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APOSTILLAS SOBRE EL ARTÍCULO 1 DE LA LEY 19550 GENERAL DE SOCIEDADES A TENOR DEL

CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN (L. 26994)

I - INTRODUCCIÓN
Veamos, en primer lugar, el contenido del artículo 1 de la LGS, que fuera modificado por la
ley 26994 que sancionó el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (CCyCo.).

Art. 1 (LSC, versión original) - “Concepto. Tipicidad. Habrá sociedad comercial cuando dos o
más personas en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se
obliguen a realizar aporte para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios
participando de los beneficios y soportando las pérdidas”.

El actual artículo 1 expresa lo siguiente:

Art. 1 (L. 19550 general de sociedades, versión actual, L. 26994) - “Concepto. Habrá sociedad
si una o más personas en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta ley,
se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o
servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas.

La sociedad unipersonal solo se podrá constituir como sociedad anónima. La sociedad


unipersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal”.

Una visión global sobre la actualmente denominada “ley general de sociedades”, según lo
tenía prescripto la versión original de la ley 19550, nos sugiere tener presente, en relación
con el nuevo contenido del artículo 1 de esta ley, las consideraciones que se exponen a
continuación.

II - SOCIEDAD Y EMPRESA

Partiendo de la afirmación de que la sociedad se ubica en una realidad jurídica, en tanto la


empresa lo hace dentro de una realidad económica, podrá decirse que ambos fenómenos
están íntimamente ligados, como cuando el derecho organiza la actividad empresarial a
través del derecho societario, brindándole a la empresa su estructura o ropaje jurídico para
su desenvolvimiento en el mundo de los negocios(1), aunque no siempre la empresa se cobija
en la forma societaria típica desde que florecen también, especialmente en las últimas
décadas, otras formas asociativas (o no, como la empresa unipersonal de responsabilidad
limitada), como la sociedad de componentes, los contratos de colaboración empresaria, las
agrupaciones de colaboración, los consorcios de cooperación, las uniones transitorias de
empresas, las pymes, las sociedades de garantía recíproca, los programas de propiedad
participada, los fondos comunes de inversión, los fideicomisos y otros entes.(2)

III - EL DERECHO SOCIETARIO Y SU CONMOCIÓN

No hace mucho tiempo, el profesor Anaya indicaba lo siguiente:

1. Desde los sencillos orígenes de las organizaciones implementadas para la concurrencia de


los recursos de una pluralidad en la realización de actividades mercantiles, el derecho
societario tuvo un notable y complejo desarrollo que lo ha conducido a la incómoda
convivencia jurídica de figuras que, en su diversidad, se rigen por principios regulatorios que
no guardan armonía y llegan a lo antinómico (Antunes).

2. Las sociedades de capital con el arquetipo de la anónima son las protagonistas de las
manifestaciones más alambicadas y su unidad mantiene una innegable tensión. La enorme
tarea para configurar sus principios, su autonomía, su organicismo y su personalidad jurídica,
en el marco de la empresa unisocietaria singular, se desdibuja bajo el amplio espectro de las
manifestaciones organizativas a las que se aplica y que culminan con los grupos de
sociedades involucradas en la empresa madre, cabeza de grupo o holding, aunque no pierdan
su personalidad jurídica ni la adquiera el grupo.

3. Los órganos descaecen en las dependientes y el interés social es desplazado por el interés
grupal o es extrañado de la subsidiaria o filial integral, donde tampoco tiene lugar el contrato
constitutivo.

4. Otro tanto acontece en la sociedad unimember de la persona física, en la que decir


“affectio societatis” sería irrisorio.

5. No encuentra tampoco lugar a este ámbito la tradicional causa societaria, como no lo tiene
tampoco en la sociedad non profit, ni estaría cómoda en las sociedades con empresas de
pura erogación.

