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**El Árbol de los Sueños**

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de exuberante vegetación, un árbol muy
especial llamado "El Árbol de los Sueños". Este árbol, según la leyenda local, tenía la
capacidad de convertir los sueños de las personas en realidad. Pero para que esto sucediera,
debías encontrar una manera de comunicar tus sueños al árbol de una forma especial.

En este pueblo vivía una niña llamada Elena, cuyo mayor anhelo era ser capaz de volar
como los pájaros y explorar el vasto cielo azul. Cada noche, antes de dormir, Elena cerraba
los ojos con fuerza y se imaginaba a sí misma levantándose del suelo y surcando el aire con
libertad.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Elena descubrió el legendario Árbol de los Sueños.
Maravillada por su magnificencia, se acercó y tocó su rugosa corteza. Con un susurro
suave, el árbol parecía invitarla a compartir sus deseos más profundos.

Elena cerró los ojos y pensó en su sueño de volar. Concentrando toda su energía en esa
idea, colocó sus manos sobre el tronco del árbol y susurró en voz baja: "Quiero volar, como
los pájaros en el cielo".

De repente, una brisa suave comenzó a mecer las ramas del árbol, y un destello de luz
dorada rodeó a Elena. Abrió los ojos para encontrarse flotando en el aire, sus pies apenas
rozando el suelo. ¡Estaba volando!

Con alegría desbordante, Elena se elevó más y más alto, explorando el cielo con asombro y
deleite. Los pájaros la rodeaban, cantando melodías de bienvenida a su nuevo compañero
de vuelo.

Pero mientras disfrutaba de su nueva habilidad, Elena recordó algo importante: sus amigos
y familiares también tenían sueños que querían hacer realidad. Decidió regresar al Árbol de
los Sueños y compartir su don con los demás.
Con cada persona que encontraba, Elena les hablaba del árbol mágico y les animaba a
comunicar sus sueños más profundos. Pronto, el pueblo entero estaba lleno de esperanza y
expectación, cada uno compartiendo sus deseos más íntimos con el Árbol de los Sueños.

Con el tiempo, los sueños de la gente comenzaron a hacerse realidad uno por uno. Un
artista vio sus pinturas cobrar vida en los muros del pueblo, un granjero vio cómo sus
cultivos florecían con una abundancia nunca antes vista, y un anciano encontró la cura para
una enfermedad que lo aquejaba desde hace años.

Pero no todo era perfecto. Con el tiempo, algunos empezaron a abusar del poder del Árbol
de los Sueños, deseando cosas egoístas y perjudiciales para los demás. Elena, preocupada
por el rumbo que estaban tomando las cosas, decidió actuar.

Con valentía, se enfrentó a aquellos que intentaban usar el poder del árbol para fines
oscuros, recordándoles la importancia de los sueños altruistas y el bienestar de la
comunidad. Poco a poco, el pueblo volvió a encontrar el equilibrio, y el Árbol de los
Sueños continuó siendo un símbolo de esperanza y generosidad para todos.

Y así, con el tiempo, Elena se convirtió en la guardiana del Árbol de los Sueños,
asegurándose de que su poder se usara para el bien común y que los sueños de todos,
grandes y pequeños, se hicieran realidad de la manera más hermosa posible.

Cada noche, antes de dormir, Elena se sentaba junto al Árbol de los Sueños, escuchando los
susurros de la naturaleza y recordando el maravilloso poder de los sueños. Y en cada
susurro, encontraba la promesa de un mañana lleno de esperanza y posibilidades infinitas.

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