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LAS DULCES TENTACIONES Y LAS AMARGURAS DE LA CULPA: FAN TAS[AS MARIANAS DE UN DESDICHADO PECADOR Esreta Roseité SomERON Fl Colegio de México Desde la Antigitedad, filésofos como Platén, Aristételes 0 Epicuro ob- servaron que la experiencia emocional de los seres humanos no obedecia a caprichosas explosiones de afecto o sensibilidad.' Las emociones siem- pre van ligadas a distintas formas de interpretar el mundo y descansan en la atribucién de valor 0 mérito hacia diferentes cosas, asi como en nuestras creencias acerca de lo que es bueno y malo, favorable o perju- gicial.’ La historia de Juan Esteban Pérez, tratante de merceria, espafiol, vecino de la ciudad de Puebla de los Angeles a fines del siglo xvii, es una historia de culpas, tentaciones y deseos prohibidos que plasma la com- plejidad de la experiencia barroca en torno del placer, el gozo, el pesar y cl sufrimiento. En realidad, en Nueva Espafia, como en otras sociedades catélicas de la época, esta serie de emociones que hoy nos parecerfan contrarias © con- tradictorias, con frecuencia se vivieron de manera simultdnea. Much de los juicios, elecciones y razonamientos alrededor del cuerpo y la sen: sualidad se dieron dentro de escenarios emocionales que oscilaron entre di placer doloroso y ¢| sufrimiento gozoso. La historia de este Fantasio: pecados, semejante a otras que se registraron en archivos inquisitoriales, nos da una clara muestra de ello, a, Las sera, p. 499 ido, Martha Nussbaum explica como la emocion del goa, por sismapla, responde al uc, of temor se experimenta Cuando alguna cosa que tiene dr a algo que ve o rosotiue ve ve amenacada, el peoar cuando se picrde y la ira cuando alguicin la daa pa Nusswaun, La terapia, p. 400 Al POR DIOS ¥ GOZAR EN CRISTO La nusronia rérer, soltero, nacural de |, 1690, Juan eer Santo Oficio de Mexia me exes Mpinables Centaciones © imagingcy Thoeque tents que librar contra Satangs pay, es batalla rensamientos pecamintosos. Desde hci i emer trata al cucllo unt medalla de algi tratante encia del Demonio”, comenz6 a besar log Pies Vingen. Un dia ee ay poco a poco adquitid la costumbre de reine | vd PC ie boca, los ojos y las “partes naturales” de Marj, acto en las manos ean | hacfa no estaba bien, pero sus accion, Juan Esteban sabfa que lo que 1 ee es ‘teermentado por su conciencia, el culposo pecadoy retaba al Demonio con las siguientes exclamaciones: ‘A, perro, anda, no sto a de parar en trato lascivo y me engafias por que la Virgen en ”.3 El tracante de mercerfa intenté resistit Santisima es mi madre y Sefiora’.? El dio por vencido y los deseos pecami. ry . e 4 la tentacién, pero el Diablo no s nosos crecieron en su conciencia y su cuerpo. Probablemente recordando E] 23 de mayo de de Prana en Castilla, se pr clo. por autodemunciarse, Atribulade | nes, confess las fuert deshacerse de ciertos actos ¥ tin temp eran incontrolabl See mei m Jo que dijera san Pablo de “es mejor casarse que abrasarse”,* una noche, sofé que la Santfsima Trinidad lo casaba con la Virgen. En realidad, ni siquiera aquel supuesto matrimonio libré al merca, | der de sus fantasfas y es que, como advertia el predicador Joseph Boneta, aquellos que se casaban para librarse de las tentaciones de la carne olvida- ban que san Pablo también habia dicho que los casados padecfan aquellos | deseos prohibidos por igual que los solteros.> A la mafiana siguiente del supuesto matrimonio con Maria, Juan Esteban comenz6 a tener frecuen- tes “poluciones” que “le dejaron el juicio alborotado” y lo sumieron en el mds intenso sentimiento de culpa. El mercader habia caido en el pecado ti fa sensualidad, “el mas feo y asqueroso”, a decir del obispo Juan de afox, “pues éste no sdlo manchaba el alma sino también el cuerpo, meotadoee de impuros y malignos humores”,6 dias nies in ea Juan Esteban buscé reconciliatse y reme- concertada, pero fn adagio “Sila carne anda domada, vive el alma “carne manda, perdido del todo anda. Perdido est’ 2 AGNM, Inquisicdn, v, 680, exp. 2 4 La frase es citad, Gitada por Bonera, Gp > Bowers, Grits, p, 236, meen 6 Paarox, Obras, vol. 1m, p, 200, | | | | AS DULOES TRNTROIONES V LAS AMARGUIRAS BR LA CULPA % dl corarén sin la mottificacién”,’ el mercader castellano bused realizar las nitencias Necesarias para purificar eu cuetpo y su alma, De esta manera, juan Esteban comen76 por ayunar durante la cuaresma, lo mismo que ox viernes y sfhados de todo