Está en la página 1de 63

Suscríbete a DeepL Pro para poder traducir

Más información disponible en www.DeepL

La transnacionalización en la
migración internacional:
implicaciones para el estudio de la
ciudadanía y la cultura
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

Thomas Faist

Resumen
Términos como espacios sociales transnacionales, campos sociales
transnacionales o transnacionalismo suelen referirse a los vínculos
sostenidos de personas, redes y organizaciones a través de las fronteras de
varios Estados-nación, desde formas poco institucionalizadas a otras muy
institucionalizadas. Sin embargo, existen dos grandes lagunas conceptuales en
el estudio de los espacios sociales transnacionales derivados de la
migración internacional y los flujos de refugiados. En primer lugar,
términos como espacios sociales transnacionales y comunidades
transnacionales se utilizan a menudo como sinónimos, como si
"comunidad transnacional" fuera la única forma o tipo de espacio social
transnacional. Este análisis esboza los principales mecanismos que operan
en la transnacionalización: la reciprocidad en los grupos pequeños, el
intercambio en los circuitos y la solidaridad en las comuni- dades. Estos
mecanismos corresponden a distintos tipos de espacios sociales
transnacionales.
de 2014

grupos de parentesco transnacionales, circuitos transnacionales y redes


transnacionales.
comunidades nacionales. En segundo lugar, no se han explorado
sistemáticamente las implicaciones de la transnacionalización para la
ciudadanía y la cultura. El concepto de expansión transfronteriza de los
vínculos sociales también contribuye a enriquecer nuestra comprensión de
la integración de los inmigrantes en los ámbitos político y cultural. Existe
una afinidad electiva entre los tres conceptos generales para explicar y
describir la adaptación de los inmigrantes: asimilación, pluralismo étnico y
expansión transfronteriza del espacio social, por un lado, y los conceptos
utilizados para describir la ciudadanía y la cultura, por otro. En el ámbito
político, los conceptos son ciudadanía nacional, multicultural y
transnacional; y en el ámbito cultural, aculturación, retención cultural y
sin- cretismo transnacional.

Palabras clave: Transnacionalismo; migración internacional; asimilación;


pluralismo étnico; diáspora.
Tanto si hablamos de espacios sociales transnacionales como de campos
sociales transnacionales, transnacionalismo o formaciones sociales
transnacionales en los sistemas de migración internacional, solemos
referirnos a vínculos sostenidos de personas, redes y organizaciones a
través de las fronteras entre múltiples Estados-nación, que van desde
formas poco institucionalizadas a otras altamente institucionalizadas. No
nos referimos a

Ethnic and Racial Studies Volumen 23 Número 2 Marzo 2000 pp. 189-222
2000 Taylor & Francis Ltd ISSN 0141-9870 impreso/ISSN 1466-4356 en línea
190 Thomas Faist
contactos ocasionales y fugaces entre emigrantes y personas relativamente
inmóviles en los países de inmigración y los países de emigración. Los
espacios sociales transnacionales y las demás denominaciones que hemos
dado a estos fenómenos se caracterizan por una alta densidad de vínculos
intersticiales a nivel informal o formal, es decir, institucional. Sin
embargo, cuando nos fijamos en las implicaciones básicas que se extraen
de este denominador común,
es realmente asombroso que sigan existiendo dos grandes lagunas
conceptuales -
entre otros- en el estudio de los espacios sociales transnacionales
derivados de la migración internacional y los flujos de refugiados.
En primer lugar, términos como espacios sociales transnacionales y
comunidades transnacionales se utilizan a menudo como sinónimos, como
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

si "comunidad transnacional" fuera la única forma o tipo de espacio social


transnacional (Portes 1996). Ciertamente, las remesas que fluyen en
familias transnacionales entre emigrantes de primera generación dentro de
hogares organizados recíprocamente es un fenómeno muy diferente de las
comunidades de diáspora centenarias que abarcan parte del globo, como la
diáspora judía. A su vez, estas dos formas también difieren probablemente
de los circuitos transnacionales de intercambio en los que empresarios
chinos, libaneses o indios han florecido en diversas partes del globo
durante décadas. Además, la transnacionalización sostenida de los lazos
migratorios suele denominarse "transnacionalismo" (para un ejemplo
reciente, véase Portes, Guarnizo y Landolt 1999): Sin embargo, no está
claro si se trata de la ideología de los transmigrantes que participan en las
resistencias locales de la economía informal y el activismo de base (Smith
y Guarnizo 1998), o de los esfuerzos de concienciación de los gobernantes
que intentan retener a los expatriados (Basch et al. 1994), o de la visión
del mundo de los investigadores que estudian los fenómenos asociados
(Glick Schiller y Fouron 1998), o de las tres cosas a la vez. Por lo tanto,
necesitamos conceptualizar más claramente los distintos tipos de
de 2014

fenómenos que se engloban bajo el epígrafe de espacios sociales


transnacionales. Así pues, mi primera intención es dar un paso hacia una
tipología sistémica de los espacios sociales transnacionales derivados de
la migración internacional Sur-Norte. Además, identifico varios factores
que favorecen la formación de espacios sociales transnacionales duraderos
que existen más allá de la primera generación de emigrantes.
En segundo lugar, dado que los conceptos denominados
"transnacionales" se han convertido en un cajón de sastre para los
vínculos transfronterizos sostenidos, no es sorprendente encontrar
afirmaciones de que la transnacionalización tiene consecuencias de gran
alcance en la forma en que pensamos sobre la adaptación de los
inmigrantes, la sociedad civil global, las comunidades, la cultura y la
ciudadanía. Por ejemplo, algunos autores han argumentado
perspicazmente que los lazos transnacionales pueden actuar en contra de
la fusión con la mayoría.
núcleo -previsto por las teorías clásicas de asimilación-, lo que conduce
Ciudadanía y cultura 191
a más
autonomía cultural e incluso identidades culturales híbridas (véase, por
ejemplo, Clifford 1994). Sin embargo, no se han conceptualizado
sistemáticamente las distintas formas de adaptación de los inmigrantes,
comparando el concepto transnacional con otros más antiguos. Por lo
tanto, mi segundo objetivo es mostrar la utilidad de un concepto de
expansión del espacio social a través de las fronteras.
192 Thomas Faist
como un tercer evangelio algo apócrifo que se suma a las teorías
canónicas de la asimilación de los inmigrantes y el pluralismo étnico,
que han hecho demasiado hincapié en los aspectos contenedores de la
política y la cultura. Si bien los aspectos económicos de la
transnacionalización han recibido una gran atención tanto en la primera
oleada de estudios transnacionalistas sobre empresas multinacionales a
principios de los años setenta (Keohane y Nye 1977) como en la fase
inicial de interés por las pequeñas empresas y, más tarde, por la
transnacionalización de los inmigrantes, la transnacionalización de la
economía ha recibido una gran atención.
nacionalismo (véase, por ejemplo, Harvey 1989, pp. 147-59), las
implicaciones
pues siempre se alude a conceptos como ciudadanía y cultura, pero nunca
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

se explicitan en comparación con sus competidores.

El concepto de espacios sociales transnacionales


En esta parte avanzo dos proposiciones:

(1) El concepto de espacios transnacionales abarca diversos


fenómenos, como los pequeños grupos transnacionales, los
circuitos transnacionales y las comunidades transnacionales. Cada
uno de ellos se caracteriza por un mecanismo principal de
integración: la reciprocidad en los grupos pequeños, el intercambio
en los circuitos y la solidaridad en las comunidades.
(2) Los factores que propician la formación de espacios sociales
transnacionales no sólo incluyen variables tecnológicas favorables, la
formación de Estados-nación problemáticos y las polémicas políticas
sobre minorías en el mundo en desarrollo, y restricciones como la
discriminación socioeconómica. Por el contrario, las oportunidades
políticas, como los derechos multiculturales, también pueden impulsar
de 2014

las redes de vínculos transfronterizos.

Hacia una deßnición y una tipología de los espacios sociales


transnacionales
Los espacios sociales transnacionales son combinaciones de vínculos,
posiciones en redes y organizaciones y redes de organizaciones que
traspasan las fronteras de varios Estados. Estos espacios denotan procesos
sociales dinámicos, no nociones estáticas de vínculos y posiciones. Los
procesos culturales, políticos y económicos de los espacios sociales
transnacionales implican la acumulación, el uso y los efectos de varios
tipos de capital, su volumen y su convertibilidad: capital económico,
capital humano, como credenciales educativas, habilidades y
conocimientos, y capital social, principalmente recursos inherentes o
transmitidos a través de vínculos sociales y simbólicos. La realidad de los
espacios sociales transnacionales indica, en primer lugar, que la migración
Ciudadanía y cultura 193
y la re-
la migración no pueden ser decisiones definitivas, irrevocables e
irreversibles -.
Las vidas transnacionales pueden convertirse en sí mismas en una
estrategia de supervivencia y mejora. Además, las redes transnacionales
incluyen a personas y colectivos relativamente inmóviles. En segundo
lugar, incluso los inmigrantes y refugiados que llevan mucho tiempo
asentados fuera de su país de origen suelen mantener fuertes vínculos
transnacionales. En tercer lugar, estos vínculos pueden ser de
194 Thomas Faist
Los lazos pueden ser más informales, como los intrafamiliares o
familiares, o institucionalizados, como los partidos políticos que tienen
filiales en los distintos países de inmigración y emigración.
Los espacios sociales transnacionales habitados por inmigrantes y
refugiados y residentes inmóviles en ambos países complementan así
el espacio inter- nacional de los Estados-nación soberanos. Los espacios
sociales transnacionales están constituidos, por un lado, por las diversas
formas de recursos o capital de las personas espacialmente móviles e
inmóviles y, por otro, por las normativas impuestas por los Estados-
nación y otras oportunidades y limitaciones diversas; por ejemplo, las
políticas de inmigración y refugiados controladas por el Estado y las
instituciones de las comunidades étnicas. Los espacios sociales
transnacionales están delimitados por las relaciones pentatónicas entre
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

el gobierno del Estado de inmigración, las organizaciones de la


sociedad civil del país de inmigración, los gobernantes del país de
emigración (a veces considerado como una patria exterior), los grupos
de la sociedad civil del país de emigración y las organizaciones de la
sociedad civil del país de emigración.
y el grupo transnacional (migrantes y/o refugiados).
o minorías nacionales, religiosas y étnicas. Por ejemplo, bastantes
países de emigración han reaccionado recientemente a la
transnacionalización y a los deseos de los inmigrantes de que se les
reconozca el cruce de fronteras adaptando sus normas de ciudadanía y
permitiendo la doble nacionalidad, e intentando mantener el flujo de
remesas y crear vías de inversión para los ciudadanos y sus hijos del
extranjero. Esto, entre otras cosas, ha obligado al gobierno y al público
de los Estados de inmigración a plantearse si tolerar o no la doble
nacionalidad.
E x i s t e una marcada diferencia entre los conceptos de globalización y
espacios sociales transnacionales, es decir, transnacionalización: la
transnacionalización se solapa con la globalización, pero suele tener un
de 2014

alcance más limitado. Mientras que los procesos globales se descentran en


gran medida de los territorios específicos de los Estados-nación y tienen
lugar en un contexto mundial por encima y por debajo de los Estados, los
procesos transnacionales están anclados en dos o más Estados-nación y
los abarcan, implicando a agentes de las esferas tanto del Estado como de
la sociedad civil. Además, la transnacionalización difiere de la
desnacionalización. Este último término ha denotado el hecho de que los
apátridas y muchas minorías (en la Europa posterior a la Primera Guerra
Mundial) no podían recurrir a gobiernos que les representaran y
protegieran (Arendt 1973, p. 269).
Existen tres tipos de recursos dentro de los vínculos sociales y
simbólicos que permiten a los individuos cooperar en redes, grupos y
organizaciones. También sirven para conectar a los individuos con redes y
organizaciones a través de afiliaciones. Técnicamente hablando, reducen
los costes de transacción, los gastos de control y sanción de las
obligaciones y los contratos. Podemos diferenciar las siguientes formas de
Ciudadanía y cultura 195
transacciones:

(1) Intercambio social en forma de obligaciones y expectativas mutuas de


los actores, asociadas a vínculos sociales específicos y basadas en ex-
cambios y servicios prestados en el pasado (Coleman 1990, pp. 306-
9).
196 Thomas Faist
Estas obligaciones y expectativas pueden ser el resultado de una
actividad instru- mental, por ejemplo, el principio de "ojo por ojo". A
menudo se trata de reciprocidad. Es la reciprocidad como
intercambio.
(2) La reciprocidad como norma social: lo que una parte recibe de la otra
requiere alguna contrapartida (Gouldner 1960, p. 160).
(3) Solidaridad con otras personas de un grupo que comparten posturas
similares - como
como el parentesco o la pertenencia a una comunidad local, o a los
que sólo se puede llegar a través de vínculos simbólicos, por ejemplo,
la pertenencia a colectivos nacionales anónimos. Es una forma
expresiva de transacción social. La forma más importante de
solidaridad son las "representaciones colectivas" (Durkheim 1965, p.
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

471). Se trata de ideas, creencias, evaluaciones y símbolos


compartidos. Las representaciones colectivas pueden expresarse en
una especie de identidad colectiva, "sentimiento de nosotros" o
"conciencia de nosotros", y se refieren a una unidad social de acción.
En su forma ideal-típica, se trata de comunidades culturales, como
familias, grupos étnicos, parroquias religiosas, congregaciones,
comunidades y naciones. La soli- daridad también puede
institucionalizarse: la ciudadanía, por ejemplo, es una forma
institucionalizada de vínculos entre un ciudadano y un Estado; a
menudo escasea entre los recién llegados inmigrantes.

