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Pues bien, la doctrina social de la Iglesia

nos ofrece una serie de directrices. para la


acción social que urgentemente debe empren-
der la Iglesia, especialmente a través de los
laicos. Estas son algunas de las principales."

1) La dignidad de la persona humana.


III. LAs DIRECTRICES DE ACCIÓN La dignidad del ser humano no es sólo
un principio de reflexión, sino también
Directrices de acción quiere decir, en pocas algo que orienta nuestro actuar. Esto
palabras, que la doctrina social de la Iglesia quiere decir que la moralidad o la inmo-
no sólo es para pensar bien, sino para ac- ralidad de los programas, los proyectos
tuar y actuar bien. La doctrina social de la y las decisiones adoptadas por los diver-
Iglesia, en cuanto orientada a la evangeliza- sos agentes sociales (gobiernos, partidos,
ción, incluye necesariamente la invitación a sindicatos, grupos, etc.), dependerá de
la praxis social. Praxis entendida en el sen- la conformidad o inconformidad con las
tido de acción que busca cambiar el mundo exigencias éticas inviolables de las per-
para hacerlo mejor. sonas concretas.

Esta praxis tiene que estar inspirada en Esto significa, por ejemplo, que un pro-
los principios fundamentales y en los criterios grama electoral que no respete el derecho a
de juicio de que hemos hablado anteriormen- la vida no-nacida en el seno materno será
te. Pero no se trata simplemente de una apli- inmoral, pero también lo será un programa
cación automática de los principios y criterios que no tenga como objetivo el pleno em-
a la realidad. Es una acción que no puede pleo, esto es, el respeto del derecho al tra-
darse sin un análisis científico y cristiano de bajo de todas las personas que están en
la realidad concreta. Este análisis debe ser serio, condición de trabajar.
no ingenuo ni superficial. Esto quiere decir
que no podemos hacerlo sólo a partir de 2) El diálogo respetuoso. Una segunda di-
lo que nos dicen los periódicos y la TY, que rectriz de acción es el ejercicio del diálogo
muchas veces son hábiles maestros en la tarea respetuoso como el método más idóneo
de manipular a sus lectores y televidentes. Por
otra parte, el contacto con la misma realidad
es imprescindible, aunque no es suficiente. «A
veces los árboles no nos dejan ver el bosque». 47 Cfr. Orientaciones, 54-65.

t
para encontrar una solución a los proble- cológicas y morales del que escucha. Debe
mas mediante acuerdos programáticos y existir un afán por conocer la sensibilidad
operativos. Diálogo en el que, si hay sin- del interlocutor y por modificarse racio-
ceridad y buena voluntad -seamos rea- nalmente a uno mismo, y las formas de la
listas-, siempre habrá que ceder un poco. propia presentación, para no resultarle
molesto e íncomprensíble."
Recordemos a este respecto las admira-
bles enseñanzas sobre las cualidades que debe 3) La lucha a favor de la justicia y de la
tener el diálogo que nos dejó Pablo VI en su solidaridad. Una tercera directriz es lo
primera encíclica Ecclesiam suam: . que el documento Libertatis conscientia,
de la Congregación para la Doctrina de
a) La claridad: El diálogo supone y exige ca- la Fe, llama "lucha noble y razonada en
pacidad de comprensión, es un trasvase favor de la justicia y la solidaridad so-
de pensamiento, es una invitación al ejer- cial"."? Lo cual significa que el cristiano
cicio de las facultades superiores del ser tendrá que saltar al ruedo y no mirar
humano. Esto significa que hay que revi- los toros sólo desde la barrera, en pro-
sar todas las formas de nuestro lenguaje: blemas como el hambre, el desempleo,
si es comprensible para el interlocutor, si la marginación social, las diferencias y
es exacto, si es oportuno, etc. los odios entre las clases sociales y entre
las razas y tribus, el abismo entre los
b) La mansedumbre: El diálogo no es orgu- países del primer y tercer mundo, la co-
lloso, no es hiriente, no es ofensivo. Su rrupción., etc.
autoridad es intrínseca por la verdad que
expone, por la caridad que difunde, por 4) La formación para la acción compe-
el ejemplo que ofrece. Es pacífico, evita tente. Esto quiere decir que en el campo
los modos violentos, es paciente, es de la acción social no bastará que los
generoso. cristianos sean unos aficionados que apor-
ten sólo su buena voluntad. Es, por con-
e) La confianza: tanto en el valor de la pro- siguiente, obligatorio que, además de la
pia palabra, cuanto en la actitud para formación teológica y ética, adquieran
aceptar la palabra del interlocutor.' Debe
promover la confianza y la amistad.

d) La prudencia: Esto significa que hay que 48 Cfr. ES, 75.


