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Sus padres fuero Manuel López Vilela y Manuela Albújar y Bravo. Estudió en el Colegio
Nacional Nuestra Sra. de Guadalupe y se recibió de abogado en la Universidad de San Marcos,
se desempeñó como juez.
Desde joven pudo alternar su afición por el periodismo, la literatura y su condición de hombre
de leyes.
Escribe en el periódico "La Tunda", donde escribe artículos contra el presidente de ese
entonces, el general Avel Avelino Cáceres, por lo que sufre prisión. Posteriormente realiza una
campaña periodística en Piura en "El Amigo del Pueblo”
En 1966 falleció en la ciudad de Lima. Fue miembro del Ateneo de Lima, club Unión de Lima y
Tacna; presidente del club Grau de Piura y miembro correspondiente de la Sociedad
Geográfica de Lima. Ha dejado varios estudios como “Los caballeros del delito”, que lo
configuran como uno de los representantes de la Sociología Jurídica en el Perú.
NARRATIVA
- Cuentos andinos (1920)
- De mi casona (1924), memorias
- Matalaché (1928) novela ambientada en la época colonial.
- Nuevos cuentos andinos (1937)
- El hechizo de Tomayquichua (1943), novela.
- Las caridades de la señora Tordoya (1955), cuentos realistas de temática urbana. Premio
Nacional de Narrativa 1950.
Otra recopilación de cuentos fue editada por José Jiménez Borja con el título de La diestra de
don Juan (1973).
3-. Editorial y Año de Obra
La historia de la literatura peruana del siglo XX está hecha con nombres de intelectuales que
provienen de diversas canteras. Una de estas es el derecho. Enrique López Albújar fue un
juez cuya actividad intelectual no se restringió solo al mundo de las leyes que organizan y
regulan la interacción de los hombres en sociedad, también creó mundos literarios donde se
ponen en escena, a través de la vida y del drama de múltiples personajes, el germen de la
actitud delictiva y los problemas de la administración de justicia. Por el modo en que fueron
representados los personajes indígenas en su narrativa, los especialistas señalaron que se
trataba de una percepción «criminalizante» del indio. Acaso no podía ser de otra manera, ya
que su propuesta narrativa no buscaba otro motivo literario que no fuera el presentar
historias en las cuales los personajes se resisten y transgreden la ley. Con la publicación de
la obra completa de Enrique López Albújar, el Poder Judicial no solo rinde homenaje a un
ejemplar hombre de leyes y notable literato, sino que a través de su mirada judicial y literaria
invita a reflexionar sobre los problemas históricos que aquejan a nuestra sociedad. Leerlo
será asumir el reto de pensar el Perú como problema y posibilidad (Duberlí Rodríguez
Tineo).
LA TINA
Este era un caserón al cual la industria había tomado para fabricar jabones y
curtir pieles como para la venta de cuero, se dice que era un exilio porque para
trabajar ahí se tenía que alejar de la cuidad, donde el trato feudal era más
acentuado donde el obrero era explotado, del que solo se sentía libre fuera de
estos lugares que abundaban en Piura.
Una noche casi de improviso llego una persona con una noticia acerca de sus
familiares limeños donde le informaban sobre la próxima llegada de su hija
llamada María Luz, la cual llegaba con una caravana bulliciosa como la de una
procesión, no había pasado mucho rato cuando llego María Luz a la hacienda
portando una carta, que su cuñada le escribiera, comunicándole que debido a
la presencia de piratas en el Callao y la causa independista, hacían de Lima
una ciudad caótica por la cual vieron conveniente enviarlo más lejos de la
ciudad.
Don Juan no quería que su hija se quedara en la hacienda, pero tuvo que
hacerla porque el lugar a donde este quería llevarlo se encontraba un poco
destartalada. Solo días antes a la llegada de María Luz, Rita había sido
mandada al yogamiento con todas las recomendaciones y formalidades del
caso. Pero debido a la llegada de la hija del patrón este prohibió los
apareamientos dentro de la casa.
Al día siguiente de lo ocurrido entre Rita y José Manuel, don Juan al cruzar el
patio de la fábrica, notaba que los esclavos olvidados por un momento del
respeto que le debían a su amo, parecían decirle solo con la mirada:
Pero con la llegada de su hija todo cambio, sus sentimientos paternales. De ahí
en adelante solo tuvo dos pensamientos el de su hija y el trabajo. Su vida
giraba en torno a estos dos ideales, que le trasmitía la belleza de su hija.
CAPÍTULO IV
EL SOL PIURANO
La tranquilidad del sol piurano no era más que un asolador para todos, este se
elevaba en la mañana como un himno triunfal, al medio día cae como plomo
sobre los seres y se prende de ellos como en un abrazo lujuriante y enervador,
y en las tardes, se retira con la pompa y la majestad de un Rey, bajo un palio
de celajes esplendentes, dejando tras de sí, mucho después de haberse
ocultado un halón de polvo de oro