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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE

PUEBLA

SOCIOLOGÍA

CURSO: SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO

DOCENTE: OSCAR MORILLON CALDERÓN

ALUMNA: SILVANA ESPARRAGOZA RODRÍGUEZ

202066008
(Abstract)
Para poder analizar el texto, es fundamental y necesario considerar el contexto histórico
donde se sitúa la novela; en 1969, posterior a la Segunda Guerra Mundial, lo que marca un
cambio en el modelo económico adoptado por las organizaciones, ya no se centra en un
desarrollo corporativo interno, sino en una orientación hacia el exterior, con el objetivo de
satisfacer la creciente demanda de productos.

A lo largo del texto, podemos darnos cuenta de una visión general del papel que los
trabajadores desempeñan en la fábrica, y se puede destacar la idea de que nadie es
indispensable en un modelo donde nadie es especialista en ningún área. Desde el protagonista
hasta el trabajador más experimentado y respetado, se puede evidenciar que la organización
está influenciada por la filosofía administrativa de Taylor, orientada a maximizar la
producción con el menor costo posible para los propietarios.

De esta manera, eliminamos la tendencia a la “holgazanería sistemática”, que surge cuando


un trabajador domina y monopoliza cierta actividad dentro de la industria, utilizando su
conocimiento en su propio beneficio, el trabajador es considerado como un obrero-masa, sin
habilidades específicas, capaz de rotar entre diferentes puestos sin dificultad y fácilmente
reemplazable sí se atreve a protestar. Esto resulta en un alto nivel de control organizacional.
DE CADENAS Y DE HOMBRES

El texto relata la experiencia de un recién llegado al mundo fabril y éste se tiene que enfrentar
al choque inicial de incorporarse a la cadena de producción a través de diferentes puestos de
trabajo, él intenta adaptarse y por lo mientras, conoce a diversos personajes que conforman
la fuerza laboral, representando una amplia diversidad de nacionalidades y culturas donde se
destaca la dictadura constante de los objetos y mercancías sobre los trabajadores, dejando en
evidencia una desigualdad marcada, que hasta el momento, bien conocemos y tenemos
presente.

A medida que pasa el tiempo, el protagonista enfrenta el cansancio, el miedo, la vigilancia,


la explotación, y un sentimiento extraño de resignación también, y se da cuenta de que la
lucha política no es tan fácil como él la esperaba, la desorganización sindical y la resistencia
oculta entre los obreros se convierten en parte de su realidad.
Sin embargo, la situación se hace más fuerte y se ve más intensa cuando la empresa decide
imponer una extensión de jornada, lo que lleva a la organización clandestina y uno de los
puntos más determinantes, la lucha obrera.
El relato combina el testimonio personal, y al mismo tiempo, un estudio sociológico y ensayo
literario en el que podemos ver, perfectamente la terrible esencia del capitalismo, la condición
obrera y la lucha revolucionaria, también podemos destacar la constante presencia de la lucha
de clases en el entorno fabril, donde el patrón siempre está presente para recordar su
existencia, a pesar de los intentos de olvidarla por parte de los trabajadores.

En el libro se presenta una compleja red de relaciones de poder que abarcan diversos niveles
jerárquicos, desde la relación inicial entre el protagonista y Mouloud, hasta las dinámicas
entre los sindicatos, los jefes y los obreros, así como entre los capataces y los trabajadores,
la estructura organizativa también confiere más poder de manera legítima a ciertos miembros
de la sociedad, como el doctor de las aspirinas o aquellos que realizaban el trabajo sucio de
los superiores.
EL MIEDO, LA DOMINACIÓN, LA REPRESIÓN, Y LAS RELACIONES DE PODER:
SU IMPORTANCIA EN LA INDUSTRIA FABRIL Y EN EL CAPITALISMO

Conforme el protagonista de la obra va acoplándose a los terrores que presenta la industria


fabril y el puro capitalismo, se da cuenta de que una de las herramientas más importantes que
tiene el capitalismo para tener a los obreros dominados, es el miedo, más importante incluso
que la remuneración o el mérito, el miedo resulta ser tremendamente determinante en las
fábricas, y es intenso, ya que aparte de que existe fervientemente, se transfiere, los
trabajadores pueden sentir el miedo del otro y compartirlo, de la misma manera, hacerlo más
fuerte, y en cada uno de los trabajadores, el miedo podía tener una diferente explicación. “El
miedo forma parte de la fábrica, es uno de sus engranajes fundamentales”.

