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AUTO DE VISTA DE 19 DE MAYO DE 2010 VISTOS: Los recursos de apelación restringida interpuestos

por separado por el acusador particular Jorge Gerardo Baya Montaño y el imputado Federico López Siles
contra la Sentencia de fecha 9 de junio de 2008, pronunciada por la Juez de Sentencia N° 1 de Quillacollo,
dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y la acusación particular de Jorge Gerardo Baya
Montaño contra Federico López Siles, por los delitos de ejercicio indebido de profesión y allanamiento de
domicilio o sus dependencias, previstos y sancionados por los arts. 164 y 298 del Código Penal; sus
antecedentes, y CONSIDERANDO I: La Juez de Sentencia de N° 1 de Quillacollo, mediante sentencia
pronunciada a la finalización de la audiencia de juicio oral de 9 de junio de 2008 y que fue leída en su
integridad en fecha 12 del mismo mes y año (fs 203 a 209), falla declarando al imputado Federico López
Siles autor de los delitos de ejercicio indebido de profesión y allanamiento de domicilio y dependencias,
previstos por los arts. 164 y 298 primer párrafo del Código Penal, por existir plena prueba en su contra; y en
apreciación de las circunstancias analizadas, le condena y hace pasible a la sanción de dos años de reclusión
en la Cárcel Pública de San Pablo Sección Varones de la ciudad de Quillacollo, en correspondencia con el
art. 45 del Código Penal, además de una multa equivalente a 100 días a razón de Bs. 2 por día, con costas a
favor del Estado y de la parte civil, así como daños y perjuicio averiguables en ejecución de sentencia;
estableciendo asimismo que el cómputo de la pena privativa de libertad comprenderá todo el tiempo que el
sentenciado hubiera estado detenido preventivamente, inclusive el cumplido en sede policial. Por otro lado,
tomando en cuenta el tiempo de detención impuesto, en sujeción del art. 368 del CPP le concede el beneficio
de perdón judicial previo cumplimiento de los requisitos de la disposición legal citada, ejecutoriado que sea
el fallo. -Contra la sentencia referida, el acusador particular Jorge Gerardo Bayá Montaño y el imputado
Federico López Siles, interpusieron por separado, recursos de apelación restringida mediante memoriales
de fechas 21 de junio y 19 de julio de 2008 (fs. 282 a 284 y fs. 287 a 293) respectivamente; recursos que previo
emplazamiento fueron contestados por las partes en los términos que refieren sus memoriales de fs. 296-297
y 15302 a 309. El Tribunal a-quo mediante providencia de fecha 1º de agosto de 2008 (fs. 310), dispuso la
remisión de obrados ante la Corte Superior de Justicia.
CONSIDERANDO II: Conforme a la previsión de los arts. 399 segunda parte y 413 del Código de
Procedimiento Penal, el recurso interpuesto debe merecer expreso pronunciamiento sobre su admisibilidad
y procedencia; consiguientemente, en primer término se pasa a considerar su admisibilidad. - De acuerdo a
la regla general, prevista en el art. 396 inc. 3) del Código de Procedimiento Penal, los recursos para ser
admitidos, deben interponerse en las condiciones de tiempo y forma que determina el Código, con
indicación especifica de los aspectos cuestionados de la resolución recurrida; y de conformidad al art.
408 del mismo cuerpo legal, el recurso de apelación restringida debe ser interpuesto por escrito, en el plazo
de quince días de notificada la sentencia. En él se citarán concretamente las disposiciones legales que se
consideren violadas o erróneamente aplicadas y se expresará cual es la aplicación que se pretende e
indicarse separadamente cada violación con sus fundamentos. - Examinados los recursos de apelación
restringida interpuestos, se establece que fueron presentados dentro del plazo legal, haciéndose presente
respecto al cómputo del plazo del recurso del imputado que se debe tomar en cuenta los días inhábiles que
mediaron, así como la vacación judicial que tuvo lugar del 23 de junio al 12 de julio de 2008, conforme
evidencia el sello cursante a fs. 284. De esta manera queda establecido que ambos recursos de apelación
cumplen las condiciones de tiempo y forma previstos en los citados preceptos legales, en tal virtud, se los
admite y se pasa a considerar el fondo de las cuestiones planteadas. CONSIDERANDO III: Los motivos de
apelación que exponen los recurrentes son: 1.- El querellante Jorge Gerardo Bayá Montaño: Error en la
imposición de la pena: Refiere que se ha declarado la responsabilidad del imputado en los delitos de
allanamiento y ejercicio indebido de la profesión, pues el imputado confesó el delito de allanamiento y
existe plena prueba del delito de ejercicio indebido de la profesión; empero la Juez de Sentencia no ha
valorado las declaraciones firmes y contestes de los testigos de cargo que dijeron que a Federico López Siles
nadie le dio permiso ni invitación para ingresar al inmueble que ocupaba su persona, ingresando por la
barda con una monja, dos policías y otras personas más, lo que demuestra que el delito se ha cometido con
la agravante que contiene el segundo apartado del art. 298 del CP; lo cual ha sido desestimado por la Juez,
para imponer la pena al imputado, que no se adecua desde ningún punto de vista al principio de
proporcionalidad entre los delitos y la pena. De esta manera, sin embargo de que la Juez sanciona porque
existe plena prueba contra el imputado, no considera los agravantes existentes ni la existencia de dos
delitos que configura el concurso real de delitos establecido en el art. 45 del CP; por lo que, la Juzgadora
debió sancionar al imputado con la pena máxima de dos años, pues ambos delitos tienen esa pena máxima,
y aumentar un años más, que es la mitad de la pena máxima, asimismo, debió tomar en cuenta la agravante
que existe en el segundo apartado del art. 298, aumentando un tercio más de la pena máxima es decir tres
meses. Tampoco ha valorado la agravante del art. 38 del CP que en su inc. 2) señala que pare apreciar la
gravedad del hecho se debe tomar en cuenta: la naturaleza de la acción, los medios empleados, la extensión
del daño causado y el peligro corrido. Cabe también referir la falta de arrepentimiento eficaz que debió
tener el imputado, sin embargo al efectuar su última palabra inclusive ha denigrado al abogado de la
acusación. La juez de Sentencia, para que la pena sea efectiva y necesaria, debió haberle impuesto al
imputado una pena privativa de libertad de tres años y tres meses, que es proporcional a los hechos y tipos
penales. Con estos fundamentos, solicita que el Tribunal de Alzada confirme la sentencia condenatoria,
modificando la pena impuesta, debiendo imponerse al imputado una pena privativa de libertad de tres
años y tres meses. 2. El imputado Federico López Siles: 2.1. Defectos absolutos y relativos de procedimiento:
A.- Inobservancia del art. 168 del CPP: Al rechazar el incidente de saneamiento procesal por errónea
notificación al imputado con las acusaciones pública y particular, ya que no se le notificó en su domicilio
real ni en su domicilio procesal. En las acusaciones no estaba precisada la ubicación de su domicilio real y
pese a que en la acusación pública se señalaba el domicilio procesal y no así en la acusación particular, la
Juez no obstante reconocer los aspectos señalados, decide convalidar las notificaciones no enmarcadas en
los arts. 162, 163-1 y 164 del CPP, extremos que llevan al convencimiento de que las acusaciones no
cumplían con la formalidad establecida en el art. 341 num. 1) con relación al art. 290 num. 2) que exigen el
señalamiento de ambos domicilios. Con esta inobservancia y errónea aplicación de las normas
procedimentales, la Juez ha incurrido en el defecto absoluto previsto en el num. 3) del art. 169 del CPP,
porque se ha violado su derecho a la defensa y el derecho a la comunicación previa de la acusación prevista
en el Pacto de San José de Costa Rica. B.- Violación de los arts. 31 de la CPE y 30 de la LOJ: se ha
inobservado el num. 1) del art. 323 del CPP, num. 15 del art 45 y art. 476 de la Ley del Ministerio Público, al
haberse rechazado la excepción de falta de acción porque la acusación pública no fue promovida conforme
a procedimiento por haber sido presentada por dos personas ajenas o extrañas al Ministerio Público,
incurriendo en la nulidad prevista por el art. 31 de la CPE y 30 de la LOJ, que establecen la nulidad de los
actos de los que usurpen funciones y los actos de los que ejerzan jurisdicción o potestad que no emane de la
ley. El art. 323 num. 1) del CPP establece que cuando el Fiscal concluya la investigación presentará ante el
Juez o Tribunal de Sentencia la acusación y no dice que cualquier persona pueda presentar o que el Fiscal
hará presentar con cualquier persona, para el caso de que el Fiscal requiera de asistencia para el
cumplimiento de sus funciones, el art. 47 de la LMP establece la participación de los Fiscales Asistentes, en
todo caso, la acusación debió ser presentada por el Fiscal Asistente, pero ello no ocurrió, por lo que la
acción pública no fue promovida conforme a procedimiento y el rechazo de la excepción incurre en el
defecto absoluto previsto en el num. 3) del art. 169 del CPP al vulnerar el debido proceso. C.-Errónea
aplicación del art. 302-3) del CPP: por inobservancia del art. 277 del mismo código, cuando se rechazan las
excepciones de prescripción de la acción y de falta de acción por la incorporación del delito de allanamiento
de domicilio al Auto de Apertura de Juicio, pues este delito no fue denunciado, imputado, ni querellado,
aspecto que fue justificado por la Juez con el argumento de que la imputación adopta la calificación
provisional hasta el momento de la presentación de la acusación. Con esta decisión se viola el derecho de
defensa, porque si bien el art. 302-3) del CPP habla de la calificación provisional, sin embargo dicha
calificación puede modificarse a momento de la acusación sólo en caso de que los tipos penales
investigados en la etapa preparatoria sean incluyentes o dependientes; pero en el caso, la denuncia, querella
e imputación se promovieron por los delitos de ejercicio ilegal de la profesión, amenazas y extorsión, que
son totalmente excluyentes del tipo penal de allanamiento de domicilio, por consiguiente dicho delito; lo
correcto, dada la calificación provisional y la emergencia de los nuevos elementos acopiados, el Fiscal podía
haber ampliado la imputación por este delito y al no haberse procedido así en la etapa preparatoria, no se le
ha dado la oportunidad de recolectar los elementos que puedan fundar su defensa conforme al art. 277 del
CPP. D.-Inobservancia del art. 290 del CPP: cuando la Juez rechaza la excepción de impersoneria del
acusador particular, aceptando su personería con el argumento de que debía tomarse en cuenta el art. 290
del CPP que en su parte in fine hace mención a la plena intervención del querellante con la sola
presentación de la querella, lo que había sido cumplido por Jorge Gerardo Bayá Montaño, cuando de la
prueba acompañada seestablecía que no existía notificación con la querella al imputado. De esta manera, se
ha incurrido en el defecto absoluto previsto en el núm. 3) del art. 169 del CPP por violación al debido
proceso. E.- Inobservancia del art. 338 del CPP: con la inobservancia y errónea aplicación de la ley descritas
en los tres primeros puntos de su apelación, se ha atentado contra el derecho del ejercicio pleno de la
defensa, ya que correspondía que la juez en observancia de este precepto legal, tenga presente que se estaba
atentando contra el debido proceso y el derecho a la defensa. F.- Aplicación errónea del num. 3) del art. 308
del CPP: al rechazarse las excepciones de falta de acción interpuestas por no haberse promovido legalmente
la acción, con lo que se estaba viciando de nulidad el proceso, ya que lo que correspondía en aplicación
estricta de esta norma, era aceptar las excepciones para corregir todos los defectos absolutos de
procedimiento cometidos hasta el momento de instalarse el juicio. G. Errónea aplicación del num. 1) del art.