Los recursos inherentes a las transacciones aportan tres beneficios


principales. En general, ayuda a los miembros de redes o colectivos a
acceder a más capital económico, humano y social. Esto depende
crucialmente del número de personas de una red o colectivo que estén
dispuestas u obligadas a ayudar a uno cuando se les pide que l o hagan, es
decir, el
número de vínculos sociales y simbólicos disponibles (Bourdieu 1983, pp.
de 2014

190-5).
La información también es un beneficio. En general, los beneficios
informativos de una red grande y diversa tienden a ser mayores que los
beneficios informativos de una red pequeña y socialmente homogénea.
Además, cuanto mayor sea la reserva de recursos en los vínculos, mayor
control se podrá ejercer a la hora de vigilar y sancionar a otros agentes. La
idea básica es que importa e n qué medida una persona (o colectivo)
concreta es un eslabón importante en los vínculos indirectos con otros
para controlar el flujo de información, autoridad, poder y otros recursos.
Mientras que los beneficios del capital y la información benefician
potencialmente a todos los participantes implicados, el control sólo suele
estar disponible y ser beneficioso para quienes ostentan o están cerca de
posiciones de autoridad, ya sea legítimamente en grupos de parentesco,
comunidades y organizaciones de este tipo, o ilegítimamente en
organizaciones de tipo mafioso. Las transacciones basadas en el
intercambio, la norma de la reciprocidad y la soli- daridad, tienen efectos
Ciudadanía y cultura 197
deseables e indeseables. Por un l a d o , los mecanismos y beneficios del
capital social permiten la cooperación; por otro, pueden restringir de
forma significativa los grados de libertad de los individuos implicados.
Aunque la norma de reciprocidad tiende a fomentar la cooperación,
también puede conducir a la venganza y las represalias. Tomemos el caso
de dos grupos de inmigrantes que han llevado conflictos al extranjero, por
ejemplo entre
198 Thomas Faist
algunos grupos de argelinos en Francia, que no sólo tienen opiniones
divergentes sobre el papel de la religión en los Estados laicos, sino que
también han importado conflictos violentos al nuevo país de
asentamiento. La solidaridad no sólo puede ayudar a aunar energías entre
los miembros del parentesco a la hora de crear una empresa, sino que
también puede fomentar la envidia y ahogar el espíritu empresarial
cuando los beneficios se reparten constantemente en lugar de utilizarse
para crear fondos para la reinversión.
Los recursos inherentes a los vínculos sociales y simbólicos tienen dos
características importantes:
En primer lugar, es difícil transferirlos de un país a otro: son
fundamentalmente activos locales. Esto es menos cierto en el caso de los
vínculos simbólicos que en el de los sociales, porque los primeros no
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

dependen del contacto cara a cara o indirecto a través de otras personas.


Entre los activos locales podemos encontrar diversos vínculos, como el
apego a parientes y amigos, un idioma q u e nos es familiar, lazos
comunitarios como una congregación religiosa que ofrece alimento
espiritual, y un grupo étnico o una nación con una perspectiva cultural-
ideológica distinta. Estos activos siguen siendo locales a menos que se
vean forzados a desplazarse no sólo por factores macroestructurales como
la contratación (internacional) de mano de obra o las guerras civiles, sino
también por la evolución y la presencia de mecanismos inherentes a los
múltiples vínculos que conectan a los posibles desplazados, a los que se
quedan y a las comunidades y organizaciones más amplias. Así pues,
además de las regulaciones políticas de la migración internacional, ésta es
una de las principales causas de las tasas relativamente bajas, aunque
crecientes, de movilidad internacional (Faist 2000: capítulos 4 y 5). Sin
embargo, si en el curso de la migración internacional surgen redes
transnacionales y migraciones en cadena, aumenta la transferibilidad de
los vínculos que conllevan obligaciones, reciprocidad, solidaridad,
información y control.
de 2014

En segundo lugar, estos diversos recursos son mecanismos cruciales


para aplicar otras formas de capital. Proporcionan correas de
transmisión que tienden puentes entre colectivos y redes en Estados-
nación distintos y separados. Los recursos inherentes a los vínculos
sociales y simbólicos son necesarios para movilizar otras formas de
capital, especialmente entre quienes carecen de capital económico. Y,
a menudo, los inmigrantes necesitan vínculos sociales con inmigrantes
establecidos o intermediarios para encontrar trabajo. Cuando surgen
espacios sociales transnacionales a partir de los flujos migratorios,
incluso el retorno al país de origen puede no ser permanente, ya que
muchos emigrantes mayores vuelven a emigrar temporalmente en
dirección contraria para asegurar sus necesidades médicas en los países
en los que trabajaron en su día y donde aún viven algunos de sus hijos
u otros parientes. Estas formas de migración recurrente no serían
posibles sin las obligaciones intrafamiliares y la reciprocidad. Así pues,
mecanismos como la reciprocidad y la solidaridad son cruciales en la
Ciudadanía y cultura 199
formación de un flujo circular de bienes y personas entre países, y
cumplen funciones de puente contingente.
Lo que hay que describir es el tipo de espacios sociales
transnacionales, que van desde los lazos recíprocos dentro de los sistemas
de parentesco hasta las relaciones de intercambio entre empresarios y
comunidades transnacionales. Hay que distinguir al menos tres formas
de espacios sociales transnacionales: la reciprocidad transnacional en
pequeños grupos (normalmente de parentesco), la reciprocidad
transnacional en el seno de las comunidades transnacionales y la
reciprocidad transnacional en el seno de las comunidades
transnacionales.
200 Thomas Faist
colectivos), el intercambio transnacional en circuitos; y la solidaridad en
comunidades transnacionales (véase la Figura 1). Aunque podemos
encontrar todas las formas de capital social en todo tipo de espacios
sociales transnacionales, cada tipo de espacio se caracteriza por un
mecanismo dominante de integración: reciprocidad en pequeños grupos,
intercambio en circuitos, solidaridad en comunidades.
La reciprocidad en los grupos de parentesco transnacionales es típica
de muchos emigrantes laborales y refugiados de primera generación.
La reciprocidad puede observarse, por ejemplo, en los remitentes que
devuelven dinero a los miembros de su grupo de parentesco en el país
de origen, especialmente cuando la salida territorial forma parte de una
estrategia que incluye la supervivencia económica o la mejora de la
situación de los emigrantes.
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

y para los que se quedan, la migración como una especie de seguro de


riesgo informal.
anza. En estos casos, los emigrantes envían dinero a quienes gestionan los
asuntos domésticos en el país de origen. A menudo, la migración
estacional, recurrente y eventualmente de retorno forma parte de la
estrategia. Este mecanismo suele funcionar sólo hasta que se produce la
reunificación familiar o han fallecido todos los miembros de la primera
generación.

Figura 1. Espacios sociales transnacionales Tres tipos de espacios sociales


transnacionales derivados de la migración y la huida internacionales

Tipos de espacios Recursos primarios Característica Ejemplos típicos


sociales en las corbatas principal
transnacionales
Grupos de Reciprocidad: lo Mantener la Remesas de
parentesco que una parte norma social miembros del
de 2014

transnacionale recibe del otro de hogar o de la


s requiere alguna equivalencia familia del país de
contrapartida inmigración al
país de
emigración: por
ejemplo,
trabajadores
contratados.
Circuitos Intercambio: Aprovechamiento Redes
transnacionale obligaciones y de las ventajas de comerciales, por
s expectativas la información ejemplo,
mutuas de los privilegiada: empresarios
actores; resultado lengua; vínculos chinos, libaneses e
de la actividad sociales fuertes y indios.
instrumental (por débiles en las redes
ejemplo, la de pares.
principio de "ojo
por ojo")
Ciudadanía y cultura 201
Comunidades Solidaridad: Movilización de Diásporas: p. ej.,
transnacionales ideas representaciones judíos, armenios,
compartidas, colectivas dentro de palestinos, kurdos;
creencias, vínculos simbólicos regiones fronterizas:
valoraciones y (abstractos): p. ej., México-
símbolos; religión, EE.UU.;
expresados en nacionalidad, etnia Mediterráneo.
algún tipo de
identidad colectiva
202 Thomas Faist
Los circuitos transnacionales se caracterizan por una circulación
constante de bienes, personas e información que atraviesa las fronteras
de los Estados de emigración e inmigración (Rouse 1991) siguiendo el
principio del intercambio, es decir, de la reciprocidad instrumental.
Los empresarios económicos suelen
hacer uso de las ventajas que ofrece la información privilegiada: conocer el
idioma, tener amigos...
y conocidos en el extranjero- para establecerse. Suelen desarrollarse en
un contexto en el que a menudo encontramos exitosas
adaptación a las condiciones del país de acogida o reintegración con
éxito en el país de emigración. Un caso extremo de circularidad es el de
los empresarios chinos hipermóviles en Norteamérica. Estos
"astronautas" establecen un negocio, por ejemplo, en Singapur, pero
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

ubican a sus familias en Los Ángeles, Nueva York o Toronto para


maximizar las oportunidades educativas de sus hijos o como refugio
seguro en caso de disturbios políticos. Los "astronautas" se mueven
constantemente entre dos lugares (Cohen 1997, p. 93). Otros
empresarios y las personas a su cargo están firmemente arraigados en
el país de emigración, o de inmigración, o en otro país, y lo utilizan
como base desde la que llevar a cabo actividades empresariales en
otros lugares.
Las comunidades transnacionales se caracterizan por situaciones en
las que las personas que se desplazan y permanecen en el país están
conectadas por lazos sociales y simbólicos densos y fuertes a lo largo del
tiempo y a través del espacio con modelos de redes y círculos.
cuits en dos países- basada en la solidaridad. Comunidades [es decir,
Gemeinschaft] "abarca todas las formas de relación que se caracterizan
por un alto grado de intimidad personal, profundidad emocional,
compromiso moral, cohesión social y continuidad en el tiempo" (Nisbet
1966, p. 47). Para que surjan comunidades transnacionales, los lazos
solidarios deben ir más allá de los estrechos sistemas de parentesco. Estas
de 2014

comunidades sin propincuidad, en las que la comunidad y la proximidad


espacial están parcialmente disociadas, no requieren necesariamente que
las personas vivan en dos mundos simultáneamente o entre culturas en
una "aldea global" total de espacio desterritorializado. Lo que sí se
requiere es que las comunidades sin propincuidad se vinculen mediante
la reciprocidad y la solidaridad para alcanzar un alto grado de cohesión
social y un repertorio común de representaciones simbólicas y
colectivas.
Las comunidades transnacionales pueden surgir en distintos niveles
de agregación. Las más fundamentales y extendidas son las
comunidades de aldea de los países de emigración e inmigración que
se conectan a través de amplias formas de solidaridad durante largos
periodos de tiempo (véase, por ejemplo, Engel- brektsson 1978). Con
frecuencia, la inversión de los que están en el extranjero o de los
retornados en proyectos privados y públicos ejemplifica este tipo de
apoyo. Las comunidades transnacionales también pueden estar formadas
Ciudadanía y cultura 203
por grupos más amplios, unidos principalmente por lazos simbólicos de
etnia común o incluso de nación. Por ejemplo, refugiados como los
kurdos de Turquía que han llevado a cabo proyectos de construcción
nacional o de oposición política en sus países de origen suelen intentar
desarrollar y mantener densos lazos transnacionales.
204 Thomas Faist
Las diásporas suelen constituir un tipo específico de comunidad
transnacional. La historia está repleta de ejemplos de diásporas. La
experiencia judía suele ser la primera que viene a la mente como prototipo
de formación de diásporas; y podría ampliarse para incluir a
afroamericanos, armenios y palestinos. En las diásporas, un grupo ha
sufrido algún tipo de acontecimiento traumático que conduce a la
dispersión de sus miembros, y existe la visión y el recuerdo de una patria
perdida o imaginada aún por establecer, a menudo acompañada de la
negativa de la sociedad receptora a reconocer plenamente el carácter
cultural distintivo de los inmigrantes. Las diásporas suelen incluir una
muestra representativa completa de los miembros de la comunidad que se
encuentran dispersos en muchas y diversas regiones del mundo (Safran
1991). No es apropiado aplicar el término diáspora a los colonos y a los
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

