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Ensayos urbanos para la nueva normalidad

Acciones en el espacio público en contexto de pandemia.

Urban essays for the New Normal


Actions in the public space in a pandemic context.

Arq. Raúl Velázquez; Arq. Constance Zurmendi, Arq. Catalina Radi; Arq. Martín Cajade

1
RESUMEN
La pandemia producida por el virus SAR-CoV-2 en Uruguay interpeló el modo en que se usan y disfrutan los espacios
públicos de las ciudades. El colectivo Ensayos Urbanos Nueva Normalidad inspiraron decisiones tomadas por instituciones
públicas en la transición del confinamiento hacia el uso responsable del espacio público. En base a evidencias científicas
seleccionaron y recomendaron prácticas del urbanismo táctico ya realizadas en otros países. Tímidamente se arriesgaron
usos novedosos para algunos espacios abiertos de Montevideo de gran atractivo paisajístico, deportivo y comercial. Los
resultados parecen indicar que estas medidas pueden pensarse para un plazo más largo.
Las ciudades una vez más confirman ser el lugar donde comunicar, proponer y monitorear determinadas acciones claves
para el control de los contagios puesto que los espacios abiertos se verán requeridos y cargados de actividades diversas.
En este sentido el acceso y disfrute a sitios equipados y seguros es un factor fundamental para poder anticiparse a posibles
efectos sobre la salud mental de la población originados por el confinamiento prolongado. Es este momento de gran
incertidumbre una oportunidad para que el urbanismo táctico afiance la legibilidad de los entornos proponiendo nuevos
modos que diversifiquen y hagan más accesibles nuestras ciudades.

Palabras claves: Covid-19, pandemia, espacio público, urbanismo táctico, Montevideo, señalética, dispositivo, colectivo

ABSTRACT
The pandemic caused by the SAR-CoV-2 virus in Uruguay challenged the way public spaces in cities are used and enjoyed.
A group called “Urban essays for the New Normal” inspired the decisions adopted by public institutions in the transition from
confinement to the responsible use of public space. They selected and recommended tactical urban planning practices that
were already carried out in other countries based on the scientific evidence available. Though these initiatives were
somehow timorous, they presented innovations in the way Montevideo uses its most attractive open-air spots for commercial,
sportive and sightseeing activities. The results of these experiences could be thought in broader and longer terms.
Once again our cities are seen as the ultimate place to communicate, propose and monitor key actions to prevent the
transmission of the virus while open spaces become more demanded, intensifying and diversifying its activities.
In this sense, the access and enjoyment of safe and well equipped places is essential to avoid possible mental health
problems derived from long term confinement measures. In these times of great uncertainty an opportunity has rised: tactical
urbanism as a way to strengthen public policies that aim for more diverse and accessible cities.

Keywords: Covid-19, pandemic, public space, tactical urbanism, Montevideo, signage, device, colllective

