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ANALISIS DE LA RELACION ENTRE NARCOTRAFICO Y TERRORISMO

La conexión entre las operaciones del narcotráfico y los vestigios del terrorismo que se encuentran en el VRAEM, lugar de
origen y desarrollo de estos fenómenos a lo largo de los años en el país, se ha convertido en una de las principales amenazas
a la seguridad nacional del Perú. Es crucial destacar la relevancia del respaldo internacional, fundamental para que un país en
desarrollo como el Perú pueda enfrentar eficazmente estos dos problemas.

EL NARCOTRÁFICO :
El tráfico ilícito de drogas, comúnmente conocido como narcotráfico, se define como la actividad ilegal que promueve, favorece
o facilita el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas mediante actos de fabricación,
comercialización o tráfico de estas sustancias. Además, el narcotráfico está estrechamente relacionado con la estructura de
poder, influyendo en decisiones políticas, económicas y sociales, generando fenómenos de crimen organizado o
desestabilización. En diferentes niveles de la sociedad, el narcotráfico puede evolucionar de un interés predominantemente
económico a uno político, convirtiéndose en una amenaza directa para el poder estatal. Un ejemplo de esto es la influencia del
narcotráfico en el Perú durante la década de los 90, donde tuvo una participación significativa en todos los niveles del Estado,
especialmente durante el gobierno de Alberto Fujimori.
Por último, es importante considerar que las operaciones de narcotráfico varían en cada país, desde el cultivo y producción
hasta la distribución de drogas. Un ejemplo de esto es el caso de Perú, que ha evolucionado de ser simplemente un proveedor
a controlar todo el proceso ilícito de la droga. Además, el narcotráfico se distingue por su discreción y anonimato, en lugar de
la confrontación, lo que constituye la base de su continuidad.

NARCOTRÁFICO EN EL PERÚ:
El tráfico de drogas en Perú tiene una historia larga y compleja, con momentos y etapas que se han ido adaptando a los
cambios del contexto a lo largo del tiempo. Se puede afirmar que el tráfico de drogas en Perú se basa principalmente en la
producción y exportación de cocaína. La evolución de este fenómeno en el país, considerado el segundo productor a nivel
mundial, está estrechamente relacionada con el desarrollo de los cultivos ilícitos de coca, que son la base de todas las
actividades del narcotráfico. Este problema ha estado presente en el país durante más de 40 años, siendo los años ochenta y
noventa los períodos de mayor incidencia. Incluso en la actualidad, el tráfico de drogas sigue siendo considerado un problema
estructural. Por otro lado, la coca ha estado presente en Perú desde la antigüedad, con usos tradicionales, rituales y culturales
en la región andina. Sin embargo, a finales de la década de los setenta, la hoja de coca se convirtió en materia prima para un
negocio lucrativo que generaba grandes ganancias para aquellos que estaban más cerca del mercado final de consumo.

Posteriormente, la producción local de cocaína se vinculó con grupos delictivos, dando inicio a su comercialización a nivel
mundial. En la década de los 80, ya se había producido un auge en la venta de cocaína y en el procesamiento de la pasta
básica de cocaína (PBC), lo que llevó a que Perú se consolidara como uno de los principales enlaces en el tráfico internacional
de esta droga. Además, otros factores como la crisis económica, política y social que atravesaba el país en ese momento,
sumado a la falta de cobertura de las necesidades básicas de la población en zonas aisladas por parte del Estado peruano, la
pobreza y la falta de manejo de los conflictos sociales, contribuyeron a que el narcotráfico se fortaleciera y se convirtiera en un
terreno fértil para el terrorismo. Hasta las décadas de los setenta y ochenta, Perú solo era proveedor de PBC para
organizaciones colombianas desde diferentes comunidades del Huallaga y la Selva Alta. El narcotráfico lograba establecer
acuerdos económicos con la población, las autoridades y la policía local.
Durante la década de los 90, se produjeron cambios significativos en la posición de Perú en el tráfico ilícito de drogas, los
cuales fueron resultado de la convergencia de tres factores:

a. El desmantelamiento de los carteles de Cali y Medellín (1993-1996) tuvo consecuencias importantes, ya que se rompió el
dominio de las organizaciones colombianas.

