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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y


TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD SANTA MARÍA – SEDE LA FLORENCIA
FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE ESTUDIOS INTERNACIONALES
8vo SMESTRE SECCION “A”
SEMINARIO II: TERRORISMO Y VIOLENCIA POLITICA

TEMA 09:
NARCOTERRORISMO

Profesor: Autores:

Abraham Clavero T. Ayach Rebeka C.I. 26.022.682


Larrazábal Luciana C.I. 26.153.277
Salcedo Génesis C.I. 27.150872

Caracas, noviembre de 2020.


INDICE

Introducción……………………………………………………………….............3

Desarrollo……………………………………………………………….…….........4

Conclusión……………………………………………………………………......11

Bibliografía…………………………………………………………………..........14
INTRODUCCIÓN

Muchos sucesos políticos a nivel mundial tuvieron lugar durante las


década de los ochenta y los noventa, los cuales marcaron un cambio
significativo en el rumbo del sistema internacional. La caída del socialismo y
el fin del sistema bipolar que mantuvo dividido al mundo en dos polos
ideológicos, el poderío político, económico y militar de las potencias
occidentales estuvo amenazado por la acción clandestina y sorpresiva del
terrorismo, estimulado por el tráfico de armas y financiado en gran parte por
el narcotráfico. Grupos terroristas como las Farc de Colombia, Eta de
España, Ira de Irlanda y Al Qaeda del entorno musulmán, coinciden en
objetivos y articulan una creciente fuerza con capacidad de sabotaje
desequilibrante.

Para esos momentos se abrió paso al establecimiento de un sistema


económico capitalista, este nuevo proceso de grandes dimensiones ha sido
conocido como la globalización, el cual trajo consigo una nueva serie de
cambios radicales a nivel económico y político.

El proceso de globalización adicionalmente, vino acompañado de una


transformación de la seguridad internacional, y es función de ello, que las
distintas potencias mundiales comenzaron a discutir sobre las alternativas a
la problemática de la seguridad y a definirse nuevas amenazas y enemigos
desde una perspectiva multipolar.

A principios de los años noventa la primera problemática definida como


amenaza a la seguridad fue la del narcotráfico, por ende, durante una
década se llevó a cabo la denominada guerra antidrogas, la cual permitió a
Estados Unidos consolidar su injerencia en los asuntos de múltiples países
en todas las regiones del mundo, facilitando su posicionamiento económico,
político y militar a nivel mundial. De esta forma, la dinámica ofensiva y
militarista de la seguridad también comenzó a globalizarse.

No obstante, como consecuencia de los atentados terroristas perpetrados


contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York el 11 de
septiembre de 2001, se produjo un giro decisivo en la política de seguridad
mundial. La estrategia de seguridad nacional presentada por el gobierno
republicano de George Bush en septiembre de 2002, desplazó la amenaza
del narcotráfico como prioridad, y puso en un primer plano la lucha mundial
contra el terrorismo internacional, desencadenándose una fuerte ofensiva
militar de la potencia del norte en el resto del mundo, contra algunas
organizaciones terroristas como Al-Qaeda, regímenes como el de Saddam
Hussein en Irak y países como Afganistán, considerados amenazas a la
democracia y a la seguridad mundial.
NARCOTERRORISMO

El Narcoterrorismo fue definido por algunos como la guerra del nuevo


siglo, la cual es producto de lo común que resulta a nivel mundial: el
consumo y distribución masiva de drogas y estupefacientes, la guerra contra
las drogas, el blanqueo de dinero y la represión sin tregua contra los
terroristas. Estas circunstancias mencionadas se consideran obligaciones de
primer orden en la agenda internacional, paralelas con la globalización
económica, los derechos humanos, la ecología y la ayuda alimentaria a los
países del tercer mundo.

Sin embargo este término a pesar de no ser tan conocido no es algo nuevo,
el término narcoterrorismo fue acuñado por el entonces presidente peruano
Belaúnde Terry en el año 1983 para describir los ataques con explosivos
contra la policía antinarcóticos de ese país.

Pocos años después ha sido utilizado para describir el uso del narcotráfico
como método de financiación por parte de grupos armados, un fenómeno
particularmente marcado en América Latina a través de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y los grupos conocidos como
paramilitares en Colombia, quienes cuentan con estrechos lazos con el
narcotráfico, además del período en que los capos colombianos, coordinados
por Pablo Escobar llevaron a cabo una serie de atentados dinamiteros.

