Está en la página 1de 9

04-037-064 9 copias

La biografía cultural de los objetos

Chris Gosden; Yvonne Marshall

Worl Archaeology, Vol. 31 N 2, The Cultural Biography of Objects (Oct., 1999): 169-178

Traducción para la Cátedra Elementos de Prehistoria y Arqueología Americana para Historiadores

Julia De Stéfano

Un área crucial de pensamiento en todas las ciencias sociales en la actualidad, es la relación entre
personas y objetos. Hasta hace poco, la cultura material no era tenida en cuenta por disciplinas
como antropología, historia o sociología, siendo éstos vistos como objetos funcionales a los procesos
sociales pero raramente informándolos. Para la arqueología, los objetos han tenido siempre un rol
central en sus investigaciones, pero su interés se centraba en su función, datación, o estilo; ya que a
través de estos análisis los arqueólogos han pensado que le otorgaban sentido.

A lo largo de las últimas dos décadas, la situación ha cambiado y la cultura material, ha venido a
tomar las riendas de formas mucho más amplias de análisis social. Los investigadores, se han dado
cuenta que los objetos no solo proveen un telón de fondo a la acción humana, sino que están
integrados a ella. Ciertamente, si consideramos a la cultura material en sus diferentes momentos de
producción, intercambio y consumo, poco es excluido, especialmente si cada uno de éstos es
tomado en cuenta en su contexto social. Este nuevo foco, dirige su atención a la forma en la que las
trayectorias históricas humanas y de los objetos se relacionan. Una metáfora para entender este
proceso es explorada en este artículo de World Archaeology: la biografía. La idea central, es que las
personas y los objetos a través del tiempo, movimiento y cambio, son constantemente
transformados, y en esas transformaciones las personas y los objetos están liados unos con los otros.

La arqueología procesual, ha tratado de desarrollar una aproximación más histórica a los objetos a
través del uso del concepto de vida útil (Tringham 19994:175). El concepto de vida útil (use-life) se
centra en los cambios morfológicos o funcionales en objetos y artefactos. A modo de ejemplo, la
reducción de un instrumento lítico a través de sucesivos episodios de lascado y retoque,
centrándose en el modo en que su forma y uso cambian a medida que se vuelve más pequeño. En
esa visión, los objetos son percibidos como pasivos, material inerte al que las cosas le pasan y
suceden. Este análisis no advierte que cuando las interacciones sociales involucran personas y
objetos, crean significados. En contraste, la aproximación biográfica adoptada en este artículo se
propone hacer eso. Es por ello que se encuentra más cerca de la historia de vida, desarrollada por
Tringham (1994, 1995) para investigar los recintos en el Neolítico.

En ese estudio, los recintos tienen que ser considerados como una entidad individual,
dinámica cuyos meses de vida son significativos para los hombres y mujeres que actúan dentro y
alrededor de él. Me parece, que el concepto de historia de vida del recinto tiene una significación
más histórica y humanística que el término vida útil. Esto tiene que ver con que incorpora el aspecto
temporal - la duración de ocupación, la continuidad de generación en generación, su reemplazo, sus

1
1/9
ancestros, sus descendientes, las memorias que tienen sus ocupantes, los fantasmas que se
esconden tras las paredes y bajo los cimientos. En otras palabras, me intereso por su biografía.
(Tringham 1995:98)

El concepto de Tringham de historia de vida, como la aproximación biográfica de este artículo, trata
de entender la forma en la que los objetos son investidos de significados a través de las
interacciones sociales en las cuales participan. Estos significados cambian, se renegocian a lo largo
de la vida de un objeto. Sin embargo, estas modificaciones en el significado no se derivan de la
transformación física o del uso de un objeto, este punto lo tratan Gillings y Pollard en su artículo en
este volumen que discute las transformaciones en el significado de la Piedra 4 en Avebury; sino que
emerge de la acción social y el propósito de la biografía del objeto es iluminar ese proceso.

La noción de biografía de los objetos se remonta a Kopytoff (1986) quien postula que las cosas no
pueden ser entendidas completamente en un sólo punto de su existencia, entonces los procesos y
ciclos de producción, intercambio y consumo tienen que ser estudiados en su conjunto. No sólo los
objetos cambian a lo largo de su existencia, sino que tienen la capacidad de acumular historias,
entonces el significado presente de un objeto deriva de las personas y eventos en los cuales estuvo
presente. Los collares del Kula en las islas Trobriand, siempre mantenían los nombres de las
personas que los habían poseído y los habían intercambiado. La fama de los objetos y el renombre
de las personas se crean mutuamente, entonces los objetos ganan valor a través de las relaciones
con personas poderosas y el status de un individuo mejora a través de la posesión de objetos
respetables. Entonces, hay un proceso mutuo de creación de valor entre personas y objetos.

