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Paradojas y antinomias
De otro lado, Freud subrraya que no puede "tomar decisiones psicoanalíticas" de la mera experiencia
con tales pacientes ("aber das reicht in der Regel nicht aus, um "analytische Entscheidungen" zu
treffen" (1)), es decir, aunque señala que puede estar justificado el intento de análisis con estos
pacientes, la cuestión relevante es obtener conclusiones, o dicho en otras palabras : saber qué hace
posible la intervención del analista en dichos casos.
(À suivre)
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UNA "PSICOSIS FREUDIANA" BAJO TRANSFERENCIA
(Suite)
(À suivre)
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(À suivre)
(Suite)
Bajo transferencia
Esta alteracion de la totalidad del lenguaje, tributaria del hecho que toda
palabra se forma en el Otro, plantea la cuestion de saber como el Otro
paranoico puede ser compatible con el tratamiento psicoanalitico. Si para
el paciente el Otro ya lo sabe todo y es - como vamos a ve r-,
transparente, entonces esta transparencia sera el sintoma que prepare su
transformacion bajo transferencia, bajo la forma de "el psicoanalista ya lo
sabe todo".
(8) Numberg (H.), "Der Verlauf des Libidokonfliktes in einem Falle von
Schizophrenie", "Int. Zeitschrift fur Psych.", VII, 1921, p. 301-346.
(A suivre)
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La inducción terapéutica
"Moises y la religion monoteista", el ultimo gran texto freudiano constituyó un excelente pretexto
para insistir en uno de los temas que mas acaparó la atención de Freud a lo largo de su obra: la
cuestión del padre.
Freud se sirvió del mito para abordar la cuestión del padre. El mito de Edipo, tomado de Sofocles,
el mito del "Urvater", y la "construcción mitica" sobre la muerte de Moises, a partir del texto de
Oseas, muestran la recurrencia freudiana al mito para dar cuenta de la función del padre, tanto a
nivel del sujeto como de la masa.
La figura del padre en los mitos freudianos presenta una caracteristica similar: la muerte por
asesinato. Tal muerte tendrá una estrecha relación en la elaboración freudiana con la satisfacción
pulsional y con la verdad inconsciente.
Freud relaciona la prehistoria individual, marcada por la represión inconsciente encuadrada por el
Edipo, con la prehistoria de la especie humana, que ha olvidado o reprimido la causa de su origen.
Asi como las elboraciones en analisis tienen por finalidad la recuperación de la verdad reprimida,
habría necesidad de realizar construcciones que puedan venir a llenar las lagunas existentes en
cuanto al origen de la civilización. Se podría decir que Freud concibe estas construcciones como
un hecho de invención, como una ficción. La verdad inconsciente de la historia, tanto del sujeto
como de la civilización, tiene estructura de ficción, tal como lo plantea Lacan.
Freud establece una analogía entre la amnesia que presenta la humanidad en relación al parricidio
original, el olvido al que ha sido sometido Moises por el pueblo judio y la represion que se sucede
en la neurosis. La vertiente inconsciente del sintoma neurotico, dada por el retorno de lo
reprimido, encontrará un correlato de malestar o sintoma en la civilización caracterizado por el
retorno de la verdad reprimida sobre el magnicidio primordial. Igualmente Moises constituye la
expresión de una verdad inconsciente del pueblo judio, que no habla de él, lo ha reprimido del
texto sagrado. Para Freud Moises habia sido doblemente asesinado: en la realidad y en el texto.
Sin embargo quedan restos, quedan trazas que hacen imposible su borramiento. Moises, cual
sintoma, regresará desde lo reprimido por via de algunos profetas, aunque sean menores, como es
el caso de Oseas, comentado por Sellin, estudiado por Freud y retomado por Lacan en los
Seminarios VII y XVII.
En cuanto al mito de Edipo Freud se declaró desde muy temprano como seguidor de Sofocles.
Tanto el asesinato del padre como el goce de la madre por parte del hijo se producen sin que
Edipo lo sepa, son inconscientes. El sujeto freudiano esconde o reprime el deseo edipico
inconsciente de matar al padre y ese deseo va a retornar bajo la forma de sintoma. Este esquema
se repite en los tres mitos mencionados, se estructura en la constitución del deseo inconsciente de
la muerte del padre y su posterior regreso sintomatico desde lo reprimido. De aqui que Freud
considere que en la medida en que un sujeto pueda encontrarse con la funcion del padre muerto,
sin reprimirla, podrá acceder a la dimensión de la realidad de su deseo.
