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LA FRUTA DEL CERCADO AJENO

El dueño de un peral es el dueño ¿Qué excepción es, pues, esta que


de las peras de ese peral. Hasta aminora, coarta y reduce el derecho
aquí, la norma jurídica está diáfana del dueño de un peral, según el sitio
de claridad. Pero como dicen que no en que esté el peral? Y ante todo
hay regla sin excepción, lo que es har- ¿cuál es el sitio de un árbol? el sitio
to fastidio y no poco enredo, también de donde arranca el tronco? ¿el sitio
rsta norma, tan tersa y despejada, su- hasta la más empinada hoja de su co-
fre eclipses en sus excepciones. Por- pa? ¿el sitio que abarca, horizontal-
que según donde florezca el peral, su mente, su rama más larga? ¿es todo
dueño puede sufrir disminución en la eso? ¿o es todo eso más lo que en
propiedad de las peras. Y aquí em- el subsuelo ocupan sus raíces? Pero
pieza lo raro de esta excepción, ya si el sitio de un árbol y por lo tanto
que lo natural parece que el derecho lo que podemos llamar su espacio vi-
del dueño sea más o menos efectivo tal, puesto que sin él no puede existir,
según sus circunstancias con respecto comprende todos los extremos que he
a otras personas y no —como sucede numerado, resulta que el sitio de un
en la excepción mencionada— con res- árbol lleva consigo muchas más por-
pecto al árbol: porque el dueño del ciones de naturaleza que la finca don-
peral, precisamente por ser dueño, ha de está y como el dueño del árbol lo
podido traspasar a otra persona la es por ser el dueño de la finca, tene-
propiedad de las peras y así resulta mos una de estas dos perplejidades:
que uno es el dueño del peral y otro o que el dueño del árbol no lo es sino
el de las peras, mas no porque el peral en una porción exigua del árbol, la
esté aquí o esté allí, sino porque el porción por ejemplo que cae dentro
dueño del peral ha vendido, como si de su finca; o que el dueño del árbol
fuese otra fruta, la propiedad de las es el dueño de otras muchas cosas de
peras: todo se puede vender, hasta el las que realmente no es dueño, como
alma que generalmente la compra el son el subsuelo, la luz y el aire sin
diablo. limitación alguna. Convendría, por lo
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tanto, que los tratadistas nos dijesen de un peral puede no ser, en absoluto,
qué es un peral como sujeto de dere- el dueño de todas las peras de ese pe-
cho. Con todo, procede dejar pulcra- ral, desde el momento en que otra per-
mente establecido que un peral, sea lo sona, por la circunstancia del sitio del
que sea jurídicamente, no puede pro- peral, tiene derecho a buena parte de
ducir peras si no se le permite estirar las peras e incluso a las ramas. ¿Cuál
los pies de sus raíces y alargar los puede ser la razón de esta dualidad de
brazos de sus ramas, ancha y libre- derechos? No se ve otra, sino la de
mente, por el subsuelo y por el piéla- que el dueño del peral no tiene dere-
go inmenso del vacio... cho a la totalidad de espacio vital a
Ytem más: si el dueño del árbol es la que tiene derecho el árbol, si ese
así mismo dueño de todo el espacio vi- espacio vital invade el correspondiente
tal que la existencia productora del a otra finca. De donde se colige, según
árbol requiere, ¿hasta dónde será due- el matiz jurídico de esta legislación,
ño del subsuelo, de la luz y del aire? que cada porción de finca rústica exi-
O sea, qué porción de subsuelo y qué ge el accesorio complementario d e
cantidad de atmósfera caben en el re- atmósfera y que cada propietario po-
pertorio de derechos del dueño de una see también sus parcelas en el aire.
finca rústica? ¿toda la cantidad que Así las cosas, con qué medida se
necesita un árbol para la subsistencia? mide la porción de espacio vital jurí-
De no ser así, la propiedad sobre el dico que a cada dueño puede corres-
árbol es ficticia porque el árbol, sin ponderle? La "Enciclopedia Jurídica
¡os elementos de los que se nutre, deja española" (Seix, editor, Barcelona) al
de existir. ¿Será por lo tanto el dueño hablar de la legislación navarra, en lo
de un árbol, dueño también del sub- que a los frutos atañe, dice que como
suelo y del aire que el árbol necesita? nada se ha legislado en la materia, rige
Aquí tocamos el punto neurálgico el romano que es, en primer lugar, el
de la cuestión. Dispone el Fuero Ara- supletorio de su Derecho privativo.
gonés, en lo que atañe a la propiedad Muy lamentable esta falta de infor-
de los frutos, que la mitad de los de mación en obra de tamaña categoría.
aquellas ramas que proyecten sombra En el Libro VIo, Titulo II, Caps. 10,
sobre finca ajena a la del dueño del II y 12, se dispone que cuando los
frutal, corresponden al dueño de la árboles ocuparen con sus ramas parte
finca sobre la que proyectan sombra. del terreno de otro vecino que no sea
Más todavía: el dueño de la finca el dueño de los árboles, puede el ve-
sombreada posée la facultad de cortar cino cortar esas ramas todos los años
esas ramas: "debet recípere medieta- y, si son frutales, puede sacudir con
tem fructum illorum amorum. vel scin- una vara el frutal y apoderarse de to-
dere illos" (De confinalibus arbori- das las frutas que cayeren a su tierra.
bus, lib. III). He aquí cómo el dueño Escapan a esta disposición los árboles
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de heredades contiguas a prados, cam- de la costumbre rezumante de natura-


