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Manual de Axiras®

Temario

• Objetivos de aprendizaje.

• Circulación de la sangre:

− Anatomía básica.

− El sistema venoso y su funcionamiento.

• Insuficiencia venosa crónica:

− Epidemiología.

− Fisiopatología.

− Várices, síntomas.

− Hemorroides, síntomas.

− Diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica.

− Manejo general de la insuficiencia venosa crónica.

• Axiras®:

− Perfil del producto.

− Evidencias en el manejo de la insuficiencia venosa crónica en miembros inferiores.

− Evidencias en el manejo de las hemorroides.

− Seguridad.

− Forma de uso.

• Autoevaluación.

• Lecturas recomendadas.
Objetivos de aprendizaje

• Conocer la anatomía básica del sistema circulatorio.

• Entender el funcionamiento del sistema venoso.

• Aprender la fisiopatología de la insuficiencia venosa crónica.

• Describir los síntomas que causan las várices y las hemorroides.

• Conocer el diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica y su manejo general.

• Precisar las evidencias de Axiras® en el manejo de la insuficiencia venosa crónica y de las

hemorroides, su seguridad y la forma de uso.

Circulación de la sangre. Anatomía y fisiología básica

El sistema circulatorio o cardiovascular está formado por el corazón y los vasos sanguíneos que se

distribuyen por todo el cuerpo (figura 1). Su función principal es transportar oxígeno y nutrientes a

los tejidos para su adecuado funcionamiento y, al mismo tiempo, recoger los productos de desecho

metabolico de las células y transportarlos a los riñones y a otros órganos para su eliminación.

También transporta las hormonas hasta los órganos donde actúan, regula la temperatura corporal

y participa en la defensa del organismo.


Figura 1. Representación del sistema circulatorio.

Arterias: color rojo.

Venas: color azul.

El corazón, como parte central del sistema cardiovascular, es unmusculo que forma un órgano

hueco, situado en el mediastino medio (cavidad situada en torax entre los dos pulmones), tiene forma

de piramide cuadrangular invertida con su vertice ubicado en el 5to espacio intercostal, con un vertice

inclinado de derecha a izquierda, pose 4 caras, anterior o toracica, posterior o vertebral, inferior o

diafragmatica y superior o pulmonar. Está dividido en cuatro cavidades: dos superiores llamadas

aurículas (derecha e Izquierda) y dos inferiores llamadas ventrículos (derecho e Izquierdo) (figura 2).
Figura 2. Cavidades del corazón.

El corazón actúa como una doble bomba que impulsa la sangre a través de una red de vasos

sanguíneos, formada por:

• Arterias: transportan la sangre desde el corazón a los tejidos del organismo.

• Capilares: son muy finos y es donde se produce el intercambio de oxígeno, de nutrientes

y de los productos de desecho, entre la sangre y los tejidos.

• Venas: devuelven la sangre desde los tejidos al corazón.

Todas estas estructuras forman en conjunto el sistema circulatorio, que puede dividirse en dos partes

que funcionan de forma simultánea: la circulación pulmonar (Menor) y la circulación sistémica

(Mayor).

(figura 3).
Figura 3. Circulación pulmonar y sistémica.

• La parte dedecha del corazón es la bomba del sistema circulatorio pulmonar. Recibe la

sangre de la circulación sistémica, pobre en O2 y rica en CO2, llega a la auricula derecha,

pasa al ventriculo Derecho y de ahí es expulsada a travez de la arteria pulmonar hacia los

dos pulmones donde se realizara la Hematosis y regresara por las venas pulmonares

cardaga de O2.

• La parte izquierda del corazón es la bomba del sistema circulatorio sistémico. La sangre

oxigenada llega hacia la auricula Izquierdo, pasando al ventriculo izquierdo de ahí es

expulsada a la sirculacion sistemica a todo el organismo, la distribuye a todos los órganos y

tejidos a través de la arteria aorta y sus ramificaciones.

• Las venas están formadas por tres capas:

1.Túnica externa o adventicia: Es gruesa y está constituida por tejido conectivo.

2.Túnica media: Está compuesta por capas de músculo liso, generalmente es delgada.
3. Túnica íntima: Capa más interna, tapizada por células endoteliales.

Revestimiento formado por una sola capa de células epiteliales aplanadas, situadas sobre la

membrana basal y un tejido colágeno delicado .

