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ENSAYO

Cazadores de microbios

Paola M. Arzaba S. | Higiene y Salud Comunitaria | 03 de octubre de 2023 | Med. Epifanio Villaruel L.
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ
Dirección General de Bachillerato
Unidad Coordinadora de la Dirección General de Bachillerato
Zona 03
Escuela de Bachilleres Oficial Agustín Yáñez
Turno Matutina - CCT 30EBH0093M
Modalidad escolarizada
Periodo escolar: 2022-2023

PRESENTACION
Alumna
Paola Marihely Arzaba Sanchez

Escuela
Escuela de Bachilleres Agustin Yañez Diurna

Materia
Higiene y Salud Comunitaria

Maestro
Epifanio Villaruel Licona

Trabajo
Ensayo literario del libro Cazadores de microbios de Paul Kruif

Fecha de entrega
03 de Octubre de 2023

Grado y grupo
3° “B”

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INTRODUCCION
La obra Cazadores de Microbios es un libro fascinante que narra parte de la vida
privada y profesional de algunos grandes científicos que otorgaron al mundo el
camino para ganar la batalla a las primeras enfermedades mortales de la
humanidad. El autor de este libro nos lleva a conocer las bases que sentaron
estos hombres del siglo XIX y también a entender el mundo de estos pequeños
seres y nuestra relación con los verdaderos causantes de malestares y
enfermedades, los microbios.
El libro contiene un relato muy agradable de la mezcla de experimentos,
descubrimientos y vida cotidiana presentándolo en un tono entretenido y sencillo.
Asimismo, se presentan las amistades y altercados entre los diferentes científicos
de la época que permiten reconocer los ejemplares que en aquellos años se
disputaban, sirviendo de base para comprender la microbiología y biotecnología
moderna.
Posiblemente la vida en este planeta comenzó hace unos cuantos miles de
millones de años con microrganismos y probablemente estos serán los últimos
sobrevivientes. Actualmente, la mayoría de estos seres vivos son
microorganismos y también son los mas diversos ya que desconocemos la mayor
parte de ellos.

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DESARROLLO
El primer cazador de microbios, Antón van Leeuwenhoek fue una etapa difícil,
hace ya mucho tiempo donde uno no podía expresarse con gran libertad y
autonomía e inclusive si se deliberaba alguna cosa de alguna autoridad (los
padres eran autoridades) se te eran reprimidas tus acciones e incluso a veces
hasta tus pensamientos. Como fue el caso de Galileo Galilei por haber
manifestado su idea, que por cierto es muy apropiada y atinada, de que la Tierra
giraba alrededor del sol. Esto nos demuestra que el desconocimiento era muy
grande y predominaban las creencias en aquellos tiempos.

Leeuwenhoek y sus microscopios nos proporcionaron una manera distinta de


percibir la vida, concretamente como se sabe de el pasó gran parte de su vida
percibiendo de desemejantes lentes que el creó. Él incorporó un nuevo mundo
indocumentado y él fué el primero en desenmascararlo.

Después del apesadumbrado fallecimiento de Leeuwenhoek llegó Lazzaro


Spallanzani que desde infante tenía demasiada curiosidad e intriga hacia ciertas
experimentaciones con algunos insectos. A semejanza de Leeuwenhoek, Lazzaro
tuvo que soportar considerables disputas con sus antecesores para poder llegar a
ser un cazador de microbios. El jovenzuelo Spallanzani estaba descomunalmente
dispuesto a arrancar todos los grandes y pequeños secretos a la naturaleza como
lo estuvo Leeuwenhoek, si bien prefirió un camino completamente distinto para
llegar a ser hombre de conocimientos científicos. La emoción y la dignidad de
profundizar el estudio de la naturaleza empezaron a abrirse en los laboratorios
retirados de los filósofos. Él empezó a estudiar a los animalitos microscópicos e
inspirado en un libro que había leído sobre la concepción espontánea trato de
probar que esos bichejos no existían por descendencia espontánea, no obstante,
otro científico “confirmó” la generación espontánea de los bichos que después
Lazzaro rechazaría y no sólo fue eso si no que también evidenció la forma de
acabar con ellos y concluyó que “la vida sólo procede de la vida”. Spallanzani

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tuvo un enfrentamiento contra el fundamento anterior y así fué con tiempo y
dedicación lo logró e inclusive siguió y consiguió ver como se segmentaban estos
seres microscópicos.

