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HISTORIAL DE EVENTOS DESTRUCTIVOS

Durante el período 2000 a 2020, en la República de Panamá se registraron un total de 2,717 eventos de origen natural, de los
cuales el 63% corresponden a inundaciones, 23% a vendavales/ vientos fuertes y el 15% a deslizamientos (datos de
SINAPROC-2020). La mayor parte de estos eventos se concentran en las provincias de Panamá, Panamá Oeste, Chiriquí y
Coclé.

Respecto a los impactos de estos eventos, la base de datos Desinventar identifica un total de 529,733 personas afectadas,
siendo los eventos con mayores afectados, las inundaciones (463,864), los vendavales/ vientos fuertes (38,826) y las
marejadas (5,101). El 16% del total de personas afectadas (88,559) se concentraron en 5 corregimientos del país, dos de
estos, los corregimientos de Juan Díaz y Tocumen, en el Área Metropolitana de Panamá (AMP), concentran el 8% de todos los
afectados. En Panamá se ha registrado un total de 322 muertes debido a desastres naturales, siendo la principal causa de
muertes las inundaciones (138), las tormentas eléctricas (69), los deslizamientos (64), los vendavales (22) y los tornados (18).
Los corregimientos que registran el mayor número de defunciones por desastres naturales, corresponden a Pacora, distrito y
provincia de Panamá (13), El Potrero en La Pintada, Coclé (13) y Guabito en Changuinola, Bocas del Toro (10).

Las afectaciones en el sector viviendas corresponden a un total de 100,731, de las cuales la mayor parte corresponde a
inundaciones (87%), vendavales (8%), mientras que sismos, deslizamientos, lluvias, vendavales/ vientos fuertes y marejadas,
corresponden cada una a un 1% de todas las viviendas afectadas. Al igual que en el caso de los impactos en la población, las
afectaciones en viviendas se concentran en los corregimientos de Juan Díaz en la provincia de Panamá (6,723), Guabito en
Bocas del Toro (3,492) y Cativá en Colón (3,001).
Fuente: SINAPROC-2020
Las inundaciones son los eventos que mayor frecuencia e impacto tienen en Panamá. La tendencia ha sido al aumento,
pasando de 16 inundaciones en 2000 a 35 en el 2020, un promedio de 66 eventos al año. El corregimiento de Juan Díaz
(Panamá) es el registra el mayor número de inundaciones, con 56, seguido de Las Cumbres (Panamá), Pacora (Panamá).

En el año 2019, Las constantes lluvias elevaron el nivel de los ríos en varios sectores del país, principalmente en Panamá Este.

En este mismo año el río Pacora se desbordo por lo que las aguas afectaron los sectores de El Tecal, Las Mireyas y Hugo
Spadafora en Las Garzas de Pacora.

Según los registros del Sistema Nacional de Protección Civil, alrededor de unas 100 viviendas fueron dañadas por las
inundaciones en el 2009.

AMENAZAS

Según estudios de la Universidad de Panamá, el país se puede dividir en cuatro regiones o zonas de amenazas según la
presencia e intensidad de sismos, vientos huracanados, inundaciones y deslizamientos. Estas regiones son: región de Azuero
(sequías, inundaciones, sismos y vientos huracanados); región Occidental (inundaciones, sismos y vientos huracanados);
Región Metropolitana (inundaciones, vientos huracanados y sismos); y Región Oriental (sismos e inundaciones). De acuerdo al
estudio de Hotspots del Banco Mundial, en función de su superficie, Panamá ocupa el puesto 14 entre los países con mayor
exposición a amenazas naturales múltiples, con 15% de su área y 12.5% de su población total, expuesta a dos o más
amenazas. El mismo estudio señala que este país se ubica en el puesto 35 entre los que tienen “riesgo relativamente alto de
mortalidad a amenazas múltiples” sobre su población. El territorio panameño se ve afectado por amenazas naturales, socio-
naturales y antrópicas. Entre ellas, las de naturaleza hidrometeorológica y geológica son las más relevantes en relación con el
número y tipo de eventos que se reportan anualmente en el país. Como se observa en el gráfico adjunto, las inundaciones,
deslizamientos y vendavales son las amenazas naturales más frecuentes. A ellas se unen los “ahogamientos”, que pueden
estar asociados con los mismos eventos de inundación y los incendios estructurales, exclusivamente antrópicos, cuyo riesgo
tiende a incrementar conforme mayor es la concentración de personas en áreas urbanas, especialmente si las condiciones de
la vivienda y la provisión de servicios es inadecuada. En este sentido, inundaciones, deslizamientos y vendavales agrupan el
50% de todos los eventos reportados en Desinventar –Panamá, entre 2000 A 2020.