Figura 4. Capas de la pared venosa.

A diferencia de las arterias, las venas son más numerosas y tienen paredes más finas, porque el

grosor de sus capas es menor, en especial la media. La circulación de la sangre es más lenta, va de

la periferia hasta el corazón y, en la mayoría de ellas, avanza en contra de la gravedad. En su interior

presentan válvulas, principalmente en los miembros inferiores, donde la circulación sanguínea tiene

que vencer la fuerza de gravedad.

Las venas pueden ser superficiales, profundas o perforantes.

• El sistema superficial situado por fuera de la aponeurosis. Drenan de 10 a 15% de la sangre

procedente de los tejidos supra- aponeuróticos.


Se localizan en el tejido celular subcutaneo, que se encuentra debajo de la piel, por fuera de

los músculos, están acompañadas por arteriolas o capilares, y recogen la sangre de la piel

y del tejido subcutáneo.

• El sistema profundo situado en el espesor de las masas musculares, es decir por dentro de

la aponeurosis, y cerca de los vasos arteriales. Drenan de 85 a 90% de la sangre venosa.

Situanndoce entre los músculos, junto a las arterias, y son las encargadas de recoger la

sangre de los músculos y de los huesos.

• Las venas perforantes son las que llevan la sangre del sistema superficial al profundo.

El sistema venoso y su funcionamiento

El mecanismo más importante de la circulación venosa en los miembros inferiores es la bomba

impulso-aspirativa de la pantorrilla. El ejercicio rítmico en los músculos de las piernas produce un

efecto de bombeo que aumenta el movimiento de la sangre venosa hacia las venas centrales, lo que

mantiene el retorno venoso; es decir, el regreso de la sangre al corazón.


La contracción muscular genera un incremento de presión sobre la vena para impulsar la sangre

hacia arriba. Las válvulas venosas facilitan el movimiento de la sangre hacia el corazón en contra de

la fuerza de gravedad. Se abren en dirección de la corriente sanguínea y se cierran para impedir el

flujo hacia atrás (figura 5).

Figura 5. Bomba impulso-aspirativa de la pantorrilla.

El bombeo de la sangre hacia las venas centrales también incrementa el flujo de sangre en los

músculos activos. El ejercicio estático no actúa como bomba, pero sí aumenta la presión venosa

central e impide la acumulación de sangre venosa al comprimir las venas.

Para que haya un buen funcionamiento del sistema venoso, es necesario que:

• Las válvulas de las venas principales de las extremidades no tengan alteraciones.

• Exista un adecuado drenaje de las venas perforantes para permitir la comunicación del

sistema venoso superficial al sistema venoso profundo.


• Las bombas musculares venosas funcionen de forma adecuada.

La alteración de cualquiera de las estructuras anteriormente mencionadas causa un aumento de la

presión venosa y conduce al desarrollo de la insuficiencia venosa.

Insuficiencia venosa crónica

La insuficiencia venosa crónica se define como la incapacidad de una vena para transportar

unidireccionalmente el flujo sanguíneo hacia el corazón. Por lo general, afecta a los miembros

inferiores y produce una hipertensión venosa persistente que se manifiesta como dolor, edema,

cambios en la piel y ulceraciones.

https://blogs.ugto.mx/enfermeriaenlinea/unidad-didactica-8-las-articulaciones/

Este trastorno puede ocurrir como resultado de una obstrucción venosa, por mal funcionamiento de

las válvulas y por debilidad de las paredes de las venas. Estos factores se ven agravados por la

disfunción de la bomba muscular, especialmente de los músculos de la pantorrilla.


El aumento de la presión venosa y la debilidad de las paredes de las venas provocan que se formen

las várices.

Epidemiología

La insuficiencia venosa de miembros inferiores constituye la enfermedad vascular más frecuente que

existe, incluso comparada con los padecimientos arteriales y cardiacos. En Europa afecta al 29.6%

de la población y en América Latina, al 20%.

Las patologías del sistema venoso constituyen el 30% de las enfermedades vasculares y gran parte

de ellas evolucionan a la cronicidad.

En México, cada año se diagnostican más de 200 casos por cada 100,000 habitantes. Los estados

donde se diagnostican más casos son Sinaloa, Distrito Federal y Nuevo León.

Algunos estudios señalan que hasta el 90% de la población puede padecer insuficiencia venosa en

algún momento de su vida.