emigrantes laborales porque no han sufrido experiencias traumáticas, ni


puede decirse que la mayoría de los miembros de estos grupos anhelen
regresar a su patria perdida.
Este tipo de comunidad transnacional puede evocar solidaridades que
pueden ser incoherentes, a veces incluso contradictorias con las lealtades
exigidas por los Estados-nación territoriales implicados. Este es el caso
más frecuente cuando las diásporas están vinculadas a proyectos
nacionalistas. Especialmente en casos de guerra entre los países de
emigración e inmigración, ha surgido la acusación de doble lealtad y
deslealtad (Sheffer 1986, p. 8).
Las diásporas sólo pueden denominarse comunidades
transnacionales si sus miembros también desarrollan algún vínculo
social y simbólico significativo con el país receptor. Si no lo hacen,
podemos hablar de exilio. Por ejemplo, el exiliado político es una
persona que, tras la persecución y la huida, anhela regresar a su país de
origen. También pueden considerarse exiliados algunos emigrantes
laborales temporales que tienen la clara intención de regresar a su país.
Los exiliados se sienten atraídos por su antigua patria, aunque sus
de 2014

intenciones, especialmente entre los emigrantes laborales, pueden


cambiar. Este objetivo es tan primordial que no pueden desarrollarse
vínculos sustanciales con el nuevo país de asentamiento,
supuestamente temporal.
Para prosperar, las diásporas no necesitan necesariamente lazos
sociales concretos. Es posible que la memoria de una patria se manifieste
principalmente en lazos simbólicos. Este ha sido el caso de la diáspora
judía durante siglos tras la destrucción del Segundo Templo. Más de
mil años después, algunos autores han caracterizado la relación de los
judíos de la diáspora con los de Israel como mishpachah, que
literalmente significa familia (Jacobson 1995, p. 236).
La diferencia entre las diásporas y otras formas de comunidades
transnacionales queda clara cuando comparamos la diáspora judía
anterior al establecimiento del Estado de Israel con comunidades
globales como los empresarios y comerciantes chinos en muchos
países del sudeste asiático, África y América. Los judíos experimentaron
Ciudadanía y cultura 205
la dispersión en un trau-
en una época en la que la asimilación parecía inevitable en la Unión Europea.
muchos países europeos - los horrores del Holocausto reavivaron su
206 Thomas Faist
conciencia de género. Por el contrario, muchos chinos salieron al
extranjero como colonos durante el siglo XIX, y más tarde
experimentaron xenofobia. La visión de los chinos estaba, al principio,
mucho menos orientada hacia la patria ancestral, y carecía de
componentes de exilio. Fue más tarde cuando los chinos del sudeste
asiático se unieron como consecuencia de la discriminación. Además, la
revuelta contra el dominio manchú y la resistencia a la invasión japonesa
de su patria les hicieron tomar conciencia de su unidad. El auge mucho
más tardío del nacionalismo en todo el Sudeste Asiático y los ataques
contra su posición económica por parte de los grupos étnicos más antiguos
intensificaron aún más su identidad colectiva de ser chinos en el
extranjero.
Otra forma distinta de comunidades transnacionales son los grupos
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

con identidades colectivas en regiones fronterizas. En el contexto Sur-


Norte podemos pensar en grupos y redes en espacios caracterizados pero
no delimitados por fronteras contiguas de Estados-nación. Alrededor y
a lo largo de estas fronteras surgen transacciones intersticiales
regulares y sostenidas. La inmigración no tiene por qué ser el factor
clave que impulsa el desarrollo de las regiones fronterizas. Por
ejemplo, los habitantes de ambos lados de la frontera suelen ocupar un
espacio geográfico contiguo que está interconectado por quienes se
desplazan a trabajar al otro lado de la frontera. Ejemplos destacados
son la región fronteriza entre EE.UU. y México, con el actual
intercambio económico intensificado bajo el paraguas del TLCAN, y
la zona mediterránea occidental de la Península Ibérica, Francia e
Italia, por un lado, y Estados norteafricanos como Marruecos, Túnez y
Argelia, por otro. Aunque todavía no se percibe una identidad
colectiva particular y única de los pueblos fronterizos de la región
norteamericana o euromediterránea, ambos espacios fronterizos
encierran el potencial de transacciones sostenidas que van más allá de
los vínculos económicos para llegar a la cooperación política y los puntos
de 2014

en común culturales. Si las experiencias más que milenarias de las


regiones fronterizas de la antigua Santa
Imperio Romano ofrecen ninguna guía para el futuro - pensar en el
ahora tres-
país Oberrhein (Alsacia de Francia, Baden de Alemania y la región
suiza de Basilea) - , es que la historia común cobra un nuevo impulso
gracias a los esfuerzos de integración económica supranacional.

Factores que contribuyen a la formación de espacios sociales


transnacionales
El avance tecnológico en la comunicación y los viajes de larga distancia
que se produjo en el siglo XIX puede haber acelerado la aparición de
espacios sociales transnacionales. Los nuevos y mejores métodos de
comunicación y viaje, como las travesías transoceánicas a vapor y la
comunicación telegráfica, sentaron las bases necesarias, aunque no
Ciudadanía y cultura 207
suficientes, para el desarrollo de los vínculos transnacionales. Desde
entonces, la revolución en curso de las comunicaciones y el transporte ha
reducido considerablemente el coste de salvar grandes distancias
geográficas, y esto se ha acelerado drásticamente desde la Segunda Guerra
Mundial.
208 Thomas Faist
Hay que distinguir entonces los procesos de transnacionalización en
la esfera económica, por un lado, y en el ámbito político y cultural, por
otro. Para que se desarrollen espacios transnacionales económicos,
pueden bastar las redes transnacionales de empresarios y unas
condiciones beneficiosas para invertir el capital económico en el país
de emigración, como unos costes de producción más bajos. Aunque es
obvio que los empresarios transnacionales individuales se benefician de
los lazos sociales y simbólicos entre la emigración y
países de inmigración - por ejemplo, lazos a través de amigos y parentesco
las actividades económicas no necesitan estar fuertemente arraigadas en
estos sistemas durante largos periodos de tiempo a través de la solidaridad.
Ex-
los recursos basados en el cambio y la reciprocidad son suficientes.
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

Esta situación es bastante diferente de la formación de comunidades


transnacionales construidas en torno a proyectos políticos o religiosos
que perduran más allá de la primera generación de emigrantes. En este
caso, los principales catalizadores son, en primer lugar, los fuertes
vínculos de los emigrantes y refugiados con el país de origen y el país
de inmigración durante un largo periodo de tiempo. Vínculos sociales
y simbólicos
sociales, la lengua, la religión y la cultura.
normas. En segundo lugar, estos lazos y los recursos correspondientes no
sólo están integrados en los flujos migratorios, sino también en otros
vínculos, como el comercio y las comunicaciones de masas. En tercer
lugar, las normativas jurídicas y políticas, como los regímenes nacionales
e internacionales, pueden permitir en distintos grados la circulación de
personas y tolerar o reprimir las actividades políticas y religiosas de los
inmigrantes y refugiados en los países de emigración o inmigración. En
otras palabras, las comunidades transnacionales deben integrarse en
estructuras políticas y económicas internacionales más amplias. Un
requisito previo necesario para que se produzca la migración internacional
de 2014

son los intercambios previos en las dimensiones económica (por ejemplo,


inversiones extranjeras), política (por ejemplo, cooperación o dominación
militar) o cultural (por ejemplo, sistemas educativos coloniales). Por este
motivo, las actividades en los espacios sociales transnacionales no crean
estos vínculos transnacionales ex nihilo, sino que suelen evolucionar en el
marco de vínculos preexistentes, construyéndose a partir de la experiencia.
n u e v a s y cuestionar las existentes, como la ciudadanía.
y nociones de aculturación.
Ahora debemos especificar algunas de las condiciones ceteris
paribus dentro de los países de inmigración y emigración. En primer
lugar, el factor que más ha contribuido a la transnacionalización de la
política y la cultura en los países de emigración ha sido la política
contenciosa de las minorías en relación con la etnia y la religión, a
menudo asociada a la construcción de Estados-nación incipientes. En
ocasiones, estos conflictos de los países de emigración tienden a
exportarse a los países de inmigración. Abundan los ejemplos, desde
Ciudadanía y cultura 209
los sijs indios en Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos (Tatla 1999)
hasta los kurdos en Alemania, Países Bajos, Bélgica y Suecia (Falk
1998).
En segundo lugar, en el país de inmigración, los graves obstáculos a
la integración socioeconómica y/o la negación de la aculturación o el
reconocimiento cultural favorecen enormemente la
transnacionalización de la política.
210 Thomas Faist
y culturales. Las dos dificultades, económicas y culturales, pueden ir de
la mano o ir por separado. Por ejemplo, a algunos grupos se les pueden
negar oportunidades de asimilación o reconocimiento cultural mientras
están bien integrados socioeconómicamente. Esto ocurría con los
chinos en las colonias de colonos blancos hasta la década de 1940. En
otros casos, la exclusión socioeconómica parcial y la percepción por
parte de grupos subestatales de los recién llegados de que su
reconocimiento cultural está bloqueado pueden ir de la mano, como
sugieren los ejemplos de algunos grupos de inmigrantes laborales en
Europa Occidental; por ejemplo, los surinameses en los Países Bajos o
los caribeños en el Reino Unido.
En tercer lugar, si los países de inmigración son democracias
liberales que no asimilan a los inmigrantes por la fuerza, las minorías
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

inmigrantes tienen más posibilidades de mantener su especificidad


cultural y sus lazos con los países de origen. La importación de
símbolos y la propensión a la for- mación comunitaria en torno a
reivindicaciones multiculturales es más probable cuanto más liberal o
tolerante sea el régimen político. En particular, las políticas
multiculturales de los países de asentamiento favorecen el
mantenimiento de los vínculos transnacionales de los inmigrantes: por
ejemplo, los caribeños en el Reino Unido (Goulbourne 1991). Dicho
de otro modo, no sólo las políticas represivas y la discriminación
fomentan la transnacionalización de los inmigrantes. Por el contrario,
las oportunidades de ejercer derechos multiculturales y un entorno
político liberal también pueden fomentar las actividades
transnacionales y una conciencia colectiva transfronteriza.