el afio, dejéndole las vigilias débil y enfla- quecido. Sin embargo, como sus fantasias no cesaton, éste decidié “hacer diligencias por apagar el fuego de la senstalidad con fuego y sebo ardiendo yun ti76n y se quems sus partes naturales” de las que quedé profunda mente lastimado. Mientras cl desesperado pecador narraba su triste historia a los inqui- sidores, éste les ofrecié “hacer demostracién” de aquella prictica expiato- ria. pero el prudente comisario lo impidid, ordenando, en cambio, que juan Esteban se arrepintiese de haber cometido sus pecados, que sosegara su animo haciendo examen de conciencia y que se confesara sacramental- mente de todas sus culpas. Con ello, agregé el comisario, Dios perdonarfa sus pecados y faltas, a lo que el agradecido mercader respondié que aun- que lo quemaran en la Inquisicién, él estaba dispuesto a obedecer todo jo que el Santo Oficio le ordenara para conseguir el perdén divino. EL ORIGEN DEL CONFLICTO EJ caso de Juan Esteban habla de una experiencia emocional propia de la cxaltada sensibilidad del espiritu contrarreformista y tipicamente ba- rroca; se trata de una historia donde el jubilo y el placer se mezclaron y confundieron con el pesar y el sufrimiento. En realidad, el origen de este claroscuso crisol de emociones se encontraba en el valor y el significado que tenia el deseo dentro de la cultura contrarretormista que daba sen- udo a la existencia del aquel mercader castellano. Mas atin, las tormen- {owas emociones que acongojaban al mercader se remontaban al eterno conflicto de Ja civilizacién occidental: la contradiccién entre el deseo y la tavin.* Vaavun, Hocades epirisuales, p. 189 © bas El proven de ba civilicas tou, Norbert Elias eotudia La paulating wransformacion racional de los ins union y ju» descus en wi proceno hindrive de Langa durasion. Bate proces civilizarorio se ha dade 4 partie de 4s dutenuricacion de las Waciones exiesinar, ai cone del remiunicnty de vergiicnas que tegula cl conjunco de Lunductas y Woinportauicnios de la vida umpubiva El yomeunicuty de lio pariones y de los unpulsos al orden de le tacin oo una de lar caracteriotica de ba civilicsion occidental. Véwe ELsas, Bl proceso, p. 449, Mas recencmente, Camille Paglia ha woado of anisay tendmeno de caiwnaliancion de lo instintivo y lo Pasion co occidente. El andlinis de Paglia plantes le paulauins apulonizaciin de lo dionsidco al somerer fP_ 44 SUPRIR POR DIOS YGOZAR PN CRISTC fi ias, diferentes y activas simul. contrarias. difere La lucha entre estas dos fuerzas co . a ee sy médicos desd tineamente, fue preocupacién para muchos fildsofos y le ta 7 iento griego que bus. antigticdad, Entre Is distintas eseuclas del pensamicn ee : nue ns caron respuestas en torno de la relacién que te . 6 de manera definit; las pasiones y el imtelecto, el extoicisme permed de man home en la tradicién cristiana.’ Para los estoicos, la lo iencia, el desapego a las pasione, f i suficiencia, ef ‘dia conseguirse mediante la autos ierhovacional de a mundo material, as{ como mediante el autogob cada rsona.!" Le ‘ . per Desde sus primeros tiempos, los cristianos adoptaron estas ideas ¢ in. rtentaron renunciar al cuerpo y sus deseos en la vida oe 10s ayunos, vigilias y cilicios fueron parte de un conjunto de aed ‘ate le disci fin fue crradicar las pasiones de la vida humana media le dicplinay cl dolor asumido, Para el cristianismo, las pasiones eran formas de falsg juicio, emociones que trastornaban el alma con impetuosos movimientos afectivos contrarios a las tranquilas aprehensiones de la raz6n."' De esta manera, las pasiones eran expresign de la flaqueza del pensamicmto, falsas creencias que tentaban a los seres humanos presentandose ante ellos como cl camino ficticio hacia el placer yla felicidad. - Siguiendo también a Platén, el pensamiento cristiano entendié el unico camino hacia la felicidad era el autogobierno. La verdadera via para alcanzar el Sumo Bien y por ende la felicidad eterna era sustituir la trania de las emociones por el control racional de los deseos.'2 Si bien Jaan Estchan estuvo lejos de set un tedlogo 0 un filésofo grecolatino, ste compartié cl supuesto bdsico de la cultura cristiana ys asi, suftié en su vida coidiana las consecuencias de la tensién emocional originada por las fontradicciones entre aquello que le pedfa el deseo y aquello que le dictaba a [4200 Hi pensamicnwo estoico telacion mondactas Ha salud del cuerpo con ta del alma: EL fin del see humane ee “ies de salud que slo podta brindatle cl eahivo te {a Virtud. Los hombres, decia Cicersn, debian hacer de médicus de sf mj peared a 1 Aino» pata encontrar la canquilidud, Solo La virtud podia brindar a los Deon a cldcion, Para lvestoicos, luvin ng 7 le te OF de los hombres. fsta se concely si le tensién product kg Feta se concebta como un esf He70-0-un estado de tensidn p a SUMereas onttatias denise del alin Véase Ni WNusshaui, La trapa,p. $99 WssMauny La terapia, p. 4 €Fa tna condicidn permanente o inet '! Nussbaun, La terapia, P. 456. 