Las razones comunes para acuñar el término se basan en la idea de que el


narcotráfico y el terrorismo son equiparables tanto en sus causas como en
sus pretensiones, y que hacen parte de una misma dinámica económica,
política y social. Para eso debemos conocer ambos conceptos:
 Narcotráfico:

Es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, manufactura,


distribución y venta de drogas ilegales, donde las mafias o carteles son los
encargados de gestionar la cadena de suministros, quienes en conjunto a los
intermediarios financieros, blanquean los capitales obtenidos de actividades
ilegales graves, y pueden llegar a participar activamente en el mercado de
tráfico de armas, trata de blancas y de órganos, además de generar un
impacto negativo en las organizaciones o Estados, por estar asociados a los
fenómenos de corrupción de las estructuras políticas y judiciales, y de los
medios de comunicación.

 Terrorismo:

Aunque la comunidad internacional aún no ha adoptado una definición


general de terrorismo, en declaraciones, resoluciones y tratados
internacionales, por terrorismo se entiende como todos aquellos actos de
violencia dirigidos contra los civiles que generan miedo y terror para procurar
objetivos políticos o ideológicos. Estas acciones, son financiadas tanto por
actividades legales como ilícitas como el secuestro, la extorsión, el
contrabando y el tráfico de drogas. El narcotráfico, se posiciona como uno de
los principales medios que provee capital para el desarrollo de estas
acciones, en vista de que esta industria produce grandes cantidades de
dinero, considerándose así, en muchos países como Afganistán, Colombia,
España y Estados Unidos, que la lucha contra el narcotráfico es también
luchar contra el terrorismo.

Claramente tanto el narcotráfico como el terrorismo tienen efectos muy


reales y directos sobre los derechos humanos, con consecuencias
terriblemente devastadoras para el ejercicio del derecho a la vida, la libertad
y la integridad física de las víctimas, y que adicional a ese costo individual,
tanto el narcotráfico como el terrorismo pueden desestabilizar gobiernos,
socavar la sociedad civil, poner en peligro la paz y la seguridad y amenazar
el desarrollo social y económico.

En Colombia desde mediados de los sesenta, muchos de los integrantes


de los grupos armados de la época de la violencia partidista se reactivaron
en la violencia subversiva. Las políticas de Estado fueron insuficientes y
Colombia empezó a vivir el azote del secuestro, la destrucción de
poblaciones y una guerra de guerrillas. En cuanto al narcotráfico, sus
primeros brotes se dieron a finales de los años sesenta en la Sierra Nevada
de Santa Marta con la siembra de marihuana. Posteriormente, apareció un
negocio mucho más lucrativo como la cocaína, lo que trajo como
consecuencia, la conformación de carteles de la droga para imponer esta
clase de negocios.

Ya para los años setenta, surge el tráfico de cocaína hacia Estados


Unidos, y en consecuencia al aumento del consumo de drogas ilegales en
dicho país, se comenzaron a generar grandes beneficios a los jefes de las
organizaciones delictivas que deseaban consolidar un poder económico,
político y social en la nación, influyendo altamente el olvido del Estado hacia
las clases más pobres del país.

Esta libertad con la contaban los narcotraficantes para ejercer su poder sin
trabas, estaba por acabarse a mediados de los años ochenta cuando el
Estado manifestó su intención de aplicar la extradición de colombianos a
Estados Unidos, lo cual representaba una amenaza para los grandes capos,
sin embargo estos narcotraficantes no dudaron en combatir esta medida por
medio de la violencia como fue el narcoterrorismo. Como consecuencia del
planteamiento de la extradición, Colombia se vio envuelta en múltiples
eventos que llevaron al país a sufrir los estragos de la violencia, el terror y la
desestabilización gubernamental, además el abuso de poder y la corrupción
fueron evidentes, ya que la mafia del narcotráfico había logrado infiltrar todas
las instancias del Estado y la sociedad.

El 30 de abril de 1984, fue el primer acto narcoterrorista que hubo en


Colombia con el asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, le
siguieron los asesinatos de Luis Carlos Galán, Guillermo Cano Isaza y de un
centenar de jueces y policías. Solo en Medellín hubo 3.500 homicidios en
1986 y, puesto que a cada acto de violencia le seguía su correspondiente
venganza, los fines de semana llegaban a contabilizar hasta 200 muertes
violentas.

El clímax del narcoterrorismo de los denominados Extraditables se alcanzó


en el segundo semestre de 1989, pues en este año se asesinó prácticamente
todos los meses a alguna autoridad judicial que intentaba plantarle cara a los
carteles de la droga. A este periodo se le denominó “el año del
narcoterrorismo”, donde miles de colombianos resultaron muertos, heridos o
afectados por la violencia narcotraficante, dejando un saldo de historias
inconclusas y graves hechos, muchos de ellos sin castigo.