Transnacionalización política y cultural


Como he sugerido, la migración internacional no es un acontecimiento
discreto constituido por un traslado permanente de un Estado-nación a
de 2014

otro. Se trata más bien de un proceso económico, político, cultural y


demográfico multidimensional que engloba diversos vínculos entre dos o
más entornos y múltiples lazos de personas que se desplazan y
permanecen entre ellos. Surgen espacios sociales transnacionales. En
algunos casos, estos lazos y el despliegue transnacional
sociales se extienden incluso más allá de la primera generación -
fenómenos como
como lo atestiguan las diásporas desde hace siglos. En este punto, quiero
hacer otras dos proposiciones:

(1) Las trayectorias de adaptación de los inmigrantes previstas por los


conceptos canónicos de las teorías de la asimilación y el pluralismo
étnico se mantienen en determinados casos. Otros fenómenos, como
los lazos y vínculos transnacionales continuados, deben
clasificarse en un nicho conceptual nuevo y separado. La
asimilación y el pluralismo étnico son insuficientes porque
Ciudadanía y cultura 211
defender un concepto contenedor del espacio - adaptación de los
inmigrantes
dentro de los Estados-nación se considera un proceso en el que no
influyen significativamente las transacciones transfronterizas. Sin
embargo, dado que la creciente transnacionalización contribuye a la
pluralidad de vías abiertas a
212 Thomas Faist
El concepto de expansión espacial a través de las fronteras
enriquece nuestra comprensión de la adaptación.
(2) Existe una afinidad electiva entre los tres grandes conceptos para
explicar y describir la adaptación de los inmigrantes: asimilación,
pluralismo étnico y expansión transfronteriza del espacio social,
por un lado, y los conceptos utilizados para describir la ciudadanía
y la cultura, por otro. En el ámbito político, los conceptos son:
ciudadanía nacional, multicultural y transnacional, y en el ámbito
cultural: aculturación, retención cultural y sincretismo
transnacional. Tratadas como conceptos ideales-típicos, cada una
de las nociones capta una parte importante de la pertenencia de los
inmigrantes (véase la figura 2).
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

Transnacionalización política: ciudadanía nacional,


multicultural y transnacional
La ciudadanía ha estado históricamente estrechamente vinculada a la
evolución de los Estados-nación. Los Estados modernos se basan en la
congruencia de un territorio definido por fronteras, reconocidas por los
Estados vecinos y otros miembros del sistema internacional de Estados.
Otra característica es la soberanía estatal, que significa la prioridad sobre
todas las demás instituciones políticas instaladas en el territorio
demarcado. Dentro de este ámbito,

Figura 2. Tres conceptos para el análisis de la adaptación de los inmigrantes


en los países de acogida

Acérquese a Asimilación Pluralismo étnico Ampliación


transfronteriza del
espacio social
de 2014

Ámbitos de
adaptación
Predicción principal Fundirse en el núcleo Pluralización Transnacionalización

Política ciudadanía ciudadanía doble pertenencia a


nacional: cultura multicultural: los un Estado: los
política nacional elementos comunes elementos de la
unitaria de la cultura cultura política de
política incluyen el varios Estados
reconocimiento de pueden ser
las diferencias complementarios
culturales

Cultural aculturación: retención cultural: sincretismo


adaptación total de prácticas mantenidas transnacional:
los valores y en un nuevo difusión de la
comportamientos al contexto; cultura y aparición
núcleo del Estado- identidades de
nación colectivas nuevos tipos - mixtos
trasplantadas desde identidades
Ciudadanía y cultura 213
el país de
emigración
214 Thomas Faist
Los residentes tienen estatuto de ciudadanía cuando son aceptados con
todos los derechos y deberes.
Algunos críticos han c o n s i d e r a d o u n grave desafío la
institucionalización de los vínculos transnacionales en la doble
pertenencia a un Estado. Para ellos, la cuestión política es la siguiente:
Cuantos más vínculos transnacionales o multifocales mantengan los
inmigrantes, mayor será su ambivalencia hacia el sistema político de
acogida; cuanto más débil sea el arraigo en el Estado-nación de
asentamiento, mayores serán los incentivos para formar una comunidad
transnacional; cuanto más audaz sea la reivindicación de una diáspora,
mayor será l a tendencia de los nativos a cuestionar la lealtad de los
recién llegados y, por último, menor será la inclinación de los inmigrantes
a adaptarse al país de inmigración. En resumen, la doble p e r t e n e n c i a
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

al Estado dificulta la adaptación de los inmigrantes al país de inmigración,


fomenta el populismo de los grupos mayoritarios y provoca la división de
los lazos de lealtad entre los inmigrantes. Otros críticos han argumentado
que la doble pertenencia al Estado reduce la nacionalidad a la posesión de
un pasaporte y, por tanto, devalúa la ciudadanía (para muchos, véase
Isensee 1974). Estas críticas justifican un análisis más detenido de la
naturaleza de la doble pertenencia al Estado, en comparación con otros
conceptos de ciudadanía.
La doble pertenencia a un Estado adopta dos formas. La primera es la
doble nacionalidad. Una persona es titular de pasaportes de dos Estados-
nación y tiene plenos derechos y deberes en ambos, aunque una
ciudadanía suele estar en reposo. Sólo es operativa la ciudadanía del país
de residencia real. La segunda es la doble nacionalidad. La doble
nacionalidad se diferencia de la doble ciudadanía en que los derechos de
la primera son más restringidos que los de la segunda. Por ejemplo, los
titulares de identificaciones de Declaración de Nacionalidad Mexicana no
pueden votar ni ocupar cargos políticos en México, ni servir en las
Fuerzas Armadas mexicanas. Los beneficios de la nacionalidad mexicana
de 2014

incluyen el derecho a comprar y vender tierras sin las restricciones


impuestas a los extranjeros y a recibir un mejor trato bajo las leyes de
inversión y herencia en México, a asistir a escuelas y universidades
públicas como mexicanos y a acceder a otros servicios y empleos del
gobierno mexicano. Otros grandes países de inmi- gración también
modificaron sus leyes para permitir la doble nacionalidad y aumentaron
los derechos de los expatriados (CebeciogÆlu 1995). Presionada por el
gobierno alemán, la parte turca tuvo que renunciar a conceder la doble
nacionalidad e introdujo una especie de doble nacionalidad con la llamada
"tarjeta rosa" a finales de 1997.

Las dimensiones de la ciudadanía


La ciudadanía de un Estado es una forma institucionalizada de
solidaridad. Constituye una expresión de pertenencia plena y formal. La
ciudadanía forma una serie continua de transacciones recíprocas, entre un
Ciudadanía y cultura 215
ciudadano y un Estado; se derive o no de un contrato entre Estado y
ciudadano (Hobbes 1962), o entre ciudadanos autores de sus
constituciones (Rousseau 1973 y Kant 1984). Los Estados y los
ciudadanos pueden reclamar un conjunto de
216 Thomas Faist
derechos y deberes mutuamente exigibles. La ciudadanía también connota
la representación pública de los vínculos entre los miembros y los
correspondientes Estados-nación. Se basa en la percepción de la
pertenencia común a un
Estado -o nación, o ambos- y confiere la identidad de "ciudadano".
Ciudadano-
La ciudadanía es un bien escaso para casi todos los recién llegados a un
sistema político. El acceso a la ciudadanía de los recién llegados, como
los inmigrantes, puede analizarse a lo largo de dos ejes: el tipo de
pertenencia (vertical: legal-constitucional y política) y el tipo de
pertenencia (vertical: legal-constitucional y política).
institucional; y la dimensión de la ciudadanía - horizontal: vínculos
recíprocos Estado-ciudadano y reconocimiento público de estos vínculos
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

(pertenencia)
(Figura 3).
En la primera celda (I), podemos utilizar una triple distinción analítica
para delimitar los distintos grados de derechos, desde la entrada en el
territorio y pocos derechos (extranjeros) hasta la residencia permanente
(residentes) y la condición de miembro de pleno derecho con derechos
y deberes asociados (ciudadanos). La cuestión que se plantea es a qué
tipo de derechos tienen acceso las distintas categorías de inmigrantes y
refugiados. ¿Y sobre qué base? En la segunda celda (II), la pregunta
principal es: ¿qué tipo de instituciones y políticas son necesarias para
aplicar y hacer cumplir los derechos y deberes que corresponden al
estatuto jurídico? ¿Y qué tipo de deber recíproco pueden esperar los
Estados de los miembros que pueden diferenciarse en las categorías de
extranjeros, residentes y ciudadanos?
Las celdas tres y cuatro (III y IV) son las más interesantes cuando
examinamos la transnacionalización de la vida de los inmigrantes. En
la tercera celda, nos enfrentamos a la pregunta: ¿en qué condiciones se
debe permitir a los recién llegados naturalizarse, adquirir la
de 2014

nacionalidad correspondiente en el país en el que residen? Y, de


especial interés aquí: ¿se permite a los miembros de pleno derecho de
un Estado-nación poseer más de una nacionalidad, tal vez la doble o la
triple nacionalidad? Mientras que la ciudadanía nacional prevé la
asimilación de los inmigrantes a una cultura política unitaria, la
ciudadanía transnacional confía en la compatibilidad de las lealtades de
los ciudadanos a múltiples Estados. En la cuarta casilla surge la
pregunta: ¿qué tipo de estatus debe reconocerse

Figura 3. Ciudadanía: dimensiones y ámbito de pertenencia Ciudadanía:


dimensiones y ámbito de pertenencia

Dimensión de la Vínculos recíprocos entre Reconocimiento público de los


ciudadanía Estados y ciudadanos vínculos

Ámbito de pertenencia
Ciudadanía y cultura 217
legal-constitucional derechos y deberes de los nacionalidad/supranacionalida
ciudadanos d/doble nacionalidad
(III)
(I)
político-institucional acceso a los derechos y reconocimiento de
participación política; identidades distintas de la
cumplimiento de los deberes nación:
religión, lengua, usos y
(II) costumbres culturales, etc.
(IV)
218 Thomas Faist
- ¿religiosa, cultural, étnica? La ciudadanía multicultural opera -como la
ciudadanía nacional- en el ámbito de un Estado unitario. Sin embargo,
exige el reconocimiento de la cultura de las naciones, etnias, religiones y
otros grupos.
que viven en este estado. Las preguntas de las casillas III y IV están
relacionadas de la siguiente manera. ¿Pueden los grupos sociales
reclamar un determinado tipo de estatus jurídico, como la doble
nacionalidad o la doble ciudadanía, porque ello les permite mantener
un determinado modo de vida en espacios sociales transnacionales? A
continuación nos ocuparemos en primer lugar de las afinidades
electivas entre los conceptos de adaptación de los inmigrantes y los
distintos modelos de ciudadanía.
Cada uno de los tres conceptos de adaptación de los inmigrantes
corresponde a concepciones distintas, aunque a veces superpuestas, de
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

la ciudadanía: la asimilación a una cultura política unitaria en un único


Estado-nación, el pluralismo étnico como reconocimiento de culturas
distintas en la ciudadanía multicultural, y la expansión transfronteriza
del espacio social como enriquecimiento de las identidades
individuales y colectivas en la doble ciudadanía y la doble
nacionalidad. Estas tres formas de ciudadanía formal se relacionan de
forma algo diferente con el supuesto de congruencia de los Estados-
nación de un pueblo con un territorio y un espacio cultural. Además, se
observan formas de pertenencia política en y entre los Estados-nación,
como la participación en asociaciones orientadas a la tierra natal, u
organizaciones verdaderamente transnacionales que conectan los
países de origen con varios países de acogida; hoy en día
ejemplificadas por organizaciones musulmanas en Europa, Australia y
Norteamérica, o comunidades de la diáspora que luchan por establecer
Estados-nación, esculpidos a partir de su antiguo país de origen.

Asimilación y ciudadanía nacional


de 2014

La asimilación es afín a la idea de una ciudadanía más bien exclusiva en


un único Estado-nación, la ciudadanía nacional. La teoría de la
asimilación contempla una adaptación gradual de los inmigrantes no sólo
desde el punto de vista socioeconómico, sino también cultural y de
comportamiento. Poco a poco, los inmigrantes se deshacen del bagaje
cultural transportado desde el país de emigración. Como los inmigrantes
siguen embarcándose en l a pertenencia a los quizás múltiples ríos y
llanuras fluviales del país receptor, el punto final lógico es la ciudadanía
de un único Estado-nación, caracterizado por un núcleo cultural político
dominante y unitario. Aquí no importa realmente que los teóricos de la
asimilación no hayan contemplado explícitamente el ámbito político. Lo
importante es que no han visto la necesidad de considerar las
implicaciones de los lazos transnacionales más allá de la primera
generación, con excepciones que pertenecen principalmente a las
expresiones folclóricas.
Ciudadanía y cultura 219
El modelo más conocido y aún más frecuente de adquisición de la
condición de miembro de pleno derecho por parte de los recién llegados
es la inserción en la ciudadanía de un único Estado-nación que es el
Estado de asentamiento. Los Estados regulan el acceso a la ciudadanía
única mediante diversos procedimientos. Dos modalidades yuxtapuestas
evidentes son el ius sanguinis frente al ius soli (nociones jurídicas) y el ius
imperium frente al ius soli (nociones jurídicas).
220 Thomas Faist
ius republica (no nociones jurídicas). En primer lugar, en algunos
países receptores, el imperio tenía una referencia tanto nacional como
global. Por ejemplo, Gran Bretaña y los Países Bajos. Todos los
súbditos eran teóricamente libres de viajar a cualquier otra parte del
imperio. Como consecuencia de este ius imperium, en los primeros
periodos de inmigración a gran escala tras la Segunda Guerra Mundial,
estas potencias coloniales admitieron a un número considerable de
inmigrantes, nominalmente con los mismos derechos que los
"ciudadanos nacionales". Esto contrastaba notablemente con el ius
republica, en el que, en países como Estados Unidos, la naturalización
se basaba en la constitución. Huelga decir que muchos en estos últimos
países se encontraban fuera del círculo encantado de la ciudadanía
republicana, como atestiguan los afroamericanos hasta la década de
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