Los principales factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad son:

• Predominancia por el Sexo femenino.

• Edad.

• Antecedentes familiares de insuficiencia venosa.

• Antecedentes personales de trombosis venosa profunda en las piernas.

• Uso de anticonceptivos o terapia de sustitución hormonal

• Gestaciones múltiples.

• Obesidad.

• Uso de prendas ajustadas que causan opreción en la base de las piernas.

• Empleos que requieran pasar largos periodos sentado o de pie.

Fisiopatología

La disfunción o incompetencia de las válvulas en el sistema venoso superficial permite el flujo

retrógrado de sangre, que se denomina “reflujo” y produce un aumento de las presiones en las venas.
El fallo valvular se produce principalmente por debilidad preexistente en la pared del vaso o por una

lesión directa causada por inflamación o distensión venosa excesiva, por efecto de acciones

hormonales o por una presión venosa elevada.

La obstrucción de las venas profundas desempeña un papel importante en la fisiopatología de la

insuficiencia venosa crónica. Limita el flujo de sangre, causa un aumento de la presión venosa con

la contracción muscular y una disfunción progresiva de la bomba muscular. Se produce por un

estrechamiento venoso secundario a una compresión extrínseca o a una trombosis venosa profunda

crónica. La obstrucción venosa postrombótica, al igual que la disfunción de las válvulas venosas

profundas, provoca una progresión más rápida de la enfermedad, asociada a enfermedades cronico

degenerativas como HAS, DM2, Dislipidemias, esto aumenta en gran medida, un mayor riesgo de

desarrollo de ulceración venosa.

Várices. Síntomas

Las várices son la manifestación más frecuente de la enfermedad venosa crónica y se producen por

alteración de la distensibilidad de la pared venosa. Son venas superficiales dilatadas y tortuosas que,

por lo general, aparecen en las extremidades inferiores.

Se clasifican en:

• Telangiectasias: dilataciones venosas de hasta 1 mm de diámetro, que tienden a confluir. Se

conocen como “arañas vasculares” (figura 6).

• Várices reticulares: venas dilatadas de 1 a 3 mm de diámetro, generalmente azuladas (figura 7).

• Várices tronculares: venas subcutáneas dilatadas con un diámetro igual o mayor de 3 mm en

bipedestación (figura 8).


Figura 6. Telangiectasias.

Figura 7. Várices reticulares.


Figura 8. Várices tronculares.

Generalmente, las várices son asintomáticas, pero se pueden asociar a otros síntomas de

insuficiencia venosa crónica. En ocasiones, los pacientes presentan molestias en las piernas, que

describen como dolor sordo, pulsátil, de poca intensidad, o como sensación de presión que aparece

después de estar de pie por tiempo prolongado y que se alivia con medidas que disminuyen la

presión venosa, como elevar las piernas, usar medias elásticas o caminar. Otros síntomas posibles

incluyen calambres, ardor y prurito.

La inspección visual y la palpación pueden confirmar la presencia de las venas varicosas, y también

revelar la existencia de edema, úlceras cutáneas cerca del tobillo, aumento de la coloración de la

piel, telangiectasias y enrojecimiento por el aumento de la sangre contenida en los capilares.

El 20% de las personas con insuficiencia venosa crónica son asintomáticas.

Hemorroides. Síntomas
Las hemorroides se desarrollan por aumento de la presión en las venas hemorroidales, superiores,

medias e inferiores todas estas forman parte del drenaje venoso del recto, causada por esfuerzos

que bloquean el retorno venoso y producen ingurgitación y congestión venosa.

Entre los factores que aumentan el riesgo de enfermedad hemorroidal se encuentran:

• El estreñimiento y esfuerzos prolongados durante la defecación.

• El embarazo.

• El envejecimiento.

• Una dieta pobre en fibra.

• Diarrea crónica.

• Factores genéticos.

Como otros factores de riesgo probables se incluyen: la ocupación, las enfermedades psiquiátricas,

algunas tradiciones culturales, las ropas muy ajustadas, los hábitos alimentarios y los trastornos en

el tono del esfínter anal.

La enfermedad hemorroidal abarca un grupo de síntomas y signos (dolor, prurito, prolapso y

sangrado) causados por dilatación e ingurgitación del tejido hemorroidal, como resultado de

trastornos circulatorios, mecánicos y de los esfínteres. Son venas distendidas que se localizan en el

conducto anal y pueden hacer protrusión a través del ano (figura 9).
Figura 9. Hemorroides.