6. La determinación del objeto puede ser esencial en función de la empresa -como v. gr.,
bancos y seguros-, pero pierde rigor y aun sentido en los conglomerados, como tampoco es
inherente a la empresa del grupo de sociedades que bien puede estar orientado hacia la
diversificación en una política de dispersión de riesgos.

7. Tras la evolución operada, surge la diversidad de figuras carentes de homogeneidad en


detrimento de su identidad tradicional, creando una situación que no tiene salida por un
retorno a los orígenes sino que, antes bien, están convocando a una recreación jurídica de la
materia que tenga por base su función como técnica de la organización de la empresa.

IV - ANTECEDENTES DE LA ENTONCES LEY DE SOCIEDADES COMERCIALES

La idea original del Anteproyecto Malagarriga-Aztiria, antecedente inmediato del entonces


Anteproyecto de Ley General de Sociedades Comerciales (ALGSC) fue reformar totalmente las
disposiciones de los Códigos Civil y Comercial(3) en materia de sociedades, prescindiendo de
su objeto. Sin embargo, las críticas que anticipadamente se alzaron contra esta intención,
emanadas principalmente de la doctrina civil, obligaron a adoptar un criterio transaccional,
absteniéndose de modificar las normas civiles, aunque estableciendo la posibilidad de que
cualquier sociedad, aun con objeto civil, adoptara alguna de las formas previstas por el
Anteproyecto(4). Ello justifica que Malagarriga y Aztiria introdujeran la fórmula italiana de
desarrollar una actividad económica al determinar el alcance del objeto societario. El
Proyecto Definitivo elaborado por Colombres, Fargosi, Halperín, Odriozola y Zaldívar, basado
en el Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria, alteró la definición de sociedad propuesta por
estos, pues ciñéronse a la sociedad comercial cuyo objeto consistía en la producción o
intercambio de bienes o servicios.(5)

V - EL RÉGIMEN SOCIETARIO ARGENTINO Y SUS MODIFICACIONES

En la República Argentina, las comúnmente denominadas “sociedades comerciales” eran y


son reguladas por la aún vigente ley 19550, generalmente llamada entre nosotros “ley de
sociedades”, pero sin regular las cooperativas ni las sociedades de economía mixta y -
además- aun discutiendo la calidad de comerciales de estas, dicha ley de sociedades no
representaba un cuerpo normativo independiente, sino que sus disposiciones integraban el
actualmente derogado Código de Comercio.

La ley 19550, en su actual redacción, sigue conteniendo tres sendos Capítulos: el primero,
denominado “Disposiciones generales”; el segundo, “De las sociedades en particular”; el
tercero, “De las disposiciones de aplicación”, habiendo sido eliminado de la ley societaria el
Capítulo “De los contratos de colaboración empresaria” por la ley 26994 (CCyCo.) que, con
ligeras variantes, fue incorporado al CCyCo.

Además de las diversas modificaciones introducidas al texto original de la ley 19550 a lo largo
de más de cuarenta años(6), y en lo concerniente a la regulación específica a la que está
sujeta la sociedad anónima, en general no se deben ignorar las disposiciones de menor rango
normativo que integran el sistema preceptivo de la sociedad anónima y que están referidas,
fundamentalmente, a controles a propósito que ejerce el Estado, teniendo en cuenta si la
sociedad anónima cotiza sus acciones en Bolsa (CNV) o su objeto (como bancos, compañías
financieras, de seguros, capitalización y ahorro, casas y agencias de cambio, e inversiones
extranjeras). Pero, sobre todo, no puede dejar de computarse el bagaje de resoluciones
administrativas emitidas por la Inspección General de Justicia de la Nación a partir del año
2003, algunas de las cuales resuelven “reglamentar” aspectos de la ley societaria,
incursionando con frecuencia en el campo de la discusión sobre su constitucionalidad, pero
que, así y todo, se plasmaron en la resolución general (IGJ) 7/2005 y sus posteriores
modificaciones, fundamentalmente y recientemente, la portentosa resolución general (IGJ)
7/2015 motivada por la sanción de la ley 26994 de unificación de los Códigos Civil y
Comercial.(7)

