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Desafíos presentes y futuros del trabajo, tal como se presenta en la era actual**

Por Luis Raffaghelli*

Sumario
1. Introducción
2. El derecho al trabajo presente en cualquier panorama
3. ¿Las APP son el trabajo del futuro o el futuro del trabajo?
4. La incidencia de la cuarta revolución industrial y el derecho de huelga
5. ¿Inteligencia Artificial en la justicia?
6. La función del Juez del Trabajo (en este marco)

1. Introducción

Adam Smith descubrió en el siglo XVIII que lo único que tiene valor, es lo que el trabajo
produce. Si el oro tiene mucho valor es porque da mucho trabajo extraerlo. El trabajo es la
única manera de crear valor y el único que puede hacerlo es el ser humano. Un buey que
tira el arado no crea valor, pero el hombre que lo dirige sí. Una sociedad, produce todo los
días valor a través de los millones de personas que trabajan.

Estas afirmaciones a las que se suma Carlos Marx con su teoría del plus valor, como gran
aporte de los clásicos históricos de la economía, no encajan con algunas de las nuevas
realidades que presenta el trabajo sobre todo para los jóvenes, el sector con mayor
vulnerabilidad para acceder al mismo.

Hay personas que hacen fortunas sin haber hecho nada de lo anterior. No han fabricado, ni
cultivado, ni enseñado, ni curado, ni transportado ni nada de nada[1].

Los inteligentes son los que crean trabajo, los otros son astutos.
El Derecho del Trabajo se alinea con los primeros. De los aquellos que día tras día laboran
y de sus quejas se ocupa la justicia del trabajo, que son cada vez más complejas, porque a
su vez el trabajo y sus regulaciones presenta mutaciones, a veces inexplicables, teniendo en
cuenta que su objeto es el sujeto de preferente tutela constitucional, el hipo-suficiente, el
débil.

Un empresario señala que la economía argentina hace décadas que no genera empleo de
calidad, sugiriendo mirarnos en el espejo del Brasil actual que ha generado más de medio
millón de empleos en el sector privado con…”un marco laboral flexible, moderno,
enfocado en los trabajos que necesita el futuro…nosotros tenemos un marco laboral
basado en la revolución industrial en los empleos que están desapareciendo en el mundo
porque se van a automatizar”[2]… ¿se estará refiriendo sin nombrarlos a los
emprendedores colombianos de “Rappi”, los españoles de “Globo”, la estadounidense
“Uber”; los “pedidos rápidos” que circulan por Buenos Aires? ¿Es ese el trabajo del futuro?

En épocas de las cadenas globales de labor, con una composición orgánica del capital in-
nominada, en que los sindicatos ignoran la titularidad empresaria, las regulaciones
nacionales son harto difíciles como lo advirtiera ya hace más de 20 años Gérard Lyon Caen,
histórico profesor de Derecho Social de la Universidad de París.

Al punto que muchos sindicatos se ven obligados a protestar frente a los lujosos edificios
de los fondos de inversión.

Y ello ha motivado, necesaria y felizmente, la reunificación del movimiento sindical


internacional en el Congreso de Viena de 2006, con la fusión de la CMT y la CIOSL dando
lugar a la Confederación Internacional Sindical (CSI)[3] que nuclea a 180 millones de
trabajadores buscando la unidad, encabezada por Guy Ryder, actual Director General de la
OIT, para posicionarse en mejores condiciones frente al capital transnacional.

Estamos frente a un mundo laboral complejo que reclama desde los centros del poder
mayor flexibilidad laboral - precarización - y por otra parte el avance de las NTI (nuevas
tecnologías de la información) exige mayor formación de los trabajadores.

Ante un mundo que para 2020 tendrá nueve mil (9000) millones de habitantes, y la caída de
entre 70/80 millones de puestos de trabajo, el desafío será duplicar la creación de empleos
para responder a ese crecimiento demográfico.

Hay aproximadamente 190 millones de desempleados que crecen a un ritmo de 40 millones


por año[4], frente a una crisis global desde la caída de la Banca Lehman Brothers en 2008,
que obliga a la formación intensa de trabajadores para los nuevos desafíos del trabajo, que
son más complejos que los de la producción industrial en serie - fordismo y los de la
organización científica del trabajo - taylorismo.

Estamos ingresado a la cuarta revolución tecnológica[5], la segunda era de las máquinas: la


inteligencia artificial (IA).

Se ha señalado inquietantemente[6] que al contrario de las anteriores revoluciones


industriales… está evolucionando a un ritmo exponencial, más que lineal. Este es el
resultado del mundo polifacético y profundamente interconectado en que vivimos, y del
hecho de que la nueva tecnología engendra, a su vez, tecnología más nueva y más
poderosa….se basa en la revolución digital y combina múltiples tecnologías que están
llevando a cambios de paradigma sin precedentes en la economía, los negocios, la sociedad
y las personas. No solo está cambiando el «qué» y el «cómo» hacer las cosas, sino el
«quiénes somos».

Klaus SCHWAB - economista alemán fundador del Foro Económico Mundial - afirma
descriptivamente que la revolución agrícola fue seguida por una serie de revoluciones
industriales que comenzaron en la segunda mitad del siglo XVIII. Estas marcaron la
transición de la energía muscular a la mecánica y evolucionaron hasta lo que conocemos
hoy, con la cuarta revolución industrial: un mayor poder cognitivo que aumenta la
producción humana. La primera revolución industrial abarcó desde aproximadamente 1760
hasta aproximadamente 1840. Desencadenada por la construcción del ferrocarril y la
invención del motor de vapor, marcó el comienzo de la producción mecánica.

Que la segunda revolución industrial, entre finales del siglo XIX y principios del XX, hizo
posible la producción en masa, fomentada por el advenimiento de la electricidad y la
cadena de montaje.

Y la tercera revolución industrial se inició en la década de 1960. Generalmente se la conoce


como la revolución digital o del ordenador, porque fue catalizada por el desarrollo de los
semiconductores, la computación mediante servidores tipo «mainframe» (en los años
sesenta), la informática personal (décadas de 1970 y 1980) e internet (década de 1990).