En las últimas cinco semanas de ese mismo año hicieron explotar luego de
cuatro minutos de vuelo, el Boeing 727 de matrícula HK 1803 de la empresa
Avianca, que cubría la ruta Bogotá-Cali en el cual Cesar Gaviria fue señalado
como el objetivo de aquel atentado, también dinamitaron la sede del
Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), donde un bus bomba
estalló frente a sus instalaciones en Bogotá. En los dos hechos murieron
alrededor de 171 personas y unas 250 quedaron heridas. Entre agosto y
diciembre de ese año explotaron al menos 88 bombas, para una totalidad de
120 carros bomba que explotaron entre 1989 y 1993 en calles, bancos,
sedes políticas, instalaciones públicas, hoteles, residencias, periódicos y
centros comerciales de las cinco principales ciudades del país. Estas
acciones tenían como objetivo tumbar la extradición o, luego de que el
tratado que soportaba esta medida fuera declarado inconstitucional, evitar
que fuera revivida.

Los grupos armados y organizaciones criminales que producen y


distribuyen drogas, utilizaban la violencia contra la población civil y
justificaban sus medios para atacar indiscriminadamente a los individuos,
grupos o Estados que representaran alguna amenaza para sus fines.

Para la época Colombia, se encontraba en medio de una guerra


fuertemente avalada e intervenida por Estados Unidos, en donde los grupos
armados del país como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) y carteles de la droga buscaban frenar las acciones de las Fuerzas
Militares en su contra y asegurar la impunidad de sus delitos narcoterroristas.
El ministro de Defensa de César Gaviria, Rafael Pardo expresó: "Los
traficantes, después de acumular riquezas durante una década, se sintieron
con el derecho a establecerse como clase social” de exigir derechos, quienes
no eran más que unos narcoterroristas.

No hubo sector social que no se viera afectado por esta circunstancia, el


terrorismo desbordó sus límites y causó la muerte de centenares de
inocentes, los ataques fueron reiterados y sistemáticos, pero la mayoría
quedaron en la impunidad, evidencia de que el Estado y la sociedad
colombiana no estaban preparados para enfrentar y contrarrestar tales
niveles de narcoterrorismo.

El concepto de Narcoterrorismo se ha extendido en Sudamérica desde


hace décadas más allá de la propia Colombia, sin embargo en otros países
como México el uso de esta palabra ha sido prácticamente silenciado debido
al uso político que se le puede dar. El narcoterrorismo en Colombia fue un
caso excepcional, pero permite plantear que un grupo criminal sí puede
convertirse en terrorista y tomar un fin político; aunque, como es propio de su
naturaleza, dirigido a su interés particular.

Debido a la guerra contra el narcotráfico que mantiene el gobierno de


México desde el 2006, los narcotraficantes han respondido realizando
asesinatos donde han caído miembros una gran cantidad de cárteles rivales,
cuerpos de seguridad y periodistas quienes se habrían encargado de
denunciar las atrocidades cometidas por los distintos carteles mexicanos. La
crueldad y violencia del narco mexicano es un evidente reclamo frente a la
incapacidad del Gobierno mexicano para controlar su territorio. Sin embargo
esta no se trata de una causa, ni de una subversión del orden social o la
búsqueda de preservación del mismo, sino de un fin meramente ligado a las
necesidades del propio grupo.

Caso aparte, desde hace algún tiempo se ha estado denunciado a las


organizaciones criminales multinacionales que han convertido a
Venezuela en el actual paraíso del narcoterrorismo, puesto que se
desarrolla ampliamente el narcotráfico y otras actividades ilegales con el
amparo y la complicidad del régimen de Nicolás Maduro, las fuerzas
militares y policiales nacionales; así lo asegura Craig Faller, jefe del
Comando Sur de Estados Unidos, en una entrevista para Washington
Examiner.

Venezuela es de importancia vital como país de tránsito, en el convergen


la droga, la subversión tradicional y el terrorismo, estas organizaciones
criminales transnacionales y los narcoterroristas alimentan un ciclo de
corrupción que amenaza las democracias y perjudica a países cercanos,
como Colombia, Brasil, Perú y Chile.
Existen actualmente diversas estructuras criminales, integradas por
bandas, cárteles y grupos paramilitares que hacen vida en Venezuela y
su zona fronteriza, además de los denominados “colectivos” quienes se
han convertido en un brazo criminal armado del gobierno, siendo el
actual régimen de Nicolás Maduro cómplice y socio de las actividades
ilícitas, violentas y criminales de los grupos irregulares que operan en el
país.

La senadora Paola Holguín, Presidenta de la Comisión Legal de


Inteligencia y Contrainteligencia del Senado de Colombia asegura que el
ELN tiene 2100 miembros en Venezuela, los cuales están vinculados a la
perpetración de tipos penales como la minería ilegal, extorsión, secuestro
y narcotráfico, esta expresó: “El narco régimen ofrece refugio en territorio
venezolano a grupos armados organizados tales como el ELN y la FARC
para cometer terrorismo”.

