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ANÁLISIS DE LA OBRA LITERARIA

“MATALACHÉ”
ENRIQUE LÓPEZ ALBÚJAR ((1872-1965)

Artículo I. ANÁLISIS EXTERNA.

Sección I.1 BIOGRAFÍA DEL AUTOR.

Nació en Chiclayo en 1872, pero se consideró piurano por


haber pasado sus años infantiles en las ciudades de Piura
y Morropón. Estudió Jurisprudencia en San Marcos en
donde apuró una juventud aventurera y tumultuosa, pues
se hizo eco de la prédica gonzalezpradina. Vivió su
infancia en las ciudades de Piura, considerándose, por
ello, él mismo, piurano. Una educación fraccionada en
diversos centros y entre la casa de los abuelos que él
pinta en De mi casona y la de sus padres, hacen de ella lo
que llamará "Mi odisea escolar". Concluyó en Lima, sus
estudios, en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, imbuido del espíritu radical de su época y
alimentada su posición rebelde por un temperamento
altivo e inquieto, escribió valientemente en verso y en
prosa contra el militarismo imperante en los años
anteriores a la revolución democrática de Piérola; y sufrió
prisiones políticas que marcaron su personalidad desde su
juventud.
No puede negarse la fuerte influencia González-pradista
que se aprecia en el joven radical y escritor realista.
López Albújar se gradúa en Derecho con la tesis: "¿Debe o
no reformarse el artículo 4° de la Constitución?". Mientras
tanto, en la vida literaria había editado ya su libro de
“Poemas Miniaturas”, en 1895.
A partir del 900, López Albújar, realizó una proficua tarea
periodística en Piura, donde en “El Amigo del Pueblo” va a
despertar, con campañas audaces, la atención del público.
Y es en Piura, donde define su tendencia a la narración.
Los cuentos agrupados en la Colección titulada "La Mujer
de Diógenes" van marcando el paso del naturalismo puro
hacía una mayor estilización con recursos del lenguaje
modernista. Continúa ese camino narrativo con "Cuentos
de arena y sol", que ostentan ya carácter regional dentro
de un neo costumbrismo que adelantó algunos de los
temas de su futura acción de creador intensamente
peruano. López Albújar, fue temporalmente Juez de
Primera Instancia en Piura; Juez, en propiedad en Tumbes,
y luego en Huánuco. Suspendido en su cargo de Juez por
cierta sentencia en juicio se retira a la finca de un amigo
donde escribió sus “Cuentos Andinos” que señalan el cenit
de su carrera de escritor, al ser editados en 1920.
Publica en 1924 “De mi casona”. De su permanencia en
Huanuco, es también la novela “El hechizo de
Tomayquichua”, que editará mucho tiempo después.
Estando de Juez en Piura escribió la novela “Matalaché”,
que es otro de los grandes impactos en la narrativa
peruana.
Fue elevado en su carrera de Magistrado a Vocal en la
corte de Lambayeque y luego en la Corte Superior de
Tacna. En 1962 recibió en Lima, extraordinarios
homenajes al cumplir los 90 años de edad. Murió en 1966.

Sección I.2 OBRAS DEL AUTOR.

Indigenista
«Cuentos Andinos"
«Nuevos Cuentos Andinos»
«Las Tres Jircas»
«Ushanan - Jampi"
«Huayna Pishtanag»
«El Hombre de la Bandera»
«La Soberbia del Piojo»
«Cómo habla la coca»
«El Campeón de la Muerte»

Modernista - Naturalista
Relatos: «La Mujer Diógenes»
«Cuentos de Arena y Sol»
«Las Caridades de la Señora Tordoya»

Regionalista
Novelas:
«El Hechizo de Tomayqui-chua»
«Matalaché» (novela «reta-guardista»)

Poesías
“Miniaturas”
“De la Tierra Brava”
“Lámpara votiva”

Otros
Los caballeros del delito (estampas de bandoleros)
“De mi casona” (Memorias, recordando su mundo familiar
en Piura)

Sección I.3 INFLUENCIAS QUE RECIBE EL


AUTOR.