335 del CPP: cuando la Juez suspende el juicio oral a petición del acusador particular, con el propósito de
incorporar de manera ilegal pruebas con el argumento de prueba extraordinaria, pese a que el acusador
particular solicitó la suspensión del juicio oral a fin de que se presente como prueba extraordinaria un
documento que probaría los delitos demandados. La juzgadora pretende crear un nuevo cauce de
interpretación del artículo al aceptar la suspensión fundando su decisión en la declaración del testigo y
querellante Jorge Gerardo Bayá Montaño, cuando de su propia declaración se puede extraer que el
documento que refiere se realizó en la oficina de su abogado y dentro un proceso donde el mismo era parte,
consiguientemente sabia de su existencia y el documento estaba en su poder, por tanto mal podia
entenderse que era una prueba de reciente conocimiento a través de su declaración o de reciente obtención
Por lo cual, afirma que se ha atentado al debido proceso, incurriendo en el defecto absoluto establecido en
el num. 3 del art. 169 del CPP. H.- Inobservancia y errónea aplicación del art. 172 del CPP: por cuanto la
juzgadora no ha excluido la prueba QP-8, que estaba siendo incorporada al juicio en violación al num. 5)
del art. 341 del CPP, porque no fue ofrecida oportunamente y se atentaba con los arts 12 y 338 del mismo
código, al no observar el derecho a la igualdad de las partes en cuanto a los momentos procesales para cada
actuado. 2.2. Defectos de la sentencia: A.- Defecto previsto en el num. 4) del art. 370 del CPP: ya que la
juzgadora basa su decisión en la prueba QP-8 incorporada al proceso ilegalmente ya que no es prueba
extraordinaria por los fundamentos ya expuestos, extremo que además se observó oportunamente y se hizo
protesta de recurrir, consiguientemente corresponde la anulación total de la sentencia porque se basa en
una prueba ilegalmente incorporada al proceso y no se puede fundar una decisión basada en dicha prueba
conforme dispone el art. 13 del CPP. B.- Defecto prevenido en el num. 6) del mismo artículo: por defectuosa
valoración de la prueba, ya que la juzgadora: 1) refiere en el numeral 1 del último considerando que los
testigos refieren que Jorge Gerardo Bayávivia en el inmueble, sin embargo en su propia declaración el
acusador particular manifiesta que fue cuidante Y vive 36 años en la vivienda que le dieron Humberto
Peredo y Teresa Zelada, lo que implica que no estaba en legitima posesión del inmueble, los que estaban en
posesión por mandato del art. 87 del Código Civil eran los miembros de la familia Peredo Zelada, y los
testigos refirieron que su ingreso fue con la familia Peredo Zelada, por ende si alguna vez ingresó fue con el
consentimiento de los legítimos poseedores y propietarios; 2) en el num. 2 del mismo considerando, refiere
que la prueba testifical demostraba que el imputado asentía que lo conocieran como abogado y el acusador
particular con su declaración de que firmó un documento como abogado confirmó dicha posición, cuando
en los hechos ninguno de los testigos refirió que haya sido su abogado; 3) en el num. 4 del mismo
considerando refiere que la prueba QP-8 es pertinente para formar convicción, cuando el contenido de ese
documento dice que se firma en presencia de dos testigos y en los hechos no lleva no tiene firma de testigos,
es más, no está reconocida en sus firmas para tener valor legal conforme a los arts. 1297 y 1301 del Código
Civil. Además de no haber sido incorporado el documento conforme a procedimiento, exhibido al
imputado éste negó su firma por no ser suya; 4) incurre en defectuosa valoración de la prueba de cargo MP-
9 consistente en placas fotográficas, cuando el propio acusador particular señala que el imputado está en
dichas fotografías, sin embargo se encuentra en una sola asistiendo al abogado Javier Rocha y en las otras,
ninguno corresponde a su persona, lo que genera duda sobre su participación; 5) no considera que en la
acusación los hechos denunciados versan en el día 10 de agosto de 2000; los testigos refieren que era día
domingo cuando en los hechos era jueves, por lo que los testigos han falseado sus declaraciones. C.-
Inobservancia o errónea aplicación de norma sustantiva: manifiesta que se ha incurrido en inobservancia y
errónea aplicación de la norma sustantiva prevista en el art. 164 del CP, ya que comete el delito previsto por
esta norma el que indebidamente ejerce una profesión para la que se requiere título, licencia, autorización o
registro especial, y no así al que se hace llamar o al que lo llaman doctor, además no se sabe a qué clase de
Dr. se refieren y no está penado el hecho de que a alguien lo llamen Dr. 6 se haga llamar así; por lo que en
estricta aplicación del mencionado artículo debió emitirse fallo declarándolo absuelto, ya que en todo el
proceso no existe ninguna prueba que haya ejercido la profesión de abogado y los argumentos de las
acusaciones fueron negadas por su persona. -Conforme a los referidos argumentos, solicita al Tribunal de
Alzada anular totalmente la sentencia.
CONSIDERANDO IV: Conforme la previsión del art. 398 del Código de Procedimiento Penal, la
competencia del Tribunal de alzada en el conocimiento y resolución de los recursos debe circunscribirse a
los aspectos cuestionados de la resolución recurrida En ese marco normativo, se efectúa el análisis que
sigue a continuación. 1. Sobre la apelación del querellante Jorge Gerardo Bayá Montaño: El apelante
denuncia error en la imposición de la pena, pues no se habría tomado en cuenta en la sentencia la agravante
establecida por el segundo párrafo del art. 298 del CP pues de las declaraciones de los testigos de cargo se
demostró que el imputado Federico López Siles sin permiso ingreso al inmueble que ocupaba su persona,
por la barda con una monja, dos policías y otras personas más. Tampoco considera la existencia de dos
delitos que configura el concurso real de delitos establecido por el art 45 del CP, por lo que, la Juzgadora
debió sancionar al imputado con la pena máxima de la mitad de la pena máxima, además de aumentar un
tercio más de la pena es as años, pues ambos delitos tienen esa pena máxima, y aumentar un año más, que
es decir tres meses, debiendo en definitiva sancionarse con una pena de tres años y tres meses de privación
de libertad. Tampoco ha valorado la agravante del art. 38 inc. 2) del naturaleza de la acción, los medios
empleados, la extensión del daño causado y el aspecto a que, para apreciar la gravedad del hecho se debe
tomar en cuenta: la peligro corrido, concurriendo además en el caso la falta de arrepentimiento eficaz del
imputado que al efectuar su última palabra inclusive ha denigrado al abogado de la acusación. Los
fundamentos que expone el querellante recurrente son propios del defecto de la sentencia previsto en el
num. 1) del art. 370 del CPP relativo a la inobservancia y errónea aplicación de la ley sustantiva El Tribunal
Constitucional mediante la SC 1075/2003-R de 24 de julio, ha aclarado los alcances de la expresión
inobservancia errónea aplicación de la ley señalando que: "El primer supuesto se presenta cuando la
autoridad judicial no ha observado la norma, o, lo que es lo mismo, ha creado cauces paralelos a los
establecidos en la ley. En el segundo caso, si bien se observa la norma, la autoridad judicial la aplica en
forma errónea (...)”. En este sentido, este defecto consiste en la falta de aplicación de una norma sustantiva
que por su vinculación con el hecho que se juzga, debió ser necesariamente aplicada (inobservancia), o
cuando se aplicó un precepto legal que no correspondía al caso concreto (errónea aplicación). Con relación
a la inobservancia del párrafo segundo del art. 298 del Código Penal, que establece como agravante con un
tercio en la sanción del delito de allanamiento de domicilio o sus dependencias "si el delito se cometiere de
noche, o con fuerza en las cosas o violencia en las personas, o con armas, o por varias personas reunidas", el
recurrente manifiesta que conforme han declarado los testigos de cargo, el allanamiento se habría
producido ingresando por la barda, de lo que se entiende que habría concurrido fuerza en las cosas, y
conjuntamente a una monja, dos policías y otras personas más, significando que el hecho habría sido
cometido por varias personas reunidas. A este respecto, la Juez a-quo en el punto 7) del tercer considerando
de la sentencia, previa valoración de las declaraciones de los testigos de cargo determinó que "En cuanto a
la agravante, no quedó justificado que el sindicado de manera individual hubiese participado de los actos
violentos suscitados en la mencionada ceremonia; tocando prescindirse por tanto de dicha agravante (...)".