1960. Una segunda y venerable distinción oscila entre los tipos ideales
de ius soli (principio del territorio: ciudadanía concedida al nacer en un
país, independientemente de la ciudadanía de los padres) combinado
con el ius sanguinis (principio de la sangre: ciudadanía concedida como
consecuencia de la ciudadanía de los padres o antepasados), por un lado,
y el ius sanguinis sin ius soli, por otro (de Rahm 1990). EE.UU. es
probablemente el caso con los elementos más fuertes de ius soli, seguido
de países como Francia. Alemania (hasta 1999), Grecia e Italia han
tipificado casos en los que el ius sanguinis rige de forma suprema. La
singular narrativa religioso-nacional de Israel, plasmada en la "Ley del
Retorno", representa el caso más claro de esta forma de ciudadanía
basada en la ascendencia.
Para completar el panorama del acceso a la ciudadanía necesitamos un
tercer principio, no conceptos jurídicos como el ius sanguinis y el ius soli,
pero sí una distinción útil. Prácticamente todos los países cuentan con una
normativa que podríamos denominar una especie de ius domicili, que
permite a sus habitantes adquirir finalmente la plena ciudadanía. Basado
en los lazos sociales y simbólicos que los inmigrantes han desarrollado
de 2014

desde su llegada y en sus contribuciones económicas, el ius domicili


especifica las condiciones que los recién llegados deben cumplir al
solicitar la ciudadanía, después de haber vivido durante periodos de entre
dos y ocho años, en su mayoría, en el país de residencia. Entre los
criterios más comunes para la admisión de los recién llegados se
encuentran la residencia ininterrumpida y el historial laboral durante
algunos años, unos ingresos regulares, un espacio vital suficiente, la
ausencia de antecedentes penales y el dominio de la lengua dominante en
el Estado-nación.
En los últimos años, algunos países han modificado algo su
normativa, de modo que varias de las dimensiones que acabamos de
mencionar han empezado a difuminarse. Por ejemplo, Alemania ha
complementado su dominante ius
sanguinis con un ius domicili más liberal - desde 1991 los ciudadanos
extranjeros
que hayan vivido y estudiado en Alemania pueden solicitar un pasaporte
Ciudadanía y cultura 221
alemán entre los 16 y los 21 años. También se han introducido elementos
del ius soli: a partir de 2000, los hijos de padres que se hayan establecido
en Alemania reciben automáticamente la nacionalidad alemana, además
d e l a d e s u s padres. En cambio, la Ley de Nacionalidad Británica de
1981 modificó el acceso a la ciudadanía, que pasó a ser principalmente
una cuestión de ascendencia. Esta ley abolió el ius soli, por el que las
personas adquirían la ciudadanía por el mero hecho de nacer en suelo
británico, y promulgó el ius sanguinis.
222 Thomas Faist
Sin embargo, hay algunos elementos comunes que se aplican a todos
estos casos. Los Estados-nación liberal-democráticos como Estados de
bienestar, caracterizados por altos grados de regulación y redistribución
que requieren una solidaridad institucionalizada, organizan su orden
político sobre la base de una ciudadanía igualitaria y homogeneizada, que
incluye, entre otras cosas, el sufragio libre y uni- versal y el acceso a los
derechos sociales. El primero en reconocer este patrón, T.H. Marshall,
analizó ingeniosamente la ciudadanía en términos de derechos concedidos
a los miembros de un Estado-nación que comparten un sentimiento de
pertenencia. Para él, la ciudadanía connota un conjunto de derechos y
algunos deberes. El dispositivo de agrupación de derechos es el Estado
territorialmente delimitado en el que la mayoría de los residentes
permanentes comparten una nacionalidad común. En palabras de Marshall
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

"(l)a ciudadanía requiere . . un sentimiento directo de pertenencia a una


comunidad basado en la lealtad a una civilización que es una posición
común" (Marshall 1964, p. 92).
La noción de que las políticas solidarias de redistribución y
regulación exigen un entendimiento común de quién es miembro y
quién puede optar a derechos y servicios tiene mucho peso. Las
migraciones plantean un claro desafío a este estado de cosas porque la
economía mundial tiende a favorecer el intercambio abierto, mientras
que la noción de ciudadanía exige ciertas protecciones territoriales y
comunales. Este es el caso más claro cuando nos fijamos en los Estados-
nación que son Estados de bienestar muy desarrollados, en los que los
ciudadanos tienen algo que perder. Estos Estados suelen tener controles
externos e internos más estrictos, pero también un acceso
relativamente fácil a los derechos una vez dentro. Una comparación
entre Suecia y Estados Unidos confirma esta afirmación. Los
investigadores que han adoptado el enfoque de Marshall se interesan
sobre todo por cómo la inmigración está cambiando la noción de
ciudadanía, en la que los derechos, los deberes y el sentido de pertenencia
de 2014

han estado hasta ahora inextricablemente ligados a algún tipo de cultura


común (cf. Brubaker 1992).
La referencia de Marshall a algún tipo de vínculo común y costumbres
compartidas como base para el reconocimiento de la igualdad de estatus
de todos los miembros sigue siendo válida. Las cuestiones que se plantean
son las siguientes: ¿qué grado de c o n s e n s o común es necesario en las
políticas multiétnicas y multirreligiosas y cuáles son los elementos
decisivos de ese consenso? ¿Qué tipo de derechos y cuántos deben
concederse a los no ciudadanos? Está claro que la inmigración tiende a
fomentar la disociación de los derechos vinculados a la ciudadanía formal
en los Estados de bienestar liberal-democráticos: En algunos países, como
los Países Bajos y Suecia, los residentes permanentes que no son
ciudadanos pueden incluso ejercer derechos políticos, como votar en las
elecciones locales.
También existe una extensión internacional del modelo nacional, la
ciudadanía post-nacional (Soysal 1994). Forma parte de las reflexiones
Ciudadanía y cultura 223
académicas que afirman que estamos asistiendo a los albores de una era
posnacional. Trata de las influencias inter-nacionales sobre los derechos
de ciudadanía de un único Estado-nación. Básicamente, intenta demostrar
que los derechos humanos se han acercado a la ciudadanía.
224 Thomas Faist
derechos. Mientras que a finales de la década de 1940 todavía era posible
afirmar que el derecho a la ciudadanía trascendía los derechos de los
ciudadanos porque las personas sin condición de Estado se encontraban
sin ningún recurso a reclamaciones legales (véase el convincente análisis
de Arendt 1949), los posnacionales afirman que los Estados-nación
liberal-democráticos han llegado a respetar cada vez más los derechos
humanos de las personas, independientemente de la ciudadanía en las
últimas décadas.
Lo que sugiere la ciudadanía posnacional es que las instituciones y
los discursos supranacionales influyen en la ciudadanía del Estado-
nación. Según este punto de vista, las oportunidades vitales de los
inmigrantes en las democracias occidentales no han sido determinadas
principalmente por la pertenencia a una comunidad nacional específica y
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

la ciudadanía correspondiente. Más bien, los derechos humanos, civiles


y sociales se rigen por discursos universales, integrados en acuerdos
internacionales, consensos y constituciones nacionales. Los derechos
humanos pueden interpretarse como parte de la cultura mundial
(Meyer et al. 1997). Los emigrantes aprovechan las oportunidades
creadas por la creciente prevalencia del discurso de los derechos
humanos y civiles de una política mundial para desplazarse y
establecerse. Desgraciadamente, prácticamente no existen instituciones
supranacionales que confieran el estatuto de ciudadanía, salvo la UE de
forma débil, aunque no totalmente declamatoria, pero en constante
expansión. Sin embargo, la ciudadanía de la UE no incluye a los
ciudadanos de terceros países.
Otro problema obvio de este enfoque es que no sabemos exactamente
cómo las normas y los discursos universales configuran la política y las
prácticas sobre el terreno. Una explicación opuesta y mucho más sencilla
sostiene que prácticamente todos los Estados-nación han consagrado los
derechos civiles en su constitución. Y como sabemos, la inclusión de los
inmigrantes en los Estados de bienestar no depende principalmente de la
de 2014

condición de nación, al menos no en su forma jurídica. El acceso a los


derechos sociales plenos está vinculado principalmente a la residencia y
no a la nacionalidad o la ciudadanía. Por tanto, la observación de que la
pertenencia y las oportunidades vitales de los inmigrantes no dependen
tanto de la plena ciudadanía puede explicarse fácilmente como una
consecuencia de los principios del Rechtsstaat (derechos civiles) y del
Estado del bienestar cuando se produce el cruce de fronteras y el
asentamiento de personas.
El argumento de los post-nacionales es más acertado cuando se
relaciona con nociones más amplias de pertenencia, no con la
ciudadanía en el Estado-nación. La pertenencia a un Estado-nación no
suele estar vinculada a la ciudadanía formal, sino a los derechos
derivados del asentamiento y la socialización. Y la concesión de
derechos de ciudadanía no coincide con la pertenencia formal al Estado-
nación. Tomemos como ejemplo el concepto de denizenship, que se
sitúa entre el estatuto de extranjero y la plena ciudadanía (Hammar
Ciudadanía y cultura 225
1990). Los extranjeros son residentes permanentes que prácticamente
gozan de todos los derechos reconocidos a los ciudadanos, excepto el
derecho de voto a nivel nacional. Es el reconocimiento de los lazos
sociales y las contribuciones económicas de los extranjeros residentes
de larga duración. En resumen, el vínculo entre los residentes y el
Estado no es tan estrecho como entre los ciudadanos y el Estado, pero
tampoco tan delgado como entre los extranjeros y el Estado. En esencia,
la tríada ciudadano-ciudadano-extranjero refleja el antiguo concepto
griego de "ciudadano".
226 Thomas Faist
La distinción entre politai - ciudadano, katoikoi - extranjero residente,
ahora llamado denizen, y xenoi - extranjero. Sin embargo, para hablar con
sentido de la pertenencia de los inmigrantes que viven en espacios
sociales transnacionales, tenemos que
ir más allá de los Estados-nación y las instituciones de la sociedad
internacional y permitir la existencia de importantes vínculos
transnacionales.

Pluralismo étnico y ciudadanía multicultural


En esencia, los defensores de la ciudadanía multicultural han resucitado la
noción de pluralismo étnico en la esfera política. Al igual que los
defensores de la teoría de la asimilación, consideran la adaptación
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

exclusivamente en el espacio contenedor de los Estados-nación. Lo mismo


ocurre con una versión normativa y liberal-democrática del pluralismo
étnico, que suele denominarse multiculturalismo. Existen básicamente dos
tipos de multiculturalismo, uno pasivo y otro activo. El multiculturalismo
pasivo significa que los inmigrantes y las minorías pueden expresar su
diferencia cultural en el ámbito privado. Sin embargo, e l ámbito público
se organiza según los principios del universalismo y la igualdad de
derechos para todos (Rex 1991). Aquí sólo es relevante el
multiculturalismo activo: Los multiculturalistas activos sostienen que, al
tomarse en serio la libertad y la igualdad como condiciones previas para la
participación en la vida pública, los individuos necesitan que se les
garantice un trasfondo cultural seguro. El marco de apoyo de los grupos
culturales constituye ese "contexto de elección" (Kymlicka 1995). A partir
de las implicaciones normativas y políticas, los multiculturalistas activos
postulan que este contexto sólo puede mantenerse concediendo derechos
especiales a los grupos étnicos y religiosos; una suposición que genera
tareas hercúleas que defender, tanto intelectual como políticamente. Los
derechos especiales que se consideran necesarios van desde el derecho a
de 2014

la autonomía política de los grupos indígenas hasta garantías


comparativamente poco controvertidas para las prácticas religiosas. Los
defensores del multiculturalismo proponen derechos culturales para dar
cabida a las identidades y prácticas culturales de los grupos inmigrantes.
Estos derechos pretenden mantener vivos y reforzar los lazos sociales y
simbólicos intragrupales. Entre estos derechos se encuentran los
siguientes (1) derecho de voto para los inmigrantes residentes
permanentes; (2) programas de discriminación positiva destinados a
aumentar la representación de las minorías visibles en las principales
instituciones educativas y económicas; (3) revisión de los horarios de
trabajo para adaptarlos a las fiestas religiosas de los g r u p o s inmigrantes;
(4) programas de educación bilingüe para los hijos de inmigrantes, de
modo que sus primeros años de educación se desarrollen en parte en su
lengua materna, como fase de transición a la educación secundaria y
postsecundaria en la lengua dominante del país de acogida; y (5)
escuelas para grupos minoritarios, como las escuelas musulmanas. Desde
Ciudadanía y cultura 227
este punto de vista, la reciprocidad y la soli- daridad sientan las bases de
identidades colectivas que fomentan narrativas comunes y
públicamente declaradas.
Lo destacable de todas estas concepciones de la ciudadanía hasta el
momento, la marshalliana y la multicultural, es que apuntan claramente al
papel central de las instituciones del Estado-nación en el proceso de
otorgamiento de la ciudadanía.
228 Thomas Faist
estatus de miembro. Al fin y al cabo, sólo los Estados-nación pueden
conceder un estatus formal e institucional y, en última instancia,
garantizar los derechos humanos. Sin embargo, existe una grave
deficiencia. Ambas conceptualizaciones canónicas tratan la adaptación de
los inmigrantes exclusivamente en el ámbito de un Estado-nación, sin
tener en cuenta los importantes lazos transnacionales que mantienen las
personas en los respectivos lugares y espacios. No hay lugar para los lazos
transnacionales significativos que cruzan las fronteras de los Estados-
nación y que influyen en la vida cotidiana de los inmigrantes.