Dentro del corte de Maupassant es que López Albújar,


inicia su carrera de narrador con cuentos donde el
cientificismo, muy fin de siglo, se expresa modificado por
el modernismo que va colándose en él con la fantasía del
escritor norteamericano Edgard Allan Poe, que influía ya
entonces activamente en otros escritores como Clemente
Palma. Destaca en ese cuadro de ejercicios narrativos, por
caracteres precursores de lo que habrá de ser el cuento a
lo López Albújar: "Fuera de Combate", porque muestra en
los estertores de una brutal agonía, como dice Raúl
Estuardo Cornejo, toda la "garra", toda la substanciosa
prosa del que habrá de ser el autor de “Cuentos Andinos”.
Gracias a la perseverante acción de Raúl Estuardo
Cornejo, López Albújar publicó parte de sus Memorias.
Ciro Alegría dijo unas palabras en el prólogo de esas
Memorias que vale la pena repetirlas aquí: "Los
muchachos de mi generación imbuidos de la nuevas ideas
políticas, que eran signo de los tiempos y que
comenzábamos a escribir influenciados por las mismas,
vimos en López Albújar a un escritor que, no haciendo
literatura proletaria según las normas de los más
ortodoxos, si era una vigorosa expresión del pueblo.

Sección I.4 TRASCENDENCIA DEL AUTOR.

EL INICIO DEL INDIGENISMO


Los «Cuentos Andinos" de López Albújar inaugura, un
proceso que, en evolución sostenida, va a terminar en las
novelas de Alegría y Arguedas: El inicia el Indigenismo
narrativo en el Perú y cancela el Indianismo anterior,
constituyéndose, por lo mismo, en el punto de partida de
esta vigorosa corriente.
López Albújar, ya no trató al indio como un motivo exótico
(García Calderón) o con un Humanitarismo Sentimental
(Clorinda Matto) sino puso en «circulación literaria a indios
de carne y hueso». Tal es la razón por la que «Cuentos
Andinos» es un hito, un libro capital con carácter
fundacional del Indigenismo... Así, López A. se constituyó
en un puente entre el Indianismo y el Indigenismo y
señaló el camino por el cual deberían transitar Alegría y
Arguedas.
Por su labor en la narrativa peruana recibió el Premio
Nacional de Literatura en 1950.

Sección I.5 CORRIENTE LITERARIO.

REALISMO (Regionalismo – Retaguardismo)

Sección I.6 GÉNERO LITERARIO.

NARRATIVO

Sección I.7 ESPECIE LITERARIO.

NOVELA

I. ANÁLISIS INTERNO

Sección I.8 ARGUMENTO.

