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En los años 40, Sapir y su alumno Whorf formularon los principios del relativismo lingüístico, pero ¿qué es eso?

El
relativismo lingüístico lo que viene a decir es que al aprender un idioma materno, interiorizamos una gramática que a
partir de entonces utilizamos de forma natural. Sin embargo, esa gramática tiene implícita una forma de organizar el
mundo, una serie de categorías que hacen posible que podamos utilizarla para expresarnos, y estas categorías no solo
las utilizamos, sino que modelan la forma en la que entendemos el mundo. Es decir, que la lengua que hablamos
modela la cognición y la forma de entender el mundo.

Estas categorías de la lengua muchas veces son visibles en el vocabulario mediante la lexicalización de conceptos que
son más relevantes a una cultura que a otra. En español sólo tenemos una palabra para nieve, pero en las lenguas de
países en las que la nieve es más común e importante tienen muchas más formas de referirse a ella, dependiendo de
su espesura, dureza, si acaba de caer o está asentada, etc.

Sin embargo, las categorías que le interesaban más a Whorf no eran las léxicas, sino las gramaticales. Estas categorías
son esenciales que estén interiorizadas por los hablantes de forma que puedan ser utilizadas de forma correcta en la
gramática. En general, estas categorías serán visibles mediante género, número, casos, transitividad/intransitividad,
contables/incontables, etc. La expresión gramatical de estas categorías abiertas es lo que se llama «fenotipo».

Sin embargo, hay otras categorías que no siempre se marcan, y que sólo aparecen en casos especiales que sirven de
contraste. Esta marca en casos especiales se denominan reactancias y la expresión gramatical de estas categorías
ocultas se denominó «criptotipos» y es el tipo de categorías en la que el relativismo lingüístico está más interesado.

El interés está precisamente en que, al estar ocultas estas categorías requieren una interiorización inconsciente de la
categoría, lo que según la tesis Sapir-Whorf modela los procesos cognitivos y determina la forma en la que
entendemos el mundo.

Un ejemplo de criptotipo en español sería por ejemplo la diferencia entre forma y sustancia. En español las sustancias
no pueden tener plural, ya que son incontables. No existe el plural de «ether», «helio», «manganeso». Aquí se puede
argumentar que un estudiante de química puede sumar «dos oxigenos y un hidrógeno», pero en realidad lo que hace
es operar con formas: «un átomo de oxígeno y uno átomo de hidrógeno». Igual que «las aguas residuales» son
«vertidos de aguas residuales» o cuando pedimos «dos aguas» en un restaurante nos referimos a «dos botellas de
agua». En estos casos el contexto permite la elisión o eliminación de la forma porque es entendida entre los
hablantes, pero esta siempre tiene que estar presente para poder operar con sustancias en español.

Otro ejemplo de criptotipo serían las preguntas tipo «si/no» en turco. En español, podemos preguntar «¿viene?» o
«¿cuándo viene?», y la contestación a la primera debería ser un «si/no» y a la segunda una referencia temporal. Sin
embargo, en turco, las preguntas con respuesta «si/no» van marcadas. Veamos el mismo ejemplo en turco:

Gel -iyor mu ? Ne zaman gel -iyor ?


Venir -3ºpers.sing, interrog.cerrada. ? Qué tiempo venir -3ºpers.sing. ?

Así, cuando hablas en turco, debes tener en cuenta si la pregunta que estás haciendo es abierta o cerrada para poner
la partícula «mi/mu» según corresponda. Esto constituye una categoría gramatical que en español o en inglés no
existe, por ejemplo, y que sólo se marca en algunos casos. Esto sería otro ejemplo de criptotipo.

Para terminar, habría que comentar que las tesis del relativismo lingüístico han sido superadas, en su mayor parte y
han quedado relegadas a algunos dominios concretos, quedando poco de su determinismo. Ya el propio Whorf en el
llamado informe Yale, inédito en su momento y publicado recientemente reconocía las limitaciones de la tesis
relativista y la unidad de psíquica humana. Esta tesis, defendida ya por Bastian y Tylor en el siglo XIX dice que todos
los seres humanos compartimos las mismas capacidades mentales y procesos cognitivos gracias a un sustrato
biológico y neuronal común a toda la especie humana. El informe Yale demostró aplicando técnicas de la psicología
Gestalt, que los hablantes de lenguas diferentes eran capaces de diferenciar de la misma forma «forma vs fondo».

David de Torres. Autor del blog Notas de un tecnólgo (notasdeuntecnologo.blogspot.com.es)

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