En 1831, treinta y dos años después de la muerte de Spallanzani, la caza de


microbios se encontraba paralizada ya que se ideaban nuevos microscopios;
pero nadie se había manifestado a estos aparatos, nadie se preocupaba de
demostrar al mundo que ciertos animalillos eran capaces de realizar una labor
útil, como nunca la ejecutaría ninguna máquina de vapor; de que esos
insignificantes microbios pudieran matar incomprensible y silenciosamente un
sinnúmero de seres humanos: eran unos de los homicidas más temerosos que el
degolladero y los cañones.

Luis Pasteur impulsado por una intimidación en su infancia al ver a un perro


rabioso, le intriga saber por qué tenía rabia el perro y por qué morían las
personas al ser mordidos por aquel animal pero en tanto a sus procesos también
pudo ver una forma para en la cual la carne no se contaminara por los bichos que
se encontraban en el aire ya que por medio de tubos calentados no podían pasar
pero al destapar uno y hacer que llegase el aire del exterior los bichos hacían que
la carne se comenzara a descomponerse pero no sólo eso, sino que fue el
primero en ver el ácido tartárico y los cristales que contenía, que por cierto, eran
cuatro tipos de ácidos diferentes. Pasteur siguió trabajando con los cristales, se
metió en callejones sin salida, hizo experimentaciones descabezadas y
extraordinarias, de las que se le ocurren sólo a un rechiflado, pero con los que
sólo un genio sabe conseguir éxito. En la fermentación el descubrió unos bichitos
que no favorecían a elaborar bien el alcohol.

Cuando venimos a echar la vista encima a la vida de Robert Koch se basa


mucho en lo que es la medicina y ve una enfermedad, el carbunco que mataba
tanto a animales como personas, él lo distinguió en algunas ovejas como otros
científicos, pero a él no le importaba el criterio de los demás él quería
comprobarlo por su cuenta y corroborarlo. Era un buen educando, pero
fantaseaba con cacerías de tigres; memorizaba a conciencia los nombres de
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cientos de huesos y músculos, pero en su imaginación partía rumbo a Oriente. El
sueño de Koch era ser explorador, médico militar, o por lo menos medico naval
para tener la oportunidad de conocer países extravagantes o incomunicados.
Después de recibirse hizo su internado en un manicomio de Hamburgo, donde
cuidando a los enloquecidos, dificultosamente podían llegar a sus oídos los
grandes descubrimientos de Pasteur y de sus microbios.

Él pudo ver y percatarse de ciertos filamentos que se localizaban en la sangre de


un cordero muerto y reflexionó que podía ser la sangre en coagulación pero
también tomó muestras de otros corderos y no percibía a estos filamentos, hizo
diversas pruebas en incluso dispuso de cierto tiempo vio que pudo desinfectar un
palillo tocar una muestra e infectar a otro y avistó que si era un virus que al
infectar a una rata con eso al siguiente día moriría pues así lo hizo diversas veces
y así fue. Él descubrió como estos organismos tan pequeños podían matar a
seres tan grandes e incluso vio y evidenció como el carbunco permanecía intacto
a temperaturas diferentes y hasta la sequía.

Con el transcurso de los tiempos y su incertidumbre e intriga por averiguar más


de las bacterias y de estos seres microscópicos inventó para los seres más
rigurosos un medio el cual sea el campo perfecto que fue suero sanguíneo de
vaca o de oveja y fue allí donde con perseverancia tuvo su cultivo de
tuberculosis. Entre 1878 y 1880 hizo considerables progresos en bacteriología,
siguiéndoles la pista a los extravagantes seres microscópicos que infectaban las
heridas de los hombres y de los animales. Con diferentes sustancias y pigmentos
aprendió a entintar a los microbios, logrando enfatizar hasta al más minúsculo de
estos. Divulgó también los cultivos puros en la superficie del corte de la media
papa cocinada. Koch se decidió a localizar el virus de la tuberculosis, lo único que
dominaba acerca de ella era que posiblemente fuera ocasionada por alguna
especie de microbio, y estudiando las experimentaciones de Cohnheim se dedicó
a transmitir la tuberculosis en animales.

