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La bella y la bestia

PERSONAJES :

Bella

Bestia

Inventor, padre de bella

Gastón

Lumiere

Ding-dong

Bruja

Narrador: Érase una vez, un joven príncipe que vivía en un hermoso castillo. Aunque tenía todo
lo que podía desear, el príncipe era maleducado, egoísta y poco amable. (Entra una mendiga.)
Pero una noche de invierno llegó al castillo una vieja mendiga, y le ofreció una sola rosa a
cambio de refugiarse del cruel frío. Sintiendo repulsión por su aspecto andrajoso, el príncipe se
burló de ella, y echó a la anciana a la calle. Ella le advirtió que no se dejara engañar por las
apariencias, ya que la belleza se encuentra en el interior. Cuando la volvió a rechazar, la
anciana, que en realidad era una bruja, había visto que en su corazón no había amor, así que
para hacer entender al príncipe la importancia de la belleza interior, lo transformó en una
espantosa bestia, tal como él se comportaba. Para ello lanzó un poderoso hechizo sobre el
castillo, y sobre todos los que allí vivían. (El príncipe se transforma en la BESTIA.) Avergonzado
por su aspecto monstruoso, la Bestia se escondió dentro del castillo. La rosa que ella le había
ofrecido era en realidad una rosa encantada, que por muchos años. Si él podía dominar su
bestia interior, y consiguiera que alguien le amara a pesar de su aspecto antes de que cayese el
último pétalo, el hechizo se rompería. Si no, quedaría condenado a tener una apariencia de
bestia para siempre. (La BESTIA mira fijamente a la rosa... atrapado, desamparado y
desesperado.) Pasaron muchos… muchos años, y fue entonces cuando comenzó mi aventura…

(Estamos delante de la casa de BElla. Se oyen fuertes ruidos que provienen del interior. Sale
humo por las ventanas, y BElla y su padre, el INVENTOR, salen de la casa tosiendo a
continuación. Ruidos de muelles, tuercas, algunas explosiones pequeñas…)

Bella: Papá, ¿estás bien?

Inventor: Sí, Bella. Estoy bien. Un poco ahumado pero…

Bella: Esta vez no ha funcionado.

Inventor: (Tose.) Apreté demasiado una tuerca y las bobinas han enloquecido; los paravientos
se ha encasquillado, las bisagras han cedido y… ¡Bum! (Tose.)

Bella: No he entendido nada de lo que has dicho. Bueno, el “¡bum!” creo que sí.

Inventor: ¡Oh! Bella, hay que persistir. No hay que darse por vencido. Mañana es la feria de
inventores y debo acabar este artilugio de inmediato.

Gastón: ¿Leer? Imposible.

Bella: ¡Gastón! ¿Qué haces aquí?

Gastón: La lectura es mala para los músculos.

Bella: ¡Gastón!

Gastón: Leer es peligroso.

Bella: Gastón, ¿qué estás diciendo?

Gastón: Los libros hablan de gente y de sitios inventados; de lugares maravillosos que no
existen.
Bella: ¿Y qué? ¡Pero eso no es malo! Yo quiero conocer sitios maravillosos aunque sea a través
de los libros… ¡Aunque sean inventados!

Gastón: Bella, yo puedo enseñarte algo maravilloso.

Bella: ¿Cómo?

(GASTÓN luce sus músculos y BELLA no se acaba de creer que sea tan creído. Aparece el
INVENTOR preparado para ir al pueblo.)

Inventor: Bella, voy a… ¡Oh! ¡Gastón! ¡Qué agradable sorpresa!

Gastón:

Bella: ¡Gastón!

Inventor: Bella no te preocupes; Gastón es un buen chico. Un poco travieso…

Bella: No es solo travieso papá. Es desagradable y mal educado.

Inventor: Dale una oportunidad: es guapo, apuesto, valiente…

Bella: ¡Sí! Creído, presumido, charlatán…

Inventor: Es fantástico que estés aquí, Gastón. Puedes acompañar a Bella mientras yo voy al
pueblo a comprar unas piezas.

