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Bibliografía

 Rosales O (2020) El conflicto económico de los Estados Unidos con China. En “El
sueño chino” (p.137-154). Buenos Aires: Siglo XXI
 Rosales O (2020) El arte de las guerras comerciales: escenarios posibles. En “el
sueño chino”. (p. 159-167)
 Merino G, Bilmes J y Barrenengoa A (2022) Ascenso de China: contradicciones
sistémicas y desarrollo de la Guerra Mundial Híbrida y Fragmentada.
Tricontinental. Recuperado de
https://thetricontinental.org/es/argentina/chinacuaderno3/

La disputa entre China y Estados Unidos por la Hegemonía
Como bien se mencionó en el análisis anterior a este trabajo final, estamos ante
la presencia de una guerra mundial hibrida y fragmentada, donde se combinan
elementos de una guerra del tipo convencional entre Estados con ejércitos regulares, y
elementos de guerra no convencional. En ella se enfrentan las principales potencias
mundiales como Rusia y China vs Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia. Este
enfrentamiento estalla en diferentes frentes como el tecnológico, el económico,
financiero, comercial, informativo, psicológico y virtual.
En este análisis se va discutir sobre la lucha entre China y Estados Unidos por la
hegemonía. Pero antes debemos definir lo que significa hegemonía, esta se entiende
por la supremacía que un estado o pueblo ejerce sobre otro. En este sentido, la
supremacía de un pueblo sobre otros, o, dicho de otro modo, la superioridad que un
país tiene sobre los demás, convertirá a esta nación en un Estado hegemónico.
Durante años Estados Unidos fue el líder hegemónico indiscutido del mundo,
pero en los últimos años el deterioro de Estados Unidos y de Europa permitió a China
un impresionante avance en diversas áreas económicas globales poniéndolo a casi a la
par del primero. Este crecimiento exponencial de China tanto en lo económico como
en lo militar se puede traducir en un conflicto de hegemonías: los Estados Unidos
intentan mantener su liderazgo económico y político, mientras China los desafía cada
vez más y busca ocupar ese lugar.
China como país logro atravesar uno de los procesos de industrialización y
urbanización más intensos y acelerados de la historia y consiguió en treinta años lo que
a Inglaterra y a Estados Unidos les tomó doscientos. En 1950, solo un 13% de la
población china era urbana. Se estimó que en 2020 se llegaría al 60%, y el 75% en
2030. Las ciudades con más de un millón de habitantes, que eran 15 en 1980, ya son
más de 120. Además, también este país logro reducir la pobreza a niveles impensados
en tiempos record: más de 850 millones de personas han salido de ella en los últimos
cuarenta años. Con ello, según el Banco Mundial, el porcentaje de población en
condiciones de pobreza en ese país ha caído desde el 88% en 1981 a menos del 1% en
la actualidad.
El país asiático ha logrado convertirse en el primer exportador de bienes, así
como también en la principal potencia manufacturera, el principal acreedor de los
Estados Unidos y, medido en paridad de poder adquisitivo (PPP, por sus iniciales en
inglés), la economía con el mayor PIB del mundo. Además, actualmente sus empresas
están a la cabeza de las redes 5G, que son clave para la difusión de las nuevas
tecnologías.
El avance de China amenaza no solo con abortar un ciclo expansivo de la
economía mundial, sino también con poner fin a una fase de la globalización iniciada a
principios de los años ochenta con las políticas neoliberales promovidas por Ronald
Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido. Este sentimiento
de miedo y amaneza se ha traducido en los últimos años en políticas proteccionistas de
bloqueo de inversiones chinas en las altas tecnologías de EE. UU y el mundo,
imposición de aranceles a las importaciones, en acusaciones de piratería intelectual,
de ciberamenaza y de manipulación cambiaria hacia el país asiático. Por su parte China
responde a las sanciones comerciales con medidas equivalentes como represalia.
El avance de China económico de China no es casual y responde a la idea del
sueño chino, donde se busca volver a la “normalidad histórica” en la que China es el
centro del mundo o la cabeza de la globalización en 2049.
Teniendo en cuenta lo que plantea Osvaldo Rosales, para entender la rivalidad
entre ambas potencias es importante comprender la visión de largo plazo que define a
las políticas chinas. En 2015 el gobierno implementó el plan “Made in China 2025”, que
busca fortalecer la innovación y el desarrollo de las nuevas tecnologías, para
transformar a China en una potencia tecnológica y reestructurar su sector industrial,
elevando su eficiencia, calidad y capacidad de innovación. Mediante esta iniciativa,
Pekín se propone construir su liderazgo global en las áreas de tecnologías de
información, robótica, aeroespacio, vehículos eléctricos, biotecnología e inteligencia
artificial. Además, el gobierno prevé avances sustanciales en la comunicación móvil 5G,
considerada como una nueva área de oportunidad para el crecimiento del país.
