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Género parcial universitario.

(Por Liliana Grigüelo)

Introducción:
El género parcial es una de las manifestaciones discursivas que integran el tipo de
discurso académico. Desde una perspectiva sociosemiótica, Eliseo Verón1 entiende la
noción de tipo de discurso (enmarcada en la teoría de los discursos sociales) como un
conjunto de textos que poseen una materialidad significante y que remiten a un sistema
productivo. Es decir, el conjunto de representaciones que conforman el tipo de discurso
académico son el resultado de condiciones de producción, circulación y reconocimiento
que emergen de la circulación del sentido social. Las instituciones sociales involucradas
en las prácticas académicas son: la institución Universidad, las facultades que la
integran, los rectores de turno, las distintas cátedras, titulares y adjuntos, docentes,
alumnos, todos ellos respondiendo a los modelos de enseñanza-aprendizaje dominantes
en los diferentes períodos históricos. Estas se configuran en representaciones de sentido.
Los géneros académicos son el producto de esa discursividad social.
Desde una perspectiva lingüística, el crítico literario Mijail Bajtin2 caracterizó a la
noción de género discursivo considerándola estrechamente vinculada con las prácticas
de su utilización. Entiende que toda manifestación lingüística (enunciados escritos y
orales) está regida por normas tipificadas sobre las que opera la praxis
(comportamientos, hábitos) de los sujetos de una comunidad. Para definir esta tipicación
consideró tres rasgos genéricos pertinentes: la estructura o composición (organización
de los enunciados), el tema o tópico predominante y el estilo (características
recurrentes). Esta consideración permite distinguir en un mismo ámbito de pertenencia,
los conjuntos de enunciados.
Un concepto clarificador, asociado al de género, es el de comunidad discursiva, cuya
identidad radica en la red o repertorio de géneros que esa comunidad utiliza tanto para
la comunicación entre sus miembros como para el vínculo con otras comunidades
(Beacco, 2004, Cubo de Severino, 2005, Arnoux, 2009).
En la esfera académica reconocemos enunciados orales o escritos que hacen a la praxis
de la comunidad académica y que podemos englobar en distintos géneros. Entre los que
pertenecen a la oralidad: clase didáctica de un profesor, exposición oral de los alumnos,
conferencia de un científico especializado, ponencia de un investigador en un congreso.
En cuanto a la escritura: textos científicos, abstracts, ponencias, cuadernillos de cátedra,
desgrabación de clases, apuntes tomados por los alumnos, resúmenes de textos
académicos, informes de lectura, monografías, tesinas, parciales.

Situación de comunicación.
Maingueneau3 considera que en toda situación de comunicación se pone en juego un
encuadre sociohistórico que configura la significación textual. Se tienen en cuenta los
siguientes factores: género, status de los participantes, circunstancias apropiadas,
inscripción temporal, soporte, medio de comunicación, normas, organización, niveles y
variedades de lengua, etc.