tener muy en cuenta las condiciones psi- 49 Le, 77.
la competencia necesaria en el campo
da en la comprensión de las realidades na-
científico, económico y político, que los
turales, históricas y culturales de este mun-
capaciten para realizar una acción eficaz
do, y la que proviene de su interpretación a
según criterios morales rectos.
la luz del Evangelio. Estas experiencias no
son intercambiables, la una no puede susti-
Lo cual lleva consigo que cada uno ha de
tuir a la otra, pero ambas encuentran la uni-
ser plenamente responsable de lo que hace.
dad en su primer fundamento que es Cristo
Frente al antiguo esquema de la Acción Ca-
y en su último fin que es la manifestación
tólica (quizás todavía válido en algunas con- del Reino de Dios.
diciones), en el que los laicos eran enviados
al apostolado por la Jerarquía, la Iglesia re-
6) Apertura a los carismas y a los dones
cuerda actualmente que el deber de animar
del Espíritu Santo. Esta apertura es
cristianamente las realidades temporales es
básica en el compromiso y en las accio-
connatural con su condición de bautizados y nes cristianas que se toman en la vida
confirmados y no es una simple delegación.
social. Recordemos que la doctrina so-
A este respecto la constitución Lumen gentium
cial de la Iglesia, como afirma el Magis-
señala que con frecuencia sin los laicos, en terio, "(oo.) no es, pues, una «tercera vía»
ciertos lugares y circunstancias, la Iglesia no entre el capitalismo liberal y el socialismo
puede ser sal de la tierra y luz del mundo. 50
marxista (00.)",52 ni tampoco algo inter-
medio entre la democracia cristiana y la
5) La doble experiencia. Una quinta di-
socialdemocracia y que, por lo tanto, no
rectriz de acción es lo que se llama el
ofrece un modelo propio de vida social.
uso de la doble experiencia: la de las
En este sentido permanece abierta a una
realidades temporales y la fe cristiana.
especie de pluralismo de proyectos para
0, con palabras del Vaticano 11, actuar
la acción que los laicos deben realizar
"a la luz del Evangelio y de la experien-
de acuerdo con los carismas y los do-
cia humana"." nes que han recibido del Espíritu San-
to para actuar y transformar el ámbito
La identidad del laico comporta una
de la familia, del trabajo, de la econo-
doble fuente de conocimiento: la que se fun-
mía, de la cultura, de la política, de la
ecología, etc.

50 Cfr. LC, 33.


51 CS,46. 52 SRS, 41.

[J
A este respecto nadie puede enterrar los "Entre dichos temas quiero señalar aquí
talentos recibidos (cfr. Mt. 25, 14-30). la opción o amor preferencial por los po-
Como señala el Decreto del Vaticano 1I bres. Esta es una opción o una forma es-
sobre el Apostolado de los laicos, el que pecial de primacía en el ejercicio de la
ha recibido un carisma, grande o peque- caridad cristiana, de la cual da testimo-
ño, tiene el derecho y el deber de ejer- nio toda la tradición de la Iglesia. Se
citarlo para bien de la humanidad y refiere a la vida de cada cristiano, en
edificación de la Iglesia con la libertad cuanto imitador de la vida de Cristo, pero
del Espíritu Santo." se aplica igualmente a nuestras responsa-
bilidades sociales y; consiguientemente, a
7) La opción preferencial por los po- nuestro modo de vivir y a las decisiones
bres. Una última directriz de acción que se deben tomar coherentemente so-
que debe estar presente en todas las bre la propiedad y el uso de los bienes.
citadas anteriormente es la práctica del
mandamiento del amor y de la justicia "Pero hoy, vista la dimensión mundial que
en todo aquello que, según el espíritu ha adquirido la cuestión social, este amor
del Evangelio, concede la prioridad a preferencial, con las decisiones que nos
los pobres. Se trata, pues, de la llama- inspira, no puede dejar de abarcar a las
da opción preferencial por los pobres inmensas muchedumbres de hambrientos,
de la que se dice, para evitar falsas in- mendigos, sin techo, sin cuidados médi-
terpretaciones, que no ha de ser exclu- cos y; sobre todo, sin esperanza de un
siva ni excluyente. futuro mejor: no se puede olvidar la exis-
tencia de esta realidad. Ignorarla signifi-
A nivel latinoamericano esta opción fun- caría parecernos al «rico epulón», que
damental por los pobres ha sido defendida fingía no conocer al mendigo Lázaro, pos-
por el episcopado en los documentos de trado a su puerta (cfr. Le. 16, 19-31)".54
Medellin, Puebla y Santo Domingo. A nivel de
Iglesia universal Juan Pablo II se ha referido La reflexión del cristiano, a partir y acer-
al tema en diversas intervenciones, especial- ca de la opción preferencial por los pobres,
mente en la encíclica Sollicitudo reí socia lis puede muy bien recibir el nombre de "teo-
cuando afirma: logía de la liberación". En este sentido Juan

53 Cfr. AA, 3. 54 SRS, 42.


Pablo II ha señalado "la positividad de una
auténtica teología de la liberación humana
integral", siempre que ésta no busque "un
compromiso imposible entre marxismo y
cristianismo'V"

Las siete directrices de acción que hemos


señalado se deben luego concretizar en las IY. Los VALORES ÉTICOS SOCIALES
circunstancias que rodean las situaciones en
los diversos tiempos y lugares, a fin de "( ... ) En las páginas anteriores he aludido ya al
realizar las transformaciones sociales, políti- tema de los valores. Ahora voy a hacerlo más
cas y económicas que se considera de urgen- detenidamente para así completar nuestro
te necesidad en cada caso"." estudio sobre los aspectos fundamentales de
la doctrina social de la Iglesia. En realidad, a
la base de los principios básicos, los criterios
de juicio y las directrices de acción de los
que hemos tratado, se encuentran siempre
unos valores éticos que nos mueven a actuar
de acuerdo con las exigencias del bien moral.

De una forma amplia podemos afirmar


que algo o alguien es "valioso" cuando nos
ayuda a ser personas más libres, más desarro-
lladas, más felices. El valor es siempre para la
persona. Es la persona la que valora, y una
persona necesariamente situada dentro de unas
circunstancias individuales, sociales, históricas
y religiosas. Ahora bien, el hecho de que los
valores existan en relación a las personas no
quiere decir que sean producidos por el ser
humano, que sean algo meramente subjetivo,
sino que éste los «reconoce», los «descubre».

55 CA,26. En este sentido, el mundo de los valores


56 OA,4. es relacional porque hay personas que reco-

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