La estabilidad política y económica es una prioridad absoluta en la estrategia
china y por eso es poco probable que China esté dispuesta a bajarse esta carrera en
avances en los campos mencionados, sin embargo, si puede decidir bajar la velocidad,
pero nunca abandonarlo si es que quiere llegar a las metas del “sueño chino”.

Conflicto económico
Son varios los puntos que el país norteamericano recalca en sus alegatos en
contra del país asiático y que se deben tomar en cuenta en este conflicto, por empezar
durante la presidencia de Trump los EE. UU inauguro una etapa de la globalización,
donde ellos como principal potencia abandonaron en forma gradual los ejes liberales
que siempre promovieron desde las últimas décadas, adoptando políticas de índole
proteccionistas.
Unos conjuntos de antecedentes asociados a las características del modelo
chino de crecimiento han conducido a una sostenida y amplia sobreoferta en sectores
manufactureros claves, tales como acero, aluminio, cemento y vidrios, entre otros.
China se ha convertido en el líder indiscutido en mostrar exceso de capacidad.
Los derechos de propiedad intelectual están bajo sobre observancia por
Estados Unidos que plantea que sus empresas en China están obligadas a establecer
empresas conjuntas (joint ventures) con empresas locales con lo cual se ven obligadas
a compartir sus innovaciones y sus know-how tecnológico, además acusa de exigir
transferencias tecnológicas forzadas. Por su parte China reconoce falencias en algunos
de esos planos, pero replica explicando importantes avances en esas áreas y justifica
las debilidades por razones estructurales como por ejemplo el bajo número de
abogados.
Otro de los puntos que tiene en vilo esta guerra económica tiene que ver con
las Compras públicas y la apertura en el sector automotriz chino. El país
norteamericano plantea las dificultades que deben atravesar las empresas de ese país
para acceder a las compras públicas del gobierno central y de los gobiernos regionales
y locales de China. En consonancia, el alegato chino reproduce de manera textual los
argumentos estadounidenses, pues ellos encuentran similares restricciones para
acceder al mercado de compras públicas del gobierno central y de los distintos estados
que pertenecen a Estados Unidos.
En cuanto, a la apertura en el sector automotriz chino Estados Unidos presiona
para conseguir una mayor apertura del mercado chino a las exportaciones de vehículos
norteamericanos. No es evidente que esta demanda sea muy relevante para las
principales empresas norteamericanas del rubro, pues todas ellas están ya ubicadas en
China y de hecho venden más unidades por año en ese mercado que en el
norteamericano.
Por otro lado, tenemos los alegatos chinos. Como principales puntos a destacar
es necesario mencionar el tema de economía de mercado, China cuando ingreso a la
Organización Mundial del Comercio en 2001 se le impuso el término de “economía en
transición” con el argumento de que no contaba con una economía de mercado, y esto
servía como base para acusar a los productos chinos de ir en contra de la política
antidumping. Este estatus de economía en transición se culminaría en diciembre de
2016, sin embargo, no fue lo que ocurrió ya que gobierno estadounidense replico que
no veía motivos para cambiar ese estatus. Por su parte China ha intentado cambiar
esta situación haciendo valer sus derechos ante la OMC.
Otro de los alegatos de China tiene que ver con las importaciones de
tecnologías y el bloqueo a inversiones chinas en los EE. UU. El gobierno
estadounidense se ha fijado el objetivo de impedir el avance chino en términos de
ciencia y tecnología. Para eso el estado norteamericano ha impuesto barreras la
inversión china en empresas norteamericanas de tecnología y bloqueo a las
exportaciones norteamericanas de alta tecnología dirigidas a China.