En este marco aparece el debate sobre el futuro del trabajo…o el trabajo del futuro donde
se advierten las distintas miradas e intereses que se posicionan frente a tamaña cuestión.

Desde el laboralismo es claro que ese interrogante no puede formularse priorizando los
intereses de las grandes corporaciones, postergando los de millones de personas que
necesitan el trabajo como el pan.

Las NTI no pueden responder exclusivamente al mercado sino a quienes necesitan y viven
del trabajo como lo ha señalado el Papa Francisco, en su carta a los movimientos
populares[7].

No puede hablarse del futuro del trabajo en forma impersonal, desde los dictados del G20
que nos deja siglas como…”el mundo VICA…el universo RUPT”[8] definidos
como…”volátil, incierto, complejo y ambiguo…y “rápido, impredecible, paradójico y
entrelazado - no para los poderosos - sino para los carentes de derechos sociales, frente a lo
cual solo cabe una visión alternativa, desde los derechos humanos.

Es necesaria una tecnología para ayudar a las sociedades, para un mundo mejor, en que la
persona humana importe y no aquella que no repara en sus impactos, con la rentabilidad
como eje, como lo señalan las voces de la conciencia de “Silicón Valley”[9].

El tecno liberalismo no es solo un modelo económico y corporativo, sino también


civilizatorio, que pone en riesgo nuestro libre albedrío y eso ocurriría con la “sili-
colonización del mundo” donde convergen - desandando la conocida contracultura de la
ciudad de San Francisco - los gigantes Google, Apple, Facebook, Netflix, Amazon, Yahoo,
como lo señala agudamente el filósofo francés Eric Sadim[10].

Los sindicatos están por tanto, ante enormes incertidumbres: ¿qué discutir, cómo y dónde y
con quién discutir?…no hay dudas que los dirigentes y nuevos cuadros sindicales frente a
ésta situación, deben capacitarse permanentemente, estudiar y mucho, si quieren mantener
el trabajo y conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo.

Claro que para el nuevo empresariado digital, el sindicalismo argentino fuerte es un


antivalor, ya que en sus grupos de trabajo recomiendan…”aprovechar la oportunidad de
transformación digital e industria 4.0 con políticas holísticas y marcos regulatorios
basados en siete pilares claves: habilidades digitales, industria 4.0, conectividad global,
MIPyMEs, comercio digital y flujo de datos, fintech y ciberseguridad”[11]… no hay
mención a la organización del trabajo humano aquí.

Por el contrario la “Declaración de Panamá para el centenario de la OIT: por el futuro


del trabajo en las Américas” señaló los ámbitos para desarrollar las prioridades de
políticas para el desarrollo productivo, el desarrollo de las empresas sostenibles, el respeto
y la implementación de los derechos fundamentales en el trabajo, la transición de la
economía informal a la formal, el empleo juvenil, la migración laboral y la igualdad de
género[12].

El panorama global no exime de mirarnos hoy hacia adentro (y compararnos): mientras


Colombia creó el Ministerio de Trabajo en 2011 y Paraguay lo hizo en 2014, destacados
como hitos de progresividad social, Argentina en 2018 descendió del Ministerio de Trabajo
a Secretaría de Trabajo - pre 1945 - en el Ministerio de Producción y Trabajo, con una
mirada intensamente privada, disminuyendo riesgosamente, su connotación social. Es
inocultable nuestro retroceso en el poder del salario: pasamos del primero al octavo lugar y
ello no puede quedar oculto en el debate del futuro del trabajo.

Con una mirada prospectiva y dinámica podemos desde la región adelantarnos a los
problemas que crean las NTI para el mundo del trabajo.

Desde una mirada estática podríamos imprudentemente decir…hoy esos no son nuestros
problemas y... ¿cuáles son?... ¿precarización creciente del trabajo?... ¿empleo de baja
calidad? …desempleo en ascenso con un 9,6% según recientes mediciones[13].

Los trabajadores y trabajadoras deben tener un protagonismo decisivo a través de los


sindicatos, de sus instituto, fundaciones y universidades para hacer realidad aquello que
señala quienes hace tiempo piensan la cuestión del futuro laboral, respecto a que la
tecnología traerá entre 20 y 50 millones de trabajos bien remunerados en lo que denominan
habilidades blandas como la comunicación, la colaboración, la resolución de problemas el
servicio al cliente, el liderazgo y la gestión.

Un porcentaje elevado de las tareas laborales actuales - estandarizadas y rutinarias - están


siendo reemplazadas por máquinas[14]

2. El derecho al trabajo presente en cualquier panorama

En tiempos de despidos masivos, tanto de trabajadores estatales como privados,


corresponde tener muy en cuenta los compromisos asumidos por Argentina vinculados con
el tema, al ratificar Convenciones y Pactos Internacionales, sumados a su bloque de
constitucionalidad federal.

El Director General de la OIT Guy Ryder[15] señaló a la desigualdad como uno de los
mayores desafíos de Latinoamérica, donde la tasa de desempleo en la región pasó de 6,1%
en 2014 a 8,8% en 2018 y donde la informalidad afecta a cerca de 140 millones de
trabajadoras y trabajadores…“Nuestras sociedades se están volviendo cada vez más
desiguales, y se las considera cada vez más injustas, alejándose de los ideales de justicia
social que la OIT creó para avanzar. Vemos a millones de personas en todo el mundo que
sienten que no se han beneficiado de la globalización, que no se han favorecido de la
forma en que las cosas se organizan actualmente”

Al mismo tiempo preguntarse críticamente si la única respuesta frente a la crisis económica


es el ajuste que perjudica a los que solo tienen su trabajo.

La Constitución Argentina incorporó (art.75 inc.22) con jerarquía constitucional superior a


sus leyes y reglas internas a la Convención Americana de Derechos Humanos – Pacto de
San José de Costa Rica (ratificado por Ley 23054 – 3/1984) y el Pacto Internacional de
Derechos económicos, sociales y culturales – PIDESyC y su protocolo adicional (ratificado
por L.23.313 – 5/1986), entre otros Pactos, Declaraciones y Convenciones.