Revisión geográfica de la vulnerabilidad, amenazas y riesgos naturales.


Las estadísticas muestran que la ocurrencia de desastres naturales en países en vías de desarrollo ha aumentado
significativamente en los últimos años. El peligro permanece latente, ya que las condiciones de vulnerabilidad de la población y
sus asentamientos se están agravando, y no es mucho lo que se puede hacer frente a los fenómenos naturales. Sin embargo,
gestionando mejor los planes de prevención, control y contingencia, y con mejor educación ambiental, se puede lograr
disminuir las consecuencias de los desastres, tales como pérdidas de vidas humanas, riesgo de enfermedades
infectocontagiosas, la desaparición del medio de vida de las personas afectadas, y la inversión económica requerida para
reparar los daños ocasionados, entre otras.
Cada año, en la estación lluviosa, se incrementan los riesgos de inundaciones y deslizamientos peligrosos, los cuales son los
dos tipos de desastre natural que más ocurren en Panamá. Estos, además de cobrar vidas humanas, provocan daños a la
agricultura, infraestructura vial, comunidades, viviendas, etc.
Las causas de las inundaciones se relacionan con el incremento de las aguas que se escurren sobre la superficie, debido a la
pérdida de capacidad de infiltración de agua y a la obstaculización del flujo en los cursos de agua en las cuencas hidrográficas.
Este fenómeno podría considerarse como natural si el volumen de agua precipitada rebasara las capacidades de una cuenca
poco intervenida. No obstante, suele originarse por actividades del ser humano, cuya necesidad de hacerse de medios de
subsistencia lleva a poblaciones a localizarse en áreas aluviales propensas a inundaciones.
Asimismo, los deslizamientos son provocados por la combinación de varios factores, como son: pendientes abruptas,
condiciones del agua subterránea, suelos o rocas con baja resistencia, mal uso del suelo, deforestación, erosión, sismos, y
largos periodos de lluvias intensas. Por ende, se debe evitar las construcciones en terrenos propensos a este tipo de evento.
Para poder actuar sobre esta situación, es preciso comprender que la mayor parte de los procesos de urbanización y
construcción en nuestro país se dan al margen de normas oficiales. El indicador ocurrencia de inundaciones y deslizamientos
permitirá a la población tomar conciencia frente a los desastres, reconocer su situación de vulnerabilidad, y buscar los
conocimientos necesarios para alcanzar condiciones de seguridad y reducir sus consecuencias destructivas.
Si bien las estadísticas y las bases de datos sobre ocurrencia de desastres muestran a la República de Panamá como un país
con una ocurrencia y un nivel de impactos de desastres relativamente menores en comparación con el resto de Centroamérica;
el país no está exento de ellos y el ritmo acelerado de desarrollo e intervención sobre el territorio que viene evidenciando
Panamá, tiende a aumentar la exposición física y vulnerabilidad de las comunidades al impacto de amenazas naturales y
tecnológicas asociadas.
De acuerdo a su posición geográfica y sus características geo-tectónicas el país está expuesto a una variedad de amenazas
hidrometeorológicas y geofísicas. De acuerdo a su extensión territorial, Panamá se ubica en la posición 14 entre los países con
mayor exposición a múltiples amenazas. Según el estudio del Hotspot del Banco Mundial, el país tiene un 15% de su área total
expuesta y un 12.5% del total de su población es vulnerable a dos o más amenazas. El mismo estudio ubica a Panamá entre
los35 países con el mayor porcentaje de su población con un riesgo de mortalidad a múltiples amenazas “relativamente alto”.
Según estudios de la Universidad de Panamá 1, el país se puede dividir en cuatro regiones o zonas de
amenazas según la presencia e intensidad de sismos, vientos huracanados, inundaciones y deslizamientos. Estas regiones
son: región de Azuero (sequías, inundaciones, sismos y vientos huracanados); región Occidental (inundaciones, sismos y
vientos huracanados); Región Metropolitana (inundaciones, vientos huracanados y sismos); y Región Oriental (sismos e
inundaciones). Panamá está caracterizado por precipitaciones intensas y de larga duración, tormentas, fuertes
descargas eléctricas, inundaciones, incendios de masas vegetales, trombas marinas, terremotos, tsunamis y episodios ENSO/
El Niño-La Niña y derrames de sustancias peligrosas. Por otro lado, modelos Globales de Cambio Climático indican que
Panamá estará sujeto a cambios climáticos severos, tales como incremento de la temperatura, sequías, precipitaciones más
intensas, tormentas más frecuentes, y elevación del nivel medio del mar. El país forma parte del bloque o Microplaca Panamá,
que es un área sísmica activa, y las fallas geológicas más importantes son la de Tonosí, Zona de Fractura de Panamá, Falla de
Gatún y el ‘cinturón deformado del norte de Panamá’. Por tanto pueden ocurrir terremotos, como: el de la provincia de Los
Santos (1913), Bocas del Toro (1916), Veraguas (1941), Panamá (1971), Darién (1974) y el más grave ocurrido en Bocas del
Toro en 1991, que dejó un saldo de 23 muertos, 337 heridos y 720 casas destruidas. Más reciente, se han producido
fenómenos como los movimientos sísmicos en Chiriquí (2001), Colón (2003) y las trombas marinas en la Bahía de Panamá
(2002).
Con una población de aproximadamente 36.8% en condición de pobreza, incluyendo la pobreza urbana, existen
concentraciones poblacionales en áreas altamente vulnerables. Estas zonas se asocian a patrones de desarrollo urbano
espontáneo, que no contemplan las normas de construcción y con un impacto muchas veces negativo sobre el ambiente
(acumulación de residuos en fuentes de agua y basureros informales).

