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Modulos 3

Lectura 1

La oportunidad histórica de vencer la


pobreza

Son las fuerzas de la creación de valor, la innovación, el mercado y la


comercialización, bajo distintos modelos y prioridades, las que han impulsado, en
una mirada amplia, las oportunidades concretas de millones de personas para salir
de la pobreza. Básicamente por dos grandes razones:

● A. La innovación, a través de esta se generaron fuentes de trabajo e ingreso


mucho más diversificadas. A mayor expansión del trabajo y el ingreso, mayor
inclusión económica.
● El desarrollo de productos y servicios creó nuevas pautas del intercambio
entre oferta y demanda generando un aumento en el consumo.

En los últimos 25 años la pobreza extrema ha bajado un 75% en el mundo. Estos


números tan significativos, están bastante repartidos por distintos países del mundo,
pero sobre todo se explican por los enormes progresos de China e India en sacar
personas de la pobreza a partir de la mayor actividad económica que ambos
países lograron por sus reformas de mercado y su expansión en materia de
comercio internacional.

Es cada vez más aceptado en el mundo que una persona no debiera ser
considerada pobre solo por estar debajo de un determinado umbral de ingresos,
sino más bien, por la evaluación de un conjunto de dimensiones que permiten una
mirada más completa de su condición en la sociedad.

No se traduce solamente en limitación de ingresos y capacidad de consumo, sino


más bien se entiende como vulnerabilidad en varios aspectos relevantes para
encarar la vida individual y colectiva. El índice más conocido que evalúa todos
estos componentes es el IPM, creado por el PNUD. A partir de esta herramienta
holística y con amplio respaldo científico e institucional, ha sido mucho más
fácil comenzar a tener mediciones certeras de la pobreza.
Las desigualdades y la capacidad de
revertirlas
Aquí debemos poner la mirada en que el impacto suele no ser simétrico y equitativo.

Uno de los datos más ilustrativos de esta situación es el ingreso medio de las
mayorías de personas que se desempeñan en trabajos de la base la pirámide no
han crecido en términos reales en los últimos 40 años, mientras que los ingresos
más altos se han duplicado y, en algunos segmentos, se han triplicado.

Dos son los factores de génesis global que en general lo explican:

● Las tasas de rendimiento del capital (retorno de inversiones financieras o de


la posesión de propiedades y activos en general) vienen creciendo más que
las tasas de crecimiento de la economía (producción de bienes y servicios de
la economía en general), hace ya muchos años.
● Las tasas de rendimiento del capital (retorno de inversiones financieras o de
la posesión de propiedades y activos en general) vienen creciendo más que
las tasas de crecimiento de la economía (producción de bienes y servicios de
la economía en general), hace ya muchos años.

El centro de la problemática de la expansión de las desigualdades tiene que ver con


la obstrucción de las vías de ascenso social que en gran parte del siglo XX
funcionaron.

Piketty parte de la premisa de que ha sido un triunfo de la humanidad en general, y


del capitalismo en particular, haber logrado semejante expansión del derecho formal
a la propiedad privada, pero que el desafío para sostener semejante logro es
encontrar las vías para expandir rápidamente el derecho real de acceder a la
propiedad privada para la gran mayoría de las personas.

Hay un conjunto adicional de razones que le otorgan sentido de urgencia al tema:

● Está demostrado que el crecimiento económico se ve afectado


cuando las tasas de desigualdad crecen
● Más desigualdad implica mayores índices de otras problemáticas
sociales
● La productividad tecnológica ha crecido y crecerá mucho más,
cuando la inteligencia artificial y las demás tecnologías de la
Industria 4.0 logren su maduración
● La biotecnología en desarrollo, puede acelerar y transformar las
desigualdades aún más

La construcción de sociedades más


equilibradas
La principales iniciativas para crear sociedades más equilibradas son:

● A. Construcción de una nueva etapa de crecimiento y expansión de


la economía, a partir de la productividad tecnológica y la innovación.
● B. Mejora y transformación del sistema económico capitalista, sin
renegar de los mercados libres, pero utilizando de forma más
consistente y amplia los poderes regulatorios e impositivos del
Estado.
● C. Foco y creatividad en intervenciones específicas que demuestran
resultados empíricos para vencer pobreza y bajar desigualdades.