Reiteradamente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, organismo de la


Convención Americana, ha recordado a los Estados miembros, su obligación de asegurar el
debido proceso y acceso a la justicia ante la violación de normas de la Convención (arts. 8 y
25), condenando a reparar los daños, a aquellos que no lo hicieron.

Siendo Estado Parte de la Convención Americana y del PIDESyC en materia de derechos


sociales y estando en juego el derecho al trabajo, compromete a la Argentina respecto del
principio “pro homine” y del desarrollo progresivo de los mismos (art.26 C.Amer. y art.2.1
del PIDESyC).

El marco normativo nacional e internacional asumido como obligación por nuestro país,
constituye un “corpus iuris” que comprende:

* Art.14 y 14 bis de la Constitución Nacional que aseguran el derecho a trabajar y su


protección en condiciones dignas y equitativas.

* Art. 45 Carta de la OEA estableciendo, tal como lo hacía el art. 37 de la Constitución de


1949, que el trabajo es un derecho y un deber social[16]; el art. 26 de la Convención
Americana de Derechos Humanos el principio de progresividad[17] el Art. 2.1 la
efectividad de los derechos[18] y en sus arts. 6.1 y 7 reconoce el derecho a trabajar a toda
persona en condiciones dignas y satisfactorias.

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos resulta obligatoria


para los Estados miembros, ya que ejerce una jurisdicción plena sobre todos los artículos y
disposiciones de la Convención Americana y lo recuerda permanentemente ese alto
Tribunal de América.

Sobre el derecho Al trabajo registra numerosos pronunciamientos desde comienzos del


nuevo siglo…“Baena Ricardo y O. vs Panamá” S. 2.2.2001; “Caso Trabajadores del
Congreso - Aguado Alfaro y O. vs. Perú” S. 24.11.2006 y otros.
Recientemente la Corte IDH reiteró toda su doctrina en el caso “LAGOS del CAMPO vs.
PERU” S.31.8.2017 y la vuelve a ratificar en una de sus últimas reuniones de 2017, en el
Caso “Trabajadores Cesados de Petroperú y Otros vs. Perú´” sentencia del 23-11-17
exhibiendo una preocupación permanente sobre la estabilidad laboral de las personas.

Allí sostuvo que las obligaciones del Estado en cuanto a la protección del derecho a la
estabilidad laboral, en el ámbito privado, se traducen en principio, en los siguientes
deberes:

a) adoptar las medidas adecuadas para la debida regulación y fiscalización de dicho


derecho;

b) proteger al trabajador y trabajadora, a través de sus órganos competentes, contra el


despido injustificado, remediando la situación (ya sea, a través de la reinstalación o, en su
caso, mediante la indemnización y otras prestaciones previstas en la legislación nacional).

Por ende, el Estado debe disponer de mecanismos efectivos de reclamo frente a una
situación de despido injustificado, a fin de garantizar el acceso a la justicia y la tutela
judicial efectiva de tales derechos.

Precisa que la estabilidad laboral…no consiste en una permanencia irrestricta en el puesto


de trabajo, sino de respetar este derecho, entre otras medidas, otorgando debidas
garantías de protección al trabajador a fin de que, en caso de despido se realice éste bajo
causas justificadas, lo cual implica que el empleador acredite las razones suficientes para
imponer dicha sanción con las debidas garantías, y frente a ello el trabajador pueda
recurrir tal decisión ante las autoridades internas, que verifiquen si las causales imputadas
son arbitrarias o contrarias a derecho.

Memora asimismo las normas del Convenio 158 de la OIT sobre las normas atinentes a la
terminación de la relación de trabajo y la necesidad de una causa justificada a tal efecto,
normativa que nuestro país no ha ratificado y Brasil denunciara.

El empleo público goza de la estabilidad que le confiere en nuestro sistema jurídico el


art.14 bis de la CN, mientras que las contrataciones irregulares, precarias, son conductas
por las que el propio Estado debe responder.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, órgano de interpretación del


PIDESC en su Observación General No. 18 sobre el derecho al trabajo (24 - 11 - 2005,
ONU) expresó que el mismo…“implica el derecho a no ser privado injustamente del
empleo” y señala que el “incumplimiento de la obligación de proteger se produce cuando
los Estados Partes se abstienen de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger a
las personas sometidas a su jurisdicción contra las vulneraciones del derecho al trabajo
imputables a terceros”, lo cual incluye “el hecho de no proteger a los trabajadores frente
al despido improcedente”.

Una democracia con densidad social requiere que los organismos del Estado debatan sobre
la necesidad de aprobar el ante citado Convenio de la OIT, con jerarquía constitucional en
el sentido amplio que se desprende del art. 75 inc. 22 de nuestra Carta Magna y lo ha
reconocido nuestra Corte, en referencia a otros Convenios igualmente importantes[19].

Por tanto cualquier política - presente y futura - debe tener muy en cuenta las normas y
doctrina citadas, respetándolas, so pena de afrontar reveses internacionales y la
responsabilidad del Estado por su incumplimiento.

Su vulneración, debilita el Estado social y democrático de derecho, con todo lo que ello
implica.

Por tanto las nuevas formas y modalidades del trabajo futuro no pueden dejar de lado estos
estándares mínimos - éticos y jurídicos - construidos por la conciencia media de la
humanidad.

Somos conscientes que la realidad y el derecho no van de la mano en América Latina y


nuestro país no es excepción, tendencia que parece profundizarse si los actores sociales no
dicen y hacen lo suyo.

A mayor protección normativa, no le sigue necesariamente efectividad de derechos


sociales, pero ello no implica resignarse a que los hechos se lleven por delante a las normas,
porque si ello se cristaliza, nos aleja cada vez más de la ansiada meta de lo que Rodolfo
Capón Filas siempre reclamó un orden social justo y fraterno.

3. ¿Las APPS son el trabajo del futuro o el futuro del trabajo?