Si se toma en cuenta que este Tribunal de alzada se encuentra impedido de revalorizar la prueba, pues es
una función exclusivamente reconocida al juez de instancia, se debe llegar a la conclusión de que, si de la
valoración de los medios probatorios aportados en el juicio, la Juez a-quo llegó a la convicción de que no
concurrió en la comisión del hecho de allanamiento de domicilio ninguna de las circunstancias previstas
como agravantes en el párrafo segundo del art. 298 del CPP, no estaba obligada a considerar la agravación
de la pena en un tercio, por lo cual no puede hablarse propiamente de inobservancia de aquella norma;
debiendo tenerse presente al respecto que la defectuosa valoración de la prueba o el arribo a erróneas
conclusiones sobre la participación del responsable penal en el injusto penal acusado, no importa la
concurrencia de este defecto, porque la aplicación de la ley sustantiva a hechos mal valorados no implica
inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva, pues el error no está en la aplicación de la norma
sino en la valoración de la prueba, situación que precisamente se presentaría en el caso, pues en los hechos
el recurrente alega que Juez no habría valorado correctamente la prueba testifical de cargo que demuestra
concurrencia de agravantes en la comisión del delito de allanamiento. Por estos motivos se tiene por no
acreditado este punto de la apelación. Respecto a la incorrecta aplicación de las normas del concurso real de
delitos previsto por el art. 45 del CP, por las cuales, según el recurrente, debió aplicarse la pena mayor de
uno de los dos delitos y agravarse en una mitad, corresponde efectuar el siguiente análisis: Conforme al art.
45 del Código Penal, incurre en concurso real de delitos "El que con designios independientes, con una o
más acciones u omisiones, cometiere dos o más delitos" y es sancionado "con la pena de! más grave,
pudiendo el juez aumentar el máximo hasta la mitad". Como se ve, la consecuencia legal en la aplicación de
la pena en caso de concurso real de delitos, es la imposición de la prevista para el delito más grave,
pudiendo agravarse hasta en una mitad, empero, debe tomarse en cuenta que el término "pudiendo" que
utiliza la norma, implica que esta agravación constituye una facultad del Juez o Tribunal, por lo que puede
o no hacerse efectiva por no tratarse de una imposición legal de carácter imperativo. Asimismo, no se
advierte que en el concurso, se deba imponer necesariamente la pena máxima del delito más grave, sino la
que corresponde aplicar la pena correspondiente, de acuerdo a las reglas de individualización con la
consideración de las circunstancias atenuantes y agravantes y dentro los parámetros mínimo y máximo
establecidos por la norma que sanciona el delito más grave. Efectuadas las precisiones precedentes, de la
revisión de la sentencia apelada, se establece que la Juez a-quo en el punto 8) del tercer considerando
determina que "En cuanto a la sanción que corresponda, tomando en cuenta un concurso de ilícitos, en
correspondencia con el art. 45 del Cdgo. Pena, concernirá la aplicación de la punición con la pena más
grave, prescindiéndose, en esta oportunidad, de una consideración sobre la graduación de la condena". Es
por ello que en la parte resolutiva le impone al imputado la pena de dos de reclusión, que es la pena
máxima en cada uno de los delitos por los que le condena, sin hacer uso de la facultad de agravar en una
mitad. Lo expuesto por la Juez a-quo revela una incorrecta aplicación del art. 45 del Código Penal, en la
medida en que esta disposición legal no establece la aplicación de la pena mayor del delito más grave, sino
la correspondiente al delito más grave, en cuya consideración se deben tomar en cuenta las circunstancias
agravantes y atenuantes para aplicar la pena dentro los parámetros mínimo y máximo del tipo penal
considerado como el más grave, y agravar si correspondiera hasta en una mitad la pena individualizada.
Estos aspectos no han sido tomados en cuenta por la Juez a-quo, por lo cual, además de inobservar la
normativa del art. 45 referido, ha dejado de aplicar las circunstancias previstas en los arts. 37, 38 y 40 del
Código Penal. Estos motivos implican la concurrencia parcial en la sentencia del defecto previsto en el num.
1) del art. 370 del CPP, de manera que este punto de la apelación ha sido acreditado por el recurrente,
empero, debe dejarse claramente establecido que la concurrencia de este defecto no significa que deba
anularse la sentencia, pues este Tribunal se encuentra facultado para reparar directamente la inobservancia
de la ley o su errónea aplicación, conforme a la previsión de la parte in fine del art. 413 del CPP, y en el
presente caso, resulta evidente que para reparar el error de derecho incurrido en la imposición de la pena,
no es necesario anular la sentencia, pues únicamente corresponderá determinar la pena aplicable
considerando los aspectos omitidos por la Juez a-quo. 2. Respecto a la apelación del imputado Federico
López Siles: 2.1. Sobre los defectos de procedimiento: Cuando se denuncia defectos de procedimiento en un
recurso de apelación restringida es de aplicación las normas previstas en el art. 407 del CPP, en sentido de
que "Cuando el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya un
defecto de procedimiento, el recurso solo será admisible si el recurrir, salvo en los casos de nulidad
absoluta o cuando se trate de los vicios de la interesado ha reclamado oportunamente su saneamiento o ha
efectuado reserva de sentencia". Dentro de dicho contexto, se pasa a analizar los puntos de apelación
planteados en el recurso: A.- El imputado acusa la inobservancia del art, 168 del CPP, que establece la
facultad de corrección por el juez de los defectos subsanables, pues se había rechazado el incidente de
saneamiento procesal por errónea notificación al imputado con las acusaciones pública y particular. De la
revisión de las actas de audiencia de juicio oral, se establece que en la audiencia de fecha 7 de noviembre de
2007 (fs. 97 a 106), la defensa del imputado planteó incidente de actividad procesal defectuosa
argumentando la ilegalidad de su notificación mediante edictos con las acusaciones pública y privada, con
fundamentos similares a los que expone en el presente declaró la improcedencia del incidente debido a que
de la revisión de los antecedentes se verifica que los actos preparatorios al juicio oral fueron cumplidos a
cabalidad con la notificación personal al imputado en principio en su domicilio real y conforme dispone el
Art. 163 último párrafo del Cdgo. De Pdto. Penal y luego mediante edictos ante el desconocimiento de su
paradero. Deduciéndose que en ningún momento quedó vulnerado su derecho a la defensa. La Juez
determinó que las partes quedaban legalmente notificadas con e pronunciamiento de la resolución,
advirtiéndoles que pueden hacer uso del recurso de apelación incidental; el abogado de la defensa "refinó
que hará uso del recurso de forma escrita". No consta en antecedentes que la formalización del recurso de
apelación incidental se hubiera efectivizado; por el contrario, a fs. 277-278 cursa el Auto de Vista
pronunciado por la Sala Penal Segunda en fecha 20 de marzo de 2008, que resuelve la apelación incidental
por el imputado Federico López Siles contra el Auto de fecha 7 de noviembre de 2007 que declaró
improbadas las excepciones de falta de acción y de extinción de la acción que el imputado habia planteado,
en la misma audiencia de juicio oral donde se pronunció la resolución de rechazo del incidente que nos
ocupa, lo cual demuestra que la defensa de Federico López Siles no interpuso recurso de apelación
incidental contra la resolución que rechazó el incidente de saneamiento procesal. Lo expuesto significa que
el defecto de procedimiento que ahora reclama en apelación restringida, no fue reclamado oportunamente,
pues si bien el incidente fue planteado en la audiencia de juicio oral, no se impugnó la resolución por la via
de la apelación incidental y tampoco se hizo reserva de plantear recurso de apelación restringida. Además,
ha de tomarse en cuenta que una vez que se declaró la rebeldía del imputado y se lo citó por edictos, éste se
apersonó al proceso mediante memorial de fecha 25 de septiembre de 2007 (fs. 85), purgando las costas de
su rebeldía y asumiendo su defensa en el estado del proceso, sin plantear incidente de nulidad de la
citación, convalidando de esta manera cualquier defecto que pudiera haber existido en función de lo
previsto por la parte in fine del art. 166 del CPP. Este aspecto constituye también una demostración de que
el saneamiento del defecto no fue reclamado de forma oportuna por el imputado y ha quedado
convalidado; por lo que no siendo un defecto absoluto al no enmarcarse dentro los casos previstos por el
num. 3) del art. 169 del mismo código procesal, al no haberse afectado sus derechos y garantías
constitucionales porque la citación cumplió su finalidad de comunicación y el imputado asumió su defensa
dentro los parámetros legales, ni se trata de un defecto de la sentencia, este punto de la apelación no resulta
atendible y debe ser declarado improcedente. B.- Con relación a la violación de los arts. 31 de la CPE y 30 de
la LOJ por inobservancia del num. 1) del art. 323 del CPP, num. 15 del art. 45 y art. 476 de la Ley del
Ministerio Público, al haberse rechazado la excepción de falta de acción planteada porque la acusación
pública había sido presentada por personas extrañas al Ministerio Público, se tiene de la revisión de los
antecedentes procesales, que con los mismos fundamentos fue planteada esta excepción, conjuntamente con
la de extinción de la acción penal en la audiencia de juicio oral de fecha 7 de noviembre de 2007 (fs. 97 a 106
y 122 a 134) y fueron declaradas improbadas por la Juez, determinando en lo que corresponde al tema que
nos ocupa que "la falta de presentación personal de la acusación, de manera alguna podría confrontar a los
requerimientos del proceso señalados; traduciéndose que el Art. 32-1) del Cdgo de Pdto. Penal subsistiria
con la sola plasmación del pliego acusatorio del Fiscal dirigido a la autoridad competente, asi mismo