pos o exidos comunes de los pueblos, lesa. En este caso, el árbol que es un
de tal manera que el que cortase estos derecho legitimo rebasa en su desarro-
frutales había de pagar cinco sueldos llo un espacio vital del que otro dere-
de multa y además, en cada año, el cho, también legítimo, necesita para
importe de la jruta que tuviese en el sí: ¿Cómo se reduce esa demasía que
año que se cortó hasta que no plan- proviene de las fuerzas naturales? No
tase otro igual al árbol cortado. Mas habría paridad si se le opusieran las
lo interesante de esta ley es el modo fuerzas libres del hombre y sería no-
de ejecutarla. Al dueño de la heredad toria injusticia si el hombre sufriese
sobre la que caen las ramas del árbol. las mermas de su derecho por el ab-
no se le permite cortar las ramas co- soluto desarrollo de las fuerzas natu-
rno le plazca: equivaldría eso al "sum- rales. Lo justo, pues, consiste en limi-
mum jus. summa injuria". Ha de tar las fuerzas del hombre a su poten-
utilizar un hacha cuyo mango tenga cia estrictamente natural para que
un codo de medida. Ha de ponerse cercene la demasía en la proporción
de rodillas en su terreno con uno de que se le cercena su derecho. 0 sea,
los pies "et el otro pie do quisiere" que todos los derechos auténticos se
(Voltaire no conoció tan fino acero de repartan equitativamente los beneficios
ironía) y en esa postura y con ese del aire y de la luz, lo que entonces se
instrumento cortante, puede cortar del diría probablemente: que nos llegue a
árbol lo que le apetezca. También se
todos la bendición de Dios. Si el hom-
establece otro sistema de ejercitar el
bre es el dueño de los frutos, ha de
derecho: puede encender fuego junto
ser el dueño del árbol que dá esos fru-
al árbol (dentro de su terreno) para
tos y ha de ser, en cierto modo positi-
que se queme; pero con estas precau-
vo y concreto, el dueño del espacio vital
ciones. Colocará un fajo de rastrojo,
indispensable para el árbol. Pero el
de los que traen los asnos de las ras-
trojeras y le prenderá fuego cuando espacio vital no se amojona en par-
sople aire cierzo, no bochorno. Esta celas, por lindes, como la finca rústica
operación puede repetirla durante siete y aquí sería interesante que los juris-
años, aumentando un fajo de rastrojo tas definieran el "cuanto" de espacio
en cada año, con lo que el séptimo año vital que corresponda a cada título de
quemará siete fajos. Si ocurriera que derecho. Yo soy el dueño de un árbol:
no hubiese rastrojo en el pueblo, em- pues bien, qué cantidad de luz y de
pleará aliagas, pero en una cantidad aire corresponde, como accesorio com-
que pueda traer una mujer sobre su pletivo, a mi título de derecho sobre
cabeza. Todo esto que se nos antoja ese árbol? Otro ejemplo (Un tribunal
atrabiliario, tiene solemnidad de rito. pidió un ejemplo a un examinando y
Es la lev, en su reciedumbre todavía dijo: una culebra. Otro ejemplo, re-
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plicó el Tribunal. Otra culebra —sub- mítrofe extiende sobre su huerto. No