Veamos el argumento de esta novela: Don Baltazar Rehón


de Meneses visita a don Juan Francisco, en La Tina, un
Caserón de adobe donde se fabrica jabón y se curten
pieles, con la finalidad de enviarle a una joven mulata
llamada Rita, para que pierda su pureza a manos de José
Manuel, un mulato veintiocheno, exuberante de belleza
juvenil, con vigor y flexibilidad de pantera javanés, mirada
soberbia y firme. A pesar, que considera que actuar de
intermediario en el acoplamiento de los esclavos es algo
indigno, don Juan Francisco, acepta, pero con la intención
de quedarse con la mulata, pues, según le ha dicho don
Baltazar, la muchacha es de lo más eficiente. La Tina era
en 1816 un caserón de adobe, ladrillo y paja, levantado a
sotavento de la ciudad, unos quinientos pasos más allá de
su extremo norte, besando la escarpada margen derecha
del Piura y sobre una prominencia del terreno. Vista de
lejos, semejaba de dia por su aislamiento y extensión, un
castillo feudal, y en las noches, un aguafuerte goyesco.
(...) Posiblemente esto fue lo que pensó el fundador de La
Tina. El licenciado don Cosme de los Rios.(...) La clase de
industria a que había sido dedicada exigíalo así.
Fabricar jabones y curtir pieles era un trabajo que
obligaba a alejarse de la comunidad y a seguir ciertas
prácticas para poder desenvolverse favorablemente. (...) Y
en este vértigo del trabajo el negro era el que más
contribuía con su sangre y sudor. Al igual que las bestias
se le daba ración contada y medida. (...) Y a cambio de
esto once horas de trabajo: de cinco a seis con dos horas
de descanso de por medio.
Y era en este edificio donde Juan Francisco el nieto de
aquel hidalgo industrioso del siglo XVIII, había venido a
establecerse, resuelto a amasar en ella una nueva
fortuna.
El abuelo había sido un hombre de vida disipada, de ahí
que a su muerte el negocio quedara resentido. Fue en
esta condición de descrédito en que don Juan Francisco
recibió el negocio familiar. Junto con el traspaso se le dio
una docena y media de esclavos, viejos en su mayor
parte, y al frente de este rebaño a un atlético mulato
llamado José Manuel, terror de las mulatas jóvenes debido
a su virilidad. Fue en aquellos días, en que don Juan
Francisco se hallaba levantando a La Tina de sus
escombros, en que intempestivamente apareció su hija
María Luz, venida de Lima, y seguida de una cabalgata de
jóvenes cautivados por la belleza de la muchacha. El
arribo de la muchacha no causó gracia alguna a su padre,
quien véase ya haciendo el papel de madre. La muchacha
había estado al cuidado de sus tíos, pero como el padre
no había enviado el dinero para la mantención con
puntualidad, aquellos decidieron enviársela al padre para
que él se hiciera cargo de la hija. Para que la muchacha
no interfiriera en sus labores, el padre la instaló en el piso
alto, sobre sus habitaciones, con cierta independencia, y
dándole para su servicio dos criadas, entre ellas a Rita.
La tranquilidad de María Luz, en aquella enorme casa no
era más que aparente. Aquella vida era como un
secuestro, como un encierro a perpetuidad, sin esperanza
de cambio o fin. Sólo las puestas del sol alegraban su
espíritu; unas puestas de sol que bañaban sus pupilas en
oros y violetas de una pureza extraña. Cierta mañana,
estando María Luz, en el balcón de su recámara, fue
saludada amablemente por José Manuel, que era el
capataz de La Tina. Fue aquel musculoso mulato quien le
sirvió de guía cuando la bella muchacha se decidió a dar
un paseo por los alrededores de la fábrica.
Así pudo la muchacha contemplar a los peones que
trabajaban casi desnudos en aquel ambiente
nauseabundo, donde los cueros despedían una hediondez
acre y punzante y donde una espesa nube de moscas
zumbaba por todas partes. Por un negro de aspecto
simiesco y medio tonto, María Luz, pudo enterarse de
donde provenía el mote de Matalaché, con que se le
conocía a José Manuel: "Cógela, Cógela, José Manuel;
/mátala, mátala, mátala, che", le cantaban al mulato en
alusión a las cuantiosas muchachas que habían pasado
por el "empreñarlo", habitación de aspecto fantasmal
donde el negro se amancebaba con las mulatas que le
enviaban los señores del lugar con la finalidad de que las
preñara y apoderarse de los críos para así aumentar el
