ANGELA, EL ALMA

DE LOS
C O L O RE S

Por Jensy Andrea Cediel Hernández

 ANGELA, EL ALMA
DE LOS
C O L O RE S

Nombre:
Grado:
Profesor:
Colegio:
 UN AULA DE
C O L O RE S
La educación inclusiva es
crucial en todas las aulas
y desde la educación
inicial, ya que garantiza
que todos los estudiantes,
independientemente de sus
habilidades, tengan acceso
a una educación de
calidad. Este enfoque
fomenta la diversidad,
promueve el respeto mutuo
y prepara a los estudiantes
para vivir en una sociedad
diversa. Al proporcionar
apoyos adecuados, se abren
oportunidades para que
todos los niños alcancen
su máximo potencial,
estableciendo así los
cimientos para el éxito a
lo largo de la vida.
OBJETIVOS
Fortalecer la educación
inclusiva en las aulas
mediante la creación de un
recurso que enriquezca la
experiencia educativa del
niño.
Explorar diversas
herramientas que
promuevan la integración
de una educación inclusiva
para todos los estudiantes,
facilitando así el proceso
de enseñanza para los
docentes.
Desarrollar un recurso
educativo que no solo
beneficie al docente al
ofrecerle herramientas
prácticas, sino que también
mejore significativamente
el proceso de aprendizaje
de los niños, promoviendo
un ambiente educativo
inclusivo.
ANGELA, EL ALMA DE LOS
C O L O RE S
Mensaje para el facilitador

Éste es un cuento creado en base a los conocimientos que me

dejó mi clase educación inclusiva, es una historia narrada
por Angela una antigua estudiante de ese colegio quien en
un momento de desesperanza decidió quitarse la vida, pero
Angela nos quiere contar la historia de sus compañeros
quiénes son Emilio, Esteban, Sofía, Camille, Juanito,
Amelia, Paul, Lucas, Paula, Olivia, Jacobo, Margarita,
Macarena, Miguel, Evelyn, Pedro, Hugo, Noha y Sol porque
todos son muy especiales para ella y en su mayoría tenían
diferentes capacidades con las que luchan día día y gracias
a apoyo de sus padres de sus maestros siguen siendo unos
excelentes guerreros.

Ahora te invito a ti a transmitir este lindo mensaje que nos

dejan Angela abrazando a todos los niños que en algún
momento de sus vidas no se han sentido parte de ella y que
para ellos es muy difícil “ encajar en esta sociedad”, sería
muy bonito que en unos cuantos años no se sientan obligados
a encajar en la sociedad sino que desde un principio se
sientan parte de ella.