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El domingo 18 de mayo pasado, dentro de las operaciones de reapertura ante el relativo control de Uruguay
frente a la pandemia de Covid-19, la Intendencia de Montevideo puso en práctica un recurso muy poco usado
en nuestra principal ciudad (donde habita cerca de la mitad de la población urbana del país): la Rambla de
Montevideo -la avenida costanera que bordea el Río de la Plata- fue parcialmente peatonalizada en el tramo
más denso de su desarrollo. El recurso no tiene nada de novedoso y se usa con frecuencia en otras ciudades:
reservar como paseo una avenida en momentos en algún sentido especiales (fines de semana, por ejemplo). Lo
especial en este caso tiene más que ver con la razón que llevó a hacerlo: ampliar el espacio peatonal para
permitir el paseo sin perder la "distancia física" que las medidas de precaución contra la pandemia requieren. i
(Figura 1)
A la semana siguiente la Intendencia aumentó sus propuestas en la misma dirección: peatonalizó el sábado 24
diez cuadras de la Avenida 18 de Julio en pleno centro de la ciudad -con el apoyo de los comercios, que
extendieron sus horarios habituales- generando un "paseo de compras a cielo abierto" excepcionalmente
exitoso dada la cantidad de gente que se sumó al mismo. Tras más de dos meses de encierro y aprovechando
un extraordinario día soleado de nuestro otoño austral, centenares de montevideanos salieron a pasear por la
principal avenida y la "distancia física" quedó en entredicho. Esto levantó algunas críticas de gente que vieron
como la Intendencia abría las calles al uso público de una manera que consideraron imprudente. Pero la
medida se repitió el fin de semana siguiente, ampliando la cantidad de cuadras involucradas, y recientemente
se anunció que se seguirá realizando todos los sábados por la tarde. (Figura 2)
Las medidas municipales fueron tomadas por iniciativa de sus propias autoridades, pero estuvieron basadas en
lo que se expuso unos días antes en el Congreso de Intendentes (organismo que nuclea a los jefes municipales
de todo el país). Allí fue presentado el avance del trabajo “Ensayos Urbano para la Nueva Normalidad” -
realizado por docentes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República-
el cual indicaba acciones sobre los espacios abiertos de la ciudad consideradas posibles y necesarias en el
contexto de pandemia.ii

Espacio público en la nueva normalidad

La pandemia ha generado un contexto de incertidumbre en todos los campos. El sociólogo argentino Carlos de
Angelis se ha referido recientemente a este tema: “este tipo de situación impensada, muchas veces llamada
“cisne negro”, suele compartir al menos cinco características: su aparición es inesperada; interrumpe el orden
vigente; genera nuevos sentidos y percepciones en la sociedad; posibilita el ascenso de opiniones minoritarias y
finalmente puede generar o acelerar cambios políticos”.iii
El uso del espacio público es uno de los aspectos donde esta incertidumbre más se percibe: “el espacio común
sufre una gran pérdida como efecto de la pandemia. La distancia social es la menos social de las distancias. La
sociedad es intercambio e interacciones. Observar al otro como una posible bomba biológica transforma a los

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espacios públicos, la calle, la plaza como lugares amenazantes donde crecen la desconfianza y el
autoritarismo.” iv

Por su parte, el investigador italiano Antonio Di Campli definió esta nueva situación del uso del espacio público
como "urbanismo de cuarentena" y entiende que el mismo presenta los siguientes tres elementos: “la vigilancia
sobre los objetos y espacios, el auge del silent trade o comercio silencioso y la justicia socioespacial” v.
Respecto al comercio silencioso, Di Campli señaló que la fusión entre las plataformas en línea y los sistemas de
entrega de productos han permitido mantener la cohesión del tejido social. Sin embargo "también produce
atmósferas urbanas más enrarecidas y espacios del habitar más densos y multifuncionales".
En el tercer punto, la cuarentena se ha convertido en un lujo para la gente de barrios ricos y quienes pueden
hacer trabajo remoto, pero la realidad es que también es injusta para las clases sociales más desfavorecidas,
quienes no pueden aislarse de forma estricta sin ver una fuerte afectación económica”.
Di Campli propone a grandes rasgos, que “la nueva urbanidad deberá atender cuatro puntos: redefinirla desde
un sentido de lo local y la proximidad, crear una infraestructura de cuidado con espacios que ofrezcan mejor
salud pública y bienestar, ser conscientes de la vulnerabilidad en la que viven las personas en las urbes hoy en
día y repensar una relación más ética entre los cuerpos (más sensibles que nunca tras estar expuestos al
Covid-19) y el espacio que habitan”. Di Campli sugirió redefinir las grandes ciudades en pequeños espacios
donde todas sus necesidades materiales y humanas sean cubiertas: “se trata de pasar de recorrer grandes
distancias de las periferias al centro hacia el predominio de los barrios como un espacio multifuncional”.
"Significa que cada barrio o colonia debe ser como un pequeño pueblo autosuficiente, que unos parques,
estancias infantiles, espacios de trabajo; donde estén las viviendas y talleres, y los espacios industriales sean
compatibles con el espacio urbano", describió.vi
Sin embargo, sin llegar a propuestas que quizá deban considerarse como estrategias a más largo plazo, lo
cierto es que los espacios públicos son claves en la construcción de las ciudades y de los territorios, conforman
la identidad local y por tanto son una evidente referencia espacial. Calles, veredas, plazas, parques, ramblas,
caracterizan particularmente cada ambiente urbano.
Si aceptamos lo dicho por Borja y Muxí en el sentido que “la calidad del espacio público se podrá evaluar sobre
todo por la intensidad y el tipo de relaciones sociales que facilita, por su fuerza mezcladora de grupos y
comportamientos; por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración
culturales”, y que “El espacio público define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente
y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes”,vii es claro que los usos del espacio instalados por este
“urbanismo de cuarentena” al que se refería Di Campli ponen en peligro calidades muy apreciadas que deben
ser preservadas, sobre todo en la perspectiva de que la situación de riesgo sanitario se mantenga en el tiempo.
Teniendo en cuenta que en el contexto de emergencia debido a la pandemia declarada por la OMS la medida
de distanciamiento físico sostenido se vuelve clave para controlar los contagios y que la necesidad de