1
Verón Eliseo (2004) “Prensa gráfica y teoría de los discursos sociales: Producción, recepción,
regulación”, en Fragmentos de un tejido, Gedisa, Barcelona
2
Bajtín, Mijail (1985): “El problema de los géneros discursivos”, en Estética de la creación verbal, Siglo
XXI editores, México.
3
Maingueneau, Dominique (2003), “¿Situación de Enunciación o situación de Comunicación?” en
Revista Discurso org. Año 2, Nro. 5
El parcial universitario es un género que responde a una de las prácticas académicas
destinadas a que los docentes evalúen los conocimientos adquiridos por los alumnos en
el transcurso de la cursada de la materia.
Los enunciados que integran este género se han ido configurando histórica y
socialmente, adoptando diferentes formas de acuerdo a los ámbitos de circulación en los
que éstos se inscribieron.
Desde el punto de vista de la producción, en principio, podemos establecer una
distinción entre las formas cuya materia significante corresponden a la escritura
(parciales escritos) y aquellas que responden a la oralidad (exámenes orales).
Los primeros asumen ciertas características, de acuerdo a la instancia de comunicación
en la que aparecen. Los más habituales, especialmente en el área de las ciencias
sociales, son los parciales escritos que se desarrollan en el ámbito académico, con la
presencia del docente y los alumnos. Este tipo de exámenes explicitan una serie de
consignas destinadas a evaluar los conocimientos adquiridos por los alumnos a partir de
la lectura previa de distintos textos teóricos, clases expositivas de los docentes, debates
grupales, etc.
Otros se estructuran a libro abierto, también con la presencia de ambos participantes,
pero en este caso en contacto directo con el material de trabajo. Las consignas
habituales para este tipo de parcial, apuntan a actividades específicas que tienen en
cuenta dicha presencia como la búsqueda de determinada información, selección de
fragmentos que den cuenta de tal o cual idea, confrontación de distintas posturas del
texto, etc.
Hay también parciales de tipo domiciliario (muchas veces grupales) que pautan
consignas de trabajo más abarcativas y que apuntan a operaciones cognitivas de mayor
grado de reflexión teórica.
Por otro lado, un parcial puede adquirir la forma de la oralidad. Esta presenta
características que le son propias y que hacen a la comunicación cara a cara. La
interacción que supone esta modalidad refiere a un sentido que se construye en una red
multicanal donde lo verbal se entrecruza con lo gestual, los movimientos corporales, las
relaciones de proximidad y distancia, el status social de los participantes, y todo lo que,
desde lo inconciente, aparece significando más allá de una intencionalidad explícita. La
co-presencia de los interlocutores permite además operaciones que están excluidas en el
discurso escrito y que dan lugar a la reflexión sobre la información que se trasmite,
tales como reformular conceptos, aclarar puntos oscuros, especificar contenidos
temáticos, etc.

El parcial como un acontecimiento comunicativo en producción y en


reconocimiento.

Desde la perspectiva de la lingüística procedural (que pone el acento en las estrategias


de comprensión y producción textuales), Beaugrande y Dressler (1997) consideran que
el texto es un acontecimiento comunicativo regido bajo ciertas normas de textualidad.
Algunas, como la cohesión y la coherencia, están centradas en el texto y otras refieren a
la actividad comunicativa en particular. (intencionalidad, aceptabilidad, informatividad,
situacionalidad e intertextualidad).
El contexto de situación en el que se desarrollan las prácticas relacionadas con el género
parcial será determinante para comprender las expectativas que ambos participantes de
la interacción tengan respecto de lo que se espera que hagan, tanto el que emite los
textos (el docente) como el que los recibe (el alumno).
Desde una perspectiva pragmática, las consignas de parcial son actos de habla que
corresponden a los textos instruccionales. Éstos conforman una serie de indicaciones
que intencionalmente emite un enunciador (el docente) para un destinatario (el alumno),
del cual se espera que realice determinadas acciones. El objetivo será evaluar el
conocimiento adquirido de la materia.
El acto ilocucionario habitual para este tipo de textos es la orden, manifestada a través
de distintas formas sintácticas. Los tiempos verbales típicos para redactar consignas de
parcial son el imperativo y el infinitivo. La particularidad que adquieren las directivas
de un parcial manifestadas a través de estas formas verbales, es que proponen acciones
orientadas hacia actividades de tipo cognitivas (identificar, comparar, definir,
diferenciar, sintetizar, fundamentar, etc.).
Todo texto instruccional supone una secuencia de acciones. En el contexto de un
parcial, estará dada por un encadenamiento de consignas de trabajo, las que usualmente
apuntan tanto a distintas competencias cognitivas como a contenidos diversos. Estas
secuencias manifiestan distintos grados de encadenamiento. Algunas tienen una
segmentación pautada por un orden creciente de dificultad (desde identificar conceptos
hasta comparar o fundamentar acerca de ellos). En otras, las consignas tienen cierta
independencia y lo que se privilegia es que estén abarcados todos los contenidos
temáticos.
Lo que se espera del alumno no es sólo que conozca los contenidos de aquello sobre lo
que se lo va a evaluar, sino que también sea capaz de distinguir las operaciones
cognitivas que se le proponen.
Otro presupuesto es que el alumno universitario posee la competencia necesaria en el
plano de la escritura, para poder producir respuestas de parcial que configuren textos
coherentes y cohesivos y que se adapten a las consignas solicitadas. El alumno debe ser
capaz de utilizar distintas estrategias para explicar un tema, demostrar una idea,
comparar posturas teóricas, poder fundamentar distintos puntos de vista, etc.