Volvemos con Pasteur y sus teorías y supuestas formas de curar a algunos


vacunos por la inmunidad que consiguiesen generar, en sus estudios,
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averiguaciones y todo lo que llego a hacer averigua la vacuna que expedía del
cólera a las gallinas. Más tarde ejecuto otras pruebas y pruebas hasta que un día
un famoso 2 de julio de 1881 se presentaron a las ovejas vacunas por Pasteur
mientras que las no vacunadas agonizaban e incluso ya estaban muriendo, aquí
se mostró como alguien muy significativo y aceptable donde incluso veterinarios
prestigiosos se asombraron ante este suceso. Pasteur con su intriga de la rabia
empezó a inspeccionarla con demasiados riesgos ya que una mordisqueada de
un perro rabioso era mortal y él tenía que sacar muestras de estos animales,
muchos sentían la duda de por qué Pasteur quería cursar la rabia habiendo
tantas enfermedades allá afuera pero él estaba muy obsesionado ,por decirlo de
un modo, por el pánico y los recuerdos de los aullidos de los lobos y los perros
rabiosos y todo aquel que fuese reconocido o con sospechas de rabia tenían que
matarlo, asfixiarlo o colocarle veneno con el fin de que se extinguiera. Y Pasteur y
sus ayudantes comenzaron a trabajar en una cura para la rabia y con los
disparates de Pasteur tenían que seguir, él había averiguado que si el animal
tuvo rabia y se regularizó no vuelve a reincidir. Su trabajo era para ver cómo
podría disminuir todos esos riesgos. Finalmente dieron con un procedimiento de
debilitar el feroz virus de la rabia, poniendo a secar en un matraz desinfectado,
durante catorce días, un pequeño segmento de medula espinal de un conejo
muerto de rabia, después lo inyectaron en perros sanos y estos no murieron.

Al principio, Pasteur pensó administrar el virus debilitado de la rabia a todos los


perros de Paris, pero se dio cuenta de que era imposible; se le sobrevino una
mejor idea: administraría esa sustancia a las personas que hubieran sido
mordidas por perros rabiosos, de esta forma la persona resultaría inmunizada.
Pero aún no se arriesgaba a experimentar con humanos, pues con una
equivocación podía asesinar a alguien. El momento indiscutible fue una tarde
cuando una madre desconsolada llego a decirle que vacunara a su hijo, que
estaba muy enfermo. Y Pasteur en compañía de dos médicos procedió a
vacunarlo. Y así la tarde del 6 de julio de 1885 fue empleada a un humano la
primera vacuna antirrábica. El niño regreso sano y salvo a su casa.

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Roux se hace cargo de las indagaciones del maestro y entre los conejillos
hallaron que el virus de la difteria era muy amenazador y que podía ser también
una cura más adelante. Era por mil ochocientos ochenta y tantos, y la difteria se
encontraba en uno de sus periodos más bestiales. En los hospitales miles de
niños fallecían. Ejecuto muchas experiencias con conejos y morían y morían los
conejos, inspeccionaba niños muertos de los que fallecían por esta enfermedad.
A finales de 1891, muchos niños fallecían de difteria en Berlín. Durante la noche
buena se le administro el suero a un niño que luchaba entre la vida y la muerte
desesperado. Los resultados parecían milagrosos, las inmensas industrias
alemanas se dedicaban a producir el suero empleando rebaños de ovejas. A
pesar del tratamiento, numerosos infantes seguían muriendo, aunque en número
menor al anterior. Entonces volvió Roux al ataque. Desenvolvió la manera de
inmunizar caballos, los que no morían y brindaban muchos litros de antitoxina.
Roux desde un principio creyó que la antitoxina salvaguardaría a los niños de la
difteria. Acondicionó sus jeringas y sus frascos de suero, en el intervalo de los
siguientes 5 meses todos los niños que internaban en el hospital, recibían una
buena cantidad de antitoxina diftérica. Los rostros cadavéricos y grisáceos casi
habían desaparecido de las salas. Los niños estaban contentos y divertidos.

Elías Metchnikoff se contempló antes de los 20 años hábil y capaz de ser


notable según él, tenía el talento natural y estaba en lo cierto por lo que iba a
evidenciar los fagocitos y todo fue a la gracia de comenzar a ver a las estrellas de
mar y la forma en la que tenían unas células errantes que conformaban parte de
sus cuerpos, pero que eran autónomas; esas células errantes del cuerpo de las
larvas de las estrellas de mar, esas comen los alimentos, devoran las partículas
de carmín, pero también deben comerse los microbios. Y así pudo expresar que
nuestras células errantes, los glóbulos blancos de nuestra sangre, deben ser las
que nos resguardan contra los microbios invasores, son seguramente, la causa
de nuestra inmunidad contra las enfermedades, son las que impiden que la raza
humana perezca los microbios maléficos. Y ya tenemos a Metchnikoff convertido
en cazador de microbios.