VI - LA CONCATENACIÓN CONCEPTUAL EN LA LEY 19550

La ley de sociedades (hoy “ley general de sociedades”) constituye una muestra -ejecutada
con un estilo de destacable rigor- del pensamiento conceptual aplicado al derecho de
sociedades. Como tributo a tal escuela conceptual, nace como aplicación y desarrollo de
principios formulados en la doctrina, principalmente la nacional. Muchas disposiciones de la
ley 19550 que pueden ser criticadas no son una solución cerrada del legislador, sino una
solución derivada de los principios que este aceptó. La ley 19550, en su versión original,
constituye un todo armónico y debería evitarse todo cambio legislativo de disposiciones
particulares, salvo en aquellos casos en que la imaginación del comentarista no pueda
proponer una aceptable interpretación supletoria de la regla.

VII - ATRIBUTOS FUNDAMENTALES

De la vinculación conceptual que guardan los artículos 1, 2 y 3 de la LGS pueden señalarse en


la sociedad los siguientes atributos fundamentales:

1. Es un sujeto de derecho, aun la asociación que adopte la forma de sociedad bajo alguno de
los tipos previstos.

2. Hasta la sanción de la ley 26994 (CCyCo.) que incorporó la sociedad anónima unipersonal,
suponía pluralidad de individuos que concurren a su existencia.

3. Debe estar organizada.

4. Debe adoptar uno de los tipos previstos en la ley societaria.

5. Los socios o único titular de la unipersonal se obligan a realizar aportes que integran el
patrimonio social.

6. Este patrimonio debe destinarse a la producción o intercambio de bienes o servicios.

7. Los socios participan, así, de los beneficios y soportan las pérdidas.

En su aplicación empírica, estos atributos fundamentales no siempre fueron un “lecho de


rosas”, pues no pocas veces nuestros tribunales tuvieron que expedirse con autoridad
intelectual sobre la noción contractualista de la sociedad, replanteando la tipicidad,
cuestionando la pluralidad de socios o interviniendo en la discusión en punto a la dualidad de
una sociedad (¿civil o comercial?), así en los casos de condominio o simple comunidad de
intereses, las prestaciones médicas, los consorcios vecinales y la tan debatida figura de la
sociedad de profesionales, especialmente las constituidas por los graduados en ciencias
económicas.

VIII - PLURALIDAD
En los exámenes sobre el atributo de la pluralidad societaria, y mucho antes de la reciente
incorporación de la sociedad unipersonal por el CCyCo. (L. 26994), fijamos nuestra posición
en el sentido de que debía receptarse en la preceptiva la empresa unipersonal por acciones,
con lo que este atributo de la pluralidad de socios perdería su fundamento, máxime cuando
no podía ocultarse que buena parte de las sociedades por acciones cerradas o de familia se
integraban con un único accionista; y, cuando no, la cesibilidad de las acciones -supuesto de
ser al portador- tornaba intrascendente la esencialidad del requisito de la pluralidad de
socios, pues la totalidad del capital social quedaba -con frecuencia- en manos de una sola
persona sin que se alterara un ápice la estructura jurídica de la sociedad. Ergo, se tendía así a
abandonar el dogmatismo contractualista de la “pluralidad”, reconociéndose, por ejemplo,
no pocos casos de simulación lícita del segundo socio, tanto en el pequeño emprendimiento
donde se agrega la esposa o el hijo del titular del patrimonio escindido, como en el gran
emprendimiento en que -para constituir la filial nacional de una gran sociedad internacional-
se suma su representante jurídico local, como meros fiduciarios(8). Recurriendo a la figura
del socio aparente (art. 34, LGS), se afirmaba que era permisible la simulación lícita en
concordancia con el actualmente derogado artículo 957 del Código Civil, en la medida en que
no hubiera lesión de derechos de terceros(9). Se observaba también que el artículo 1, junto
con los artículos 34 -párr. 1- y 94 -inc. 8)- de la ley 19550 reconocían al empresario individual
de responsabilidad limitada como negocio jurídico, donde el recurso al “socio de cómodo”
era una necesidad del sistema para organizar una actividad bajo un sistema de
responsabilidad limitada, por lo que adecuada solución al uso torcido, abusivo y desviado del
recurso jurídico sociedad se encontraba en el artículo 54, último párrafo, de la LSC (hoy
LGS).(10)