Pensando biográficamente

N° de Serie: 1940.10.54

País: Fiyi

Nombre: Collar

Material: diente de ballena - fibras de coco

Coleccionista: Reverendo James Calvert

Otros dueños: King Thakombau

Fuente del Museo: Piloto James Lionel Calvert a través de su tía la Sra. Gladys.

Lo de arriba es la del catálogo del Museo Pitt Rivers para el collar Fiyian hecho dientes de balleña y
fibra de coco (Figura 1). Este objeto, en su vitrina puede parecer estático y aislado, pero esto es una
mala interpretación de las colecciones de los museos y de los objetos en general. A pesar de su

2
2/9
aparente aspecto estático, estos objetos están continuamente adquiriendo nuevos significados,
conexiones y sentidos. Luego de ver el collar Fiyi, la primera pregunta que un visitante al museo Pitt
Rivers debe hacerse es de quién era?; inmediatamente seguido de dónde proviene? La historia de la
posesión y uso de esos objetos es ampliamente conocida para los Fiyi, especialmente si esa historia
involucra jefes importantes, ya que aquellos objetos que han sido tocados por los jefes de la tribu
son considerados poderosos y peligrosos.

De particular importancia en Fiyi son los collares de diente de ballena que se llaman tabua. Aunque
estaban encordados en fibra de coco, los tabua eran llevados generalmente en la mano en vez de en
el cuello. Durante el siglo XIX los tabua circulaban como parte de un ritual de intercambio entre los
dioses, los jefes, las personas, incluyendo victimas de canibalismo y mujeres para contraer
matrimonio (Sahlins 1985: 100-1; 1983). Estos dientes de ballena aún circulan en la actualidad en
ceremonias para pedir favores, negociar deudas y mantener alianzas. Muchos tabua han circulado a
través de muchas manos y su longevidad fruto de la posesión y del intercambio es ampliamente
venerada. A lo largo de los años los dientes de ballena se vuelven más oscuros, como consecuencia
del aceite de las manos de sus dueños que se incorpora dentro de los mismos, junto con el poder de
los dueños. La intensidad del color del tabua es indicador de la antigüedad de su biografía y es el
principal determinante del valor del diente. Ambos, valor y biografía están generalizados, pocos
tabua tienen historias específicas (Thomas 1991:67).

El collar del Museo Pitt Rivers es diferente. Esta hecho de barbas en vez de dientes de ballena y fue
elaborado para usarse específicamente como collar. Este tipo de collares fueron producidos en el
Siglo XIX cuando los jefes Fiyi estaban tejiendo relaciones con sus vecinos de Tonga y Samoa (Clunie
1986:159-60). Como menciona Kepler (1978:249), mientras Fiyi, Tonga y Samoa eran una cultura
diferente, formaban un sistema social en el cual canoas, plumas de loro, esteras, entre otros eran
intercambiados. el collar de dientes sawn de ballena, tecnológicamente superiores al tabua, fueron
manufacturados por los canoeros Tonga, quienes vivían en Tonga o en el este de las islas Fiyi, y
fueron inicialmente hechos bajo el control de los jefes Tonga como presentación a los jefe Fiyi. El
contexto de producción y uso fue desde el inicio colonial; eran en un sentido foráneos e
intercambiados entre jefes Fiyi. Estos collares eran objetos singulares, personales, principales, quizás
asociados con posiciones de jefatura en vez de jefes individuales (Thomas 1991:74). A diferencia de
las biografías generales de los tabua, los pocos ejemplos conocidos de collares de barbas de ballena
tienen biografías muy bien conocidas y específicas, como es el caso del collar de Pitt Rivers.

Alrededor de 1874 el collar de diente de ballena fue entregado por jefe Thakombau (Cakobau en
ortografía reciente) al Reverendo J. Calvert, un misionero de Wesleyan, quien tuvo un rol
protagónico en la conversión de Cakobau al cristianismo. El collar se mantuvo en la familia Calvert
por cincuenta años, como recordatorio de su pasado misionario y sus relaciones imperiales. Paso de
generación en generación hasta que llegó al tataranieto, James Lionel Calvert, quien murió herido de
guerra en Francia en 1939. En ese momento su tía Gladys entregó el collar al Museo Pitt Rivers
donde es exhibido actualmente. Este collar ha sido visto por muchas personas, incluido el novelista
P.D. James, quien hace referencia en su novela The Children of Men (p.156).