Situación de enunciación.
La situación de enunciación contempla la inscripción del sujeto en el enunciado a través
de marcas discursivas.4 (índices de persona, espaciales, temporales). Tanto en la
instancia de producción como en reconocimiento, es posible reconocer las figuras
conformadas.
La enunciación supone un posicionamiento de un sujeto enunciador (yo) que instaura
un sujeto enunciatario (tú). Ambas son construcciones discursivas que no deben
confundirse con el emisor y el receptor reales (sujetos de la instancia de comunicación).
Del mismo modo, el objeto de discurso es un producto del acto enunciativo.
El género parcial refiere a dos instancias enunciativas diferentes: una en producción y
otra en reconocimiento.
En la instancia de producción, es posible distinguir el modelo de destinatario que todo
texto instaura. Hay parciales destinados a un alumnado sin mayor competencia
cognitiva y otros que despliegan estrategias orientadas a un enunciatario reflexivo y
crítico.
En la instancia de reconocimiento, el alumno deberá desplegar a su vez estrategias de
lectura destinadas a desentrañar esa instancia enunciativa que lo guiará para luego
convertirse en sujeto productor de sus enunciados.

Enunciador explicator y argumentador. Contrato de lectura

4
Ver Enunciación en el presente Diccionario.
En la resolución de consignas de parcial, el alumno debe construirse discursivamente
como un explicator o un argumentador competente, no sólo en cuanto al saber
enciclopédico sino también en relación con su capacidad de producir textos académicos,
que cumplan con las condiciones de coherencia y cohesión textual, así como las
extratextuales descritas por Beaugrande y Dressler.
La resolución de parciales supone un contrato particular con el destinatario.5 Los textos
producidos son predominantemente expositivos-explicativos y, en algunos casos,
argumentativos.
Los primeros suponen el desarrollo de un tema o problema a partir de determinadas
estrategias. Se establece un contrato asimétrico, donde alguien posee un saber (que en el
discurso académico está basado en las fuentes teóricas) y se lo trasmite a un otro que no
lo posee. La relación que se instaura discursivamente es entonces asimétrica.
El explicator que responde a las consignas de parcial sabe que su interlocutor posee la
competencia de los textos que despliega, sin embargo debe actuar como si no lo supiera.
La orientación discursiva textual estará signada por demostrar su habilidad para
resolver las operaciones cognitivas que se le plantean a la vez que demostrar la
apropiación del marco teórico y la destreza explicativa.
En el caso en que la operación cognitiva pautada esté orientada a desplegar estrategias
argumentativas (que supondrían a un interlocutor que posee una opinión contraria, al
que debo persuadir para que la modifique), el argumentador que se construye en las
respuestas de parcial debe persuadir a su interlocutor virtual, no respecto de que
modifique una opinión contraria, sino de que pueda argumentar eficazmente la
problemática planteada en torno al marco teórico propuesto. Esto supone el debate de
posturas teóricas conceptuales.
Un aspecto central a tener en cuenta es que el enunciador explicator o argumentador
reformula conceptos que se realizan en marcos teóricos científicos, por lo que la
precisión léxica así como el reconocimiento de las fuentes bibliográficas, se hace
imprescindible.