En esta postura de admisión de la sociedad unipersonal parecía enrolarse un fallo al resolver


que la nulidad planteada sobre el decreto 677/2001, al permitir que la controlante se
constituya en único miembro de la sociedad controlada, estaría autorizando el
funcionamiento de las sociedades unipersonales -al margen de la prohibición legal que surge
del derecho de fondo-, debía ser desestimada al no advertirse un interés propio del actor en
una nulidad cuyas consecuencias no aparecían cabalmente configuradas en el punto que se
traía a decisión.(11)

Por fin, agregábamos en nuestra valoración sobre la admisibilidad de la sociedad unipersonal


lo siguiente:

1. Un punto clave en un futuro replanteo estructural debería ser el papel de la


responsabilidad limitada como principio general del tráfico negocial, ya que la complejidad de
la vida económica hace que los pequeños y medianos empresarios no estén ya en
condiciones de prevenir y superar los riesgos nacidos de su propia explotación, con lo que tal
impedimento de aprehender el proceso económico y asumir las consecuencias que él
conlleva había determinado, por un lado, lo que se ha dado en llamar la “huida hacia la
responsabilidad limitada”, tratándose de una tendencia del empresario individual y de las
pequeñas empresas de base personalista hacia la objetivación de su actividad económica,
separando la empresa de la persona del titular y sometiéndola al estatuto de las sociedades
de responsabilidad limitada.

2. La multiplicidad de formas de la realidad económica y la inestabilidad de las relaciones


derivadas del desarrollo técnico tiene, por lo que se refiere al pequeño productor, una
manifestación típica en el hecho de su dependencia frente a las grandes empresas y la
concentración de poder económico. La proclividad de las grandes empresas a desplazar los
riesgos hacia las pequeñas, la falta de independencia de estas por razón del sistema de
división del trabajo y la especialización misma del proceso económico, así como la falta de
una auténtica competencia dada la diferente situación de fuerza y posibilidades en que se
encuentran los operadores económicos determinan la huida a formas jurídicas de
responsabilidad limitada ante la imposibilidad de influir y dominar los riesgos de la propia
empresa. Esta misma limitación de autonomía ha llevado a diferentes técnicas de coordinar
los esfuerzos singulares dentro del modelo de solidaridad social de nuestro tiempo, orientada
esta vez no como instrumento para potenciar los beneficios, sino como medio de prevención
de resultados perjudiciales.(12)

3. El viejo Proyecto de Reforma al Código Civil posibilitaba la constitución de personas


jurídicas con un solo integrante, y la proyectada reforma a la ley 19550 permitía, en su
artículo 1, que las SRL y las SA puedan ser constituidas por una sola persona humana o
jurídica. A comienzos del año 2003, se presentó a la Cámara de Diputados de la Nación este
Proyecto de regulación de las sociedades unipersonales de responsabilidad limitada y
sociedad anónima (modificando los arts. 1, 36, 53, 73, 94 -inc. 8)-, 147, 164, 165 y 213, e
incorporando un nuevo art.: el 39 bis).

4. Para algunos autores, la figura no agradaba aduciendo, por ejemplo, que nuestro país no
precisa de nuevos institutos propicios de ser convertidos en instrumentos de fraude, a lo que
nosotros respondíamos que además de las razones expuestas en trabajos anteriores,
contrariamente, el fraude encontraba su mejor tentación cuando se persistía en entelequias
asociativas inspiradoras de ilícitos.