4 Pion piece tf 45 Matha Nusbaun deci tsar a de esta manera el sentido que tenia "Sobre a idea plcdnica de Iflcda veg pe fs Hs para dar significado al deseo. ‘Setdad, véase Di Luise, Storia della fellicita, pp. 34-35. 45 fe TERTOIONES VAS AMARGUIAS (VF TA CL Dr GOCE PURLICO AL PLACER PRIVADO. Je }uan Esteban gird en torre de st relacién con la vit aeagesia 078" | ci i (a8 garia, bn Nueva Fapafia, Maria siempre fire causa de juibilo, regocii? Aun cn stt advocacién de Dolorosa, la imagen de la Madre de miento y el sa € log!” + . x eet aba a hs fick Ia importancia que tenian el sufti pies : : ' J} camino hacia el perdén, la salvacién y Ia felicidad eterna. En ra los novohispanos, la Virgert fue sindnimo de esperanza; ”fcio one ; a ec sennido. pare ‘ 7 finito amor. Ya desde el siglo xvr, su presene!# fue un ras Ila sociedad. No obseante, 10 fue ia ein |a piedad cotidiana en aque arreforrmista partir de ese momento, 9 xv que la difusién de la religiosidad contr riano a su maximo esplendor, A sectores ENICOs Y sociales de la Nueva Espafia reconocieron 4 diadora ante los maxima intercesora, intermediaria y me’ ilove du todos los Maria como su ojos de Dios. Fl auge de la y actividades COU piedad mariana se tradujo en distintos habitoss practicas dianas y comunes para toda la poblacién. La organiza- con de congregaciones dedicadas a Marfa, la proliferacién de poemas, oracianes. sermoncs Y relatos milagrosos atribuidos a la Virgen fueron fenomenos populares en la Nueva Espafia de aquel siglo.’ Ademas, mu- chos novohispanos tuvieron la costumbre de rezar el rosario en las fami- lias, cantar la salve, ofrecer flores en mayo o comulgar los doce sdbados anteriores a la fiesta de la Inmaculada."* Todas estas manifestaciones de religiosidad popular alrededor de la Virgen brindaron a los novohispanos Jacionadas con la esperanza, la proteccion y la segu- la Virgen fueron momentos agradables y novohispanos con musica, flores, luces sensaciones goz0sas re nidad. Las fiestas y ceremonias a {clices que llenaron la vida de los y emociones jubilosas y reconfortantes. Esta gama de afectos y emociones dichosas en torno a Maria se asocié con las sensaciones gozosas y placenteras transmitidas por las imagenes marianas veneradas por los novohispanos. En Nueva Espafa, la Virgen fue, ante todo, una figura maternal,” Marfa era “la portadora de Cristo al mundo”, una mujer cuyos principales atributos femeninos eran la ternura, nat enna marina no seeps tuvieron como advocacidn a la Wirgen. EL nombre de 2 lo adyuirian para pustificar su dependencia de la Anuniciata de Roma, de la cual procedian sus indulpencias y privilegios 7 Gonzo, ants AvLuanno, Maniferuciones religions, p- 29% lesde ef Canciliv de Peso (431) Marta fue proclamada madre de Divs (dheatakus) convirtiéndose 8 un pila clave pila clave de ta economia de la salvacion. Buavine, La Virgen de Guadalupe, ps 93: ZAR EN CRISTO uprir POR DIOS ¥ GOZAR 46 i pasin. En la iconografia, To mismo la simpatia, la comprensi coiite los sermones dedicados a Marta, a simpat {genes literarias d a alabar los senos y la leche Se ea oer edicaron su talento aa buscaron enaltecer | artistas y Oe iaileenes femeninas snaternals ane eu Hije de la Virgen aoe ire misericordiosa que al al St pola d cote celestial, habia brindado « 6 Coin r sic roi Nueva Espafia di gaat " as sociedades catdlicas europeas, en la P: ; lel Domo en o Jo xvnt, la Virgen doncella desplazé a las Madonne de latte en un siglo xvn, clai x a de la Inmaculada Con. reflejo de la difusidn que hizo 7 Contrarreformma 4 aunadaa la tradicio, cepcién. Ladelenss = cuerpo pe de la Virgen como el recepticulo franciscana, init la Nueva Alianza que habfa hecho posible la humani. Ie ie bios” La perfecion y bondad infiniea de la Madre de Cristo se -™ oicaban en ua cuerpo hermoso que denotaba la superioridad de un ser jal.'8 ) sid seas Marfa no habia dejado restos