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Capítulo 1

La explosiva emergencia de China

El crecimiento chino de las últimas décadas ha sido explosivo. Entre 1978


y 2013 el PBI chino se multiplicó por 130, con un crecimiento medio
anual cercano al 10%, superior a cualquier otra experiencia previa de creci-
miento económico. En ese mismo período, el PBI per cápita se multiplicó
por 92. En 2010 China se convirtió en la segunda economía del mundo.
En 2000, era el séptimo mayor exportador del mundo y representaba
3.9% del total del comercio mundial y el octavo importador, con 3.4%
del total mundial. Después de un crecimiento anual superior a 20% en su
comercio exterior, pasó a ser el primer exportador del planeta alcanzando
10.4% del total mundial. En ese mismo año, se transformó también en el
mayor importador, con 9.5% del total mundial.
Sus principales destinos de exportación son la UE, EE.UU., Japón, los
países de la ASEAN1 y la región administrativa especial de Hong Kong. Sus
importaciones provienen de Corea del Sur y Taiwán porque están com-
puestas por partes de productos industriales que arma y reexporta.
China también es el primer destino de la inversión externa directa,
superando a Estados Unidos y paralelamente ya es una de las principales
fuentes de ese tipo de inversión en el mercado mundial.
El impacto de la expansión China sobre el mercado, y en particular so-
bre los vendedores de alimentos y materias primas fue también explosivo.
En pocos años, China se convirtió en uno de los principales consumidores
mundiales de varios productos primarios, tanto agrícolas como minerales
y acaba de alcanzar el primer puesto de los importadores de energía, sobre-
pasando a Estados Unidos antes de lo que habían previsto las proyecciones
de organismos internacionales.
El país asiático es el principal consumidor mundial de productos ex-
portados por América Latina, como trigo, soja, arroz y carne, y el segundo
consumidor de maíz.
En alimentos, la demanda china no es coyuntural porque China tiene
sólo el 7% de su superficie cultivable, lo cual lo convierte en un deman-
dante estructural y de largo plazo de alimentos.
Por otra parte, debido a que el gobierno planea reubicar a 400 mi-
llones de chinos hacia las ciudades en los próximos 25 años, la superficie
cultivable disminuye al ritmo de 2 millones de hectáreas al año, lo cual
reforzará su demanda de alimentos.
Pero las necesidades chinas se extienden más allá de los bienes prima-
rios. Como consecuencia del crecimiento, la pobreza se redujo del 97%,
en los años setenta, al 36% en la actualidad y debido a la mejora de los
ingresos la clase media china está en continuo aumento, en la actualidad
alcanza a 157 millones de personas y ya es más grande que la de los Esta-
dos Unidos. Según estimaciones de la CEPAL, hacia 2030, dos tercios de
la población de clase media en el mundo habitarían en la región de Asia-
Pacífico, en comparación con un 21% en Europa y América del Norte
(CEPAL, 2012-1).
Debido al incremento de sus compras y ventas, China es el principal
socio comercial de numerosos países.
En 2006, Estados Unidos era el principal socio comercial de 127 na-
ciones, comparado con 70 para China. En 2012, China era el principal
socio de 124 naciones y Estados Unidos de 76.
Actualmente, es el más importante mercado del mundo para celulares,
automóviles y otros bienes de consumo de sectores de ingresos medios y
medios altos. Es decir, se trata de un mercado de enorme potencial para
productos que puede ofrecer América Latina, más allá de los recursos na-
turales que vende actualmente la región.
Por su competitividad, China tiene un superávit comercial estructu-
ral. Por este motivo y por el ingreso de capitales de inversión, acumuló la
mayor pileta de reservas de divisas del mundo, de las cuales tiene el 30%.
Parte de esas reservas están invertidas en títulos del Tesoro de Estados Uni-
dos, del cual es el principal acreedor externo.
La disponibilidad de reservas le ha permitido convertirse en el inversor
internacional, en inversiones financieras y en inversión directa, y sus ban-
eos estatales y comerciales están teniendo una creciente expansión interna-
cional, como sucede especialmente en América Latina (lo cual se examina
en el capítulo dedicado a las relaciones entre la región y China).
El crecimiento chino es, por su rapidez y magnitud, y por su peculiari-
dad política (un capitalismo impulsado por un partido comunista) un he-
cho excepcional y sin precedentes. Pero el análisis del fenómeno chino no
puede hacerse al margen del fenómeno asiático. El protagonismo de China
en la economía y la política internacionales es parte de un fenómeno más
amplio: la conversión del Asia-Pacífico en el núcleo dinámico del vitalismo
contemporáneo: se trata de un "crecimiento en red" que se retroalimenta
con el aumento del poder de compra y de las capacidades tecnológicas de
un grupo de economías dinámicas que mantienen entre ellas un alto nivel
de comercio.
El comercio intrarregional del Asia-Pacífico supera el 60%, es más
alto que el de la Unión Europea y está formado básicamente por productos
industriales.
El análisis de la historia del desarrollo asiático y de sus características
es fundamental en varios sentidos:

- en primer lugar para comprender el sentimiento de reivindicación de


las élites asiáticas ante el Occidente que agredió y colonizó sus países
durante siglos;
- en segundo término, para comprender que la historia económica chi-
na es parte de un sendero abierto por Japón en el siglo XIX y seguido
por otros países de la región y,
- en tercer lugar, para contrastar el proceso de industrialización de los
asiáticos y sus asociaciones económicas basadas en la inversión; y la
tecnificación, con la historia latinoamericana, dominada por el retraso
técnico, la elevada dependencia de recursos naturales de cotizaciones
fluctuantes, la pobre participación en el comercio mundial y el atasca-
miento o fracaso de sus proyectos de integración.

Finalmente, hay que tener en cuenta que el crecimiento acelerado de la


economía china no está garantizado. En los años posteriores al estallido
de la crisis mundial, en 2008, el incremento del PBI se redujo incluso
por debajo de los objetivos oficiales y la economía china presenta impor-
tantes desbalances financieros, ecológicos y sociales que pueden afectar
el desempeño futuro. Se trata de una perspectiva que es necesario incor-
porar en las evaluaciones sobre el desempeño futuro de las economías
latinoamericanas que tienen en China y Asia su principal mercado de
exportación.
De todos modos, como se explica más adelante, los organismos inter-
nacionales y analistas privados consideran que Asia, y China como parte
sustancial de ella, seguirán creciendo a tasas superiores a las de los países
más desarrollados y que la región seguirá siendo el núcleo dinámico del
capitalismo contemporáneo y que, si esta tendencia se mantiene, con el
tiempo se pondrá a la par de las potencias occidentales actualmente hege-
mónicas.

El viaje (armado) del capitalismo al Asia

Como una paradoja de la historia, el primer despertar económico de Asia


fue provocado por la agresión del imperialismo occidental.
La expansión del capitalismo europeo y estadounidense se apoyó en
la colonización y la conquista territorial a lo largo de siglos y en todo el
planeta, incluyendo, por supuesto, el Asia.
La India fue progresivamente ocupada y colonizada por Gran Bretaña
e incorporada a su Imperio a mediados del siglo XIX, mientras China y Ja-
pón fueron obligados a abrir sus puertos al comercio extranjero y sufrieron
la ocupación de parte de sus territorios.
Los puntos más importantes de esa avanzada fueron las Guerras del
Opio contra China.
En 1842, tras la primera Guerra del Opio, Gran Bretaña pudo impo-
ner al Imperio Chino el Tratado de Nankin, por el cual el país occidental
obtuvo la apertura de los puertos chinos al comercio y la administración de
la ciudad de Hong Kong, que mantendría por 155 años.
En la segunda Guerra, que comenzó en 1856, participaron, junto, a
Gran Bretaña, Francia, el Imperio Ruso y la nueva estrella ascendente del
capitalismo, Estados Unidos.
La guerra terminó con 1860 con una nueva y más extendida lista de
concesiones económicas y religiosas a las potencias vencedoras.
Las Guerras del Opio son, en la memoria histórica china, recuerdos de
agresión y humillación por parte de Occidente y llamados de alerta sobre
la necesidad de fortalecimiento económico y militar de la potencia ahora
emergente.

Carlos Marx y el atractivo del mercado chino


En el tercer tomo de El Capital, Marx explica que " e n 1843, la
guerra del opio abrió al comercio inglés el mercado de China. El
nuevo mercado brindaba una nueva coyuntura para la expansión
que se hallaba ya en pleno auge, sobre todo la de la industria algo-
donera. 'Jamás podríamos llegar a producir con exceso, teniendo
300 millones de hombres que vestir', decía al autor de estas líneas,
por aquellos días, un fabricante de Manchester" (Marx, 1973, tomo
III: 388).

Un episodio significativo de la penetración occidental y de enormes conse-


cuencias para el Asia Pacífico y el mundo fue la incursión estadounidense
en la bahía de Edo en 1852, actual Tokio, con el objetivo de abrir los puer-
tos nipones ai comercio con Estados Unidos.
En ese momento Japón era un país económicamente cerrado y con
un sistema político atomizado entre los señores feudales -shogunes—, en el
cual el Emperador no tenía poder real.
Con la persuasión de los cañones, en 1856 Japón firmó un Tratado
de Amistad por el cual accedía a la apertura de sus puertos a las mer-
caderías estadounidenses, fijaba bajos aranceles aduaneros con control
internacional y concedía el derecho de extraterritorialidad a residentes
extranjeros.
La incursión estadounidense provocó un enorme trauma y una parte
de la inteligentzia japonesa advirtió que si el país no se estabilizaba políti-
camente y no modernizaba su economía sería una presa fácil y perpetua
de las potencias occidentales. La experiencia del infortunio chino jugó un
papel en esas reflexiones.
En 1868 un grupo formado por intelectuales y militares respondió a
esa realidad y puso en marcha una revolución que se denominó la Restau-
ración Meiji, y que consistió en disolver el sistema del shogunato y unificar
el mando político del país restaurando el poder del emperador, en ese mo-
mento miembro de la familia Meiji.
En este contexto, Japón desplegó una política de desarrollo económi-
co orientado por el Estado y basado en la promoción de las exportaciones
y la industrialización y tecnificación.2
En la Segunda Posguerra, Japón había alcanzado un importante nivel
de industrialización y por su ubicación en la frontera de la URSS y de la
China comunista ocupaba un lugar estratégico para los intereses occiden-
tales.
En ese contexto el gobierno japonés lanzó una nueva política de desa-
rrollo económico basado en la sustitución de importaciones y de exporta-
ciones, es decir, en la incorporación de nuevas industrias, ascendiendo en
la escala tecnológica, y en la ampliación de la oferta exportadora desde los
textiles, en los que tenía mayores ventajas comparativas, hacia las manufac-
turas basadas en mano de obra barata y, luego, hacia la industria pesada, la
automotriz y la tecnológica.
El modelo de desarrollo industrial japonés fue seguido por otros paí-
ses asiáticos, principalmente Taiwán y Corea del Sur, en lo que se llamó
la formación de vuelo de ganso: un triángulo volador dirigido por Japón
y seguido por otros países que serían llamados Tigres Asiáticos o, menos
romándcamente, Países de Industrialización Reciente (NICs, como se los
conoció durante décadas: New Industrialized Countries).
La formación estaba integrada por Taiwán, Corea del Sur y otros
miembros menores pero no menos dinámicos, como las ciudades-estado
Singapur y Hong Kong; Taiwán comenzó su despegue en la década del
cincuenta.
Estos países, con diferencias de instrumentos y procedimientos, des-
plegaron políticas de industrialización y tecnificación de sus producciones
y exportaciones, que les permitieron pasar de economías atrasadas y depen-
dientes de la mano de obra barata o y los recursos naturales, a economías
industrializadas y competitivas en las líneas de productos más avanzados
del mercado mundial.
Robert Wade, especialista en desarrollo asiático, opina:

Los gobiernos de Taiwán, Corea y Japón, no tanto eligieron ga-


nadores como que los fabricaron. Los hicieron creando un amplio
ambiente conductivo a la viabilidad de las nuevas industrias —es-
pecialmente moldeando la estructura social de inversión para
estimular la inversión productiva y desalentar la improductiva, yj
controlando los parámetros claves de las decisiones de inversión:
para tener mayor predecibilidad-. Los instrumentos incluyeron!
protección para modular la competencia internacional, restric-i
ciones en salida de capital para intensificar la reinversión en el
territorio nacional y promover la exportación de mercaderías mási
que la de capital (Wade, 2004: 334). .j

Un punto común en las experiencias de rápido desarrollo asiático, desde el


Japón de la Restauración Meiji hasta la China contemporánea, es el énfasis
de los gobiernos en la educación y en el gasto en Investigación y Desarrollo
tecnológico.
Un resultado de ese camino es que las universidades y estudiantes de
países asiáticos más desarrollados aparecen en los primeros lugares dell ran-
king de calidad educativa y rendimiento escolar.
Por otra parte, el gasto en Investigación y Desarrollo de los países asiá-
ticos aumentó más rápido que su PBI y el número de patentes reconocidas
por Estados Unidos a inventores extranjeros también aumentó en rubros
como computadoras, maquinaria industrial, radio y televisión, equipo
eléctrico y de comunicaciones, vehículos de motores, aeroplanos y otros.