número de esclavos a su servicio.
La fama, de José Manuel, incitó la curiosidad de María Luz,
quien cautelosamente comienza a indagar sobre su
personalidad, así descubre que nunca ha obligado a
ninguna mulata, a pesar de haberlo podido hacer, a
someterla a sus requerimientos amorosos. Prueba de ello
es el caso de Rita, quien le confiesa que se opuso a estar
con el padrillo, el cual le dijo: Eres tú la primera mujer que
rechaza a José Manuel, y por eso me has gustado y no son
pocas, me han aceptado luego. Más bien yo te respeto.
Todas, todas las que han entrado aquí, que no son pocas,
me han aceptado luego. Más bien yo he despreciado
algunas. Y me he acostado en esa tarima solo, dejándolas
ahí plantadas toda la noche.
Matalaché, como me llaman la gente de la ciudad, tiene
también corazón y sentidos, y lo que no le gusta lo deja. Y
también orgullo: por eso no te obligo. Si yo fuera un bruto,
como esos que duermen allá en el canchón, te forzaría,
que para eso te han mandado tus amos, y de nada te
valdrían los gritos ni las lágrimas. José Manuel, no sabe
hacer esas cosas, y menos hacer llorar a las mujeres;
sobre todo, cuando son infelices como tú que no tienen la
culpa de hallarse aquí. Quédate tranquila si gustas, o
lárgate si quieres"
La presencia de María Luz, en medio de esa oprobiosa
servidumbre, significó la aurora después de una noche de
desvelo y angustia. Una alegría repentina brilló en todos
los rostros y un nuevo espíritu de trabajo se despertó en
todas las almas. Las mujeres, esclavas y libres, sentíase
también felices y como amparadas por una sombra
protectora.
Los instrumentos de castigo, usados hasta entonces con
sádica frecuencia, dejaron de repente de aplicarse. Un
sentimiento de humanización comenzó a extenderse por
todos los ámbitos de aquel presidio, hecho como para
torturar las almas y los cuerpos. A don Juan Francisco, la
vuelta de esta hija venia sin duda a abreviarle su
esperanza de enriquecimiento, que era su única ambición
y la causa del aislamiento en que vivía. Pero el más
impresionado y transformado por la influencia de esta
mujer fue José Manuel. La oscuridad del pobre mundo en
que viviera sumido desde que nació, comenzó a
desvanecerse y a dejarle entrever horizontes de luz y de
vida ignorados por él hasta entonces. Y su corazón
empezó a sentir la necesidad del acoplamiento espiritual,
que sólo por intuición había descubierto ser más fuerte y
digno que aquellos otros de que había gozado hasta
entonces por causa del sórdido interés de los amos. Física
y espiritualmente José Manuel, era el negro menos negro
de los esclavos de La Tina. Sus rasgos fisonómicos
reflejaban el sello inconfundible del blanco, el cual era
considerado un agravio a la raza por parte de los demás
esclavos que en el fondo lo odiaban. Él había nacido en el
valle de Tangarará, donde su madre había trabajado hasta
el día de su muerte, llevándose a la tumba el secreto de
su dudoso nacimiento.
Lo que sí supo era que él llevaba el nombre del amo del
valle, don José Manuel de Sojo, de quien tenía además
ciertos rasgos físicos. Don José Manuel, comenzó por
separarlo del contacto de los otros esclavos, ponerle un
maestro que le enseñó a leer, escribir y contar, y cuando
lo creyó suficientemente preparado para manejar los
asuntos de su escritorio, se los encomendó, no sin cierta
complacencia, poniéndole así casi al nivel de sus
empleados libres. Y así llegó José Manuel, a los veinte
años: libre, bravío, pujante y dominador. Por eso, tanto
sus compañeros de Tangarará como los de La Tina jamás
pudieron perdonarle su aire de superioridad insufrible y
menos el origen misterioso de su ascendencia, que lo
arrancara de repente del seno de ellos y lo llevara a
ejercitarse en ocupaciones dignas de los blancos. José
Manuel, no conoció, pues, jamás el amor de sus
compañeros de desgracia. Todas estas desconfianzas y
antipatías fueron acumulándose en lomo de José Manuel,
hasta casi aislarle de los suyos, obligándolo a sacar
fuerzas para sobrellevar dignamente su cruz de
servidumbre. De repente el mulato viese precipitado de la
altura en que vivía.
Don José Manuel de Sojo apareció una mañana muerto, y
el sol que alumbraba el camino del otro José Manuel, se
nubló. Como el amo se murió sin dejar ninguna