fisicos en la Tierra, el culto y la devocién a su corporalidad perfecta y milagrosa fueron muy populares en Nueva Espafia. Las autoridades religiosas difundieron la ve- neracién a objetos marianos sagrados como fueron algunos trozos de su manto 0 gottas desu leche, y sobre todo insistieron en exalear la bellezay perfeccién de su cuerpo plasmado en las imdgenes religiosas. De manera que en la cotidianeidad novohispana, el culto a la Virgen formé parte de un repertorio de emociones gozosas, alegres y jubilosas fo- mentado por las autoridades religiosas. Y es que si una de las preocupa- ciones principales de la Iglesia tridentina fue conducir por buen camino la experi iencia afectiva y sensual de los fieles, la dicha que Maria brindaba a Jos novohispanos Constituy6 una via perfecta para traducir en fiestas, ritos én y la com| desnudo expuesio Eng "elses plasmaron la imagen de la Virgen con un seno mostra a su hijo ad énimo, Maria sostiene su. seno con la mano part sas, The oma dy Sn de unos pecadores que estin a aus pies, Suet femeninos uns sebal de s ‘h BUSHOS Vieron en el gesta de mostrar los pechos “ho, p, 59, {a Winacutada ¢ ! 18 Los prejuic Wada Concencidn se 6 > a ' Pieju in elias y mediate a rt Nise orgind con Duns Escoto en el siglo xu. 14 mujer como fuente de J "Ge! Cuerpo femenino, la concepcién de la - 1 de Peligh, impure La concep, corpora sino que se Lransformara, peso: itpureza y “ontaminacién 1 i, : EM Carney No sdlo se desvanecieron en Marla, nostraron su supetioridad. ‘elias postivs y herrnoyns que m ee raw! oer VAS DULCES TENTACIONES VTA AMARGURAS DF A Cut a ” maron cn goros y placeres prohibidos que cobraban realidad en ef Ambito rivado de sus suchas y pensamientos obtecivos Fr Nueva Fapafa, el culto a Marfa descansé en una relacién intima y cotidiana entre los Ficles y In Madte de Dios. Aquella relacién de cercania y familiaridad amoro, sa dio sensaciones jubilosas a todos los devotes marianos, En el caso de Juan Estchan, las sensaciones placenteras de aquella relacién de intimidad rchasaron cl Timite de lo petmitide al despertar emociones y sensaciones porosas propias del deseo amoroso. Frente a la presencia cotidiana de la Virgen. Juan Esteban fundis los atributos de ternura y belleza celestial con otro tipo de propiedades amorosas y placenteras relacionadas con el cuerpo femenino. Como el resto de los novohispanos, el comerciante castellano vio en ls figura de la Virgen el maximo simbolo de alivio, consuelo y jtibilo. Al merclar dichas emociones con las pasiones de su deseo amoroso, Juan Es- teban fue victima de la tensién entre fuerzas emocionales itreconciliables entre si. En la Nueva Espafia, el amor hacia la Madre de Dios fue fomen- tado por clérigos y sacerdotes que exaltaron la belleza de sus imagenes y que hablaron de ella como un ser humano accesible a todos sus fieles. Paradojicamente, si Maria siempre estaba presente y cercana, al mismo tiempo, su belleza denotaba su naturaleza sobrenatural. En realidad, la Virgen pertenecia a un mundo distinto, el mundo del Mas Alla. Por ello, la intimidad con Marfa oscilé siempre entre lo posible y lo imposible, entre lo alcanzable y lo inalcanzable, entre lo deseable y aguello que sélo se podia contemplar."” Al parecer, Juan Esteban padecié y sufrio las contradicciones de los gozos que rodeaban las imagenes del cuerpo de Maria. EI limite de su dolor se expresé en las amarguras de la culpa que, frente a su conciencia, lo convirtieron en un apesadumbrado y DBL GOZO PRIVADO AL SUFRIMIENTO PUBLIC 1s batalla de Juan Esteban contra Satands inicié a partie de la repeticidn de wha inocente accién cotidiana: los besos que el mercader propinaba 9 Es inicronanie socandar que ol surginicaio del cubis usasianns corn uke com el ange del ane cores 8 el siglo aus Hernaude Easalante setale come oases res, a igval qc oh dewouw de Masta, cata Gbligade «vuln pusyuc ls aimada cord sicanpic aucune Kacaranin, La murade de Dias, po $2 En parts o eidad, aunque oi el amaute asses aicaupic sutis aut le uuckewnenics dk ote dann, of devater de Marta, en ‘abas, sicanpee cacuciita la pacscacia del ubjein de ov aus De cualyuice hoemna, ol aanor + la Virgen, vane anor a a bee dame sans mers, scape guaida ui dejo de ly que s» husmanainsnts inalcaneable JOZAR EN CRISTO suPRIR POR DIOS Y GOZAR EN C 48 nde Marfa Santfsima. ana Novohispanos mage Oe ts ilagrosos fue una co: Ierios y otros objetos milagro brindab Stumbre uals ears socesin de