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Una ratita presumida, gana su vida amorosa después de haberse conseguido una
moneda de oro, con la cual hace una compra que la hará ver como el amor de la vida de
muchos.
La ratita deja de barrer, mientras se encuentra mirando el suelo, por algo que le inquieta.
Ratita: Pero mira, ¿Qué es esto? Una moneda de oro. Seguro se le cayó a alguien pero,
ahora no hay nadie alrededor, si no aparece nadie por ella, me compraré algo que quiero.
Ratita: Bueno, parece que no ha venido nadie por la moneda, ahora la pregunta es ¿qué
podré comprarme con esta moneda. ¡Ah ya lo se! Unas agujas para coser mi delantal. No,
mejor no porque me podría pinchar, mejor me compraré una rebeca nueva.
Gallo: ¿Ratita? Oh no, acaba de salir. Daré un paseo y regresaré a buscarla en un rato.
Entra un cerdo
Cerdo: Por las alcachofas de mi tío Eugenio, no está la Ratita, ¿se iría a buscar algo de
comer? Volveré después a buscarla.
Llega el cerdo…
Cerdo: En las noches me paseo por toda la casa gritando para ahuyentar a los ladrones
¡oink,oink!
León: En las noches me paseo por toda la casa rugiendo para ahuyentar a los ladrones
¡grrrr grrr!
Perro: con la llegada de la noche, me encanta ladrar y así poder desear las buenas
noches a todos los vecinos. Guau Guau.
Lo mismo pasó con el gato, pero este sí pudo convencerla con ayuda de mentiras y
dulces palabras, pero el ratón que estaba cerca de su casa pudo ver todo lo que este
planeaba. Después que el gato entró a la casa de la ratita…
El ratón le deja su guarida para esconderse pero le tienden una trampa al gato, cuando
este último se acerca una red, lo toma completo dejándolo encerrado.
Ratita: no me casaré con usted, señor gato. Aquí el valiente, el que ha querido salvarme y
el que me ha dado protección es usted, el señor ratón.
Ratón: Gracias Ratita presumida, ante todo siempre supe que usted sería el amor que yo
tanto había estado esperando.
Narrador: Había una vez tres cochinitos que se llamaban Tontín, Flojo, y Trabajador.
Papá: es momento que ustedes busquen su propio hogar y su alimento ya no puedo estarlos
manteniendo a todos, comen demasiado.
Mamá: que va a ser de ellos mis pobres hijos, tan lindos y buenos que son no saben hacer
nada y tú quieres que se vayan de la casa.
Cada uno construyo su casa de acuerdo a como la querían. Y sobre todo por el tiempo que
tenían.
Tontín: ¡Es fácil construir una casa de paja, no necesito nada más que colocarla y… listo! No
necesito pegamento, ni cemento, ni clavos…. ¡Y a jugar!
Flojo: Que sencillo es hacer una casa de palitos de madera. ¡Solo los coloco y ya… listo! No
necesito ni pegamento, ni cemento, ni clavos… y a jugar.
Trabajador: ¡No tengo tiempo de jugar, debo trabajar y trabajar! Narrador: Cuando Trabajador
terminó de construir su casa fue a visitar a su hermanito Tontín.
Trabajador: Pero Tontín… ¿Cómo se te ocurre hacer una casa de paja? ¡El lobo vendrá y la
destruirá!
Narrador: Trabajador fue a visitar a su hermano Flojo y se sorprendió cuando vio su casa de
palitos de madera.
Trabajador: Pero Flojo. ¿Cómo se te ocurre hacer una casa de palitos de madera? ¡El lobo
vendrá y la destruirá!
Flojo: Fue fácil y rápido hacerla… además ¿quién le teme al lobo feroz? ¡Yo no!
Trabajador: Tu sabes lo que haces… me voy a casa antes de que venga el lobo.
Narrador: Trabajador se fue a su casa. Un día Tontín se encontraba tomando una siesta
cuando el lobo toco a la puerta. Tontín, se levanto, miro a través de la ventana y vio que era
el lobo.
Lobo: ¡Pequeño cochinito, pequeño cochinito, abre la puerta, que quiero entrar!
Tontín: ¡Claro que no! ¡Y vete de aquí que me voy a enojar!