disposición testamentaría, los herederos pusieron en
venta los bienes del difunto, entre los cuales se incluían a
los esclavos. El nuevo amo pasó a ser don Francisco Javier
de Paredes, Marques de Salinas, quien no tardó en hacerle
ver a los esclavos que en el mundo había dos clases de
hombres: los que nacían para ser servidos y los que
nacían para servir. José Manuel, trató en vano de que se le
reconozcan sus méritos lindos en los libros, y por el
contrario fue mandado a trabajar al campo; en este
esfuerzo físico lo encontró José Manuel, un calmante para
la rabia sorda que la apretaba el corazón. Su espíritu lo
llevó a tener enfrentamientos con el capataz por lo cual el
marqués, para evitar que esta rebeldía influyera en los
otros esclavos, lo vendió a Don Diego Farfán de los Godos,
hombre de cierto espíritu democrático que estuvo a cargo
de La Tina antes que don Juan Francisco la tomara a
cargo.
María Luz, descubrió un día que su pensamiento tendía un
puente sutil entre la locura de simpatía invencible y la
audacia de un esclavo feliz. El pensamiento de ceder al
deseo que sentía José Manuel, era siempre el tema
dominante de su alma; que se le presentaba cada vez
más decente y dominador.
Una mañana en que el esclavo fue a la habitación de
María Luz, a tomarle las medidas para unas zapatillas que
le iba a confeccionar, la muchacha sintió enloquecer
cuando las manos de José Manuel, tocaron sus pies.
Cuando María Luz, confiesa a Casilda, la negra que la
había amamantado desde cuando era niña, la pasión que
se ha apoderado de su alma, la vieja mujer quedose
asombrada ante la locura. El mismo José Manuel, también
siente dentro de sí la misma pasión de amor que se ha
apoderado de su alma. Cuando Matalaché hace entrega
de las zapatillas a María Luz, ésta colocó en ellas un beso
de efusión y gratitud. A los pocos días se estrenó el
oratorio, donde muchos de invitados halagaron el frontal
de cuero que José Manuel, a petición de María Luz, había
hecho con esmero para la ocasión. Estaban presentes los
señores del lugar quienes departían sobre sus vicios y
sobre los últimos chismes del lugar. Fue en una de éstas
conversaciones en que el cura, picado por las constantes
pullas que le lanzaba don Miguel Jerónimo, propuso una
potencia entre José Manuel y el Negro Nicanor, esclavo al
servicio de don Miguel. La potencia consistiría en ver cual
de los dos era el mejor guitarrista del lugar, ya que ambos
eran declarados unos virtuosos del instrumento de
cuerdas. Todo no hubiera pasado de una amistosa
contienda si don Juan Francisco no hubiera dicho: "Yo
propongo que el que pierda ceda su guita, al amo del
vencedor y que el torneo se haga aquí en La Tina, siendo
de mi cuenta todos los gastos. De modo no hay apuestas.
Las palabras de su padre significaron para María Luz, un
dardo de molestia y amargura que fue a posarse en su
corazón enamorado. Este hecho motivó que la muchacha
se resolviera a definir su situación con José Manuel, para
esto, valiéndose de la ayuda de esclava, concierta una
cita entre el mulato y Rita, pero para tal fin, ella será
quien espere a José Manuel en la habitación en vez de
Rita. Así, sucede y José Manuel, debido a la oscuridad
reinante en la habitación, no se percata de la
suplantación; pero lejos de entregarse a los placeres
carnales, el mulato le dice a su acompañante que no
puede estar con ella porque ama a otra mujer. La felicidad
de María Luz, ante esta muestra de fidelidad de su amado
no puede ser más evidente, y le confiesa su verdadera
identidad, José Manuel no puede ocultar su amor por más
tiempo y en aquella noche se quedan unidos por siempre
aquellos dos jóvenes sin importarles la condición de amo
y esclavo. El esperado duelo entre los guitarristas llegó
por fin; coincidía con el día de Corpus, fiesta que iba
acompañada de una procesión. En La Tina, el día había
sido recibido también con alborozo y con razón que en la
ciudad. Para sus moradores este día de Corpus iba a dejar
en todos un recuerdo memorable. Desde hace un mes no
se hablaba en ella más que de la fiesta original e
interesante, entre dos esclavos iban a ser objeto de
expectación pública. Una fiesta jamás vista hasta
entonces, tenía suspensos a amos y siervos, y para cuya