Señala Guy Ryder[20]…”No debemos caer en la trampa del determinismo tecnológico,


somos nosotros, Gobiernos, Trabajadores y Empleadores, quienes debemos dar forma al
futuro del trabajo que queremos, o como me dijo ayer un trabajador panameño, el futuro del
trabajo es el trabajo del futuro”…y también se refirió “a los restantes desafíos de la región
como los flujos migratorios, el empleo juvenil, la igualdad de género, la situación de los
pueblos indígenas, y el cambio climático, que afecta de manera particular a los estados
insulares del Caribe enarbolando el diálogo social, clave para un futuro del trabajo con
justicia social.
El diseño web o incluso 3D, los empleos vinculados a “drones” (pilotos, mecánicos,
fotógrafos) y tantos otros que crecen exponencialmente en la empresa de estos tiempos no
pueden implicar el desconocimiento total de derechos laborales, que si se piensa bien no
son tan antiguos como para tirarlos por la borda sin reemplazarlos por mejores
derechos[21].

La primera ley de la robótica...”un robot no hará daño a un ser humano”...fue señalada por
un gran escritor de ciencia ficción: Isaac Asimov un adelantado de éste debate.

Según la Federación Internacional de Robótica actualmente hay más de 1.3 millón de


robots industriales en fábricas de todo el mundo, utilizados por los sectores automotriz,
electrónico y metalúrgico de los cuales solo 27.700 se encuentran en América Latina y el
Caribe, mientras que el 75% se concentra en cinco países desarrollados, con Corea,
Alemania y Japón ostentando la mayor densidad de robots por obrero industrial.

El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (ITAL-BID) luego de su


seminario sobre el impacto de la robótica en el mundo laboral lanzó una publicación con el
sugestivo título de “Robotlucion”[22]

Un ejemplo a no seguir es lo que pasa con los denominados “Rappi”…un trabajo que
según sus propios trabajadores…paga mal y evidencia lo peor del capitalismo: explotación
con buena cara[23]…sin caja no hay laburo…usando algoritmos y GPS, con bici propia,
sin casco y sin seguro, en el tráfico infernal de las grandes urbes (metrópolis y megalópolis)
entre las que Buenos Aires no es la excepción, entre los barrios de Belgrano, Palermo y
Recoleta.

Los representantes de la CGT y CTA de Argentina en la reciente 19ª conferencia regional


de la OIT en Panamá alzaron sus voces sobre el impacto de las “apps” en la eliminación de
los empleos tradicionales y el trabajo “seguro y decente”, por el incumplimiento de la
legislación laboral y la destrucción de trabajo por las nuevas tecnologías, la denominada
“revolución 4.0”.

El delegado de los trabajadores de Brasil[24] sostuvo que…”avances tecnológicos son


conquista humana y como tales deben estar al servicio de la humanidad y no al servicio de
la concentración de la riqueza y desigualdad…entrar al futuro del trabajo pensando en el
futuro de la humanidad”.

Así como la naturaleza jurídica de esta relación aparentemente sin empleador y sin salario
en el concepto clásico del contrato de trabajo de la década de los setenta del siglo anterior
exigirá a la justicia del trabajo global, una lectura acorde con los derechos humanos
laborales, también las solicitudes de inscripción gremial de sus asociaciones sindicales y el
mismo conflicto requerirá respuestas en clave laboral, ya que esas realidades han venido
para quedarse, y ya presentan sus primeras manifestaciones.

A mediados del mes de julio de 2018, los repartidores de la app “Rappi” se plantaron frente
a esa singular patronal y protagonizaron la primer “huelga” de trabajadores del “delivery
online” en la Argentina, denunciando incumplimientos de la empresa.

Como lo señala Carolina Barreiro[25], el detonante fue la decisión de la empresa de


imponer precios diferenciados para atraer nuevos repartidores dándoles a los rappitenderos
más antiguos peores viajes y a los nuevos viajes más rentables…como cobertura de riesgos
del trabajo o el incumplimiento del recorrido máximo oportunamente pactado.

La autora analiza las consecuencias de la doctrina del caso “Orellano”[26] de la Corte


Suprema de Justicia de Argentina respecto a la titularidad del derecho de huelga en cabeza
de las asociaciones sindicales, dejando a los colectivos de trabajadores en conflicto inermes
frente a la reacción patronal en caso de medidas de acción directa[27].

Comparto las interesantes conclusiones de la autora citada… “Es necesario, entonces,


repensar el derecho sindical, y en especial el derecho de huelga, -así como se está
debatiendo tan asiduamente en los artículos y congresos de nuestra especialidad, en
relación al derecho laboral individual- para no dejar desprotegidos a los trabajadores en
estas nuevas relaciones del trabajo 4.0, ya que, pese a los necesarios y revolucionarios
avances tecnológicos el “elemento fundamental” de la empresa del futuro van a seguir
siendo las personas, y éstas, siempre, deben ser sujetos de los derechos establecidos en el
art. 14 bis de nuestra Constitución Nacional”.

Resultan también agudas las observaciones de Álvaro Ruiz[28] sobre este tema… Combatir
las nuevas formas de explotación laboral es una responsabilidad de la sociedad toda,
rechazando la aceptación acrítica de propuestas de empleo semejantes y su naturalización
como emergentes ineludibles de transformaciones propias del siglo XXI. Pero en primer
lugar compete al Estado intervenir en el control y fiscalización del trabajo, haciendo
efectivas las garantías de un desempeño en condiciones dignas, gozando de las tutelas y
ajustadas a la normativa vigente. Tarea que no sólo concierne a la Secretaría de Trabajo,
sino también y muy particularmente a los jueces laborales, quienes deben ser fieles
custodios de los principios, derechos y valores que consagra nuestra Ley Fundamental.
Aunque resulte paradójico que se nos presenten como modernas modalidades y prácticas
arcaicas de organización del trabajo, la realidad imperante supera la ficción e impone una
reacción inmediata para impedir su consolidación”.