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Teobaldo Smith hizo que la humanidad diera un gran avance. Fue y continúa
siendo el primer capitán de los bacteriólogos norteamericanos. Siguiendo las
instrucciones de unos ganaderos detectó cosas sorprendentes. A principios del
último lapso del siglo XIX, Teobaldo Smith expreso que el ganado vacuno del
norte enferma y muere de fiebre de Texas cuando es introducido al sur y por qué
el ganado vacuno del sur aun estando sano, arrastra al ir al norte, una muerte
misteriosa para sus congéneres de esta región. Smith empezó su cacería de
microbios en el desván de un edificio oficial iluminado por un tragaluz. Empezó a
imitar los sutiles procedimientos empleados por Koch para nutrir y acechar a los
horribles bacilos. En aquel tiempo los ganaderos se encontraban seriamente
agobiados por la inédita enfermedad que atacaba a sus animales conocida como
fiebre de Texas. Se creía que esta fiebre era causada por un insecto que vivía
sobre las vacas y les bebía la sangre, al que llamaban garrapata.

El Consejo Metropolitano y los distinguidos veterinarios de todos los Estados no


podían creer que un simple bicho fuera el causante de la muerte masiva de los
ganados. Smith realizo estudios a las garrapatas, pero también creo dos corrales
para poner vacas A de un lado y vacas B de otro; veía su conducta y así fue
hasta que finalmente después de cuatro veranos en 1893, Smith se dispuso a
contestar el complejo problema de la fiebre de Texas, exponiendo la fórmula para
su desaparición. Este informe de Teobaldo Smith fue un gran avance en el
progreso de la humanidad, pues mostró la manera más extraña en que un insecto
puede transmitir una enfermedad. La aniquilación consistía en bañar al animal en
soluciones desinfectantes para acabar con las garrapatas y mantener los campos
limpios de estos bichos. Corría la década de 1890 y en América, Teobaldo Smith
había demostrado que una especie de garrapatas transmitía la muerte de un
animal a otro.

David Bruce, de espíritu aventurero y un tanto pedagogo, quería llegar más allá,
los virus misteriosos que infectaban África habían convertido a ese continente en
un infierno. El médico cirujano David Bruce y su mujer se hallaban en Natal,
viajando rumbo a Ubombo, donde los enjambres de moscas tse-tsé los
escoltaban. Ellos dos solos constituían la primera Comisión Británica. No tardaron
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mucho en dar el primer paso adelante: en la sangre de uno de los caballos
enfermos, Bruce observó, entre los glóbulos rojos, una danza violenta y extraña;
encontró un espacio libre en aquel hervidero de células sanguíneas, y allí de
pronto encontró la causa de toda aquella agitación: un curioso bicho, mucho
mayor que cualquier microbio corriente; un ser de cuerpo aplastado, Roma una
de las extremidades y provista la otra de un delgado flagelo con la que parecía
explorar lo de adelante. Eran tripanosomas. Aquellos seres los localizaron en la
sangre, en la segregación de los parpados inflamados y en la extraña gelatina
que sustituía la grasa. En perros, vacas y caballos sanos no encontraron ni uno
solo de estos bichejos; pero en las vacas a medida que agravaban su número
aumentaba. Los europeos experimentados decían que la mosca tse-tsé era la
causa de la nagana y al picar a los animales inyectaba un veneno; mientras los
aldeanos zulús decían que la nagana era causada por la caza mayor, que los
animales la adquirían de la hierba contaminada por las suciedades de los
animales salvajes. Inyecto a perros sanos con sangre procedente de diez
animales diferentes, descubriendo de este modo que los microbios de la nagana
pueden acechar en la caza mayor, esperando ser transmitidos por la mosca tse-
tsé a los animales domésticos. Era sumamente extraño que la enfermedad del
sueño apareciera en una parte nada más, siempre junto al agua, nunca tierra
adentro. Esto podía significar que algún insecto chupador de sangre que vivía
cerca del agua exclusivamente, era el portador de la enfermedad. Su última
expedición África fue en 1911 y se prolongó hasta 1914, donde pudo ver que el
insecto transportaba por toda una gran zona y que era imposible pararla ya que
no se trataba de cien sino de miles de seres humanos que se tendrían que
reubicar a otros lados.

A mediados de 1899, dos científicos habían demostrado que solamente una


especie de mosquito causaba el paludismo: Ronald Ross y Battista Grassi. En
1888, Ross aumento su interés por el mosquito del paludismo. Este ensayó a los
distintos mosquitos en la india en un mosquitero donde se encontraban unos
Indus, destapo y al mosquito con paludismo e incluso descubrió otra clase de
mosquito que lo llamo mosquito pardo. Ensayó con los nuevos mosquitos sobre
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un hombre de apellido Sola durante noches continuas, pero este era un hombre
resistente y no mostró el menor síntoma, días más tarde este hombre enfermó
gravemente mostrando los síntomas de la enfermedad. Ahora tenían la certeza
de que los mosquitos esparcían la enfermedad del paludismo a sitios ectópicos y
a personas que jamás tuvieron contacto con la enfermedad. Llegó a la conclusión
que no eran los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un
palúdico los que transmitían la enfermedad.