Es importante tomar en cuenta que la fábrica, en sí, es un aparato sinvergüenza-mente


policial, la legalidad flaquea, la forma de moverse dentro de un espacio tan arbitrario hace
que el miedo sea más grande, el protagonista lo mantiene como “un estrujo al corazón” cada
que algún guardia, algún jefe, o un capataz te llama la atención o simplemente te dirije la
palabra, ya que los vínculos que se tiene dentro de la fábrica con estos puestos están
explícitamente jerarquizados.

El miedo es algo más que la simple ausencia de supervisión directa por parte de los
superiores. Aunque puedas pasar todo un día sin ver ni oír de tus jefes, ya sea porque están
encerrados en sus oficinas o ausentes por alguna conferencia, la sensación de angustia
persiste de manera constante. Esta angustia se percibe en el ambiente, en el comportamiento
de quienes te rodean e incluso en ti mismo. Esto se debe en parte a que se reconoce
ampliamente que los funcionarios de Citroën son más que simples empleados; son una
extensión del sistema de vigilancia y control de la empresa. Dentro de la compañía, existen
informantes de diversas nacionalidades y, sobre todo, está el sindicato de la casa, conocido
como la CFT, que se caracteriza por romper huelgas y manipular elecciones sindicales.
Se puede sugerir, entonces, que el miedo no puede ser completamente definido por las
circunstancias externas, sino que también tiene una dimensión más profunda, más sútil.
Además, indica que este miedo está estrechamente relacionado con el trabajo mismo, lo que
resulta en que puede surgir de la naturaleza misma de la actividad laboral o de las expectativas
que comúnmente asociamos con ella.

Ante el miedo, humanamente, nace la resistencia, claro, por debajo de una fingida
resignación, la resistencia se presenta de diversas maneras, algunas son muy pequeñas,
incluso puede pasar desapercibida, los actos de resistencia comienzan con actos diminutos,
en el dejar el trabajo por el hartazgo y el cansancio, en la solidaridad con los compañeros
obreros, o en el mero ritual de limpieza que toma lugar en los cambiadores después de cada
jornada de trabajo, es como si los trabajadores quisieran salir limpios, elegantes de su jornada
donde, por supuesto, no pueden lucir ni limpios ni elegantes, ese reajustamiento de su persona
que les urge cada que dejan la fábrica y se preparan para irse a sus casas, es también una
forma de resistir.

Podemos ver como se expresa una reflexión sobre la resistencia y la esperanza en medio de
los momentos más difíciles, el protagonista de la obra encuentra motivos de esperanza no
tanto en el análisis político, sino en las pequeñas manifestaciones de resistencia que puede
percibir a diario, que, a pesar de la exasperación, hay una certeza vaga pero persistente de
una fuerza que si existe, implícitamente, y que eventualmente emergerá y que es necesario
esperar, convenciéndose a sí mismo de que algo eventualmente cambiará.

En un momento, entonces, se comienza a hablar de revolución, sobre el valor, y las armas,


sobre cómo es más importante el valor que las armas, y la felicidad subyacente que hablar de
la revolución causaba en los obreros, sin embargo, l derrota comienza a ser impensable, no
porque sea imposible, sino porque la revolución ya está idealizada, entonces, la derrota se
siente peligrosa, lastimosa, inconcebible.
El honor que se mostraba en cada panfleto era esperanzador, una manera de los trabajadores
de pensarse ellos mismos, y de reflejarse para los demás como “todavía hombres libres” como
“a pesar de todo, hombres libres”, y por lo general, todas las huelgas se tratan más o menos
de ésto, de demostrar que se sigue siendo fuerte, que se sigue siendo libre.
Cuando la huelga se vuelve real, cuando a las cinco en punto paran sus labores y entonces
las máquinas dejan de hacer tanto ruido, es un trabajador tras otro, resulta tan extraño que las
cosas se detengan que el silencio parece romperles la cabeza, resuena tan fuerte, más fuerte
que el mismo ruido al que están tan acostumbrados. Se detienen algunos y proceden a
detenerse los otros, sin embargo, no todos se manifiestan, algunos solamente esperan,
ciertamente desconcertados por todo lo que está sucediendo, por lo profundo del silencio, es
cuando es determinante el la manifestación, en grande, no solo de unos cuántos.
Inmediatamente se busca cómo reemplazar al que deja de trabajar, naturalmente, ya que nadie
es verdaderamente indispensable en la industria fabril, y eso, es un peligro para la huelga, el
hecho de que los trabajadores puedan ser reemplazados tan rápido y tan fácilmente, amenaza
de enorme manera la manifestación.
Algunos sienten miedo, lo tienen, se les nota, sus herramientas siguen posadas en sus manos,
siempre existe la incertidumbre, no saber qué hacer, los grandes mandos de la fábrica siempre
se dan cuenta de eso, y se aprovechan, por supuesto, con chantajes e intimidación intentan
dos cosas, o que los trabajadores regresen a sus puestos inmediatamente, o provocarlos,
provocarlos a la violencia para que la huelga o su manifestación se vea perturbada.