4. La incidencia de la cuarta revolución industrial y el derecho de huelga


a) Interpretaciones preocupantes

El reclamo empresarial de flexibilización de derecho de huelga, intenta equiparar el


derecho al trabajo con el derecho de huelga, y este tema debate subyace en los debates del
tripartismo de la OIT[29], con exigencias de aquellos y resistencia del sector sindical que
prefiere la no regulación a la rigidez restrictiva.

El Tribunal Constitucional de España[30] lo ha abordado entendiendo en los últimos


tiempos, que el derecho al trabajo es un límite definitivo del ejercicio del derecho de
huelga.

Antonio Baylos Grau[31] señala que esa doctrina confunde derecho al trabajo con libertad
de trabajo, de quienes no quieren sumarse a la huelga.

Dicha libertad permitiría al empleador contratar a los no huelguistas y no despedir a los que
no hicieran la huelga, puesto que la huelga extinguiría el contrato y por tanto la
contratación de nuevos trabajadores que libremente se ajustaran a las condiciones ofrecidas
por la empresa, o hacía que permanecieran en la empresa los capataces o el personal que no
secundaba la huelga.
Culmina su crítica señalando que el TCE se aparta de precedentes históricos, amparado en
una visión re-mercantilizadora del trabajo y exaltadora de la libertad de empresa al servicio
de una re-escritura política de la Comunidad Europea.

Pero la libertad de trabajo, que es el reverso de la libertad de empresa, en cuanto a la


capacidad de acordar libremente en el mercado laboral una prestación de servicios que se
desarrollarán dentro de la organización de la empresa, bajo la dirección del empresario, no
puede confundirse con el derecho Al trabajo, ni se puede asignar el contenido de la libertad
a lo que define el derecho.

b) Esquirolaje tecnológico y huelga

Otro inquietante tema revela la sentencia del TCE criticada por la doctrina laboralista, en
cuanto a la substitución de trabajadores huelguistas por esquiroles tecnológicos - que se
configuró con la emisión televisiva de un partido de fútbol durante la huelga del ente
público Radio Televisión Madrid - vulnerando el derecho de huelga.

La Ley española[32] prohíbe la substitución de huelguistas por otros trabajadores, pero no


contempla esta nueva posibilidad de la tecnología.
Y entonces la doctrina se pregunta si la utilización de medios técnicos de los que dispone la
empresa, pero que no utiliza con carácter habitual, constituye una vulneración del derecho
de huelga.

¿Pueden asimilarse estos casos a los supuestos de esquirolaje o sustitución de los


trabajadores habituales?

Estas son las cuestiones principales que el Tribunal Constitucional resuelve en su Sentencia
nº 17/2017 destacando que el ordenamiento jurídico español aún no ha abordado esta
cuestión[33].

Se agrega que el denominado esquirolaje tecnológico no sólo se puede dar en los medios de
comunicación, como en este caso, sino en muchas otras empresas donde el uso de la
tecnología puede llegar a sustituir a un trabajador, como cadenas de montaje o empresas de
atención telefónica[34].

La doctrina española, de raíz empresaria, coincide en que está prohibido expresamente el


esquirolaje externo, esto es, la sustitución de trabajadores huelguistas por nuevos
trabajadores.

Y que también es contrario a la télesis del derecho de huelga utilizar el esquirolaje interno
por el cual resulta contrario al derecho de huelga modificar las condiciones de trabajo de
los no huelguistas, para que desempeñen funciones propias de los trabajadores en huelga de
modo que el poder de organización de la empresa encuentra un límite jurisprudencialmente
establecido en el ejercicio de este derecho fundamental[35].

La posición mayoritaria que sustenta la sentencia entiende que el uso por la empresa de
dispositivos tecnológicos a su disposición con el resultado de reducir el efecto de la huelga
constituye una actuación ajustada a Derecho.

Se razona en el sentido que, aunque la huelga supone infligir al empresario daños derivados
de la inactividad y tiene obligación de soportarlos, no existe ninguna obligación para el
empresario de colaborar en el éxito de la medida de conflicto planteada por los
trabajadores.

En su sentencia el TCE legitima a la empresa que utiliza medios tecnológicos distintos a los
que habitualmente empleaba para realizar diferentes procesos técnicos (inclusión del
logotipo de la cadena en las imágenes retransmitidas y retransmisión del partido a través de
un Codificador distinto al habitual), que ya tenía disponibles y por tanto no resulta una
acción lesiva del derecho de huelga: queda habilitado el esquirolaje tecnológico interno.

Por el contrario no podría utilizar medios tecnológicos para un determinado proceso


productivo durante la huelga, que no estaban disponibles para la empresa antes de su
declaración y que debió contratar expresamente en una suerte de esquirolaje tecnológico
externo.

El derecho al trabajo implica el derecho a no ser privado de él sin justificado motivo - lo


que en la huelga no es posible - y a desplegar los elementos que configuran la prestación
remunerada por un tiempo determinado y con una determinada profesionalidad, tal como lo
prescribe la ley y la autonomía colectiva.

5. ¿Inteligencia artificial para la justicia?

Un estudio[36] del Instituto de Ciencias e Ingeniería de la Computación (ICIC-CONICET)


de la Universidad Nacional del Sur, indicó que…proveería un nuevo punto de control
sistematizado para lograr una mejor Justicia.

Este sistema estaría regido por algoritmos y fórmulas matemáticas, por lo que evitaría las
inclinaciones por ideologías personales o las influencias sociales a la hora de dar un fallo
que proveería un nuevo punto de control sistematizado “para lograr una mejor Justicia” en
palabras del Dr. Moguillansky sobre este sistema.

Agrega que…“El secreto de toda argumentación legal está en observar el contexto que dan
los fallos judiciales previos donde se realiza un razonamiento similar”, indicó el
investigador…“Existen demasiados precedentes a tener en cuenta y muchos terminan
quedando de lado”. Propone sistematizarlo desde el razonamiento y la intuición, para que,
por medio de teorías lógico-matemáticas, puedan hacerlo las máquinas en un futuro. Un
sistema “recomendador” permitiría al juez o al fiscal chequear si sus argumentos están bien
formados o si traerían problemas con otros argumentos que podrían formarse con todos los
elementos de prueba.