b. La caída del "puente aéreo", que durante años fue utilizado como medio de transporte de la pasta básica de cocaína hacia
los laboratorios de cristalización en la selva de Perú y Colombia, generó graves problemas económicos en el narcotráfico.

c. La llegada de los carteles de drogas mexicanos marcó un hito en el narcotráfico en Perú, ya que el país pasó de ser
proveedor a encargarse y manejar la producción, elaboración, transformación, transporte, acopio y entrega de la droga.

Además, se registra un incremento en la cantidad de hectáreas destinadas a la producción de coca, así como también la
fragmentación y ubicación de los cultivos, lo que ha llevado a su expansión hasta el VRAEM. Al mismo tiempo, Sendero
Luminoso ha fortalecido su relación con los cultivadores de coca para obtener mayores recursos financieros y consolidar su
control sobre algunas áreas del país (Santillán, 2017). Estos recursos son obtenidos a través de los pagos que los cultivadores
realizan a cambio de la protección brindada por los miembros de Sendero Luminoso en las plantaciones de coca. Es
importante destacar que el narcotráfico ha logrado infiltrarse en el poder y en los actores políticos de diferentes niveles, como
se evidencia en el Gobierno de Fujimori, especialmente con Montesinos. En la actualidad, el narcotráfico se ha convertido en
el principal financiador de la corrupción y su influencia se extiende a todos los niveles del Estado, los partidos políticos e
incluso el sector privado. A pesar de los esfuerzos del Estado por combatir el tráfico ilícito de drogas, y aunque se han
implementado diversas estrategias que han permitido obtener cierto control sobre las zonas de cultivo de coca, como en el
caso del Alto Huallaga, aún persiste una zona en la que se concentra la producción de coca: el VRAEM. En este valle, no solo
operan los narcotraficantes, sino también los remanentes de Sendero Luminoso, lo que dificulta y complica las acciones del
Estado para enfrentar esta problemática.

EL TERRORISMO:
El concepto de "terrorismo" es difícil de definir debido a la falta de consenso en la comunidad internacional. La mayoría de las
personas tienen una idea vaga de lo que es el terrorismo, entendido como actos de violencia con objetivos políticos o
ideológicos dirigidos contra civiles. Sin embargo, no existe una definición precisa y explicativa de esta palabra. Las dificultades
para conceptualizar el terrorismo se deben a varios factores. En primer lugar, aquellos que ejercen el terrorismo no se
identifican a sí mismos como terroristas, sino como luchadores por la paz, defensores de la libertad, rebeldes, revolucionarios,
etc. Además, los medios de comunicación han catalogado de manera indiscriminada como "terrorismo" una variedad de actos
violentos, lo que ha generado aún más confusión en la definición del término. Por último, los diferentes contextos en los que se
desarrollan los actos de terrorismo, sumados a los intereses políticos preestablecidos, dificultan aún más la tarea de lograr una
definición general de la palabra.

Por lo tanto, se puede deducir que el terrorismo utiliza el miedo como su principal arma, ya que esto genera un impacto mayor
y los acerca a sus objetivos. Los ataques deliberados a civiles son un medio para alcanzar los blancos principales, y esto
dependerá de lo que busquen, ya sea intimidación, coerción o publicidad. Sin embargo, es importante destacar que el ataque
a civiles no es la única condición. El terrorismo tiene como principal motivación la política, y sus acciones buscan obtener la
máxima propaganda y acercarse a sus objetivos. Esto tiene consecuencias en la sociedad, no solo en términos físicos, sino
también psicológicos, cuya duración es más permanente. Los autores de acciones terroristas son en su mayoría miembros de
un grupo organizado, que poseen una estructura claramente identificada, y los ataques son perpetrados bajo la identidad de
ese grupo. Un claro ejemplo de esto es Sendero Luminoso, que, al enfrentar dificultades para su crecimiento, se volcó
completamente hacia el terrorismo, secuestrando comunidades enteras y reclutando forzosamente a la población. Ante el
fracaso en el campo, centraron sus acciones en las ciudades, principalmente en la capital del país (Lima). Todo esto no solo
hizo que la población viviera en un constante terror, sino que también desestabilizó al Estado peruano. En resumen, el
terrorismo busca imponer una agenda política o sus propios fines a un Estado que es incapaz de mantener el orden o anticipar
el próximo ataque. El peor aspecto del terrorismo no es el efecto inmediato, sino la incertidumbre y el miedo que provoca en la
población.