Expansión transfronteriza del espacio social y doble pertenencia al Estado


Las actividades en los espacios sociales transnacionales sugieren que la
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

pertenencia es múltiple. El equivalente natural de las actividades e


identidades políticas que abarcan las fronteras de los Estados nación en la
esfera política formal es la doble pertenencia a un Estado. Esta forma de
ciudadanía transnacional no niega la existencia ni la relevancia de las
fronteras y los Estados-nación. Simplemente reconoce la creciente
posibilidad de pertenecer a dos Estados. La doble pertenencia a un Estado
se refiere al hecho de ser ciudadano de dos Estados; las formas menos
desarrolladas podrían significar ser ciudadano de un Estado e inmigrante
establecido con una especie de estatus de residente en otro. Como
mínimo, tolera que los inmigrantes mantengan estrechos vínculos con el
país de emigración.
Los rasgos de la doble pertenencia a un Estado se hacen patentes
cuando introducimos los intereses, actitudes y políticas de los gobiernos
de los países de emigración hacia sus expatriados. A todos los países de
emigración les interesan los beneficios económicos, como las remesas y
las inversiones, y el control político de los emigrantes en el extranjero.
Surgen dos patrones. Algunos gobiernos han utilizado a sus expatriados
en el extranjero como grupo cautivo para ejercer el máximo control. Por
de 2014

ejemplo, el gobierno de China continental ha insistido en el ius sanguinis


para sus ciudadanos en el Sudeste Asiático desde la década de 1950. Esto
significó pasar de "chinos de ultramar" a "chinos que viven en el
extranjero" (Nonini y Ong 1997, p. 9). La República Popular China se
pronunció sobre el control de sus ciudadanos en el extranjero. Al fin y al
cabo, ha existido una comunicación entre Taiwán y China continental para
los chinos de ultramar. Pero la República Popular ha ido perdiendo
gradualmente el control. Muy al contrario de esta postura, otros gobiernos
de países de emigración, por ejemplo, México, han utilizado el
instrumento de la doble pertenencia al Estado para mantener vivos los
lazos de los expatriados. El gobierno mexicano ha utilizado a sus
emigrantes como apoyo para realizar negocios en su país y en el
extranjero (Smith 1999). En Europa, el gobierno italiano optó por un
enfoque orientado a la patria para sus trabajadores invitados durante los
años 60 y 70 en Alemania, guiado por las expectativas de los emigrantes
retornados que se reestablecerían en el sur italiano y contribuirían al
Ciudadanía y cultura 229
desarrollo de esta región económicamente atrasada (Schmitter Heisler
1984).
Dadas las relaciones asimétricas entre países de emigración e
inmigración, la postura de estos últimos resulta decisiva. Si permite la
doble nacionalidad o la doble ciudadanía, los Estados de emigración
suelen permitirla también. Esta ha sido una tendencia fundamental. A
principios de este s i g l o , un nuevo
230 Thomas Faist
La ciudadana estadounidense perdía su ciudadanía si votaba en elecciones
extranjeras u ocupaba un cargo público en otro Estado-nación. Hoy en
día, las leyes no han cambiado, pero EE.UU. no controla la doble
n a c i o n a l i d a d y muchos países de origen se han apresurado a
permitirla. Otros países, como el Reino Unido, Francia y los Países Bajos,
han tolerado la doble nacionalidad. De hecho, en muchos países de
asentamiento, una proporción significativa de los recién llegados que se
naturalizan conservan también su ciudadanía anterior. Aproximadamente
la mitad de los países del mundo reconocen actualmente la doble
ciudadanía o la doble nacionalidad (Traces nº 3, 1998). Desde el punto de
vista de los inmigrantes, la doble nacionalidad constituye una estrategia
deliberada para proteger diversos derechos en varios Estados. Esta
estrategia ha cobrado importancia, entre otras cosas, porque muchos
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

Estados-nación han l i b e r a l i z a d o sus leyes de ciudadanía. Además,


desde un punto de vista internacional, esta evolución encuentra apoyo.
Mientras que en 1963 los Estados-nación europeos seguían apoyando
abrumadoramente el C o n v e n i o para evitar la nacionalidad múltiple,
ahora la mayoría de los Estados-nación europeos apoyan un nuevo
Convenio de 1997 que permite explícitamente la doble nacionalidad.
Incluso en un país como Alemania, que no ha firmado el C o n v e n i o , hay
unos 2 millones de alemanes con un segundo pasaporte (Migration und
Bevölkerung 1/1998, p. 2). Por supuesto, este esbozo preliminar no puede
hacer justicia al importante hecho de que los países de inmigración y
emigración no sólo ofrecen condiciones muy diferentes para establecer la
doble nacionalidad, sino también para los derechos de ciudadanía
específicos que acompañan a las vidas transnacionales. Así, los Estados
que son a la vez países de inmigración y Estados de bienestar avanzados
difieren considerablemente en cuanto a las oportunidades de los
inmigrantes de participar en los derechos sociales. Es de esperar que los
Estados de bienestar más institucionalizados, como Alemania, atraigan a
más personas que transmigran para participar en los derechos sociales que
de 2014

los Estados de bienestar más residuales, como Estados Unidos. Por


ejemplo, hay una elevada proporción de emigrantes turcos de más edad en
grupos de parentesco transnacionales que se desplazan entre Turquía y
Alemania. Evidentemente, los lazos familiares en ambos países es una de
las razones. Otra puede ser que estos emigrantes mayores aún tengan
acceso a los servicios del seguro médico alemán y no quieran perderlos
por permanecer demasiado tiempo en Turquía. Irónicamente, la doble
nacionalidad no sólo puede aumentar la movilidad a corto plazo de los
emigrantes de más edad, sino que también puede resultar más rentable
para los Estados de bienestar de la inmigración porque los propios
emigrantes tienen más opciones de cuidarse en los lugares más adecuados
a sus condiciones de vida. Además, la doble pertenencia a un Estado
puede facilitar la cooperación económica en los circuitos transnacionales;
por ejemplo, facilitando las inversiones.
Ciudadanía y cultura 231
Transnacionalización cultural: aculturación, retención cultural y
refuerzo del sincretismo inducido transnacionalmente
Los vínculos simbólicos en las culturas transmiten formas de vida
significativas a través de toda la gama de actividades humanas y, como
tales, incluyen tanto lo público como lo privado.
232 Thomas Faist
ámbitos. En cuanto al desarrollo de la(s) cultura(s) inmigrante(s),
podemos distinguir tres puntos de vista ideales: la tesis de la aculturación
de la perspectiva de la asimilación, la propuesta de la retención cultural
del pluralismo étnico y la aparición de prácticas y significados culturales
sincretistas, como sugiere el concepto de expansión del espacio social a
través de las fronteras. El principal problema de las versiones fuertes
de las perspectivas de la aculturación y la retención étnica es que
defienden un concepto contenedor de la cultura. No prestan suficiente
atención a fenómenos como la difusión cultural y el sincretismo. Los
cruces culturales tienen más probabilidades de prosperar en las
transnacionales.
comunidades nacionales, como las aldeas y las comunidades regionales -
Tierras-.
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

mannschaften en alemán y hemºeri en turco - diásporas y regiones


fronterizas. Para la teoría de la asimilación, la cultura del inmigrante es
una especie de equipaje
traídas del "viejo mundo". Considera principalmente la adaptación de los
inmigrantes a la(s) cultura(s) principal(es). Todo lo que va más allá de las
expresiones folclóricas se considera un fenómeno transitorio. A primera
vista, el pluralismo cultural contradice este punto de vista porque hace
hincapié en la retención cultural entre los grupos de inmigrantes. Sin
embargo, también se trata de una visión bastante limitada de la cultura, ya
que no presta atención a las prácticas culturales híbridas ni al sincretismo
cultural. Al igual que la perspectiva de la aculturación, que da prioridad
analítica a los núcleos culturales, el pluralismo cultural se centra en la
retención cultural en los márgenes. En otras palabras, la teoría de la
asimilación estudia el río principal, mientras que el pluralismo étnico
investiga los tribu- tarios y los canales.
Sin duda, ambas perspectivas tienen mérito, han captado tendencias
importan- tes en el pasado y corresponden a aspectos cruciales de la
adaptación cultural actual de los inmigrantes. También deberíamos
de 2014

intentar incluir todo el valle fluvial con los ríos principales y sus
afluentes para obtener una imagen más completa (Conzen 1991). Sin
embargo, tenemos que ir un paso más allá, ya que la diversidad
cultural que nos rodea y que evoluciona a partir de la migración entre
países y los espacios sociales transnacionales ha ido en aumento. En la
raíz de estos fenómenos se encuentra la movilidad no sólo de las
personas, sino también de las prácticas culturales, los significados y los
símbolos (Hannerz 1996, p. 64). De ahí la necesidad de complementar
las dos visiones canónicas para tener en cuenta la difusión y el
sincretismo. El concepto de expansión transfronteriza del espacio social
intenta captar cómo el sincretismo cultural de los inmigrantes conecta
con la transnacionalización en curso.

Aculturación y asimilación: la vida cultural en el contenedor de un Estado-nación


Una versión destacada de la teoría de la asimilación sugiere que la
Ciudadanía y cultura 233
adaptación de los inmigrantes significa su fusión con la cultura de
base. En la versión más sofisticada (Gordon, 1964), el proceso de
asimilación comienza con la aculturación. Desde este punto de vista, la
aculturación suele ir seguida, aunque no siempre, de la asimilación
estructural, es decir, la incorporación de los inmigrantes a los grupos
primarios del país de inmigración. El último paso se refiere de nuevo a
234 Thomas Faist
En el ámbito cultural, la asimilación identificativa y, por tanto, las
identidades individuales y colectivas de los inmigrantes. Esto indica que
la adaptación cultural y los significados acompañan al proceso de
adaptación de los inmigrantes en todo momento. El resultado final es, más
o menos, la inmersión cultural global.
Algunas versiones de la teoría de la asimilación introducen ciertas
enmiendas en los procesos no lineales de adaptación. Por ejemplo, la
etnicidad sobrevive o se reinventa mientras que las culturas étnicas
desaparecen. Una afirmación de las perspectivas de asimilación que a
menudo se pasa por alto es que la persistencia de la identidad colectiva en
la segunda generación no desecha por completo el proceso de adaptación.
En esencia, la etnicidad expresada como identidad colectiva puede
conservarse o inventarse por razones que pueden tener poco que ver con la
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

cultura heredada
(Gans 1979). A diferencia del lenguaje, que cambia de forma lineal -el
cuanto más tiempo se permanece, mejor se tiende a hablarlo - las
autoidentidades colectivas varían significativamente con el tiempo. En
este caso, no nos enfrentamos a
sino con una evolución reactiva. Algunas investigaciones sobre la
etnicidad entre los inmigrantes sugieren que es mejor tratarla como una
categoría emergente, que surge en condiciones que refuerzan el
mantenimiento de las redes de parentesco y amistad (Yancey et al. 1976).
La transnacionalización ha espoleado esta tendencia: Con la ayuda
de los nuevos medios de comunicación e interlocutores, los
inmigrantes forjan nuevos vínculos simbólicos con sus antepasados
putativos en el extranjero, a veces en países distintos de los Estados de
emigración e inmigración. Por ejemplo, desde finales de la década de
1980, los inmigrantes hmong de Laos que ahora viven en Estados
Unidos han descubierto sus raíces en el interior de China, en un pueblo
llamado miao. Aunque las lenguas de ambos pueblos son muy
diferentes, los hmong consideran a los miao una versión pura de su
de 2014

