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Amistad Ética
Amistad Ética
El ser humano es el ser de la expresión, pues todo en él es habla –palabra-. De esta manera el individuo es un cuerpo
envuelto, impregnado, constituido de expresividad.
Al ser humano le faltan razones, sus actos, se reducen a dudar, conocer, razonar, concebir, explicar, preguntar y buscar
la ausencia de algo.
Mediante la palabra el ser humano muestra lo que es él y hace patente las cosas que componen lo real, ya que la
palabra es, en términos de Eduardo Nicol, representación simbólica; es el acto mediante el cual los seres humanos
nombramos a las cosas.1
Palabra
representación
simbolica
Relación con la
realidad
vinculo con el
semejante
Nuestros actos
tienen una
intención
Las intenciones
surgen por la no
indiferencia.
Aristóteles en su texto Política, indica lo siguiente: “el hombre es entre los animales el único que tiene λóγος-palabra
meditada- … [Y] la palabra esta para hacer patente lo provechoso y lo nocivo, lo mismo que lo justo y lo injusto.2 Eso es
lo que llamamos conciencia pues es la facultad para valorar nuestras acciones en función su maldad o bondad.
1
Cfr.Nicol, Eduardo, Crítica de la razón simbólica, Fondo de Cultura Económica, México 2001.
2
Aristotéles, Política, Introducción, versión y notas de Antonio Gómez Robledo, Bibliotheca Scriptorum Graecorum Et Romanorum
Mexicana, UNAM, México, 2000, p.4.
En este sentido el logos es la Inteligencia que dirige, ordena y da armonía al devenir de los cambios que se producen en
la guerra que es la existencia misma.
La experiencia humana se caracteriza por una serie de improvisaciones caóticas o afortunadas, la tragedia es, por tanto
una experiencia humana, en donde se vive y muestra la imposibilidad de evitar el dolor –destino-.
Vivir es estar en situación, estar en un aquí y ahora de un modo peculiar, con miras a un porvenir. Nuestra existencia se
da en común con los demás y con el mundo.
Azar: forzosidad indeterminada y desconocida, situación que se suscita intempestivamente, ante tal hecho el ser
humano da muestra de su carácter.
Carácter-Libertad: Constituye el no ceder ante los “falsos límites”; la comodidad, la frivolidad el temor y la pereza.
La experiencia humana
“En toda experiencia verdadera descubrimos una cierta intuición del sentido que ella tiene para la vida del sujeto.
El yo se da por entero en cada una de sus experiencias. Es siempre actual y plenamente unitario en cada acción… En
cada presencia plena del yo, en cada experiencia se contiene por entero su pasado y, por lo mismo las posibilidades que
delimitan su porvenir… El concepto clave aquí, además de la presencia del pasado, es el concepto de la novedad: la
presencia en el ahora de lo no vivido antes… El yo se descubre precisamente en el cambio cuando es vivido como
experiencia… Es el pasado lo que explica la presencia del yo actual, lo que hace posible esta actualidad presente, la cual
sin el pasado no tendría realidad ni sentido.”3
El ser humano
Habla de su historia –él es su historia de lo que le ha pasado, de lo que ha hecho frente a lo que le ha pasado-
Habla de su porvenir –construye lo que él es; de lo que hace frente a lo que le pasa, para construir lo que espera,
anhela…
De tal guisa algunos de las características en el individuo son impulso afectivo, instinto, memoria e inteligencia mientras
que los fundamentos de la moral que este alberga son la palabra, la no indiferencia y la libertad.
3
Nicol Eduardo, Psicología de las situaciones viatles, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, p. 40, 43, 57.
LA FIDELIDAD
Memoria: aptitud de conservar toda impresión, en especial las que afectan el espíritu.
Espíritu desde un enfoque filosófico en el sentido estricto del término, es equivalente al concepto de pensamiento.
El espíritu es mortal en el corazón de los hombres, pero está vivo gracias al recuerdo que este guarda de él.
El cuerpo es el presente del presente, el espíritu es el presente del pasado. Es lo que san Agustín llamaba «el presente
del pasado»4, la memoria.