5. Se advierte en los últimos tiempos una tendencia universal a proteger y estimular las
empresas individuales (en su mayoría conocidas como “pymes”), alentándoselas con la
limitación de la responsabilidad del empresario individual y creando una suerte de estatuto
modelo de la empresa individual de responsabilidad limitada.

IX - ORGANIZACIÓN

La organización requerida es solo jurídica y comprende el régimen de la administración,


asambleas, fiscalización, documentación y contabilidad, etc., que deben preverse, por lo
menos, con los alcances fijados en la ley, y no puede ser dispuesta libremente por los socios
sino ajustada a la tipología societaria.

X - TIPICIDAD

Como lo señalaba Zaldívar(13), la tipicidad es un presupuesto de la sociedad argentina,


significando la necesidad de ajustarse a una de las formas reglamentadas en la ley, ya que el
conocimiento fácil y preciso de los socios y terceros con respecto a la estructura jurídica que
adoptan atañe a la seguridad jurídica. Ello así, en toda alteración del régimen societario
argentino debiera ponderarse no solo lo que se introduce sino también lo que se deroga,
máxime cuando la ley 19550 estructura una normativa armónica con el resto de la
legislación.(14)

Nosotros siempre creímos que era preferible para la fenomenología empresarial saber a qué
atenerse a la hora de enmarcar jurídicamente la empresa, y nada mejor que contar con
figuras -asociativas o no- predeterminadas normativamente entre las que el empresario
podrá optar. Quizás en tren de perfectibilidad regulatoria resultaría aconsejable que la ley de
fondo contara también con algún mecanismo que acoja oportunamente las nuevas figuras
negociales que el hombre va pergeñando a la par de la evolución de los sistemas económicos
que van dejando atrás los esquemas asociativos macilentos.

Hasta antes de la sanción de la ley 26994 (CCyCo.) los tipos societarios caracterizados por la
ley 19550 eran: la sociedad colectiva (art. 125), la sociedad en comandita simple (art. 134), la
sociedad de capital e industria (art. 141), la sociedad de responsabilidad limitada (art. 146), la
sociedad anónima (art. 163), la sociedad anónima con participación estatal limitada (art.
308), la sociedad en comandita por acciones (art. 315) y las sociedades de economía mixta
(art. 372), en este último caso aplicándose las disposiciones de la ley 19550 en cuanto no
sean contrarias a las del decreto-ley 15349/1946 (L. 12962). Con la sanción de la ley 26994,
en rigor, no se quita ni tampoco se agrega otro tipo societario, pero sí cabe aclarar que se
incorpora con la tipología de sociedad anónima a la flamante sociedad unipersonal que solo
podrá constituirse como sociedad anónima, valga la redundancia.

No encuadran en el régimen de tipicidad societaria las sociedades extranjeras, las sociedades


accidentales o en participación, la sociedad de componentes y las cooperativas, como
tampoco las conocidas como “sociedades irregulares” de los artículos 21 a 26 de la ley 19550,
cuyos textos fueron reemplazados por la ley 26994, que pasaron ahora a ser “titularizadas”
como “sociedades no constituidas según los tipos del Capítulo II y otros supuestos” en
reemplazo de la “sociedad no constituida regularmente” de la versión original de la ley
19550, por lo que muy bien puede explicarse que la desaparición de esta última
denominación ponderada por el régimen de irregularidad a las que eran sometidas es
desplazado por un régimen “regulatorio”, como queriendo atribuirles el carácter de sujeto de
derecho que conducirían a una seudotipificación, lo que admitiría una gran controversia.