Lectura 2

La construcción social del trabajo y su


progreso en el siglo XX

Lo que se entiende y se remunera como trabajo es definido en esa especie de acuerdo social
implícito en función de:
● A. La dinámica de las actividades económicas que existen en cada
tiempo y lugar para satisfacer necesidades de consumo de
cualquier índole.

● B. Las inversiones y prioridades que se definen desde el Estado.

● C. Las regulaciones públicas que encuadran las actividades


laborales.

La segunda y la tercera revolución industrial y tecnológica que hemos estudiado, generaron


fuertes impactos, agudizando por un lado las condiciones indignas del trabajo de las
personas, pero generando las corrientes de opiniones y la proliferación de nuevas
actividades económicas que facilitaron exponer la problemática y resolverla de forma
progresiva. La humanidad demostró una fuerte capacidad de adaptación a los cambios
históricos y tecnológicos. Los trabajos se hicieron cada vez más limpios, dignos y seguros.

Un símbolo de este camino es la Organización Internacional del Trabajo, que promueve:

● Promover las oportunidades de trabajo decente.


● Mejorar la protección social.
● Fortalecer la actividad tripartita y el diálogo social.
● Garantizar los principios y derechos laborales fundamentales.

El trabajo en plena transformación a


principios del siglo XXI

Por otra parte, Rifkin (1995) fue uno de los primeros en advertir que esta revolución
tecnológica ya no se limitada, como las anteriores, a reemplazar trabajadores de baja
calificación sino también a aquellos que ocupaban roles con mayor utilización de las
capacidades cognitivas frente a las físicas.

Podemos sintetizar tres grandes fenómenos propios de esta nueva


revolución industrial:
● A. La carrera por el crecimiento y la productividad no siempre
alimenta un círculo virtuoso (tan propio del siglo XX, especialmente
de los años de posguerra) de consumo y empleo.
● B. La tercera revolución industrial, en su fase más madura, y la
cuarta revolución en sus primeras etapas, tienen el común
denominador de reemplazar átomos por bits. Es decir, abren y
espiralizan el mundo de las computadoras.
● c. La globalización, verdadero mantra del mundo conectado y plural,
comienza también a mostrar que tiene un correlato creciente de
impacto asimétrico entre países y regiones. En otras palabras, la
globalización avanzada y la expansión del comercio por todo el
planeta, arrojan ganadores y perdedores.

Una mirada sobre el futuro del trabajo

El futuro del trabajo está marcado por la interacción entre humanos y tecnología. A medida
que avanza la automatización, surge la preocupación sobre si habrá lugar para todos en este
nuevo panorama laboral. Se plantea la posibilidad de que los trabajos perdidos sean
reemplazados por empleos más analíticos y de mayor valor agregado. También se cuestiona
si es necesario que todos trabajemos de manera tradicional, ya que la productividad
tecnológica podría generar suficiente riqueza para distribuir entre las personas bajo nuevos
modelos regulados por el Estado. Otra posibilidad es que predominen los trabajadores
independientes, que realicen proyectos sin horarios insoportables, respaldados por
tecnología accesible.

Es temprano para hacer pronósticos definitivos, pero se reconoce que el avance tecnológico
crea la necesidad de nuevas tareas humanas. Sin embargo, esto requiere una preparación
adecuada de las personas para adoptar rápidamente las tecnologías. Los mayores desafíos
se presentan en la inclusión de las personas de estratos bajos en trabajos de mayor calidad,
reemplazando aquellos que eran considerados feos, sucios y aburridos.

A pesar de los desafíos, existen aspectos que generan optimismo:

El potencial de la economía social.


Sectores de la economía, como el cuidado de la salud, requerirán cada vez más mano de
obra.
La creación de nuevos empleos basados en tecnologías emergentes, como la inteligencia
artificial.
La expansión del trabajo por proyectos, independiente y a tiempo parcial, que puede brindar
flexibilidad y bienestar.
En resumen, el futuro del trabajo podría llevarnos a un mundo donde la automatización y los
robots nos liberen de trabajos no deseados, permitiéndonos vivir de manera más plena y
enfocarnos en actividades que nos brinden placer.