China, la historia

El ascenso de la economía China comenzó en 1978 con las reformas de


Deng Xiaoping, que puso al país en la senda de crecimiento iniciada por
otros países asiáticos.
"Los sistemas de organización de la producción, verticalmente inte-
grados y de gran escala, sobre los cuales se basaba la potencia exportadora
del Japón industrial y la vecina Corea del Sur", sostienen dos especialistas
en el tema, "fueron ampliamente estudiados para ser aplicados en una es-
cala sin precedentes por China" (Moneta y Cesarín, 2012: 35).
En 1978, el líder chino3 lanzó su programa de las Cuatro Moder-
nizaciones (Agro, Defensa Nacional, Industria y Ciencia y Tecnología).
Como parte del mismo se creó uno de los instrumentos fundamentales de
su política de crecimiento en las primeras décadas: las Zonas Económicas
Especiales (ZEE) en la costa sur de China, cerca de Hong Kong de Taiwán,
tres de ellas en Guangdong, la provincia que atrajo la mayor cantidad de
capital extranjero y la de mayor desarrollo capitalista en China.
Las empresas de las ZEE reciben beneficios como exención de impues-
tos en las producciones destinadas a la exportación, alquiler de terrenos
estatales (que permanecen en poder del Estado chino), facilidades para
importar insumos y partes destinadas a la producción exportable así como
garantías de que estarán provistas de mano de obra.
Pero en la primera mitad de los años noventa la política de atracción
de inversión extranjera se amplió hacia otras zonas del país y en la actuali-
dad se encuentran en más de 500 ciudades.
Las Zonas se convirtieron, además, en un atractivo para los chinos
residentes en Hong Kong, Taiwán y en otros países donde las comunida-
des chinas son muy emprendedoras y tienen un gran protagonismo en la
actividad económica, como sucede en Singapur o Indonesia.
Se estima que la mayor parte de las exportaciones y la mitad del PBI
del país se genera en las industrializadas ZEE.
En 1978, año de inicio de las Zonas, China exportaba sólo 10.000
millones de dólares. Cuando las Zonas cumplieron 30 años, la cifra había
trepado a los 1.400.000 millones (1,4 billones) es decir, se habían multipli-
cado por 140. En 2012 las ventas externas chinas llegaron a los 2 billones
de dólares.
La estrategia exportadora tuvo el objetivo de conseguir divisas para
financiar el programa de desarrollo económico.
Cuando ingresó a la Organización Mundial del Comercio, en 2001,
China debió adaptar el régimen a las normas de la Organización, las cuales
no admiten sistemas de promoción especiales. Sin embargo las Zonas si-
guieron creciendo, en parte por su propio impulso porque ya concentraban
empresas dinámicas y eran foco de atracción para la mano de obra, pero
en pane también porque los gobiernos regionales y municipales siguieron
inyectando subsidios y protección de diversos tipos para atraer o retener las
inversiones de empresas locales y extranjeras.
En 1992, Deng Xiaoping dio el respaldo definitivo a las reformas eco-
nómicas, con una gira de inspección del sur, un viaje en el que visitó las
zonas económicas de mayor crecimiento económico del delta del Río de las
Perlas y de Shanghai, en las cuales se desarrollaban las primeras etapas de
la liberalización económica. En ese momento, Deng lanzó su provocativa
consigna "enriquecerse es hermoso", destinada a legitimar la actividad de
los empresarios privados. Fue un eco de la consigna "campesinos, enri-
queceos" lanzada en 1923 por el dirigente soviético Mijail Bujarin, quien
consideraba que era necesario permitir que los campesinos obtuvieran ga-
nancias como estímulo para que aumentaran su producción.4
La confirmación de la política económica reformista y de apertura de
los mercados aumentó la confianza de los inversores y la economía alcanzó
tasas de crecimiento económico sin precedentes. En ese año de 1992 el
crecimiento del producto bruto creció un 14% y en los años siguientes un
10% o más.

Cronograma de principales hitos de la relación de China


con Instituciones Internacionales
1980, reincorporación al Banco Mundial y al FMI.
1984, China inicia sus contactos con el Banco de Pagos Internaciona-
les de Basilea
1985, incorporación al African Development Bank.
1986, ingreso al Asian Development Bank.
1994, reforma del sistema cambiarlo, estableciendo un mercado cam-
biado interbancario unificado.
Diciembre de 1996, aceptación formal del articulo 8 del Acuerdo
sobre Monedas Internacionales y Fondos del FMI; aceptación de la
convertibilidad del RMB. 5
2001, ingreso a la Organización Mundial de Comercio ( O M C ) .
2008, ingreso al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Fuente: Central Financial W o r k Commission. Ministry of Finance of


the People's Republic of China.

Ingreso a la OMC: el comunismo por el libre comercio

El 11 de diciembre de 2001, China ingresó a la Organización Mundial


de Comercio (OMC), a partir de lo cual debió resignar paulatinamen-
te muchos programas de intervención que había utilizado por décadas y
adaptarse a las reglas del mercado privado. La contrapartida de esa renun-
cia fue beneficiarse con un mejor acceso a los mercados occidentales: los
países que la reconocen como economía en transición tienen todavía la
posibilidad de imponer restricciones a las importaciones chinas, pero los
que ya la reconocen como una economía de mercado (como es el caso de
Argentina y Brasil) tienen que tratarla como un socio más de la OMC y
utilizar esas restricciones, como las medidas antidumping, cumpliendo los
requisitos de la OMC, a riesgo de ser demandados en la Organización o
sufrir medidas de represalia.
China se comprometió, en un primer escalón, a abrir su sector de
servicios y el agrícola a la competencia externa y luego el sector manufac-
turero.
Paralelamente, la China socialista es una paxte híper activa de la libera-
lización del comercio mundial. Además de su participación en los acuerdos
de liberalización y cooperación intra-asiáticos, como el Tratado de Libre
Comercio China-ASEAN, participa en Tratado de Libre Comercio con
Chile, Costa Rica, Perú, Consejo de Cooperación del Golfo (integrado por
Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Uni-
dos), Pakistán, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Islandia, Noruega y
SACU (South African Customs Union/Unión Aduanera de África del Sur,
integrada por Sudáfrica, Botsuana, Lesoto, Namibia y Suazilandia).
Tiene también acuerdos de asociación económica con Hong-Kong y
Macao, TLC en negociación con India, Corea del Sur y Suiza y un proyec-
to de TLC China-Japón-Corea del Sur.

China según el Banco Mundial

Debido a su crecimiento elevado y sostenido en el tiempo, la participación


del PBI chino en el mundial pasó del 3% en 1980, apenas iniciadas las
transformaciones de Deng Xiaoping, al 10% en 2014.
Según un estudio del Banco Mundial sobre las perspectivas del desa-
rrollo chino, los cambios que posibilitaron una convergencia significativa
de China con las principales potencias occidentales fueron:

1) Liberalización y promoción de empresas privadas en sectores conside-


rados no estratégicos, atendiendo gradualmente al dictado del merca-
do ("para cruzar el río, hay que sentir las piedras y orientarse en con-
secuencia").
2) Armonización del crecimiento, inflación y estabilidad social. Entre los
años 1985 7 1990, la inflación anual en China coqueteaba siempre
con el 10% (mientras que su PIB real apenas llegaba al 4%).
3) Incentivos a la competencia entre todas las regiones del país.
4) Eliminación de barreras dentro del mercado nacional (si bien aún
existen limitaciones serias al libre movimiento de trabajadores por
culpa del empadronamiento permanente en las provincias de origen o
hukoti).
5) Integración en la economía mundial, poniendo punto final a un histo-
rial económico marcado por el aislamiento permanente. Desde 'que
China se incorporó a la Organización Mundial del Comercio en 2001,
el volumen de su comercio exterior se ha multiplicado por cinco
(World Bank, 2012).

Paralelamente, China se convirtió en el primer exportador mundial é in-


crementó sustancialmente su participación en el comercio mundial supe-
rando a la de Estados Unidos y a América Latina.
Las estadísticas de la Organización Mundial del Comercio muestran,
también, el avance y retroceso europeo y el retroceso de Argentina y Amé-
rica del Sur en el mercado de exportaciones.

!
i
Participación en las exportaciones mundiales,
por países y regiones, 1948-2013 (%).

País/región 1948 1993 2013


Estados Unidos 21,7 12,6 8,6
Europa 35,1 45,3 36,3
Asia 14,0 26,0 31,5
China 0,9 2,5 12,1
América del Sur y Central 11,3 3,0 4,0
Argentina 2,8 0,4 0,4
Brasil 2,0 1,0 1,3

Fuente: Organización Mundial del Comercio. Comercio Internacional 2014.

El trabajo barato, pero también la educación y la tecnología

En una primera etapa, y hasta no hace mucho, el crecimiento chino se


basó en el aprovechamiento de una mano de obra que, por abundante y
disciplinada, era muy barata. Pero, lejos de descansar en esa "ventaja com-
parativa" natural, el gobierno chino impulsó el desarrollo tecnológico de su
producción y sus exportaciones.
Después de un período de sustitución de importaciones (1978-2001),
China inició una agresiva y activa política de apertura comercial en el sector
industrial, con el objetivo de abaratar los productos industriales destinados
a la manufactura local que trabaja para el mercado interno y la exportación.
Según un estudioso de la economía china, el país ha realizado im-
portantes avances en el desarrollo y la incorporación de tecnología a sus
producciones y exportaciones y, si bien todavía está muy atrás de Estados
Unidos, Japón, Corea y varios países europeos, está teniendo rápidos avan-
ces en ramas que el Gobierno ha priorizado, como telecomunicaciones e
industria automotriz (Dussel Peters, 2012).
China dedica a la inversión en Investigación y Desarrollo tecnológico
un 1,7% de su PBI, una suma por debajo de los otros países asiáticos, de la
de Estados Unidos y también algo por debajo de la de la Unión Europea,
pero muy superior a la de América Latina, que no llega al 1% del PBI.
China, sostiene otra investigación sobre el tema, tiene "una compleja
red de políticas -instrumentos y evaluación- en los diversos niveles del
sector público: existen cientos de políticas de fomento al sector público,
incluyendo Ciencia y Tecnología, Inversión Externa Directa y de Inversión
Directa china en el exterior. China presenta una estrategia relativamente
coherente y sistémica' de apoyo al aparato productivo con una perspectiva
de corto, mediano y largo plazo" (Bittencourt, 2012: 28).
La combinación de iniciativa privada con soporte estatal provocó un
aumento sustancial de la productividad de todos los factores de la produc-
ción, sobre los que se apoya la competitividad internacional de China, en
la producción y los servicios.
Según la CEPAL (2012-1), la productividad total de factores de Chi-
na ha crecido sostenidamente en los últimos años producto de las reformas
económicas y la absorción de nuevas tecnologías. Paralelamente, los sala-
rios han crecido más que la productividad, lo cual, sumado a la apreciación
del renminbi, ha resultado en un aumento de su costo laboral unitario que
se acerca al nivel del mexicano.
El 16 de marzo de 2007, la Asamblea Nacional Popular de China
dio un importante paso hacia la economía de mercado reconociendo, por
primera vez, la propiedad privada mediante una ley, ampliamente debatida
durante 13 años.
En noviembre de 2013, el Comité Central del PCCh anunció una nue-
va ola de reformas destinadas a mejorar la producción y la competitividad
ampliando el campo de la propiedad privada y de las reglas de mercado.
China, a la vanguardia en supercomputación
Un ejemplo significativo del avance tecnológico chino es el que tiene
lugar en la supercomputación. En junio de 2013 el supercomputador
del Centro Nacional de Supercomputación de Guangzhou, llamado
Milky Way2, duplicó el desempeño del supercomputador Titán, del
Ministerio de Energía de Estados Unidos, con un rendimiento de 55
petaflops, equivalentes a 55.000 billones de operaciones por segundo.6
Se espera que China sea el primer país que desarrolle los sistemas
a exaescala, capaces de procesar un trillón de operaciones por segun-
do, compitiendo en una carrera en la que participan EE.UU., India,
Japón y Rusia.

China ante la inversión extranjera: atraer capital


y tecnología para competir

La política de inversión externa china, como la que han seguido anterior-


mente otros países asiáticos que se industrializaron, ha jugado un papel
central en la incorporación de tecnología y, en ese sentido es un ejemplo a
tomar en cuenta por los países latinoamericanos.
La inversión externa fue admitida en un primer momento en las Zo-
nas Económicas Especiales creadas en 1978 por Deng Xiaoping, como
parte de su programa de las Cuatro Modernizaciones (Agro, Defensa Na-
cional, Industria y Ciencia y Tecnología).
Como se vio más arriba, el sistema estableció una serie de beneficios
para inversores extranjeros, pero, como contrapartida, el gobierno exigió la
transferencia de tecnología, la cual fue progresivamente absorbida por las
empresas estatales chinas. De este modo, en pocas décadas, muchos pro-
ductos, elaborados con tecnología extranjera o armados en China en base
a partes importadas, comenzaron a ser fabricados por empresas locales. La
aparición de marcas mundiales exitosas como las productoras de electróni-
cos Lenovo, Huawei o HTC son un resultado de esa política.
Un dato fundamental a tener en cuenta es que la transferencia, la
copia o la compra de tecnología no pueden tener resultados si el país que
las aplica no está preparado con sus propias capacidades profesionales y
políticas macroeconómicas. Por eso, China se capacitó para absorber tec-
nología con un enorme esfuerzo educativo consistente en el desarrollo de
sus universidades y centros tecnológicos y el envío de miles de estudiantes
al exterior para hacer carreras de economía,, administración de empresas,
ingeniería y otras vinculadas con la ciencia y la tecnología.

La tecnificación de las exportaciones


• j
China, al igual que los países asiáticos de rápido crecimiento, no sólo pro-
movió la sustitución de importaciones sino la de las exportaciones j que
fueron incorporando valor agregado y ampliando su mercado.
Un análisis del Wall Street Journal, afirma que "un componente central
de la estrategia china son las políticas que ayudan a las empresas estatales a
acceder a tecnología de punta y administran el tipo de cambio para bene-
ficiar a los exportadores".7
Como consecuencia de la política de promoción y tecnificación de las
exportaciones, en las últimas décadas las ventas externas de China pasaron
de estar dominadas por los productos de bajo contenido tecnológico y
mano de obra intensiva a tener una creciente participación de productos
de mayor contenido tecnológico.
Según el informe estadístico de 2014 de la UNCTAD, el organismo
de la ONU para el comercio y el desarrollo, la participación de los produc-
tos manufacturados en las exportaciones chinas, pasaron del 88% en 1995
al 92% en 2013 (UNCTAD, 2014).
Un análisis más detallado realizado por un especialista de la CEPAL,
muestra que, en el período 1990-2009 las exportaciones de tecnología alta
pasaron de representar el 5% del total de las ventas, al 42% del total níien-
tras que las de tecnología media y baja, y las manufacturas basadas en
recursos naturales, retrocedieron progresivamente. Y, destacadamente, la
participación de las materias primas en las exportaciones chinas se redujo
del 23% del total en 1990 al 5% en 2009 (Rosales, 2010).
Otra estadística más reciente, también de la UNCTAD, confirma el
escenario: un aumento en la participación de las manufacturas y, dentro
de estas, un retroceso de las basadas en mano de obra intensiva y; un
incremento de la participación de las exportaciones de mayor contenido
tecnológico.
i
Evolución de las exportaciones chinas según componente tecnológico.