“He descubierto tus hazañas secretas,


¡oh muerte devastadora!
Sé que esta cosa tan pequeña
salvará la vida de millones de hombres.
¡Oh, muerte!, ¿dónde está tu aguijón?
¡Oh, tumba!, ¿dónde está tu victoria?
(Kruif, 2023)

La extinción de la fiebre amarilla fue una gran lucha, lo cierto es que todo el
mundo sabía la manera de combatir la enfermedad, pero todos tenían una
opinión diferente acerca del modo de defenderse de ella: fumigar las sedas, telas
y objetos de propiedad de las gentes antes que abandonen la ciudad infestada de
fiebre amarilla o quemar estos objetos, para que el virus no se extienda. Por lo
que el comandante Walter Reed fue designado a la investigación de cómo
combatir la fiebre amarilla. La comisión investigadora que iba con Reed eran
James Carroll, Jesse Leazer y Arístides Agramonte. Lazear se paseó entre los
muertos de fiebre amarilla, hizo que les picasen los mosquitos y después
reintegró los insectos henchidos de sangre a sus jaulas con agua y terrones de
azúcar. Consiguió 7 voluntarios e hizo que les picaran los mosquitos, pero
ninguno de ellos contrajo enfermedad. James Carroll hizo que le trajeran el
mosquito más peligroso de la colección, que había picado a 4 enfermos de fiebre
amarilla para que le picase, 4 días más tarde enfermó. Pero aún quedaba la duda
de cuál era la causa de la fiebre amarilla. Logró obtener sangre infectada de
fiebre amarilla, que pasó por un filtro de porcelana muy fina e inyectó el líquido
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filtrado a 3 personas no inmunes y 2 de ellas contrajeran fiebre amarilla. La fiebre
amarilla era causada por un microbio muy pequeño.

Pablo Ehrlich la bala mágica un gran dicho de él o más bien su frase, con el
terminaremos y cerraremos la lectura. El transformo una droga para poder curar,
pero no era cualquier droga era un veneno que sorprendente era este señor. Voy
a teñir animales vivos es como la química de mis colorantes y teniéndolos en vivo
me enteraré de su constitución. Tomo su colorante favorito que era el azul de
metileno e inyecto una pequeña cantidad en la vena auricular de un conejo vio
que el color se difundía por la sangre, el fracaso en la búsqueda de un
anestésico, pero encontró algo más. Gracias a su persistencia, da la casualidad a
Dios y a un colorante llamado rojo tripán. Tengo un colorante que ha curado a un
ratón, encontré otro que salva millones de hombres, así soñaba aquel confiado
judío alemán, pero por desgracia no lo consiguió inmediatamente. Así pues,
Pablo Ehrlich pagó con miles de desengaños su primer éxito parcial; el
tripanosoma de la nagana, descubierto por David Bruce y el tripanosoma de la
enfermedad del sueño mortal para los hombres. Se reían del rojo tripán,
rehusando en absoluto dejarse influenciar por este producto.

CONCLUSIONES
Este libro “los Cazadores de Microbios” son narraciones y recopilaciones de
personas muy importantes de lo que son microbios, bacterias y enfermedades
peligrosas y mortales. Este libro contiene básicamente biografías de ellos y como
superaron, afrontaron y tuvieron que vivir para llegar a sus ideales u otros
semejantes. Para mi me causo una gran impresión de la persistencia de cada
uno de estos hombres y la hazaña de que siempre hay que seguir insistiendo.
Por ende, concluyo que la persistencia, paciencia y el trabajo duro son la clave
para tener éxito en cada uno de nuestros pasos ya sean científicos o no.

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CONCLUSION OBJETIVA
Mi conclusión es que como científicos y divulgadores debemos de comprender
los conceptos que cada uno de estos hombres tienen en común para así poder
persistir hasta el final de las investigaciones y poder seguir contribuyendo
siempre a la humanidad para bienes y así poder gozar de nuevas tecnologías e
inventos que nos ayuden a comprender nuestro entorno por qué y el ahora

REFLEXION PERSONAL
Para mi este libro representa el significado de paciencia, perseverancia y
esfuerzo ya que cada uno de estos científicos le dedican su vida entera a las
investigaciones arduas para poder llegar a un beneficio absoluto para toda la
humanidad y así tener la satisfacción de haber contribuido algo grandioso en vida
y ser recordado en penumbras.

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