hubiese sido presentado posteriormente por persona ajena". Una vez pronunciada la resolución, la defensa
del imputado planteó recurso de apelación incidental que remitido ante el Superior en grado, fue resuelto
por la Sala Penal Segundamediante Auto de Vista de fecha 20 de marzo de 2008 (fs. 277-278) que declara
improcedente el recurso. -Esto demuestra que el aspecto que ahora impugna ya fue objeto de reclamo y su
improcedencia fue declarada por la Juez a-quo y un Tribunal de apelación; consiguientemente se trata de
una cuestión ya resuelta con los efectos de cosa juzgada y no puede volver a ser revisada en apelación
restringida. Al respecto debe tomarse en cuenta que conforme a la doctrina legal establecida por la Corte
Suprema de Justicia a través del A.S. N° 60 de 27 de enero de 2007 pronunciado por la Sala Penal II: "En el
planteamiento de apelaciones incidentales contra resoluciones que rechacen excepciones durante el juicio
oral surgen dos posibilidades, que el tribunal haya resuelto las excepciones conforme al artículo 345 con
relación al artículo 314 primer párrafo ambos del Código de Procedimiento Penal, en un solo acto al inicio
del juicio, o en sentencia; en el primer caso el excepcionista deberá formalizar su recurso en el plazo
previsto por el artículo 404 del Código de Procedimiento Penal debiendo el trámite diferirse hasta que se
dicte la sentencia de primer grado; si las excepciones han sido resueltas en la misma sentencia, esto habilita
para que el excepcionista plantee conjuntamente ambas apelaciones, restringida e incidental, en el plazo del
artículo 408 del Código de Procedimiento Penal; en ambos casos se correrán los traslados correspondientes
siguiendo el trámite de apelación restringida (...) consiguientemente, teniendo en cuenta que en el caso, la
excepciones de falta de acción y de extinción de la acción penal fueron resueltas por la Juez a quo mediante
resolución expresa y en un solo acto al inicio del juicio oral y no las difirió para su resolución en la
sentencia, conforme a la doctrina legal glosada, resultaba adecuado el planteamiento de la apelación
incidental, que evidentemente fue planteada por la defensa del imputado y fue tramitada y resuelta por la
instancia superior, no siendo procedente una posterior apelación en la via restringida para revisar una
cuestión que ya ha adquirido firmeza: por lo cual este punto de la apelación resulta inadmisible. C.-
Idéntica situación concurre en la denuncia de errónea aplicación del art. 302-3) del CPP, que el recurrente
fundamenta en la inobservancia del art. 277 del mismo código, pues la resolución que declara improbadas
las excepciones de prescripción de la acción y de falta de acción y que está referida en el punto inmediato
anterior, ha resuelto al inicio del juicio oral la excepción de falta de acción que se fundó también en la
incorporación del delito de allanamiento de domicilio a la acusación y al Auto de Apertura de Juicio, lo que
el imputado considera ilegal porque que este delito no había sido imputado ni querellado. Como se tiene
expuesto, la referida resolución fue apelada incidentalmente por el imputado y su recurso fue resuelto por
la Sala Penal Segunda mediante Auto de Vista de fecha 20 de marzo de 2008 (fs. 277-278) que declara
improcedente la apelación y respecto a la cuestión planteada determina "Con respecto a que el Ministerio
Publico no puede cambiar la calificación de los delitos imputados en la acusación, Marcar que el Art.
indicar que la calificación del hecho es provisional, esto quiere decir que se puede 302-3 de la Ley 1970
determina (...); la norma transcrita precedentemente es clara, 'al cambiar la misma tiempo de concluir la
etapa preparatoria y formularse la acusación contra el imputado conforme al Art. 323 de la Ley 1970;
refiriéndonos sólo a la variación de la tipificación, no asi al hecho, razón por la cual el imputado no puede
alegar desconocimiento del hecho acusado". Esto demuestra que este aspecto de la apelación ya fue objeto
de reclamo y fue resuelto por la Juez y un Tribunal de apelación, consiguientemente se trata de una
cuestión no puede ser revisada nuevamente en apelación restringida al haber adquirido firmeza; motivo
por lo cual este punto de la apelación también resulta inadmisible y resulta innecesario ingresar al análisis
de fondo de la cuestión planteada. D.- La misma situación de inadmisibilidad se tiene con relación a la
denuncia de Inobservancia del art. 290 del CPP que según el recurrente se habría producido cuando la Juez
rechazó la excepción de impersoneria del acusador particular no obstante de que no existía notificación con
la querella al imputado. De la revisión del acta de audiencia de juicio oral de fecha 7 de noviembre de 2007
(fs. 97 a 106 y 122 a 134) se puede evidenciar que la excepción de falta de acción fue planteada por el
imputado alegando también la impersonería del acusador particular por no haber sido notificado con la
querella; la Juez al declarar improbada la excepción determinó "Con referencia a la personería del
querellante, por disposición del Art. 240 del CPP, el querellante podrá presentar su acusación particular al
juez o tribunal de sentencia seguidamente a haber sido presentada la acusación pública, aspecto que fue
cumplido, otorgándole ello a esta parte suficiente personería como para actuar dentro del presente trámite
máxime si además versa el antecedente de que en durante la etapa preparatoria la victima ya se constituyó
en querellante". Esta resolución, como se tiene ya expuesto, fue motivo de apelación incidental por el
imputado y su recurso fue declarado improcedente por la Sala Penal Segunda mediante Auto de Vista de
fecha 20 de marzo de 2008 (fs. 277-278), por lo cual este aspecto de la apelación de la apelación restringida
deviene también en inadmisible porque ya no es posible su revisión al haber adquirido firmeza. E.- El
recurrente acusa la inobservancia del art. 338 del CPP, que establece la obligación del Juez de Sentencia de
dirigir la audiencia de juicio oral, garantizando el ejercicio pleno de la acusación y la defensa, pues
manifiesta que con la inobservancia y errónea aplicación de la ley descritas en los tres primeros puntos de
su apelación, se ha atentado contra el derecho del ejercicio pleno de la defensa. Conforme se infiere de lo
expresado al resolver los puntos anteriores de la apelación, no resulta evidente la afectación del derecho de
defensa del imputado, quien ha ejercido dentro los lineamientos procesales correspondientes las
prerrogativas inherentes a su defensa, planteando incidentes y excepciones que han sido resueltas por la
Juez a-quo y en algunos de los casos, se encuentran ratificadas por un tribunal de alzada;
consiguientemente, este punto de la apelación carece de sustento fáctico y legal y deviene en improcedente.
F.- Con relación a la alegada aplicación errónea del num. 3) del art. 308 del CPP. que el recurrente funda en
el rechazo de la excepción de falta de acción por no haberse promovido legalmente la acción, corresponde
únicamente reiterar que al haberse declarado improcedente la excepción y ratificado por una instancia,
queda demostrado que la acción ha sido legalmente promovida y no existía ningún impedimento legal para
proseguir con la realización del juicio oral. Consecuentemente, este punto de la apelación también resulta
improcedente. G.- Respecto a la alegada aplicación errónea del num. 1) del art. 335 del CPP, que se habia
producido cuando la Juez suspendió el juicio oral a petición del acusador particular, con el propósito de
incorporar prueba extraordinaria, decisión fundada en la declaración del testigo y querellante Jorge
Gerardo Bayá Montaño, cuando éste sabia de la existencia del documento a producirse porque estaba en su
poder, se tiene que evidentemente en la audiencia de juicio oral de 7 de noviembre de 2007 (fs. 122 a 134),
cuando prestaba su declaración testifical el querellante Jorge Gerardo Bayà Montaño hizo referencia a un
documento que había obtenido una semana antes y no lo había presentado al juicio, documento en el que el
imputado había firmado como abogado, además de que tenía conocimiento de que existe otro papel en el
que también ha firmado como abogado en un proceso de robo agravado; ante lo cual, el abogado del
querellante, en función de los arts. 335, 13 y 171 del CPP solicitó se suspenda la audiencia a fin de que se
presente como prueba extraordinaria el documento, además de que existen dos pruebas en fotocopias que
necesitan ser legalizadas. La Juez mediante auto motivado, tomando como basamento la declaración del
testigo y en consideración al art 335 num 1) del CPP dio curso a la petición, señalando nueva audiencia de
reanudación del juicio oral para el dia 28 de noviembre de 2007. El abogado del imputado manifestó que
haría uso del recurso de apelación restringida contra la decisión Habiéndose suspendido en varias
oportunidades la prosecución del juicio (fs. 143, 150-151 y 154-155), finalmente se reinstaló la audiencia de
juicio oral en fecha 9 de junio de 2008 (fs. 164 a 170), acto en el cual la juez admitió la prueba extraordinaria
presentada por la acusación particular y dispuso su judicialización como pruebas QP-8 y QP-9
desestimando la exclusión probatoria planteada por la defensa del imputado, quien anunció apelación
restringida contra la denegatoria de su planteamiento. Respecto a la prueba extraordinaria, el art. 335 del
CPP establece: "La audiencia de juicio oral se suspenderá únicamente cuando: (...) 3) el Fiscal o el
querellante por el descubrimiento de nuevos hechos requiera ampliar la acusación (...) De modo general la
prueba es ofrecida en la etapa de preparación del juicio (art. 340 del CPP) y producida en el desarrollo de la
audiencia de juicio oral, empero ello no significa que las partes no puedan ofrecer y producir pruebas
adicionales durante el juicio oral, tal es el caso de la prueba extraordinaria, que es aquella que es permitida
producir por disposición del art. 335 num. 3) del CPP y que surge en el desarrollo del juicio, cuya
naturaleza y pertinencia debe ser admitida o rechazada por el Juez o Tribunal, previo debate de las partes.