*Línea dentada: divide el canal anal en dos mitades y está situada a unos 2 o 3 cm del margen anal,
resulta fácilmente identificable por el cambio de la coloración blanquecina a rojo púrpura propio de
la mucosa rectal.

Las personas con edades entre los 45 y los 65 años manifiestan síntomas de enfermedad

hemorroidal con más frecuencia. El género no afecta la prevalencia de esta enfermedad, aunque se

sabe que el embarazo aumenta los síntomas.

Las hemorroides se clasifican como:

• Hemorroides internas: se encuentran dentro del recto.

• Hemorroides externas: se ubican debajo de la piel que rodea el ano (figura 10).
Figura 10. Localización de las hemorroides internas y externas

Los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son:

• Sangramiento: es de color rojo rutilante. No causa dolor. Se produce al finalizar el acto de

defecación.

• Prolapso o aumento de volumen: masa que protruye por el ano al terminar la defecación.

Causa sensación de cuerpo extraño dentro del canal anal, con tenesmo.

• Secreción: se produce por la mucosa asociada al prolapso.

• Prurito: es secundario a la persistencia de la secreción producida por el prolapso mucoso.

• Dolor: no es frecuente. Cuando se presenta, casi siempre está asociado a complicaciones,

como trombosis hemorroidal o a otras patologías: fisura anal, abscesos perianales, o cáncer

de ano o recto.
Diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica

El diagnóstico de esta enfermedad es fundamentalmente clínico, para lo cual es importante realizar

una historia clínica completa y un examen físico correcto que se debe hacer en posición de pie, para

permitir la distensión máxima de las venas. La inspección visual y la palpación pueden revelar la

existencia de trastornos venosos, como dilataciones venosas superficiales, telangiectasias, venas

reticulares o venas varicosas.

El diagnóstico se debe confirmar con estudios no invasivos.

El Eco Doppler es la prueba más importante para valorar a los pacientes con insuficiencia venosa.

Este examen combina un estudio en escala de grises de las venas profundas y superficiales, con

evaluación de la dirección del flujo mediante Doppler asistido por color (figura 11). Es útil para

detectar la presencia de obstrucción y reflujo venoso en las venas superficiales y profundas.


Figura 11. Eco Doppler.

El estudio de las venas por tomografía computarizada o por resonancia magnética se indica cuando

existe sospecha de alguna alteración que amerite intervención quirúrgica. Permite identificar la

obstrucción o la estenosis de la vena cava inferior y las venas iliofemorales, como puede ocurrir en

pacientes con trombosis venosa profunda proximal previa, oclusión de filtros en la vena cava inferior

o compresión extrínseca por tumores. De forma general, no son necesarios para determinar la causa

de la insuficiencia venosa crónica y decidir el tratamiento.

También existen estudios invasivos, como son:

• Flebografía: se inyecta un medio de contraste para visualizar el sistema venoso profundo

de la extremidad. Ofrece detalles de la anatomía venosa que pueden ser útiles para plantear

intervenciones quirúrgicas y ayudar a distinguir la enfermedad primaria de la secundaria.

• Ecografía intravascular: se utiliza una sonda de ultrasonido en el extremo distal de un

sistema de catéter, para visualizar la anatomía vascular periluminal y evaluar la enfermedad

obstructiva o estenótica del sistema venoso. Esta técnica está ganando rápidamente

aceptación en el tratamiento de la enfermedad venosa como herramienta para orientar las

intervenciones del sector ílio-cava.


Manejo general de la insuficiencia venosa crónica

Tratamiento no farmacológico

Por lo general, las venas varicosas se tratan con medidas conservadoras que ayudan al alivio de los

síntomas.

Se recomienda:

• Elevar las piernas de forma periódica.

• Evitar permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo.

• Aplicar compresión externa con medias o vendajes elásticos.

• Realizar fisioterapia:

• Pasiva: aplicar técnicas de masaje manual o de presoterapia

neumática intermitente.

• Activa: realizar ejercicios de contracción y relajación muscular

basados en dorsiflexiones activas de la articulación del tobillo.

• Si hay obesidad o sobrepeso, bajar de peso mediante restricción calórica y ejercicios.

También existen tratamientos invasivos, como la extirpación quirúrgica de las várices. En términos

generales, los resultados quirúrgicos son favorables, porque mejoran los síntomas, la prevención

de complicaciones y la estética.