añadió tan satisfecho el alumno). dejaría de ser un sugestivo tema para
El hecho puede ser —y es frecuen- una tesis doctoral esta del aire en el
temente— como sigue: el dueño de un Derecho. Se vé que le es tan indis-
predio cualquiera posee un árbol fru- pensable como al pulmón. Posible-
tal cerca del límite de su predio y el mente, el calabozo y la mazmorra me-
frutal rebasa ese límite con sus ramas, dioeval tienen explicación en esa con-
como en un gesto de coquetería al comitancia del Derecho que, en suma,
dueño del predio colindante o como en es ejercicio de libertad, con el aire que
una tentación jugosa al "jus abutendi". es espacio, para el ejercicio: el con-
Y conviene precisar conceptos: el denado a calabozo pierde todo Dere-
límite de un predio ¿es únicamente la cho, toda libertad y por ello se le otor-
faja de tierra entre uno y otro predio? ga el espacio mínimo. Mas tornemos
No parece que sea así, pues que ex- a las peras. ¿Tiene o no tiene derecho
tiende su jurisdicción por el aire, no a los frutos el dueño de una finca so-
sabemos hasta qué altura, si bien su- bre la que caen las ramas del frutal
ponemos que dependerá de la altura ajeno? Y si lo tiene, a cuántos frutos?
que alcance el melocotonero en cues- Y si tiene derecho o los frutos ¿lo tie-
tión. ne también a las ramas de las que
He aquí, pues, un extremo a diri- penden los frutos? Pero las ramas,
mir cuidadosamente: ¿qué porción de sujetos de frutos pendientes, ¿tienen
aire entra en la capacidad de derecho valor como tales sin el tronco del ár-
de una huerta? es decir ¿a cuánto aire bol del que reciben la savia, origen del
tiene derecho una viña, un robledal, fruto? ¿se podrá, pues, tener derecho
un predio cualquiera? No parece que a la rama frutal y no al árbol que en-
lo tenga a todo el aire posible porque gendra la rama? Parece que sí, puesto
entonces, su propietario sería el dueño que en otro orden de derecho, uno es
del ave, cuando cruza su heredad, lo dueño de un cheque y de las pesetas
que no debe ser así porque no que valga y no lo es del Banco que
le es lícito matarla si carece de la expide y dá valor al cheque. En De-
autorización conveniente, y también recho romano, el tema fundamental
dueño del avión que vuele por encima sobre los frutos consiste en que su
de su campo. Esto no tiene color ju- propietario sea quien sea propietario
rídico alguno, sino más bien traza de de la cosa que ha producido el fruto,
opinión incongruente. Sin embargo, sin otras limitaciones que las consig-
¡o cierto es que a alguna porción de nadas en la ley sobre adquisición de
atmósfera tiene derecho, por cuanto frutos por personas ajenas a su pro-
tiene derecho a los melocotones o pe- pietario y que son el poseedor de bue-
ras de aquellas ramas tentadoras y na fe, el enfiteuta, el usufructuario.
prolíficas que un árbol del predio li- tic, etc. En nuestra legislación foral
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ya hemos asistido al desenlace de ese tar la ejecución (que no podía hacerse
drama jurídico. El desenlace tiene hasta que sanase o muriese) el acree-
algo de tragedia griega y de auto de dor tenía derecho a la cama de paja,
jé español, las dos manifestaciones hu- donde colocado el enfermo le daban
manas más robustas de la fatalidad y fuego para graduar por sus movimien-
del Credo, que forman la encrucijada tos la enfermedad. Si las ramas del
de nuestra vida. árbol de una heredad ocupaban el te-
Nuestra legislación reconoce, pues, rreno de otra, podía el dueño de ésta
el espacio vital que completa la reali- darle fuego desde su propia heredad
dad jurídica y gradúa, además, el con un fajo de rastrojo o de aliagas
"cuánto" de espacio vital que corres- en cada año; pudiendo repetir la mis-
ponde a cada titulo de derecho, desde ma operación en los seis años siguien-
el momento en que el perjudicado tie- tes con aumento de un fajo progresi-
ne su acción justiciera limitada por vamente; pero con viento cierzo, y no
medio de la rodilla en tierra y el man- con bochorno, porque suponían que
go de un codo que ciñen su libertad a los árboles del mediodía de las here-
una medida determinada. Muy bien dades eran los que causaban perjuicio
observó a este propósito, nuestro me- oponiéndose a la influencia del sol.
ritísimo Yanguas: "En el estableci- Los hijos naturales debían ser criados
miento de los Fueros se vé la inge- por sus propias madres, y si se escu-
niosa escrupulosidad con que procura- saban, antes de dar paso alguno judi-
ban no dejar cosa alguna al arbitrio cial, debía el padre presentar el hijo
de los hombres: La Naturaleza, y el a la madre para que la naturaleza ejer-
respeto a la Religión eran dos medios citase su poderoso imperio; y esta
de que se valían frecuentemente en las misma diligencia se practicaba por la
decisiones de sus juicios". madre cuando el padre negaba la pa-
"Si se dudaba sobre que una here- ternidad. A falta de pruebas, casi to-
dad estaba o no bien cercada de seto, dos los juicios se remitían al jura-
debía decidirlo un asno en el resultado mento de los acusados, que se cele-
de sus conatos por saltar la valla para braba con mucha solemnidad en la
juntarse con una hembra de su espe- puerta de la iglesia; y esto indica el
cie. Si un vecino debía dejar fuego benéfico influjo que la Religión tenía
en el hogar de su casa, después de sobre las costumbres. Los procedi-
haber guisado la comida, para que mientos en negocios criminales jamás
otro tomase de él si lo necesitaba, éste podían dilatarse sino de Pascua a Pas-
no podía abusar, llevándose mucha cua, porque en las tres del año debían
cantidad, sin quemarse la mano, en ser juzgados o puestos en libertad to-
cuya palma colocaba las brasas sobre dos los presos, antes de celebrar las
una poca ceniza". Horas en la iglesia"
"Si un fiador alegaba que su prin-
cipal deudor estaba enfermo para evi- ELADIO ESPARZA.

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