Este collar seguramente fue entregado a Calvert como un regalo, siguiendo el contexto tradicional
en el cual este collar debía de pasar de mano en mano. Sin embargo, éste había sido entregado en
otra coyuntura, en un contexto de colonización ya que en 1874 Fiyi se había convertido en una

3
3/9
colonia británica. En una ceremonia formal, Cakobau entregó a la reina Victoria una serie de
tradicionales regalos que simbolizaban la secesión sobre las personas y la tierra de Fiyi. Entre ellos,
elementos de guerra y gran cantidad de tabua. En la manera preestablecida, el tabua, poderoso y
simbólico, no fue ni siglado ni catalogado, al contrario de los objetos de guerra que sí lo fueron. La
reina Victoria y el rey Jorge V retuvieron estos ítems en el castillo de Windsor hasta 1932 cuando el
rey Jorge los devolvió a Fiyi como un regalo oficial embellecido por una corona de plata que se
convirtieron en la maza del nuevo consejo legislativo de Fiyi. En la apertura del consejo, este regalo
fue llevado por un anciano quien era un niño en Bau cuando Cakobau era su jefe. A continuación de
este evento, el Governador Fletcher (1932), reflexionó que la maza con sus asociaciones históricas
agregaba una nueva dignidad a las precedentes.

Los regalos y ceremonias alrededor de la colonización de Fiyi por el imperio británico, pudieron
simbolizar los usos políticos de estos objetos en el intercambio entre los jefes Tongan y Fiyi. El collar
de Calvert, al contrario que la maza, se quedó en el Museo Pitt Rivers. Sin embargo, al igual que la
maza, no se puede divorciar de sus complejas relaciones sociales que constituyeron su biografía.
Ambos objetos, representan el contacto entre el pasado y el presente del Fiyi con las viejas colonias
y los gobiernos actuales, pero recontextualizados como objetos de investigación.

Entre objetos y personas

En el fondo de la noción de biografía hay preguntas sobre la relación entre personas y cosas; sobre
las formas en que significados y valores se acumulan y transforman. Hay muchas formas de entender
estas conexiones y muchas maneras de conceptualizar a los objetos que yacen en el fondo de estas
relaciones. A continuación esbozaremos una serie de teorías que están siendo utilizadas para
abordar estas cuestiones, sin embargo, como la diversidad de artículos elaborados para este
volumen sugiere, ninguna teoría jamás será adecuada para entender todas las circunstancias.

Un debate influyente concierne sobre la diferencia entre regalos y mercaderías. Esta cuestión ha
generado una vasta literatura que yace más allá del alcance de este trabajo. No obstante, la
distinción entre regalos y mercancías se remonta a la definición de Marx de mercancía y de Mauss
de regalo. La distinción entre ambas ha sido recapitulada por Gregory (1982). Gregory se inspira en
la definición de mercancía de Marx, al mismo tiempo que aparentan relaciones entre cosas en el
mercado, son de hecho relaciones entre clases sociales: la que posee los medios de producción y los
objetos que se producen. Así mismo, la naturaleza social de los regalos, puede parecer para la
mirada occidental, una transacción económica, pero de hecho se refieren a la producción de
sociabilidad, a través de la creación y el mantenimiento de relaciones sociales. Las mercancías son
alienables, entonces cuando se realiza la transacción no quedan relaciones entre el vendedor y el
comprador. En cambio, los regalos siempre mantienen alguna relación entre la persona que lo hizo y
la que lo tiene actualmente. El movimiento de regalos, configura una densa red de relaciones entre
personas, que puede ser desenmarañada sólo cuando se devuelve un regalo. El mayor paralelo con
esto en el mundo occidental son los regalos de navidad y de los cumpleaños, donde la cualidad de
los objetos es secundaria a las relaciones sociales y obligaciones que esos objetos elaboran y

4
4/9
mantienen. La alienación de las mercancías, en contra de de los continuos significados que se le
otorga a los regalos proporcionan diferentes maneras de crear y mantener biografías.

