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De Cadenas y de Hombres - Esparragoza
De Cadenas y de Hombres - Esparragoza
PUEBLA
SOCIOLOGÍA
202066008
(Abstract)
Para poder analizar el texto, es fundamental y necesario considerar el contexto histórico
donde se sitúa la novela; en 1969, posterior a la Segunda Guerra Mundial, lo que marca un
cambio en el modelo económico adoptado por las organizaciones, ya no se centra en un
desarrollo corporativo interno, sino en una orientación hacia el exterior, con el objetivo de
satisfacer la creciente demanda de productos.
A lo largo del texto, podemos darnos cuenta de una visión general del papel que los
trabajadores desempeñan en la fábrica, y se puede destacar la idea de que nadie es
indispensable en un modelo donde nadie es especialista en ningún área. Desde el protagonista
hasta el trabajador más experimentado y respetado, se puede evidenciar que la organización
está influenciada por la filosofía administrativa de Taylor, orientada a maximizar la
producción con el menor costo posible para los propietarios.
El texto relata la experiencia de un recién llegado al mundo fabril y éste se tiene que enfrentar
al choque inicial de incorporarse a la cadena de producción a través de diferentes puestos de
trabajo, él intenta adaptarse y por lo mientras, conoce a diversos personajes que conforman
la fuerza laboral, representando una amplia diversidad de nacionalidades y culturas donde se
destaca la dictadura constante de los objetos y mercancías sobre los trabajadores, dejando en
evidencia una desigualdad marcada, que hasta el momento, bien conocemos y tenemos
presente.
En el libro se presenta una compleja red de relaciones de poder que abarcan diversos niveles
jerárquicos, desde la relación inicial entre el protagonista y Mouloud, hasta las dinámicas
entre los sindicatos, los jefes y los obreros, así como entre los capataces y los trabajadores,
la estructura organizativa también confiere más poder de manera legítima a ciertos miembros
de la sociedad, como el doctor de las aspirinas o aquellos que realizaban el trabajo sucio de
los superiores.
EL MIEDO, LA DOMINACIÓN, LA REPRESIÓN, Y LAS RELACIONES DE PODER:
SU IMPORTANCIA EN LA INDUSTRIA FABRIL Y EN EL CAPITALISMO
El miedo es algo más que la simple ausencia de supervisión directa por parte de los
superiores. Aunque puedas pasar todo un día sin ver ni oír de tus jefes, ya sea porque están
encerrados en sus oficinas o ausentes por alguna conferencia, la sensación de angustia
persiste de manera constante. Esta angustia se percibe en el ambiente, en el comportamiento
de quienes te rodean e incluso en ti mismo. Esto se debe en parte a que se reconoce
ampliamente que los funcionarios de Citroën son más que simples empleados; son una
extensión del sistema de vigilancia y control de la empresa. Dentro de la compañía, existen
informantes de diversas nacionalidades y, sobre todo, está el sindicato de la casa, conocido
como la CFT, que se caracteriza por romper huelgas y manipular elecciones sindicales.
Se puede sugerir, entonces, que el miedo no puede ser completamente definido por las
circunstancias externas, sino que también tiene una dimensión más profunda, más sútil.
Además, indica que este miedo está estrechamente relacionado con el trabajo mismo, lo que
resulta en que puede surgir de la naturaleza misma de la actividad laboral o de las expectativas
que comúnmente asociamos con ella.
Ante el miedo, humanamente, nace la resistencia, claro, por debajo de una fingida
resignación, la resistencia se presenta de diversas maneras, algunas son muy pequeñas,
incluso puede pasar desapercibida, los actos de resistencia comienzan con actos diminutos,
en el dejar el trabajo por el hartazgo y el cansancio, en la solidaridad con los compañeros
obreros, o en el mero ritual de limpieza que toma lugar en los cambiadores después de cada
jornada de trabajo, es como si los trabajadores quisieran salir limpios, elegantes de su jornada
donde, por supuesto, no pueden lucir ni limpios ni elegantes, ese reajustamiento de su persona
que les urge cada que dejan la fábrica y se preparan para irse a sus casas, es también una
forma de resistir.
Podemos ver como se expresa una reflexión sobre la resistencia y la esperanza en medio de
los momentos más difíciles, el protagonista de la obra encuentra motivos de esperanza no
tanto en el análisis político, sino en las pequeñas manifestaciones de resistencia que puede
percibir a diario, que, a pesar de la exasperación, hay una certeza vaga pero persistente de
una fuerza que si existe, implícitamente, y que eventualmente emergerá y que es necesario
esperar, convenciéndose a sí mismo de que algo eventualmente cambiará.
Los obreros esperan una transformación radical en el mundo laboral y social, se compara este
cambio con un continente perdido que emerge de manera súbita en medio de una gran
catástrofe, y la sociedad establecida, inmovilizada por su rigidez, observa atónita cómo se
extiende una alegría, que por cierto resulta extraña y desconcertante, pero no le quita la
calidad de existente.
Existe también cierta voluntad de derribar las barreras de la fábrica para permitir que entre
la luz y el mundo exterior, una reorganización del trabajo suena bastante atractiva, la
producción de nuevos objetos y un cambio en la forma en que se entiende el conocimiento y
el trabajo que aspira a que todos sean tomados en cuenta en múltiples disciplinas, desde la
escritura hasta la soldadura, de igual manera, resulta importante la creación de nuevos
lenguajes y la eliminación de la monotonía y la alienación en el trabajo.