En el caso, la Juez a quo en uso de las facultades que la ley le reconocen, ha considerado pertinente la
producción de la prueba documental extraordinaria ofrecida por el abogado de la acusación particular,
cuya existencia surgió de la propia declaración del querellante en calidad de testigo y que podía conducir al
descubrimiento de nuevos hechos relacionados con los delitos que se juzgaban. Estos aspectos, por
adecuarse a las previsiones del num. 3) del art. 335 del CPP, denotan la corrección de la decisión de la Juez
a-quo al admitir el ofrecimiento de la prueba extraordinaria y la suspensión de la audiencia para permitir
su producción, consiguientemente no se advierte que se hubiera atentado al debido proceso ni que se haya
incurrido en el defecto establecido en el num 3) del art. 169 del compilado procesal penal. H.- Sobre la
inobservancia y errónea aplicación del art. 172 del CPP, que según el recurrente se habría producido al no
haberse excluido la prueba QP-8, que estaba siendo incorporada al juicio en violación al num. 5) del art. 341
del CPP, porque no fue ofrecida oportunamente y se atentaba con los arts. 12 y 338 del mismo código al no
observar la Juez el derecho a la igualdad de las partes en cuanto a los momentos procesales para ofrecer
pruebas, debe reiterarse que la Juez a-quo ha procedido conforme al art. 335 del CPP que faculta la
producción de prueba extraordinaria; no se inobservado el art. 172 citado porque no se han vulnerado los
derechos y garantias constitucionales del encausado, no se ha acreditado que la prueba literal
extraordinaria haya sido obtenida en virtud de información originada en procedimiento o medio ilicito y el
medio probatorio observado ha sido incorporado al juicio observando las formalidades previstas en el art.
355 del CPP: en definitiva con la admisión de dicha prueba no se ha afectado el derecho de igualdad de las
partes para ejercer las facultades y derechos que les asiste, por lo que no existe atentado alguno a los arts. 12
y 338 del compilado procesal penal. Todo lo expresado demuestra que el imputado recurrente no ha
acreditado la concurrencia de ninguno de los defectos de procedimiento que denuncia en su recurso de
apelación restringida, por lo que no se encuentra acreditado el motivo de apelación previsto en el párrafo
segundo del art. 407 del Código de Procedimiento Penal. 2.2. Sobre los defectos de la sentencia: A.-Con
relación al defecto previsto en el num. 4) del art. 370 del CPP: Este defecto está referido a la infracción de las
formas procesales en la producción de las pruebas. Conforme a los art. 167 y 172 del CPP "No podrán ser
valorados para fundar una decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ellas, los actos cumplidos
con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado,
Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este Código, salvo que el defecto pueda ser
subsanado o convalidado" y "carecerán de toda eficacia probatoria los actos que vulneren derechos y
garantías consagradas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales
vigentes, este Código y otras leyes de la República, así como la prueba obtenida en virtud de información
originada en un procedimiento o medio ilícito". Esto significa que toda prueba licita debe cumplir con las
formalidades de ley y no estar comprendida dentro de las exclusiones probatorias, pues la libertad
probatoria no admite los elementos probatorios ilícitos e impertinentes. En esos casos, se debe suscitar un
incidente de exclusión probatoria, cuya denegatoria habilita la impugnación por medio de la apelación
restringida. El juez o tribunal al pronunciar la sentencia sólo debe valorar las pruebas debidamente
judicializadas. En el caso, el recurrente sostiene para fundar la existencia de este defecto, la Juez basa su
decisión en la prueba QP-8 incorporada al proceso ilegalmente ya que no es prueba extraordinaria por los
fundamentos ya expuestos, extremo sobre el cual se observó oportunamente y se hizo protesta de recurrir;
consiguientemente, afirma que la sentencia se basó en una prueba ilegalmente incorporada al proceso y no
se puede fundar una decisión basada en dicha prueba conforme al art. 13 del CPP. Recuérdese que el
recurrente al fundamentar uno de los defectos de procedimiento, afirmó que la Juez interpretó
incorrectamente el art. 335 del CPP al aceptar la suspensión de la audiencia de juicio oral para la
producción de prueba extraordinaria fundando su decisión en la declaración, en calidad de testigo, del
querellante Jorge Gerardo Bayá Montaño, cuando de su propia declaración se puede extraer que el
documento que refiere se realizó en la oficina de su abogado y dentro un proceso donde el mismo era parte,
consiguientemente sabia de su existencia y el documento estaba en su poder, por tanto mal podía
entenderse que era una prueba de reciente conocimiento a través de su declaración o de reciente obtención.
Al respecto, debe tomarse en cuenta lo que ya se tuvo expresado cuando se resolvió un punto anterior de la
apelación, en sentido de que en la audiencia de juicio oral cuando prestaba su declaración testifical, el
querellante Jorge Gerardo Bay? Montaño hizo referencia a una literal que había obtenido recientemente y
no lo había podido presentar en el juicio y que consistía en documento en el que el imputado había firmado
como abogado, por lo cual, ante la solicitud del abogado del querellante, la Juez suspendió la audiencia
para posibilitar la producción de dicha prueba y de otras más, que por no ser motivo de impugnación se
prescinde de referirse a ellas. Ahora bien, una vez que se hubo presentado la prueba y reanudado la
audiencia de juicio oral, cuando se pidió la incorporación de dicha prueba, la defensa del imputado planteó
exclusión probatoria de la prueba QP-8, que consiste en un recibo de devolución de dineros firmado por
Federico López Siles declarando ser abogado y representante de Teresa Zelada Valenzuela, alegando que
no tiene reconocimiento de firmas y pudo ser alterado o falsificado y no podría valorarse en sentencia; la
juez desestimando los argumentos de la defensa del imputado, admitió la prueba extraordinaria presentada
y dispuso su judicialización como prueba QP-8 con el consiguiente registro y previa lectura, la defensa del
imputado anunció apelación restringida contra lo resuelto. La prueba extraordinaria prevista por el núm. 3)
del art. 335 del CPP supone una excepción a la oportunidad de ofrecimiento de la prueba que se realiza en
la etapa de preparación del juicio conforme establece el art. art. 340 del CPP; prueba extraordinaria que
tiene su justificación en la necesidad de esclarecer los nuevos hechos que pueden ser descubiertos después
de agotada esta etapa procesal en la búsqueda de la verdad histórica de los delitos que se juzgan. Si bien
esta posibilidad de prueba adicional no puede servir de justificación para el obrar negligente de las partes
cuando no han ofrecido pruebas de las que tenian conocimiento, empero su naturaleza extraordinaria y
pertinencia, deben ser establecidas por el Juez o Tribunal en uso de su facultad privativa de valoración de la
prueba. Esto es lo que precisamente ha ocurrido en el caso, pues la Juez a-quo ha considerado que la prueba
QP-8 resultaba extraordinaria y pertinente a los fines del proceso, por lo que determinó su incorporación al
juicio previa su lectura, cumpliendo de esta manera la finalidad establecida por el num. 3) del art. 335 y las
formalidades de judicialización previstas en el art. 355 del CPP El recurrente no ha acreditado que la prueba
QP-8 sea una prueba falsificada o adulterada, no la ha negado expresamente limitándose a afirmar sin
mayor convicción la posibilidad de alteración o adulteración así como la circunstancia de no estar
reconocidas las firmas, observaciones que no son suficientes motivos para quitarle eficacia probatoria,
tampoco ha acreditado que la prueba literal extraordinaria haya sido obtenida en virtud de información
originada en procedimiento o medio ilícito o que violente sus derechos y garantías constitucionales. De esta
manera y tomando en cuenta que el medio probatorio ha sido incorporado al juicio previo cumplimiento de
las formalidades previstas por ley, queda establecido que la sentencia no se halla afectada del defecto
previsto en el num. 4) del art. 370 del Código de Procedimiento Penal, por lo que resulta evidente que este
punto de la apelación no ha sido acreditado por el recurrente. B.- Sobre la inobservancia o errónea
aplicación de normas sustantivas: El recurrente, al sostener que la Juez ha incurrido en inobservancia y
errónea aplicación de la norma sustantiva prevista en el art. 164 del CP, ya que su conducta no se adecuaria
a la norma señalada, porque ésta no dice que comete el delito de ejercicio ilegal de la profesión quien se
hace llamar y lo llaman doctor, sin saber a qué clase de Dr. se refiere y que además, no está penado el hecho
de que a alguien lo llamen Dr. o se haga llamar asi, afirma la concurrencia en la sentencia del defecto
previsto en el num. 1) del art. 370 del CPP. Este defecto se presenta cuando en la sentencia se ha incurrido
en "inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva. El Tribunal Constitucional mediante la SC
1075/2003-R de 24 de julio, ha aclarado los alcances de la expresión inobservancia o errónea aplicación de la
ley señalando que: "El primer supuesto se presenta cuando la autoridad judicial no ha observado la norma,
o, lo que es lo mismo, ha creado cauces paralelos a los establecidos en la ley. En el segundo caso, si bien se
observa la norma, la autoridad judicial la aplica en forma errónea (...)".En el mismo sentido, el tratadista
Lino Enrique Palacio expresa: "Se trata del defecto calificado como error en el juicio de derecho expresado
en la sentencia (error iuris in iudicando). (...) tanto la inobservancia como la errónea aplicación' de la ley
implican siempre la violación o el quebrantamiento de ésta (...) Debe entenderse, por ello, que el vicio
examinado consiste en el error padecido por el tribunal en la selección o en el alcance de la norma que da el
sentido del caso sometido a decisión, de modo que la infracción puede materializarse en forma negativa o
positiva. Concurre la primera hipótesis cuando se omite aplicar a un hecho la norma que genuinamente la
conceptualiza y se da la segunda cuando se aplica al hecho una norma que no es la adecuado, o cuando a
pesar de haberse aplicado la norma adecuada se le otorga un alcance diverso al que realmente reviste o se le
imputa una consecuencia que no le corresponde" ("Los Recursos en el Proceso Penal Edit. Abeledo Perrot
Bs.As.-Argentina 1998. Pág. 102). De esta manera, queda precisado que este defecto, que habilita la
apelación restringida, consiste en la falta de aplicación de una norma sustantiva que por su vinculación con
el hecho que se juzga, debió ser necesariamente aplicada (inobservancia), o cuando se aplicó un precepto
legal que no correspondía al caso concreto (errónea aplicación). Para resolver este punto de la apelación,
resulta necesario establecer si en el caso concurren o no, los elementos constitutivos del delito de ejercicio
indebido de la profesión de abogado. Al respecto se debe previamente precisar que la tipicidad como
elemento constitutivo del delito, consiste en la descripción legal de los actos calificados como punibles, y
está dada por la identificación de la conducta del sujeto activo con la figura prevista como delito en la ley
penal. En esta descripción, la ley penal prevé de modo que la conducta se adecue exactamente a la prevista,
pero el legislador no puede tomar en cuenta todas las circunstancias que pueden concurrir, de manera que
selecciona los rasgos esenciales que sean suficientes para que el hecho se convierta en delito. En cada delito
en particular, la ley establece los elementos específicos de cada figura, que son objetivos y subjetivos:
los primeros, llamados elementos puros de la tipicidad, son referencias a cosas, personas o modos de
obrar, nociones que pueden ser captadas por los sentidos; en tanto que los elementos subjetivos están
referidos al ánimo, propósito o finalidad de la acción. De esta manera, una acción solo es delito cuando
están presentes todos los elementos de la figura delictiva. El delito de ejercicio indebido tipificado por el art.