Se indican fundamentalmente a pacientes con discapacidad y malestar persistente y con úlceras

venosas que no cicatrizan. También pueden aplicarse a los sujetos que no pueden cumplir con la

terapia de compresión o en los que tienen recurrencias de venas varicosas.

Tratamiento farmacológico

El manejo conservador de la insuficiencia venosa incluye el tratamiento médico con diversos

fármacos, entre los que se encuentran:

• Flebotónicos: aumentan el flujo sanguíneo, disminuyen el edema y los síntomas típicos,

como pesadez, hormigueo y parestesias.


• Hemorreológicos: reducen la viscosidad sanguínea, aumentan la deformabilidad de los

eritrocitos y disminuyen la adhesión de las células sanguíneas a nivel intravascular.

• Anticoagulantes: reducen el riesgo de tromboembolismo.

• Antibióticos: para el tratamiento de úlceras infectadas.

Las sustancias más empleadas son los flavonoides: ácido flavónico, diosmina e hidrosmina. Actúan

sobre el tono parietal venoso y tienen acción antiinflamatoria.

Flavonoides es el nombre genérico de un grupo de moléculas generadas por el metabolismo

secundario de los vegetales, que se originan mediante una ruta de síntesis mixta. Se forman a partir

de unidades de acetato y aminoácidos aromáticos como la fenilalanina y la tirosina.

Farmacológicamente se destacan por su baja toxicidad y, en general, presentan actividad sobre el

sistema vascular. Protegen la pared de los vasos sanguíneos al disminuir la permeabilidad y

aumentar la resistencia de los capilares. Tienen, además, efecto antioxidante, antimutagénico,

diurético, antiespasmódico, antiulceroso gástrico y antiinflamatorio (tabla 1). En fitoterapia se

emplean como venotónicos en casos de fragilidad capilar.

Tabla 1. Acciones farmacológicas de los flavonoides

• Antiinflamatoria
• Antiosteoporótica
• Diurética
• Antiulcerosa
• Antiespasmódica
• Estrogénica
• Antiviral y antibacteriana
• Antineoplásica
• Antitrombótica
• Vitamínica P
• Hepatoprotectora
• Antialérgica
• Antioxidante
Axiras®

Perfil del producto

Axiras® es un flavonoide cuyo principio activo es hidrosmina, un derivado de diosmina que se obtiene

por una reacción de hidroxietilación, lo que lo hace hidrosoluble (figura 12).

Figura 12. Estructura química de hidrosmina.

Mecanismo de acción

Axiras® interviene farmacológicamente en varios puntos del proceso de la insuficiencia venosa, al

impedir la degradación de catecolaminas a través de la inhibición de la catecol-O-metiltransferasa.

Sus principales acciones farmacológicas son:

• Hemodinámica:

o Aumenta el tono venomotor de forma mantenida y gradual. Es 10 veces más

eficaz que hesperidina y 2 veces más que diosmina, para aumentar el tono

venoso.

o Disminuye la permeabilidad capilar.


o Reduce la fragilidad capilar.

• Hemorreológica:

o Mejora la deformabilidad eritrocitaria.

o Disminuye la viscosidad sanguínea.

o Reduce la agregación plaquetaria.

• Linfotropa:

o Induce la dilatación de los vasos linfáticos.

o Aumenta la velocidad del flujo linfático.

o Reduce el edema.

Farmacocinética

®
Axiras :

• Alcanza concentraciones máximas en plasma entre los 10 y los 20 minutos posteriores a su

administración. Alcanza su fase de estabilización entre 5 y 8 horas.

• Se absorbe de forma rápida y completa en los primeros tramos del intestino delgado.

• Tiene una biodisponibilidad del 74%.

• Su actividad máxima se observa entre las 2 y las 4 horas posteriores a su administración.

• Se metaboliza en el hígado.

• Se elimina a través de la bilis y la orina. El 80% se excreta por las heces fecales.

• Tiene una vida media de eliminación de 57.7 minutos.

• El 90% de la dosis se elimina en 48 horas.

Indicaciones

Axiras® está indicado en el alivio a corto plazo del edema y los síntomas relacionados con la

insuficiencia venosa crónica, las várices, las hemorroides, la fragilidad capilar y la hemorragia

subconjuntival o retiniana.

