Está en la página 1de 3

VENCE TUS DEMONIOS EMOCIONALES

1. El apego el camino al sufrimiento

Los apegos son los “hilos”, los lazos emocionales que establecemos con las personas
significativas de nuestra vida, aquellas con las que compartimos sentimientos de pertenencia y
seguridad. Estos “hilos” son parte de nuestro “tejido” emocional.

La única forma de liberarnos de los apegos es «conocer el amor de Mashiaj, que excede a todo
conocimiento, para ser llenos de toda plenitud de Elohim» (Efesios 3: 19).

¿Conoces la historia del Joven rico y Yeshua?

Supongamos que el pasaje bíblico narrado por Lucas, ocurre en nuestros días: Un joven
elegantemente vestido, al estilo de Armani, baja de su Ferrari, saca un lustroso pañuelo de uno
de sus bolsillos, y limpia un insignificante sucio de la carrocería. Al ver a Yeshua pasar por ahí, le
dice: Buen Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y Yeshua le responde: «Vende todo
lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo; luego ven y sígueme» (Lucas
18:18). Al oírlo, el joven miró su reloj de diamantes, su flamante automóvil, a la rubia
despampanante que lo acompañaba y se afligió mucho.

El joven no está dispuesto a perder lo que él suponía le daba felicidad por seguir a Yeshua. Lo
sorprendente, es la intención de Yeshua, Él no estaba interesado en dejar al muchacho sin
fortuna, busca una respuesta, revelarle lo que había en su corazón: un apego desmedido hacia
el dinero que le impedía heredar los tesoros eternos.

La mayoría de nosotros somos como ese Joven rico, deseamos la salvación que Hashem ofrece,
pero sin comprometernos con el Creador. Desconfiamos de Su Palabra, no creemos que al
seguirlo, Él pueda suplir todas nuestras carencias con sus riquezas en gloria y nos aferramos con
fuerza al timón de nuestra vida, impidiendo que YHVH tome el control. ¿A qué te apegas?, ¿al
trabajo, al sexo, a la belleza, al dinero, al poder, a la droga, al novio, al cónyuge, a los hijos, al
Facebook…?

La persona que no está llena de la plenitud del amor de Hashem, busca ocupar sus huecos
emocionales, su necesidad de afecto, compañía o de aceptación, con gente, objetos, dinero,
vicios, redes sociales, Internet, viviendo en un estado de aflicción constante, porque nada,
excepto el amor de Hashem, es eterno. Sin embargo, se niega a soltar lo que supone llena, al
menos transitoriamente, sus vacíos e inseguridades.

2. El cultivo de la paciencia y el amor

Hay tres pasos que nos ayudan a desarrollar la paciencia:

1) De gracias a YHVH: estamos llamados a dar gracias a Hashem en todas las situaciones por su
inquebrantable amor y apoyo (Filipenses 4: 4; 1 Tesalonicenses 5: 16–18; 1 Pedro 1: 6).

2) Busque su propósito: Podemos soportar dificultades por muchas razones de acuerdo con la
voluntad de Hashem. A veces experimentamos pruebas para ser testigos del amor redentor de
Elohim, o a veces pasamos por un evento doloroso para que podamos aprender una mayor
dependencia del Creador.
3) Recuerde las promesas de YHVH: Romanos 8:28 nos recuerda que Hashem obra por el bien
de los que lo aman. Podemos descansar en esta promesa cuando nos sentimos atrapados en
medio del dolor y las dificultades.

La respuesta natural de un humano es la impaciencia y la frustración, pero como hemos sido


restaurados por Hashem, podemos practicar el desarrollo de la paciencia (2 Corintios 5:17).
Tenemos la fuerza de YHVH y la esperanza en la promesa del Creador de trabajar siempre a
nuestro favor para apoyarnos mientras desarrollamos esta característica difícil. Romanos 2: 7
nos reafirma que "Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria,
honor e inmortalidad."

3. La importancia de desactivar el ego

Todos conocemos a alguna de esas personas que parecen estar siempre enfadadas con el
mundo. Son aquellas para las cuales nada está bien. Nada se ajusta a sus expectativas y nada
parece estar a su altura moral, emocional y psicológica. No es fácil desactivar el ego. No lo es
por una razón muy concreta: sabemos reconocerlo en los demás, pero no tenemos un
autodetector para verlo en nosotros mismos. Toma nota de unas sencillas estrategias que te
permitirán identificarlo, gestionarlo y aplacarlo:

 Toma conciencia de cómo tus actos y palabras afectan a los demás.


 Identifica tus limitaciones, tus errores, tus puntos débiles.
 Entiende que los demás no tienen la obligación de ser como tú esperas, de hacer lo que
tú quieres, de satisfacer tus necesidades…
 No esperes nada de los demás. Espéralo todo de ti mismo y vivirás con más equilibrio y
calma.
 Además de aprender a reconocer tus limitaciones, sé capaz también de ver las cosas
buenas de toda persona que está cerca de ti.

Morir al yo que es el polo opuesto del ego

Respondió Yeshua y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer. Respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan
3:3-7 (RVR1960)

Ego es orgullo, y YHVH lo detesta

El temor de YHVH es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca


perversa, aborrezco. Proverbios 8:13 (RVR 1960)

Fue el ego el que convirtió al Rey de Babilonia en un soberbio

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las
nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del
abismo. Isaías 14:13-15 (RVR 1960)
La humildad es opuesta al ego

…con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor
Efesios 4:2 (RVR1960)

Sentirse superiores al resto tampoco es el camino

Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Proverbios


16:18 (RVR1960)

También podría gustarte