asistencia habían sido ocupados todos los postales de la
ciudad por el linajudo señorío piurano y el de sus
contornos. La enfermera doña Florentina, interesada
naturalmente en el triunfo de su compañero, había
llamado a José Manuel, y después de jugarle las cartas,
terminó asegurándole que la victoria sería
irremisiblemente suya. El mulato impresionado por la
gravedad y misterio con que la cartomántica había
barajado y combinado los naipes, sonrió optimista, al
presagio. Y el presagio había circulado por todos los
ámbitos del caserón desde el piso del ama, que lo
recibiera con oculta alegría, hasta el galpón de los
esclavos, que se anticiparon a celebrarlo en la noche,
canturreando y contándose cuentos de truculencia
infantil, a excepción del congo del molino, quien,
reconcentrado y misterioso, no hacía más que oír y
observar desde la tarima de su cubil. La única que
deseaba que José Manuel, perdiera era Casilda, la
confidente y mediadora de María Luz, en sus amores
prohibidos, pues, comprendía la grave responsabilidad de
su celestinaje y todo el castigo que de él podía
desprenderse. De ahí su deseo de que el mulato perdiera
para que así se alejara de la muchacha. Más de un
centenar de concurrentes, entre señores y esclavos,
colmaron el gran salón donde se llevaría acabo el tan
esperado duelo. Ambos guitarristas dieron lo mejor de sí,
pero el repertorio de José Manuel, así como su variedad
de composiciones, le otorgó un fácil triunfo. El negro
Nicanor, apodado “Mano de Plata", había cantado en una
de sus décimas:
"Sabe, pues, por esta muestra/ y lo digo sin tartulla:/ si
pierdo, te doy mi diestra:/ si gano, me das la tuya."; y
cumplió. "Apenas terminada la proclamación, que todos
recibieron con vivas demostraciones de júbilo y simpatía a
José Manuel, el vencido, ceñudo y trágico, se irguió y
dirigiéndose a la mesa, frente a la cual los otros dos
maestros permanecían sentados gravemente, afirmó
sobre ella su diestra, desenvainó con la otra el machete y
con feroz resolución se la amputó de un tajo, a la vez que,
cogiéndola y tirándola a los pies de su vencedor, después
de haber envainado el sangriento puñal, decía: Matalaché,
Nicanor sabe cumplir lo que promete. Ahí te va mí diestra,
que ya no me sirve. Una exclamación de horror brotó de
todas las bocas, horror, que se acrecentó cuando el pobre
vencido, mostró el rojo muñón al jurado, disparó contra él
un copioso chorro de sangre. Han sido ustedes justos,
maestros. Y como ya he dejado de ser "Mano de Plata",
pues mejor sin ella que con ella".
Desde la fiesta memorable, de la que iban ya corridos
como tres meses, María Luz no hacía más que llorar, y con
tal desconsuelo que nada podía aquietarle el espíritu ni
decidirla a tomar las pócimas que Casilda y Martina le
ofrecían. Don Juan Francisco, encontraba raro las
negativas de su hija de dejarse tratar por un médico,
María Luz, sabía que ya no podía esconder por más
tiempo su embarazo y el escándalo que este hecho
provocaría la mortificaba tanto que Martina le propuso
hacerla abortar. Ella se negó tajantemente. Cuando don
Juan Francisco llamó a Martina para interrogarla sobre las
causas que mantenían a su hija postrada tanto tiempo,
escuchó al mulato que siempre le cantaba a Matalaché,
entonar el siguiente Cántico: "Cógela, cógela, José
Manuel;/ mátala, mátala, mátala che! No te la coma tú
solo, piti;/ deja una alita siquiera pa mi". Enfurecido
golpeó al insolente que se atrevía a cantar eso tan cerca
de su casa y descubrió que era José Manuel, quien había
subido muchas veces a la alcoba de María Luz. En pocas
horas aquel hombre se deshumanizó y todo lo que fluía en
él tenía una tal radiación de dolor y fiereza que sobrecogía
al que miraba.
El epílogo tuvo rápido fin: José Manuel, trasladado por dos
corpulentos esclavos, fue arrojado sin misericordia alguna
en una de las tinas donde tantas veces había visto
hacerse el jabón, rugiente y humeante como un cráter
voraz. Un alarido taladrante se escuchó en la noche
silenciosa, poniendo en el alma de los esclavos una loca
sensación de pavor.
Quince días después, los parroquianos que iban por jabón
a La Tina se encontraban con las puertas cerradas, y
sobre éstas un lacónico letrero, que decía: SE TRASPASA,
EN SAN FRANCISCO DARÁN RAZÓN.