Lectura 3

La educación como respuesta a las


competencias del presente y del futuro

La educación ha sido históricamente la herramienta fundamental para salir de


la ignorancia y el subdesarrollo. Permite el desarrollo del potencial humano,
liberándonos de las limitaciones impuestas por factores externos. En la era de
la Cuarta Revolución Industrial, la educación se destaca como la respuesta a
la incertidumbre y los cambios tecnológicos. La formación por competencias
es un enfoque educativo que se ha desarrollado recientemente, enfocándose
en el desarrollo de habilidades específicas necesarias para diversas
actividades, dejando de lado la erudición generalizada. Esta aproximación
requiere identificar las habilidades necesarias para actuar con aptitud en
distintos espacios y entornos, y luego diseñar estrategias pedagógicas que
faciliten su adquisición por parte de los estudiantes.

La formación por competencias se presenta como un modelo pedagógico


integral que busca desarrollar competencias en el saber, el ser y el hacer en
todas las personas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la
formación por competencias no es una solución mágica y requiere
rigurosidad en su implementación. En un mundo en constante cambio, donde
la economía y el mercado laboral están siendo transformados por la
tecnología, las habilidades blandas y las habilidades tecnológicas adquieren
una importancia especial.

Las habilidades blandas, como el autoconocimiento y la empatía, son cada


vez más necesarias para adaptarse a los cambios disruptivos y asegurar
nuestra relevancia en un mundo dominado por la inteligencia artificial. Estas
habilidades humanas son fundamentales para comprender y actuar en
entornos inciertos y diversos. Por otro lado, las habilidades tecnológicas,
especialmente en áreas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las
matemáticas, son esenciales debido a la creciente presencia de la tecnología
en todos los aspectos de nuestras vidas y trabajos.
En resumen, la educación sigue siendo crucial en el mundo actual, y el
enfoque en formación por competencias responde a la necesidad de
desarrollar habilidades específicas. Las habilidades blandas y tecnológicas
desempeñan un papel clave en la sociedad del conocimiento del siglo XXI. Es
importante destacar que aún hay un largo camino por recorrer en términos de
desarrollo de habilidades necesarias para enfrentar los desafíos futuros.

Aprender como meta – habilidad del siglo


XXI
En el siglo XXI, es fundamental desarrollar la capacidad de aprender como una
habilidad clave. Rafael Echeverría destaca la importancia de aprender a aprender,
junto con aprender a emprender, para adaptarnos a los cambios constantes de la era
actual. El autoconocimiento es fundamental para el aprendizaje, ya que aprendemos
a través de la razón y la emoción. Las neurociencias y la pedagogía nos brindan
herramientas para comprender mejor cómo funciona nuestro cerebro y cómo
mejorar nuestras habilidades de aprendizaje.

Según Stanislas Dehaene, existen cuatro pilares fundamentales para el aprendizaje


efectivo: la atención, el compromiso activo, la revisión o feedback a partir del error, y
la consolidación. Estos componentes son clave tanto en el ámbito familiar como en
la escuela. Desarrollar habilidades de aprendizaje nos permite maximizar la
velocidad y eficacia del aprendizaje.

Carol Dweck propone la teoría del "mindset" para el aprendizaje, que distingue entre
una mentalidad fija y una mentalidad de crecimiento. La mentalidad de crecimiento,
enfocada en el proceso de aprendizaje y descubrimiento, es fundamental para
enfrentar los desafíos y la incertidumbre del mundo actual. Todos tienen la
capacidad de desarrollar una mentalidad de crecimiento a lo largo de la vida.

El concepto de "learnability" refleja la capacidad individual para el aprendizaje


continuo y estar al día en el campo elegido. En un mundo en constante cambio,
aquellos con learnability tendrán más oportunidades laborales y podrán tomar
decisiones sobre cómo y dónde trabajar.

Las neurociencias y las pedagogías, incluyendo la educación mediada por


tecnologías y los entornos de aprendizaje experiencial, son aliados clave para
desarrollar la capacidad de aprendizaje. Las empresas valoran cada vez más la
capacidad de aprendizaje de los candidatos, centrándose en su potencial más que
en sus habilidades actuales.

