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Material extraído con fines estrictamente académicos.

Ariel Palemón Arcos*


Jueves, 04 Julio 2019

La Dirección General de Educación Indígena (DGEI) se creó en 1978 para reconocer la


pluralidad étnica, cultural y lingüística de nuestro país, bajo la premisa de reivindicar las
lenguas indígenas como nacionales. Javier López Sánchez, titular de esta dependencia,
explica el trabajo que realizan para desarrollar políticas educativas que fomenten la
inclusión y la equidad en el sistema educativo nacional.

¿Cuál es el objetivo de la Dirección General de Educación Indígena?

La Dirección General de Educación Indígena es la instancia de la Secretaría de Educación


Pública que depende de la Subsecretaría de Educación Básica y tiene como objetivos
centrales:

1. Brindar educación con pertinencia cultural y lingüística a las niñas, a los niños y a los
jóvenes de los pueblos indígenas de todo el país y, por supuesto, ofrecer materiales
educativos que tomen en cuenta los conocimientos y los saberes de los pueblos indígenas.

2. Desarrollar un sistema de asistencia técnica escolar especializado en contextos de


diversidad social, lingüística y cultural, enfocado en escuelas de educación básica que
atiendan niñas, niños y jóvenes indígenas, migrantes y en riesgo de exclusión.

3. Instrumentar una oferta educativa acompañada de maestros que conozcan las lenguas y
las culturas indígenas, de modo que haya una educación pertinente, y que tomen en cuenta
los conocimientos, los saberes y la filosofía de la cosmovisión de los pueblos indígenas.

4. Garantizar que las niñas, los niños y los jóvenes indígenas cuenten con una educación en
la lengua y la cultura indígenas, y también en español como segunda lengua, pero también
como una lengua nacional.

¿Cómo se ha desarrollado históricamente el proceso educativo de la población


indígena?
La mayoría de la población indígena aprendió español. Éste era un objetivo establecido por
la política educativa mexicana. No obstante, este logro fue a costa de la población indígena
de México, que ve en peligro de extinción su lengua y ya no entiende la cosmovisión de las
lenguas originarias.

Debemos disfrutar la riqueza de las lenguas indígenas y su filosofía. Yo, que soy del pueblo
maya tseltal, disfruto cuando hablo de mis valores y de los aportes de la epistemología
indígena. Disfruto del “Buen Vivir”, un aporte de los pueblos indígenas que no sólo es de
México sino de Mesoamérica. El Buen Vivir no se refiere a un tipo de valores sólo vigente
para los pueblos indígenas, sino útil para la sociedad en crisis del siglo XXI que ha perdido
los valores.

¿Cuál es la mayor problemática de la educación indígena en el país?

Es complicado decirlo, porque durante mucho tiempo el sistema educativo mexicano


abandonó a los pueblos indígenas; es decir, no tomó en cuenta las particularidades
culturales y lingüísticas de los pueblos indígenas durante mucho tiempo. Su política
consistió en castellanizar, esto es, en un proceso de homogenización y de asimilación
cultural. Y eso se vio reflejado en las políticas públicas. En materia educativa trajo como
consecuencia la castellanización de los niños indígenas, lo que propició que no se tomaran
en cuenta sus conocimientos originarios y mucho menos su lengua local. Una de las
consecuencias de esa política fue el aumento de la deserción escolar.

Otro de los problemas esenciales de la educación indígena fue que no había pertinencia
cultural y lingüística, es decir, se produjo una especie de tortura psicológica hacia los niños
indígenas, ya éstos que no entendían lo que se enseñaba en el salón de clases, situación que
provocó deserción, reprobación escolar y, sobre todo, bajos niveles de aprendizaje. El
sistema educativo mexicano ha sido excluyente con las culturas indígenas.

Cabe destacar que, hoy en día, los indígenas no solamente se movilizan en el interior de sus
comunidades originarias, sino que también se desplazan a las grandes urbes. Tan sólo en la
Ciudad de México hay más de 800,000 personas de origen indígena.

Nuestro país tiene población indígena, afromexicana y mestiza mexicana, lo que deriva en
una gran diversidad de culturas y pueblos que han llegado de otras latitudes del mundo.
Estamos hablando de un México multicultural, al que le hace falta dar el salto para
convertirse en un pueblo intercultural, en el sentido de que se reconoce en la diversidad y
valora su diversidad.

¿Cuáles han sido algunos logros de la Dirección General de Educación Indígena?


En la Dirección General de Educación Indígena estamos elaborando libros de textos que
incorporan la diversidad cultural y étnica del país, de manera que niñas, niños y jóvenes a
nivel nacional conozcan y valoren la diversidad indígena.

También trabajamos una línea de política indígena para atender a la población migrante
agrícola que se encuentra en los grandes campos de Sinaloa y de Baja California. Queremos
dialogar con los empresarios dueños de esos campos agrícolas, con el fin de que a los niños
indígenas se les permita ir a la escuela.

Además, gracias al apoyo de los legisladores y de la sociedad, logramos tener un artículo 3º


constitucional que señala: “La educación debe ser intercultural y plurilingüe”. Y por
instrucciones del presidente de la República y del secretario de Educación Pública habrá
libros indígenas, en particular para los niños migrantes.

¿Qué debemos entender por educación intercultural?