EVENTOS DE MAYOR FRECUENCIA


La Base de Datos Desinventar lleva sus registros de acuerdo a tipos de eventos, por lo cual debemos realizar una distribución
de los eventos de mayor frecuencia que ocurren en Panamá. Dado esto, seleccionamos los siguientes eventos: Inundación,
Deslizamiento, Vendaval, Marejada, Incendio (Estructural), e Incendio Forestal.
Inundación: Desbordamiento o subida de aguas, de forma rápida o lenta sobre pequeñas áreas o vastas regiones que supera
la sección del cauce de los ríos. Inundaciones por mareas en zonas litorales se reportarán bajo el término “marejada”. El
Proyecto limita con la quebrada Las Monjas que hasta ahora no ha causado inundaciones en el sector, y se mantiene seca en
temporadas de verano.
Deslizamiento: Todo movimiento de masa diferente a erosión superficial en una ladera. Incluye términos como derrumbe o
asentamiento, corrimiento, movimiento de masa, reptación, desplazamiento, hundimiento, colapso de cavernas o minas, caída
de rocas, desprendimiento (lento o rápido) sobre vertientes o laderas, de masas de suelo o de rocas. Incluye los reportes de
“falla” en cortes o taludes de laderas, vías, canales, excavaciones, etc.
Vendaval: Toda perturbación atmosférica que genera vientos fuertes y destructivos, principalmente sin lluvia o con poca lluvia:
sinónimo de temporal, “vientos huracanados”, torbellinos borrasca, ciclón, viento fuerte, ventisca, tromba, ráfaga, racha,
tornado.
Incendio (Estructural): Incendios urbanos, industriales o rurales, pero diferentes a incendios forestales.
Incendio Forestal: Incendio Forestal. Incluye todos los incendios en campo abierto en áreas rurales, sobre bosques nativos,
bosques cultivados, praderas, etc.
Tipos de vulnerabilidad
Existen múltiples tipos de vulnerabilidades. De estas, unas están más ligadas a las condiciones socioambientales del
corregimiento. En el cuadro podemos diferenciar las siguientes:
Física
Se basa en el número de fenómenos naturales de tipo geofísico, hidrometeorológico y geodinámico que han ocurrido en un
municipio en un período de tiempo determinado
Social
Enfoca los aspectos de densidad de población, servicios en la vivienda, salud, educación, e inversión del gobierno central
Económica
Agrupa los siguientes factores: composición por sectores de la producción, precios de los principales productos, localización
geográfica de los sectores productivos y distribución de ingresos por sector productivo
Ambiental
Enfoca las zonas de vida (escala de Holdridge), capacidad de uso del suelo y cobertura forestal Institucional Se asocia a las
instituciones de protección civil y cuerpos de socorro
Cambio climático
REPÚBLICA DE PANAMÁ SEGURIDAD NACIONAL Y CAMBIO CLIMÁTICO El cambio climático es una de las principales
amenazas que afronta la humanidad en la actualidad, resultado de impactos derivados de la modificación del sistema climático.
Esta situación tendrá un impacto directo en la seguridad de la ciudadanía panameña a través de eventos de origen
hidroclimático como lo son tormentas más severas, la presencia de frentes fríos y períodos de temporada seca más extensos y
calientes; lo que se traduce, a su vez, en la posible pérdida en infraestructuras, producción de materia prima y salud, que luego
se convierten en pérdidas económicas a los particulares y en una mayor inversión por parte del Gobierno para atender estos
eventos. Por consiguiente, el Gobierno de Panamá está convencido de que el calentamiento global debe verse como una
amenaza económica y de seguridad que nos afectará, en mayor o menor grado, dependiendo del grado de formación que con
que se cuente. De allí que se han identificado actividades claves para iniciar un proceso de preparación ante eventos
climáticos, mismos que ya se empiezan a sentir en el país. En esta línea de ideas, es preciso resaltar que el Gobierno de
Panamá se ha enfocado en las siguientes acciones: • Fortalecer la legislación pública ambiental y contar con una Política
Nacional de Cambio Climático. o La República de Panamá ha venido realizando una serie de adecuaciones a la legislación
ambiental para hacer frente a los nuevos retos ambientales y, en ese sentido, ha desarrollado la Política de Cambio Climático
que, en conjunto con la Política de Biodiversidad y la Política de Gestión de Recursos Hídricos, busca fortalecer al país en
materia de adaptación y mitigación del cambio climático. De igual forma, el Gobierno de Panamá inició una valoración de las
implicaciones que trae inmerso el cambio climático y las medidas de respuesta al cambio climático en la seguridad financiera
del país, con especial énfasis en las medidas de mitigación de sus efectos. • Reducir la vulnerabilidad de las y los panameños
al cambio climático. o Panamá ha iniciado, en la medida de sus posibilidades, la implementación de proyectos enfocados a
conocer la vulnerabilidad de sectores claves del país como lo es el sector recursos hídricos, la agricultura y la salud; al tiempo
en que considera a las cuencas como unidad de exposición y al ordenamiento territorial como una clave estrategia de
adaptación al cambio climático. Por otro lado, existen diversas iniciativas enfocadas a la promoción de las energías renovables
y la eficiencia energética, con el objetivo de que la población tenga un conocimiento de cómo contribuir a reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero. • Mejorar la articulación entre las instituciones de gobierno y actores de la sociedad civil en sus