Como respuesta a todas estas trabas que les fueron impuestas, China no se ha
quedado atrás y también ha respondido a dichos ataques con represalias, poniendo
sobre las exportaciones de ese país montos muy proporcionales a los aranceles
impuestos por los Estados Unidos, focalizados en pocos rubros, en general agrícolas. A
su vez también ha rebajado aranceles a la soja proveniente de países vecinos: Corea
del Sur, India, Bangladesh, Laos y Sri Lanka. Levantó las prohibiciones sobre
importaciones de carne de cerdo de Francia y Reino Unido, restricción que se
arrastraba desde los años noventa, debido al mal de la “vaca loca”. También rebajó
aranceles en productos químicos, agropecuarios, ropa, metales no ferrosos, gas
licuado, y redujo la lista negativa para el ingreso a la inversión extranjera directa (IED)
de 63 a 48 subsectores, eliminando o reduciendo el límite a la propiedad extranjera en
sectores como la construcción aeronáutica y naval, redes eléctricas, infraestructuras,
minería, gasolineras, comercio de cereales.
China no solo a dedicado a responder a todas las trabas económicas impuestas,
sino que también se ha dedicado a fortalecer sus vínculos y aliarse con otros países
para defender la idea del multilateralismo y de las trabas comerciales impuestas en la
era de Trump. Por otra parte, su mayor presencia en los acuerdos comerciales y el
multilateralismo –del cual los EE.UU. se están retirando tal y como se comentó en uno
de los parrafos- China ha podido mostrarse más favorable en la geopolítica mundial a
dos valores indispensables para el desarrollo de nuestra región y de la Argentina:
ruptura de la unipolaridad y preservación del concepto de Estado.
En una de sus presentaciones ante la ONU el presidente de China Xian PI
presento de manera abierta una iniciativa destinada a reformular la seguridad
mundial. En esa carta habla sobre romper una niebla para avanzar hacia un futuro
brillante. En este discurso el líder de China promueve la cooperación y solidaridad
entre países, garantizando el bienestar en común entre pueblos. Propone la iniciativa
para la seguridad global criticando no de manera abierta a Estados Unidos, donde
expone que hay que trabajar para sostener la paz mundial, donde se tiene que
respetar la independencia de los países no metiéndose en asuntos internos que no
corresponde a otras naciones, acatar los propósitos de la ONU, rechazar la búsqueda
de seguridad nacional a expensas de la seguridad de otros países, intentar solucionar
las disputas entre países mediante el dialogo, rechazar el abuso de sanciones
unilaterales, entre otras.
En cuanto a los resultados posibles de esta lucha por la hegemonía disfrazada
por el termino de guerra comercial son varios, sin embargo, considerando la situación
de ambos países es poco probable que se dé un escenario donde ambas naciones
acepten una “paz comercial”, ya que ambos tendrían que ceder y esa posibilidad es
baja.
Tampoco es probable que en el escenario de guerra comercial la situación se
agrave más, ya que ambos países se verían afectados por las medidas que el adversario
podría tomar, y no solo ellos si no que también podrían afectar la economía mundial
sucumbiéndola en un receso económico. Es por eso que teniendo en cuenta las
posibles consecuencias que se podrían sufrir, lo más probable que los escenarios en la
guerra comercial se sitúen en una situación donde China cede o donde Estados Unidos
es el que cede. La realidad de esta situación es que este conflicto va a perdurar por lo
menos durante varios años, y en los momentos del conflicto se van a dar ambas
situaciones, donde uno cede y pierde más que otro, y viceversa.
Aunque algunos informes consultados instan a pensar que EE.UU. tiene más
que perder en esta guerra, pues su economía es proporcionalmente más dependiente
de la china que viceversa.
Conclusión
De acuerdo al peso que representan China y EE.UU. en la comunidad
internacional, las consecuencias de su guerra comercial tienen el potencial de resultar
devastadoras y de transformar por completo el contexto del comercio global. Además,
como ha quedado demostrado en guerras pasadas, en un conflicto comercial o de
cualquier índole nadie resulta totalmente ganador. Siempre se terminan por
contabilizar consecuencias adversas en ambos bandos, independientemente de quién
hubiese tomado la iniciativa en la disputa.
Actualmente es imposible predecir con exactitud las consecuencias de la guerra
ya que son inciertas y dependen de distintos factores, como la definitiva
implementación de las medidas adoptadas por ambos países.
Ambos países tienen sobre sus hombros el peso de la responsabilidad de
mantener la estabilidad en la red de comercio internacional, y deben resolver su
conflicto por medio del diálogo multilateral y/o a través de las instituciones destinadas
al efecto, bajo el convencimiento de que solo en un contexto de normas claras y justas
donde no quepa el proteccionismo, se puede esperar un progreso estable y exitoso, se
espera que los gobiernos de China y EE.UU. den un giro a sus políticas económicas para
trabajar en este sentido y construir juntos un mayor bienestar para la comunidad
internacional donde todos salgan beneficiados.

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