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adaptarse a nuevas modalidades de uso de los espacios públicos resulta imprescindible, es importante también
incorporar elementos que eviten o minimicen las pérdidas de calidades, en el sentido expresado por Borja y
Muxí, que vendrán asociadas a un uso peculiar de lo público al que el distanciamiento obliga, como puede ser
la implementación de estrategias de comunicación -que incluyan señalética clara y sintética- y garanticen la
incorporación de hábitos para un uso de los espacios públicos adecuado a las nuevas condiciones. Para ello es
necesario que tanto a corto como a mediano plazo la dimensión urbana se plantee como lugar crítico de
intervención y análisis.
Frente a la incertidumbre generalizada cada país ha tomado estrategias distintas, de distanciamiento,
cuarentena obligatoria o sugerida, y diferentes posturas frente al uso de los espacios públicos. Tomamos
comparativamente algunos datos de movilidad tomados de Google (Google COVID-19, 2020) entre el 29 de
febrero y el 11 de abril de 2020 (Figura 3).viii
En el mismo tiempo que en países europeos como Alemania y Dinamarca, aumentó el uso de los parques y
plazas, (35 y 50% adicional) sin tener un salto en los números de casos de Covid-19 positivos, en España e
Italia, hubo un disparo de los casos de contagios, y una retracción en el uso de estos espacios debido a las
estrictas medidas de cuarentena (disminución de 85 y 83% respectivamente).
En el caso de los países latinoamericanos Brasil y Uruguay, las medidas fueron distintas entre ellos, hubo cierre
de parques y plazas, generando disminución de los usos de estos espacios del (59 y 75% respectivamente), en
el caso de Brasil hubo un aumento de casos, sin embargo, en el caso de Uruguay se mantuvo constante el
número de contagios diarios.
Entendiendo la limitación de los datos y la complejidad para realizar estas comparaciones de manera adecuada,
no se evidencia que exista una relación directa entre la propagación de casos en este período, cuando existe el
uso de los espacios públicos de manera responsable, y el aumento de casos de Covid-19 positivos. A la vez, el
no uso de los espacios públicos y el movimiento de las personas al aire libre, podría agudizar otros problemas:
obesidad, cardiopatías, falta de vitamina D, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, suicidios, violencia de
género, entre otros, actuales problemas de salud de la sociedad uruguaya. (Ministerio de Salud Pública,
Publicaciones Objetivos Sanitarios Nacionales 2020)ix. Se presenta una oportunidad para convivir en los
espacios comunes abiertos, con nuevas reglas, como un proceso variable y en constante revisión, con más
preguntas que certezas, y se plantea el desafío de ser habitantes responsables en el uso de los espacios al aire
libre, cuidándonos cada uno y al colectivo.
Se sabe que la transmisión del virus ocurre a través de gotículas generadas por pacientes infectados al respirar,
hablar, toser o estornudar, y se cree que estas gotículas “viajan” alrededor de 1 m antes de caer al suelo, y de
ahí proviene la recomendación de 2 m como distancia segura entre individuos. Las actividades al aire libre -por
tanto- permiten respetar el distanciamiento físico recomendado con mucho menos restricciones que en lugares
cerrados.x De hecho, diversas investigaciones científicas sugieren que existe una menor probabilidad de
contagios en espacios abiertos Por ejemplo, un estudio realizado en distintas ciudades de China propone que
todos los brotes analizados tuvieron origen en ambientes cerrados, aunque esta característica no ha sido