dichos objetos brin 7 emnociones a pe En un principio, las dem id jada sus duefios. En un princip flea de proteccién y seguri¢ medalla solamente reflejaron una s reader hacia la i ader hacia Ia ; ciones amorosas del i i ii la Vi on ferviente fe y devocién hacia la 1m agen de la Virgen que éste trafa ala medalla de la ir traer med frecuente y popular. cuell saat nico aquella d. n E imposible saber a ciencia cierta en qué mome! iq’ lemostrg- imientos placenteros de proteccién cin piadosa, via para ae an yadda por gtra tipo dé pasionesy seguridad, se ta ee que si es posible registrar es la reprobacién Saeed act ipetinen Juan Esteban ante sus incontrolables ce indecen. tes acciones y pensamientos. Seguramente, en su nemale las ea de Juan Esteban buscaron satisfacer los deseos que despertaba en € fa imagen femenina de Marfa. En este sentido, aquellos pensamientos constituyeron, en un principio, una fuente de placer. No obstante, la insistencia de sus ardores desperté en la conciencia del pecador el conflicto Propio de los anhelos prohibidos. De esta manera, la culpa del mercader se convirtié en una tortuosa advertencia para reprimir las lamadas irracionales del cuerpo y asi, el deseo no fue causa ya de alegria, sino de pesar y sufrimiento. Como muchos otros cristianos, Juan Esteban vio en sus “malos pen- samientos” una clara manifestacién de las trampas del Demonio. De ahi los desafios verbales contra aquel tirano cruel que buscaba someterlo a la pasion. Desde los primeros tiempos del cristianismo, la castidad fue el modelo ideal de virtud y perfeccién.” La pasién por poseer el cuerpo del otro “r4 una emocién perturbadora y obsesiva que cautivaba al ser humano privandolo d © su raciocinio y de la libertad de espiritu.2! Por ello, ser hombre debja culti , i" var la templanz cui i i racona dl cuerpo, Planza y cuidar la castidad y el gobierno kas sedlidad, fue duray ad, fuse durante bos sighos sy ; 00 te YAV que el asce che privilegiado para encontrar | Serle ee de ata id ica on DB fiberado de a 1 4 Vitginidad. Rous Mibidad desipndbe un eaadertch poe a end Paral antes de Le ¢ 2! Kowselle sivda el or 4s pasion fue cs ie Stistiano contempls la continencia He durante esas siglos que la castidad fc en ese periods cuando in “Urnel, pp. 1 del alma, no dele ee Hida por el pecad de estas nicid la vida mondstica y el cultivo ‘4 Tos padres de ta Iglesia de aquellos sighs! arecido al estado en el que habian vivido Adit ¥ al, Véase BARNay, EL cielo, p. 21, astidad en la filosoft sde Placén. ; ano Giuel ysalynn a losofla grecolatina, Desde 44EIMLERLaba eley, 0-H poeta Baquilides Opinaba que la castidad eno UEEpO, pi os & conserray | On moderacion en la rl * Parte, médicos como Rufo de Etes "atta say elacio : Saban alieno vital east“! 880 Causab fan Sa + Para estos tres dileimos hombres PUSELLE, Porm, ¥ mediante su prdctic sere dir eld, Dp. 13-19) Practica, los seres humanos despe! Sop nmananw AS DULOES TENTACIOMS V TAS AMARCURAS IIR TA CULPA 9 Los tormentos de Juan Esteban no sélo provenian de la experiencia del deseo y la pasidn incontrolable hacia un cuerpo femenino, Evidente-\, mente. ningtin cristiano piadoso podia permitirse el atrevirmiento de sentir deseo por la mujer mas pura y casta del universe cristiano. Durante sighs, la lucha cristiana contra el deseo sexual atormenté a ficles que incluso inrentaron vivir sin contacto con otros cuerpos humanos. En mucho, los) sufrimientos de Juan Esteban recuerdan las tristes historias de muchos anacoretas v solitarios de los siglos ty 1v que dedicaron su vida a extirpar el deseo que provocaba en ellos el cuerpo de las mujeres. Al igual que el mereader castellano, aquellos primeros monjes fueron presa de obsesives suchos y fantasias donde se presentaban las imagenes femeninas deseadas. En muchos de sus escritos, los padres hicieron reco- mendaciones practicas de acuerdo con su experiencia personal en la lucha para veneer aquellas tentaciones. La vida de Antonio o las Sentencias de Pelagio y Juan son ejemplo de los compendios morales que veian la nece- sidad de reprimir y extirpar el deseo para evitar el sufrimiento.