Marilyn Strathern (1988) ha desarrollado la idea de que los regalos producen relaciones sociales, y
activamente crean relaciones entre las personas y los objetos. Esta autora ha desarrollado un corpus
teórico que está influenciando a otras partes del mundo. Strathern ve a los Melanesios y a sus
objetos en movimiento dentro de una red de relaciones. Su identidad deriva de su red de relaciones
sociales. Si los regalos mantienen un vínculo inquebrantable con las personas que los hicieron e
intercambiaron en el pasado, entonces todos los regalos tienen múltiples autorías: es decir, que son
producidos por un rango de diferentes personas y una abundancia de relaciones. Mientras que los
Occidentales ven entienden que los objetos existen en y fuera de ellos, los Melanesios ven a los
objetos como una parte fundamental de las personas circulando a través del cuerpo social de
manera compleja. Las personas no son solo múltiples sino distribuidas. Una persona está
íntimamente compuesta de todos los objetos que ha hecho e intercambiado y esos objetos
representan el total de su agencia. La agencia de la persona puede tener efectos a una distancia
considerable del cuerpo del individuo y puede continuar teniendo efectos luego de su muerte. Los
objetos, son moldeados por sus significaciones y significados sociales y las diferencias en el esquema
de significado que adscriben personas y objetos son los que separan a los Occidentales de los
Melanesios. En Melanesia las personas pueden ser ambos sujeto y objeto, encontrarse en un lugar y
esparcirse sobre muchos, tener un efecto directo o una difusa influencia dependiendo en su posición
cambiante dentro de la red de relaciones. Esto no es así en el pensamiento occidental y esto genera
una brecha en dos posiciones radicalmente diferentes de vida. Esto tiene un impacto esencial en la
noción de biografía. La cultura material no son sólo soportes externos o medidas de una vida
interior, sino que las personas y objetos tienen una relación biográfica mutua que despliega formas
culturales específicas.

Ideas similares han sido exploradas por Gell (1998) usando básicamente Strathernian trabajo de
referencia. Aunque su trabajo es especifico sobre objetos de arte, la idea puede aplicarse a la cultura
material en general. Gell siente que los objetos pueden ser vistos como actores sociales, ya que son
construidos y utilizados en el contexto de acción social en maneras que no ocurrirían si no existieran.
A pesar de la vasta influencia de las ideas de Strathern y Gell, los ejemplos de Melanesia constituyen
sólo una manera de conceptualización posible de las relaciones entre personas y objetos, no pueden
generalizarse al resto del mundo.

Es de destacar, el trabajo de Appadurai (1986), quien pone en duda la distinción entre regalos y
mercancías. Un reloj comprado en un negocio como mercancía puede ser dado como regalo con la
fuerza social de un artículo hecho desde el primer momento para ser un regalo. Para Appadurai, el
contexto es todo y más que hacer distinciones vacías entre objetos, debemos mirar las
circunstancias políticas y sociales que circundan los intercambios. Appadurai está interesado en el
grado de intercambiabilidad entre objetos: cuando es socialmente apropiado el intercambio de
cerdos por moneda o cerdos por valvas. Thomas (1991, 1994) también destaca la
recontextualización, pero mantiene la distinción regalo/mercancía como una utilidad global. Las
relaciones coloniales en el Pacífico a lo largo de los últimos siglos propició el intercambio en masa de
objetos entre locales y foráneos, dando como resultado que aquello producido originalmente como
mercancía sea intercambiado como regalo y viceversa. Los objetos para Thomas, se han enmarañado
en nuevos conjuntos de relaciones en los últimos cinco siglos en el Pacífico, que no pueden ser

5
5/9
pasados de alto como la explotación de los nativos por los colonialistas o como una perdida cultural
como resultado del impacto del capitalismo arrollador y avaro. Los objetos pueden entenderse si nos
centramos no sólo en el contexto cultural que originalmente los produjo sino que también en las
nuevas circunstancias en las que se mueven. Las historias de muchos objetos están compuestas de
cambios de contextos y perspectivas.

Una aproximación un poco diferente, es la del trabajo de Hoskins (1988), quien se centra en como
las biografías individuales están amarradas a los objetos. Ella cambia el foco de las biografías que los
objetos pueden acumular a la forma en la que los objetos son utilizados para crear y mantener el
significado en la vida de las personas. El trabajo de Hoskins en el este de Indonesia, descubrió que
cuando se le pregunta a la gente sobre el significado de los objetos, ellos responden detalladamente
sobre la biografía del mismo. En su trabajo ella trata de definir como los objetos operan como
bálsamos para la auto definición y ayudan a organizar la experiencia que constituye la historia de
vida personal (Hoskins 1998:7). A lo largo de su trabajo, critica a Strathern por no mirar cómo los
Melanesios crean una coherente imagen de ellos mismos fuera de su cultura material y sus historias
de intercambio que completaría su noción individual y colectiva (Hoskins 1998:10).