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reconocida por la comunidad y por los responsables políticos xi. Por otro lado, nuevos estudios resaltan la
importancia de eventos donde una gran cantidad de contagios ocurren simultáneamente, y todos los casos
reportados refieren a espacios cerrados xii.
Por otra parte, el acceso y disfrute de los espacios públicos es un factor fundamental para poder anticiparse a
posibles efectos negativos sobre la salud mental de la población originados por el confinamiento prolongado. Se
sabe que en el caso de ciudades que han vivido períodos de confinamiento ha tenido lugar un aumento en la
incidencia de eventos de depresión y ansiedad xiii xiv. En este sentido, las personas que no cuentan con acceso a
espacios abiertos de esparcimiento y circulación tienen mayor riesgo no solo de contagio, sino de sufrir
consecuencias psicológicas por el confinamiento. Por eso, el acceso y el uso seguro de los espacios públicos
constituye un factor promotor del bienestar social.
En la guía “Calles para una respuesta y recuperación a la Pandemia”, elaborada por National Association of City
Transportation Officials (NACTO), en mayo 2020, se plantea: “Nuestras calles son clave para nuestra salud
mental, física e inmunológica. Alrededor de todo el mundo, las calles son lugares esenciales para un respiro al
aire libre, para las personas sin patios ni balcones. Las calles son herramientas fundamentales para un enfoque
de reducción de riesgos para la salud pública. Crear espacio para que las personas hagan ejercicio y jueguen
en la proximidad a sus hogares, y proporcionar los recursos que necesitan para cumplir de manera realista
pautas de distanciamiento físico”xv.
Este momento de gran incertidumbre requiere estructurar el entorno para que pueda ser fácilmente reconocido
y decodificado en base a un proceso bidireccional entre el habitante y su ambiente. Las ciudades se presentan
como el lugar donde proponer, actuar y monitorear determinadas acciones claves para el control de los
contagios puesto que los espacios públicos se verán sobre exigidos y cargados de actividades diversas.
En un momento en el que los espacios domésticos también se redefinen, por la incidencia del teletrabajo, la
teleeducación, las reuniones con familiares y amigos a distancia y por volverse a consecuencia de ellos más
densos y quizá opresivos, los espacios públicos pueden adquirir otros significados añadidos a los que siempre
tuvieron. Teniendo en cuenta, además, la baja posibilidad de contagio en entornos abiertos o muy ventilados,
los espacios de uso público cerrado (en particular los de uso masivo, como los medios de transporte público)
aparecen como entornos de alto riesgo, mientras que los espacios abiertos se nos muestran como
razonablemente seguros toda vez que se manejen criterios para evitar aglomeraciones y otras precauciones.

Ejemplos

Diversas ciudades a lo largo y ancho del mundo han tomado medidas tendientes a resolver los problemas que
un uso nuevo del espacio público ha generado y para los cuales no estaban preparadas. “Mientras que en los
centros urbanos de América Latina y el Caribe se pueden observar significativos descensos de la congestión de
tráfico motorizado a partir del mes de marzo 2020, se hizo evidente la congestión peatonal en las aceras, lo que