TERRORISMO EN EL PERÚ:
El Perú ha sido marcado por el terrorismo, dejando una huella imborrable en la historia del país. A pesar de que han pasado
varios años desde la época más oscura, todavía existe un temor latente en la población ante la posibilidad de un resurgimiento
de la violencia terrorista. Sendero Luminoso, un grupo terrorista de ideología marxista-leninista-maoísta, sigue teniendo
presencia en algunas zonas del país, lo que demuestra que el pasado aún tiene influencia en el presente. Es fundamental
analizar y comprender lo sucedido en el pasado para poder entender la situación actual. Durante las décadas de los 80 y 90,
Sendero Luminoso sembró el terror en el país, aprovechando la crisis económica, las desigualdades sociales y la opresión
existente. Bajo el liderazgo de Abimael Guzmán, fundador del Partido Comunista del Perú (PCP-SL), el grupo buscaba llevar a
cabo una revolución armada siguiendo el "pensamiento Gonzalo". A pesar de los esfuerzos por erradicar el terrorismo, la
sombra de Sendero Luminoso sigue presente en la memoria colectiva de los peruanos.

Así fue como Sendero Luminoso (SL) se fue formando, adquiriendo poder interno y siendo reconocido como uno de los grupos
terroristas más violentos en el conflicto armado interno que afectaba al país. Su principal objetivo era destruir las instituciones
democráticas y tomar el poder absoluto y autoritario. Mientras SL crecía de manera silenciosa entre estudiantes y profesores,
sus primeros líderes se encontraban en la Universidad de Huamanga, difundiendo conocimientos revolucionarios para ganar
seguidores. Las primeras acciones violentas de SL comenzaron el 17 de mayo de 1980, un día antes de las elecciones en
Ayacucho, cuando quemaron las urnas electorales y las papeletas en Chuschi, presentándose como un ataque a la
democracia peruana, que había convocado elecciones por primera vez en 12 años. Casi un mes después, el 13 de junio, SL
incendió las calles de San Martín de Porres y provocó incendios en la ciudad. Estas nuevas ideologías y acciones violentas
generaban preocupación en el país. En medio de una crisis económica y con relaciones internacionales deterioradas, el
gobierno peruano se veía enfrentado a la amenaza cada vez más peligrosa y llamativa de SL y su ideología.

Esta guerra popular se caracterizaba por ataques constantes que se extendían a la ciudad, utilizando el mismo modus
operandi de atacar instalaciones importantes, provocar apagones y crear coches bomba. Por esta razón, el entonces
presidente de la República entregó el control de las provincias más afectadas a las fuerzas armadas, para combatir a los
terroristas del grupo senderista en el frente. Desafortunadamente, esta estrategia solo sirvió para descubrir que los senderistas
aprovechaban la retirada de las fuerzas armadas para regresar y continuar con las represalias, eliminando a aquellos que los
traicionaban. Debido al crecimiento que Sendero Luminoso estaba experimentando en ese momento, era esencial que se
ubicaran en un lugar donde las fuerzas armadas no pudieran llegar sin ser vistas por los terroristas. Esta ubicación estratégica
era el VRAEM (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro). La situación del país entre 1985 y 1990 presentaba cambios
gradualmente en la economía y política. El terrorismo y la llegada de Alberto Fujimori al poder generaban un ambiente de
inestabilidad en el desarrollo de Perú.