turbio pasado (Schein 1998). Los hmong han fomentado nuevos


vínculos sociales y simbólicos con la ayuda de mecanismos como los
viajes de larga distancia y los vídeos sobre los chinos miao
comercializados en Estados Unidos. Es demasiado pronto para saber si
este intercambio, ayudado por las tecnologías modernas, dará lugar a
una comunidad transnacional miao hmong.
Este último ejemplo ya sugiere pautas de aculturación de los
inmigrantes que se desvían del camino principal previsto por la teoría de
la asimilación. Los grupos que se sienten discriminados, como los hmong
mencionados anteriormente, puede q u e no se aculturen a la cultura
principal, sino que busquen ejemplos en el extranjero para encontrar su
lugar. Por otra parte, los grupos de los centros urbanos caracterizados por
un bajo capital humano, una cohesión social débil y la pobreza, como los
recién llegados a Estados Unidos procedentes de Haití y las Indias
Occidentales, tienen mucho más en común con las prácticas culturales
afroamericanas que con la denominada corriente anglosajona (Portes y
Ciudadanía y cultura 235
Zhou, 1994).
Dado que la teoría de la asimilación supone que los inmigrantes
desechan el bagaje cultural de su antiguo país o lo disuelven en la
corriente dominante, no presta suficiente atención a la difusión cultural y
el sincretismo. La visión de la cultura desde la perspectiva de la
aculturación es de estrecho margen. Aunque la difusión es posible, su
importancia analítica es menor.
236 Thomas Faist
porque el Estado-nación, como contenedor de una cultura social, actúa
como asimilador de los recién llegados. Sin embargo, debemos ser más
prudentes. La creciente transnacionalización puede cambiar las reglas
del juego, incluso en el ámbito cultural. Existen escasas pruebas de que
incluso grupos como los germano-turcos de segunda generación
practican el sincretismo transnacional (CagÆlar 1995).

Pluralismo cultural: de l a transferencia y retención de la cultura a la


cultura como contexto de elección
Las primeras versiones del pluralismo cultural afirmaban que los
inmigrantes, tras experimentar la discriminación y el rechazo (parcial) en
el país de inmi- gración, volverían a sus culturas de origen, las de los
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

países de emigración. Este proceso de reorientación, denominado


disimilación, conduciría a la coexistencia de distintas culturas nacionales
en el país de inmigración. La insistencia inicial en que los inmigrantes son
capaces de reconstruir mundos culturales autónomos como nacionalidades
separadas ha dado paso gradualmente a una comprensión más matizada de
la función selectiva y el carácter de la adaptación (Bodnar 1985).
Empíricamente, las versiones más suaves del pluralismo étnico han
observado que los inmigrantes se convierten en etnias con el paso del
tiempo. Este último hallazgo es coherente con la teoría de la asimilación
que prevé, como hemos visto, que la identidad colectiva de un grupo
puede existir sin una fuerte cohesión de significados culturales como lazos
sociales. En otras palabras, los vínculos simbólicos pueden referirse a la
identidad colectiva sin formar parte necesariamente de un sistema más bien
coherente de prácticas y significados de un "modo de vida completo".
El pluralismo étnico no debe confundirse con el multiculturalismo. No
obstante, una versión normativa del multiculturalismo basada en el
liberalismo pretende justificar los derechos que amparan a las culturas
minoritarias. Desde este punto de vista, la cultura es importante porque
de 2014

constituye, como ya se ha mencionado, un contexto de elección


(Kymlicka 1995). Las tradiciones, símbolos y prácticas culturales forman
supuestamente un repertorio cultural que permite a las minorías participar
en las democracias liberales sobre una base competitiva. Con el fin de
derivar derechos para distintas categorías de minorías, esta perspectiva
distingue entre minorías nacionales y categorías de inmigrantes. Las
minorías nacionales tienen una cultura nacional que debe apoyarse en
derechos limitados de autogobierno. Pero la mayoría de los inmigrantes
no, porque han elegido venir voluntariamente. Incluso si su migración es
involuntaria, como la de los refugiados, suelen orientarse hacia su país de
emigración. No obstante, los grupos de inmigrantes deberían tener
derechos, derechos poliétnicos, como el derecho de los judíos y
musulmanes a estar exentos de las leyes de cierre dominical o el de los sijs
a llevar turbante en lugar de casco cuando v a n en moto (Kymlicka 1995,
p. 101). En resumen, esta ampliación del pluralismo cultural afirma que
las minorías nacionales tienen una cultura nacional y, por tanto, una
Ciudadanía y cultura 237
cultura social completa, mientras que las minorías inmigrantes no la
tienen. Aunque la distinción propuesta está plagada
con muchos problemas empíricos y normativos - no puede acomodar
238 Thomas Faist
los numerosos casos difíciles intermedios, como los esclavos y las
minorías conquistadas (para una crítica pertinente, véase Young 1997),
ofrece un concepto sofisticado y graduado de multiculturalismo.
Pero incluso en esta última versión del pluralismo cultural subsisten
dos puntos principales de crítica. Hace demasiado hincapié en la
retención cultural entre las minorías y subestima el impacto de la
transnacionalización en la adaptación cultural de los inmigrantes.
La retención cultural suele ir de la mano de la adaptación de nuevos
elementos. La teoría de la asimilación ha pintado un cuadro quizá
demasiado fuerte en el sentido de que los inmigrantes supuestamente se
deshacen de su bagaje cultural. Sin embargo, es igualmente improbable
que las culturas de los inmigrantes se desarrollen sin alguna modificación,
a menos que prevalezca una reclusión rígida (por ejemplo, los huteritas).
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

Así pues, la cultura inmigrante nunca puede ser idéntica a la cultura del
país de origen. Muchos datos apuntan a la tesis de que las prácticas y
significados culturales no desaparecen rápidamente, reducidos a funciones
folclóricas. Yendo aún más lejos, debido a la facilidad del intercambio
transnacional de s i g n i f i c a d o s a través de vínculos sociales y
simbólicos, hoy en día existe un mayor potencial de que los viejos
patrones se transfieran y entren en síntesis con otros nuevos. Como en el
ejemplo turco-alemán, organizaciones islámicas como Milli Görüº han
intentado gradualmente readaptarse a los patrones alemanes. Por ejemplo,
no sólo intentan ser reconocidas como una organización religiosa con un
estatuto especial, una institución cuasi pública (Körper- schaft des
öffentlichen Rechts). También han desarrollado nuevas ideas para llegar a
los turcos de segunda generación en Alemania y facilitar así la
naturalización, además de la doble nacionalidad.
Los enfoques pluralistas culturales más recientes dan cabida al hecho
de que la
El carácter de una cultura (minoritaria) puede cambiar como resultado
de las elecciones de sus miembros. Por ejemplo, la difusión cultural
de 2014

puede enriquecer las oportunidades de expresión de significados. Pero,


endémico en la concepción de la cultura como un concepto muy
delimitado, si una cultura no es una cultura social o nacional, se verá
reducida a una marginación cada vez mayor (Kymlicka 1995, p. 80).
Como hemos visto, esta firme suposición debe cuestionarse debido a la
transnacionalización cada vez mayor de los repertorios culturales.

Más allá del concepto contenedor de cultura: sincretismo transnacional


La asimilación canónica y los puntos de vista pluralistas culturales sólo
proporcionan un fino barniz que permite el sincretismo cultural para
lograr los resultados finales deseados de aculturación o retención. Estas
visiones no tienen en cuenta la naturaleza dinámica de todas las
culturas. Ambas tradiciones teóricas han descrito en el pasado
resultados plausibles y a largo plazo en el mundo real. Pero en el caso
de los inmigrantes contemporáneos del Norte, hay muchos fenómenos,
Ciudadanía y cultura 239
aunque sólo sean transitorios, que eluden esas categorizaciones tan
nítidas. No tienen en cuenta las prácticas sincretistas, las lenguas
mixtas y las identidades colectivas con guión.
240 Thomas Faist
En general, existe una sorprendente similitud entre las versiones fuertes
de la asimilación y el pluralismo étnico. Hacen demasiado hincapié en la
cultura como fenómeno fijo y esencial; la teoría de la asimilación lo hace
con las culturas centrales y el pluralismo étnico con las culturas
minoritarias. Este concepto contenedor considera la cultura como
esencialmente territorial, basada en una lengua compartida y en cierto
modo estática. Desde este punto de vista, la cultura se deriva de un
proceso de aprendizaje que, en su mayor parte, está estrechamente
localizado. Se trata de la cultura en el sentido de una cultura; la cultura de
un grupo social. Además, implican instituciones y prácticas comunes.
Tales culturas están vinculadas a procesos de modernización, como la
creación de sistemas educativos en los Estados-nación (Gellner 1983). En
una versión extrema, imbuye una noción hipostasiada de los lugares
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

como espacios delimitados e inmutables con un significado fijo,


identificados con comunidades bastante fuertes (para una caracterización
similar, véase Nederveen
Pieterse 1994, pp. 176-7). Es evidente que el concepto contenedor de
cultura ha
ampliarse, como ya han sugerido los asimilacionistas tolerantes y los
pluralistas étnicos, aunque no han incorporado suficientemente los
efectos de la transnacionalización. Los conceptos canónicos de la
adaptación de los inmigrantes han sensibilizado a los investigadores y
al público sobre cuestiones de pluralismo étnico y nacional, pero han
descuidado el pluralismo comparable del espacio. Esto no sólo ha
ocurrido con los aspectos de la cultura local, sino también con los de
mayor difusión transnacional. Por lo tanto, una con- ceptualización
alternativa considera que la cultura está relacionada con elementos de
un "software" humano más general; en este caso se aplica la versión de
"caja de herramientas" de la cultura (Swidler 1986). Esta noción
dinámica de la cultura ha estado implícita en las teorías de la evolución
y la difusión, en las que la cultura también se considera un proceso de
de 2014

aprendizaje translocal o incluso transnacional. La fluidez y no la fijeza,


la espacialidad y no la localidad marcan esta noción.
La cultura de los inmigrantes no puede verse como un equipaje o una
plantilla, ni como algo que hay que empaquetar y desempaquetar,
desarraigar (asimilacionistas) y trasplantar (pluralistas culturales). En su
lugar, un enfoque analítico busca estructuras de significado engendradas y
expresadas en comportamientos privados y públicos, imágenes,
instituciones, lenguas (véase también
Geertz 1973, pp. 3-30). Estas estructuras de significado son inherentes a la
y simbólicos. Dichos vínculos y su contenido no desaparecen ni se
fusionan imperceptiblemente, ni pueden conservarse fácilmente en
nuevas circunstancias, a menos que cesen las transacciones con los
grupos circundantes. Ciertamente, la transnacionalización continua y
creciente de significados y símbolos a través de vínculos sociales y
simbólicos en espacios sociales transnacionales ayuda a mantener las
múltiples transacciones que atraviesan las fronteras. En condiciones
Ciudadanía y cultura 241
propicias
como las tecnologías modernas (televisión por satélite o cable, televisión
instantánea, etc.).
comunicación de masas, comunicación personal que salva largas
distancias a través del teléfono y el fax, viajes masivos asequibles a corta
distancia), políticas estatales liberales (derechos poliétnicos y políticas
antidiscriminatorias), políticas estatales de emigración cambiantes (llegar
a los emigrantes que viven en el extranjero en busca de remesas, inversión
y apoyo político), y
242 Thomas Faist
las capacidades de los inmigrantes para movilizar recursos (capital
organizativo, social y humano) - el sincretismo transnacional de la cultura
encuentra un terreno fértil.
En última instancia, estas dos concepciones tan amplias de la cultura
son compatibles: para expresarse, la cultura dinámica-sincretista necesita
sin duda los límites territoriales implícitos en los modelos de cultura
contenedor. Las culturas inmigrantes no pueden existir en un espacio
desterritorializado. Los individuos espacialmente hipermóviles son la
excepción más que la regla. No obstante, muchos inmigrantes que
forman parte de grupos de parentesco transnacionales centrados en un
país y no en otro (u otros), mantienen vínculos transnacionales, ya sean
lazos sociales o simbólicos. Los fuertes lazos culturales comunes siguen
siendo necesarios y posibles dentro de los Estados-nación. Entre otras
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