estrategias para enfrentar el cambio climático, aunque fortaleciendo el enfoque transversal. o La Política Nacional de Cambio
Climático establece específicamente acciones claras y concretas, orientadas a promover una transversalidad del tema de
cambio climático de manera que interactúen la parte interinstitucional con la sociedad civil. En este sentido, el País ha
avanzado hacia la creación y puesta en marcha de un Comité Nacional de Cambio Climático, que comprende representantes
de todas las oficinas gubernamentales relacionadas con esta temática, así como instituciones educativas, de investigación
científica, y miembros de la sociedad civil. Sin embargo, el País también reconoce que ello no es suficiente y se requiere seguir
creando espacios de intercambios, a fin de llegar a la mayor cantidad de actores sociales posibles. • Reforzar el papel de
Panamá como actor proactivo ante la comunidad internacional en materia de cambio climático. o La República de Pana ha
venido jugando un rol protagónico en el proceso internacional de negociaciones ante el futuro régimen climático con especial
énfasis en el tema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD), y una participación proactiva en
iniciativas regionales como la Estrategia Regional de Cambio Climático en el marco de la Comisión Centroamericana de
Ambiente y Desarrollo (CCAD). Del mismo modo, estamos iniciando la ejecución de nuevas estrategias y acciones
encaminadas a resolver temas de prioridad nacional como son las emisiones internacionales en el sector marítimo, que está
tomando fuerte interés en el ámbito mundial. Se reconoce, en este sentido, la necesidad de ir formando profesionales en
materia de negociación internacional para poder garantizar la participación en este amplio y complejo proceso de futuros
compromisos ante el cambio climático. En este orden de ideas, el Gobierno de Panamá está consciente que, ante el reto del
establecimiento de un nuevo régimen climático para finales de este año, se necesita indudablemente de la colaboración y el
compromiso de cada uno de los países. Sin embargo, como país en desarrollo, nuestra posición ante este tema es muy clara:
se hace necesario el flujo de recursos financieros y tecnológicos por parte de los países más ricos del mundo para que
podamos hacer frente a las necesidades de adaptación al cambio climático y a un acceso menos limitado a las tecnologías de
mitigación para que, bajo el “Principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas”, podamos contribuir en las
reducciones de gases de efecto invernadero.
El cambio climático, la contaminación son atribuibles directamente a las actividades que desarrolla el humano. Los cambios
demográficos, el incremento en la demanda de recursos naturales y el incremento en el consumo de energía proveniente de
fuentes fósiles (quema de combustibles fósiles y biomásicos), modelo de desarrollo depredador, injusto y contaminante del
ambiente insostenible, deforestación, cambio de Uso de la Tierra (agricultura, ganadería) son las causas de estás
problemáticas, trayendo como consecuencias algunos impactos que ya son palpables como: inseguridad alimentaria, escasez
de agua, contaminación del aire, problemas de higiene, proliferación de criaderos, contaminación del agua, inundaciones,
derrumbes.
La provincia de Coclé es parte del llamado Arco Seco cuya característica principal es la baja precipitación pluvial en algunas de
sus zonas geográficas dedicadas a la producción de granos básicos y ganadería, veranos de más de tres meses con alta
incidencia de los rayos solares los cuales caen de una manera perpendicular de forma casi directa sobre la tierra. Lluvias con
una alta variabilidad los cuales se observa en los cambios en la frecuencia y temperaturas muy cambiantes.
Los efectos más evidentes del Cambio Climático se vienen observando en sobre el recurso agua. Las zonas con mayor
densidad poblacional y actividad agropecuaria se abastecen de cuatro (4) cuencas: las de Río Grande, Río Santa María, Río
Coclé del Norte, y Cuenca del Río Antón-Caimito. El pujante desarrollo Turístico de la Provincia también depende de ellas. La
Sub-Cuenca del Río Zaratí, la de los Ríos Coclé del Sur, la del Río Farallón y la del Río Chico sirve de fuente para las
potabilizadoras de La Pintada, Río Hato y Hoteles, Natá y Aguadulce respectivamente. Los Cerros Guacamaya, Cucuasal,
Cerro Moreno y Cerro Cariguana constituyen zonas productoras de agua. La del Cerro Guacamaya abastece a mas de 15 mil
personas. Los fenómenos del niño y la niña, cuando aparecen, constituyen factores que agravan los efectos sistémicos del
cambio climático. Estos fenómenos generan efectos perjudiciales como inundaciones, escasez de agua y amenaza a la
seguridad alimentaria en los zonas bajas y el área de Panamá Oeste.
Durante el fenómeno del Niño (2006-2007) se reportaron problemas de inundaciones en parcelas de arroz (Veraguas, Coclé,
Colón y Panamá), las pérdidas se estimaron en B/.1.2 millones, aproximadamente. Periodos de sequía (Herrera, Los Santos,
Coclé, Chepo), en Tonosí, se reportaron pérdidas en arroz de 4,900 hectáreas, aunado a la alta incidencia de las plagas.
Durante el fenómeno de la Niña (2003) se reportaron en zonas como Panamá y Coclé la incidencia de ácaros, hongos y
bacterias que provocaron manchado del grano de arroz. Durante la estación lluviosa, parcelas de arroz afectado en Antón, en
El Roble, en Natá (240 has inundadas, 50% en máx. Macollamiento y 50 % en floración).