Se alude a dos personajes, Sadok y Simón, que ya no tendrán por qué tener miedo en este
nuevo contexto, por el que por cierto, se ha luchado. Un amanecer completamente diferente
y excitante se ve anticipado a raíz de esa probadita de lo que los trabajadores llaman
revolución. A pesar de todo persiste un sentimiento bastante esperanzador.
Los intérpretes que trabajan para empresas como Citroën como individuos elegantes,
tranquilos y persuasivos, que provienen de diversas nacionalidades, como Marruecos,
Yugoslavia y España, éstos intérpretes desempeñan un papel crucial en la vida de los
trabajadores inmigrantes, actuando como mediadores entre ellos y la complicada burocracia
empresarial.
Para los inmigrantes que no hablan francés o tienen dificultades con el idioma, los intérpretes
se convierten en una conexión vital con la sociedad oficial, ayudándolos a navegar por
trámites como permisos de residencia, trabajo, contratos, seguro social y asignaciones.
Los intérpretes son presentados como aliados de los trabajadores inmigrantes, sirviendo
como portavoces de la benevolencia percibida por parte de la dirección de la empresa, sin
embargo, se da a conocer perfectamente que los intérpretes no hacen más que ser otra
herramienta de la misma industria fabril, son persuasivos, y los trabajadores tienen que
hacerles caso, ya que quedarse sin intérprete resulta bastante peligroso, es como estar a la
deriva, ya no hay nadie que pueda “apoyarte” es perder ese intermediario que la empresa se
supone que te ofrece, entonces, todos prefieren hacerle caso a sus intérpretes.
CONCLUSIONES:
El capitalismo y las instituciones, han sabido, desde un principio, cómo mover a las masas,
cómo convencer al individuo de volverse un trabajador y al trabajador en convertirse un
pedacito más de su inmensa estructura, y en éste texto lo podemos ver, clara y tristemente, la
miseria de los trabajadores dentro de los espacios de trabajo y también afuera, la mentira
vendida e impregnada de supuesta libertad de trabajo, de supuesta libertad de mercado, que
el capitalismo y las instituciones que le sirven nos dan a conocer de manera extrema y
peligrosa, desde las instituciones más implícitas como la familia, hasta las más enormes,
como las empresas, o las iglesias.
Éste texto aborda perfectamente, también, los sentimientos encontrados y desconcertantes
que los trabajadores experimentan y que atraviesan sus vidas cotidianas, dentro de ellas, de
las vidas cotidianas, claro que encontramos el trabajo y sus espacios, los obreros compañeros
y amigos, que con vínculos que aunque a veces flaquean, pueden coincidir por las similitudes
de algunas de sus vidas.
Los sentimientos que los trabajadores desarrollan hacia la máquina, hacia la cadena, y hacia
sus respectivos trabajos, son peligrosos, como he mencionado anteriormente, resultan un
poco encontrados y desconcertantes, por una parte, el capitalismo y la empresa hace que te
encariñes y que te identifiques con tu trabajo (por más miserable que sea), con el espacio de
éste, con los ruidos de éste, con el horario de éste, con la remuneración, y todo lo que tenga
que ver con él, a pesar de que probablemente no era lo que el trabajador quería, o esperaba,
y por otro lado, el trabajador muestra una relación de odio o de repugne hacia el mismo
trabajo y sus espacios, sus ruidos, sus horarios, sus herramientas, sentimiento que no puede
desarrollarse del todo porque el obrero, de su trabajo depende, y nos han enseñado toda la
vida que no podemos, abiertamente, odiar de lo que uno depende, a pesar de que te haga
daño, o de que éste sea miserable.
También podemos remontarnos al momento del texto donde se habla sobre la huelga, sobre
la resistencia, y sobre la revolución, éstas tres cosas, sin duda, van de la mano, la resistencia,
aunque la podemos ver todos los días, a todas horas y en los actos más pequeños, forma
importante de la huelga y de la revolución, la resistencia es el primer paso hacia éstas, la
primer manera de darnos cuenta de que hay algo que puede hacernos libres incluso estando
tan inyectados en un sistema riguroso de capital y de trabajo.
Las huelgas, los pequeños (o grandes) actos de resistencia resultan determinantes y
fundamentales para la revolución, y sí, también actualmente, a pesar de que en la actualidad
cada vez, y cada vez, la lucha obrera se va suavizando y se va perdiendo.
La fábrica, el espacio de trabajo, la asfixia que nos provoca, los intermediarios, el sueldo, los
bonos, el despido, las jerarquías, las relaciones de poder, son cosas que nos persiguen, yo
diría, permanentemente, siempre y cuando estemos inmersos en el mismo sistema
tremendamente riguroso capitalista y capacitista y meritocrático.
El mundo, visto como un sistema, está experimentando una transformación bastante notable
a medida que más naciones adoptan el modelo de las sociedades capitalistas avanzadas. Y
esta expansión plantea desafíos que resultan ser muy significativos, ya que la sociedad
enfrenta limitaciones para satisfacer las crecientes demandas de recursos .
No hay, de manera perfectamente lógica, una manera perfecta de que el capitalismo siga a
flote, la clase burguesa es una minoría, lxs trabajadorxs y lxs obrerxs del mundo siguen,
incluso inconscientemente, perpetuando pequeños actos de resistencia que resulta
esperanzador para una revolución, tarde lo que tarde.
BIBLIOGRAFÍA
Emile Durkheim. La División Social del Trabajo. Capítulo II. Las Causas. Emile Durkheim.
(2001)