Produciendo Significado

Muchas de las teorías discutidas anteriormente, se focalizan en contextos de intercambio. En estos,


se entiende que los objetos acumulen biografías a medida que se mueven entre las personas. Pero
los objetos no tienen que modificarse físicamente para adquirir nuevos significados, tampoco tienen
que ser intercambiados. Otros contextos más allá del intercambio crean significados y producen
biografías. Por ejemplo, las ceremonias o rituales. En la costa noroeste del Pacífico en Canadá, las
celebraciones son centrales para el significado de los objetos. En su maravillosa antología de Willie
Seaweed, a Kwakwaka’wakw artista y jefe que vivió desde 1873 y 1967, Bill Holm (1983) compiló un
cuerpo de trabajo que incluye mascaras, tótems y pequeños objetos tallados. Para los ojos
occidentales, su importancia radica en que fueron creados a mano. Sin embargo, esto no fue nunca
el punto de visa Kwakwaka’wakw. El significado del arte de Willie Seaweed no deriva de la persona
que lo manufactura:

Los artistas de la costa noroeste en el pasado no firmaban o marcaban sus trabajos…probablemente


el primer artista Kwakwaka’wakw que regularmente firmaba sus pinturas y sus objetos tallados era
Charley James, solamente porque los hacía para venderlos a los no indios…hasta lo que yo se, Willie
Seaweed jamás firmó una sola pieza.

(Holm 1983:35)

Tampoco el significado deviene del tallado. Willie Seaweed, le encargó a Mungo Martin que tallara
una máscara bifacial, mientras él tallaba una máscara Raising-Top. Ambos eran inusuales y notables:

6
6/9
Willie Seaweed las vendió a las dos, junto con varios objetos al Dr. Charles Newcombe, coleccionista
del museo provincial British Columbia en 1914. Vender máscaras, representaba notables ganancias,
sin embargo para los foráneos debía parecer un extraño acto para el Jefe de la tribu. Esto nunca
causó problemas entre los Kwakwaka’wakw. Una máscara de esas, fue y es valorada, especialmente
si es una reliquia, pero el derecho de exhibirla deriva de una vieja tradición, que está guardada
celosamente. Los foráneos nunca reclamarían ese privilegio, y nuevas máscaras podrían hacerse.
Esto es exactamente lo que Willie Seaweed hizo. Las mascaras que él hizo para remplazar a aquellas
que iban al museo provincial eran copias, representaban las mismas criaturas en forma similar.

(Holm 1983: 29)

Para los Kwakwaka’wakw el significado se debe representar. Es decir, tiene que ser producido y
presenciado. En este sentido, las máscaras eran un vehículo a través del cual los privilegios
ceremoniales adquirían existencia material y el mejor tallador podía ser visto porque el impacto de
la performance dependía en su mayoría de sus habilidades. Pero, era el acto de mostrar quien era
más poderoso y cuál lograba establecer el significado de la máscara. Poseer una máscara no era en sí
importante, ya que la máscara sólo posee significado en el contexto de su performance.

