Está en la página 1de 2

´´Tales de Mileto y la felicidad´´

En el corazón de la antigua Mileto, una próspera ciudad griega que vio nacer
la primera llama del pensamiento occidental, se erigió un visionario de las
matemáticas y la filosofía: Tales de Mileto.

Este hombre de ciencias y letras, nacido en el año 624 a.C. en lo que ahora es Turquía,
se destacó como el iniciador de la escuela de Mileto, la primera entre las numerosas
escuelas filosóficas que florecieron en la Antigua Grecia.
Aunque desconocido para algunos, Tales trascendió el enfoque mitológico que
caracterizaba la cultura griega arcaica, buscando explicaciones racionales para los
fenómenos de la naturaleza. Los invitamos a descubrir su legado, marcado por la
introducción del concepto de arjé, y por las valiosas perspectivas sobre la felicidad y la
búsqueda del sentido en la existencia.
Del arjé a la geometría:

Los filósofos milesios, entre ellos Tales, fueron uno de los principales grupos
precursores del paso del mito al logos, de la explicación mítica a la razón. Su
principal preocupación filosófica fue la del arjé, el principio fundamental y
originario que debían tener todas las cosas. Aunque cada pensador ofreció
respuestas diferentes, Tales afirmó que el arjé era el agua, un elemento
omnipresente y vital para la subsistencia.
Se dice que Tales viajó a Egipto durante su juventud, donde
adquirió conocimientos de geometría de los sacerdotes de Menfis para el cálculo de la
altura de las pirámides. Tales también se destacó en la geometría, presentando teoremas
y razonamientos deductivos que posteriormente fueron recopilados por Euclides. Su
capacidad para integrar diversos campos del conocimiento refleja una mentalidad
interdisciplinaria y humanista. Al regresar a
Mileto, dirigió una escuela de náutica, construyó canales y ofreció sabios consejos
políticos.
El legado y la felicidad

Aunque Tales de Mileto es principalmente conocido por sus contribuciones


filosóficas, su enfoque de la vida revela aspectos valiosos sobre la búsqued a
de la felicidad. La felicidad, según Tales, se asociaba a la virtud, la salud
corporal y la educación del alma. Por lo tanto, una vida feliz tenía que
ser práctica y realista, enriquecida por la observación constante y la aplicación
de los conocimientos aprendidos. Esta ética refleja una comprensión profunda
de la interconexión entre la sabiduría y la dicha, a la vez que un sentido mu y
pragmático sobre la filosofía.
Sin embargo, al comparar la perspectiva de Tales con la de Aristóteles, otro
gigante de la filosofía griega, se revelan otros matices interesantes. Aristóteles
propuso en su ética que la felicidad (eudaimonía) era el fin último de la vida
humana, y que esta se alcanzaba principalmente a través de la virtud. Aunque
ambos enfatizaban la virtud, Tales apostaba también por la salud y la
educación, mientras que Aristóteles añadía otros tres bienes diferentes, aunque
muy parecidos: externos, del cuerpo y del alma, como la prosperidad material y
la curiosidad intelectual.
La muerte de Tales, según Diógenes, ocurrió mientras presenciaba certámenes
gimnásticos. Aunque agobiado por el calor, la sed y la debilidad propias de la vejez, su
final revela un sentido lúdico y festivo de la vida. Esta última escena enfatiza cómo dio
ejemplo y fue fiel a su propia obra.
Tales de Mileto no solo dejó un legado filosófico crucial, sino también muchas
lecciones sobre la relación entre la sabiduría, la observación práctica y
la búsqueda constante de la felicidad.

Bibliografía:
 Castillo, P. G. (2006). Las vidas de los filósofos griegos: una búsqueda gozosa de la
felicidad. In Anales del Seminario de Historia de la Filosofía (Vol. 23, pp. 7-31).
Universidad Complutense de Madrid.

También podría gustarte