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Relatoría: Enfoque centrado en la persona

Presentado por:

Karen Tatiana Uribe Clavijo

Presentado a:

Luisa Katherine Rojas Avila

Universidad Santo Tomás-Villavicencio, Meta

Psicología Humanista

Facultad de Psicología
Carl Rogers, quien desarrolló este enfoque de la corriente de la psicología humanista,
experimentó diversas situaciones que lo hicieron tomar dicho enfoque. Entre estas, la
crianza en una familia religiosa y conservadora en una granja, enfatizó la disciplina, la
moralidad y la religión, lo que influyó en su búsqueda de comprender más profundamente
la naturaleza humana. Sus experiencias religiosas y espirituales durante la juventud lo
llevaron a cuestionar las estructuras religiosas organizadas y a buscar una espiritualidad y
moralidad más personales. Asimismo, sus estudios iniciales en agronomía y teología, antes
de la psicología, le proporcionaron una perspectiva diversa de la vida y la naturaleza
humana, lo que influyó en su enfoque posterior centrado en la individualidad y la
diversidad, mientras las experiencias laborales/educativas en la enseñanza y la agricultura
le permitieron desarrollar empatía y comprensión hacia las experiencias humanas.

El enfoque centrado en la persona se basa en la idea de que cada persona tiene dentro de
sí misma los recursos necesarios para crecer y desarrollarse de manera autónoma y
saludable. El terapeuta busca crear un ambiente terapéutico seguro y no-juzgador en el que
el cliente pueda explorar sus sentimientos, pensamientos y experiencias sin temor a ser
criticado o evaluado.

Dentro del enfoque centrado en la persona, la actitud del psicólogo es importante y


Rogers identificó 3 aspectos principales que son necesarios para crear un ambiente
terapéutico efectivo: la congruencia, la empatía y la aceptación incondicional. Por otro
lado, el concepto de persona se enfoca en la idea de que cada persona es un ser humano
único y valioso, en constante evolución y crecimiento, y se enfatiza la importancia de la
autenticidad, la congruencia, la relación terapéutica y la dimensión espiritual en la vida de
la persona.

En cuanto a las técnicas, este enfoque no tiene algunas establecidas, sino que se
concentra en la relación terapéutica y en la comprensión empática del cliente. Adicional a
este, el enfoque tiene 3 dimensiones principales, las cuales son la social, política y ética, la
primera abarca la importancia de las relaciones interpersonales y la conexión con los demás
en la vida de la persona y busca fomentar la interconexión y la comunicación en las
relaciones interpersonales para lograr una situación de bienestar para todos. La segunda la
participación ciudadana y la toma de decisiones en la vida social y política. Por último, la
dimensión ética se enfoca en la importancia de la responsabilidad personal y la integridad
en la vida de la persona, y busca fomentar la autenticidad y la congruencia en la vida de la
persona.

Para finalizar, en el enfoque centrado en la persona, el método fenomenológico se utiliza


como una forma de acercamiento al campo de experiencias de la persona o familia. La
fenomenología se enfoca en la experiencia subjetiva de la persona, en lugar de en la
realidad objetiva, y busca comprender la experiencia tal como es vivida por la persona. En
la terapia centrada en la persona, se busca comprender la experiencia subjetiva del cliente a
través de la empatía y la comprensión empática.

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