En resumen, la capacidad de aprender se ha convertido en la meta principal del siglo


XXI. Desarrollar habilidades de aprendizaje nos permite adaptarnos a los cambios y
mantenernos a la vanguardia en nuestro campo elegido.

El aprendizaje a lo largo de la vida (Long


Life Learning)
En el siglo XXI, la secuencia tradicional de aprender en la primera parte de la
vida y luego trabajar se ha terminado. En un mundo en constante cambio, es
probable que cambiemos de trabajo varias veces a lo largo de nuestras vidas
y que nuestras habilidades se transformen en una combinación única de
disciplinas y actividades. La cultura del aprendizaje a lo largo de la vida, o
"Long Life Learning", se basa en la idea de que gran parte de nuestro tiempo
estará dedicado a procesos de aprendizaje continuo y flexible.

La tecnología desempeña un papel fundamental en esta cultura del


aprendizaje. Las plataformas de formación en línea y la inteligencia artificial
aplicada a la educación facilitan el acceso al aprendizaje de las habilidades
que necesitamos en cada momento, según las que ya poseemos. Estas
nuevas tecnologías brindan información sobre nuestras habilidades actuales
y nos ayudan a adquirir rápidamente las que necesitamos para enfrentar
nuevos desafíos o empleos. Por ejemplo, LinkedIn utiliza inteligencia artificial
para evaluar las habilidades de las personas en relación con las ofertas de
empleo y recomendar opciones de formación específicas.

Plataformas como Pluralsight, LearnUP y Generation (McKinsey), entre otras,


se enfocan en identificar las habilidades necesarias en el mercado laboral y
ofrecen programas formativos para dotar a las personas de esas habilidades
y aprovechar oportunidades de trabajo.

Sin embargo, este proceso de aprendizaje continuo todavía presenta desafíos


y genera desigualdades. Las personas con menos recursos y acceso a la
formación continúan teniendo dificultades para adaptarse. Mucha de la
formación continua se centra en habilidades tecnológicas avanzadas y a
menudo excluye a aquellos que no tienen tiempo, dinero, motivación o
habilidades básicas para volver a capacitarse.

El desafío de la educación en el siglo XXI es universalizar las oportunidades


de aprendizaje a lo largo de la vida para evitar que las personas se rezaguen
en el camino del progreso. La sociedad en su conjunto y el Estado tienen la
responsabilidad de hacer que esto suceda, al igual que se logró en el pasado
con la accesibilidad a la educación primaria y secundaria. Se están
explorando diversas innovaciones, como las cuentas individuales de
formación en Francia, que brindan a cada ciudadano un monto de dinero
anual para adquirir formación de acuerdo con las habilidades que necesitan
para crecer.

En definitiva, una sociedad inclusiva para el aprendizaje a lo largo de la vida es


una utopía posible, pero requiere esfuerzos conjuntos para garantizar que
todas las personas tengan acceso a las oportunidades de formación y
desarrollo necesarias.

Lectura 4
La innovación social como camino de respuesta

La innovación social se presenta como una poderosa herramienta para abordar los
desafíos sociales y económicos de nuestro tiempo. Se trata de soluciones
novedosas, efectivas y sostenibles que tienen un impacto positivo en la sociedad en
su conjunto. Puede manifestarse en forma de productos, procesos, tecnologías,
principios, legislaciones, movimientos sociales o intervenciones combinadas.

La metodología para la innovación social implica que los problemas sean


comprendidos y diagnosticados por los propios protagonistas, quienes también
deben reunir los recursos y actores necesarios para construir una solución viable. El
crowdsourcing juega un papel importante, ya que la ejecución de los proyectos
depende de la colaboración de múltiples prestatarios que trabajan en red. La agilidad
y la validación son aspectos clave, y una vez que las soluciones han sido probadas y
validadas, se busca su escalamiento para abordar problemáticas de mayor
envergadura.

Es importante tener en cuenta la diversidad de formatos legales y administrativos


que pueden adoptar las iniciativas de innovación social. No se limita a
organizaciones no gubernamentales, fundaciones o empresas sociales, sino que
puede involucrar alianzas y sinergias estratégicas entre varios actores. La medición
del impacto y la sostenibilidad también son fundamentales para garantizar que las
soluciones sean efectivas y perdurables.