Bella: ¡Papá!... De acuerdo. Inventor: No desesperes Bella, volveré pronto. Y si puedo, te traeré
algún regalo.

(El INVENTOR se va y desde fuera de escena…)

Inventor: ¡Volveré pronto!

(Se han quedado solos. Se miran. GASTÓN se hace un poco el chulo… BELLA sonríe falsamente.)
Gastón: Bella, estaría bien que hiciéramos cosas juntos; así nos iríamos conociendo un poco.
Bella: Eso me parece bastante sensato.

Gastón: He pensado que te encantaría ir a perseguir gatos.

Bella: ¿Perseguir gatos? Estás loco.

Bella: Gastón, deja a los árboles en paz. No puedes hacer eso. No me gusta nada de lo que
dices; somos muy diferentes.

Gastón: Está bien, algo diferente. A ver, algo más ingenioso… Déjame que piense… Ya está.
Vamos al pueblo; quien consiga robar más manzanas al frutero gana el juego.

Bella: Gastón, ¿eso te parece más ingenioso? ¡Eres una bestia! No pienso robar a nadie, no
pienso cortar ningún árbol y aún menos perseguir gatos. Eres un bruto.

Gastón: ¡Bella! ¿Y qué vas a hacer? Te vas a aburrir.

Bella: Leer, Gastón, leer. Cosa que a ti te vendría bien.

(BELLA entra en casa y GASTÓN queda solo en escena.)

Gastón: “Leer Gastón, ¡leer!” ¡Bufff! Tengo que pensar algo para impresionar a Bella. Déjame
que piense… ¿Qué es lo que más ama Bella? ¡Su padre! ¡Ah! ¡Ya lo sé! ¡Al otro lado del río hay
un castillo encantado donde vive una bestia horrible! ¿Y si el padre de Bella se equivocara y
cayera en las fauces de la Bestia? ¡Sí! Entonces yo salvaría al profesor y claro… ¡Bella me estaría
eternamente agradecida!

(Estamos en un cruce. Un camino lleva a un bonito bosque, el otro es un camino lúgubre. Una
de las señalas indica: “PUEBLO”, el otro: “¡¡PELIGRO!!, BESTIA”.)
Gastón: Aquí está el cruce. ¡Qué bien! Ahora sólo tengo que leer las señales e intercambiarlos.
A ver… P…u…e…bl…bl… ¡Uf! ¡Qué difícil! ¿Quién me podría ayudar? ¿Qué pone? Al Pueblo.
¡Oh!, sí bien. Lo sabía. Y aquí… P...e…l…i…g...r…o bestia. Bien. Muy bien. También lo sabía.
Ahora sólo tengo que cambiarlos de sitio y ya está. ¡Oh! ¡Oh! ¡Cómo pesan! ¡Muy bien! ¡Oh,
(Entra el INVENTOR y GASTÓN se esconde.)

Inventor: Bien… ¡Qué extraño! Juraría que ese era el camino por el que se llega al pueblo. Pero
este cartel indica que es por aquí… No querría equivocarme. Más vale hacer caso de las señales
que para eso están.

(Camina por el bosque tenebroso)

Inventor: ¡Qué extraño! No me resulta nada familiar.

Inventor: ¡Oh! Basta. Ya está bien. Si la señal me indica que es por aquí, iré por aquí.

Gastón: Lo conseguí. Ahora sólo hay que esperar que la Bestia se lo meriende y después yo, ¡el
gran Gastón! ¡El fortachón! ¡El joven más apuesto y valiente que jamás hayáis conocido va a :
Soy Gastón Aquí tenéis al fortachón Aunque me llamen tontorrón. Yo soy el más popular, soy el
rey de este lugar. ¡Yo soy Gastón! Soy muy tosco y primitivo, soy muy chulo y presumido. Soy
Gastón, soy Gastón. El más guapo y fortachón aunque rime con melón. Soy Gastón, soy Gastón.
Tú sabes quien soy. Aunque no me guste estudiar se me da muy bien nadar. Tengo músculos en
los pies aunque hago sumas al revés.