XI - APORTES

Como no hace mucho tiempo lo dictaminó un pronunciamiento del Superior(15), la génesis


de las sociedades comerciales reconoce como sustento esencial la existencia y acumulación
de capitales destinados a la producción e intercambio de bienes y servicios (art. 1, L. 19550)
y, a través suyo, a la motorización de la economía nacional, y este es uno de los pilares en
que se asienta el otorgamiento de la personalidad jurídica y la limitación de la
responsabilidad de las personas físicas que integran dichas entidades. Es en este marco de
certeza jurídica y patrimonial que puede realizarse el intercambio de bienes y servicios y la
generación de capitales que permitan el desarrollo económico del Estado.

XII - OBJETO SOCIAL

El objeto social asume, entre otras, las funciones de delimitar la actividad de la sociedad; esa
misma función de delimitación se refleja en la esfera de las actividades en que cabe sea
invertido el patrimonio social; enmarca la competencia del obrar de los órganos; fija las
facultades de los representantes y permite definir el interés social.(16)

XIII - PARTICIPACIÓN EN LOS RESULTADOS

La participación en los resultados -tanto beneficios como pérdidas- hace a la esencia del
contrato de sociedad.

XIV - LA SOCIEDAD UNIPERSONAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA DEL NUEVO ARTÍCULO 1


DE LA LEY 19550 [MODIF. POR L. 26994, (CCYCO.)]

a) Sistema normativo adoptado

El sistema adoptado por el CCyCo. (L. 26994) al incorporar a la sociedad unipersonal es el


siguiente:

- Admite la sociedad unipersonal, es decir, constituida por un solo socio (art. 1, LGS), o
sobreviniente por reducción a uno del número de socios (art. 94 bis, LGS). Tampoco es causal
de disolución la reducción a uno del número de socios, imponiendo la transformación de
pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria,
en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el término de tres (3)
meses.

- Debe indefectiblemente adoptar el tipo sociedad anónima.

- La denominación debe incluir el aditamento “sociedad anónima unipersonal”, su


abreviatura o la sigla SAU (art. 167, LGS). Además, la denominación social puede incluir el
nombre de una o más personas de existencia visible.
- El capital debe estar integrado totalmente al momento de su constitución (art. 187, LGS).

- Quedan sujetas al contralor estatal permanente [art. 299, inc. 7)].

- La prohibición a una sociedad unipersonal de constituir otra unipersonal (art. 1, LGS).

- La reducción a uno del número de socios no es causal de disolución, imponiendo la


transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de
capital e industria en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el
término de tres (3) meses (art. 94 bis, LGS).

- A la nómina de entes societarios sometidos a una fiscalización estatal permanente se añade


ahora un séptimo ente: las sociedades anónimas unipersonales (art. 299, LGS).

b) Valoración

Algunos autores consideran que el tipo propuesto para la constitución de la sociedad


unipersonal (SA) no es el más adecuado, ya que hubiera resultado más conveniente restringir
su constitución a la utilización del tipo de sociedad de responsabilidad limitada. Otros, que
dicha figura debería responder a una realidad diversa de la que prima en las sociedades
(pluralidad), y no limitarla a la sociedad anónima ni menos regularla sometida a la preceptiva
del artículo 299 de la ley 19550, que impone una fiscalización pública y privada exuberante y
burocratizadora, lo que acarrearía más problemas que soluciones con incremento de la
litigiosidad. Nosotros pensamos lo siguiente:

1. Siguiendo la corriente de la distinción dimensional de las sociedades -que venimos


pregonando desde hace más de cuarenta años- Allende(17) se pregunta: “¿A qué obedece
este cuidado extremo?”, respondiéndose, acertadamente, que siempre se supone que las
sociedades comprendidas en el artículo 299 de la LGS eran sociedades que por su volumen
patrimonial o trascendencia social o impacto de la actividad merecían un cuidado extra de
parte del Estado. De otra manera, no es fácil justificar una intromisión en la esfera privada del
derecho societario. No obstante, pese a lo que es de conocimiento pacífico y generalizado, el
actual CCyCo. sorprende con este control a las sociedades anónimas unipersonales,
equiparándolas por su trascendencia a las que realizan actividades con impacto social
importante, e implicando, necesariamente, que la SAU (como cualquiera controlada de esta)
deberá contar con tres directores y tres síndicos, como mínimo. En fin, el tiempo dirá si esta
medida fue acertada o desacertada.