CAPITULO I
Primer día de clase
En el Colegio Jean Piaget, un lugar lleno
de risas y aprendizaje, comenzó un nuevo
año escolar. La sala de quinto grado
estaba llena de expectativas mientras los
estudiantes se acomodan en sus sillas.
La maestra Isabel, con una sonrisa cálida,
dio la bienvenida a todos.
"¡Bienvenidos a quinto grado, un año
emocionante lleno de descubrimientos y
amistades!" exclamó.
La maestra Isabel les presentó a Antonio,
el maestro de matemáticas, a Eugenio, el
maestro de literatura, y a Mariana, la
maestra de música, danza y cultura.
Juntos formaban un equipo dedicado a
guiar a estos brillantes estudiantes. Cada
niño en la clase tenía una historia única
que contribuía a la maravillosa paleta de
colores del grupo.
Noha, el niño diagnosticado con
daltonismo, llevaba consigo un
caleidoscopio mágico que su abuelo le
regaló. Aunque los colores se mezclaban
en su vista, el caleidoscopio revelaba un
mundo de luces brillantes que compartía
con entusiasmo con sus amigos.
En la esquina del aula, Sol, la niña más
aplicada, se sumergía en sus libros
favoritos, que eran de matemáticas.
Con el apoyo constante de sus dos
mamás, se convertía en un faro de
conocimiento para sus compañeros,
quienes la buscaban para resolver
problemas y comprender nuevos
conceptos.
En el centro del aula, Margarita y
Macarena, las hermanas gemelas,
formaban un equipo imparable.
Macarena desafiaba obstáculos con sus
trenzas y muletas adornadas, mientras
que Margarita, con su mirada intensa,
se sumergía en complicados
rompecabezas. Juntas, exploraban un
mundo sin límites.
Jacobo, un niño que nació con
síndrome de Down, era el corazón
alegre del grupo, siempre listo con un
chiste para alegrar el día de sus amigos.
Cada uno de estos niños aportaba una
chispa única al aula, creando un
ambiente lleno de magia y aprendizaje,
y otros compañeros que conoceremos
más adelante.
En este rincón especial del Colegio, la
diversidad no sólo era aceptada, sino
celebrada. La maestra Isabel guiaba a
sus estudiantes hacia un viaje lleno de
descubrimientos y amistades, donde
cada día era una oportunidad para
aprender algo nuevo y la maravillosa
CAPITULO II
Descubriendo Talentos
A medida que los días pasaban en el
Colegio Jean Piaget, la clase de quinto
grado se convertía en un lugar lleno de
emocionantes descubrimientos. Eugenio,
el maestro de literatura, y Antonio, el
maestro de matemáticas, trabajaron
juntos para adaptar las lecciones y
actividades, asegurándose de que cada
estudiante pudiera participar plenamente.
Pasaron los días…
Mariana, la maestra de música, danzas y
cultura, llevó instrumentos musicales a la
clase, y todos los niños se entusiasmaron.
Descubrieron que Hugo, a pesar de su
discapacidad visual, tenía un oído
increíblemente agudo. Podía identificar
cada sonido y ritmo, sorprendiendo a
todos con su talento musical.
Mientras tanto, Camil demostró su
habilidad para crear letras de canciones
únicas y poesía. Aunque le costaba un
poco más leer en voz alta, sus
compañeros la animaron y celebraron
cada palabra que compartía. En el rincón
de las matemáticas,
Antonio descubrió el ingenio de Olivia,
quien encontraba soluciones creativas
para los problemas. También se dio
cuenta de que Pedro, a pesar de su
diagnóstico, se enfocaba intensamente en
los desafíos matemáticos que se le
presentaban y gracias a esto logro armar
un cubo rubik que le entrego la maestra.
Mientras tanto, Noha y Macarena
formaron un equipo formidable en
proyectos artísticos, demostrando que la
colaboración y el apoyo mutuo eran la
clave para superar cualquier obstáculo.
El aula se llenó de risas y aplausos
mientras cada niño compartía sus
talentos únicos. Aprendieron a reconocer
y apreciar las habilidades de sus
compañeros, construyendo un ambiente
donde todos se sentían valorados, donde
a un asi todos eran diferente podían
compartir un espacio lleno de amor para
todos
CAPITULO III
Superando Obstáculos
A medida que avanzaba el año escolar en el
Colegio Jean Piaget, los niños de quinto
grado se enfrentaron a desafíos fuera del
aula. Sin embargo, la fuerza de su amistad y
apoyo mutuo los ayudó a superar cada
obstáculo.
En el patio de recreo, Emilio, Juanito y
Lucas notaron que algunos niños no
participaban en los juegos debido a sus
diferentes capacidades. Decidieron
organizar actividades inclusivas,
asegurándose de que todos se sintieran
bienvenidos y parte del grupo.
Descubrieron que podían hacer un juego
musical, donde todos se sentaban en un
circulo e iban cantando un pedazo de una
