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La Muerte
La Muerte
una preocupación también para los padres, que nos afanamos enseguida
en saber qué ha podido causar ese miedo, por qué nuestro adolescente
siente esa inquietud, y no sabemos bien cómo enfrentarnos a ello.
❓Por qué tu hijo adolescente tiene miedo de la muerte
El miedo normal a la muerte va disminuyendo con la edad (los
estudios muestran que las personas mayores asumen la muerte con más
naturalidad que las jóvenes), se da con más frecuencia en las mujeres
que en los hombres (aunque no está del todo claro si esto se debe a que
los hombres lo expresan menos) y es hasta cierto punto saludable y
necesario. Sin él, quizá no nos preocuparíamos por la propia vida y,
probablemente, la haríamos peligrar demasiado a menudo.
Aunque un niño o niña nunca haya manifestado preocupación por la
muerte, esta puede aparecer en la adolescencia.
Hay varias razones para ello:
Con el paso del pensamiento concreto al pensamiento abstracto, e
independientemente de la religión familiar, suelen aparecer
preocupaciones metafísicas, como la muerte.
Aunque a veces escuchamos que el adolescente es “todo
presente”, por esa falta de madurez de la corteza frontal de la que
tantas veces hemos hablado en este blog, la realidad es que el
adolescente es una persona capaz de razonamientos complejos y
preocupada por su futuro. De hecho, el cerebro adolescente está
“programado” para construir su propio futuro. Y en ese futuro, del
que también nosotros les hablamos frecuentemente (por ejemplo
con la elección de itinerarios de estudio), está el horizonte de la
muerte.
Es muy habitual que en la adolescencia se tengan las primeras
experiencias de muerte cercanas, de personas mayores de la
familia o, en ocasiones, de amistades. Las experiencias de duelo,
especialmente en la adolescencia, suelen ir acompañadas de una
preocupación mayor por la muerte, que en ocasiones puede durar
varios meses.
Así que, aunque no lo manifieste, es muy probable que tu
adolescente, como muchas otras personas de su edad, sienta cierta
preocupación por la muerte. De modo que los consejos que vamos a
dar en este artículo te sirven también si quieres “tirar del hilo” y afrontar la
conversación sin esperar a que tu adolescente saque el tema en casa.
Cómo saber si mi hijo adolescente sufre de tanatofobia
Hay un miedo excesivo por la muerte que se conoce con el nombre
de tanatofobia (de tánatos, ‘muerte’ y fobia, ‘miedo’, en griego). La
tanatofobia entra en el ámbito de los trastornos de ansiedad y la persona
que la padece suele presentar estos síntomas:
miedo o ansiedad inmediatos cuando se piensa en morir o el
proceso de morir;
ataques de pánico que causan mareos, sofocos, sudoración y ritmo
cardíaco aumentado o irregular;
evitar situaciones en las que es necesario pensar en la muerte o
morir;
sentirse enfermo o tener dolor de estómago cuando se piensa en la
muerte o en morir;
sentimientos generales de depresión o ansiedad.
La tanatofobia puede darse de forma aislada o bien acompañar a otros
procesos de enfermedad mental como los trastornos depresivos, el
trastorno de estrés postraumático o los trastornos de ansiedad.
Es importante saber que la tanatofobia puede aparecer y desaparecer a
lo largo de la vida, por lo que si tu hijo adolescente ha padecido estos
síntomas durante un cierto tiempo y han llegado a interferir con su vida
cotidiana (por ejemplo, si ha dejado de ver amigos o familiares por esta
razón), te aconsejo que pidas ayuda psicológica, pues es posible que el
malestar regrese en otro momento.
¿Cómo ayudo a mi hijo adolescente a superar el miedo a la muerte?
Siempre y cuando no sospeches que hay una tanatofobia detrás, en cuyo
caso sería mejor tener ayuda especializada, es posible ayudar a tu hijo
adolescente a superar su miedo a la muerte.
En realidad, la mejor manera de ayudarle es hablar de la muerte
desde la infancia, sin ocultársela ni engañarle, aprovechando las
oportunidades que se presenten para ello (una película o libro, la muerte
de una mascota o de una persona conocida). Los niños que tienen
una educación tanatológica parecen presentar menos miedos llegada la
adolescencia pero, sobre todo, tendrán menos reparos en compartirlos
contigo, pues no percibirán el tema como tabú.
Pero si no lo has hecho hasta ahora, no te preocupes. La adolescencia
también es un buen momento para comenzar a hablar sobre este tema.
De hecho, será probablemente ahora cuando tenga más preguntas e
inquietud, así que merece la pena intentarlo.