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A finales del año 2016, Lilian Doris, había salido de una operación dónde le
habían extirpado la vesícula, debido a esa intervención quirúrgica ella debía
guardar el más estricto reposo. Esto se iba a ver complicado ya que, el inicio de
sus clases en la Universidad Nacional de Trujillo, donde por esa época
estudiaba la carrera de Contabilidad y Finanzas, estaba cerca. Pero al llegar
los primeros meses del 2017, el país vivió unas lluvias de moderada a fuerte
intensidad, lo que también se pudo vivir en la ciudad de Trujillo. Para Lilian,
quien vive en el cuarto piso de la avenida Juan Pablo II, un 15 de marzo del
2017, no fue tan solo un día más de lluvias, aquel día, Trujillo vivió el primero
de los siete huaicos que azotaron a la ciudad, al escuchar ruidos, Lilian se
acercó a su ventana y es ahí dónde con horror ve que, toda la carretera estaba
llena de objetos que eran arrastrados por una mezcla de agua y tierra, como
piedras, plantas y de más objetos, incluso carros varados en medio de la pista
ya que era imposible moverlos de ahí, debido al huaico.
En las calles se veía una escena triste, desolada, las personas solo se
asomaban desde sus ventanas, aquellas a las que el huaico no había invadido
su casa, para contemplar el desastre natural que había pasado justo frente a
ellos.
Uno de los fenómenos del niño que más consecuencias desastrosas tuvo para
nuestro país, fue el que se vivió en 1997, sobre todo en los departamentos de
Tumbes y Piura, ya que a consecuencia de las torrenciales lluvias hubo
colapso de los sistemas de agua y alcantarillado, incremento del consumo de
agua no potable y deterioro de los sistemas de conservación de alimentos.
En los años 1982 y 1983, las lluvias torrenciales que generan desbordes e
inundaciones, sobre todo en las regiones de la costa norte y central,
provocaron la destrucción de la infraestructura productiva como canales de
irrigación, bocatomas, compuertas, etc., también en la infraestructura
educativa, de salud y de saneamiento básico; y la destrucción de vías de
comunicación como carreteras y puentes colapsados. En el aspecto sanitario,
El Niño provocó incremento de enfermedades como cólera, malaria, dengue,
infecciones estomacales, conjuntivitis, entre otras. Informó la Agencia Andina
de Noticias.
Es por eso que el gobierno regional de la libertad tiene que gestionar las obras
preventivas para que el fenómeno del niño no afecte a la región, así mismo, la
población en general tiene que prepararse para reaccionar ante un eventual
niño costero.
Acciones del Centro de Operaciones de Emergencias
Provinciales de Trujillo (COEP)
Las consecuencias que dejará el Fenómeno del Niño no son nuevas, pero las
autoridades vienen trabajando en conjunto con diversas instituciones para que
el impacto sea mínimo. Para evitar situaciones como la vividas por Lilian Doris
y seguramente muchas personas, hay que realizar estas acciones porque tanto
ella como otros estudiantes que se esfuerzan y se esmeran por llegar a finalizar
su carrera, pueden terminar resultando afectados porque las medidas e
implementaciones no se han realizado y son una amenaza para los futuros
profesionales que el país necesita, ahora mismo las entidades tienen una gran
responsabilidad entre sus manos y deberán esforzarse para que todos
prosperen y sigan hacía adelante
Reconocer los peligros a los que estamos expuestos y tener un plan familiar
para que el impacto sea menor y organizarnos para evitar mayores
consecuencias, y así poder responder de manera oportuna, también se debe
verificar las viviendas, para evitar filtraciones de agua. Nos dice el también
miembro del cuerpo de Bomberos de Trujillo, Ingeniero Wilfredo Agustín Díaz.