2. Quizás hubiera sido más útil y menos engorroso pensar en otros métodos preventivos de
situaciones fraudulentas, como existen en otros países, destacándose que el régimen de
contratación del socio único con la sociedad debería observar ciertas normas, como sucede
en el derecho español, en el que se prevé la transcripción de todos los contratos, bajo pena
de inoponibilidad a la masa en caso de concurso y otros recaudos específicos que hacen a la
seguridad de terceros.(18)

3. Más allá de objetar terminológicamente la figura de la “sociedad” unipersonal -pues


resulta un contrasentido denominar “sociedad” a un ente integrado por una sola persona-,
resulta ponderable la decisión de la Comisión Reformadora del CCyCo. de incorporar este
“tipo” a la LGS, que para nosotros debería denominarse, propiamente, empresa unipersonal
de responsabilidad limitada.

4. Dudamos de la afirmación sustentada en los Fundamentos del Proyecto de Unificación del


CCyCo. acerca de que en la recepción de la sociedad unipersonal la idea central no sea la
limitación de la responsabilidad, sino permitir la organización de patrimonios con empresa-
objeto en beneficio de los acreedores de la empresa individual de un sujeto con actividad
empresarial múltiple(19). Creemos que el móvil decisorio e impulsador de la formación de
una empresa individual de responsabilidad limitada es, precisamente, destinar total o
parcialmente su patrimonio a un emprendimiento, acotado -en cuanto a responsabilidad- a
este patrimonio que, por añadidura, aprovechará seguramente las normas organizativas
societarias de aplicación.

5. Reiteramos que, en vez de someterla al régimen de la sociedad anónima, hubiera sido más
propicio regularla como una suerte de estatuto modelo con tipología propia sin involucrarla
in totem con la sociedad anónima como una suerte de subespecie de esta.

6. Es cierto que la prohibición de constituir una sociedad unipersonal con otra unipersonal
facilitaría enormemente la comisión de fraudes e insolvencias en perjuicio de terceros; pero
también es cierto que en los casos de corrupción, como se ha constatado en los últimos años,
las sociedades anónimas fueron empleadas no pocas veces para la ocultación de patrimonios
mal habidos empleando artimañas diversas -en lo constitutivo y funcional- que deberán ser
desentrañadas por la justicia.

7. No consideramos como aspectos favorables -al menos para las pequeñas y medianas
empresas- que la sociedad unipersonal se deba constituir por instrumento público (como la
escritura pública), por los motivos que venimos exhibiendo en relación con la
instrumentación constitutiva en obras anteriores.(20)

8. Es posible, también, que el modelo propiciado sea de utilidad para la denominada filial
total o al cien por ciento, que facilitará a cualquier empresa la organización de una parte de
sus negocios bajo esta forma, con lo que los grupos, las sociedades extranjeras y toda
sociedad o persona que tenga interés en organizar bajo este tipo su actividad podrán hacerlo
ahora sin recurrir al requisito de la pluralidad de constituyentes.(21)

Notas:

(1) Roitman, Horacio y Aguirre, Hugo: “Empresa y sociedad” en “Tratado de la empresa” -


Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 2009 - T. I - págs. 740/1

(2) Que se examinan en Verón, Alberto V.: “Tratado de las sociedades comerciales y otros
entes asociativos” - LL - 2012 - T. IV - págs. 117/986

(3) El concepto que contenía el derogado art. 282, CCo. fue el reflejo de una época,
habiendo experimentado con posterioridad el derecho societario profundas
transformaciones en su elaboración científica que repercutieron en la noción de sociedad
(CNCom. - Sala A - 31/5/1972; ED - 43-417)