El obrero, visiblemente afectado por los acontecimientos, muestra signos de desesperación


en su mirada mientras vacila y observa al agente de sector y a los presentes. De repente,
Theodoros, abrumado por una especie de crisis nerviosa, suelta sus herramientas y comienza
a gritar pidiendo que lo dejen. Su reacción sorprende a todos, ya que es corpulento y tiembla
visiblemente. Junot, temeroso de una posible confrontación, retrocede ante la situación.
Aunque la idea de despedir a alguien podría haber pasado por su mente, Junot no desea
enfrentarse a una pelea seria.

Los obreros esperan una transformación radical en el mundo laboral y social, se compara este
cambio con un continente perdido que emerge de manera súbita en medio de una gran
catástrofe, y la sociedad establecida, inmovilizada por su rigidez, observa atónita cómo se
extiende una alegría, que por cierto resulta extraña y desconcertante, pero no le quita la
calidad de existente.

Existe también cierta voluntad de derribar las barreras de la fábrica para permitir que entre
la luz y el mundo exterior, una reorganización del trabajo suena bastante atractiva, la
producción de nuevos objetos y un cambio en la forma en que se entiende el conocimiento y
el trabajo que aspira a que todos sean tomados en cuenta en múltiples disciplinas, desde la
escritura hasta la soldadura, de igual manera, resulta importante la creación de nuevos
lenguajes y la eliminación de la monotonía y la alienación en el trabajo.

Se alude a dos personajes, Sadok y Simón, que ya no tendrán por qué tener miedo en este
nuevo contexto, por el que por cierto, se ha luchado. Un amanecer completamente diferente
y excitante se ve anticipado a raíz de esa probadita de lo que los trabajadores llaman
revolución. A pesar de todo persiste un sentimiento bastante esperanzador.

Empezamos a reflexionar sobre la lógica implacable del sistema establecido, donde el


trabajo agotador se presenta como una opción más llevadera que la huelga, podemos
reconocer la realidad de la fatiga física que conllevan las largas jornadas laborales de diez
horas, pero se contrasta con la noción de que la sumisión al sistema se presenta como una
especie de descanso en comparación con la resistencia activa. Los trabajadores comienzan a
cuestionar la procedencia de estas técnicas de dominación y control, sugiriendo una estrategia
sofisticada empleada por aquellos que ostentan el poder para mantener el status quo.

LOS INTÉRPRETES: LA MÁQUINA ANTIHUELGA

Conocemos, entonces, cómo opera la "máquina antihuelga", sugiriendo que se activó de


manera casi automática tras los eventos ocurridos el lunes por la tarde, se describe como una
entidad bien aceitada y lista para funcionar, aunque por el momento no esté en su máxima
capacidad los trabajadores la comparan de manera un poco metafórica con otras máquinas,
posiblemente refiriéndose a la maquinaria industrial, que funcionan en medio del ruido y la
actividad cotidiana, pasando desapercibida pero lista para actuar cuando sea necesario.
El papel de los intérpretes en empresas como Citroën, y cómo estos individuos actúan como
intermediarios entre los trabajadores inmigrantes y la burocracia empresarial:

Los intérpretes que trabajan para empresas como Citroën como individuos elegantes,
tranquilos y persuasivos, que provienen de diversas nacionalidades, como Marruecos,
Yugoslavia y España, éstos intérpretes desempeñan un papel crucial en la vida de los
trabajadores inmigrantes, actuando como mediadores entre ellos y la complicada burocracia
empresarial.

Para los inmigrantes que no hablan francés o tienen dificultades con el idioma, los intérpretes
se convierten en una conexión vital con la sociedad oficial, ayudándolos a navegar por
trámites como permisos de residencia, trabajo, contratos, seguro social y asignaciones.
Los intérpretes son presentados como aliados de los trabajadores inmigrantes, sirviendo
como portavoces de la benevolencia percibida por parte de la dirección de la empresa, sin
embargo, se da a conocer perfectamente que los intérpretes no hacen más que ser otra
herramienta de la misma industria fabril, son persuasivos, y los trabajadores tienen que
hacerles caso, ya que quedarse sin intérprete resulta bastante peligroso, es como estar a la
deriva, ya no hay nadie que pueda “apoyarte” es perder ese intermediario que la empresa se
supone que te ofrece, entonces, todos prefieren hacerle caso a sus intérpretes.

Los intérpretes, tienen en realidad la tarea de persuadir a los trabajadores y funcionan


perfectamente como ésta máquina anti-huelga, haciendo parecer a los obreros que todo está
en orden, y que todo debe de permanecer así, en ese mismo orden.