IDENTIFICACIÓN DE IMPACTOS AMBIENTALES Y SOCIALES ESPECÍFICOS.

Al considerar un proyecto, se debe tener en cuenta los efectos que puede tener éste sobre el medio ambiente. Todas las
acciones o actividades efectuadas producen una alteración favorable o desfavorable en el medio o alguno de sus
componentes. La identificación de los impactos ambientales tiene el propósito de proteger el medio y la salud pública utilizando
las últimas tecnologías constructivas. Además, como ya se ha citado, es necesario que el sector servicios sea el prioritario en
la actividad económica.
Distrito de La Chorrera

Inundaciones: Según el Director regional del SINAPROC y el Atlas de MIAMBIENTE en Panamá Oeste, en los distritos de La
Chorrera es donde el riesgo de inundaciones existe moderadamente, a pesar de lo cual constantemente se registran fuertes vientos
y embarcaciones extraviadas.
En el año 2018, aproximadamente 38 viviendas han resultado afectadas por inundaciones en la Chorrera, en base a
información del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).
Estas viviendas fueron afectadas por el desbordamiento de río El Progreso, el cual ha salido de su cauce.
Entre las áreas afectadas por inundaciones en La Chorrera están: Barriada
Industrial, El Progreso y Nicolás Solano.
En la Barriada La Industrial, se presentó el colapso de muro de contención
producto de la crecida del río Martín Sánchez.
En noviembre del 2019, tras las intensas lluvias registradas, el Sistema
Nacional de Protección Civil (Sinaproc), reportó el desbordamiento de ríos y
quebradas en los distritos de La Chorrera y Arraiján.
En el distrito de La Chorrera se reportaron inundaciones en los sectores de Trapichito, Loma Mastranto Final, en donde ocho
viviendas quedaron anegadas.

