Está en la página 1de 1

--0^11^ la SLKTlt' te ayudr. Juan.

pronto, hacer I •i:-o pnnu' y apriivc •bando v\ lunuí


-Adiús, prenda. lo correr hacia I caballo. lidia a ú n salvarse?... ¡Kl,
listaban en la puerta dul rancho cuando se oyu no! La pri'ndn y 1 hijo,si.
¡ifuera el relinobn del moro atado corto ade ntro del
Píltio. Kn seguida ladraron h).s perros. III
—No te asustes, china. Será mi compadre Martín.
1 >eiáme asomar. Transformado tn héroe, pues, el gaucho acababa
La polire mujer temblaba presintiendo eo.sas ncírras de aparecer en la puerta del rancho. Cien caftonew
^i fuera su c<)mpadre, los perros se habrían callado de muerte apuntaron á su pecho. La prenda salió
^ín cambio ladraban desesperadamente. ai'rastrándose con el chico en brazos empujada por
Cuando el y:aucho se asomó á la puerta, quet la voluntad férrea del compañero hacia el costado
elavado en eUa. Nunca había tenido miei pero izquierdo. Kn tanto, él daba un brinco de acróbata
uhora... ¡No! No fué miedo lo que sintió en 1-dad en opui'sto sentido, pretendiendo desearíííir su \ieiti
Bs que se acababa de ver muerto y trabuco lleno de recortados hasta la
von v\ la prenda y el hijo. Kn la boca. La ceba, húmeda quizj'i, ó en
puerta del rancho había más de cien mohecida, no estalló esta vez amiri"
hombres armados, líran los judíos, rando asi la Ü^^ura del ííaucho que.
todos los judíos de la comarca. ¡Los entre el foy;onazo, hubiera suririd*'
ventradores! ¡Ah, fíuaposIjUn batallón, circundada por líneas de fucíro, gran
iin ejército para el solo! Rujian. Las de, soberbt.'i, heroica, en medio do la
lleras venían á malar á la iiera. Kn noche trásii^'á cuyas primeras sombras
lonces tuvo el rasjíít supremo. escondían el dolor v la muerte.
— Anda con el chico vos v déjame
ííalir solo.
--¡Quédate, Juan! ¡No salarás! ¡No - ¡A mí cobard....!
Muiero! No dijo miVs. Allí, á diez pasos del
—Sí no salíío harán fuej^o contra el moro, que asustado esperaba, el cuer-
rancho. ¡Salva al chico! po dil dueño había caído atravesado
Kn esto una bala de li-inc/ics/cr ¡lor una treintena de balas certeras.
«itravesó el rancho. Y mientras la descarga formidable
—¡Me van á matar el chicn!; y á vos hacía estremecer el corazón de la pam
también! pa, sofocaba el estruendo el lamento
La situación no podía prolon^íarsc. de una madre y el vajrido de un niño
— ¡Ai^achátc y salí por este costado! huyendo, sombras dolientes, on fuga
V la arrastró á la mujer. desesperada, del furorde los hombres.
KI jraucho había calculado todo con
i}"*recisión admirable. Aparecer de ALUÍCRTO C H I R A L D O
Di'h. ffc Cao

NUEVOS GENERALES DE DIVISIÓN

G R A L . MANUEL J, CAMI'OS G R A L . IGNACIO FOTIIKRINGHAM G R A L . ' J O S l - ; 1. (^RMENOIA

UN GAUCHO DE PELO LARGO


Rcgino Velázqucz, que- es un peines, debe conservarse en
.ífaucho de los del tiempo an- toda la plenitud de su des-
tiguo, hizo promesa á la Vir- arrollo, no mutilarlo, no sacrifi-
gen de Lujan de dejarse la carlo á la perversión del gusto
melena, y fiel cumplidor do que nos invade por todas par-
Í4U voto, se ha venido desde les. .Sabemos que los peluque-
Choele-Choel donde es capataz ros no estarían mtiy acordes
del depósito de remonta del con tal opinión, pero lo que
í'.obicrno Nacional, para ir en es verdad, es verdad y no se
peregrinación al santuario, y la debe ocultar jamás, pese á
•que la virgen vea que lia sa- quien pese.
bido mantener su p a l a b r a , Y adeniíls no se concibe un
puesto que la melena que tic- poeta, sin su correspondiente
ne le cubre los hombros. melena, fuente de toda inspi-
Va dispuesto á largar una ración, y quien nos ocupa es
versada llena de unción para bardo y bardo de alzar el vuelo
agradecer a l a milagrosa ima- á regiones ideales, cual nos lo
g e n que le haya concedido ha demostradoen unas décimas
s e r hacendado, lo que es muy que se sirvió dedicar á esta
<Je agradecer en estos tiempos. revista y que no reproducimos
Conserva más que todo una por falta de espacio: no porque
tradición propia de nuestra no sean dignas de figurar en-
*-ampaña, algo que constituye tre l.-is mejores y más selectas
•el sello de una raza, pues que producciones, nól
•el gancho por el pelo se co .Su fama en tal sentido corre
noce, como diría un paisann por los amplios horizontes de
y ese atributo de la natura- la pampa argentina, como un
leza que conviene á la esté- •i^.i.A/i.trv/, < \vy\ . \ / 1)1-. K h . M O N l A líKI.
designio de gloria que nadie
tica y á los fabricantes de i''JI"iKciro i':\ cnt RI.K C U O H L se atreve á arrebatarle.
Fot. de CARAS Y CARETÍVS.

También podría gustarte