Evidencias de Axiras® en el manejo de la insuficiencia venosa crónica


En un estudio con diseño a doble ciego y controlado con placebo, que se realizó para evaluar la

eficacia de hidrosmina en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica de los miembros inferiores,

los pacientes tratados con hidrosmina presentaron mejoría de todos los síntomas estudiados: dolor,

prurito, calambres y parestesias, en comparación con los pacientes a quienes se les administró

placebo.

• Los pacientes tratados con hidrosmina presentaron mejoría del dolor (figura 13).

Figura 13. Distribución de la puntuación de dolor antes y después del tratamiento con hidrosmina

(600 mg/día) o con placebo, en pacientes con trastornos venosos de miembros inferiores.

• La tensión local disminuyó en los pacientes tratados con hidrosmina (figura 14).

Figura 14. Distribución de la puntuación de tensión local antes y después del tratamiento con

hidrosmina (600 mg/día) o con placebo, en pacientes con trastornos venosos de miembros inferiores.
• Los pacientes tratados con hidrosmina presentaron mejoría de las parestesias (figura 15).

Figura 15. Distribución de la puntuación de las parestesias antes y después del tratamiento con

hidrosmina (600 mg/día) o con placebo, en pacientes con trastornos venosos de miembros inferiores.

El tratamiento con hidrosmina:

• Mejoró la clínica en pacientes con insuficiencia venosa crónica de las extremidades

inferiores, en comparación con placebo.

• Disminuyó en más del 10% el edema en miembros inferiores.

• Redujo en más del 70% la intensidad de los síntomas.

Los autores llegaron a la conclusión de que hidrosmina es un fármaco útil para el tratamiento de la

insuficiencia venosa crónica de los miembros inferiores.

Evidencias de Axiras® en el manejo de las hemorroides

Con el objetivo de evaluar la utilidad de hidrosmina en el tratamiento de la enfermedad hemorroidal,

se efectuó un estudio con diseño longitudinal, aleatorio y controlado.

Se realizaron evaluaciones a los 7 y a los 14 días de tratamiento y se obtuvo el siguiente resultado:

• En los pacientes tratados con hidrosmina, el índice promedio de mejoría a los 7 y a los 14

días fue mayor que en el grupo control, con diferencias significativas (figura 16).
10
9
8
Índice de mejoría

7
6
5
4
3
2
1
0
7 días 14 días

Hidrosmina Control

Figura 16. Índice de mejoría a los 7 y 14 días de tratamiento con hidrosmina, comparado con el grupo

control, en pacientes con enfermedad hemorroidal.

La utilización de hidrosmina redujo de forma significativa los signos y síntomas de la enfermedad

hemorroidal, en comparación con los resultados obtenidos en el grupo control. Los autores plantean

que hidrosmina es una alternativa útil en el control de la sintomatología de la enfermedad

hemorroidal.

Seguridad de Axiras®

Efectos adversos y contraindicaciones

De forma general, Axiras® es bien tolerado; sin embargo, en algunos pacientes particularmente

sensibles se han reportado trastornos gastrointestinales leves y transitorios. Sólo está contraindicado

en personas con hipersensibilidad conocida a algunos de los componentes de la fórmula.

Precauciones

• Hasta el momento no existen estudios en niños.

• Investigaciones realizadas en animales no mostraron efecto alguno durante el embarazo,

desarrollo fetal, parto, ni desarrollo posnatal.


• Axiras® carece de efecto mutagénico, teratogénico, carcinogénico o sobre la fertilidad.

• Axiras® se puede emplear durante el periodo de lactancia.

Toxicidad aguda

• La toxicidad aguda de Axiras® es muy baja.

• Su dosis letal es mayor de 5 g/kg de peso corporal.

Toxicidad crónica

• En estudios experimentales no altera los controles bioquímicos, hematológicos y de

depuración renal, ni las curvas de crecimiento.

Forma de uso

Presentación de Axiras®

• Cajas con 20, 40 o 60 cápsulas que contienen 200 mg de hidrosmina.

La dosis inicial y habitual de Axiras® es una cápsula de 200 mg cada 8 horas durante el tiempo que

se considere necesario. En los casos de brotes agudos hemorroidales se recomienda el doble de la

dosis habitual.
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• Información para prescribir amplia: Axiras® (hidrosmina) cápsulas 200 mg. Reg. No.

303M2015 SSA IV. Ciudad de México, 2018.

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