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Miga

Este cuento parece cuento, pero realmente ocurrió. ¿Dónde? En una ciudad pequeña
que tenía su escuela con una sola aula. Como eran pocos chicos, la maestra daba
clases a todos juntos. Además, les enseñaba música, jugaba con ellos y les servía una
taza de leche calentita con pan. Es que allí las mañanas eran muy frías. El pan crujía
entre los dedos, estaba recién horneado, y algunas migas quedaban dentro de los
cuadernos.
Aquel día la clase tuvo que interrumpirse para recibir a una estudiante nueva. La
maestra le hizo jugar, y les pidió a los chicos que fuesen amables con ella mientras salía
a buscar el desayuno. Todos la rodearon de inmediato y le hicieron muchas preguntas,
todas al mismo tiempo.
La niña se quedó seria y callada. Luego, sonó el timbre del recreo y los chicos salieron
corriendo al patio. Mientras tanto, la maestra llegaba con la canasta para poner un
pancito sobre cada carpeta. Cuando estuvo junto a la niña, acaricio su cabeza. –¿No
sales a jugar? Le preguntó. Pero ella continuaba muda. Cuando el recreo termino y los
niños volvieron al aula y se sentaron en sus lugares y todo estuvo en orden, una niña
gordita grito: -¡Mi pan tiene agujero! -¡El mío también! Y todos protestaron al descubrir
que también los suyos lo tenían, levantándolos en la mano para que la maestra viera
bien que cada pan tenía un agujero. ¡Pero un buen agujero! Sin miga alguna.
Veintidós ojos miraron a la niña nueva, que a su vez miro el piso apretando entre las
manos su pequeña mochila. -¡Ella! ¡Fue ella! –exclamaron a coro- ¡Ella se quedó en el
aula! –Silencio –dijo la maestra-, a comer el pan y a empezar la clase que ya se hizo
bastante tarde.
Veintidós ojos se fruncieron enojados, mientras las bocas susurraban ... “Nos robó, nos
robó la miga de nuestro pan” En fin una mañana muy desagradable en la que nadie
volvió a dirigirle la palabra a la niña; y es más, a la salida le dejaron sola. El enojo
continuó al día siguiente, cuando se reunieron en el patio para izar la bandera. -¡Miga!
–decían señalándola -¡Miga! ¡Miga! –repetían todos.
Pero al entrar en el aula y sentarse en sus respectivos lugares, ¡Segunda sorpresa! En
cada carpeta había un precioso animalito moldeado; aquí un pájaro, allá un ratoncito,
en otro una oveja, todos realizados en miga de pan, amasada entre los dedos de la niña
nueva que, trabajando así durante toda la noche, había creado un regalo para cada
compañero. Veintiséis ojos la miraron. Y la niña gordita exclamo: -¡Miga es mi amiga! Y
todos se echaron a reír, por supuesto que la maestra no dijo nada cuando todos los
chicos saltaron de sus lugares rodeando a la niña para cantar: ¡Miga es a.…miga, Miga
es a.…miga! ¿La verdad? La maestra también cantaba.
Preguntas para responder después de leer tres veces le lectura:

1- Averigua que significa “Escuela con una sola aula”


2- ¿Por qué salió del salón la maestra?
3- ¿Por qué no salió al recreo la niña Miga?
4- ¿Qué pasó durante el recreo en el salón?
5- ¿Cómo se habrá sentido Miga al sentir que dejaron de hablarle sus compañeros?
6- ¿Cuál fue la segunda sorpresa para los niños?
7- ¿Qué opinas de Miga?
8- Hazte la idea que a ti también Miga te hizo la sorpresa. Escribe un mensaje de
agradecimiento para Miga (en un recuadro o en una hoja de colores)

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