Participación Participación
Rubro exportador en las exportaciones 2002 en las exportaciones 2011
Manufacturas 89% 93%
M de Obra intensiva
basada en rec. naturales 33% 25%
Tecnología débil 9% 12%
Tecnología mediana 17% 20%
Tecnología alta 30% 36%
Otros productos 11% 7%
Total 100% 100%

Fuente: UNCTAD.8

Además, las exportaciones chinas, especialmente las de productos de ma-


yor valor agregado están, cada vez más, en manos de empresas privadas
locales y extranjeras.
Las empresas estatales, que a inicios del siglo XXI tenían la mi-
tad de las exportaciones, redujeron su participación al 20% en 2009,
mientras que las empresas privadas las aumentaron del 5% al 30% y
las controladas por inversiones extranjeras, del 25% al 40% (Dussel
Peters, 2012).
Esto significa que la competitividad china depende cada vez menos de
los apoyos y protecciones de los estados nacionales o locales, y más de la
capitalización y la tecnificación de las empresas y de las capacidades admi-
nistrativas y comerciales de los empresarios. Se trata, por lo tanto, de una
competitividad más sólida y sostenible en el tiempo.
El avance en la tecnificación de la producción y las exportaciones
chinas se mantendrá en el futuro previsible. El 12° Plan Quinquenal
2011-2015, tiene el objetivo de promover un crecimiento más balancea-
do y sustentable. Uno de sus objetivos es aumentar la competitividad de
la economía china en todos sus sectores, con un fuerte énfasis en el in-
cremento de la productividad a través de la ciencia y la tecnología (prevé
un aumento del gasto en innovación y desarrollo al 2,2% del PBI y en el
número de patentes registradas), la mejora en la calidad de las industrias
tradicionales, el estímulo al desarrollo de las industrias de alta tecnología
y la expansión de la infraestructura.9
Este es un dato relevante para América Latina en dos sentidos: en
términos comparativos, porque muestra un proceso de acercamiento a
las franjas más modernas, dinámicas y competitivas de la producción y
de la oferta exportadora, ante la cual palidece el estancamiento o incluso
el retroceso del componente industrial y tecnológico de las exportaciones
latinas.
En términos prácticos, porque el "up grading", el ascenso tecnológico
de las ventas chinas es una creciente amenaza para las industrias latinoa-
mericanas más complejas tanto en los mercados de los países productores
como en terceros países, como se explica en el capítulo dedicado a las
conclusiones.

Los límites del crecimiento: el problema ambiental

China no sólo destaca por su contribución al crecimiento económico


mundial, sino también por su contribución a la contaminación.
La estrategia de crecimiento cuantitativo acelerado se apoya en el uso
extensivo de recursos naturales locales y externos, lo que incluye la utili-
zación masiva del carbón como combustible. Y, por el tamaño de la eco-
nomía y el ritmo de su crecimiento, China se ha convertido, con Estados
Unidos, en una de las principales fuentes de contaminación ambiental del
planeta: es el segundo país en emisiones de dióxido de carbono y es sede de
16 de las 20 ciudades más contaminadas del planeta.
En su territorio, el modelo de crecimiento conduce a niveles de so-
breexplotación de recursos que comprometen la sustentabilidad de la
explotación. Paralelamente, las inversiones masivas en infraestructura y
vivienda, tienen impactos muy fuertes en los lugares donde se instalan,
como sucede especialmente en mega emprendimientos hidroeléctricos que
requieren inundaciones de enormes áreas geográficas con grandes despla-
zamientos de poblaciones.10
El patrón de desarrollo chino, sostiene el citado análisis del Banco
Mundial, ha causado una tensión considerable en el medio ambiente, en
la tierra, el aire y el agua, y ha puesto crecientes presiones sobre la dispo-
nibilidad de recursos naturales. Por eso, sostiene, el desafío del Gobierno
chino es buscar nuevas fuentes de crecimiento adoptando un modelo de
crecimiento verde (World Bank, 2012).
La dirigencia ha tomado en cuenta ese desafío: el 12o Plan Quinquenal
(2011-2015) de China proyecta el crecimiento de las industrias nuevas que
incluyen las que preservan el medio ambiente, las de maquinaria avanzada,
nuevas tecnologías de la información, energías renovables, nuevos materia-
les y automóviles con nuevas energías, previendo que su participación en
el PBI pasará del 5% que abarcaban al momento de realizarse el Plan, a un
8% en 2015 y al 15% en 2020.

Objetivos del 12° Plan Quinquenal de China, 2 0 1 1 - 2 0 1 5


- Crecimiento medio de 7 , 5 % del PBI.
- Aumento del consumo de las familias, especialmente de las más po-
bres.
- Aumento de 4 puntos porcentuales en la participación del sector servi-
cios en el PBI, por el desarrollo de segmentos de alto valor agregado.
- Mantención de la estabilidad de precios.
- Aumento de la innovación, incrementando los gastos de l & D al 2 , 2 %
en relación al PBI.
- Expansión de la eficiencia energética y de utilización de energía lim-
pia.
- Producción de 540 millones de toneladas de granos anuales.
- Aumento y mejora de los servicios públicos urbanos y rurales.
- Aumento del 1 3 % anual del salario mínimo (Se trata de una proyec-
ción de aumento de salario mínimo real del orden del 1 0 % anual.
Nota del autor).
- Ampliación del régimen de pensiones para cubrir a todos los residen-
tes rurales y 357 millones de residentes urbanos, y
- Construcción y renovación de 36 millones de departamentos y casas
de familias de bajos ingresos.

Going Global: la Inversión Directa de China en el exterior

En 1999, cuatro años después de iniciada la reforma modernizadora del sis-


tema financiero de 1995, el gobierno chino lanzó una iniciativa para pro-
fundizar el desarrollo de las empresas nacionales y la globalización de su
particular capitalismo dirigido: se trata de la política de "Going Global" por
la que promueve las inversiones de las empresas de su país en el exterior.11
Debido a la expansión de las inversiones externas y a los préstamos al
exterior, la cuenta corriente china ha dejado de ser superavitaria para llegar
al equilibrio.
La promoción de la inversión externa se explica por tres grandes factores:

- en primer lugar, la inversión en el exterior es posible por la enorme


pileta de divisas acumulada por China en sus décadas de superávit
comercial y atracción de inversiones externas;
- en segundo término, es posible porque las empresas chinas alcanzaron
un alto grado de competitividad por su maduración tecnológica tanto
en el aspecto productivo como de gestión. Las empresas invierten en
forma individual o en asociación con empresas de otras nacionalida-
des y profundizan su participación en las cadenas productivas globales
(Moneta y Cesarín, 2012);
- en tercer lugar, la estrategia de salir al exterior es parte de la búsqueda
china de recursos naturales para sustentar su crecimiento: las inversio-
nes, como se verá, se dirigen principalmente a ese rubro;
- además, y como parte de la ganancia de competitividad y calidad de
productos, muchas empresas chinas se lanzan a la imposición de sus
marcas en el mercado mundial;
- finalmente, las empresas chinas, como las de cualquier otro país, in-
vierten para fabricar y vender directamente en mercados externos, elu-
diendo las restricciones comerciales que China afronta muy frecuente-
mente en sus exportaciones industriales y tecnológicas.

Hasta los años noventa China devolvía al mundo las divisas ganadas' con
su comercio a través de las compras de bienes y servicios y, en el canal
financiero, con la compra de títulos de deuda emitidos principalmente
por Estados Unidos. (Motivo por el cual China es el principal tenedor de
bonos del Tesoro de ese país y su principal acreedor externo.)
Para estimular a las empresas a colocar su dinero en el exterior, el
gobierno chino dispuso una serie de "incentivos materiales", para utilizar
el viejo término de los sistemas de planificación económica socialistas.
Los principales incentivos lanzados a partir de 1999 fueron las re-
ducciones de impuestos y el financiamiento en condiciones preferencia-
Ies de las entidades financieras oficiales, principalmente el EximBank de
China.
Como parte de esa política, las empresas que invierten en el exterior
no tienen restricciones para la compra de divisas y, desde 2008 la Co-
misión Reguladora Bancaria de China permitió que bancos comerciales
financiaran directamente todo tipo de adquisiciones y transacciones en
el exterior.
Más aún, las propias instituciones financieras, como la China In-
vestment Corporation decidieron invertir parte de sus activos, de alred-
edor de u$s 200.000 millones, en el exterior.
Paralelamente, China se empeñó en promover tratados bilaterales de
inversión con sus principales socios comerciales en forma aislada o como
parte de los tratados de libre comercio que también está firmando con
avidez, como lo hizo con Chile y Perú.
Según la estadística de la UNCTAD (2014), el monto de inversión
externa directa anual de China se multiplicó por 110 desde el año 2000
hasta 2013 y por 8 desde 2005.
En 2000, el flujo de inversión externa china equivalió al 2% del
flujo de inversión externa de otros países en China. En 2013 ese porcen-
taje se elevó al 80%. Es decir, China ya está invirtiendo en el exterior casi
tanto como lo que otros países invierten en su territorio.
Según la estimación de Un especialista mexicano, la participación
de la inversión externa china en el PBI de su país pasó de un porcentaje
insignificante en 1990 (1%) al 2,3% en 2000, para llegar al 5% del PBI
en 2010, es decir, se duplicó en términos del PBI cada diez años (Dussel
Peters, 2013).
Las principales empresas inversoras son las grandes firmas estatales
de las provincias más desarrolladas y el principal destino de sus inver-
siones externas es... China: en la primera década del siglo XXI, Hong
Kong, la recuperada colonia británica, recibió el 27% de la inversión
externa china.
El segundo destino es América Latina, con el 11 % del total, seguida
de Canadá y Australia, países de grandes recursos mineros, y Estados
Unidos.
Inversión Externa Directa, en China y desde China hacia el exterior.
Flujo anual en miles de millones de dólares.

Planes de mega inversiones de China

En tiempos más recientes, China profundizó la estrategia de garantizar su


abastecimiento de recursos naturales y de promover sus empresas en el ex-
terior con una serie de planes de mega inversiones en Asia, África, Europa
y América Latina.
Las iniciativas más destacadas de inversión chinas en el mundo son:

- Asian Infrastructure Investment Bank (AIIB)


Lanzado en octubre de 2014 con un fondo de u$s 100.000 millo-
nes en el cual participan, además de China, 45 países de Asia Pacífico,
Asia Central y África.
Brasil es el único país latinoamericano que figura como miembro
fundador aportando capital.
El AIIB tiene el propósito de competir con el Banco Mundial y el
FMI dominados por los países occidentales, y el Asian Development
Bank (ADB), dominado Japón, su principal contribuyente, en la pro-
visión de crédito para infraestructura en países periféricos y también
en industrializados.
Estados Unidos se opuso abiertamente a que países occidentales y
asiáticos aliados se sumaran a la iniciativa china, pero sin éxito. Gran
Bretaña, Alemania, Francia, Australia y Corea del Sur, entre otros,
adhirieron al AIIB. Inclusive Taiwán negocia su incorporación como
miembro del Banco.
Un aliado tan cercano de Estados Unidos como Gran Bretaña,
también anunció su propósito de promover la inversión de capita-
les chinos en un área estratégicamente tan sensible como la tecno-
logía nuclear de última generación y su intención de convertir a
Londres en la primera base de clearing de operaciones en yuanes
fuera de Asia.
- Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICs. (NBD BRICs. Brasil, Ru-
sia, India, China y Sudáfrica)
En su quinta cumbre de julio de 2014, en la ciudad de Fortaleza,
el grupo anunció la creación de un banco de desarrollo que tendrá por
objetivo el financiamiento de infraestructura. Tiene un capital sus-
cripto inicial de u$s 50.000 millones aportado por partes iguales por
sus cinco fundadores. El primer aporte será de u$s 2.000 millones por
cada socio a realizarse en el lapso de siete años.
Los BRICSs pretenden, con las palancas del financiamiento chino,
montar una fuente de financiamiento que compita con los organismos
multilaterales muy influenciados por las potencias centrales: sus miem-
bros recuerdan que, representando un cuarto de la economía mundial,
tienen poco más del 10% de los votos en el FMI.
- Mega proyectos de inversión en Asia-África-Europa
En su zona de influencia más próxima y en proyección hacia Asia
Central, África y Europa, China despliega una serie de mega proyectos
de inversión que se articulan con la densa red de acuerdos de liberali-
zación comercial que también impulsa.
Los principales son los vinculados a la construcción de una nueva
Ruta de la Seda:
- Silk Road Economic Belt (SREB), proyecto anunciado en octubre de
2013, para la construcción de rutas y ferrocarriles en la zona de la
antigua Ruta de la Seda a través de Asia, Oriente Medio y Europa
Oriental y Occidental.
Una de las conexiones más significativas de la SREB es la que une
las ciudades del interior Chonghing y Ywo con Duisburg de Alemania
y Madrid respectivamente.
El transporte ferroviario a larga distancia es más caro y con menos
capacidad de carga que el marítimo y sólo es rentable en mercaderías
de alto valor, pero también establece una vía de transporte alternativo
ante cualquier eventualidad de obstáculos en el marítimo por. conflic-
tos regionales.
- Maritime Silk Road (MSR), presentado también en octubre de 2013 y
complementario del SREB, para construir infraestructura en costas que
tocan rutas marítimas que interesan a China y que incluyen el Mar del
Sur de China, el Océano del Pacífico del Sur y el Océano Indico.
En noviembre' de 2014 el gobierno chino anunció la creación de un
fondo de u$s 40.000 millones para el financiamiento de los proyectos.
La mayoría de los países involucrados en ambas Rutas forman par-
te del citado AIIB.
- Además de dinero, incursiones armadas: la expansión china no se li-
mita a la inversión de yuanes o divisas sino también al avance de su
armada en zonas marítimas que el país asiático considera de interés
estratégico por ser rutas comerciales que lo unen con otros socios o
por tener reservas de gas y petróleo.
En este renglón figura la incursión en el Mar del Sur, donde China
está construyendo infraestructura en aguas e islas reclamadas por Viet-
nam y Filipinas (archipiélagos Paracel y Spratly).

Plan para liberalizar el movimiento de capitales


i
El programa de expansión externa de China se complementa con el proyec-
to para la instalación de una Zona Piloto de Libre Comercio en Shanghai,
(China-Shanghai Pilot Free Trade Zone) que consistirá en la construcción
de cuatro centros de libre comercio en esa ciudad.
Esta iniciativa tiene la misión estratégica de explorar modelos de ad-
ministración moderna del gobierno en comercio e inversión en China y
avanzar en la apertura de la industria de servicios al exterior, lo cual incluye
los servicios financieros.
Los objetivos específicos de la Zona son:

- ampliar el uso internacional del renminbi, particularmente expandir


el uso del renminbi en el pago de importaciones chinas, pero mante-
ner bajo control el flujo de divisas;
- promover una liberación gradual de la cuenta de capital, aumentando
la convertibilidad de la moneda, pero proteger a los sectores domésti-
cos más vulnerables de las consecuencias que puede tener, como sali-
das inesperadas de capitales, movimientos indeseados en las tasas de
interés, que pueden aumentar por salida de capitales, o una valoriza-
ción del tipo de cambio por ingreso de capitales que puede provocar
pérdida de competitividad.

La Zona adquirirá progresivamente los estándares internacionales en ma-


teria de comercio e inversión con libre conversión de divisas y un contexto
legal asimilable al internacional.