164 del Código Penal lo comete "El que indebidamente ejerciere una profesión para la que se requiere título,
licencia, autorización o registro especial". De esta descripción legal, claramente se establece que los
elementos constitutivos de este tipo penal son: el ejercicio indebido de las actividades propias de una
profesión que requiere condiciones de idoneidad previstas por la ley (elemento objetivo) debiendo el sujeto
activo obrar con dolo, pues actúa a sabiendas de que su proceder se encuentra sancionada por la ley
(elemento subjetivo). En el caso de los profesionales abogados, la Ley de la Abogacía (DL N° 16793 de 19 de
julio de 1979), aplicable al caso por la época en que se suscitaron los hechos juzgados, en sus arts. 1° y 2º
dispone que "Son abogados los que cumplen los requisitos exigidos por Ley y demás disposiciones que
regulan la profesión (...) su ejercicio es una función pública pero de desempeño particular y "Nadie puede
actuar como defensor o patrocinante en procesos judiciales, administrativos y otros trámites, sin ser
abogado en ejercicio. Ninguna minuta, solicitud o informe legal será admitido por las autoridades, sean
estas judiciales, administrativas, municipales, militares ni eclesiástica, sin la firma de una abogado
patrocinante en ejercicio; asimismo, no admitirán en audiencia, intervención de personas que no ejerzan la
abogacía (...) Toda actuación realizada en contravención de este precepto será nulo de pleno derecho y
cualquier persona podrá denunciar la infracción ante autoridad competente". Los requisitos para ejercer la
profesión de abogado se hallan previstos en los arts. 5º, 6º y 7° de la misma ley, entre los que se cuenta el
título profesional, el juramento en las instancias correspondientes y la matriculación en el respectivo
Colegio de Abogados. En el caso presente, para la determinación de la concurrencia del delito de ejercicio
indebido de la profesión de abogado, la Juez a-quo en los puntos 2, 3 y 4 del tercer considerando de la
sentencia efectúa la siguiente fundamentación probatoria intelectiva: "Estando al tanto asimismo por la
prueba testifical precedente que el imputado asentía que lo conocieran como Abogado. Declarando a este
punto la testigo Roxana Rosmery Fernández Sánchez fui testigo en otro juicio que tenía el Sr. Bayá en el
último piso de este edificio, era una audiencia similar a esta, en un proceso seguido por Elizabeth N. hija de
la Sra. Zelada en contra del Sr. Jorge Bayé, relacionado con un dinero que se había prestado la Sra. Teresa
del Sr. Gerardo. En esa audiencia el Sr. López actuó como Abogado, estuvo como parte activa, sentado en
la misma mesa al lado de otro abogado pasándole papeles', Prosiguiendo la declarante Daysi Ruth Rojas
Arze 'En el Juzgado de arriba de este edificio habia un juicio que seguía doña Teresa a donJorge Baya, yo
fui a declarar como testigo. Mientras esperaba, el muchacho que notifica preguntó por el abogado de la Sra.
Zelada y se aproximó el Dr. Federico Siles para firmar algo sin embargo de que también se encontraba el
Dr. Rocha'. Manifestando la testigo Juana Pol Quiroga 'con anterioridad lo vi al Sr. Federico, iba a las
reuniones de la OTB acompañado de la Sra. Teresa y se identificaba como Abogado de ella, reclamaba del
agua. Continuando la declarante Juana Terán Cardozo Vda. de Bravo 'A las reuniones de OTB asistía el
señor (refiriéndose al imputado) con la Sra. Teresa Peredo, la última vez fue hace dos semanas. Asistía
como Abogado de la Sra. Teresa y ella también mencionaba que era su Abogado. Yo siempre lo traté como
Abogado'. Encadenando el eslabón el testigo Jorge Gerardo Bayá Montaño con su declaración 'el imputado
me haengañado diciendo que era Abogado, me ha hecho perder Sus. 10.000. Firmó un documento de
compromiso de devolución como Abogado. Federico Siles se hizo pasar como Abogado en un juicio
celebrado en este edificio en el piso de arriba referente a robo agravado, ahi firmó como abogado
Entendiendose por las pruebas instrumentales presentadas por el Ministerio Público y el Acusador
Particular signadas como MP-3, MP-4 y QP-3, que el imputado Federico López Siles no se encuentra
afiliado al llustre Colegio Departamental de Abogados de Cochabamba, tampoco fue registrado en el
Colegio Nacional de Abogados de Bolivia. Exponiendo expresamente los personeros de los Colegios de
Abogados de los Departamentos de La Paz, Oruro, Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca, Bani, Pando y Potosí,
que en sus archivos y libros de inscripción no existia ningún registro de matriculación a nombre de
Federico López Siles. Percibiéndose asimismo por la prueba presentada por la Acusación Particular signada
como QP-8 consistente en un Compromiso de Devolución de Dineros, que el imputado nominándose
Abogado de una persona efectuò un compromiso y garantía a la vez, respecto a la devolución de una
cantidad de dinero en un determinado periodo a favor del Acusador Particular. Prueba que se considera
pertinente por haber sido reconocida en audiencia pública por el mismo suscribiente de la mencionada
nota, Jorge Bay? Montaño". Con base en los referidos elementos probatorios, en la fundamentación jurídica
que efectúa en el punto 7 del mismo considerando, la Juez llega a la conclusión de que "En el caso que nos
atiende quedó demostrado que el imputado no fue registrado en el Colegio Departamental de Abogados de
esta ciudad, tampoco en el Colegio Nacional de Abogados de Bolivia. Desplegándose a través de los
testigos (...) así como las pruebas documentales signadas como MP-3, MP-4, QP-3 y QP-8, la asignación de
un título por parte del imputado sin poseerlo afectando intereses personales del Acusador Particular, tal el
caso de la suscripción del Compromiso de Devolución de Dineros. Resultando suficiente para la
consumación del delito descrito, la acreditación de su conducción como Abogado sin corresponderle, dada
la configuración dolosa del delito acusado. Quedando por tanto adecuada la conducta del imputado a los
alcances delineados por el Art. 164 del Cdgo. Penal". -Como se puede ver, las conclusiones a las que arriba
la Juez a-quo resultan pertinentes a la configuración del delito de ejercicio ilegal de la profesión de
abogado, pues el imputado, con pleno conocimiento y a sabiendas, ha desplegado actividades para las que
se requiere condiciones de idoneidad previstas por la ley, como ser título universitario e inscripción en el
registro profesional correspondiente, presentándose de esta manera en el accionar del imputado, los
elementos objetivo y subjetivo que configuran el delito previsto en el art. 164 del Código Penal. C.- Respecto
al defecto prevenido en el num. 6) del CPP: Este defecto se presenta cuando “la sentencia se base en hechos
inexistentes o no acreditados o en valoración defectuosa de la prueba". A dicho respecto se tiene que el art.