** Los pesares de Juan Esteban Ilegaron al limite de lo soportable cuan- do sus suefios y fantasfas comenzaron a tener los efectos fisiolégicos na- curales. Sorprendido por “frecuentes poluciones que le dejaron el juicio alborotado”, e| mercader no pudo resistir mas los tormentos de la culpa y decidié autodenunciarse en el Santo Oficio para buscar el consuelo de la penitencia expiatoria. El fenémeno biolégico de emisiones nocturnas provocadas por sucfos y fantasias amorosas fue una preocupacién para muchos monjes y escritores latinos come Juan Casiano, Antonio o Dios- curo. Entre ellos fueron frecuentes las discusiones para establecer si las emisiones eran responsabilidad individual de los hombres o si obedecian ala naturaleza del ser humano.’? Lo aquellos debates, las opiniones se encontraron divididas. Para algu- nos, aquel fendmeno se debia a la negligencia de los hombres que acumu- laban pensaricnios malsanos en el dia que afloraban en la noche, Otros prefirieron atribuir aquellas “poluciones” al Demonio.”' De todas formas, Vata el cristianisuw, ol cuerpo era meusajeru del espinitu y en la experiencia miatica de las monje iglus hy ay. punct @ pruchs lus deseur del cucrpo vonptitayd una via para savontrar of verdadero mide de la exatencia. Véase Roussatie, Morneia, p 164 ) Entre los siglos 1 y 11 hubo intcnsor debates médicos en wine de La continencia. En ellos, uno de »cmas principales fue el de las cmiione nuctusnas, Para Soran, 66 Lipo de reacciones fisioldgicas no enfermedad, sino la comsecucneia de lo que se vela cn los suetios (en griego, fan csultady de la espera de un placer sexual constante 0 ininterrumpido © mucha upcidn de La actividad sexual. Véase Rousset Le, Porneia, p. 83. 4 RousesLe, Porncia, p. 187 oP AR ON CRISTO son pon HOST COTARE 30 renrcia de enbitidad individual 0 10, los hombres de fucran come Jane manifesta jones paiquicas del deseo como eran, bbian exfrorzarec par erent anvotunrarias Tos hombres tenfan la obf Ha ence 5 eK TNT tia Y ravwella batalla contra los deseog gacidn mors! pensamientor y reprerentaciones amnosraeees euprt alos bres de pecadora imaginacién smenrales que hacht “ veiarng qe: al establecet una tipologia de la ly. Tarn fre WP ‘nearmvento come Un tipo de fornicacién pro. sara hablo del 4800 8 OT eagaccto. el escritot recotdaba que “El que miry hitido PO! el Evangel hha cometido adulterio con ella en su cora7én’" Fatcban, éte slo habla contemplado a Marta, Log ables de sus fantasias lo movieron a besar su imagen y » penar de que pare calmar sur conciencl yaliviar al sufrimiento de la culpa, Ares. mercadet sofaba que la Santisima Trinidad ponta un por las naches. et remedio cristiano 4 Ja pecaminosa situacidn, el deseo era insistente y Juan Jisrcban fuc pres de la desesperacion- Frente a su inconsolable estado, ef mercader busco oirpar de golpe sus pasiones sustituyendo el placer dolo- ono que ic brindaban sus fantasias marianas Por el sufrimiento gozoso de une penicnaa liberadora y cexpiatoria. june mujer y fn ef case de Tuan immputsos COM Dea surRiMiENTO DE JUAN EsTeBAN Jun la sociedad barroca de Nueva Espafa, la relacion cotidiana con la Vir gen formo parte de la memoria dichosa de toda la poblacin.”* El deseo: dc Juan Latcban hacia la Virgen nacio de impulsos y goces que» al menos ep ub principio, susgieron de las emociones y sensaciones agradables so" vias olicsaimnente con Masia, Sin embargo, al caer €n el espectro de lo piohilude, las pasiones amorosas que Juan Esteban sentia por la Madze Diu» lo aturmentaton teriblemente. Hereders de la filosotia estoica, la cosmoyision cristiana que daba st side o le vids del mercader castellano suponia la experienels de la pare” coinw un acontecianicnto dolorosp y perturbadlos.”” Las pasiones "° poss Kuvnniia Aorneia. p 182 Jasehewsb aba a ale de be aaustivnaioin de ha mastanvnia de ba disha 4 passe de ppricrican valor disied cilacho ) vnahane - 4 tats op placaustar Uanranitidlys de gsincraain 6h generisior Jannat san bed pamivniien 6a b us formas de cifesmnedud cidnica, condiciones noibob> eae dlathed bass lh ls canis wun we beawanasaadogy ~ wpoitar Véae Nusswaun, La uengpiy p> 486 com én une Bad 7 OC = LAS DULC TACIONES Y LAS AMARGURAS ELA CULPA 51 | ser humano felicidad 0 placer alguno, pues siempre generaban an- fat ‘i angustia, miedo y agotamiento. Presa de todas estas emociones pe- sed Juan teban intentd ejercer la contencién de sus deseos, buscando nosis oe sus anhelos y fantasfas mediante dolorosas prdcticas de autocontrol oul En un principio, el suftimiento del mercader obedecié al dolor ner a la culpa que generaba en él sofiar con la Madre de Cristo y sufrir met onsecuencias bioldgicas naturales de sus deseos prohibidos. hs La conciencia racional de Juan Esteban condené amar a Maria como j fuera cualquier otra mujer; pero el deseo del mercader lo movié a expe- fimentat pasiones incontrolables inspiradas por aquel ser casto y perfecto como ninguno. La confrontacién entre estas dos fuerzas internas sumié al dor en un angustioso y doloroso estado de dnimo. Este sufrimiento moral se expresé en sensaciones de desagrado, ansiedad, vergiienza y mie- doa ser descubierto. Frente a dichos tormentos psfquicos y emocionales, Juan Esteban fue presa de aquello que Sebastién de Covarrubias definiera como remordimiento.