido si la hipoteca de bienes ajenos fuese
anulable de nulidad absoluta. En efecto, no podría entenderse que el
poseedor de este derecho lo ha adquirido por prescripción sino una vez
transcurrido un plazo de 10 años, que es el necesario para que se extingue
la acción de nulidad que podría intentarse en su contra.
Si se hipoteca la cuota de un inmueble común y éste en definitiva es
adjudicado a otro comunero, debe entenderse - en razón del efecto
declarativo de la partición - que el constituyente jamás tuvo derecho alguno
sobre la cosa, por lo tanto, se trataría de una hipoteca de cosa ajena. Sin
embargo, el efecto a aplicar no es la nulidad de la hipoteca sino su
caducidad. Es más, la hipoteca puede subsistir si el adjudicatario consiente
en ella, alternativa que no se condice con la pretendida existencia de un
vicio de nulidad absoluta.
De aceptarse la validez de la hipoteca cosa ajena, sus efectos son los que siguen:
Asimismo, el citado art. 2413 in. final constituye el fundamento normativo de las
denominadas hipotecas con cláusula de garantía general o garantías generales
hipotecarias, muy usuales en los mutuos que conceden los bancos o instituciones
financieras. Ellas se constituyen sobre un predio no sólo para garantizar las
obligaciones que el deudor contrae en virtud del contrato de mutuo, sino también en
garantía de todas las demás obligaciones que tenga o en el futuro contraiga con el
mismo acreedor.
EL CONTRATO DE MANDATO
1.- Concepto.
Cada una de estas partes puede estar constituida por una o más personas (2126).
2.- Elementos
2.1.- De la esencia
b) El encargo que una de las partes hace a la otra, para que esta última gestione uno
o más negocios de la primera.
Por regla general, todo acto jurídico puede ser ejecutado a través de un mandatario
(incluso el matrimonio), existiendo una excepción que obedece a motivos muy
particulares y que no hacen más que confirmar la regla: el testamento, en su
otorgamiento, ya que esta lleva la última voluntad y se le encarga esta únicamente
al testador. (1004).
a) Que el sujeto que recibe el encargo (mandatario) actúe por cuenta y riesgo del
mandante: es este último quien se aprovechará de los beneficios o bien soportará
las pérdidas (los derechos y obligaciones) que generen a partir de la gestión que
lleva a cabo el primero y por riesgo se refiere a todas las consecuencias
económicas negativas son asumidas por el mandante. Que el mandatario actúa por
cuenta y riesgo del mandante, no necesariamente quiere decir que lo represente. Si
lo representa, los efectos de los actos que el mandatario otorgue o celebre a
nombre del mandante, pasan a radicarse inmediatamente en el patrimonio de este
último; si actúa a nombre propio, también lo hace por cuenta y riesgo del mandante,
por lo que a través de uno o más actos posteriores, deberá traspasar los efectos de
los actos que haya otorgado o celebrado, al patrimonio del mandante. La posibilidad
que el mandatario actúa a nombre propio aparece expresamente reconocida en el
artículo 2151.
2.2.- De la naturaleza.
parte del supuesto que debe pagarse una remuneración a cambio del servicio
encomendado al mandatario.
3.- Características.
- puede terminar por voluntad unilateral del mandante (revocación) o del mandatario
(renuncia) (2163 Nos 3 y 4). Excepción a la regla que requiere del mutuo
consentimiento para poner término al contrato.
Hay quienes consideran que el mandato para celebrar u otorgar actos solemnes
también debería ser solemne. Si bien no existe ninguna disposición que así lo
señale, se basan en los siguientes argumentos:
4.- Requisitos.
Por regla general, el consentimiento será suficiente para que el contrato exista,
salvo en aquellos casos excepcionales en que, adicionalmente, debe observarse
alguna solemnidad (normalmente, la escritura pública).
En lo que respecta al mandatario, éste debe ser plenamente capaz para celebrar
por sí mismo el contrato de mandato. De no ser así, requerirá para este efecto de la
intervención o autorización de su representante legal. A falta de ella, el contrato de
mandato será nulo de nulidad absoluta o nulidad relativa.
Por lo mismo, si el menor adulto contrata a nombre propio, el tercero sólo podrá
dirigirse en su contra si ha mediado la autorización del representante legal para la
celebración del contrato encomendado.
5.- Sujetos.
.
Si los mandatarios son varios, el encargo podrá ser dividido entre ellos por el mandante
o por los propios mandatarios, a menos que se les haya prohibido obrar
separadamente (2127). De dividirse el encargo, se convierte en una obligación
simplemente conjunta. De modo que sólo puede exigirse a cada mandatario el
cumplimiento de su parte en la gestión del negocio encomendado y si el encargo no se
cumple, cada mandatario responderá de su parte del encargo, salvo:
a) General o amplio: es el que se da para todos los negocios del mandante, sin
excepción alguna o con excepciones determinadas.
b) Especial: el que comprende uno o más negocios determinados.