canción que conocieran y el que seguía tenia
que empezar una canción que empezara por
la ultima letra de la pabla que termino la
anterior canción.
Empezó Emilio cantando “Sol, solecito,
caliéntame un poquito, por hoy y mañana,
por toda la semana”
Seguía Juanito y cantó “Si tuvieras fe como
un granito de mostaza, eso dice el señor ”
¡Sonó el timbre!
Luego, tuvieron que volver al salón, los
estudiantes se reunieron para un evento
especial de deportes.
Noha, con su entusiasmo contagioso, lideró
a su equipo con energía, mostrando que la
inclusión también se traduce en igualdad de
oportunidades, mientras que Macarena
estaba sentada en su silla enfrentó un
momento mas donde comprendía que no
podía participar, sus compañeros la
rodearon con amor y apoyo. Margarita, su
hermana gemela, se convirtió en su
compañía demostrando el amor que era
inquebrantable.
En cada desafío, los niños aprendieron que
la verdadera fortaleza provenía de trabajar
juntos. Descubrieron que las diferencias eran
oportunidades para aprender unos de otros
y crecer como individuos y como grupo.
CAPITULO IV
Dia de la madre
Llegó el tan esperado 10 de mayo y Antonia
con muchos nervios y mariposas en el
estómago preparada para su presentación
del día de la madre. Al llegar al colegio, se
encontró con su profesor de literatura, quien
le pidió que lo acompañara al auditorio del
colegio. Antonia dejó sus cosas en el salón y
fue camino al auditorio.
Eugenio le pidió a Antonia hacerse en la
tarima para practicar el poema de la
mariposa. Muy tranquila, se subió y se sentó
en la silla donde iba a presentarse y empezó
a recitar:
"Volando de flor en flor,
la vieron en primavera,
envidiaron su hermosura
y no vieron su ceguera.
Sus grandes ojos oscuros
dejaban ver su tristeza,
aún siendo una mariposa
de extraordinaria belleza.
Triste mariposa linda
entre todas la más bella,
aunque sus ojos no vean
todos la miran a ella."
Lo hiciste muy bien, ¡ya estás preparada!"
dijo Eugenio.
"A lo que Antonia le respondió: "¡No profe!
Ayer, en mi horario de hacer las tareas, mi
tía en varias ocasiones me dijo que lo estaba
haciendo mal, lo estaba haciendo mal
porque no decía lo que decía la hoja que le
entregué para que me dijera si ya estaba
preparada para presentarme."
A lo que Eugenio le dijo, “Antonia no te
preocupes, todo saldrá bien.”
Mientras tanto, sus compañeros ensayaban
una presentación especial. Aunque la
mayoría estaba nerviosa, todos estaban
emocionados de compartir su amor para sus
mamás, especialmente Sol, a quien siempre
le preguntaban por qué tenía dos mamás y
dónde estaba su papá.
Llegó la hora y el auditorio se llenó de
padres y madres ansiosos por ver las
presentaciones de sus hijos. Antonia se tomó
el escenario con valentía y, con sus palabras
cuidadosamente escritas, expresó su gratitud
y amor por su mamá recitando el poema
"Triste Mariposa". Después de la
presentación, las madres y los padres se
acercaron para abrazar a sus hijos en la sala
con risas y lágrimas de alegría, creando
recuerdos que perdurarán en el corazón de
todos.
CAPITULO V
Dia de explorar
Un día soleado, los estudiantes de quinto
grado del Colegio Jean Piaget se
embarcaron en una emocionante aventura
fuera de la escuela. Eugenio y Isabel
acompañaron a los niños en un viaje
educativo que fortalecería aún más los lazos
de amistad y comprensión.
Pero se presento un problema, los padre de
Macarena no querían que ella asistiera, ya
que iba a ser un “estorbo” llevarla con su
silla de ruedas y no le enviaron su permiso
de salida.
Macarena llego super triste a su clase y le
conto a Isabel, Isabel corriendo llamo a sus
padres y les dijo “tanto Margarita como
Macarena hacen parte de nuestro grupo y
una silla de ruedas no es un impedimento
para que vayamos al zoológico, por esto me
gustaría que le dieran el permiso a Macarena
de ir con nosotros”, Los padres de las
hermanas Rodríguez asombrados porque
ellos aun no comprenden que no es un
impedimento la movilidad de su hija para
cualquier actividad, firmaron el permiso.
Volvió Isabel al salón con la agradable
noticia de que todos podían ir a zoológico.
Todos se pusieron muy felices y partieron
hacia el zoologico.
La excursión llevó a los niños a explorar la
diversidad de la vida animal. Pedro, con su
curiosidad sin límites, hizo preguntas
fascinantes sobre cada especie. Amelia, con
sus sentidos agudos, disfrutó especialmente
de los sonidos y texturas del entorno.
Hugo experimentó la vida animal a través de
descripciones detalladas y la ayuda de sus