173 del Código de Procedimiento Penal prescribe: "El Juez o Tribunal asignará el valor correspondiente a
cada uno de los elementos de prueba, con aplicación de las reglas de la sana critica, justificando y
fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les otorga determinado valor, en base a la
apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida". -La valoración de la prueba permite
determinar la cuestión fáctica del problema para subsumirlo posteriormente en el derecho positivo
aplicable al caso. La labor del Tribunal que conoce el juicio consiste en enterarse de los hechos acusados, así
como de los hechos que el imputado opone en su defensa. Luego, ingresa a la valoración de la prueba que
fue válidamente producida en el proceso. Esta actividad le permite lograr el convencimiento acerca de la
verdad de los acontecimientos, conductas o situaciones que sustentan las pretensiones de las partes. Las
deficiencias consistentes en: la aprehensión de los elementos probatorios, el análisis crítico de ellos, o la
obtención del resultado, es motivo de impugnación del fallo que adolece de esas deficiencias. Se presenta
insuficiente o contradictoria fundamentación probatoria intelectiva, cuando existe incorrección o defecto en
el desarrollo de la tarea critica para la valoración de las pruebas. Si el error o defecto fuere fundamental
significará que la impugnación de la sentencia es acertada. Estaremos frente a un vicio in iudicando cuando
consista en un error de apreciación, resultante de dar por cierto lo que no aparece probado, o viceversa, dar
por no probado lo que conforme a los elementos de convicción que cursan en obrados resulta cierto. El
vicio será in procedendo cuando surge de una deficiente aplicación de las reglas de la sana critica racional,
consistente en un razonamiento incorrecto debido a que el juzgador se apartó de los criterios legales, o de la
lógica, la psicología y la experiencia, o por ser contradictoria o notoriamente insuficiente la motivación
sobre los hechos, para que se pueda llegar al resultado contenido en el fallo. - Respecto a la valoración de la
prueba, la doctrina legal establecida por la Corte Suprema de Justicia y que tiene carácter vinculante, ha
determinado que "La valoración de los hechos y de la prueba es atribución privativa del Juez o Tribunal de
Sentencia por cuanto ellos son los que se encuentran directamente involucrados en todo el proceso de la
producción de la prueba con la intervención contradictoria de las partes procesales: ahora en caso de que
dicha valoración sea confusa, contradictoria o insuficiente porque no tiene el sustento de la experiencia,
conocimiento, o no son utilizadas adecuadamente la lógica y las técnicas de argumentación; en definitiva no
se encuentran explicadas apropiadamente y que ponga en duda la razón del Tribunal de Sentencia, el
Tribunal de Apelación debe identificar la falla o impericia del Juez o Tribunal de Sentencia en la valoración
de los hechos y las pruebas, además debe observar que las reglas de la sana critica estén explicitadas en el
fundamento de la valoración de la prueba de manera clara concreta y directa, que tenga la consistencia de
lograr la convicción en las partes, sobre todo en la autoridad que controla la sentencia apelada, que las
impugnaciones sean verídicas y tengan fundamento jurídico" (AS. N° 91 de 28 de marzo de 2006 - Sala
Penal Primera). - En el presente caso se constata que la Juez de Sentencia Nº 1 de Quillacollo ha considerado
y valorado en la sentencia, los siguientes medios probatorios: 1) de Ministerio Público: testifical, con las
declaraciones de Jorge Gerardo Bayá Montaño, Roxana Rosmery Fernández Sánchez, Daysi Ruth Rojas
Arze y Juana Pol Quiroga; b) documental con las literales signadas como MP-3 (certificación del Colegio de
Abogados de Cochabamba), y MP-4 (certificación del Colegio Nacional de Abogados), las demás pruebas
ofrecidas por el Ministerio Público han sido objeto de exclusión probatoria en el juicio o desestimadas en la
sentencia; 2) de la acusación particular: testifical con las declaraciones de Juana Terán Cardozo Vda. de
Bravo y Mirtha Luisa Moreira Huerta instrumental con la signada como QP-3 (certificaciones de los
Colegios de Abogados de los nueve Departamentos del pais), además de la prueba extraordinaria signada
como QP-8 (compromiso de devolución de dineros de fecha 13 de enero de 2004), en tanto que la prueba
extraordinaria QP-9 (fotocopia de diligencia de notificación) ha sido desestimada en la sentencia. El
imputado no ofreció ni produjo ninguna prueba sobre el fondo del litigio y sólo lo hizo respecto a las
excepciones opuestas. - Con base en los elementos probatorios que emanan de los medios probatorios
aportados por las partes, la Juez a-quo ha establecido la responsabilidad penal del imputado en los delito
de allanamiento de domicilio y ejercicio indebido de profesión. Con relación al primer delito, en la
fundamentación jurídica que realiza en el punto 7 del tercer considerando ha establecido que "partiendo de
la descripción calificada en el Art. 298 del Cdgo. Penal (...) en concomitancia de este precepto con el
proveniente del art. 21 proclamado por la CPE referente a la inviolabilidad de domicilio, viene abarcando
una concepción percepción acogida más allá del Art. 24 del Cdgo. Civil en la percepción de protección a un
derecho inminentemente personal, desde la mera habitabilidad en un domicilio y/o morada, o en un lugar
de negocio o sus dependencias. En el caso que nos atiende quedó demostrado que el Acusador Particular
con su familia venía ocupando desde hace varios años atrás el domicilio de la Av. Blanco Galindo Km. 7 ½,
pagando inclusive servicios básicos de luz y agua por su consumo. Deduciéndose que independientemente
a un probable desalojo del Acusador Particular por circunstancias desconocidas efectuado con
posterioridad, el ingreso del imputado al inmueble sin consentimiento del ocupante representó un ingreso
arbitrario por haberse comprometido la mera habitabilidad de Jorge Bayá Montaño (...). Permaneciendo en
forma inequívoca de las declaraciones testificales presentadas en audiencia pública, el ingreso del imputado
al domicilio ocupado por Jorge Gerardo Baya Montaño durante una conmemoración religiosa con
participación de varios invitados, circunstancia que dicho sea de paso, no fue contradicha por la parte
imputada (...). Desprendiéndose por lo demás que al no haber sido controvertida la posesión de Gerardo
Bayá Montaño en el inmueble de la Av. Blanco Galindo Km. 7½ mediante documentación idónea como
adecuada que se opusiera a la ocupación, se ejercitó allanamiento en el domicilio ocupado por aquel,
convirtiéndose por tanto en sujeto pasivo con derecho de exclusión del espacio ocupado poa las personas
no consentidas para su ingreso (...)". En tanto que con relación al delito de ejercicio indebido de la profesión
de abogado, la Juez ha expresado las conclusiones que se tienen ya referidas en el punto anterior de la
presente resolución. Las apreciaciones efectuadas por la Juez a-quo en la resolución apelada no relegan los
datos que aportan las pruebas producidas; su razonamiento es correcto. porque no se aparta de los criterios
legales, la lógica, la psicología y la experiencia; explica suficientemente los fundamentos de su convicción,
asignando el valor correspondiente a los elementos esenciales de prueba, manifestando en cada caso los
motivos por los cuales les otorga o resta valor probatorio con aplicación de las reglas de la sana crítica,
justificando y fundamentando suficientemente sus razones; la valoración efectuada no es confusa,
contradictoria o insuficiente, no carece del sustento de la experiencia, conocimiento o de la lógica, no
existiendo motivo alguno que ponga en duda las razones que expone la Juez, que ameriten la
revalorización de la prueba. En ese sentido, se constata que la sentencia cumple el mandato de la primera
parte del art. 359 del Código de Procedimiento Penal que establece: "El Tribunal valorará las pruebas
producidas durante el juicio de un modo integral conforme a las reglas de la sana crítica y expondrá los
razonamientos en que fundamenta su decisión". De esta manera, queda en evidencia que la sentencia no se
halla afectada del defecto previsto en el núm. 6) del art. 370 del Código de Procedimiento Penal. Con
relación a los fundamentos del recurso que no han sido ya atendidos, se tiene que: 1) en el punto 1 del
tercer considerando la Juez refiere que de las declaraciones testificales de cargo se sabe que Jorge Gerardo
Bayá Montaño junto a su familia desde hace muchos años atrás venía ocupando el domicilio situado en el
Km 7½ de la Av. Blanco Galindo. Predio sobre el que cancelaba servicios básicos de agua y energía eléctrica
(...)". lo cual significa que el querellante vivia en el inmueble con su familia, independientemente de que lo
hiciera en calidad de cuidador, resultando irrelevante la afirmación del apelante respecto a la inexistencia
de "legitima posesión conforme a las normas civiles, asi como su alegada legalidad del ingreso con el
consentimiento de los propietarios: 2) en el punto 6 del mismo considerando, la Juez descarta la prueba
MP-9 por considerar inoportuna su presentación, debido a que el muestrario fotográfico no se encuentra
justificado por las personas encargadas de su obtención "como para darse crédito que los escenarios
mostrados respondieron al acontecimiento de la fiesta religiosa celebrada en el Km. 7 1/2 de la Av. Blanco
Galindo" por lo que, al no haber sido considerada por la juez a-quo la prueba referida, explicando las
razones que tuvo para ello, no resultan pertinentes las observaciones que efectúa el recurrente respecto a
dicha prueba, 3) con relación al día en que habrían acontecido los hechos de allanamiento, la juez a-quo en
el punto 7 del tercer considerando manifiesta que "de la comprensión del pliego acusatorio de fs. 10, la
fecha 10 de agosto de 2000 fue proporcionada como un dato referencial de inicio de la celebración de la
fiesta del Sr. de Bombori en el domicilio del Km. 7½ de la Av. Blanco Galindo (...) coincidiendo este
entendimiento con la narración mostrada en el Pliego del Ministerio Público (...). Respecto a la mención del
día por los deponentes, la respuesta inducida por el interrogatorio ligero practicado por los acusadores, se
considera que no podría inquietar eventos definidos (...)", significando con ello que, independientemente de
la imprecisión que podría existir en la mención del día exacto de los hechos, las aseveraciones contestes
respecto a cómo se habrían producido los acontecimientos tornan irrelevante la precisión de que el día 10
de agosto de 2000 era jueves y no domingo como afirmaron dos de los testigos de cargo, máxime si se toma
en cuenta que las declaraciones se realizaron casi ocho años después de ocurridos los hechos, resultando
que la observación no resulta suficiente para considerar la falsedad de las declaraciones. 3.