* Remorder, explicaba el autor del Tesoro de la len- castellana, “no es otra cosa que no tener quieta ni segura la conciencia [...]” el remordimiento generaba “inquietud y escriipulo porque el gusa- nillo de la conciencia le est4 royendo y remordiendo”.”? En Juan Esteban, la culpa originé tanto pesar, que el pobre pecador buscé arrepentirse y deshacerse del suftimiento moral mediante la prdactica de penitencias fisicas que en lugar de dolor le brindaron una mezcla de sufrimiento liberador y gozoso. Las penitencias elegidas por el mercader para expiar sus culpas y erradicar sus pecaminosos pensamientos no fue- ron originales ni novedosas. Juan Esteban intenté “apagar el fuego de la sensualidad con sebo ardiendo y un tizén” quemdndose y lastimando “sus partes naturales”. Este tipo de practicas fue popular entre algunos monjes anacoretas que, ante sus prohibidas fantasias, rogaban a Dios les calmase el deseo. Muchos de aquellos monjes sofiaron con la castracién, otros mds, como Amonio, aplicaron hierro candente a su cuerpo y se dice que Pac- tidn encontré remedio acercando un Aspid a sus genitales.” 28 La conciencia culpable genera en los seres humanos dos tipos de sentimiento. Por un lado el ‘emordimiento y por otto el arrepentimiento. Jankélévitch distingue estas dos emociones culposas de la si- Bens manera: Mientras que el remordimiento es, se tiene, el arrepentimiento es, en cambio una acticud. decir, ipl temordimiento es un sustantivo que se utiliza para llamar un tipo de dolor moral relacionado con la des sesperacién y la vergiienza. El arrepenti nos en el cristianismo, consuel. eweloce nto, en cambio, es una accidn, es un verbo que al me- a y libera de los comentos del remordimiento. En este sentido, arrepentirse Yeon en CRISTO Jas costos dolorosos en torno de fia del sigh XV. EL deseg osas se transform en, Fereban muestrt Ja Nueva Fs emncianes ge de lo aneedética, el caso de este ficacla que tuvieron el deseo y le la contrarreforma. Jas acciones virtuosas La hietoria de Juan vrera en aMoraen que nacid de sensae iones ¥ fe be calpa, Mas all Jala del valor yel sient ela cultura harroca € fencing, él juicto moral de ty cancicneia eel ser humane. Por ello. aque juicin ntos, inrenciones ¥ motivaciones internas Juan Esreban se originé en la soledad de ina experiencia place la dolores vandena ¢ metcadet castellano hal el suftimiento dentro d Para cl catoleciome trie © viciosas tadiod debia conremplar fos pensarmer de los individuos." El dolor de cin, La desesperacion ¥ la angustia que 1 atormentaban pro. » “tribunal interior que jusgaba sus deseos pecaminosos y Esteban padecié vergien7a remordimiento y temor, La avon y las pasiones generé en él horror frente a sj 16 le hizo imposible esconderse de su pro- la obsesion, el mercader intent6 extirpar La insistencia del deseo no le su concte venian de prohibides. Juan lucha interna entre lar mismo: la culpa que experimen pia persona. Atormentado por I: sus pensamientos, pero todo fue en vane permitid volver a mirarse en P: En un principio, el mercader buscé erradicar el dolor moral que lo aque- jaba mediante pricticas penitenciarias fisicamente dolorosas. En realidad, si sf Juan Esteban bused consuclo en aquellas acciones, €sto obedecié al sentido cristiano del sufrimiento. Al quemarse y Jastimarse de aquella manera, ef culposo pecador anheld conseguir la liberacion de sus culpas. Y es que para elcristianismo, el sufrimiento no es slo una manifestacion del castigo divi- no hacia los malos actos. Ademds, para la ascética cristiana, el dolor tiene un valor meritorio; se trata de una via de purificacién y un medio para reparar Ja alianza entre Dios y el hombre quebrantada por el pecado.