Por su parte un operador jurídico directo de la justicia como el Dr. Juan Gustavo Corvalán
es el autor y responsable del programa “Prometea” desde el Ministerio Público Fiscal de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al que denomina “La primera inteligencia artificial
predictiva al servicio de la Justicia”[37].

El autor se plantea…potenciar el “lado luminoso de la inteligencia artificial”, y proteger


los derechos humanos frente al “lado oscuro de la IA”, como dos desafíos trascendentales
en la cuarta revolución industrial.

Señala que en éste cometido, el Derecho no puede perder el tiempo como ocurrió para
adaptarse a las NTI y el surgimiento de Internet, en que pasó mucho tiempo hasta que el
sistema jurídico pudiera realmente utilizar sus beneficios.

Es cierto que la llegada del expediente informático (EI) está largamente en mora en
Argentina y nuestros vecinos de Chile, Brasil y hasta Costa Rica nos superan ampliamente,
en un proceso al que pese a algunos adelantos en las Provincias, aún no termina de
completarse sobre todo en la justicia nacional, y ello es crucial a los efectos de la celeridad
en la resolución de las causas. Argentina es un ejemplo de “asimetría” informática según
los Estados de su amplio territorio que requiere avanzar sin prisa pero sin pausa en éste
proceso de adecuación a la aplicación total de la informática primero y de la inteligencia
artificial después en un debate en el que se cuiden las garantías constitucionales.

Señala acertadamente el Dr. Corvalán que en relación con la protección de los derechos
humanos de las personas, es imprescindible considerar dos aspectos interrelacionados:...”
Por un lado, cómo garantizar la intervención humana frente a las decisiones o predicciones
de algoritmos inteligentes, intentando crear sistemas que puedan hacer valer los principios
desarrollados en el punto anterior. Por otro lado, si los expertos en protección de datos
están reflexionando acerca de la intervención humana en relación con los algoritmos,
entonces, hay que trabajar sobre la siguiente cuestión: cuánta intervención del ser humano
resulta necesaria para que el resultado del procesamiento de información y de los datos de
sistemas de IA sea legítimo, respetuoso y promotor de la efectividad de los derechos de las
personas. A modo prospectivo, creemos que los retos que presenta la IA, tienen que ver con
nuestra identidad como especie. Si las personas humanas nos caracterizamos por la
diversidad, aleatoriedad e imperfección, estamos ingresando a una era de automatización
que podría poner en crisis esos rasgos. Aunque suene improbable, en un futuro no muy
lejano, resultará indispensable pensar seriamente en garantizar un derecho fundamental, que
podría ser la piedra basal de la era de la inteligencia artificial: el derecho a la diversidad
aleatoria e imperfecta inherente al ser humano”.

“Prometea” es presentado como un sistema de inteligencia artificial, predictivo que además


trabaja con un asistente de voz (tal como lo hace Siri de Apple) y permite realizar un
dictamen jurídico de manera íntegra. Según sus autores el modelo predictivo es asombroso,
inédito y reciente, conducido íntegramente por la IA, de la siguiente manera: …“llega un
expediente a dictaminar, que no ha sido analizado por ninguna persona. Se carga entonces
el número de expediente a la inteligencia artificial Prometea, y en pocos segundos después
pasa todo lo que se detalla a continuación. El sistema de IA busca la carátula en la página
del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, lo asocia con otro número
(vinculado a las actuaciones principales) y luego va a la página del Poder Judicial de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Juscaba). Busca y lee las sentencias de primera y
segunda instancia, luego analiza más de 1400 dictámenes (emitidos durante 2016 y 2017),
para finalmente emitir la predicción. En concreto nos dice que detecta un modelo
determinado para resolver el expediente y nos ofrece la posibilidad de completar algunos
datos para imprimir o enviar a revisar el dictamen con base en ese modelo”...

Las pruebas realizadas en más de 40 expedientes, muestran que el programa Prometea es


entre un 200% y un 288% más eficiente, según el modelo que se trate y podrían aumentar
cuando funcione plenamente el modelo predictivo.

Señala Corvalán, que la IA aplicable en la justicia, compatible con un modelo de derechos


humanos, requiere una regulación que reconozca tres categorías: a) dignidad algorítmica. b)
identidad algorítmica y c) vulnerabilidad algorítmica, derivadas de la dignidad.

La utilización de los algoritmos y la introducción de la inteligencia artificial en las causas


judiciales abren variados interrogantes, cuando se trata de causas donde están en juego los
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución Nacional.

Podrá utilizarse en las causas de ejecuciones civiles y comerciales, donde solo se discute el
título ejecutivo, como en reclamos de multas, tributos o impuestos, pero hasta cierto punto,
porque esa velocidad meteórica de la IA puede convertirse en peligrosa para los ciudadanos
que ven vulnerados sus derechos por el Estado.

Y que decir en las causas donde está en juego la libertad de las personas o delitos de lesa
humanidad.

También la justicia del trabajo aborda delicadas cuestiones de discriminación por variados
motivos. Despidos discriminatorios por enfermedad, actividad sindical, orientación sexual,
opinión política…temas delicados de conflictos intra e intersindicales, que ameritan la
mirada personal y profunda del juez.

No niego que en materia de acciones sistémicas de la ley de riesgos del trabajo de la


Argentina actual con el régimen legal de las Leyes 24557, 26773 y 27348 se repiten gran
cantidad de reclamos en miles de causas y quizás ello ameritaría respuestas de mecanismos
informáticos de las características del programa “Prometea” adecuado a la justicia laboral.

6. La función del Juez del Trabajo (en este marco)

No pueden obviarse reflexiones acerca del marco en que el juez del trabajo cumple su
función, y que implican utilizar herramientas muy necesarias para cumplir su finalidad de
administrar justicia en el conflicto social.
Y aunque tengan un tiempo prolongado de reconocimiento académico y legislativo, los
tiempos que corren en el mundo globalizado - con ejemplo patente en la Argentina actual
- determinado por el manejo de la economía a través de las grandes empresas
transnacionales y la sociedad de los medios hegemónicos de información, que cuestionan
verdades elementales como la libertad sindical, el derecho de huelga y la propia existencia
de la justicia del trabajo, tornan necesaria su reafirmación y debate con las nuevas
generaciones de juristas, abogados y jueces del trabajo.