China en el "desarrollo en red" de la fábrica asiática

China se incorporó al desarrollo capitalista a fines de los setenta, pero no


partió de cero: pudo hacerlo en un escenario en el que ya se había desa-
rrollado una red de inversiones y de comercio basado en las inversiones.
China se insertó, como socio privilegiado, en el fenómeno del desarrollo
en red de Asia.
¿Qué es "Asia"? Asia es una región en expansión y heterogénea en
términos físicos, sociales, políticos y económicos. Incluye algunas de las
economías más sofisticadas y competitivas, como Japón, Corea del Sur o
China, con otras de menor desarrollo e incluso países subdesarrollados con
economías frágiles.
Asia reúne una multitud de lenguas, religiones y sistemas políticos,
pero está vinculada con crecientes lazos de comercio e inversión.
Según un estudio del Banco de Desarrollo Asiático (ADB, según su
sigla en inglés), en 2050 Asia podría aportar más de la mitad del producto,
las inversiones y el comercio mundiales. Su PBI per cápita podría multipli-
carse por seis alcanzando el promedio que tiene Europa en la actualidad.
El asenso asiático será, como sucede en este momento, liderado por Chi-
na, India, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia y Tailandia (ADB; 2011).
En 2010 estos siete países tenían una población de 3.000 millones
de habitantes y el ADB espera que en 2050 reúnan el 45% del PBI
mundial.
Un dato de relevancia para el resto del mundo es que gran parte del
crecimiento de la población se producirá en las ciudades: según el ADB,
la población urbana pasará de ser el 41% de 2010 al 64% en 2050. Esto
significa miles de millones de nuevos consumidores con mayor poder
adquisitivo y una demanda de bienes y servicios más amplio y sofisticado
que el promedio actual.

El comercio intraindustrial basado en inversiones

El comercio basado en inversiones externas tiene un amplio desarrollo en


Asia. Se trata del intercambio de partes, insumos y los servicios tecnológi-
cos y financieros entre industrias de diferentes países, que fabrican para sus
mercados internos o la importación.
En las primeras décadas del desarrollo asiático, los principales socios
comerciales de la región fueron los mercados y los proveedores e inverso-
res occidentales, pero progresivamente, los países aumentaron el comercio
mutuo a partir de una cada vez más densa red de inversiones que se inició
en Japón, saliendo hacia otros países que se industrializaban con mano de
obra más barata y luego de los que fueron incorporándose a la industriali-
zación, hacia los demás.
Según la CEPAL, en las últimas dos décadas, las cadenas de produc-
ción asiáticas se desarrollaron rápidamente, los procesos productivos de los
países de la región están altamente fragmentados y cada uno se especializa
en la fase de producción donde tiene una ventaja comparativa. (CEPAL,
2012-1).
En 1985 la red intrarregional tenía sólo cuatro participantes: Japón en
el centro, rodeado por Indonesia, Singapur y Malasia. Alrededor de 1990,
el Japón expandió su cadena de suministro a otros países como la Repúbli-
ca de Corea, Tailandia y la provincia china de Taiwán.
Comercio intrarregional en diversas regiones.

Región 2000 2011


ASEAN+3 33,6% 36,3%
ASEAN+3+Taiwán y Hong-Kong 47,5% 49,7%
Latinoamérica 16,0% 19,4%
MERCOSUR 20,9% 15,2%
NAFTA 55,8% 48,0%
Unión Europea 65.6% 63,2%

Fuente: ECLAC, 2013.

Comercio intraindustriai en Asia, 2012.

País/Región Comercio intraindustriai sobre el comercio total


China 42%
Hong Kong 73%
Taiwán 70%
Japón 58%
República de Corea 57%
Australia 79%
Nueva Zelanda 61%
India 28%
Asia y el Pacífico 56%

Fuente: Roldan, Castro y Eusse, 2013.

Y a comienzos de la década del 2000, China ya era el segundo gigante de


la cadena productiva. En la actualidad, más de 40% de las exportaciones
chinas son intraindustriales, y las importaciones representan un porcentaje
superior (43%). Por eso, en 2015, más del 40% del comercio mundial
(que sería 55% en 2020), se originaría en tres grandes triángulos de inter-
cambio con epicentro en China continental: resto de Asia, Medio Oriente/
África y América Latina, en especial Brasil. China es hoy el principal socio
comercial de 144 países en el mundo.12
El comercio intraindustriai, difiere del comercio de venta de produc-
tos primarios a cambio de manufacturas; el primero contribuye a la indus-
trialización del país más atrasado si éste tiene políticas de industrialización
que exigen transferencia de tecnología y que le permiten aumentar la tec-
nificación y competitividad de sus empresas para pasar del estado de arma-
duría al de fabricante por capacidad propia y, en un estado más avanzado,
a la imposición de marcas propiás en el mercado.
El comercio industria-bienes primarios es típico de economías com-
plementarias y puede consolidar una especialización en bienes de bajo gra-
do de elaboración.
Uno de los desafíos frecuentemente planteados para las empresas la-
tinoamericanas en relación al Asia es, precisamente, integrarse en las: redes
productivas o cadenas de valor asiáticas a partir de la exportación de pro-
ductos industriales o de inversiones en la región.

ASEAN, el centro de la integración económica en Asia


Los lazos económicos (comercio, inversión, finanzas, tecnología) en-
tre China y los países del sudeste asiático se consolidan a través de
acuerdos de libre comercio.
Un hito fundamental en este entramado es el acuerdo de libre co-
mercio entre la A S E A N y China (ASEAN-China Free Trade Agreement,
ACFTA), creando la tercera área de libre comercio más amplia del
mundo, después de la Unión Europea y el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN, referido generalmente como NAFTA,
North American Free Trade Agreement).
El ACFTA Incluye 1.860 millones de personas, un comercio in-
terno de 192.600 millones de dólares, un PIB total de 6,6 billones
de dólares y un comercio total de 4,3 billones de dólares. China y la
A S E A N atrajeron conjuntamente el 1 0 % de la IED mundial en 2008,
equivalente a 167.300 millones de dólares.
El acuerdo incluye el comercio de bienes y servicios y las Inversio-
nes, temas que fueron negociados secuencialmente. A partir de ene-
ro de 2010 comenzó la liberalización del comercio del 9 0 % de los
bienes intercambiados entre China y laASEAN-6 (Singapur, Tailandia,
Filipinas, .Brunei Darussalam, Malasia e Indonesia).
La importancia de este acuerdo radica en la continuidad que se
otorga a la estructura económica china en la provisión de insumos
para la elaboración de productos finales que se venden en los merca-
dos internacionales. China ha ¡do progresivamente agregando valor
en sus cadenas productivas y la A S E A N resulta un buen proveedor de
insumos intermedios, en contraste con los proveedores de materias
primas, localizados principalmente en América Latina y África.
La complementariedad productiva y comercial de China y el Ja-
pón con la A S E A N , que se ye reforzada con estos acuerdos de libre
comercio, constituye una seria amenaza para las economías latinoa-
mericanas y caribeñas que buscan reforzar sus vínculos comerciales
con China, ya que estas economías compiten en varios rubros de ex-
portación con la A S E A N . De allí la importancia de abordar estrategias
conjuntas de acercamiento y vínculo estratégico con la A S E A N y con
las economías asiáticas, como China y el Japón, tarea en la que los
esfuerzos asociativos rendirán mejor fruto que las iniciativas aisladas.
Fuente: CEPAL, 2010.

India, la otra estrella asiática

Otra de las estrellas del éxito económico es la India y su evolución tiene una
enorme importancia para el desarrollo de la red de producción e inversión de
Asia. A pesar de una historia de enfrentamientos y de problemas bilaterales
sin resolver, India y China mantienen una cada vez más estrecha relación
económica. Ambos países participan del proyecto de creación de un área
de libre comercio (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP)
que abarcaría los países de la ASEAN y seis estados con la cual la Asociación
tiene tratados de libre comercio, que incluye a China y la India.
Un hito de la relación bilateral se produjo en septiembre de 2014,
cuando el presidente chino Xi Jinping visitó la India y firmó 1'2 acuerdos
que abarcan aspectos económicos, políticos y culturales, incluyendo un
plan quinquenal conjunto de desarrollo.
Desde su independencia en 1947 hasta principios del noventa la econo-
mía estuvo bajo un extenso y crecientemente andcuado régimen de regula-
ciones establecido por el Partido del Congreso. El grado de capitalización y
el crecimiento eran bajos, la industria era atrasada y si bien las condiciones
sociales mejoraban, la pobreza y las desigualdades seguían siendo enormes.
En 1990, el aumento del precio del petróleo provocó una crisis de
sector externo que fue tratada con un programa firmado por un gobierno
liberal con el FMI. El mismo incluyó reducir el proteccionismo al comer-
cio exterior y las regulaciones internas para favorecer el desarrollo de la
empresa privada, apertura al capital extranjero y privatizaciones del exten-
dido sector público.
El proceso de liberalización, que se mantiene desde entonces, logró
movilizar la economía, que creció un 7% anual promedio en la última dé-
cada, aumentó la relación entre inversión y PBI, y redujo la pobreza desde
un 50% a un 25%. Eso dio lugar al crecimiento de grandes empresas que
llegaron a ser jugadores internacionales, como la siderúrgica Acer Mittal o
la automotriz Tata.
India desarrolló también un importante sector de producción de soft-
ware y servicios tecnológicos, cuyo principal centro es la provincia de Ban-
galore. Este crecimiento se apoyó en una importante dotación de ingenie-
ros que cobran salarios notablemente más bajos que sus pares del occidente
industrializado y en una masiva oferta de personal de bajos salarios que
domina el idioma inglés, una herencia colonial.
Pero tanto las empresas dinámicas como la economía del conocimiento
india son islas en un mar de atraso económico (60% de la población depen-
de del agro y la mayor parte son campesinos pobres) y su competitividad no
se basa sólo en la calidad de sus recursos humanos sino en sus bajos ingresos.
Según un estudio de una institución gubernamental, el 77% de la
población india, o sea, 836 millones de indios, vive con menos de 20 ru-
pias por día (menos de 0,5 dólares), una cifra menor que la que informa el
Banco Mundial, y casi la mitad de los niños sufre insuficiencias de peso, En
el combate contra el hambre, India está por detrás de otros países de Asia
como Pakistán o China. (Toussaint, 2008).
Por otra parte, el enriquecimiento de la clase media y el surgimiento
de' mega millonarios, ha profundizado la fractura social y el antiguo siste-
ma de castas sobrevive a la expansión de las actividades tecnológicas.
Según el informe anual sobre las personas más ricas del planeta, de la re-
vista estadounidense Forbes, desde 2006 la India es el país asiático que tiene el
mayor número de multimillonarios: 36 que disponen de una fortuna en con-
junto de 191.000 millones de dólares. La India habría desplazado del primer
puesto a Japón, donde viven 24 multimillonarios que disponen en total de
64.000 millones de dólares. Entre las 5 personas más ricas del mundo, figura
en el quinto puesto el empresario siderúrgico indio Lakshmi Mittal. El primer
puesto es ocupado por el mexicano Carlos Slim y el segundo por Bill Gates.
Es decir que la experiencia de India puede tomarse como punto de re-
ferencia para el crecimiento, salvo en lo que se refiere a la importancia que
ha tenido la disponibilidad de conocimiento en sus sectores más modernos.
El futuro de China y su impacto en el mundo

Durante la primera década del siglo XXI, muchos gobiernos y analistas


dieron por sentado que la demanda china era un componente estructu-
ral del capitalismo contemporáneo y que compensaría cualquier debilita-
miento de las economías desarrolladas. Según esta concepción, el consumo
chino de recursos naturales garantizaba el futuro dorado de los países ex-
portadores de esos bienes.
La crisis de 2008 fortaleció este tipo de opiniones porque el gobierno
chino implemento un programa anticíclico que, aunque a un ritmo menor,
mantuvo el crecimiento de la economía: el aumento del PBI chino pasó del
9,5% en 2008 a un 7,3% en 2014, por debajo del 7,5% planificado por el
gobierno en el 12° Plan Quinquenal de la RPCh.
Pero poco a poco las ensoñaciones dieron paso a crecientes temores
sobre una realidad inesperada. En primer lugar, porque, en 2012, la caída
en el crecimiento de la demanda china se reflejó en una baja en los precios
de los commodities y en el debilitamiento de las economías que dependen
de la exportación de esos bienes.
Esto incluye, como se analiza en el capítulo dedicado al comercio con
China, una reducción de las exportaciones de países latinoamericanos que
estimuló salida de capitales y devaluación de las monedas.
Por otra parte, el programa de salvataje pos crisis del gobierno chino,
basado en buena medida en una enorme expansión del crédito, dio lugar
a un fuerte incremento del endeudamiento. Entre 2008 y 2013 los crédi-
tos bancarios se duplicaron y la deuda interna total de China, incluyendo
la pública y la privada, pasó del 130% del PBI al 210% a mediados de
2013.13
Debido a que la tasa de interés que paga el sector privado es elevada,
el servicio de la deuda de empresas y hogares pasó del 20% del PBI a un
30% en ese lapso y se estima que buena parte de los nuevos créditos están
destinados a pagar los intereses de los viejos (en Estados Unidos el porcen-
taje es de alrededor de un 20%).14
El endeudamiento del sector público abarca desde el gobierno central
a gobiernos provinciales y municipales que utilizaron el generoso financia-
miento estatal para construir viviendas, carreteras y aeropuertos que, en
muchos casos, están subutilizados.
Esta situación generó el temor de que se esté creando una burbuja
inmobiliaria y de que existan tramos importantes del sistema financiero en
riesgo de insolvencia.
La gran pregunta que recorre el mundo es si el sistema económico chino
podrá reabsorber la deuda sin entrar en crisis y si, al mismo tiempo, podrá
administrar otros desequilibrios económicos y sociales que asoman inquie-
tantes: entre ellos, la sobreinversión en muchos sectores de la economía, el
encarecimiento de la mano de obra, el deterioro ecológico, etc.
Si el sistema chino pierde dinamismo, aún sin entrar en crisis, la de-
manda de productos primarios que benefició a América Latina se debili-
taría dando fin al ciclo virtuoso de la primera parte del siglo XXI.
Segán el Banco Mundial- (2012), gran parte de la contribución al cre-
cimiento debida al traspaso de recursos del campo a la industria, que se
aceleró tremendamente a partir del lanzamiento del programa de moderni-
zación, ya se ha producido.
Por otra parte, la contribución de la acumulación de capital (la re-
lación entre capital y trabajo) también tenderá a descender después del
rápido salto realizado a partir de fines de los setenta. Y esto a pesar de que
la relación entre capital y trabajo en la economía china es todavía un 8,7%
del existente en la de Estados Unidos.
Finalmente, la productividad total de los factores (TFP), una medida
de las mejoras en la eficiencia económica y el progreso tecnológico, también
está declinando, en parte porque la economía ya ha sobrepasado las rápidas
ganancias de eficiencia creadas por los cambios realizados en los primeros
tiempos de las reformas sobre una economía de baja productividad.
Esos factores, junto con las políticas lanzadas por el gobierno chino
para la promoción del consumo doméstico, contribuirá a un aumento
de la participación de los servicios y el consumo en la economía, los
cuales tienen tasas de crecimiento históricas más bajas que las que pro-
ducen las transformaciones industriales y son propias de las economías
más maduras.
Por otra parte, y como consecuencia de ese impulso al consumo, tam-
bién se espera un menor crecimiento de las exportaciones, el ahorro y las
inversiones.
Sin embargo, la economía china, aunque a tasas más moderadas que
en el pasado seguirá creciendo y seguirá siendo un motor determinante
de la economía mundial, porque las demás grandes economías crecen y
. crecerán a ritmos mucho menores.
Según el Banco Mundial,

Hay una difundido consenso de que, además de China, otros


países en desarrollo, especialmente países emergentes de ingreso
medio, continuarán superando el crecimiento de las economías
avanzadas, como lo hicieron en la pasada década [se refiere a la
primera década del siglo XIX]. Una razón es la posibilidad de esos
países de seguir avanzando en la incorporación de tecnología. El
otro, en la continuidad del bajo crecimiento de las economías
avanzadas. (World Bank, 2012; 6).