La fidelidad es «la virtud de lo Mismo», decía también Jankelevitch5; pero en este mundo donde todo cambia solo existe
lo mismo gracias a la memoria y a la voluntad. ¿Por qué debo mantener mi promesa, si hoy ya no soy el mismo? Por
fidelidad. Según Montaigne, la fidelidad es el verdadero fundamento de la identidad personal: «El fundamento de mi ser
y de mi identidad es puramente moral: se encuentra en la lealtad que me he jurado a mí mismo. No soy el mismo de
ayer; solo soy el mismo porque me reconozco como el mismo, porque asumo como mío un cierto pasado y porque en el
futuro espero seguir reconociendo mi compromiso presente como mío».
Todo pensamiento, observa Marcel Conche, “Corre continuamente el riesgo de perderse si no hacemos el esfuerzo de
conservarlo. No existe pensamiento sin memoria, sin lucha contra el olvido”.
Es decir no existe pensamiento sin fidelidad: para pensar, no solo hay que recordar (esto lo permitiría solo la conciencia,
y no toda conciencia es pensamiento), sino querer recordar. La fidelidad es esta voluntad, o más bien es su acto y su
virtud.
LA GRATITUD
Lao tse
Agradecer es dar; dar las gracias es compartir. Este placer que te debo no es solo para mí. Esta alegría es nuestra. Esta
felicidad es nuestra.
La gratitud es compartir, la gratitud es amor: es una alegría que va acompañada por la idea de su causa, como diría
Spinoza,6 cuando esta causa es la generosidad del otro, o su coraje, o su amor. Es la alegría a cambio de lo que nos han
dado: amor a cambio de lo que nos han dado.
4
San Agustin. Conjesiolles, XI (especialmente el cap. 20)
5
V Jankelevitch, Trtllie des verlliS, II: «Les vertus et l'amour», L 1, cap 2, Flammarion, 1986, pag .. 140,
6
Cfr. Etlca. III. definición 6 de las pasiones <<El amor es una alegría que acompaña la idea de una causa exterior>>
La gratitud se ve movida a actuar, a su vez, en favor de quien la suscita, porque el amor quiere devolver la alegría a
quien le alegra; por eso, casi siempre, la gratitud alimenta la generosidad, que a su vez alimenta a la gratitud.
La gratitud se alegra de lo que ha ocurrido, o de lo que es, por lo tanto es lo contrario de la pesadumbre o de la nostalgia
(que sufren por un pasado que no fue o que ha dejado de ser), y también de la esperanza o de la angustia, que desean o
temen (desean y temen) un futuro que todavía no ha llegado, que quizá no llegue nunca, pero que, sin embargo, les
tortura con su ausencia.
La gratitud es esta alegría de la memoria, este amor por el pasado, no este sufrimiento por lo que ha dejado de ser, ni el
lamento por lo que no ha sido, sino el recuerdo alegre de lo que fue.
La gratitud es por eso el secreto de la amistad, no por el sentimiento de una deuda, puesto que no se debe nada a los
amigos, sino por una sobreabundancia de alegría común, de alegría recíproca, de alegría compartida. «La amistad danza
alrededor del mundo -decía Epicuro- pidiéndonos a todos que nos despertemos para dar las gracias.»
Gracias por existir, se dicen el uno al otro, y al mundo, y al universo. Esta gratitud es claramente una virtud, puesto que
es la felicidad de amar, la única que existe.
-Eso es la amistad…
La forma más sincera y desinteresada de la Amistad, es aquella por la que apreciamos en la persona íntimamente unida
a nosotros los vínculos del espíritu y de la moral.
Dentro de la experiencia que representa el Eros existe el deber y el querer, estos elementos permiten aducir una tristeza
puesto que de manera intrínseca contienen carencia, esta última se traduce como el deseo de poseer.
En cambio dentro de la Philia, el amor es una espontaneidad libre, es alegría. Este tipo de amor también es deseo pero
que se traduce en acción y potencia de gozar.
Hay acción, placer y alegría cada vez que deseamos lo que hacemos, lo que tenemos, lo que somos, en resumen cada
vez que deseamos aquello que no nos falta.