Debe advertirse que esta clasificación se formula desde el punto de vista de los
negocios del mandante en que el mandatario está autorizado a intervenir como
consecuencia del contrato de mandato y no desde el punto de vista de las facultades
que se confieren al mandatario para que cumpla con dicho encargo, criterio que motiva
la siguiente clasificación.
a) De simple administración;
b) De libre administración;
c) Que autoriza al mandatario para actuar del modo que mejor le parezca;
d) Con poder especial.
b) Que autoriza al mandatario para actuar del modo que mejor le parezca (2133,
inciso primero): Es aquel mandato de administración que el mandatario queda
facultado para ejecutar de la manera y empleando los medios que estime más
convenientes, con tal que no altere la sustancia del mismo.
c) Con poder especial: Es aquel en que el mandatario queda facultado para otorgar o
celebrar aquellos actos y contratos que no califiquen como actos de administración y
que se encuentran determinados en el mismo mandato. Ahora bien, si en el mandato
no se determinan los actos y contratos que el mandatario puede ejecutar, por muy
amplios que sus términos aparezcan, únicamente faculta al mandatario para
ejecutar actos de administración (2132 y 2133).
Requieren de poder especial todos los actos que exceden de los límites fijados por
el artículo 2132 (2132 in. final); el contrato de transacción (2448); el desistimiento
en primera instancia de la acción deducida, la aceptación de la demanda contraria,
la absolución de posiciones, la renuncia a los recursos o los términos legales, la
transacción, el compromiso, el otorgamiento a árbitros de la calidad de
arbitradores, la aprobación de convenios y la percepción de pagos (art. 7° del
CPC).
7.- Efectos.-
encargo sin comprometer gravemente los intereses del mandante, deberá igualmente
ejecutarlo de la manera que más se acerque a las instrucciones recibidas y que más
convenga al negocio encomendado (2150 in 2°).
Finalmente, cabe tener presente que el artículo 2148 permite interpretar las
facultades dadas al mandatario con mayor amplitud, si no se está en situación de poder
consultar al mandante.
Si el mandatario actuó a nombre del mandante, por aplicación del art 1448, se
genera un nuevo contrato de mandato entre el mandante y el delegado,
respondiendo cada uno de ellos frente al otro por el cumplimiento de las
obligaciones que les impone el contrato.
.
La mayoría de los autores estima que para ello sería necesario que el mandante
ratifique la delegación, en base al artículo 2136. Stitchkin, por su parte, considera que
tendrían acción en contra del mandante, aún en ausencia de ratificación, por aplicación
de la lógica y de la regla general contenida en el art 1448. No resulta lógico que el
legislador por una parte, autorice la delegación y por la otra, no de acción a los terceros
en contra del mandante, pese a que el delegado ha actuado a nombre de él, y dentro
de las facultades que le han sido legítimamente delegadas. En ausencia de ratificación,
los terceros no podrían ejercer acción alguna (no en contra del delegado pues ha
actuado a nombre del mandante; ni tampoco en contra del mandatario por la misma
razón). Para este autor, el a 2136 únicamente se aplicaría al caso en que el mandante
haya prohibido la delegación, pero no al caso en que guarda silencio al respecto.
Los terceros que contratan con el delegado tampoco tendrán acción en contra
del mandante, pese a que el delegado actúe en su nombre, salvo que ratifique lo
obrado por él (2136). Podrán dirigirse en contra del mandatario si se presentan los
supuestos del art 2154.
Ella tiene por objeto dar a conocer al mandante la forma en que el mandatario ha
gestionado el negocio encomendado los bienes que ha invertido en ello, los resultados
del mismo y la restitución de todo lo que el mandatario haya efectivamente recibido de
terceros en razón del mandato, incluyendo lo que no se adeudaba al mandante (toca a
este último y no al mandatario decidir acerca del pago de lo no debido); como también
evidenciar lo que ha dejado de recibir por no ejecutar el mandato con el debido grado
de diligencia (2157).
restitución de bienes recibidos en razón del encargo, siempre que logre acreditar esta
circunstancia.
Resultará obligado con respecto a los terceros con quienes se vincule en calidad
de mandatario cuando:
7.3.1.- Proveer al mandatario con lo necesario para cumplir el mandato (2158 N° 1).
7.3.3.- Reembolsar al mandatario los gastos razonables en que haya incurrido con
motivo de la ejecución del mandato (2158 N° 2).
7.3.4.- Reintegrar al mandatario los anticipos de dinero que haya efectuado, con
intereses corrientes (2158 N° 4).
7.3.5.- Indemnizar al mandatario todas las pérdidas que haya sufrido sin culpa a raíz de
la ejecución del mandato (2158 N° 5).
Con el objeto de garantizar los créditos que el mandatario pueda tener en contra
del mandante por concepto de gastos, anticipos, pérdidas y honorarios, la ley le otorga
un derecho legal de retención sobre los efectos que el mandante le haya entregado
para dar cumplimiento al encargo (2162).
8.1.- Causales.
Las causales de extinción del mandato pueden ser explicadas acudiendo a las
reglas generales o bien, teniendo en consideración la naturaleza “intuito personae” de
este contrato. Nos limitaremos a comentar con mayor profundidad algunas de ellas.
La revocación puede ser expresa o tácita, total o parcial (2164) y no está sujeta
a ninguna solemnidad especial. Pero si el mandato es solemne, la revocación estará
sujeta a la misma solemnidad (Ej: mandato otorgado por escritura pública, debe
revocarse por la misma vía y tomarse nota de la escritura revocatoria al margen de la
matriz de la escritura precedente). Ella produce efectos desde que se pone, de
cualquier forma, en conocimiento del mandatario (2165), sin perjuicio de lo que se dirá
más adelante, en relación a los terceros que de buena fe contraten con el mandatario
una vez expirado el mandato.
La muerte del mandante también provoca la extinción del mandato, salvas las
siguientes excepciones:
Si los mandatarios son varios y deben obrar de consuno, la falta de uno de ellos
por alguna de las causales antes señaladas pondrá término al mandato de todos
(2172).