Sin derecho no hay proceso y sin proceso no hay derecho, como lo señalara el insigne
maestro oriental Dn. Eduardo J. Couture[38], en línea con otra verdad: la tutela de los
derechos fundamentales requieren derecho a la organización y al procedimiento para
sustanciarlos, que van de la mano con la concreción efectiva de esos derechos, como aporta
Robert Alexy[39].

Es un lugar común decir entre nosotros que el juez “no es neutral a los valores”… es
imparcial y debe serlo en el conflicto entre las partes que tiene ante sí, de lo contrario debe
apartarse.

Después del holocausto la conciencia crítica de la humanidad emitió la Declaración


Universal de Derechos Humanos que puso a la justicia independiente como una de sus
notas liminares:.. “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser
oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación
contra ella en materia penal” (art.10).

La esencia de un Juez radica en su independencia de conciencia, de funcionamiento, y


respecto de otros poderes políticos, económicos y sociales, y no es tal sino ejerce su
imperium con esa nota fundamental en una sociedad democrática.

Solo así podemos hablar entonces del rol del Juez.

Para Aarón Barak, Juez de la Corte de Israel, el juez tiene dos funciones principales: Una
de ellas es reducir la brecha entre la legislación y la realidad cotidiana, y la otra, proteger a
la Constitución y sus valores.

El cumplimiento de esta doble función sólo es posible si el juez dispone de una libertad de
elección entre varias opciones posibles.
Cuando un juez se enfrenta a más de una opción, debe tener la que mejor llena el vacío
entre la ley, protege la vida, la Constitución y sus valores.

¿Desde dónde juzga el Juez? Rodolfo Capón Filas[40] lo respondía sin dudar…”desde los
Derechos Humanos, reconocidos por la conciencia crítica de la humanidad como válidos y
exigentes de cambio en la realidad y no en la mera abstracción de la norma”.

La abogacía constitucional y del trabajo tendrá un rol central en la batalla contra la


desprotección y la re-regulación peyorativa, particularmente en ésta sensible materia, que
tiene que ver con el derecho humano a la salud.

El Juez no puede desatender a los que tienen hambre y sed de justicia.

Estamos en un Estado constitucional que va más allá del Estado legislativo.

La Constitución y los Tratados Internacionales no constituyen un enunciado de buenas


intenciones carentes de operatividad.

El derecho vigente requiere también un derecho viviente al que contribuye un juez activo,
comprometido con el derecho internacional de los derechos humanos, ya que dejó de ser la
boca inanimada de la ley como lo proclamaba Montesquieu - justificado en ese eón
histórico - ni tampoco es un mero administrador de normas infra constitucionales, o
complaciente acompañante, de los factores de poder[41].

La justicia en general y la del trabajo en particular, no podrán obviar que el fundamento de


sus sentencias no puede invertir la jerarquía de las normas y, por tanto, el bloque de
constitucionalidad federal, será la referencia obligada para la aplicación de normas
constitucionales.

Para avanzar hacia otro estado civilizatorio más justo en términos de derechos humanos, es
preciso un amplio debate con participación de todos los actores sociales, institucionales y
académicos, en un tema crucial que hace al futuro de la humanidad centrado en su clave
vital, como es el trabajo y la dignidad de la persona humana.