Bella: ¡Qué raro! Papá ya debería estar en casa. Está empezando a oscurecer y tengo miedo a
que le haya podido pasar algo; él acostumbra a ser muy puntual y a no desviarse de su camino.
Voy hasta el pueblo a buscarle… ¡Oh! Pero, ¿quién ha cambiado las señales de sitio? Recuerdo
perfectamente que al pueblo se va por este camino. Seguro que lo ha hecho alguien con muy
poco cerebro… y con mucha fuerza. Esto pesa mucho. ¿Cómo podría moverlo? A veces más
vale maña que fuerza… ¡Ah! Ya está… Voy a escribirlo de nuevo y así no hará falta mover nada.
A ver… como puedo escribir aquí… Mira, voy a mojar una hoja aquí en este charco y… Ya está.

Inventor: ¡Ay, ay, ay! Creo que me he equivocado de camino… ¿Hay alguien ahí? Les ruego que
me dejen quedar un rato en su propiedad mientras siga lloviendo. Me dirijo al pueblo y la
tormenta me ha sorprendido… (Ve la rosa que hay en escena y va a cogerla.) Vaya que bonita.
Será un bonito regalo para Bella.
Bella: ¿Hola? ¿Hay alguien?

Lumière: Vaya hoy es un día de visitas. Como monsieur la vea volverá a enfadarse (LUMIÈRE
está limpiando cuando entra Bella en el castillo; al verse sorprendido se gira y queda estático, y
parece un candelabro.) ¡Señorita, debe marcharse cuanto antes!

Lumière: Bueno… Ya basta. No podemos estar así todo el día.

Bella: ¿Quién es usted?

Lumière: Mi nombre es Lumière. Y usted debe salir del castillo antes de que monsieur la vea.

Bella: Está bien me iré cuanto antes, pero… (Se escapa de LUMIÈRE.) Antes debe decirme algo.
Lumière: Está bien. Pero que sea rapidito.
Bella: Está bien me iré cuanto antes, pero… (Se escapa de LUMIÈRE.) Antes debe decirme algo.
Lumière: Está bien. Pero que sea rapidito.

Bella: He venido buscando a mi padre. Lleva gafas y va vestido con chaleco marrón. Dígame si
está aquí y en ese caso nos iremos los dos: (Imitando a LUMIÈRE.) Rapidito.

lumière: Ah… Sí… Pero… No…

bella: ¿Sí? o ¿No?

Lumiere: Eso mismo.

Bella: ¿Cómo? No hay quien le entienda. ¡Explíquese!

Lumiere: Qué sí está aquí, pero no puede irse porque monsieur lo tiene preso.

Bestia:¡¡¡¡¡ARRGGHHHH!!!!!¿Qué ocurre aquí?

Bella: Buenos días, he venido a buscar a mi padre. Lumière me ha dicho que usted lo tiene
preso. (lUMIÈRE continúa estático.)

Bella: Papá, ¿estás bien?

Inventor: Bella, debes irte. ¡Debes escapar!

Bestia: Lumière, saca a ese hombre de aquí ahora mismo y encierra a la muchacha en esta
habitación. (Sale.)

Inventor: Vamos Bella, huyamos ahora.

Bella: No puedo papá. Debo quedarme. Le di mi palabra a la Bestia.

Ding-Dong: Pobrecita, parece triste.

Lumière: Madame, yo soy Lumière.

Bella: ¡Encantada! ¡Uh! Quema. Es usted un candelabro.

Lumière: Perdón.

Bella: Nada... Son ustedes muy graciosos.

Lumière: Bien, no sé si eso debo tomármelo como un halago o como una ofensa.

Bella: Oh, no. Por favor. Como un halago.

Bestia: ¿Qué es tanto alboroto?

Bella: ¡Ah!

Lumière: Monsieur, no nos pegue estos sustos. Cuando alguien conoce a alguien debe procurar
ser más amable.
Bestia: ¿Amable?

Lumière: Sí, amable, delicado y paciente. Recuerde lo que nos contó que había aprendido
sobre las emociones con el padre de la muchacha...

Ding-Dong: Y cordial; no cuesta nada ser cordial. Sea con alguien que acaba de conocer o con
alguien que ya hace tiempo que conoce.