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imposibilita cumplir con las recomendaciones de distanciamiento físico”, dice Tamara Egger, y agrega “en
reacción, muchas ciudades a nivel mundial tomaron medidas innovadoras para priorizar la movilidad a escala
humana, cerraron calles al tráfico motorizado, dando prioridad al peatón y ciclista. (…) ¿cómo cambiará nuestra
forma de interactuar, trabajar, estudiar y practicar el ocio?; ¿cómo recuperaremos la confianza de las personas
en la vida urbana y comunitaria?; ¿cómo reactivaremos los espacios comunes mientras se mantiene el
distanciamiento físico?; ¿cómo nos imaginamos lo público y lo común del futuro?” xvi.
Quizá, como dice Alex Dives, la pandemia pueda ser el origen de un cambio en la planificación de las ciudades,
en la medida que obliga a las administraciones locales a tomar medidas urgentes que tal vez ya fueran
necesarias antes de la emergencia sanitaria y que quizá fuera bueno que permanezcan xvii.
La naturaleza de los problemas encarados parece seguir dos vertientes:
Por un lado, se aumenta la preferencia por el uso de vehículos particulares para no tener que usar el transporte
público, que es visto como uno de los lugares con riesgo de contagio mayor, y por otro lado, fortalece para
ciertas distancias y para ciertas personas, el uso de bicicletas y monopatines. Para el primer caso, las ciudades
quizá ya estuvieran preparadas, pero seguramente no para el segundo, ya que la instrumentación de ciclovías -
pese a ser un tema recurrente desde hace años- no se ha generalizado en la mayoría de los lugares.
Por otro lado, para poder mantener las distancias físicas adecuadas según las diversas velocidades de traslado,
es necesario más espacio peatonal del existente en la mayoría de los casos. Se han ensayado diversas
maneras de aumentar este espacio peatonal, inserto en ciudades existentes y en zonas consolidadas y densas,
que es donde este tipo de operaciones es necesario.
Esto ha dado lugar a diversos tipos de acciones que se vienen aplicando o se aplicarán en breve en varias
ciudades de Europa y América. Las acciones programadas pueden catalogarse de la siguiente manera:

1. Estimular uso de bicicletas y monopatines


2. Aumentar temporalmente superficie de ciclovías
3. Relevamiento de veredas
4. Aumento de superficie de veredas
5. Cancelación de calles como espacio peatonal
6. Limpieza de transporte público
7. Ciclovías temporales en horas pico

Lo que parece claro son los intentos de algunas municipalidades en muchos lugares de recuperar el uso del
espacio público como algo seguro y amable, y escapar de la lógica represiva del “urbanismo de cuarentena”. El
el cuadro siguiente intenta ordenar los nueve tipos de acciones identificadas con los ejemplos de las ciudades
seleccionadasxviii:
(Figura 4)
(Figura 5)

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Tácticas

Muchas de las propuestas concretas incluidas en las acciones tomadas por estas ciudades toman
características propias del llamado “urbanismo táctico”. Este término acuñado por Mike Lydon para referirse
inicialmente a algunas intervenciones urbanas en Estados Unidos ha servido para caracterizar una manera de
actuar sobre el espacio público urbano que resulta particularmente adecuada en las nuevas condiciones.
Aun cuando el término tiene dificultades para aceptar una definición precisa, puede ser entendido a partir de
ciertas características comunes que presentan las intervenciones de este tipo. Javier Vergara Petrescu indica lo
siguiente: “el urbanismo táctico cuenta con ciertos patrones comunes y es reconocido por considerar los
siguientes aspectos: ser una aproximación intencionada para instigar cambio, ofrecer soluciones locales para
desafíos en la planificación local, apostar por compromisos de corto plazo y expectativas realistas, asumir
riesgos menores con posibilidad de alcanzar recompensas mayores y desarrollar el capital social de la
ciudadanía instalando capacidades en las personas para llevar adelante un tipo de vida que les dé razones para
valorar, (…)
el urbanismo táctico se puede entender como un prototipo de corto plazo que puede dotar de información a la
planificación de largo plazo; esta forma de hacer ciudad no requiere necesariamente de expertos urbanistas,
sino al contrario, se construye a partir de grupos de personas empoderadas, esto es, urbanismo ciudadano; el
desafío del urbanismo táctico está en reconocer el valor de las acciones informales en el espacio público y
encausarlo en forma de políticas públicas urbanas inclusivas de largo plazo”xix.
(Figura 6)
(Figura 7)
(Figura 8)
(Figura 8)
Acciones rápidas, innovadoras en sus tecnologías, en el uso de los recursos y en la economía, creativas en la
búsqueda de dispositivos para las singularidades de cada contexto. El urbanismo táctico materializa lo que la
imaginación colectiva propone. Un menú de diversas posibilidades (señalética, pinturas, pequeños objetos,
pequeños espacios deportivos, etc.) que una vez instaladas y monitoreadas puedan servir de insumo para la
búsqueda de financiamiento público en pos de una instalación más duradera. Intervenciones en calles, parques
de bolsillo, ferias vecinales, plazas que duran un solo día o se piensan para una temporada. He aquí el rol del
urbanismo táctico, señalando, comunicando, educando a partir de piezas claras que afianzan la legibilidad del
entorno urbano.
Las propuestas que se vienen realizando en las ciudades mencionadas parecen poner de manifiesto las
ventajas de esta forma de encarar las acciones urbanas de este tipo, sobre todo por su velocidad de