CONCLUSIONES:

El capitalismo y las instituciones, han sabido, desde un principio, cómo mover a las masas,
cómo convencer al individuo de volverse un trabajador y al trabajador en convertirse un
pedacito más de su inmensa estructura, y en éste texto lo podemos ver, clara y tristemente, la
miseria de los trabajadores dentro de los espacios de trabajo y también afuera, la mentira
vendida e impregnada de supuesta libertad de trabajo, de supuesta libertad de mercado, que
el capitalismo y las instituciones que le sirven nos dan a conocer de manera extrema y
peligrosa, desde las instituciones más implícitas como la familia, hasta las más enormes,
como las empresas, o las iglesias.
Éste texto aborda perfectamente, también, los sentimientos encontrados y desconcertantes
que los trabajadores experimentan y que atraviesan sus vidas cotidianas, dentro de ellas, de
las vidas cotidianas, claro que encontramos el trabajo y sus espacios, los obreros compañeros
y amigos, que con vínculos que aunque a veces flaquean, pueden coincidir por las similitudes
de algunas de sus vidas.

Los sentimientos que los trabajadores desarrollan hacia la máquina, hacia la cadena, y hacia
sus respectivos trabajos, son peligrosos, como he mencionado anteriormente, resultan un
poco encontrados y desconcertantes, por una parte, el capitalismo y la empresa hace que te
encariñes y que te identifiques con tu trabajo (por más miserable que sea), con el espacio de
éste, con los ruidos de éste, con el horario de éste, con la remuneración, y todo lo que tenga
que ver con él, a pesar de que probablemente no era lo que el trabajador quería, o esperaba,
y por otro lado, el trabajador muestra una relación de odio o de repugne hacia el mismo
trabajo y sus espacios, sus ruidos, sus horarios, sus herramientas, sentimiento que no puede
desarrollarse del todo porque el obrero, de su trabajo depende, y nos han enseñado toda la
vida que no podemos, abiertamente, odiar de lo que uno depende, a pesar de que te haga
daño, o de que éste sea miserable.

Lo podemos ver perfectamente en la actualidad y éstos parámetros se moldean hasta a las


más innovadoras formas de trabajo, ya que, por más innovadoras que pretendan ser, siguen
dirigiéndonos al mismo objetivo que el capitalismo nos inculca.

También podemos remontarnos al momento del texto donde se habla sobre la huelga, sobre
la resistencia, y sobre la revolución, éstas tres cosas, sin duda, van de la mano, la resistencia,
aunque la podemos ver todos los días, a todas horas y en los actos más pequeños, forma
importante de la huelga y de la revolución, la resistencia es el primer paso hacia éstas, la
primer manera de darnos cuenta de que hay algo que puede hacernos libres incluso estando
tan inyectados en un sistema riguroso de capital y de trabajo.
Las huelgas, los pequeños (o grandes) actos de resistencia resultan determinantes y
fundamentales para la revolución, y sí, también actualmente, a pesar de que en la actualidad
cada vez, y cada vez, la lucha obrera se va suavizando y se va perdiendo.

La fábrica, el espacio de trabajo, la asfixia que nos provoca, los intermediarios, el sueldo, los
bonos, el despido, las jerarquías, las relaciones de poder, son cosas que nos persiguen, yo
diría, permanentemente, siempre y cuando estemos inmersos en el mismo sistema
tremendamente riguroso capitalista y capacitista y meritocrático.

El mundo, visto como un sistema, está experimentando una transformación bastante notable
a medida que más naciones adoptan el modelo de las sociedades capitalistas avanzadas. Y
esta expansión plantea desafíos que resultan ser muy significativos, ya que la sociedad
enfrenta limitaciones para satisfacer las crecientes demandas de recursos .

No hay, de manera perfectamente lógica, una manera perfecta de que el capitalismo siga a
flote, la clase burguesa es una minoría, lxs trabajadorxs y lxs obrerxs del mundo siguen,
incluso inconscientemente, perpetuando pequeños actos de resistencia que resulta
esperanzador para una revolución, tarde lo que tarde.
BIBLIOGRAFÍA

Linhart, Robert. De cadenas y de hombres, México, Siglo XXI, 1979

Hernández Magallón, Arturo y Ramírez Martínez, Guillermo. “El


controladministrativo de F. W. Taylor, cien años después” en revista Gestión yestrategia,
No. 38, 2010

Coriat, Benjamín, El taller y el cronómetro, México, Siglo XXI, 1982

Emile Durkheim. La División Social del Trabajo. Capítulo II. Las Causas. Emile Durkheim.
(2001)

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