Tontín: ¡Estás loco! ¡Mi casa es fuerte, nada podrás hacer nada!
Narrador: Y el lobo sopló y sopló y destruyó la casa del cochinito. Entonces Tontín se fue
corriendo a la casa de su hermanito, Flojo. Al llegar le contó lo que había sucedido.
Narrador: Y tontín se quedo allí a vivir. Algunos días después, el lobo toco a la puerta. Los
dos
Lobo: ¡Pequeños cochinitos, pequeños cochinitos, abran la puerta, que quiero entrar!
Tontín y Flojo: ¡Claro que no! ¡Y vete de aquí que nos vamos a enojar!
Narrador: Tontín y Flojo se quedaron allí a vivir. Algunos días después, el lobo tocó a la
puerta de la casa del tercer cochinito. Ellos miraron a través de la ventana, y vieron que era
el lobo.
Lobo: ¡Pequeños cochinitos, pequeños cochinitos, abran la puerta, que quiero entrar!
Tontín, Flojo, Trabajador: ¡Claro que no! ¡Y vete de aquí que nos vamos a enojar!
Narrador: El lobo soplo y soplo varias veces, pero no logró destruir la casa de ladrillo.
EN LA CABAÑA
Padre- ¿Que te ocurre?
Madrastra- Ahora que los niños están durmiendo, tengo que hablar contigo.
No tenemos suficiente comida para alimentar a los niños .Mañana por la mañana los
llevaremos al interior del bosque y allí los dejaremos.
Padre-¡ No voy a hacer eso con mis propios hijos!. ¿Crees acaso que los voy a dejar allí
donde puedan
encontrarse en peligro?
Narrador
Ella insistió tanto con esa idea que finalmente el leñador terminó aceptándola. Pero
Hansel y
Gretel no dormían; Estaban escuchando toda la conversación.
Hansel-No llores, hermanita. Tengo una idea para encontrar el camino de regreso.
Narrador
A la mañana siguiente, cuando ingresaron en el bosque, su madrastra le dio a cada uno
un trozo de pan.
EN EL BOSQUE
Madrastra-No coman este pan antes del almuerzo porque esto es todo lo que comerán en
el día de hoy.
Narrador
Mientras caminaban Hansel iba arrojando miguitas de pan para encontrar luego su
camino de regreso a la cabaña. Y cuando llegaron a la espesura del bosque su madrastra
les dijo:
Narrador
Hansel y Gretel cumplieron lo que se les había indicado, pero se hizo de noche.
Hansel-Vamos Gretel, es hora de encontrar nuestro camino a casa.
Hansel-¡Vamos!
Narrador
Permanecieron sin comer unos días en la cueva hasta que al final decidieron salir a
buscar
algo para comer. Así fue que se internaron más en el bosque hasta que, de pronto
observaron algo a lo lejos.
Gretel-Acerquémonos a ver.
Narrador
Y así fue que se acercaron a la pequeña casa.
Hansel- Esta casa es extraña. ¡Mira Gretel ! ¡esta totalmente hecha de caramelo!
Gretel-¡ Y es deliciosa!
Narrador
Los niños habían probado de todo lo que estaba en la casa y fue entonces que una bruja
abrió
la puerta.
Bruja-Por supuesto que no. Soy una señora anciana, muy anciana.
Bruja-Incluso pueden quedarse aquí conmigo. Vivo sola aquí en el bosque. Les prepararé
comida,
se ven tan delgados y débiles.
Narrador
Los dos hermanos se quedaron con la bruja pero Hansel sospechaba que había algo
mas.
Gretel-¿Que ocurre?
Gretel-¡Para comernos!
Narrador
La bruja estaba escondida detrás de la puerta escuchando cada una de sus palabras.
Narrador
Entonces la bruja se metió en el horno y rápidamente ellos le cerraron la puerta, dejándola
encerrada allí adentro.
Hansel-Vamos...¡Huyamos!
Narrador
Salieron corriendo de la casa con todas sus fuerzas. Caminaron durante dos días hasta
llegar
a su vieja cabaña.
Narrador
Golpearon la puerta y su padre abrió.
Hansel / Gretel-¡Papá!(abrazándose)
Hansel-¡Te extrañamos!
Gretel-Sufrimos mucho pero aprendimos a sobrevivir por nuestros propios medios.