cosas, las culturas comunes nacionales, es decir, sociales, son


necesarias porque una mano de obra altamente educada y f o r m a d a
constituye un requisito previo funcional de una economía moderna.
Además, un tipo de solidaridad difusa es esencial para los Estados del
bienestar modernos, y la igualdad de oportunidades para todos los
residentes depende de una comprensión común de los principios
legítimos de justicia, derechos y redistribución. En resumen, sin una
cultura dominante de Estado-nación, ni siquiera las comunidades
transnacionales tendrían perspectivas de adaptarse con éxito. Estas
consideraciones no sólo se aplican a la formación del Estado-nación,
sino también a la aparición de comunidades inmigrantes y étnicas más
allá de las fronteras del Estado-nación. Por lo general, la formación de
comunidades es producto del capital transferido, el trato diferencial y
la posterior organización por parte de los recién llegados para superar
las desventajas y la discriminación percibidas o para explotar nuevas
oportunidades. No debemos olvidar que muchas percepciones de
discriminación necesitan un clima de tolerancia para ser ex- presadas
en el ámbito público. Sólo en las democracias liberales tolerantes con las
de 2014

diferencias culturales la discriminación se convierte en un problema que


conduce al éxito del sincretismo transnacional y la organización política
transnacional. Sin multiculturalismo no hay transnacionalismo. Aunque
los derechos multiculturales no fomentan necesariamente una
transnacionalización duradera de los vínculos migratorios, sí favorecen la
expansión de los espacios transfronterizos. Para lograr una
transnacionalización duradera que incluya a comunidades enteras, el
contenido de los vínculos simbólicos debe ir más allá de las orientaciones
multiculturales centradas en un Estado-nación. El contenido sincrético
es importante para forjar y mantener redes y organizaciones
transnacionales. Esto no sólo significa que hay que modificar las
visiones contenedoras de la cultura, sino que también implica que hay
que desechar la imagen poco realista de una cultura desterritorializada y
global. Esta visión sugiere que ahora todos somos migrantes. Incluso
aquellos que no se desplazan espacialmente están obligados a
experimentar la difusión debido a la migración de las culturas
Ciudadanía y cultura 243
(Waldron 1995). A u n q u e l o s profesionales, intelectuales, artistas y
empresarios globalizados aprecien esta imagen, es totalmente irrealista
para la mayoría de los emigrantes y para los que no lo son.
relativamente inmóvil.
244 Thomas Faist
Pensar en el sincretismo enriquecido transnacionalmente como otro
estrato de los procesos de inserción de los inmigrantes -además de la
aculturación y la retención cultural- es utilizar una concepción de la
cultura como "toda una forma de (inmi-)
que haga hincapié en sus aspectos translocales sin omitir el hecho de que
las culturas siguen teniendo una abrumadora mayoría de fronteras
nacionales y corrientes principales. Incluso hace ochenta años en Estados
Unidos, durante el apogeo de las campañas de americanización, la fusión
unilateral en el núcleo de los inmigrantes no era realista, como Randolph
Bourne señaló sabiamente en 1916:

Ninguna americanización cumplirá esta visión que no reconozca la


singularidad de este transnacionalismo nuestro . . . América está
llegando a ser, no una nacionalidad, sino una transnacionalidad, un
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

tejido de ida y vuelta, con las otras tierras, de muchos hilos de todos los
tamaños y colores (Bourne 1996, p. 107).

Dejando a un lado la imagen poco realista de los inmigrantes como


naciones y de Estados Unidos como un Estado nacional pluralista, la idea
principal de la cita, la pluralización cultural tras la inmigración, es
relevante para el mundo actual. Las redes de inmigrantes y de migración
han puesto de manifiesto el doble carácter de los recursos de los
inmigrantes, como activos locales y como cinturones transfronterizos.
Una vez más, al igual que en el ámbito político, debe quedar claro
que los conceptos de aculturación, retención étnica y sincretismo
transnacional son tipos ideales. Cuando empezamos a aplicarlos a
casos del mundo real, tenemos que ser conscientes de las diferencias
específicas de cada país que afectan al desarrollo cultural de los grupos
de inmigrantes y de las complicadísimas interacciones entre "viejos" y
"nuevos" inmigrantes, a veces del mismo país de origen. Pensemos en
los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos. En los años ochenta y
de 2014

noventa, por ejemplo, el desarrollo de una conciencia del "nosotros"


entre los inmigrantes mexicanos no sólo ha sido un subproducto de la
inmigración y, a menudo, de los continuos lazos transnacionales, sino
que ha estado muy influido por los conflictos entre los países de origen y
de destino.
entre los inmigrantes mexicanos recientes y los mexicano-americanos
asentados -
Este último grupo a veces se remonta a varias generaciones de
asentamiento en Estados Unidos. Aunque ha habido pocas
reivindicaciones de derechos multiculturales por parte de los
inmigrantes mexicanos, todas las categorías han mostrado diversas
mezclas de tendencias hacia la aculturación y el sincretismo
transnacional. No es sorprendente que la aculturación sea generalmente
más pronunciada entre los mexicano-estadounidenses, y que el
sincretismo transnacional, como la participación en festivales del país
de origen, pueda observarse entre los inmigrantes mexicanos más
Ciudadanía y cultura 245
recientes en Estados Unidos.

Conclusión: los vínculos transnacionales como puentes cambiantes


Podemos concluir que la noción de una trayectoria política o cultural
singular, contemplada por las teorías canónicas de la asimilación y la
etnicidad, no se corresponde con la realidad.
246 Thomas Faist
Hay que cuestionar el pluralismo y los conceptos contenedores de la
adaptación de los inmigrantes. Dado que los factores que propician la
formación y el mantenimiento de espacios sociales transnacionales -
facilitación de los medios tecnológicos de comunicación- son los mismos
que los que propician la creación de espacios sociales transnacionales, la
adaptación de los inmigrantes a los mismos debe cuestionarse.
En los países de emigración, la formación incompleta del Estado-nación,
la discriminación y el multiculturalismo en los países de inmigración no
muestran signos de desaparecer, sino de extenderse aún más.
El concepto de expansión transfronteriza del espacio social ha adquirido
mayor importancia para comprender las cuestiones de la
p e r t e n e n c i a transnacional. Fenómenos asociados como la doble
pertenencia a un Estado y el sincretismo transnacional no se sitúan en la
alfombra mágica de un espacio desterritorializado de flujos. Sólo tienen
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

sentido cuando están firmemente ligados a espacios específicos en


diferentes Estados-nación. No es una noción por encima de los Estados-
nación, sino una combinación del interior y el entre. En otras
p a l a b r a s , las dimensiones nacional y transnacional de la ciudadanía
de doble Estado y el sincretismo no son como muñecas rusas sin más
interrelaciones que las diferencias de nivel de análisis. Hablar de la
función de puente de los vínculos transnacionales no tiene sentido sin
puertas por las que las personas puedan entrar y salir. En cambio, la
concepción dominante de la ciudadanía en la teoría política y de la
pertenencia en los estudios culturales ha sido más bien arcaica. Por
ejemplo, una imagen muy extendida habla de "muros" que protegen la
esencia de las comunidades políticas, un núcleo de prácticas, creencias
y derechos apreciados. Sin embargo, los verdaderos logros de la
civilización no son muros, ni tampoco ventanas, sino puertas. Las puertas
delimitan Estados con fronteras territoriales y, de forma emergente,
estructuras institucionales supranacionales como la Unión Europea. La
correspondencia entre puentes y territorios es cada vez más cambiante.
de 2014

como las posiciones de las puertas.


Las consideraciones presentadas hasta ahora se refieren a los aspectos
normativos de la pertenencia a un Estado: la doble nacionalidad y la doble
ciudadanía. En concreto, ¿cómo pueden justificarse moralmente los
estatutos jurídicos vinculados a la doble pertenencia a un Estado? Una
estrategia podría ser paralela a las formas de razonar sobre la ciudadanía
multicultural (Gerdes 2000). La idea subyacente en la defensa de la
ciudadanía multicultural es que la "ciudadanía diferenciada" (Young
1989) es necesaria para garantizar el reconocimiento y, en determinadas
c i r c u n s t a n c i a s , promover la igualdad de oportunidades. El concepto
de ciudadanía multicultural critica las concepciones universales y ciegas a
la cultura de la ciudadanía al afirmar que las minorías discriminadas
seguirán confinadas a una posición social, económica y política inferior a
menos que reciban derechos especiales que compensen su exclusión. El
fundamento último es que la cultura constituye una base para el
reconocimiento y que los derechos especiales son necesarios para facultar
Ciudadanía y cultura 247
a los grupos minoritarios a participar plenamente en los derechos y
deberes de la política. La propuesta
de la ciudadanía multicultural ha suscitado muchas críticas válidas -
pertenecientes
a cuestiones como la democracia intragrupal y si una cultura de grupo
unitaria es realmente una base necesaria para la participación social y
política. Sin embargo, es un primer paso hacia un debate más completo
sobre si la doble pertenencia al Estado es normativamente deseable o no.
Este debate puede ampliarse de tres maneras. En primer lugar, podemos
pensar en la doble
248 Thomas Faist
La pertenencia a un Estado refleja los vínculos transnacionales de los
inmigrantes de primera generación. Existen numerosas pruebas empíricas
de que estos inmigrantes establecen vínculos sociales y simbólicos
transfronterizos a lo largo de su vida (véase una introducción en Gmelch
1980). Como hemos definido anteriormente, la ciudadanía es una forma
de s o l i d a r i d a d institucionalizada y moralmente exigente. En
definitiva, es una forma muy regulada de un mecanismo clave del capital
social. Por tanto, se aplican las características fundamentales del capital
social. Es ante todo un activo local y sólo puede tener una función
transfronteriza cuando se dispone de correas de transmisión, como las
redes de emigrantes o las organizaciones transnacionales, como los grupos
de derechos humanos. Como tal, no es probable que la doble pertenencia a
un Estado contribuya a la exportación de conflictos de los países de
Descargado por [Harvard Library] a las 08:27 05 de octubre

emigración a los de inmigración, ni que por sí misma fomente los


procesos de democratización en los Estados de emigración. Todos estos
procesos se han producido sin una pertenencia formal múltiple. Lo crucial
son las correas de transmisión de las redes y organizaciones intersticiales.
En segundo lugar, desde el punto de vista de los Estados implicados,
la doble lealtad a distintos Estados y a comunidades transnacionales no
suele suponer un problema para los Estados implicados, salvo en
situaciones de guerra. Sin embargo, éstas son extremadamente raras
entre países de emigración e inmi- gración a lo largo del eje Sur-Norte.
En general, hay que diferenciar entre Estados de emigración e
inmigración. Los primeros tienen interés en mantener los lazos con los
emigrantes en aras de las remesas o las inversiones. Los segundos,
como ya se ha mencionado, han empezado, abierta o tácitamente, a tol-
erar múltiples afiliaciones en un número cada vez mayor.
En tercer lugar, la doble pertenencia al Estado afecta directamente al
reconocimiento público de los vínculos y no sólo a los vínculos entre el
Estado y los ciudadanos (véase el gráfico 3). La mayoría de los
inmigrantes de primera generación que participan en grupos de
de 2014

parentesco, círculos y comunidades transnacionales, y que están


interesados en adquirir la ciudadanía del país de inmigración, están a favor
de la doble pertenencia al Estado, considerándola como un reconocimiento
de sus múltiples vínculos (Kõlõç 1994, p. 75; Șen y KarakasogÆlu 1994).
Esto se debe a que cuestiones fundamentales para los transnacionales,
como las leyes de sucesión, pueden modificarse en consecuencia sin
concederles la plena ciudadanía. En cambio, la ciudadanía de doble
Estado se refiere a los aspectos de pertenencia y reconocimiento. Su
principal objetivo es reconocer los lazos simbólicos que se remontan a los
países de origen.

Referencias
ARENDT, HANNAH 1949 "Es gibt nur ein einziges Menschenrecht", en Dolf Sternberger
(ed), Die Wandlung, Vol. IV. Heidelberg, pp. 754-770
--1973 [1959] Los orígenes del totalitarismo, Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich
Ciudadanía y cultura 249
BASCH, LINDA, GLICK SCHILLER, NINA y SZANTON BLANC, CRISTINA 1994
Nations Unbound. Transnational Projects, Postcolonial Predicaments, and Deterritorialized
Nation-States, Langhorne, PA: Gordon and Breach
BODNAR, JOHN 1985 The Transplanted. A History of Immigrants in Urban America,
Bloomington, IN: Indiana University Press

También podría gustarte