** La presente ponencia fue expuesta por su autor, en la Jornada del EFT y del Instituto de
Derecho del Trabajo del CPACF, sobre el “Futuro del Trabajo”, el día 25/10/2018 en el
Auditorio del CPACF, en el panel de las 19 horas.
* Juez, Cámara Nacional Apelaciones del Trabajo, Buenos Aires. Argentina.
[1] Bollea Pedro “La especulación y nosotros” Diario La Capital Rosario, 22.9.2018.
[2] Galperín Marcos, dueño de “Mercado Libre” en “Nuestro marco laboral se basa en los
empleos que ya desaparecen” LN Economía 14.10.2018.
[3] No quedan ya vestigios de la Federación Sindical Mundial (FSM) de 1950 de la época
de la guerra fría.
[4] www.uniglobalunion.org/es. Conferencia del Dr. Rubén Cortina, Secretario del
Sindicato Global de Servicios, FLACSO día 7 setiembre 2018, Bs.As. Argentina.
[5] La Organización Internacional del Trabajo ha señala que el mundo está atravesando por
una 4ª Revolución Industrial en varios documentos y reuniones. “La Iniciativa del
centenario relativa al futuro del Trabajo” Oficina Internacional del Trabajo, p. 2, 2015 y
también en el ámbito del Foro Económico Mundial “El futuro de los empleos. Habilidades
y Estrategia de la Mano de Obra para la Cuarta Revolución Industrial” p. 1, enero 2016,
Global Challenge Insight Report, disponible en https://www.weforum.org/reports/ the-
future-of-jobs;
[6] SCHWAB, Klaus, “La Cuarta Revolución Industrial”, Ed. Debate, Barcelona, 2016.
[7] Modesto, California USA. 16-19 Feb 2017.
[8] Melamed Alejandro (Consultor en Innovación Disruptiva en Recursos Humanos)
publicado en La Nación – sección empleos. “Qué son el mundo VICA y el universo RUPT
los nuevos paradigmas laborales” Bs.As. 16.9.2018.
[9] Tim O Reylli, “El futuro es apasionante” Vodafone, youtube, 5 de octubre de 2016.
[10] Eric SADIM “El modelo impuesto por Silicón Valley se ha convertido en norma y es
peligroso” Entrevista de Natalia Páez, La Nación – Ideas. Buenos Aires, Argentina 2 de
setiembre de 2018.
[11] Galperín M. nota anterior citada.
[12] Panamá 2-5 octubre 2018…Más de 500 representantes de gobiernos, organizaciones
de empleadores y sindicatos de 31 países participaron de la 19ª Reunión Regional
Americana, a pocos meses del centenario de la OIT.
[13] Argentina. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH) Segundo
trimestre de 2018. INDEC, Ministerio de Hacienda, Presidencia de la Nación.
[14]www.infobae.com/educación/2018/08/11/trabajo-del presente-y-futuro.
[15] 19ª Reunión Regional Americana. G. Ryder: “El diálogo social, clave para un futuro
del trabajo con justicia social” Ciudad de Panamá, 2 de octubre de 2018.
[16] …”Los Estados miembros, convencidos de que el hombre sólo puede alcanzar la plena
realización de sus aspiraciones dentro de un orden social justo, acompañado de desarrollo
económico y verdadera paz, convienen en dedicar sus máximos esfuerzos a la aplicación de
los siguientes principios y mecanismos: […] b) El trabajo es un derecho y un deber social,
otorga dignidad a quien lo realiza y debe prestarse en condiciones que, incluyendo un
régimen de salarios justos, aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el
trabajador y su familia, tanto en sus años de trabajo como en su vejez, o cuando cualquier
circunstancia lo prive de la posibilidad de trabajar”.
[17]…”los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias tanto a nivel interno
como mediante la cooperación internacional especialmente económica y técnica para
lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que derivan de las normas
económicas, sociales y sobre educación ciencia y cultura contenidas en la carta de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) en la medida de los recursos disponibles,
por vía legislativa u otros medios apropiados”…
[18] PIDESyC establece el compromiso de los Estados partes de adoptar medidas
apropiadas, en particular legislativas para lograr la plena efectividad de los derechos
reconocidos en el Pacto.
[19] CSJN caso “Pinturas y Revestimientos aplicados S.A. s/ quiebra” 26-mar-2014 entre
otros.
[20] En la 19ª Reunión Regional Americana. Panamá, 2 de octubre de 2018.
[21] “El ascenso de los robots” 24.82.2018 – Agencia TSS Universidad Nacional de San
Martín, Provincia de Buenos Aires. Argentina.
[22] Trabajo cita anterior. Agencia TSS UNSM, Argentina.
[23] “Capitalismo con tracción a sangre” Revista Anfibia. Bs.As. 10-10-2018
www.revistaanfibia.com /crónica/capitalismo-tracción-sangre.
[24] Antonio de Lisboa, su intervención el 4.10.2018 en la 19ª Conferencia Regional de la
OIT Panamá (@OIT_AmerCentral).
[25] Barreiro Carolina. Jueza Laboral de Puerto Madryn, Chubut, Argentina “La
legitimidad de la huelga de los trabajadores de Rappi a la luz de la doctrina de “Orellano”,
¿el huevo o la gallina? 10.10.2018 artículo en publicación.
[26] CSJ 93/2013 (49-0)/CS1 Recurso de Hecho “Orellano, Francisco D. c/ Correo Oficial
de la República Argentina S.A. s/ juicio sumarísimo” Bs.As. 7 junio 2016.
[27] Raffaghelli Luis “La huelga. Hecho y Derecho El caso “ORELLANO” de la CSJN Un
pronunciamiento ahistórico” Publicado en eldial.com, Bs.As. 26 julio 2016.
[28] Ruiz Alvaro “¿Qué futuro ofrece el trabajo?” Bs.As. 13.10.2018 - www.eldestape.com
[29] “Principios de la OIT sobre el derecho de huelga” Bernard GERNIGON; Alberto
ODERO y Horacio GUIDO. OIT Ginebra. Rev. Internacional del Trabajo Volumen 117
(1998) núm.4 Ed.2000.
[30] Tribunal Constitucional - Sentencia nº 17 - 2/2/2017.
[31] Baylos Grau Antonio “Se opone el derecho a huelga al derecho al trabajo? Una
argumentación falsa” nuevatribuna.es Madrid 25 de abril de 2017.
[32] Artículo 6.5 del Real Decreto Ley 17/1977, sobre relaciones laborales, establece que,
durante una huelga, el empresario no podrá sustituir a los huelguistas por trabajadores que
no estuviesen vinculados a la empresa al tiempo de ser comunicada la misma.
[33] Pomares Manuel “Esquiroles tecnológicos: ¿vulneran el derecho de huelga?” Blog
Luis Pomares y www.euroresidentes.com.
[34] Trabajo citado nota anterior.
[35] Iván López García de la Riva www.elespanol.com › Opinión › Tribunas 7 marzo
2017.
[36] Su autor: Dr. Martín Moguillansky, investigador del CONICET, doctor en Ciencias de
la Computación y Master en Razonamiento Jurídico. Miembro del Programa Nacional
Ciencia y Justicia, a cargo del taller sobre Lógica Simbólica y Argumentación Formal para
las Ciencias Jurídicas.
[37] Corvalán Juan Gustavo “La primera inteligencia artificial predictiva al servicio de la
Justicia: Prometea” publicado en periódico La Ley Thomson Reuters En 6 octubre, 2017.
[38] Eduardo J. COUTURE “Estudios de Derecho Procesal Civil” Ed. Ediar SA 1948
p.288, Buenos Aires.
[39]Robert ALEXY “Teoría de los derechos fundamentales” Colección “El Derecho y la
Justicia” Centro de Estudios Políticos y Constitucionales” Madrid, 2012, traducción Carlos
Bernal Pulido.
[40] Rodolfo CAPON FILAS “Derecho del Trabajo y Conducta Judicial” Apl. Tributaria
pag.96, Bs.As. 2006.
[41] De Lázzari Eduardo Néstor “Interpretación de la Ley. Labor de los Jueces. Aspectos
procesales y de fondo” Texto de su ponencia en las Jornadas Bonaerenses de Derecho del
Trabajo organizadas por la Asociación Nacional de Jueces y Juezas del Trabajo (ANJUT).
La Plata 7 y 8 de junio de 2018.

Citar: elDial DC2626


Publicado el: 18/10/2018 – www.eldial.com
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