En el pasado, el Perú enfrentaba una desigualdad laboral significativa, agravada por el aumento de niños trabajadores y la
corrupción en el gobierno. Estos factores permitieron que el narcotráfico se desarrollara sin control. Con el tiempo, Abimael se
convirtió en el principal representante de la violencia en la región. Sin embargo, el 12 de septiembre de 1992, su captura
marcó el fin de esta situación. La operación para detener al líder senderista, conocida como "Operación Victoria", fue llevada a
cabo por GEIN, el grupo especial de inteligencia del Perú, bajo el mando de DINCOTE (Dirección Nacional Contra el
Terrorismo). Además de Abimael, se detuvo a otros líderes de la organización. Aunque hubo represalias por parte de sus
seguidores en los meses siguientes, el terrorismo perdió protagonismo y solo quedó una pequeña proporción de seguidores
conocidos como remanentes del terrorismo, llamados Proseguir. Este grupo terrorista ha mutado para sobrevivir y ahora apoya
el narcotráfico, aunque la ideología sigue siendo importante, su principal actividad se centra en el negocio de la cocaína,
formando una alianza con un grupo narcoterrorista.
VRAEM:
Al explorar los fenómenos del narcotráfico y el terrorismo, se identificó un punto de convergencia en el Valle de los Ríos
Apurímac, Ene y Mantero, conocido como VRAEM. Aunque ambos fenómenos no surgieron en esta zona, es innegable que se
han desarrollado de manera casi paralela. Un antecedente importante es la coexistencia en las décadas de los 80 y 90,
durante la presencia de Sendero Luminoso. En la actualidad, aún persiste esta convivencia entre los narcotraficantes y los
remanentes de Sendero Luminoso. En este apartado se analizarán los diferentes tipos de vínculos que existen entre ambas
actividades (narcotráfico y remanentes de SL).

ZONAS DE INFLUENCIA:
El Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) es la región principal de cultivo de coca en el Perú, abarcando los
departamentos de Ayacucho, Apurímac, Huancavelica, Cusco y Junín, siendo Ayacucho el más predominante. La extensión
designada para el VRAEM representa el 43.9% del total a nivel nacional y es el área de producción de mayor tamaño. La
producción de coca en este valle abastece principalmente al tráfico ilícito de drogas, contribuyendo con aproximadamente el
76% de la hoja de coca utilizada para la fabricación de estupefacientes. La salida de la producción local se realiza mayormente
por dos vías: terrestre, en el extremo sureste del país hacia Puno y Madre de Dios, facilitando el acceso a Bolivia y finalmente
a Brasil; y aérea, a través de pistas clandestinas, siendo esta la modalidad más utilizada para exportar los derivados. En el
VRAEM opera la facción principal de Sendero Luminoso conocida como "Proseguir", aprovechando la ubicación remota del
valle que dificulta la presencia gubernamental. Diversos factores permiten la coexistencia de ambos fenómenos en esta zona,
como la asociación histórica entre narcotráfico y terrorismo desde los años 80, la incompetencia del Estado peruano para
pacificar la región y la corrupción que prevalece en el valle. En los siguientes apartados se detallará la relación entre estos dos
fenómenos.

NEXOS ENTRE LAS ACTIVIDADES DEL NARCOTRÁFICO Y LOS REMANENTES DEL TERRORISMO:
Se ha evidenciado con pruebas que existe una estrecha relación entre el narcotráfico y el terrorismo, lo que se conoce como
narcoterrorismo. En este caso, las actividades del narcotráfico y los restos de Sendero Luminoso tienen tres áreas en las que
pueden establecer una conexión, permitiendo que ambas organizaciones convivan e incluso coordinen sus actividades ilegales
con el único propósito de resistir las acciones del Estado en el territorio.

ECONOMICO:
La financiación es el factor principal que vincula a ambos fenómenos, donde los remanentes de SL protegen el comercio y las
plantaciones de drogas ilícitas (cocaína) y a cambio reciben ganancias que se utilizan para fortalecer su organización y
obtener armamento avanzado. En resumen, ambos fenómenos se benefician de esta relación, donde uno recibe protección y
el otro obtiene dinero a cambio de brindar protección. Es importante destacar que la principal fuente de financiación para los
remanentes proviene de esta relación, pero también se obtiene de los pagos que cobran a empresas y/o empresarios cuyas
actividades económicas se llevan a cabo en la zona.

