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Mujeres en El Consejo Noticia
Mujeres en El Consejo Noticia
Carlos Dumois |
c_dumois@cedem.com.mx
Lo curioso es que la intención de incluir consejeras parece estar careciendo sentido. ¿Para
qué queremos integrar más mujeres en nuestro Consejo? Tengo la impresión que la mayoría
de los empresarios lo están buscando para poder decir que ya tienen tal porcentaje. Quieren
poder decir que su Consejo cumple con los criterios de diversidad que el mundo está
esperando.
Quiero enfatizar algunas de esas capacidades en las que se destacan las mujeres.
Cuidado de los detalles. En general las mujeres son más delicadas y observan lo que
nosotros no vemos. Se fijan en gestos y comentarios, en el orden y la limpieza, en la
estética y la presentación, en mil cosas más. Este punto de vista puede enriquecer
enormemente la visión del Consejo.
Relaciones interpersonales y gestión del talento. La capacidad de relación de las mujeres
puede impactar favorablemente las relaciones entre los mismos consejeros, así como las
relaciones del Consejo con los ejecutivos y de la empresa con otros stakeholders.
Responsabilidad social y ética del negocio. La razón por la cual los microcréditos se
otorgan mucho más a las mujeres que a los hombres, es porque en ese mercado las mujeres
son más cumplidas que los hombres. Pero no sólo es en ese mejor mercado, en general ellas
son más comprometidas y cumplen mejor que nosotros.
Pragmatismo y orientación a la acción. Ellas no se enredan mucho con análisis
especulativos. Sus conclusiones suelen ser prácticas y rápido se mueven a la ejecución.
Parten de la realidad que tienen cerca y no se complican comparando sus opciones con
esquemas conceptuales, como sí hacemos los hombres.
Visión humanista de la empresa. La mayoría de las mujeres, y más aún si son madres,
muestran una preocupación más seria por las personas en general. Su inquietud por
humanizar la relación con aliados, clientes, colaboradores, proveedores y la comunidad en
general le puede dar una identidad diferente a la empresa.
Estas capacidades obviamente no las tienen todas las mujeres. También las hay que son
toscas, descuidadas e insensibles. Pero esos rasgos descritos no es difícil encontrarlos en
candidatas que pueden enriquecer nuestros consejos.
A final de cuentas lo que está claro es que nuestra intención debería orientarse a crear más
valor, no a cumplir con una estadística. No es equidad de género, no es compliance, no es
lucir bien o aparentar. Es porque necesitamos esos talentos, es porque necesitamos esa
diversidad, es porque ampliamos nuestras fuentes de reclutamiento y terminamos con un
Consejo que pensará mejor, que decidirá mejor.
El resultado que buscamos es crear sinergia a través de la complementariedad, es tener un
equipo más sólido, más pleno. Si no creemos en que las mujeres en el Consejo impulsarán
la calidad de diálogo y de decisiones, lo que estará entonces en duda es nuestro liderazgo y
nuestra capacidad de orquestar un sistema de gobierno colegiado que admite y aprovecha la
diversidad.