Según el economista Justin Yifu Lin, profesor de la Escuela Nacional de


Desarrollo de la Universidad de Beijing, China puede mantener durante
muchos años un crecimiento mucho más alto que el de los países industriali-
zados y de otros emergentes en base a su desarrollo tecnológico. (Lin, 2013).
Los países menos desarrollados, razona el profesor Lin, son "recién
llegados" que tienen por delante una amplia brecha tecnológica, pueden
conquistar con políticas adecuadas, hasta alcanzar a los más desarrollados.
Durante ese lapso pueden crecer a tasas mucho más elevadas que los países
desarrollados.
Países como Japón, Taiwán y Corea del Sur crecieron entre un 8% y
9% anual durante 20 años.
En 2014, el PBI chino creció 7,4%, algo menos de lo esperado por el
gobierno y los analistas, pero aún así mantiene las tasas más elevadas del
mundo y, aunque menos deslumbrante de lo que lucía pocos años antes,
el mercado chino sigue siendo una tierra de oportunidades para América
Latina: su demanda de recursos naturales se mantendrá y el aumento del
ingreso de la población sostendrá la demanda de alimentos importados.

La percepción del riesgo y la respuesta oficial

Así como muchos países contemplan a China no sólo como una oportuni-
dad sino como un riesgo para sus producciones o, en el caso de las grandes
potencias, para su hegemonía, China tiene sus propios temores y visualiza
riesgos para su desenvolvimiento económico o político nacional e interna-
cional.
Sean Golden, especialista en relaciones internacionales de la Universi-
dad Autónoma de Barcelona, los sintetiza de la siguiente forma:
Riesgos internos y externos percil
Riesgos internos
• fuerzas socioeconómicas cen-
trífugas
• desniveles de desarrollo entre
regiones; división campo-ciu-
dad; una urbanización de la
población rural que conlleva
una latinoamericanización del
país
• escasez de recursos (materias
primas, energía)
• degradación medioambiental
(P1B "verde")
• corrupción (PIB "blanco")
• bienestar social (envejecimien-
to, educación, sanidad, paro)
• consolidación de un mercado
doméstico de consumo
• cambio climático; catástrofes
naturales
• epidemias
• crimen organizado
• legitimación política del Esta-
do-Partido
• conflictos étnicos
• nacionalismo
• populismo
• democratización de un país
grande ( d a g u o )

Fuente: Golden, 2010.


jidos por la dirigencia china
Riesgos externos
• obstáculos a la regional¡zación
• escasez de recursos (materias,
primas, energía, transporte)
• acceso a los mercados (protec-
cionismo, transporte, piratería)
• crisis financieras (p.e. 1997,
2008)
• degradación medioambiental
transfronteriza
• cambio climático, catástrofes
naturales
• pandemias
• seguridad (Taiwán, escudo
antimisiles, presencia militar
Estados Unidos, OTAN, Orga-
nización de- Cooperación de
Shanghai)
• conflictos étnicos transfronte-
rizos
• terrorismo internacional
• crimen organizado interna-
cional
• proliferación de armas y de ar-
mas de destrucción masiva
• interferencias desestabilizado-
ras (la latinoamericanización
de China)
• responsabilidad internacional
(fuzeguo)
En suma, el gobierno chino percibe claramente los riesgos que afronta la
economía y la sociedad de su país, y trabaja con planificación y "sintonía
fina" para mantener el crecimiento y la competitividad de la economía.
Un hito de esa política son las reformas anunciadas en noviembre de
2013, en el curso de la reunión plenaria del Comité Central del Partido
Comunista, que incluyen darle más espacio a la propiedad privada, aplicar
políticas de competitividad más neutrales (no tan dirigidas al desarrollo
de sectores o empresas específicas), aumentar los impuestos a las empresas
públicas para reducir sus prerrogativas en relación a las privadas y difundir
la propiedad privada en las tierras de cultivo para promover la producción
agrícola. Según una explicación oficial, las reformas tienen el objetivo de
desarrollar una economía de mercado más equitativa, fomentar la inno-
vación y la creatividad y promocional el papel de China en el panorama
internacional.15
Paralelamente, el gobierno chino estudia, también, implementar re-
formas en su sistema de educación superior para, según explicó en Chicago
la viceprimera ministra china, Liu Yandong, fortalecer la capacidad de las
universidades de contribuir al desarrollo económico y social.16
Es decir que la dirigencia china toma nota de las limitaciones y de-
safíos de su modelo económico y social y se plantea estrategias para supe-
rarlos. ¿Qué van a hacer, en este escenario, los gobiernos y la dirigencia
latinoamericanos?

Notas
1 ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, está formada por Indonesia,

Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya. Los
+3 son Japón, Corea del Sur y China.
2 Sobre las experiencias de crecimiento asiático, véase Julio Sevares, Porqué crecieron

los países que crecieron, Buenos Aires, Edhasa, 2010.


3 Deng Xiaoping tenía el cargo de presidente de la Comisión Militar Central, es de-

cir, no era presidente ni primer ministro, pero detentaba el poder real incluso luego de su
retiro del cargo que ocupaba.
4 Este episodio tiene un estrecho contacto con la experiencia china contemporánea.

La política agraria de la primera etapa de la URSS produjo una caída de la producción que
Bujarin y otros esperaban superar con el retraso de la estatización del agro y la tolerancia a
la ganancia privada. Esto sucedía en el contexto de la Nueva Política Económica (NEP),
que admitía la pequeña propiedad privada junto al sistema estatal socialista. Esa política
fue revertida posteriormente por Stalin, dando lugar a una colectivización forzada del agro
que provocó una crisis gigantesca y millones de muertos por la represión o el hambre por
la falta de alimento. En la primera etapa de la revolución china también la producción
agrícola fue muy baja y la situación se agravó con la política del Gran Salto Adelante, ini-
ciada a fines de los años cincuenta, y que incluyó la colectivización agraria. La política
fracasó y se produjo la Gran Hambruna China con victimas estimadas de hasta 30 millo-
nes de personas. Dos décadas después, la política de modernización de Deng Xiaoping,
apoyada en la ganancia los inversores privados, es una respuesta simétrica a la de Bujarin.
5 El Artículo VIII del Convenio del FMI se refiere a las "Obligaciones generales de

los países miembros" que incluyen: Obligación de evitar restricciones a los pagos corrien-
tes; Obligación de evitar prácticas monetarias discriminatorias; Obligación de colaborar en
cuanto a las políticas de reservas.
6 Un giga es 1000 a la tercera potencia, o mil millones de operaciones por segundo;

un peta es 1000 a la quinta o mil billones y un exa, 1000 a la sexta, o un trillón de opera-
ciones por segundo.
7 Wall Street Journal, 17 de noviembre de 2010.
8 Citado por José Beckinschtein en su libro China, un mundo para negocios.
5 National Development and Reform Commission of China. " 12th Five-Years Plari'.
10 Link al post "Un mar de cemento", impactante análisis de problemas ambientales

y de infraestructura realizado por un ingeniero no identificado. http://dfc-economiahisto-


ria.blogspot.com/2012/10/un-mar-de-cem ento-llamado-china.html
11 La política china de promoción de la inversión externa directa está articulada con la

política de reforma y expansión del financiamiento al exterior y el despliegue de los bancos


chinos en el exterior que se dirige también a América Latina. Sobre el tema de la reforma finan-
ciera y financiamiento chino a América Latina: Julio Sevares, "El sistema bancario chino: creci-
miento interno y expansión internacional", en Realidad Económica, n.° 275, abril-mayo 2013.
12 Jorge Castro, Clarín, 16 de junio de 2013.
13 Financial Times, Io de julio de 2013.
14 Wall Street Journal, 27 de agosto de 2013.
15 Declaraciones de Zhang Yansheng, secretario general del Comité Académico de la

Comisión de Reforma y Desarrollo del gobierno chino, en América Economía, 19 de no-


viembre de 2013. http://www.americaeconomia.com/node/105328
16 Agencia Xinghua, 19 de noviembre de 2013. http://spanish.people.com.cn/31621-

/8461378.html
Capítulo 10

Los dilemas de América latina

La situación de ALC en el contexto del ascenso chino puso muy rápidamente


de manifiesto las oportunidades y también las vulnerabilidades de la región.
En los primeros años del siglo XXI, la demanda externa, impulsada
por la proveniente de China, estimuló el incremento de las exportaciones
primarias y el aumento de las reservas de la mayoría de los países. Pero al
mismo tiempo, las importaciones de productos chinos comenzaron a des-
plazar producciones locales de sus mercados.
Por otra parte, el ingreso de capitales generó una valorización de las
monedas de algunos países y el temor de la aparición de la denominada
"enfermedad holandesa" y del peligro de la desindustrialización.
A comienzos de la segunda década del siglo, el panorama cambió brus-
camente: los precios de los productos primarios se debilitaron y las expec-
tativas de mejores oportunidades en las economías centrales provocó salida
de capitales y devaluaciones. Esto dio lugar a una nueva clase de temores:
la pérdida de ingresos externos y la inflación derivada de la devaluación.
Es decir, América Latina revivió el viejo ciclo de la trampa comercial,
pasando rápidamente de las esperanzas del crecimiento en base a recursos
naturales a la desazón por la caída de los precios, y de trampa financiera,
transitando del ingreso a la salida de capitales.
Las únicas excepciones en esta dinámica fueron la Argentina o Vene-
zuela, pero por malas razones ya que ambas comenzaron a sufrir la pérdida
de capitales y las presiones devaluatorias mucho antes y más debido a polí-
ticas domésticas que a los cambios en la economía internacional.
Los vaivenes económicos revivieron antiguas preguntas sobre la inser-
ción externa regional, especialmente cuando comenzó el descenso de los
precios de los productos primarios iniciado en 2014. Esas preguntas son:
Los países de la región ¿aprovecharon el momento de ingresos externos
abundantes para mejorar la economía y la competitividad? Sea cual fuere la
respuesta, ¿qué deberían hacer de aquí en más para que la historia de auges
y shocks comerciales deje de repetirse?

La emergencia de la competencia asiática

La emergencia china y asiática en general aportó enormes beneficios a las


economías latinoamericanas en la forma de ingreso de divisas comerciales
y de inversiones externas, desarrollo de empresas exportadoras e incluso de
un aumento de las inversiones de empresas latinoamericanas en Asia.
Sin embargo, impone también severos desafíos, el principal de ellos,
el desplazamiento de las producciones latinas en los mercados de cada país
y en terceros mercados.
El avance de los productos chinos en el mercado latinoamericano se
refleja en que una porción creciente del consumo de los países tiene la for-
ma de productos chinos que desplazan industrias locales o de otros países
de la región.
Una investigación publicada por la organización Red ALC-China in-
dica, por ejemplo, que en México la cuarta parte de las compras de ma-
quinarias y equipos provienen de China y que en Argentina ese porcentaje
supera el 9 por ciento. En el total de manufacturas la cuota mayor corres-
ponde a Chile con un 7,7 por ciento.

Aumento de la incidencia de las importaciones originarias


en China en el consumo aparente, 2005-2010.

Rubros de importación Argentina Brasil Chile Colombia Ecuador México


Maquinarias y equipos 9,2% 4,7% 20,7% 6,3% 7,4% 24,8%
Total manufacturas 2,2% 1,2% 5,3% 2,1% 1,5% 3,8%
Total importaciones
de China 1,7% 1,0% 7,7% 1,6% 1,2% 3,2%

Fuente: Durán Lima y Pellandra, 2013.


Una cara de este reemplazo es el desplazamiento de producciones de países
latinoamericanos en terceros mercados.
Un grupo de investigadores brasileños realizó una amplia evaluación
de la suerte de las exportaciones latinoamericanas utilizando varios mo-
delos econométricos para medir el fenómeno y encontró que los países
latinoamericanos han experimentado una caída de sus exportaciones hacia
la región y que esto se debería al ingreso de mercaderías chinas. El país más
afectado sería México ya que las ventas chinas explican que la mitad de la
pérdida de sus mercados regionales se deberían a esa competencia (Hira-
tuka et.al., 2012). Brasil y Uruguay están en un segundo lugar, mientras la
Argentina tuvo una pérdida menor.
El problema se agrava al comprobar que las mayores pérdidas de las
exportaciones de Argentina, Brasil, México y Uruguay en el mercado de
la ALADI, se encuentran en los sectores con mayor contenido tecnológico
como químicos, informática y telecomunicaciones y maquinarias.
Es decir que el efecto de desplazamiento no sólo tiene efectos cuan-
titativos en la pérdida de divisas o puestos de trabajo, sino también en las
perspectivas de desarrollo en la medida que está debilitando industrias con
mayor capacidad de contribuir al progreso técnico y al empleo de calidad.
La investigación agrega que también se registra un retroceso de pro-
ductos intensivos en mano de obra exportados por México y países cen-
troamericanos.
Otra investigación sobre la participación de los productos latinoame-
ricanos en el mercado de Estados Unidos arriba a conclusiones similares:
las producciones de Argentina, Brasil y México perdieron posiciones frente
a China en los mercados de maquinaria y equipos, y Argentina y Brasil
en confecciones y calzado. Brasil ha perdido terreno en sus exportaciones
manufactureras en Estados Unidos, Argentina y otros países, a manos de
las exportaciones chinas.
En Estados Unidos, China ganó mercado en todos los terrenos mien-
tras los países latinoamericanos retrocedieron o se mantuvieron estables,
salvo unos pocos casos de productos en los que México ganó mercado
(Durán Lima y Pellandra, 2013).
Coincidiendo con otros estudios la investigación también muestra
que entre los sectores más afectados se encuentran algunos de alto compo-
nente tecnológico.
Industrias afectadas por la competencia china
en el mercado de Estados Unidos, 2005-2010.