GEOESTRATÉGICO:
Otro de los elementos que facilita la conexión entre las actividades del narcotráfico y los remanentes del terrorismo es el factor
geoestratégico. La intención de estos dos fenómenos es establecerse en una zona apartada, y el valle cumple con estas
características debido a la dificultad de acceso a la región. Aquí es donde se emplean tácticas que los narcoterroristas utilizan
a su favor, como la falta de tierras cultivables y la presencia de tierras baldías, montañas y selva, que les permiten moverse sin
ser detectados en un territorio extenso y hostil. Las actividades de ambos fenómenos se han expandido en las diversas
cuencas cocaleras, principalmente debido a la ubicación que facilita el almacenamiento y transporte de drogas. Además, las
vías fluviales y terrestres que abarca la zona del VRAEM se han convertido en las principales rutas para el transporte de
drogas hacia la región del trapecio amazónico, así como hacia las ciudades del norte y sur del país. Es relevante mencionar
que la cocaína producida en el VRAEM también se exporta a otros países, como Bolivia, donde la droga ingresa por vía aérea
(a través de vuelos narcos) y terrestre. Según Bartolomé y Ventura Barreiro (2019), el 35% de la producción peruana se
exporta a Bolivia para su procesamiento en laboratorios locales, lo que convierte al Perú en uno de los principales productores
de cocaína junto con Colombia y Bolivia.

SOCIAL:
En el ámbito social, la conexión entre el terrorismo y el narcotráfico se origina a partir de las detenciones de los líderes de SL,
lo que llevó a los remanentes a buscar protección y una posición de intermediarios con los traficantes de drogas para asegurar
su supervivencia en el territorio peruano. La pobreza en la población es un claro indicador de la producción de cocaína,
especialmente en las zonas altoandinas como el VRAEM, donde las oportunidades de participar en un mercado legal son
escasas, lo que lleva a recurrir al narcotráfico o al terrorismo. Los remanentes de SL en el VRAEM han tenido que adaptarse
para poder seguir sobreviviendo en la zona, lo cual ha sido posible no solo gracias a su conexión con el narcotráfico como
principal fuente de financiamiento, sino también a través de una nueva estrategia de acercamiento a la población con el fin de
obtener su apoyo. Según Santillán (2017), les interesa involucrar a la población para que les apoyen en la producción y
transporte de drogas, utilizando métodos de cohesión en lugar de coerción como en el pasado.

IMPACTO:
La relación entre el narcotráfico y el terrorismo ha existido desde los años 80, cuando se convirtió en una de sus principales
fuentes de financiamiento. Sin embargo, después de la captura de Abimael Guzmán y otros líderes de la organización, esta
relación se ha intensificado aún más, convirtiéndose en la principal fuente de financiamiento. Esta simbiosis se ha explicado
anteriormente, donde el financiamiento es el punto central. Además, es importante mencionar que la ubicación del
narcoterrorismo en la zona del VRAEM y la situación social de la región refuerzan esta conexión. Ahora bien, es evidente que
esta relación genera varios efectos no solo en la zona, sino también en el país en su conjunto. Las actividades del narcotráfico,
con la ayuda de los remanentes de Sendero Luminoso, no se limitan al VRAEM, sino que se extienden a través de una serie
de redes que involucran a varios países de la región, tanto productores como consumidores de droga, poniendo en peligro la
seguridad nacional del Perú. Es decir, el valle es un territorio estratégico, ya que sirve como punto de conexión para otros
países productores de droga, como Colombia y Bolivia, así como para las alianzas con los grandes carteles de droga de la
región, como los carteles mexicanos.