Como se discute en el trabajo de Lisa Seip en este volumen, los Nuxalk del norte entienden de otra
manera la relación entre personas, máscaras y ritual. Entonces, los Nuxalt tienen una actitud
diferente frente a la venta de máscaras a los foráneos. Sin embargo, los Nuu-chah-nult del sur,
tienen una actitud similar a la de sus vecinos Kwakwaka’wakw. Cuando el capitán Cook navegó hacia
la tribu Nuu-chah-nult ubicada en Yuquot en 1778, los pobladores estaban extremadamente
deseosos de vender cualquier máscara tallada o tótem, que él y su gente quisieran (Beaglehole
1967:319-20). Sin embargo, en contraposición a esta actitud frente a la venta estaba su reticencia
para mostrar los objetos tallados a los compradores: “observamos que frecuentemente durante la
venta de sus máscaras, las traen tapadas con una actitud misteriosa, a hurtadillas” (Beaglehole
1967:1414). El conflicto generado por esta situación de contacto sin precedentes no era sobre si era
apropiado vender estos objetos, sino más bien en la forma en la que debía hacerse, en un contexto
no significativo, no ceremonial con el fin de facilitar la venta (Marshall 1999).
Una situación reciente resalta las mismas tensiones. En marzo de 1988 el Museo Royal British
Columbia compró una cortina ceremonial Nuu-chah-nult que pertenecía a Andy Warhol. Al
momento de la compra, el museo ya tenía dentro de sus colecciones una cortina similar en diseño e
imagen (Hoover and Inglis 1990:275) e investigaciones subsiguientes sobre la historia de la cortina
revelaron la existencia de varias copias de la misma. En este caso, el privilegio de exhibición había
sido pasado a varias personas a través de la venta de las copias. En 1988 la familia Frank tenía los
derechos sobre la cortina y como no tenía ningún apuro con que el museo la comprara, la pregunta
sobre cuándo y en qué circunstancias la cortina tenía que exhibirse fue mucho más cargada. Se llegó
a un acuerdo en donde el museo podía exhibir las dos cortinas pero con una ceremonia que las
invistiera del significado de sus dueños Nuu-chah-nult (Hoover and Inglis 1990).

Variedad Biográfica

7
7/9
En los casos mencionados anteriormente, hemos tratado de mostrar la gran variedad de maneras en
las que un objeto puede ser entendido biográficamente, y el rango de modos de aproximarse
biográficamente a los objetos. La costa noroeste fue obviamente un contexto social diferente al de
Fiyi o al del Oeste de Melanesia. En este último lugar, tiene sentido hablar de objetos como actores
sociales y sobre el significado que reside en algún sentido en el objeto mismo. En la costa noroeste,
un objeto viene a la vida solo en celebraciones, entonces fuera de ese contexto tiene poco
significado inherente. El collar de dientes de ballena de Fiyi, parece haber formado parte de los dos
tipos de biografías.

Esta distinción entre objetos que acumulan biografías y objetos que contribuyen a la biografía de
una ceremonia o cuerpo de conocimiento, más que acumular su significado inherente, puede ser
útil. Algunos de los objetos considerados en este trabajo, parecen capaces de acumular sus propias
biografías: el mármol Elgin (Hamilakis), el Saxon Cross (Moreland) y la cartera S. Black (Peers).

Pero no todos los objetos acumulan significados y biografías en este sentido único. A modo de
ejemplo, la máscara Nuxalk (Seip), las perlas en América Central (Saunders), la figura ecuestre en el
Arte Rupestre de los Andes (Gallardo et al.) o el monumento de Averbury (Gillings y Pollard). ¿La
apariencia física de las bolas de roca y su falta de un unívoco contexto arqueológico las convierten
en objetos performativos elaborando su biografía de significados, más que creando su propia
biografía (MacGregor)? El caso extremo es la noción Rainbird sobre la transformación de vasijas en
tumbas en Nan Madol, donde un set de significados se adscribía a diferentes tipos de objetos a lo
largo del tiempo, indicando que el significado era más importante que las características del objeto
al cual estaba conectado.

En algunas circunstancias, particularmente aquellas de encuentro colonial, un quiebre agudo puede


ocurrir en la biografía, un radical reseteo de significado. Esto ocurrió cuando la máscara Nuxalk
(Seip) y la cartera S. Black (Peers) fueron alienados de su cultura de origen y ubicados en un museo;
esto sucedió cuando el español Apóstol Santiago fue reinventado por la población indígena de los
Andes (Gallardo et al.); y cuando Avebury fue redescubierto en el siglo veinte (Gillings and Pollard).
Pero estas renovaciones no son siempre completas, traen consigo viejos fragmentos de vidas
pasadas, rastros de significados anteriores.

El concepto de biografía nos lleva a pensar comparativamente sobre la acumulación de significado


en los objetos y el efecto de cambio que tienen sobre las personas y eventos. Esto produce que la
variedad de relaciones entre las personas y las cosas en los diferentes contextos culturales sea aún
más aparente. Por último, la utilidad de la metáfora de la biografía dependerá de su rol en revelar
esta variedad.

Agradecimientos

Nos gustaría agradecer a Andrew Crosby por sus considerados comentarios sobre un borrador y por
compartir un poco de su extensivo conocimiento acerca de los collares de dientes de ballena y sobre
la maza del consejo legislativo de Fiyi.

8
8/9
Referencias

9
9/9

También podría gustarte