País Principales sectores afectados n. ° de sectores


Argentina Textiles, minerales no metálicos, química y farmacia 10
Chile Alimentos y bebidas, madera, química y farmacia 10
Brasil Metales básicos, textiles, maquinarias y equipos,
otras manufact. 8
México Textiles 2

Fuente; Durán Lima y Peliandra, 2013.

Por su parte, Marcos Macedo Cintra, economista brasileño de IPEA, el


centro gubernamental de investigación económica de Brasil, presenta una
evaluación según la cual, en el período 2000-2008, Brasil perdió un 15%
de mercado en América Latina, y un 39% de esa pérdida (casi 6% del mer-
cado) es atribuida a la penetración de productos chinos. En el conjunto del
mercado mundial la pérdida se estima en un 16% de la cual casi la tercera
parte se debería a la competencia china.1

Pérdidas de exportaciones brasileñas en el período 2000-2008.

Pérdida atribuida
País/región Pérdida de mercado a las exportaciones chinas
América del Sur 15% 39%
Argentina 14% 40%
México 32% 11%
EE.UU. 19% 27%
Total en el mercado mundial 16% 29%

Fuente: Presentación M. Macedo Cintra.

La competitividad china en la región, especialmente en manufacturas, aumen-


tó drásticamente a partir de la adhesión de China a la OMC en 2001 y de la
finalización del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido, que imponía restriccio-
nes a las exportaciones de esos productos originados en países asiáticos.
El "Caso Brasil", la estrella no tan ascendente

El caso de la desindustrialización de las exportaciones que alarma a Brasil,


merece un párrafo aparte porque no es sólo producto del incremento de la
competencia china, sino de las debilidades estructurales de la economía del
país, situación que contrasta con la imagen difundida de un Brasil como
potencia emergente.
Desafiando esa visión, las cifras de desempeño económico de Brasil no
es precisamente brillante: en los años 2000-2014, el PBI brasileño creció
un 3,5% promedio, al nivel de la media latinoamericana y debajo del 4,5%
promedio del crecimiento argentino, a pesar de que el período incluye la
fuerte recesión argentina 2001-2002.
Brasil aumentó su participación del PBI en el total mundial, pero esto
se debe al aumento del PBI nominal en dólares, y se explica por la apre-
ciación del real en relación a la moneda estadounidense. Como contrapar-
tida, la participación de Brasil en el PBI mundial medido por la Paridad
de Poder Adquisitivo (PPA) está estancada desde hace décadas. Según los
números del World Economic Outlook del FMI, en 1980, el PBI-PPA de
Brasil era el 3,6% del PBI-PPA mundial, en 1990 había bajado al 3% y en
2013 fue del 2,8%.
Mientras tanto, la participación de China, realmente emergente, pasó
del 2% en 1980, al 13% en 2013 (ese año la participación de la Unión Eu-
ropea fue del 18%, aún superior a la de China y la de Argentina del 0,9%).
Una de las explicaciones de este relativo estancamiento es la lenta ca-
pitalización de la economía: la relación Inversión Interna Bruta/PBI se
mueve generalmente por debajo del 20%, apenas por encima de la que
tenía en los años noventa y la mitad o menos de los grandes competidores
del mercado mundial.
Otros indicadores son: la inversión en Investigación y Desarrollo de
Brasil es de un 1,5% del PBI, poco más que el promedio latinoamericano,
pero la mitad del nivel de los países asiáticos o Estados Unidos; en los
resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de
la OCDE (PISA, según su sigla en inglés), Brasil, como los demás países
latinoamericanos obtienen muy malas calificaciones; según el muy consul-
tado "World University Rankings" del Times Higher Education coloca a la
Universidad de San Pablo en el puesto 158 y a la de Campiñas en el 251.
El aumento de los precios de los commodities
y la Enfermedad Holandesa

El aumento de los precios de los commodities no sólo generó alegrías entre


los exportadores sino también preocupaciones en los industriales.
Esto se debe a que el ingreso de divisas de las exportaciones y, en algu-
nos casos, de las inversiones en los sectores de recursos naturales, provoca
una valorización de las monedas locales que reduce la competitividad de
los sectores de menor productividad que los primarios, fenómeno que se
ha llamado Enfermedad Holandesa.
El término se acuñó en los años sesenta, cuando se incrementó la pro-
ducción en los pozos petrolíferos del Mar del Norte y Holanda, cuyas em-
presas explotaban esos recursos (v.g., Shell), experimentó un fuerte ingreso
de capitales y una valorización de su divisa, en ese momento, el florín. La
apreciación del florín afectó la competitividad de las industrias holandesas
(v.g., Phillips), dando lugar al temor de una primarización de la economía.
Esta visión se aplicó a otras economías en las cuales conviven recursos
naturales e industrias y resurgió en los años 2000 en América Latina y es-
pecialmente en Brasil, donde el peso de las industrias y la vigencia del pen-
samiento desarrollista son mayores que en otros países latinoamericanos.
Según la explicación del economista brasileño Luiz Carlos Bresser Pe-
reira (2008), la enfermedad holandesa puede sintetizarse como sigue:

- En economías con recursos naturales abundantes, el tipo de cambio


tiende a fijarse en un nivel inferior al requerido para la subsistencia y
la capacidad exportadora de las industrias. La denominación proviene,
precisamente, de la apreciación de la moneda holandesa provocada
por el aumento de los precios del petróleo en los setenta.
- Desde ¡el inicio del aumento en los precios de las materias primas y
hasta comienzos de 2013, se produjo también un ingreso de capitales
que contribuyó a la valorización de algunas monedas latinoamerica-
nas, como sucedió en Brasil, Chile y México.

Luego de la crisis iniciada en 2008 este proceso, paradójicamente, se


consolidó. En crisis anteriores, la desconfianza de los inversores había
provocado el retiro de capitales de los mercados periféricos o, más re-
cientemente, denominados "emergentes". Pero la reducción de lás tasas
de interés que realizaron los bancos centrales de las economías en crisis
para estimular la economía,2 promovió la marcha de los capitales hacia
las economías emergentes con tasas de interés mayores y mercados de
valores en alza.
El ingreso de las divisas provocó la valorización de varias mónedas,
creando más preocupaciones en países con una estructura industrial muy
dependiente de un tipo de cambio alto que otorga una protección cámbia-
ria y/o proteccionismo industrial.
Considerando el tipo de cambio del comercio exterior, entre comien-
zos de 2000 y mediados de 2011, la moneda brasileña se valorizó un 90%.
A partir de ese momento y hasta mediados de 2013, se devaluó, pero aún
así a fines de 2014 estaba todavía valorizada en relación al valor que tenía
a comienzos del siglo XXI.3
En países como Brasil y Chile, la apreciación de la moneda local fue
reforzada por la política de metas de inflación de los bancos centrales,
que mantienen altas las tasas de interés para prevenir la inflación. Argen-
tina no aplica explícitamente esa política, pero el Banco Central opera
para mantener bajo el tipo de cambio, también como medida antiinfla-
cionaria. En Brasil se revirtió por devaluación.
La evolución de los precios de las materias primas y de los tipos de
cambio estimuló un cambio en la composición de las exportaciones regio-
nales, con un avance de la participación de las ventas de productos prima-
rios sobre las de industriales.

- entre 2000 y 2010 la participación de los recursos naturales y sus ma-


nufacturas en las exportaciones pasaron del 50% a casi el 70% en
Brasil;
- en México aumentaron del 20% al 25%, en Colombia del 70% al
80%;
- en Argentina se mantuvieron oscilando en el 70%;
- en Chile, Venezuela, Ecuador y Perú la participación aumentó ligera-
mente pero dentro de una estructura exportadora concentrada en un
90% de productos primarios (Durán Lima y Pellaranda, 2013). ;
Reflejando las preocupaciones sobre esta evolución, dos analistas sostienen:

El desafio es que el patrón de comercio birregional acelera el proceso


de desindustrialización de la región de dos maneras: primero, por
medio de las exportaciones, una excesiva concentración en productos
'básicos crea un sesgo contra la manufacturas mediante la apreciación
de las monedas locales creando un desincentivo para diversificar ha-
cia sectores de manufactura moderna orientados a la exportación;
segundo, por medio de las importaciones, la penetración china afec-
ta a los productores locales en sus propios mercados, especialmente
para países cuyo ingreso per cápita es superior al chino, y en terceros
mercados. El mayor reto es entonces prevenir que el crecimiento del
comercio entre las dos regiones acabe reproduciendo y fortaleciendo
un patrón de comercio centro-periferia en que China surge como un
nuevo centro y los países de América Latina y el Caribe como una
nueva periferia (Durán Lima y Pellandra, 2013: 125).

En Brasil y en otros países la revalorización de las monedas se revirtió con


las devaluaciones de 2014 y 2015, pero queda por ver si también se rever-
tirá la desindustrialización de las exportaciones.
El (previsto) final del auge

Como es costumbre en la historia económica latinoamericana, la preocu-


pación por la valorización de las monedas dio muy pronto lugar a un te-
mor por su desvalorización, poniendo nuevamente de manifiesto la alta
vulnerabilidad de las economías muy especializadas en materias primas.
El ciclo de ingreso de capitales se revirtió en 2013 con el cambio de
condiciones en el mercado internacional, con una disminución de los flu-
jos de capital hacia los países emergentes.
Esta reversión se debió, por una parte, a que la caída en el crecimiento
de la economía china redujo la demanda de bienes primarios, lo cual afectó
los precios de los mismos.
Según el registro de la CEPAL, entre comienzos de 2013 y fines de
2014, los índices de precios de metales, energía y productos básicos caye-
ron un 20% y el de alimentos un 25% (CEPAL, 2014).
Por otra parte, las señales de recuperación de las economías industria-
lizadas y las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos re-
virtiera la política que mantiene muy bajas las tasas de interés, movilizaron
los capitales hacia Estados Unidos y Alemania.
Como consecuencia, monedas que se habían valorizado considerable-
mente en los años previos sufrieron una devaluación imprevista poco antes.
Un analista del Financial Times sostiene:

El reequilibrio —la baja de la tasa de crecimiento china de un 10%


a un 7,5%— creará ganadores y perdedores. Quienes deben estar
nerviosos son los exportadores de commodities... la intención
de Beijing de reequilibrar la economía alejándola del crecimiento
impulsado por la inversión y encaminándola a un modelo impul-
sado por el consumo tendrá implicancias de todo tipo. Es posible
que los actores estrella -el mineral de hierro y el carbón- sean los
más perjudicados.4

Otro analista planteaba, en el mismo periódico que:

La velocidad con la que crecieron las relaciones económicas ge-


nera dos importantes interrogantes que se aplican igualmente a
otras partes del mundo. Primero, ¿qué sucede mientras disminuye
el crecimiento chino y la inversión, proceso que ya ha comen-
zado? Segundo, ¿cómo puede Latinoamérica forjar una relación
económica que sea más que una repetición de sus épocas pasadas
en las que dependía tanto de los commodities?5

Como sucede en la historia de los ciclos de precios de materias primas


o de especulación, el riesgo que atravesaban las economías muy es-
pecializadas en recursos primarios fue advertido antes de la reversión
del auge.
Esto fue señalado incluso por un economista que está lejos de perte-
necer a la escuela desarrollista o neodesarrollista latinoamericana. En un
seminario realizado en Buenos Aires en 2010, el economista de Berkeley,
Barry Eichengreen (2010), advirtió que antes de 2008 el crecimiento de
América Latina estuvo impulsado por la fuerte demanda externa de ener-
gía y materias primas y es poco probable que ese escenario se mantenga,
porque en China el crecimiento será menor, tendrá un mayor acento en
el consumo interno y los servicios y la economía china avanzarán hacia
un crecimiento verde con menor consumo de energía y materias primas. Y
se pregunta, "¿Qué tiene que hacer América Latina?: tiene que depender
menos de las exportaciones de materias primas, energía y commodities
(incluso el acero); tiene que exportar más manufacturas, incluso bienes
de consumo y aumentar la productividad de los servicios". A esto puede
agregarse que, tanto en el caso del comercio como en las políticas produc-
tivas, la coordinación e integración económica entre países de la región
puede contribuir a crear masa crítica para las negociaciones comerciales,
la creación de escalas para la inversión, la construcción de infraestructura
y el desarrollo tecnológico aplicado a la mejora de la competitividad en la
producción y los servicios.

Apuestas a la solidez del mercado chino

Algunos análisis consideran que la dependencia latinoamericana del mer-


cado chino y asiático en general no es peligrosa, incluso si la economía
asiática crece a tasas más modestas que las del pasado.
En un análisis de las perspectivas del mercado de productos primarios,
la CEPAL especifica que,