Estas viviendas están ubicadas en una zona que ha sido clasificada como inundables por el Sinaproc y en donde años atrás se
ordenó la reubicación de un grupo de familias.

Los afectados forman parte del grupo de familias que en el 2012 perdieron sus enseres a consecuencia del desbordamiento del
río Caimito y a los cuales se les prometió reubicar en una de las 250 casas que construiría el Ministerio de Vivienda y
Ordenamiento Territorial (Miviot) en Loma de Mastranto.

Fuente: Sinaproc, Memoria 2019

Sismos: No se han registrado hasta la fecha fuertes sismos en esta área, por la cual no han causados pérdidas materiales y
humanas dentro del distrito y del corregimiento de Herrera en La Chorrera.

Vientos Huracanados: Esta región, puede presentar vientos entre 34 y 36 millas por hora, este tipo de amenazas se podría
clasificar como depresiones tropicales, los cuales no dejan de representar un peligro para los habitantes de la región, pero hasta el
momento estos fuertes vientos no han llevado a un desastre de alto riesgo al sector de estudio.

Deslizamientos: La amenaza de deslizamiento esta ligada al fenómeno de la lluvia e inundaciones, como no se han registrado
inundaciones por fuertes lluvias dentro del área de estudio (Herrera), no ha ocurrido deslizamientos que han ocasionado perdidas
en el área.
Con estas jornadas de limpieza, se logra así, mitigar las inundaciones y así se identifica varios lugares de inundaciones.

La última información de El Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) informa que Colón, Panamá Oeste y Bocas del
Toro fueron las provincias con mayores afectaciones producto de las lluvias .

En estas provincias se reportaron viviendas afectadas por desprendimientos de techos, caídas de árboles, deslizamientos de
tierra e inundaciones, según indica el Centro de Operaciones de Emergencias Nacional (COEN).

El informe del COEN da cuenta de:

 30 viviendas afectadas por inundación en Panamá Oeste


 20 viviendas afectadas por desprendimiento de techo en Panamá Oeste
 22 viviendas afectadas por caída de árbol en Panamá Oeste
 Deslizamiento de tierra Panamá Oeste

En Panamá Oeste las lluvias dejaron inundaciones en los sectores de La Chorrera, Barrio Colón, El Harino y Barrio Balboa.

Las caídas de árboles sobre viviendas se registraron, en su gran mayoría en la provincia de Panamá Oeste en La Chorrera,
Puerto Caimito, El Progreso, El Coco, Bello Horizonte, barriada Puerto Viejo, La Pesa.

Igualmente, los desprendimientos de techo se verificaron en la provincia de Colón y Panamá Oeste.


Con el registro de un desplome estructural de un viejo caserón en calle 5, entre las avenidas Central y Meléndez, ocho familias
quedaron damnificadas en la provincia de Colón.

En la provincia de Chiriquí, se entregó ayuda humanitaria en Bugaba tras el desbordamiento de la Quebrada Grande, en el
corregimiento de San Isidro. En esta comunidad once casas tuvieron afectaciones, de esas, tres perdieron todos sus enseres.

Desde la bodega del SINAPROC se despacharon colchones, “kits” de limpieza y artículos de aseo personal para las familias
afectadas en Colón, Panamá Oeste y ciudad de Panamá.

Condiciones del Clima

El Sinaproc advierte que mantiene un aviso de vigilancia hasta el 24 de junio por lluvias significativas, acompañado de actividad
eléctrica y fuertes vientos, en todo el territorio nacional. Adicional, habrá mareas máximas en las costas del Pacífico hasta el 29
de julio de 2022.

En conclusión, el distrito de La Chorrera y el corregimiento de Herrera no cuenta con un historial destructivo por amenazas
naturales tan fuertes, solo por la inundaciones ocurridas, sin embargo aquellas comunidades que viven cerca de áreas
hídricas, deben de realizar conjuntamente con las entidades correspondientes: limpiezas de canales pluviales, zanjas, áreas
de quebradas y ríos.

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