compañeros. Descubrieron juntos que cada
ser viviente, al igual que ellos, tenía sus
propias características únicas. Durante la
visita, Margarita y Macarena se
maravillaron con la variedad de colores y
formas en las aves. Camil encontró
inspiración en los movimientos gráciles de
los animales, imaginando historias llenas de
creatividad.
En medio de la aventura, los niños se dieron
cuenta de que la aceptación y la
comprensión eran tan importantes fuera de
la escuela como dentro. Se apoyaron
mutuamente en cada paso, haciendo del día
una experiencia inolvidable de aprendizaje y
conexión.
CAPITULO VI
Examen final
En el aula de la clase transición , todos los
estudiantes estaban en silencio, esperando su
turno para presentar el examen de
matemáticas. Hugo, sentado en su silla, se
balanceaba nerviosamente con los pies,
esperando que llegara su turno. A pesar de
su nerviosismo, había una sonrisa en su
rostro.
"Es tu turno, Hugo", dijo suavemente el
profesor Antonio, acercándose a él. Hugo
asintió, levantándose con confianza. A pesar
de su ceguera, siempre había mostrado una
habilidad increíble para enfrentar los
desafíos.
El profesor comenzó a leer los problemas de
sumas. Uno a uno, Hugo respondía con
precisión. "Ocho mas siete", decía Antonio.
"quince", respondía Hugo sin titubear.
Sus compañeros escuchaban en asombro.
Cada respuesta correcta era un recordatorio
de su determinación y habilidad. Evelyn,
una de sus compañeras, observaba con una
mezcla de admiración y orgullo.
Ella conocía el esfuerzo que Hugo había
puesto para prepararse, y ahora estaba
viendo los frutos de su trabajo.
Finalmente, el profesor Antonio anunció:
"¡Excelente, Hugo! Has respondido todas
correctamente". La clase estalló en aplausos.
Hugo sonrió, agradeciendo las palabras de
aliento. "Gracias, profesor. Gracias, todos",
dijo, su voz llena de felicidad.
Evelyn se acercó a Hugo. "Estoy muy
orgullosa de ti", le dijo. "Eres un ejemplo
para todos nosotros". Hugo se sonrojó,
agradecido por sus palabras.
El profesor Antonio, observando la escena,
sabía que ese momento era más que un
simple examen. Era una lección de
perseverancia, coraje y amistad. Hugo había
demostrado que, con esfuerzo y
determinación, no hay límites para lo que
uno puede lograr.
CAPITULO VII
Clausura
A medida que el año escolar en el Colegio
Jean Piaget llegaba a su fin, la clase de
quinto grado se llenaba de emociones
encontradas. Los niños reflexionaron sobre
todo lo que habían aprendido y
experimentado juntos.
En la última semana de clases, los profesores
organizaron actividades especiales para
celebrar el progreso y la amistad de la clase.
Eugenio, Antonio, Isabel y Mariana
agradecieron a cada estudiante por sus
contribuciones únicas, destacando cómo
habían crecido como individuos y como
grupo.
Durante la ceremonia de clausura, Camil
sorprendió a todos al tomar el micrófono
con confianza. Con sus palabras
cuidadosamente elegidas, expresó su gratitud
por el apoyo de sus compañeros y profesores
a lo largo del año. La sala resonó con
aplausos y lágrimas de alegría.
Amelia, Pedro, Hugo, Margarita, Macarena
y todos los demás niños recibieron
reconocimientos por sus logros, grandes y
pequeños. Se dieron cuenta de que la
verdadera magia del aprendizaje radica en la
diversidad y la aceptación.
Los niños se despidieron con abrazos y
promesas de amistad eterna. Eugenio,
Antonio, Isabel y Mariana miraron con
orgullo a su extraordinaria clase de quinto
grado, sabiendo que habían dejado una
huella duradera en cada corazón.
Mientras yo, desde muy cerca, también me
sentía muy orgullosa de Emilio, Esteban,
Sofía, Camille, Juanito, Amelia, Paul,
Lucas, Paula, Olivia, Jacobo, Margarita,
Macarena, Miguel, Evelyn, Pedro, Hugo,
Noha y Sol, porque en conjunto lograron
transmitir ese amor y cariño para todos sus
compañeros.
Y por último, me presento, mi nombre es
Angela, fui compañera de todos los que te
acabo de nombrar, pero un día me ganó la
desesperación y me fui con ella. Ahora,
desde el cielo, visito a mis compañeros de
clase que, gracias a que los maestros
Eugenio, Antonio, Mariana e Isabel,
desempeñaron un papel crucial al fomentar
la empatía y la comprensión entre los
estudiantes, se logró formar un espacio
seguro lleno de amor y comprensión desde
los maestros hasta los que por siempre serán
mis amados compañeros de clase.
 Fin
Éste no es el final, el final lo escribimos todos, todas y todes construyendo nuestro mundo inclusivo.
 Escribe aquí tu
frase favorita del
cuento