dada la inercia de los procesos de desarrollo económico en curso


en Asia y otras regiones emergentes, cabe esperar que continúe el
impulso de la demanda mundial de bienes primarios y, por tanto,
se prolongue el actual ciclo favorable de los precios internaciona-
les de los metales, el petróleo y otras exportaciones primarias de Ja
región a mediano plazo (CEPAL-UNASUR, 2013).
I
Estimaciones de la FAO y la OCDE sobre la evolución del mercado agrí-
cola hasta 2022 encuentran también que los precios permanecerán altos
por el sostenimiento de la demanda y porque no se esperan grandes au-
mentos de productividad en los grandes productores.6
Las empresas que comercian con China tienen una perspectiva ¡seme-
jante.
Un documento de la CEPAL recoge opiniones de representantes de
todas las cámaras binacionales latinoamericanas según las cuales, las em-
presas prevén un comportamiento dinámico del comercio con China en
los próximos 5 a 10 años, pese a la moderación del crecimiento económico
en ese país. Los representantes de todas las cámaras binacionales coincidie-
ron en que, en la medida en que las reformas efectivamente logren estimu-
lar el consumo doméstico, ello abrirá enormes oportunidades a los países
latinoamericanos de ofrecer nuevos productos (particularmente alimentos
de calidad) y servicios (especialmente turismo). También coincidieron en
que la urbanización china y su necesidad de mejorar el manejo ambiental
y de los recursos naturales, abren oportunidades en servicios profesionales
como seguridad minera, conservación del medio ambiente, ingeniería y
construcción, y reforestación, entre otros (CEPAL, 2013-3).
En suma, todo indica que los exportadores de materias primas y de ali-
mentos seguirán disfrutando de condiciones favorables, aunque sin gran-
des olas de expansión como las vividas en la primera década del sigld.
Además, según un estudio de mercado, en el comercio con China,
existen oportunidades que hasta el momento no han sido aprovechadas.
El investigador del Cippec Lucio Castro aplica un modelo de comercio
exterior según el cual, con la excepción de la Argentina, la mayoría de
las principales economías sudamericanas pareciera estar exportando por
debajo de su capacidad potencial de exportación. De hecho, la Argentina
estaría exportando apenas un poco más del doble (+120%) de lo indicado
por sus características idiosincráticas y las condiciones de la demanda y de
acceso en el mercado chino. Brasil apenas alcanza el 80% de su potencial y
Paraguay, solo el 40% (Castro, 2013).
En contraste, otros países abundantes en recursos naturales, como
Australia y Nueva Zelanda exportan entre cuatro y cinco veces más estos
productos a China de lo que indicarían las condiciones domésticas y del
mercado chino. En un máximo, se ubican los Estados Unidos que expor-
tan hasta seis veces más.
Para aprovechar las oportunidades, Castro propone explorar las carac-
terísticas y evolución reciente de la demanda china por productos intensi-
vos en recursos naturales de acuerdo a su nivel de diferenciación.
Se trata de bienes en los cuales la región tiene una ventaja comparativa
estática o "natural" pero que incorporan más capital y generan un mayor
valor agregado: los productos diferenciados intensivos en recursos natu-
rales (PIRND). Estos productos tienen características propias de calidad,
diseño, marca, etc., por las cuales son distinguidos de otros productos si-
milares y que pueden ser vendidos a mayor precio.
Otro factor positivo para las industrias locales es el aumento de los
salarios chinos, lo cual tiende a reducir la presión sobre los mercados de
productos más intensivos en mano de obra.
Sin embargo, esta tendencia es contrapesada con el traslado de la pro-
ducción a otros países de menor costo laboral como Vietnam y Myanmar.
Por otra parte, la región puede tener también posibilidades de inser-
ción en las redes de producción industrial asiáticas. Un estudio sobre las re-
laciones económicas de ALC con Asia refleja un incipiente comercio intra-
industriai entre los dos bloques. Los sectores de Tecnología de Información
y Comunicaciones (TICs), textiles y sus confecciones, electrónica, cuidado
de la salud y el automotriz, presentan potencial de comercio intraindustriai
en la mayoría de las duplas de economías analizadas. .
Pero los sectores intensivos en recursos naturales y con bajos niveles
de valor agregado, como el agroindustrial y el pesquero, no presentan in-
dicios ni potencial de comercio intraindustriai (Roldán, Castro y Eusse,
2013).
¿TLC o no TLC? Esa es una cuestión

Como se señaló en el apartado dedicado a la red de acuerdos comerciales


de países del Pacífico, el proceso de asociación tiene un enorme dinamismo
y abarca zonas crecientes de la economía mundial, configurando un esce-
nario que no puede ignorarse y cuyo impacto, positivo o negativo, sobre
las economías de la región es necesario evaluar.
El desarrollismo latinoamericano recela históricamente de los acuer-
dos de libre cambio porque la liberalización del comercio y los servicios
puede afectar las industrias instaladas y proyectadas y promover una es-
pecialización en exportaciones primarias contrapuesta a las necesidades de
desarrollo. Por eso prefiere recomendar los acuerdos de integración regio-
nales y los programas de desarrollo nacionales con más atención en la de-
manda interna que en la internacional.
Otra corriente considera que el proceso de apertura asiático es irrever-
sible y que promueve la construcción de un sistema comercial y productivo
transpacífico que aumenta la competitividad de sus integrantes frente al
resto del mundo.
Por otra parte, los acuerdos de libre cambio intrapacífico mejoran las
posibilidades de acceso a los mercados de los miembros de los tratados,
frente a los que no participan de ellos: en estos términos, no incorporarse al
librecambio intrapacífico implica quedar afuera de los mercados de mayor
crecimiento y de las redes de producción que desarrollan su competitivi-
dad en base a inversiones y progreso técnico.
En esta línea, el analista Jorge Castro considera que, "La Alianza del
Pacífico (formada por Chile, Perú y México) no es una alternativa al MER-
COSUR, ni un intento de disputar el liderazgo brasileño en la región" sino
un instrumento para enfrentar el principal desafío que se le presenta a la
región, a saber, cómo profundizar su integración con China/Asia.
"Asia -remarca Castro— es el centro de gravedad del comercio inter-
nacional; y más de 40% del comercio regional es intra-asiático, con eje en
China, convertida en el núcleo de una gigantesca red transnacional de pro-
ducción (80%, industria manufacturera), en la que se ensamblan los bienes
intermedios exportados por los países industriales del continente asiático".
Los acuerdos de libre comercio contemporáneos (Alianza del Pacífico, TPP,
ASEAN + 3, NAPTA) se alinean con la lógica del proceso de integración
estructural del capitalismo avanzado que se basa cada vez más en las inver-
siones, que son la causa mediata del aumento sostenido de las exportaciones.7
En el sector alimenticio, de crucial importancia para Argentina y otros
países de la región, la difusión de Tratados de Libre Comercio de China
con países productores como Nueva Zelanda y Chile, afecta a productores
que no tienen esos acuerdos. Esta situación podría agravarse si Australia
avanza en su proyecto de un TLC con China, que negocia hace más de
diez años.8

Para tener en cuenta: las relaciones


y estrategias de Australia y Nueva Zelanda con China

Australia y Nueva Zelanda son dos países con población de origen pre-
dominantemente europeo, pero insertos en la geografía asiática y estre-
chamente vinculados a la red de comercio e inversiones de la región y
tienen estrategias para hacer frente al fenómeno chino, Su relación con
el gigante asiático debe tomarse en consideración porque su oferta ex-
portadora tiene fuertes similitudes con la de los países del Cono Sur
latinoamericano.
China es el principal socio comercial de Australia y ésta última tiene
un fuerte superávit comercial. El país de los canguros le vende hierro, car-
bón, gas natural licuado, productos agrícolas pero también manufacturas,
productos farmacéuticos y equipos médicos de alta tecnología. Además
exporta a China tecnología de primer nivel y muchas de las mayores em-
presas mineras australianas tienen grandes inversiones en China.
Australia compra en China textiles e indumentarias, equipos de tele-
comunicaciones y componentes, computadoras y juguetes.
Cuando se inició la emergencia china, en Australia se temió una in-
vasión de inversiones chinas en recursos naturales, compitiendo con las
empresas locales, tal como había sucedido con las inversiones de Japón
en los años ochenta cuando el yen se valorizó fuertemente ante el dólar
estadounidense y australiano. Ante el desafío, el gobierno reaccionó con
una política de selección de inversiones realizada por el Foreign Investment
Review Board, un organismo dedicado a evaluar los proyectos de inversión
externa en el marco de la política en la materia.
Según la información oficial, Australia tiene una política denominada
"win-win", en busca de beneficios mutuos, por la cual promueve la partici-
pación de empresas locales en la inversión externa y contempla su impacto
en el empleo.
Uno de los rubros salientes en la relación Australia-China es la venta
del servicio educativo. Australia denomina al sector "International Educa-
tion Industry", valorizado en 15.000 millones de dólares.
En la actualidad Australia alberga medio millón de estudiantes extran-
jeros de los cuales 126.000 son chinos que estudian inglés y ramas de la
ingeniería minera y agropecuaria.
A pesar de la diversificación de la relación económica, los principales
rubros de exportación a China son mineros, por lo cual en Australia tam-
bién aparecen temores de excesiva dependencia del ritmo y las condiciones
del crecimiento chino. i
Como respuesta política, en una conferencia dada en octubre de 2012,
la Primera Ministra australiana Julia Gillard, dio a conocer el documento
oficial "Australia en el Siglo Asiático", que contiene un programa oficial de
25 objetivos para adecuar la economía de su país a la emergencia asiática y
que tendrá que ser cumplido en 2025. "Este siglo", dijo Gillard, "traerá1 el re-
torno de Asia al liderazgo global. Esto no es sólo imparable, está avanzando".
El programa crea el Ministerio de Políticas para el Siglo Asiático, de
políticas de educación e inversión. El mismo establece que los estudiantes
australianos deberán estudiar al menos un idioma y una cultura asiática y
proyecta aumentos en inversiones en educación y agricultura para atraer
asiáticos ricos.9
Nueva Zelanda tiene a China como cuarto socio comercial, firmó un
Tratado de Libre Comercio con China y es también un importante recep-
tor de estudiantes de ese país.
China y Nueva Zelanda tienen una historia de lazos educativos que
incluyen programas bilaterales y cooperación académica y esa relación se
profundizó a partir de fines de los noventa con el aumento del ingreso de
estudiantes. Hasta 1998 el país tenía una cuota de admisión de 100 Estu-
diantes chinos por año, pero fue removida y en la actualidad tiene unos
30.000 estudiantes y un "China Plan" que considera al país asiático como
Tier 1, nivel uno, de sus objetivos de venta de servicio educativo.10

i
Las nalgas de Google o la importancia de Ja cultura
en las relaciones con China
El conocimiento de la cultura china es fundamental para hacer nego-
cios con los chinos y, especialmente, para invertir en su país, porque la
cultura china valora la relación y la confianza personal por encima o,
cuando menos, prioritariamente, de las normas y los contratos escritos.
Los expertos en negocios en y con China coinciden en señalar
que no se puede empezar una relación económica sin establecer una
relación personal.
Los empresarios latinoamericanos que hacen negocios con China
coinciden en que el desconocimiento del idioma, cultura y protocolo
chinos es un factor que dificulta los negocios con ese país. La única
excepción relativa en este sentido la constituye el Perú, producto de
su importante población de origen chino (CEPAL, 3013-3).
En su libro China: un mundo para negocios, José Bekinschtein re-
lata las desventuras de Google en su intento de adaptarse a esa cultu-
ra. Para atraer internautas chinos, la empresa estadounidense decidió
cambiar el nombre de su buscador para competir con el buscador chi-
no Baidu, cuyo nombre significa "cien niveles", una expresión de un
poema de la dinastía Song con profundas raíces en la cultura china.
La empresa estadounidense eligió G u G e , que significa "canto del
valle o canto de la cosecha". El nuevo nombre no tuvo suerte porque
para la mayoría de los usuarios locales resulta arcaico, contrapuesto
con la imagen de una empresa tecnológica joven, y con el agravante
de que el sonido del primer caracter forma parte del nombre chino
para las nalgas.
De este caso Bekinschtein deduce que es recomendable dedicar
tiempo y consultar acerca de qué imagen y marca convienen para el
producto que se pretende instalar en el mercado chino.

Las debilidades competitivas latinoamericanas:


educación, tecnología e infraestructura

Las asimetrías y déficit del comercio latinoamericano con China y con


Asia en general, se deben tanto a la competitividad de los asiáticos, ba-
sada en políticas públicas y privadas desarrolladas a lo largo de décadas,
como a la debilidad competitiva de América Latina, explicada por la falta
de esas políticas.
El cortoplacismo gubernamental y empresario, y la inestabilidad econó-
mica y política dominantes, han derivado en serios atrasos en infraestructura
y tecnología que comprometen la competitividad actual y futura de la región.
Un documento de la CEPAL que incursiona en el tema resalta varios
puntos críticos que son, por otra parte, reiteradamente mencionados en los
análisis sobre el tema.
Uno de ellos que la innovación y la competitividad exige una mejor
formación de recursos humanos y que ello requiere, además de mayores
presupuestos, reforzar los lazos entre el sistema educativo y el sistema pro-
ductivo, mediante estrategias y planes de largo plazo. La CEPAL recuerda,
que, en este campo, América Latina tiene mucho por aprender de las ex-
periencias de Asia del Este en lo referente a la adopción de nuevas tecnolo-
gías, la educación a distancia, entre otros.
Efectivamente, las estadísticas en la materia muestran que la región
tiene un gasto en Investigación y Desarrollo tecnológico muy por debajo
del de China y otros países competitivos. Argentina está, por su parte, en
los últimos puestos de la lista.
La competitividad requiere disponer de recursos humanos formados. Pero
la región tiene déficit de esos recursos por su baja inversión en educación y
esto se refleja en las bajas calificaciones que obtiene en los rankings inter-
nacionales de educación.
En el ranking de universidades del Times Higher Education 2012-
2013, la universidad mejor calificada es la de San Paulo, en el puesto 215.
Antes de ella hay numerosas universidades asiáticas y también algunas tur-
cas y de países africanos. En el ranking no están contabilizadas la UBA ni
la UNAM.

World University Rankings del Times Higher Education. 11

Universidad Puesto en el ranking


California Institute of Technology 1
Harvard University 2
University of Oxford 3
University ofTokio 23
National University of Singapore 25
University of Hong Kong 35
Peking University 48
Seoul National University 50
Hong Kong University of Science and Technology 51
Universidade de Sao Paulo 215
Universidad de los Andes (Colombia) 252
Universidad Técnica E Santa María (Chile) 255
Universidad de Campiñas (Brasil) 340

Puente:Thc World University Rankings. http://www.timeshighereducation.co.uk/


world-university-rankings/20l4-15/world-ranking

El Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones


Científicas de España (CSIC), elabora el Ranldng Web de Universidades.
En su versión 2012, las universidades asiáticas también ocupan puestos
destacados y la primera universidad latinoamericana que aparece es la de
Sao Paulo, en el puesto 29, con el puesto 81 en la posición de excelencia.
Le sigue la UNAM en el puesto 58 y luego dos universidades brasileñas, la
Universidad de Chile (puesto 208), otras cuatro brasileñas y, finalmente, la
UBA en el puesto 325, con el lugar 367 en la posición de excelencia.;
La brecha entre el nivel educativo asiático y latinoamericano se refleja
también en los resultados de las pruebas del Programa para la Evaluación
Internacional de Estudiantes (PISA, según su sigla en inglés) que elabora
la OCDE, la organización de países más desarrollados, en base a pruebas a
estudiantes en 64 ciudades.12
En esas evaluaciones, que abarcan los rubros de Lectura, Matemáticas
y Ciencia, los países asiáticos obtienen resultados por encima del promedio
de la OCDE y de Estados Unidos.
Los países latinoamericanos, por el contrario, están muy por debajo
del promedio. En la evaluación de 2012, Chile tuvo las mejores notas de
la región, con el puesto 51 en matemática y con mejores calificaciones en
Lengua y Ciencia. Estuvo seguido por México, Uruguay y Brasil. ;
Argentina estuvo detrás de esos países en los dos primeros rubros e
igual que Brasil en Ciencia. En matemáticas se ubicó en el puesto 59°
sobre 65 evaluados. Colombia ocupó el puesto 62 y Perú fue relegado al
último de la lista.
Una evaluación del Banco Mundial muestra que los países de la región
tienen, también, un bajo número de graduados en ingeniería en relación a
los países desarrollados y a los asiáticos.13
Por el contrario, uno de los aspectos sobresalientes del cuadro educa-
tivo de China y de otros países asiáticos, es el alto porcentaje de graduados
en ingeniería y las igualmente altas calificaciones que tienen muchas uni-
versidades e institutos tecnológicos en los rankings internacionales sobre
enseñanza terciaria.
|
El atraso tecnológico empresario

Si el sector público latinoamericano tiene un fuerte retraso en la formación


de recursos humanos calificados para la tecnificación y competitividad de
las economías, el sector privado no compensa ese déficit.
El gasto privado en Investigación y Desarrollo es aún más bajo que el
realizado por el Estado: en Estados Unidos y en Canadá las empresas aportan
el 59% del gasto y en la Unión Europea un 53%. En ALC sólo un 42%.
Además, la proporción de especialistas en la materia empleados en las em-
presas es menor que la que registran las empresas de los países industriali-
zados: sólo el 24% contra el 78% en EE.UU. y Canadá.