Lectura interpretativa de consignas de parcial

Para poder comprender lo que se espera que el alumno resuelva en una situación de
parcial es necesario considerar los siguientes puntos:
• Tener en cuenta el contexto de situación en el que se desarrolla la actividad:
quiénes son los emisores (tipo de cátedra, representaciones sociales respecto de
la misma en cuanto a la clase de parciales, niveles de exigencia, etc.), las
características particulares de la evaluación (si es un diagnóstico, una evaluación
definitiva, un “parcialito”, cuántas evaluaciones se van a considerar, etc.) En un
contexto normal, estos datos son aclarados previamente por el evaluador, Si no
es así, es necesario aclarar las condiciones previamente.
• Considerar las operaciones cognitivas que se espera que el alumno realice en
función de determinados contenidos temáticos. Respecto de este punto, es
conveniente recordar que el parcial es una unidad secuencial y distinguir el
encadenamiento que proponen las distintas consignas planteadas.

5
Verón, Eliseo (1985), “El análisis del contrato de lectura. Un nuevo método para los estudios del
posicionamiento de los soportes de los media”, en “Les medias: Experiences, récherches actuelles,
aplications” IREP, Paris
Proponemos una enumeración de las habilidades que aparecen con mayor
frecuencia, a fin de poder especificar las actividades que involucran y los errores más
frecuentes.

Identificar, reconocer, distinguir, enumerar: son operaciones de un grado de


abstracción bajo y que aluden a símbolos cuyos referentes son identificables. Estos
procesos requieren al menos una explicación mínima de las ideas involucradas.

Ej.: Identifique los tres soportes de la significación en el signo peirciano.


Para Peirce, la significación es un proceso constituido por tres soportes:
representamen, objeto e interpretante

Enumere las formas de deixis que contempla la teoría de la enunciación,


según Benveniste.
Benveniste propone considerar deixis de persona, de tiempo, lugar, formas
verbales.

Definir: es una habilidad que requiere el conocimiento del concepto en cuestión pero
también la capacidad para demostrar que se ha adquirido el aprendizaje del mismo. Un
concepto no se define de manera aislada, sino en el contexto de la teoría a la que
pertenece. Es habitual que se tienda a repetir memorísticamente las palabras “textuales”
de las definiciones que aparecen en la bibliografía de consulta. Sin embargo, lo que se
espera de un alumno universitario en una instancia de parcial, es que manifieste un
aprendizaje significativo, Para esto es necesario que interprete y reconozca las
definiciones que se le presentan. En los textos teóricos, es oportuno distinguir entre
aquellas definiciones que caracterizan al concepto y las que dan cuenta de algún
aspecto de su funcionalidad. Frente a una consigna que requiera definir el signo según
Peirce, veamos estos ejemplos:

“Un signo es algo que está en lugar de otra cosa, su objeto, en algún aspecto, para
alguien” (definición descriptiva)
“La función esencial de un signo consiste en volver eficientes las relaciones
ineficientes” (definición funcional)

Explicar: supone referir a una idea, problema, concepto, utilizando diferentes


estrategias. En el género que nos ocupa, el objeto de la explicación está explicitado en la
consigna.
Puede ser un concepto:
-Explique el concepto de interpretante en la teoría de Peirce.
-¿Qué tipo de entidad es el signo saussureano? Explicar.

Puede ser un enunciado que refiere a otros enunciados:

-Explicar la lectura que hace Eco de la noción de interpretante de Peirce.


Para resolver esta consigna es necesario tener en cuenta su aspecto polifónico. En
primer lugar, se deberá tener conocimiento de la noción de interpretante que desarrolla
Peirce, luego la interpretación que Eco hace de esta noción, para poder finalmente
explicar la lectura que hacemos de dicha interpretación.
A modo de aclaración, podríamos decir que en el concepto de interpretante de Peirce se
encuentra precisamente la clave para comprender la operación que supone todo acto de
lectura. Leer es poner en relación conocimientos previos que tiene el lector y que
forman parte de su enciclopedia cultural, con lo nuevo que el texto presenta. Esto genera
otras lecturas , signos interpretantes que a su vez permitirán nuevas interpretaciones en
la medida que circulen en el entramado de la discursividad social. (concepto de
semiosis)
Siguiendo con el objeto de la explicación en las consignas de parcial, puede plantearse
también el caso de que se requiera una relación de tipo causa-efecto (razón-resultado,
medio-resultado, fundamento-conclusión.). En este caso será necesario identificar el
tipo de relación lógica que se está pidiendo, para poder responder en consecuencia.
Cuando se trata de textos teóricos, se torna complejo identificar estas relaciones,
precisamente por el grado de abstracción que manifiestan. Ej.:

-Explicar por qué la noción de valor es fundamental para interpretar el concepto de


sistema en la teoría de Saussure.
Para resolver esta consigna es necesario tener conocimiento de los dos conceptos en
cuestión y poder establecer qué tipo de relación los vincula.
Proponemos una respuesta:
La noción de valor refiere a parámetros de oposición sígnica en el contexto del
sistema de la lengua. Esto permite establecer que no hay nada que preexista al
sistema que constituye la lengua, nada exterior a él, sino sólo diferencias
conceptuales y acústicas.

Ejemplificar: cuando la operación cognitiva que se solicita es la ejemplificación, es


necesario tener en cuenta el grado de pertinencia en cuanto al tema planteado. Muchas
veces ocurre que los ejemplos no corresponden al problema en cuestión. Del mismo
modo, es necesario considerar que la ejemplificación es un recurso que en determinadas
ocasiones se utiliza cuando no se puede conceptualizar una idea, con lo cual no se
responde a la operación solicitada.
El ejemplo es una forma retórica que está orientada a la aclaración de un concepto o
definición y se caracteriza por ser particular.
El pedido de ejemplificación suele estar precedido de operaciones como definir o
explicar un tema.

Ej.: -Explicar las diferencias entre dictum y modus. Ejemplificar


-Definir qué es un índice. Ejemplificar.
En ambos casos, una vez que explicamos y definimos lo que se pide, puntualmente nos
remitimos a un ejemplo que sea pertinente con lo expresado.

Comparar, diferenciar: implica considerar relaciones de apareamiento entre dos o más


conceptos, hechos, ideas, o teorías. Mientras que comparar implica relacionar dos o más
elementos tanto en virtud de rasgos semejantes como disímiles, diferenciar, en
cambio, es particularizar los puntos contrapuestos. Para poder realizar estas
operaciones, en primer lugar hay que tener claridad sobre los conceptos o teorías a
comparar (normalmente explicitados en la consigna con mayor o menor grado de
precisión). Luego inferir los puntos de relación y elegir la estrategia adecuada para dar
cuenta de ellos. Para esto, tener en cuenta la jerarquía que presentan las distintas
relaciones (no todos los elementos comparados tienen el mismo grado de relevancia).

Justificar, fundamentar, argumentar: son operaciones cognitivas que requieren


mayor grado de abstracción. Refieren al discurso argumentativo y consisten en
explicitar las razones de algo que, en el caso de las consignas de parcial será referido en
la mayoría de los casos a otros textos, o en casos aislados a una opinión de tipo
personal. Para realizar una argumentación adecuada será necesario considerar el objeto
sobre el que se va a argumentar.

Suele pedirse que se fundamente tomando enunciados textuales:

- Justificar el siguiente enunciado de Verón: “...es en la semiosis donde se construye


la realidad de lo social...”
En este caso hay que prestar especial atención en no hacer construcciones de tipo
tautológicas, que repitan exactamente el contenido de lo enunciado El desafío no es
repetir lo mismo, sino tomar los conceptos y dar cuenta de ellos de una manera crítica.
Una respuesta posible sería:

En la teoría de Verón, lo real es una construcción social semiótica. No existe nada


fuera de la semiosis. Lo que una sociedad tenga por real se materializa en los
discursos que circulen en ella, que son producto de un proceso productivo, con
condiciones de producción, circulación y reconocimiento.

En otros casos la argumentación es sobre conceptos seleccionados por el docente:

-Fundamentar los tres soportes de la significación en Peirce.