Bestia: ¿Cordial?

Lumière: Sí. Cordial, educado, cariñoso…

Ding-Dong: Complaciente, detallista, agradable…

Bestia: ¡Agrrr!

Lumière: Monsieur, ¿no se da cuenta que quizá esta chica pueda deshacer el hechizo?

Bestia: Pues claro que me doy cuenta.

Lumière: Monsieur, Bella es una oportunidad genial para practicar todo lo que ha aprendido
con el inventor. Usted, en el fondo, tiene buen corazón…

Ding-Dong: Aunque muy en el fondo.

Lumière: Monsieur, muy pronto estará lista la cena y Bella debe estar hambrienta. Inténtelo.
Intente comportarse como alguien educado e invítela a bajar a cenar.

Bestia: Está bien. Lo intentaré… (Respira hondo.)

(La BESTIA se acerca a BELLA mientras LUMIÈRE y DING-DONG intentan animarla. BELLA se
levanta.)

Bestia: Bella, ¿bajarás a cenar?

Bella: ¡No!

Bestia: ¿Eh? (BESTIa parece enfadarse.)

Luminare: Con suavidad, con dulzura, con amabilidad…

Ding-dong: Con delicadeza, con delicadeza…

Bestia:Bella, sería para mí un gran placer que bajara a cenar conmigo…

Lumiere:¡Por favor!

Bestia: ¡Por favor!

Bella:No.

Bestia:¿Eh? Ella no lo pone nada fácil.

Lumiere: Monsieur…

Bestecia:No pone nada de su parte.

Ding-dong: Monsieur…

Bestia:Pues si no quiere comer conmigo se va a quedar sin probar bocado.


Bella: Está bien.

Lumière: Bien.

Bella: Quizá debería arreglarme un poco.

Lumière: No se arrepentirá.

(lUMIÈRE y DING-DONG colocan dos sillas, sacan la mesa, ponen el mantel… la BESTIa entra y
se pasea cabizbajo.)

Lumière: Señor, ¿está bien?

Bestia: ¡Agrrr!

Ding-Dong: (A LUMIÈRE.) ¿Sigue enfadado?

Lumière: Pues claro que sigue enfadado; pero hay algo más. La ira, la tristeza y el miedo suelen
ir juntos.

Ding-Dong: Ah, está enfadado porque Bella no quiere bajar a cenar con él.

Lumière: ¡Probablemente!

Ding-Dong: Aunque también está triste porque Bella no quiere bajar a cenar con él. Y tiene
miedo de que nadie le pueda querer jamás…

Lumière: Exactamente. La ira, la tristeza y el miedo: tres emociones inseparables… Así no se


puede pensar bien… ¡Espera! Acabo de recordar lo que nos entregó el inventor.

Bestia: ¿Qué murmuráis?

Lumière: Nada. ¿Está enfadado?

Bestia: ¡Sí!

Lumière: ¿Algo triste?

Bestia: ¡Sí!

Lumière: ¿Puede ser que se sienta algo… un poquitín… asustado?

Bestia: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!

Lumière: Tome monsieur. Mueva este frasco muy fuerte. Y respire despacio hasta que bajen
todas esos puntitos mágicos bajen al fondo del frasco.

Bestia: No lo voy a conseguir. Soy demasiado impaciente y no consigo ir despacio. Y así será
imposible…

Lumière: Señor…

Bestia: ¿Qué?

Lumière: Bella bajará a cenar con usted.

Bestia: ¿Cómo?

Ding-Dong: Lo que ha oído.

Bestia: Bella va a cenar conmigo.


Lumière: Es así. Exactamente.

Bestia: ¿Y por qué no me lo habéis dicho antes?

Ding-Dong: ¿Antes?

Lumière: Que más da ahora que antes.

Bestia: ¿Y dónde está? ¿Dónde está Bella? ¿Dónde está la cena?

Lumière: Monsieur, lleva muchos años sin cenar con alguien.

Ding-Dong: Y hay una serie de condiciones que hay que cumplir.

Bestia: ¿Condiciones? ¿Bella se atreve a poner las condiciones?