Investigadores y tecnólogos empleados en empresas


(% del total en funciones) 2006.

EEUU, y Canadá 78%


Unión Europea 39%
América Latina 24%

Fuente: El Estado de la Ciencia 2012. Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia


y Tecnología (ricyt).

Las asociaciones necesarias: con el Estado y con los socios chinos

La mejora de las relaciones comerciales, con China y con cualquier otro


país o región, requiere una participación de los estados en la promoción de
las empresas exportadoras, el estudio del mercado y la provisión de finan-
ciamiento y servicios tecnológicos.
Para detectar las posibilidades y necesidades de las empresas también son
necesarios el diálogo y la cooperación entre los sectores público y privado.
En esa línea, los empresarios latinoamericanos consultados por la
CEPAL coincidieron en señalar la importancia de desarrollar la asociativi-
dad entre el sector exportador y las distintas instituciones públicas vincu-
ladas con el comercio exterior (Ministerios de Relaciones Exteriores, Agri-
cultura, Ciencia y Tecnología, etc.) (CEPAL, 2013-3).
La atención estatal es prioritaria, además, para las empresas de menor
envergadura y capacidad para incursionar en mercados externos.
En este sentido, los representantes de las cámaras binacionales resaltan
que las exportaciones a Cbina suelen estar concentradas en un número
reducido de grandes empresas, muchas de ellas multinacionales vinculadas
a los recursos naturales y que la participación de las PYMES es incipiente.
Estas empresas se enfrentan con dificultades que derivan de su limitada
escala de producción, de sus carencias en materia de financiamiento, de su
desconocimiento del mercado chino (cultura, leyes, canales de distribución,
etc.), y del alto costo involucrado en adquirir ese conocimiento y forjar re-
laciones de largo plazo con potenciales clientes. En este contexto, se señaló
también la importancia de que las pymes profesionalicen sus funciones de
comercio exterior y se planteó la conveniencia de que al iniciar negocios con
China se orienten en una primera etapa a ciudades más pequeñas.
En sus relaciones con China, los países latinoamericanos tienen, ade-
más, la posibilidad de utilizar y potenciar sus recursos profundizando los
acuerdos de cooperación e intercambio que forman parte de la diplomacia
económica de China que se ha profundizado en años recientes.
Es así que, en 20.12, el primer ministro Wen Jiabao visitó varios países
latinoamericanos y, a su paso por Chile, promovió la creación de un foro
de cooperación técnica China-ALC y propuso establecer un "mecanismo
de diálogo periódico" a nivel de cancilleres entre China y una "troika" de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).14
Las oportunidades de cooperación se dan en una variada gama de
sectores comerciales y actividades, incluyendo la Investigación y Desarrollo
tecnológico.
En el sector agropecuario, estas posibilidades son muy amplias porque
China visualiza a América Launa, y especialmente al Cono Sur, como una
fuente importante de aprovisionamiento en el presente y el futuro.
Como parte de esa política, en su visita a Chile, Wen Jiabao propuso
también que América Latina y el Caribe y su país creen un "mecanismo
de reserva alimentaria" de 500.000 toneladas de alimentos para utilizar en
caso de desastres naturales y crisis humanitarias.
En julio de 2013 el gobierno chino organizó un Foro de Ministros
de Agricultura China-América Latina y el Caribe, en el que participaron
representantes de 21 países, incluyendo 16 ministros de Agricultura de la
región, lo cual reflejó el interés tanto de los compradores chinos como de
los productores latinoamericanos.
En esa ocasión se firmó la "Declaración de Beijing", en la que se acuer-
da promover de manera integral y estratégica el comercio, la inversión y el
intercambio tecnológico en el sector de agricultura.
Para mostrar el atractivo de su propuesta, Wen anunció en esa ocasión,
que el Banco de Desarrollo de China podría liderar la entrega de una "línea
de crédito especial" de 10.000 millones de dólares para proyectos compar-
tidos en materia de infraestructuras.
El anuncio de Wen Jiabao no podía ser más oportuno, porque el défi-
cit en la infraestructura de transporte es un problema histórico latinoame-
ricano que se hace sentir especialmente en las posibilidades comerciales de
los países atlánticos.
Según la CEPAL, la región tendría que invertir cerca de 5,2% de su
PIB anual solo para cumplir con los niveles esperados de demanda de in-
fraestructura económica durante el periodo 2006-2020. Si el objetivo fue-
ra alcanzar el stock per cápita de las economías de Asia del Este, el gasto
anual aumentaría 7,9% del PIB en el mismo periodo (CEPAL, 2013).
En el MERCOSUR, mientras el comercio con Asia aumentaba, la
infraestructura destinada a mejorar el tránsito de las mercaderías en el inte-
rior del Mercado Común y hacia el Pacífico no mejoró sustancialmente: no
sólo hay déficit en la red vial sino que los sistemas ferroviarios de cada país,
que son de por sí deficientes, mantienen trochas diferentes que entorpecen
las conexiones.
Sin embargo, en Argentina hay dos proyectos cuya concreción mejo-
rará la conexión local y brasileña con las costas del Pacífico, vía Chile.
Uno de ellos es el proyecto del Corredor Bioceánico Aconcagua, un
túnel ferroviario que vinculará ios sistemas ferroviarios de Argentina y Chi-
le corriendo entre las ciudades Las Cuevas y Río Blanco. El sistema de
trenes eléctricos ampliará la capacidad de transporte y reducirá el tiempo
de traslado. Su inauguración está prevista para 2022.
Otro, de conexión vial, es el Túnel de Agua Negra que conectará la
Provincia de San Juan con la ciudad portuaria chilena de Coquimbo y
servirá de puente para el puerto brasileño de Porto Alegre.

Definir una estrategia regional para el vínculo con Asia:


el instrumento del regionalismo

La magnitud de los negociadores en la escena internacional y de los intere-


ses en juego, tanto en el corto como en el largo plazo, exceden la capacidad
de negociación de cada país por separado. Por eso tanto países chicos de
América Latina y Asia, como grandes potencias recurren a las asociaciones
estratégicas para encarar negociaciones internacionales desde grandes¡ blo-
ques de poder: en esta orientación se inscriben iniciativas como el citado
Trans Pacific Partnership o el Acuerdo Transadántico sobre Comercio e
Inversión que comenzaron a negociar Estados Unidos.
A contramano de esta tendencia, los países latinoamericanos han de-
sarrollado sus relaciones con China en forma individual sin aprovechar
las diferentes asociaciones y tratados regionales para emprender acciones
coordinadas en las que podrían tener un mayor poder de negociación;.
Un ejemplo destacado en este sentido, fue la negociación de Argenti-
na y Brasil con China en torno al reconocimiento del país asiático como
economía de mercado, desarrollada en 2004 en ocasión de la visita del
presidente Hu Jintao a ambos países (tema ya mencionado en el capítulo
de las relaciones diplomáticas Argentina-China).
Esta debilidad no se limita a las relaciones con China sino a las que se
mantienen con Asia en su conjunto. Según el investigador Roberto Urme-
neta, del Observatorio AL-Asia Pacífico de la ALADI, los países de ALC no
han tenido una política común para sus relaciones con el Asia en general y
menos con la ASEAN. Sí han existido, intentos aislados y preliminares de
negociar un TLC con ASEAN, pero sin resultados positivos por parte de
países como Chile y Costa Rica.
Las condiciones vigentes hacen necesario que los países latinoamerica-
nos se planteen y negocien de manera coordinada con la ASEAN por varias
razones:
- aprovechar importantes oportunidades comerciales,
- reforzar la capacidad de atraer inversiones asiáticas,
- favorecer alianzas tecnológicas y de inversión birregionales y, no me-
nos importante,
- refrenar cierta tendencia centrípeta que se insinúa en algunas econo-
mías asiáticas. (Urmeneta, 2013; 59)

Analizando la situación del MERCOSUR en este cuadro, Félix Peña ad-


vierte que es necesario tener en cuenta el cambio del escenario internacio-
nal en la última década y que, debido a la emergencia china y a su creciente
presencia en América Latina, los países de la región tienen un abanico de
opciones que no tenían en los noventa. En este contexto la atracción de las
organizaciones regionales heredadas del pasado disminuye.15
Este reordenamiento contribuye, indudablemente, a debilitar un
MERCOSUR ya afectado por tensiones internas, en abierto perjuicio para
sus miembros ya que, si bien el comercio intrarregional en su conjunto es
bajo, la proporción de exportaciones industriales intrarregionales es muy
elevado: más del 80% de las exportaciones de manufacturas del MERCO-
SUR va a los mercados de América del Sur y el comercio automotriz se
beneficia de un acuerdo sectorial entre Argentina y Brasil..
Por eso, Peña sostiene que es necesario fortalecer el MERCOSUR y
propone comenzar esa tarea con una fórmula sencilla: "En lugar de pelear-
nos comencemos a trabajar juntos".
El trabajo debería incluir mucha negociación y la participación de
funcionarios, empresarios y académicos para tener una visión abarcadora
del nuevo escenario.
Es necesario definir planes y posibilidades de acción y no ignorar los
desafíos que presentan las nuevas opciones de relacionamiento que genera
la presencia china.
Peña recuerda, por caso, que en 2012, en una reunión realizada en la
Casa Rosada, el primer ministro chino propuso negociar un Tratado de
Libre Comercio entre China y el MERCOSUR, y que este último nunca
contestó la propuesta y no se iniciaron evaluaciones y negociaciones sobre
los beneficios y perjuicios que puede tener un acuerdo de esa naturaleza.
Desde el punto de vista comercial, el MERCOSURpuede ser un ins-
trumento de peso por su importancia en la oferta alimentaria.
Mariano Turzi, Coordinador del Programa de Estudios de Asia Pa-
cífico de la Universidad Di Telia, explica, en páginas de la revista Dang
Dai que los países del MERCOSUR aportan la mitad de las exportaciones
mundiales de soja y derivados, lo cual le otorga un enorme poder de ne-
gociación frente a China. "Una interacción coordinada en el sector agroa-
limentario podría consumir el fundamento de un nuevo regionalismo en
América del Sur, con base en intereses económicos convergentes. Y este
regionalismo también sería abierto, ya que es un área donde los intereses
de la región coinciden con los de los Estados Unidos".16
Sergio Cesarín considera, por su parte, que la estructura del comercio
con China hace indispensable la participación del MERCOSUR en las ne-
gociaciones con el país asiático: esto se debe a que las exportaciones están
concentradas en las manos de empresas agroaümentarias transnacionales
que están insertas en redes globales de aprovisionamiento y comercializa-
ción; en consecuencia, deja poco margen para incrementar "capacidades
nacionales" de negociación ante actores económicos externos como China.
En el caso particular de la Argentina, es necesario tomar en cuenta
que el país no cuenta con empresas nacionales en sectores estratégicos con
masa crítica para atraer el interés de grandes firmas chinas manufactureras
y tecnológicas (Cesarín, 2010).

Notas
1 Presentación realizada en la Jornada de debate "La expansión económica de China

y el Asia Pacífico", organizada por el CENES de la FEC-UBA y la Fundación Ebert. FCE-


UBA, Buenos Aires, 10 de diciembre de 2011.
1 Estas medidas se tomaron para reducir el costo del crédito y estimular la recupera-

ción de la inversión y el consumo. Se trata de una política típica que, en esta ocasión, tuvo
un alcance mayor porque, debido a la incertidumbre reinante, la demanda de crédito para
consumo o inversión se mantuvo retraída a pesar del abaratamiento del crédito, mientras
que los bancos, por la misma razón, redujeron su oferta de crédito a pesar de contar con
liquidez. Se produjo, en este momento, una situación que Keynes denominó como una
"trampa de liquidez", en la cual la demanda de liquidez permanece baja a pesar de que las
tasas de interés son reducidas y deberían desestimular el ahorro y promover el gasto. En
estas condiciones, dice la teoría keynesiana, la política monetaria no es efectiva para pro-
mover la actividad económica y los gobiernos deben apelar a la otra gran herramienta de
reactivación como es el estímulo fiscal.
3 Cálculo en base al índice de tipo de cambio real multilateral del real brasileño ela-

borado por el Centro de Economía Internacional del MREyC argentino, que comprende
el tipo de cambio de exportación y de importación, deflacionado por índice de precios
mayoristas. El tipo de cambio multilateral se elabora tomando en cuenta las relaciones
entre la moneda nacional y las monedas de los países con que se comercia, teniendo en
cuenta la participación de cada país en las exportaciones e importaciones. Es un indicador
más explicativo del impacto del tipo de cambio en el comercio exterior y la economía en
general, que la simple comparación de una moneda con el dólar estadounidense.
4 Chris Giles, Financial Times, 29 de julio de 2013.
5 David Pilling, "América latina debe rnaximizar el valor agregado de sus exportacio-

nes a China", en Financial Times, 1° de agosto de 2013.


s Clarín, 9 de junio de 2013.
7 Jorge Castro, "Toda América del Sur se orienta al Asia Pacífico", en Clarín 16 de

junio de 2013.
' Opinión de Félix Peña experto en relaciones internacionales, director de la Funda-
ción ICBC, del banco homónimo chino. Entrevista con el autor.
' Fuente: CNN, 29-10-2012. http://edition.cnn.com/2012/10/28/world/asia/austra-
lia-gillard-asiancentury/ index.html?hpt=hp_c2
10 http://www.educationnz.govt.nz/markets-research/china
11 Times Higher Education. http://www.timeshighereducation.co.uk/world-university-

rankings/2012-13/world-ranking
12 OECD. PISA 2009 Rankings. http://www.oecd.org/pisa/46643496.pdf
13 Citado en La Nación, 6 de diciembre de 2013.
14 La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), es un foro de

diálogo creado en febrero de 2010, en el participan todos los países de la región y que
tiene como propósito promover su integración y desarrollo.
15 Entrevista con el autor.
16 Mariano Tura, "La República de la Soja", en Revista DangDai, Buenos Aires, 5 de

mayo de 2013.

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