El signo de Peirce no es una unidad sino una tríada. El modelo supone una
construcción lógica en la que un primero (representamen), se relaciona con un segundo
(su objeto) para un tercero (interpretante). Por lo tanto, la significación se construye en
un proceso que involucra tres soportes: signo o representamen, objeto e interpretante.

Pautas de escritura para la resolución de parciales

Planificación.

Para poder planificar, es necesario en primer lugar, leer con suma atención la totalidad
del parcial, considerado como una unidad. Luego identificar el tipo de secuencias que lo
componen (las diferentes consignas) y su encadenamiento. De este modo se tendrá una
idea general de los temas a abordar, las relaciones que presentan y la jerarquía de las
consignas solicitadas. El segundo paso consistirá en leer detenidamente cada consigna
en particular.
Para la interpretación de las consignas, prestar especial atención a los dos aspectos que
fueron trabajados en el apartado Lectura interpretativa de consignas de parcial: la
operación cognitiva que se solicita que el alumno realice y el área temática en
cuestión.
De este modo se podrá hacer un plan general de cómo abordar las respuestas y luego
elaborar una estrategia específica para cada una de ellas. Todo esto como paso previo a
la escritura.

Actividad de puesta en texto:

Las respuestas a consignas de parcial son en la mayoría de los casos textos expositivos-
explicativos y ocasionalmente argumentativos. Es importante tener en cuenta que son
polifónicos, en la medida que reproducen las voces de la bibliografía consultada. La
eficacia de las respuestas dependerá entonces de haber realizado una lectura
comprensiva de la misma y de poder encontrar la estrategia adecuada para poder
trasmitirlo.
El proceso de escritura en una instancia de parcial consiste básicamente en actividades
de reformulación de los conceptos evocados de un texto fuente (la bibliografía de
consulta). Es necesario tener presente la manera de registrar estas voces (enunciados
referidos) y citar la fuente, salvo que esta esté explícitamente marcada en la consigna.
Otro aspecto a tener en cuenta es la consideración del léxico. La terminología empleada
debe ser acorde al género en cuestión. Del mismo modo, cuando se reproducen palabras
técnicas, debe mantenerse la fidelidad de las mismas y no hacer una adaptación ad hoc
que pudiera cambiar el sentido.
Deberán considerarse los rasgos específicos del registro escrito vs. la oralidad y tener
en cuenta además la fidelidad con el tipo de registro que sostienen los textos fuente. No
es lo mismo reproducir conceptos de una teoría semiótica que una charla con un amigo.
El mantener la fidelidad con la fuente no implica la reproducción textual sino la
selección y elaboración de textos propios.
Toda escritura supone una estructura determinada que la haga coherente y cohesiva, a
la vez que eficaz.
Para esto es necesario tener en cuenta una introducción que presente el tema. En este
caso estará retomada de la consigna. Luego el desarrollo propiamente dicho, que deberá
ser atinente con lo pedido y finalmente un cierre que retome lo expuesto a modo de
conclusión. Una buena organización de las respuestas hará más persuasivos los textos y
evitará caer en la redundancia o en textos demasiado oscuros.

Revisión.

Esta etapa final es de suma importancia porque permite ver la relación entre lo que se
planificó y lo que efectivamente se produjo. Aquí es el momento de hacer todas las
rectificaciones que sean necesarias, evitando generar textos desprolijos e
incomprensibles que atenten contra la claridad de lo expuesto. Se supone que el trabajo
previo de planificación y elaboración rindió sus frutos.

Es necesario aclarar que todas estas consideraciones acerca de la escritura parecen


apropiadas para parciales de tipo domiciliario, pero imposibles de tener en cuenta a la
hora de resolver consignas in situ, por razones de tiempo. Sin embargo, el conocimiento
de los pasos planteados y la reflexión acerca de ellos, es un entrenamiento necesario
que permitirá respuestas eficaces, más allá del tiempo que se disponga y del grado de
dificultad de los contenidos temáticos planteados en cada parcial.

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