La falta de presencia estatal, las necesidades básicas no cubiertas, la pobreza por encima del promedio rural, los bajos niveles
de educación y salud contribuyen a que la población dependa económicamente de los cultivos ilícitos, lo que a su vez facilita la
presencia constante del narcoterrorismo y deteriora la seguridad ciudadana, permitiendo que el crimen organizado, como los
ajustes de cuentas y el sicariato, representen una amenaza para la seguridad nacional. Es importante destacar que esta
amenaza no solo afecta la seguridad nacional, sino que también obstaculiza el desarrollo social y económico del país.

ESTRATEGIAS IMPLEMENTADAS POR EL PERÚ:


En relación con las medidas de seguridad implementadas por el gobierno peruano en colaboración con diversas entidades
nacionales e internacionales, es el interés de estos actores lo que los impulsa a llevar a cabo diversas estrategias para
combatir tanto las actividades del narcotráfico como los vestigios del terrorismo en el VRAEM. Ambos son considerados como
las amenazas más significativas en el Perú, afectando la estabilidad económica, social y política, así como la paz y seguridad
del país. Con el objetivo de erradicar el narcoterrorismo, el gobierno peruano ha establecido entidades a lo largo de los años
para desarrollar programas capaces de analizar, desarrollar y ejecutar estrategias que cumplan con el propósito final de
eliminar las actividades del narcotráfico y los vestigios del terrorismo que afectan el bienestar de la población. Además, la
participación de países u organizaciones internacionales se hace presente a través del financiamiento de programas o
estrategias contra el narcoterrorismo, ya que también tienen interés en abordar este fenómeno que se origina en Perú y se
extiende por todo el mundo. Un ejemplo destacado es la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA),
encargada de diseñar y liderar la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas, así como de recaudar fondos de
cooperación internacional destinados a esta lucha. Su misión consiste en "ejercer la rectoría de la Política y Estrategia
Nacional de la Lucha contra las drogas en beneficio de la población, articulando de manera efectiva al Estado, la Sociedad
Civil y la comunidad internacional" (DEVIDA, 2020).

La estrategia más reciente implementada por DEVIDA se estableció durante el periodo 2017-2020, durante el gobierno de
PPK. Este informe consta de 142 páginas y tiene como objetivo recopilar información, evaluar el problema y proponer
estrategias para la población del VRAEM. Además, en el ámbito internacional, Perú ha firmado convenios y tratados que
demuestran su interés en combatir el tráfico ilícito de drogas y los remanentes del terrorismo. Uno de estos convenios es la
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, cuyos
objetivos incluyen prevenir el lavado de activos y promover la cooperación internacional entre sus miembros, con el fin de
brindar la ayuda necesaria.

IMPORTANCIA DEL APOYO INTERNACIONAL:


La importancia del respaldo internacional es crucial en la lucha contra estos problemas en el sistema internacional actual. La
colaboración entre países no solo promueve alianzas y vínculos nuevos, sino que también contribuye a mejorar el desarrollo
interno de una nación. El narcotráfico y el terrorismo pueden tener un impacto a gran escala en un país, como hemos visto en
el caso de Perú, donde han perturbado seriamente la estabilidad tanto del gobierno como de la población. El respaldo
internacional es fundamental para abordar estos problemas de acuerdo a las necesidades del país receptor, como lo señala
Jean Paul Ruszkowshi (2019). La cooperación entre países ha demostrado ser efectiva en la obtención de resultados
positivos, y en el caso específico de Perú, fue crucial para contrarrestar la amenaza del narcoterrorismo desde el principio. Es
evidente que el respaldo internacional desempeñó un papel importante en la lucha contra este flagelo, ya que no solo afectaba
internamente, sino que también representaba una amenaza global con mayores riesgos para el sistema internacional.

Como resultado de la explicación de la relación entre los fenómenos y su impacto en la seguridad nacional del Perú, se puede
llegar a la conclusión de que la presencia continua de actividades relacionadas con el narcotráfico y los vestigios del terrorismo
de Sendero Luminoso en el VRAEM representan una amenaza constante para el país. La interconexión existente entre estos
fenómenos dificulta la lucha contra ellos.

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