Lacan va más allá de Freud al plantear en el Seminario XVII que el asesinato del padre esta ligado
al registro del goce. Se puede apreciar en el mito del "Urvater" y en el del Edipo una relacion
temporal inversa entre el goce y el asesinato del padre, pues mientras en Edipo primero sucede el
asesinato y luego hay acceso al goce, en "Totem y tabou" es a causa del goce que se sucede el
asesinato. Para Lacan el mito del "Urvater" expone la imposibilidad real que tiene todo sujeto para
acceder al goce absoluto, dado que el padre primordial asesinado se lo llevó a la tumba con él. Por
razones de estructura ese goce es imposible de tener, solo se pueden alcanzar pequeños goces
permitidos. Sin embargo la via perniciosa del sintoma neurótica le permite al sujeto el encuentro
con el goce. El sintoma constituye una forma de goce, una forma de satisfacción pulsional de
ordinario imposible para el sujeto.
Asi el sintoma presenta una doble composición en relación a la instancia del padre muerto. Por
una parte se liga a la verdad inconsciente de un deseo de muerte del padre que retorna en la
formacion sintómatica y por la otra se articula al goce vuelto imposible por la muerte del
"Urvater" y que el sintoma hace ex-sistir.
Lacan señala en su Seminario "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanalisis" que en los
mitos freudianos de la muerte del padre se perfilaba la regulación del deseo de Freud (1). Cabe
cuestionar el motivo de la recurrencia freudiana sobre la muerte, por asesinato, del padre. La
insistencia sobre el asunto alerta sobre su implicación inconsciente. Resulta dificil no inferir una
verdad reprimida del sujeto Freud en relación a los mitos de la muerte del padre, al igual que
existe algo de lo que no quiere saber nada el sujeto en el sintoma neurótico.
En "El enves del psicoanalisis" Lacan sostiene que el Edipo es un sueño de Freud, podríamos
agregar que los otros mitos freudianos tambien lo son. El sueño, como toda formacion del
inconsciente, amerita un desciframiento pues presenta un contenido manifiesto que vela u oculta
un contenido latente. De este modo, segun Lacan, la muerte del padre en los mitos freudianos no
sería otra cosa que una cobertura, un contenido manifiesto que encubre otra cosa.
(1) Lacan(J.), "Le Seminaire XI, Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse", Paris, Le Seuil, p. 29,
continua
Freud no se cansó de repetir que el sueño, lo mismo que el sintoma y las formaciones del
inconsciente, era una realización de deseo. De aquí que al considerarse el mito de la muerte del
padre como un sueño se pueda decir que contiene la clave del deseo de Freud, o al menos
suministra ciertas señales para identificarlo. Lacan considera que los enunciados de los mitos
freudianos habría que tratarlos como al contenido manifiesto de un sueño (2).
Lo que no es explicitado en el Edipo viene a ser expuesto por Freud en el enunciado de "Totem y
tabú" : el goce del padre. Constituye la única referencia freudiana de la excepción, un padre cuyo
goce escapa a toda ley, a toda prohibición. Se trata de un padre dueño y señor del goce. El padre
primitivo con su goce exclusivo exhibe la particularidad de la excepción, fué asesinado pero
nunca sufrió el proceso simbólico de la castración, estuvo eximido de ella. Este padre muerto o
padre del goce es el padre real que Lacan nos presenta como el operador estructural ubicado mas
allá del Edipo y que introduce lo imposible en el centro de la enunciación freudiana (3). La verdad
del contenido latente de los mitos freudianos está dado por el goce del padre.
Es en este goce que se puede reconocer la verdad del deseo de Freud : exceptuar al padre de la
castración o lo que es lo mismo salvarlo de la renuncia a la satisfacción pulsional. Este elemento
identifica el eje fundamental que recorre "Totem y tabú", texto llamado por el mismo Freud su
" preferido ". Lacan considera precisamente a este texto como un producto neurótico, un texto que
hace sintoma en la obra de Freud : " Ha faltado que yo espere este tiempo para que una tal
aserción, a saber que "Totem y tabú" es un producto neurótico, sea posible sin que, por eso, yo
cuestione para nada la verdad de la construcción. Es por eso mismo que es testimonio de la
verdad. No se psicoanaliza una obra y menos la de Freud que cualquier otra. Se la critica. " (4)
En la topología del nudo borromeo, desarrollada por Lacan en la última etapa de su enseñanza, se
valoriza la función del sintoma como lo que viene a suplir la función del Padre en tanto Otro
inconsistente : S(A/). Cada una de las diversas figuras del padre freudiano dejan ver su
inconsistencia : el padre edipico sin saber porqué moría dejaba un pueblo lleno de dificultades, el
"Urvater" era un tirano caprichoso y Moises aparece como un padre descuidado y olvidado por su
propio pueblo. El padre como sintoma en Freud, exceptuado de castración, viene a darle
consistencia al Padre, lo hace ex-sistir.
(2) Lacan (J.), "Le Seminaire, livre XVII, L’envers de la psychanalyse", Paris, Le Seuil, p. 135.
(4) Lacan (J.), Seminaire XVIII, " D’un discours qui ne serait pas du semblant ", séance du 9 juin 1971, inédit.
(5) Freud (S.), "La interpretación de los sueños", Tomo IV, Buenos Aires, Amorortu Editores, p. 211.