* Las penitencias practicadas por Juan Esteban en privado fueron el ca- mino para encontrar la expiacidn y la redencion. No obstante, el mercader no consiguid perdonarse a si mismo y no logré olvidar sus pensamientos prohibidos. Frente a la rigidez de su culposa conciencia, Juan Esteban bus- {6 liberarse del sufrimiento moral que lo dominaba acudiendo al Santo Tribunal. Ahi, el mercader suplicé misericordia y ofrecié realizar nuevas Pidad & publicas para conseguir el perddn y, con ello, recobrar la tran- 1 ste raxgo del catolicisma es una clara , mea lara hereneia del pensamicnto estoica, Véase Nussaaum, Lt a este sentido, of dol sneo purifica y pet jo, el dolor es un cami cl i amiento, El sufrimiento purifica y permite jena dle un comienz0 4 i pio, De esta manera, la penitencia testablece el nivela Véase Janntudvarcey, La male conciencta, p. 84. —. ow = Mas alld de las peculiaridades obwesivas de exte mercader, att historia cin obectvat 10 relacién entre Has exigencias del fete intetner de low fieles pier tno 9 el control que entre ellos ejercta ta Santa Inquisicidn, Para la jplesin tridentina. In conciencia individual de los sujetos fue un elemento fandamental en ta conduccisn de los actos, las conductas, pensamientos g cOMPOFTAMIENTOS [POT el camino de la vittud y la salvacién. Fin ef caso 1 juan Ferchan, el esigo de valores, ideas, sfmbolos y creencias catdlicas jormaba parte intrinseca de su conciencia, Juan Esteban distingufa lo que extaba bien de lo que estaba mal de acuerdo con juicios de valor derivados de a ertca cardlica contrarreformista FJ rechazo cristiano del desco carnal hizo de lo placentero algo malo y pecaminoso. Asi, para Juan Esteban, el precio del gozo experimentado en sus fantasias fue soportar la culpa ante el sentimiento del placer. En su experiencia emocional barroca, Juan Esteban buscé alivio y consuelo en Ja Inquisicién. Para cl mercader, el tribunal no constituyé un simbolo de golor: por cl contrario, mientras su propia conciencia no lo dejé en paz, el cadet vio en el Santo Oficio la tinica salida para recobrar el sosiego y la sranquilidad. Al no poderse librar de la culpa desde su fuero interno, Juan Esteban requi de un fuero externo que le brindara los gozos y descanso del perdén y la redencién. Este juego barroco de emociones muestra cémo en la cultura novo-! hispana del siglo xvu el placer y el sufrimiento muchas veces se fundieron, dando origen a experiencias afectivas donde sensaciones aparentemente con- cradictorias terminaron por ser més bien complementarias. Sélo para concluir este relato, quizds valga la pena recordar aquel sermén mariano que fray Luis de Rivera predicé en 1695 en la Iglesia de Nuestra Sefiora de Guadalupe en México: : La vida de nuestra fe corre por cuenta del vientre sagrado de Maria Santisima Se- fora Nuestra a expensas de su compasién [...] y por cuenta de sus pechos corren Jos alimentos de la fe a expensas de su piedad [...] Son tus dos pechos hermosa mia [...) como dos hermosos corderos que naciendo de un vientre se alimentan de un pasto de amena floresta de azucenas (...] Los pechos [son] como cauces de Ja naturaleza que administra el licor, son ministros que recaudan el alimento. Es- tos son los dos ministros, comisario y alguacil mayor en cuyo fidelisimo cuidado recauda el Santo Tribunal los alimentos de candida doctrina.™ En la historia de Juan Esteban, los placeres que lo tentaron en sus dulces fanrasfas terminaron por convertirse en las tristes amarguras de la 89 Sermén, fondo Keservado, Coleccidn Lafragua, 1011 culpa. Finalmente, el mercader castellano recobed Ie pay y be tran dad mediante Ia absolucién de lox comisarins del Santo Ofcio, quiene, i reekencidin a cambio de la renuins J sermén de fray Luis. J, {tos battocos, ef oe jemtary el placer {vieron tn sige ribablemente, estas formas de viv fa cultura religiosa del Men, de la sensibilidad oftecicron al mercader la alegria de | I que ene a los goros de la tentacidn. Al igi Esteban experiments aquel er espejos y reflejos en donde ef su ficado y un sentido particular dolor y el gozo no resulten tan ajenas en | contemporinea. donde persiste la culpa. herencia vohispana del siglo xvi Axcuvos GNM Archivo General de la Nacién, México, Inquisicién, v. 699) exp. 2, 1690. Brauiocraria > - Basnay, Sylvie Elcielo en la tierra: las apariciones de la Virgen en la Edad Media, Ni. drid, Encuentro Ediciones, 1999. Bonera, Joseph Gritos en el infierno para despertar al mundo, Madrid, pot la viuda de 4 Juan Garcia Infancon a costa de Isidro Colomo, 1718. Bravine, David La Virgen de Guadalupe. Imagen y tradicién, México, Taurus, 2002. 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