CONCLUSIONES.- De todo lo expuesto, se evidencia que el imputado Federico López Siles no ha
acreditado ninguno de los motivos de su apelación por lo que corresponde declarar su improcedencia, en
tanto que el acusador particular Jorge Gerardo Baya Montaño ha acreditado parcialmente el defecto
previsto por el núm. 1) del art. 370 del CPP, únicamente respecto a la inobservancia de las normas
sustantivas del art 45 del CP referido al concurso real de delitos, y los arts. 37, 38 y 40 del mismo Código,
relativas a las circunstancias que deben considerarse para la individualización de la pena, por lo cual
corresponde declarar la procedencia parcial de su recurso, haciendo presente sin embargo que ello no
significa que deba darse curso a la interpretación que el recurrente hace de las normas omitidas, por lo cual,
se deja expresa constancia de que este Tribunal efectuará una aplicación de la normativa omitida de
acuerdo a la interpretación que considera adecuada y sobre la cual tiene ya una línea establecida. A dicho
fin, se ratifica que la acreditación parcial del defecto previsto en el inc. 1) del art. 370 del Código de
Procedimiento Penal, no importa la anulación del juicio y su reposición por otro Tribunal, pues conforme a
la previsión del art. 413 del código referido. esta situación solo se presenta "cuando no sea posible reparar
directamente la inobservancia de la ley o su errónea aplicación" y conforme a la última parte de la misma
disposición legal "Cuando sea evidente que para dictar una nueva sentencia no es necesaria la realización
de un nuevo juicio, el tribunal de alzada resolverá directamente", Asimismo, art 414 del CPP, expresa al
respecto: "Los errores de derecho en la fundamentación de la resolución impugnada, que no hayan influido
en la parte dispositiva, no la anularán, pero serán corregidos en la nueva sentencia, así como los errores u
omisiones formales y los que se refieran a la imposición o el cómputo de las penas". -En el caso, habiéndose
comprobado que la Juez de Sentencia N° 1 de Quillacollo efectuó una adecuada valoración de los medios
probatorios producidos en el juicio así como ha establecido convenientemente la participación y autoría del
imputado en los delitos acusados, resulta evidente que para dictar una nueva sentencia no es necesaria la
realización de un nuevo juicio, por este motivo este Tribunal está facultado a resolver directamente. A
dicho efecto, debe tomarse en cuenta que la primera parte del art. 298 del Código Penal sanciona el delito
de allanamiento de domicilio o sus dependencias con "pena de privación de libertad de tres meses a dos
años y multa de treinta a cien días en tanto que el art. 164 del mismo Código previene para el delito de
ejercicio indebido de profesión la pena de "privación de libertad de uno a dos años". Para la
individualización de la pena, corresponde analizar los criterios que la ley penal establece, a dicho respecto
se debe decidir si concurre un caso normal, uno especialmente grave o uno menos grave de los señalados
por el tipo penal aplicable y conjugarlos con los aspectos de la personalidad del encausado, solo entonces se
individualiza la pena dentro del marco punitivo previamente determinado. En nuestra economía jurídica,
los arts. 37 y 38 del Código Penal establecen las razones que deben tomarse en cuenta para fijar la pena,
entre ellas la personalidad del autor, la mayor o menor gravedad del hecho, las circunstancias y las
consecuencias del delito. Para apreciar la personalidad del autor, se tomará en cuenta principalmente la
edad, educación, las costumbres y la conducta precedente y posterior del sujeto, los móviles que le
impulsaron a delinquir y su situación económica y social; las condiciones especiales en que se encontraba
en el momento de la ejecución del delito y los demás antecedentes y condiciones personales, así como los
vínculos de parentesco, de amistad o nacidos de otras relaciones, la calidad de las personas ofendidas y
otras circunstancias de indole subjetiva, la premeditación, el motivo bajo antisocial, la alevosía y el
ensañamiento. Para apreciar la gravedad del hecho, se tomará principalmente en cuenta la naturaleza de la
acción, de los medios empleados, la extensión del daño causado y del peligro corrido. El art. 40 del mismo
código punitivo establece las atenuantes generales cuándo: 1) el autor ha obrado por un motivo honorable,
o impulsado por la miseria, o bajo las influencia de padecimientos morales graves o injustos, o bajo la
impresión de una amenaza grave, o por el ascendiente de una persona a la que deba obediencias o de la
cual dependa; 2) se ha distinguido en la vida anterior por un comportamiento particularmente meritorio: 3)
ha demostrado su arrepentimiento mediante actos y especialmente reparando los daños en la medida que
le sea posible: y 4) el agente sea un indígena carente de instrucción y se pueda comprobar su ignorancia de
la ley De esta manera, la base para la individualización de la pena es la culpabilidad del autor, pero
también hay que tener en cuenta los efectos de la pena sobre su vida futura, esto es, los intereses de su
resocialización, pues conforme a las previsiones del art. 25 del Código Penal, la sanción "Tiene como fines
las enmienda y readaptación social del delincuente. Así como el cumplimiento de las funciones preventivas
en general y especial". En el caso, se pueden advertir los siguientes aspectos de la personalidad del
imputado es una persona de mediana edad, soltero, egresado de la facultad de Derecho de la Universidad
Mayor de San Simón, respecto del cual no se advierte la existencia de antecedentes penales y policiales, lo
que implica que ha tenido un comportamiento anterior correcto. Como circunstancia agravante de su
accionar, debe considerarse que por su formación académica tenía la obligación de conocer la ilicitud de los
actos cometidos y las consecuencias emergentes, y como circunstancias atenuantes debe tomarse en cuenta
que las motivaciones que lo guiaron se hallaban vinculados con el derecho propietario de las personas a las
que presumiblemente prestaba sus servicios, y que no existe constancia de que hubiera utilizado medios de
violencia en las personas o fuerza en las cosas, por lo que los delitos cometidos no se consideran de
gravedad. En base a tales criterios, en observancia de las circunstancias que sobre la personalidad del autor
y del hecho establece el art. 38 del Código Penal, concurriendo en mayor proporción las circunstancias
atenuantes y no presentándose ninguna de las circunstancias previstas en el art. 40 del mismo código,
corresponde fijar la pena tomando en cuenta también los fines de enmienda y readaptación determinados
por el art. 25 del mismo cuerpo penal sustantivo. Además, habiéndose establecido culpabilidad del
imputado en dos delitos, cometidos con designios independientes y con más de una acción, concurre el
concurso real previsto por el art. 45 del Código Penal para cuya aplicación debe tomarse en cuenta lo
manifestado en esta misma resolución con relación a que la consecuencia legal del concurso real de delitos,
no es la aplicación de la pena máxima del delito más grave, sino la que corresponde al delito más grave
pero de acuerdo a las reglas de individualización de la pena, con la posibilidad de agravación de la pena
hasta en una mitad. En aplicación de los aspectos precedente expuestos, tomando en cuenta que los dos
delitos tienen una pena máxima de privación de libertad de dos años, se considera como el delito más grave
el del ejercicio indebido de profesión, porque conlleva una pena mínima de mayor significación: un año, en
tanto que la pena menor del delito de allanamiento es de sólo tres meses. De esta manera, con relación al
delito de ejercicio indebido de profesión, la sanción que mejor se adecua a los criterios de individualización
que se tienen referidos es la un año de reclusión, que resulta ser la mínima prevista en el art. 164 del Código
Penal, pena a la que corresponde agregar dos meses más en calidad de agravación por el otro delito
cometido, el de allanamiento de domicilio, tomando en cuenta que en su comisión no concurrieron
circunstancias agravantes. De esta manera. queda establecido que la pena de privación de libertad que
corresponde aplicar al imputado por la comisión de los dos delitos cometidos, es la de un año y dos meses
de reclusión, además de ratificarse la imposición de las costas a favor del Estado y costas y daños civiles a
favor de la acusación particular, así como la concesión del Perdón Judicial que se tienen establecidos en la
sentencia apelada. POR TANTO: La Sala Penal Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Cochabamba, declara: 1) PROCEDENTE en parte la apelación restringida interpuesta por el acusador
particular Jorge Gerardo Baya Montaño a fs. 282-284, y 2 IMPROCEDENTE el recurso planteado por el
imputado Federico López Siles a s 287-293; en consecuencia CONFIRMA la sentencia de fecha de fecha 9
de junio de 2008 con la MODIFICACIÓN de que la pena que se le impone al imputado Federico López
Siles es la de un año y dos meses, quedando ratificados todos los demás aspectos contenidos en el fallo
apelado. - En observancia del art. 123 del Código de Procedimiento Penal, se advierte a las partes, que la
presente resolución es recurrible de casación en el plazo de 5 días de su notificación. Notifique el Oficial de
diligencias. Regístrese. Vocal Relator: Wilfredo Patiño Soria. Fdo. Drs. Juan Marcos Terrazas Rojas y
Wilfredo Patiño Soria, vocales de la Sala Penal Tercera. fdo, Dr. Wilfredo Jiménez Saavedra, Secretario
abogado de la Sala Penal Tercera. Es conforme REPRESENTACIÓN DE 20 DE JUNIO DE 2011 SEÑOR
PRESIDENTE Y VOCAL DE LA SALA PENAL TERCERA DR. JUAN MARCOS TERRAZAS ROJAS DR.
WILFREDO PATIÑO SORIA REPRESENTA. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Publico y
Jorge Gerardo Baya Mato contra Federico Lopez Siles, por los delitos de ejercicio indebido de la profesión
yallanamiento de domicilio o sus dependencias, tipificado por los Art. 164 y 298 del Código Penal, tengo a
bien representar lo siguiente. De la revisión de antecedentes se establece que: JORGE GERARDO BAYA
MONTAÑO, tienen su ultimo domicilio real ubicado en la Av. Blanco Galindo km. 7 ½, conforme consta de
la sentencia de 09 de junio de 2008, cursante a fs. 203 a 209 Vlta. FEDERICO LOPEZ SILES, tienen su ultimo
domicilio real ubicado en la Av. Villazon km. 5, conforme consta de la sentencia de 09 de junio de 2008,
cursante a fs. 203 a 209 Vlta. No pudiendo mi persona correr con los gastos que representa realizar dicha
notificación, razón por la cual represento para fines consiguientes de ley. Fdo. Ronald Rivas Rodríguez,
Oficial de Diligencias de la Sala Penal Tercera. PROVEÍDO DE 27 DE SEPTIEMBREDE 2022 A mérito del
cite de 26 de septiembre de 2022, evacuado por Claudia Janeth Cardozo Apaza en su condición de
Profesional III de la Oficina Gestora de Procesos No. 3 del Tribunal Departamental de Justicia, por el que
remite la certificación extraída del Sistema de Convenio Institucional del Servicio General de Identificación
Personal -Segip, al identificarse información genérica respecto a los domicilios de Federico Lopez Siles y
Jorge Gerardo Baya Montaño, y habiendo agotado esfuerzos este Tribunal a objeto de lograr la notificación
de los prenombrados con el Auto de Vista de 19 de mayo de 2010, en aplicación del art. 165 del CPP se
dispone su notificación con el Auto de Vista citado mediante edictos a través del Servicio de Notificación
Electrónica Judicial - Sistema Hermes. Notifique funcionario. Fdo.- Dra. María Giovanna Pizo Guzmán
Vocal – Pdte de la Sala Penal Tercera. fdo, Dra. Carol Ivonne Vega Colque – Secretaria abogada de la Sala
Penal Tercera. Cochabamba, 25 de octubre de 2022 D. S. O.

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