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implementación, su bajo costo, y su capacidad de constituirse en ensayos de pequeña escala que puedan dar
lugar en el futuro a intervenciones mayores.
Pero, además, pueden ofrecer otras ventajas adicionales que las hagan aun más adecuadas a la nueva
normalidad que se anuncia.
En primer lugar, pueden ser informativas. Existe una imperiosa necesidad de orientar con infografías y
señaléticas sobre cómo utilizar los espacios públicos de manera responsable, y esto es fundamental para poder
orientar a la población en general y a todos quienes interactúan en espacios públicos y colectivos, lo que
implica sistematizar recomendaciones de expertos sobre distanciamientos y recambio de aire, materiales, y
protocolos locales de usos de los espacios privados y públicos en base a literatura internacional disponible.
En segundo lugar, son catalogables. Constituyen no solo soluciones específicas a problemas concretos sino
también tipos de acciones (cierre temporario de calles, aumento de superficie peatonal, modificaciones en
veredas, etc.) que pueden ser sistematizadas para poder tomar decisiones informadas. Estas propuestas
permitirán mejorar la calidad del uso de este manteniendo distancias entre personas y equipamientos y
favoreciendo las interacciones sociales. Se seguirán las recomendaciones en base a un relevamiento de
propuestas concretas aplicadas en el ámbito urbano a nivel mundial.
En tercer lugar, pueden ser monitoreables. Las intervenciones urbanas deberían basarse en el ciclo: proponer,
actuar, monitorear, proponer. Esta metodología innovadora, plantea poder evaluar de manera multidimensional
las modificaciones urbanas, para poder ajustarlas en tiempo real, modificarlas y/o hacerlas permanentes.

Los espacios públicos de la nueva normalidad -por su condición cultural y colectiva- tendrán nuevas reglas,
nuevas para todos. Exigirán cuidar distancias y a su vez se verán extremadamente sobre exigidos. Pero es vital,
luego de los meses de confinamiento, salir a correr, caminar, mirar, tomar un rato de sol. Los espacios públicos,
aquellos que nos aproximan a los desconocidos y nos dan la libertad del anonimato, se reiniciaron.

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Imágenes

Figura 1
Rambla de Montevideo peatonalizada el 18 de mayo de 2020 y análisis de la “distancia física”.
Foto original y diagramas: elaboración de los autores.

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Figura 2
Avenida 18 de Julio de Montevideo peatonalizada el 24 de mayo de 2020 y análisis de la “distancia física”.
Foto original y diagramas: elaboración de los autores.