Ding-Dong: Sí. Peroo usted siga mirando el “frasco de la calma”.

Bestia: Vale, vale.

Ding-Dong: Sigamos. Siéntese a la mesa.

(BESTIA se sienta en la mesa.)

Lumière: No, en la mesa no. En la silla.

Bestia: Tú me has dicho que me sentara a la mesa.

Lumière: Es una manera de hablar.

Ding-Dong: Los codos fuera de la mesa, la espalda erguida y la cara sonriente.

Ding-Dong: ¡Sonría!

Lumière: Así está mejor. Monsieur, es importante que recuerde todo lo que hemos estado
ensayando durante los últimos años. ¿Se acuerda de todo?

Bestia: Sí. Comer sin hacer ruido, usar los cubiertos y…

Ding-Dong: ¿Y? Lumière: Evitar los silencios incómodos.

Bestia: Evitar los silencios incómodos.

Lumière: ¡Bien! ¿Qué piensa usted regalarle?

Bestia: ¿Cómo?

Ding-Dong: ¿Que qué regalo le va a hacer? Es su invitada, se va a quedar a vivir mucho tiempo;
debería haber preparado algún detalle para ella. Algo que le haga olvidar que está presa… Algo
que la distraiga y la haga soñar. Algo maravilloso…

Bestia: (Respira profundo varias veces.) Un libro. Un libro. Le voy a regalar un libro. En los libros
pasan cosas maravillosas, ¿no?

Ding-Dong: Mmmmm… ¡Sí!

Lumière: Recuerde que Bella solo se quedará si ve en usted a alguien bueno; debe ver al
menos una pequeña parte de su buen corazón.

Bella: Buenas noches.

(La BESTIA se levanta de golpe y LUMIÈRE y DING-DONG se colocan inmóviles. Nadie dice nada.
Silencio largo. La BESTIA está colapsada. BELLA empieza a estar incómoda.)

Bella: Buenas noches.

Ding-Dong: Evite los silencios incómodos.

Bestia: ¡Oh! Buenas noches.

Lumière: Dígale que…


Bestia: ¿Quieres sentarte? He preparado una cena exquisita.

Bella: Sí, gracias.

Bestia: Tengo un regalo para ti.

Bella: ¡Un libro!

Gastón: Pero qué…

Bella: Gastón

Gastón: Tu padre. Debería estar aquí… yo mismo cambié las señales para que…

Bella: ¿Cómo? ¿Fuiste tú?

Gastón: Eh… Bueno….

Bella: Eres una persona horrible Gastón.

Gastón: Pero no sufras estoy aquí para salvarte.

Bestia: ¡Agrrrr!

Gastón: Así que tú eres la famosa Bestia. Pues a mí no me das nada de miedo. Coge esta
espada y lucha.

Bestia: Yo no quiero luchar.

Gastón: ¡Oh! Quizá no seas una bestia. Quizá seas solo una gallina…

Bestia: No hagas eso.

Bella: Gastón, guarda tu espada. No es ninguna bestia.

Gastón: Vaya esta Bestia te ha embrujado. Acabaré con ella y luego me encargaré de ti.
(GASTÓN apunta con su espada a Bella. La BESTIA no puede contener más su ira y comienza a
luchar con GASTÓN.)

(BESTIA es herida y acorralada en el suelo. Entonces Bella coge el libro que le han regalado y
golpea en la cabeza a GASTÓN.)

Gastón: Sigo diciendo que los libros no aportan nada bueno a la cabeza. (Cae desmayado.)

Bella: No te mueras. Por favor. Te quiero. Me has defendido y quiero estar siempre contigo.
Bestia: ¡Bella! Estoy mal herido… (Sale, mientras BElla recoge las espadas.)

Bella: Bestia. Gastón. Tú eres la verdadera bestia. (BESTIa aparece al fondo como una sombra.)
¿Qué pasa? ¿Qué está pasando?

(BELLA sale de escena, BESTIA se va transformando en hombre, Entra el INVENTOR)

Bella: ¡Papá! (Se abrazan.) ¿Has visto a Bestia? No le encuentro

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