Además tal como afirma la senadora Holguín, P la situación de


Venezuela se ve influenciada de manera importante por el poder y las
riquezas del narcotráfico, son los mismos dirigentes quienes desempeñan
cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes de
narcotráfico simultáneamente amparados por sus potestades legales.

La embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley,


llamó a Venezuela un «narcoestado de creciente violencia que amenaza la
región, al hemisferio y al mundo» en noviembre de 2017, justo el mismo año
dos sobrinos de Cilia Flores fueron condenados en Estados Unidos por
tráfico de drogas. Además de ser catalogado como un narcoestado «como
no se ha visto en el continente» por el presidente de la Organización de
Estados Americanos, Luis Almagro
CONCLUSIÓN

La globalización a través del desarrollo económico y tecnológico, ha traído


como consecuencia generar una situación de vulnerabilidad hacia la
sociedad y a nivel individual, puesto que con ella también surgieron nuevas
amenazas y riesgos que han puesto en peligro la seguridad mundial, como
lo es el terrorismo y el narcotráfico, los cuales han sido catalogados por las
diferentes Organizaciones Internacionales y los Estados, como prioridades
para lograr la estabilidad e integridad de forma global.

Siendo así, es evidente como estos actores a través del crecimiento e


internacionalización de la economía, se dedicaron a conseguir recursos
económicos a través de estas actividades ilícitas para cumplir sus fines
políticos y lucrativos como se ha visto en organizaciones que accionan en
países como Colombia, México, Venezuela, Irak, Irán, Afganistán, etc.

El narcotráfico por ser un actividad ilícita que genera activos en grandes


cantidades, se convierte en un potencial financista de las organizaciones
terroristas, para así perpetrar de forma sistemática diversos hechos punibles
que afectan a una gran cantidad de individuos quienes son las víctimas
directas de estos hechos, a la sociedad en general por ser los sujetos
pasivos donde recae el medio de comisión que es el temor y el pánico, y las
Instituciones del Estado, los gobiernos y los Actores internacionales por ser
los objetivos claves para cumplir sus fines ideológicos o políticos.

De esta relación de dos grandes actividades ilícitas, nace el denominado


narcoterrorismo, que ha desestabilizado mediante sus ataques a lo largo de
los años, las estructuras de diversos gobiernos y que actualmente siguen
accionando abiertamente por diversas causas, no solo políticas e
ideológicas, sino también por causas netamente sociales, las cuales
contemplan la pobreza, la deficiencia educativa y la posibilidad de
conseguir dinero fácilmente perteneciendo a estas organizaciones, ha
sido motivo por el cual diversos jóvenes en la actualidad se han anexado
a ellas para delinquir y seguir constituyendo una amenaza para la
seguridad nacional e internacional, llegándose a concluir por parte de
diversos organismos internacionales la adopción de medidas idóneas
para la lucha contra este.

Estados Unidos en función de los atentados del 11 de septiembre, tomo


un papel fundamental en la creación de medidas y nuevas tecnologías
para la erradicación del terrorismo, sin embargo y en vista de que el
narcotráfico que afecta directamente a su país, ha sido uno de los
principales proveedores de recursos para la materialización de los
hechos, en conjunto con organismos como la Unión Europea, ha
implementado planes de cooperación entre sí para lograr sus objetivos.
En cuando a Latinoamérica, aparte de la creación en 2002 de la
Convención Interamericana en Contra del Terrorismo, los diversos
gobiernos consideran necesario una cooperación entre los organismos
de inteligencia y las fuerzas de seguridad internas de cada país y las
autoridades regionales e internacionales, para articular acciones
destinadas a erradicar el crimen organizado, donde el terrorismo, el
narcotráfico y el narcoterrorismo, son los objetivos esenciales para
conseguir estabilidad y seguridad en el orden mundial.
BIBLIOGRAFIA

MAGAZ, R. (2007): Conexiones entre narcotráfico y terrorismo. Disponible


en:
https://iugm.es/wpcontent/uploads/2016/07/TRABAJO_FINAL_DE_CARLOS
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terrorismo y narcoterrorismo en la era del miedo y la inseguridad global.
Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/papel/v13n1/v13n1a08.pdf

RODRIGUEZ, G. (2008): Terrorismo, guerrilla y narcotráfico. Disponible en:


https://www.casede.org/BibliotecaCasede/Terrorismo_guerrilla_y_narcoterrori
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SANCHEZ, G. (2008): Las fuentes de financiación legales e ilegales de los


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https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5621987.pdf

SCHMID, A. (2005): Relaciones entre el terrorismo y el tráfico de drogas.


Disponible en: http://spanish.safe-democracy.org/causas/relaciones-entre-
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VINOGRADOFF, L. (2020): Venezuela, el paraíso del narcoterrorismo.


Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-venezuela-paraiso-
narcoterrorismo-202007190257_noticia.html

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