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Figura 3
Gráfico de cambios porcentuales de uso de los parques por país.
Community Mobility Reports - Google - COVID 19 - https://www.google.com/covid19/mobility/

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Figura 4
Tabla comparativa de acciones desarrolladas por diversas ciudades.
Elaboración de los autores

1 2 3 4 5 6 7

Barcelona

Berlín

Buenos Aires

Bogotá

Budapest

Madrid

Milán

Nueva York

Oakland

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Figura 5
Página del manual en línea de NATCO
Tomado de https://nacto.org/streets-for-pandemic-response-recovery/ el 22/06/20

14
Figura 6
Subterráneo de Buenos Aires. Distancia Social
https://nacto.org/covid19-rapid-response-tools-for-cities/

15
Figura 7
Berlín. Ciclovías temporales.
(@bikeberlin13)

16
Figura 8
Londres. Calles cerradas al tránsito vehicular.
(@Scott_C86)

17
Figura 9
Dublín. Ensanche de superficie peatonal
(@pidge)

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21
i El concepto de “distancia física” parece más adecuado que el de “distancia social” que en un principio se usó, ya que el
objetivo es evitar la transmisión del virus y no separar a las personas o impedir sus relaciones.
ii “Ensayos Urbanos para la nueva normalidad” es un trabajo en curso de la Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo de la Universidad de la República (UdelaR) de Uruguay, del cual participan también docentes de la
Facultad de Medicina, de Ingeniería y del Instituto Pasteur del Uruguay.
iii ANGELIS, Carlos de (2020): La nueva normalidad | Perfil. Disponible en línea en
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iv ANGELIS, Carlos de (2020): Op.Cit
v ITESO - La nueva ciudad post-pandemia (2020). Disponible en línea en
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vi ITESO - La nueva ciudad post-pandemia (2020). Op. Cit.
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construcción de las ciudades, 4/24/2020. Disponible en línea en https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/publico-
comun-tiempos-aislamiento-fisico-distanciamiento-social-covid19-coronavirus-placemaking-ciudades-comunes/, Última
comprobación el 17/06/2020.
xvii DAVIES, Alex (4/13/2020): The Pandemic Could Be an Opportunity to Remake Cities. En: WIRED, 4/13/2020.
Disponible en línea en https://www.wired.com/story/pandemic-opportunity-remake-cities/, Última comprobación el
17/06/2020.
xviii Los datos sobre las ciudades incluidas en el cuadro pueden verse en los siguientes enlaces:
Barcelona:https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20200425/barcelona-ampliara-aceras-y-carriles-bici-para-minimizar-los-contagios-
covid-7940149
Berlín: https://www.infobae.com/america/agencias/2020/04/22/crean-ciclovias-en-berlin-para-facilitar-distanciamiento/
Buenos Aires: https://www.buenosaires.gob.ar/laciudad/noticias/coronavirus-intervencion-de-calles-veredas-y-centros-comerciales-de-la-
ciudad
Bogotá: https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/04-2020-listos-80-kilometros-de-ciclovias-temporales-durante-la-cuarentena
Budapest: https://koronavirus.budapest.hu/en/2020/04/06/temporary-bike-lanes-will-help-traffic-during-the-pandemic/
Madrid:https://elpais.com/sociedad/2020-04-25/espana-tras-la-cuarentena-asi-sera-la-nueva-
normalidad.html#?sma=newsletter_alerta20200426
Milán:https://elpais.com/sociedad/2020-04-25/espana-tras-la-cuarentena-asi-sera-la-nueva-
normalidad.html#?sma=newsletter_alerta20200426
Nueva York:https://rpp.pe/mundo/estados-unidos/coronavirus-covid-19-nueva-york-peatonalizara-entre-65-y-160-kilometros-de-calles-
para-distancia-social-noticia-1261441
Oakland: https://www.oaklandca.gov/projects/oakland-slow-streets / https://sfist.com/2020/04/10/oakland-is-shutting-down-74-miles-
streets/

xix VERGARA PETRESCU, Javier. “¿Qué es el urbanismo táctico?”. En Urbanismo Táctico 3. Casos Latinoamericanos.
Miami: Creative Commons.

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