La innovación social ha permitido disipar las fronteras entre los sectores privado,
público y no gubernamental, fomentando la colaboración y la polinización cruzada
de ideas y capacidades. Ejemplos destacados de innovación social incluyen las
microfinanzas y el comercio justo, ambos modelos que generan valor social y
ambiental.

En resumen, la innovación social es un camino en constante evolución que se


presenta como una respuesta efectiva a los desafíos sociales. No está limitada a las
nuevas tecnologías, aunque su inclusión puede potenciar los enfoques y las
prácticas innovadoras. Es una inversión accesible y necesaria para reducir las
brechas sociales y construir el bienestar, tanto en países desarrollados como en vías
de desarrollo.

Algunos ejemplos de proyectos


y entidades especializadas en
innovación social
El enfoque de innovación social ha dado lugar a numerosos ejemplos de alto
impacto en América Latina y en todo el mundo. Algunos de ellos incluyen el
primer teleférico del mundo para uso de transporte masivo en Bolivia, que ha
mejorado la movilidad urbana en una zona con compleja topografía. Otro
ejemplo es el mecanismo de pago por resultados para promover el primer
empleo en Colombia, donde el Estado paga por cada aspirante contratado en
lugar de financiar capacitaciones o formación laboral. Además, se destaca el
uso de un algoritmo para detectar anemia en niños sin muestras de sangre en
Perú, mediante una aplicación móvil que analiza fotografías del párpado
inferior. Estos son solo algunos ejemplos que demuestran las virtudes de la
innovación social y su capacidad para generar resultados significativos.

En la región, también se observa una proliferación de entidades y


organizaciones especializadas en la articulación y producción de innovación
social. Estas entidades operan bajo modelos organizativos novedosos,
buscan diversas vías de financiamiento y superan etiquetas ideológicas que
pueden paralizar la acción. Su agilidad y efectividad nos brindan esperanza en
la construcción de un mundo mejor.

En resumen, la innovación social ha demostrado su capacidad para abordar


desafíos sociales mediante soluciones innovadoras, efectivas y sostenibles.
Los ejemplos mencionados muestran cómo esta metodología puede tener un
impacto significativo en la vida de las personas, mejorando la movilidad
urbana, promoviendo el empleo y facilitando el diagnóstico de enfermedades.
La innovación social es un camino que involucra a múltiples actores y
promueve la sinergia para generar resultados positivos en la sociedad.

Comunidades y nuevos
contratos sociales

En respuesta a los desafíos de nuestro tiempo y los que vendrán en el futuro,


las sociedades del mundo están acelerando las conversaciones sobre la
necesidad y la posibilidad de establecer nuevos contratos sociales. La noción
de contrato social se remonta a pensadores clásicos como Thomas Hobbes y
John Locke, quienes argumentaron que para vivir en sociedad y organizar un
Estado con leyes y gobernanza, las personas asumen un acuerdo implícito
basado en ciertas bases sobre las cuales se construye la vida en sociedad.

Bajo esta concepción, las personas aceptan formar parte de sociedades más
grandes y establecer un instrumento como el Estado para establecer límites y
hacer cumplir las reglas. Se espera que esta organización permita una mejor
calidad de vida para todos a través de un marco de derechos y
responsabilidades compartidas. Con el tiempo, nuevos desafíos han ampliado
el alcance del contrato social, en un contexto de creciente responsabilidad
tanto del Estado como de otros actores (empresas, ONGs, etc.), siempre en un
equilibrio entre la preservación de la libertad individual y la construcción de
mecanismos de equidad para ayudar a las personas menos favorecidas.

Por lo tanto, es crucial sostener la idea de nuevos contratos sociales como


una necesidad de nuestro tiempo, donde las sociedades están
experimentando cambios profundos y transiciones complejas. Esto va más
allá de un cambio en la Constitución o la implementación de una nueva ley. Se
trata de una construcción colectiva que involucra a líderes, representantes de
organizaciones, académicos, líderes de opinión y autoridades públicas, con el
objetivo de llegar a un documento que exprese los lineamientos para enfrentar
los desafíos colectivos del presente y el futuro. Se busca un acuerdo general
que sirva como guía para emitir proyectos, leyes y programas en diversos
ámbitos de la sociedad.

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