(4) Malagarriga, Carlos C.: “En torno al concepto de sociedad comercial en el proyecto de ley
de sociedades” - RDCO - 1969 - pág. 562

(5) Antes de elaborar el Proyecto Definitivo de la original L. 19550, su Comisión Redactora


empleó la locución “producción de bienes o servicios”, lo que provocó la crítica de
Malagarriga en “En torno al concepto de sociedad comercial” (RDCO - 1969 - pág. 563),
afirmando, con razón, que con tal expresión podrían considerarse excluidas las sociedades
comerciales cuyo objeto fuera de “interposición en el cambio” o de compraventa de bienes
para su ulterior reventa

(6) Como las L. 19880, 20468, 20643, 20705, 22182, 22686, 22903, 26831, etc., y
últimamente la 26994 (CCyCo.). Perciavalle, Marcelo L.: “Ley general de sociedades
comentada” - 2a ed. - ERREIUS - 2015 y “RG (IGJ) 7/2015 comentada” - ERREIUS - 2015

(7) Ver Perciavalle, Marcelo L.: “RG (IGJ) 7/2015 comentada” - ERREIUS - 2015

(8) Richard, Efraín H., comentando el trabajo de Piaggi De Vanossi, Ana I.: “Estudios sobre la
sociedad unipersonal” - Ed. Depalma - Bs. As. - 1997; JA - 1998-III - pág. 1176

(9) Bazán, Jorge: “A propósito del fallo ‘Fracchia Raymond SRL’” -LL - 2005-E - pág. 478
(10) Van Thienen, Pablo A.: “El empresario individual y la estructura jurídica societaria.
Análisis crítico del fallo ‘Fracchia’, ¿sociedad de cómodo?” - ED - 213-980

(11) JNCom. N° 26 - 8/3/2004; ED - 207-130


(12) Fernández de la Gándara, Luis: “La atipicidad en derecho de sociedades” - Ed. Pórtico -
Zaragoza - 1978 - pág. 468

(13) Zaldívar, Enrique et al: “Cuadernos de derecho societario” - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. -
1975 - T. I - pág. 25

(14) Gagliardo, Mariano: “Observaciones preliminares a un proyecto de reforma parcial al


régimen de la sociedad anónima” - ED - 191-900

(15) “Ávila, Carlos Alberto c/Benjamín Gurfein SA y otros s/despido” - SC (Bs. As.) - L81550S -
31/8/2005

(16) CNCiv. - Sala D - 11/4/1986; LL - 1986-C - 389. CNCiv. - Sala B - 24/6/2003; JA - 2003-IV -
896 - con nota de Hers, Liliana: “La competencia del Directorio en las sociedades” - ERREPAR -
DSE - Nº 199 - junio/2004 - T. XVI - pág. 714
(17) Allende, Lisandro A.: “Apuntes e interrogantes sobre los cambios que se proponen a la
normativa societaria en el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de 2012” - J-DOC-5877-
AR/MJD5877-17/07/2012

(18) Allende, Lisandro A.: “Apuntes e interrogantes sobre los cambios que se proponen a la
normativa societaria en el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de 2012” - J-DOC-5877-
AR/MJD5877-17/07/2012

(19) Fundamentos del Proyecto de Código Civil y Comercial del año 2012, X), 2)

(20) Verón, Alberto V.: “Tratado de las sociedades comerciales y otros entes asociativos” - LL
- Bs. As. - 2012 - T. I - págs. 569/96. Perciavalle, Marcelo L.: “Ley general de sociedades
comentada” - ERREIUS - 2015 y “RG (IGJ) 7/2015 comentada” - ERREIUS - 2015

(21) Roitman, Horacio: “Las sociedades” en Rivera, Julio C.: (Dir.): “Comentarios al Proyecto
de Código Civil y Comercial de la Nación 2012” - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 2012 - págs.
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