La interculturalidad reconoce que todo individuo, persona o sociedad tienen su dignidad


como seres humanos. Ésta es una cuestión ético-filosófica del reconocimiento y el valor
que se le da a cualquier persona de la cultura que sea.

Un aporte fundamental de la interculturalidad es lo que los expertos llaman el diálogo


epistémico, mediante el cual se reconoce la valía de los conocimientos que los pueblos
indígenas han construido social e históricamente. La interculturalidad es un asunto de
justicia social (un paradigma de la política mexicana).

El objetivo es consolidar la nueva escuela mexicana, que debe enarbolar una política
incluyente, una educación con equidad y excelencia, pero también una educación pertinente
cultural y lingüísticamente hablando.

¿Cuáles son los retos de la Dirección General de Educación Indígena?

Hoy en día 60% de los maestros indígenas en el país no hablan una lengua indígena, lo cual
se traduce en que se está castellanizando a la población indígena. Lo anterior quiere decir
no se toman en cuenta las particularidades lingüísticas de los pueblos indígenas. Por ello,
uno de los retos fundamentales de la Dirección General de Educación Indígena es promover
prácticas educativas que valoren las relaciones interculturales, los ambientes de diversidad
lingüística y las prácticas socioculturales y los conocimientos locales, con el apoyo de
materiales monobilingües, bilingües y plurilingües.

Otro problema consiste en que 40% de los maestros que hablan la lengua y que conocen la
cultura tienen dificultades para leer y escribir. Entonces, ¿cómo enseñan a sus alumnos, si
ellos mismos cargan con esas deficiencias? El problema es un sistema educativo nacional
que abandonó a la educación indígena. Para agravar la situación, tampoco existe una
metodología para la enseñanza de las lenguas y las culturas indígenas; esto es, prevalecen
las carencias de una práctica docente que aborde adecuadamente la cultura y la lengua
indígenas. Tampoco hay una atención pedagógica y didáctica eficaz de los saberes
indígenas, que no se abordan ni se discuten en el salón de clases. Actualmente, hay muchos
indígenas que ya no entienden la cosmovisión de su cultura, porque ya no se abordan sus
saberes en la escuela.

Otra situación grave son las escuelas indígenas, de las que 66% son multigrado, es decir,
hay un solo maestro que atiende de primero a sexto grado. Yo fui maestro multigrado y si
me preguntan cómo me desempeñé, puedo decirles que fue difícil, porque no tenía la
formación para atender a estos niños de diversos grados en un solo salón de clases. Y si a
esto sumamos una infraestructura deficiente, la situación puede ser muy complicada. Estoy
hablando de la problemática. Y la estoy planteando como un desafío que se debe atender de
manera urgente.

El Estado mexicano ha abandonado a los pueblos indígenas, por lo cual la pobreza ha


permeado con mayor frecuencia en su seno. Y aquí no es una cuestión sociocultural, ni de
política educativa. Estamos hablando de una política de Estado, que descuidó totalmente a
los pueblos indígenas.

El presidente de la República y el secretario de Educación Pública han señalado


puntualmente que los maestros de México, indígenas y no indígenas, son agentes de
cambio. Por eso es indispensable reconocerles su valor y respetarlos. El Estado mexicano
debe proveer las herramientas didácticas, teóricas y pedagógicas a todos nuestros maestros,
pero fundamentalmente a quienes dan clases en las lenguas indígenas.

Javier López Sánchez es miembro del pueblo maya tseltal de Chiapas, México. Es doctor
en educación, maestro en lingüística indoamericana y licenciado en educación primaria
indígena. Cuenta con diplomados en educación intercultural, derecho y cultura indígena,
políticas públicas en educación, administración pública, liderazgo, negociación y resolución
de conflictos por la Asociación Mexicana para las Naciones Unidas, la Universidad
Nacional Autónoma de México, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad La Salle y la
Universidad Iberoamericana.

Ha sido especialista invitado en materia de derechos indígenas y lingüísticos por la ONU,


en Ginebra, Suiza, y por la UNESCO, en Londres, Inglaterra; así como en Yakutsk, Rusia;
París, Francia; China, y Colombia, entre otros. Es fundador y coordinador nacional del
diseño curricular de las escuelas normales interculturales de México.
Asimismo, es autor y coautor de diversas publicaciones sobre educación intercultural,
formación docente, evaluación y autoevaluación, lenguas indígenas y educación, políticas
públicas y derechos lingüísticos, ética y juventud, derechos humanos y pluralismo jurídico,
gobernanza y participación ciudadana, gramática y literatura en lenguas indígenas. También
es miembro de la Asociación Mexicana de Lingüística Aplicada, del Comité Científico del
Congreso Internacional Virtual sobre Educación Intercultural, de la Honorable Academia
Mundial de Educación y del Parlamento Mundial de Educación.

* Periodista, licenciado en ciencia política y administración urbana. Cursa la maestría en


administración y políticas públicas en el Instituto Politécnico Nacional. Fue asesor
parlamentario en el Senado de la República durante la LXII-LXIII Legislatura.

Autor:

Ariel Palemón Arcos*

Referencias:

Palemón- Arcos, A. (Julio-Agosto 2019). Retos de la educación intercultural y


plurilingüe. El mundo de la educación, 2(12). Recuperado de la base de
datos issuu.com.
https://issuu.com/elmundodelabogado_/docs/el_mundo_de_la_educaci_n_e
dici_n_12

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