II. ANÁLISIS.
3.1. SIGNIFICADO DEL TITULO DE LA OBRA.
3.1.1. DENOTATIVO
“Matalaché”, es una obra que representa el
apodo de un mulato esclavo llamado José
Manuel, cuya fama deriva de sus virtudes,
cualidades y función que cumplía en la Fábrica de
jabones de La Tina en Piura. Describe
particularmente la vida de este esclavo.

3.1.2. CONNOTATIVO.
“Matalaché”, es una obra que representa la
discriminación racial y la existencia de clases
sociales en el Perú a fines del siglo XVIII e inicios
del siglo XIX.

3.2. TEMA PRINCIPAL:


El amorío entre la hija de un patrón y un mulato a pesar
de la discriminación racial llegaron a amarse.

3.3. SUB- TEMAS O TEMAS SECUNDARIOS.


 Costumbres de los pobladores piuranos a inicios de
1800.
 La industria peruana de jabones en el siglo XIX.
 La condición de vida de los negros esclavos.
 La deshumanización de los negros por los patrones en
Piura.
 La dignidad del mulato José Manuel.

3.4. ASPECTO FORMAL DE LA OBRA.


La obra “Matalaché”, está dividida por capítulos, cada una
de las cuales, refiere una situación secuencial en el
tiempo.

3.5. ESPACIO.
3.5.1. MICROCOSMO
- La Tina, fábrica de jabones que está ubicado
a unos 50 pasos de la ciudad de Piura, al
margen del río Piura.
- Los alrededores de la Tina.
- La Iglesia.
- Salón de concurso de la Tina.

3.5.2. MACROCOSMO.
- Piura - Perú.
3.5.3. ESPACIO REFERENCIAL.
- Lima, lugar donde vivió Maria Luz a lado de
sus tíos.
- El valle de Tangarará, lugar donde nació José
Manuel.

3.6. TIEMPO
3.6.1. HISTÓRICO.
Los hechos de la obra “Matalaché” se llevaron
acabo a inicios del siglo XIX. Teniendo como un
año específico según la obra a 1816.

3.6.2. CRONOLÓGICO.
Teniendo en cuenta la llegada de María Luz al
lado de su padre, hasta la muerte de José
Manuel, transcurrieron aproximadamente cinco
meses.

3.6.3. PSICOLÓGICO.
Teniendo en cuenta el recuerdo del relato de la
vida de José Manuel y de acuerdo a su edad, el
tiempo psicológico abarca a más de 20 años.

3.6.4. REFERENCIAL.
De acuerdo a la fundación de La Tina, el tiempo
referencial es a finales del siglo XVIII

3.7. PERSONAJES.
3.7.1. PRINCIPALES.
- José Manuel, “Matalaché”, esclavo mulato, hijo
de un blanco y madre negra.
- María Luz, hija de Juan Francisco, dueño de la
fábrica La Tina.

3.7.2. SECUNDARIOS
- Don Baltazar Rehón de Meneses, amo de Rita
que propone empreñarla utilizando José
Manuel, esclavo de don Juan Francisco.
- Don Juan Francisco, dueño de La Tina, padre
de María Luz.
- Rita, esclava de María Luz.
- El licenciado don Cosme de los Ríos, fundador
de La Tina.
- Don Francisco Javier de Paredes, Marques de
Salinas
- Don Diego Farfán de los Godos
- Casilda, la negra que la había amamantado
desde cuando era niña a María Luz.
- El cura.
- Don Miguel Jerónimo.
- El negro Nicanor, esclavo al servicio de don
Miguel Jerónimo.
- La enfermera doña Florentina
- Centenar de concurrentes a la fiesta de
Corpus, entre señores y esclavos.
- Martina, esclava que le propuso hacerla
abortar a María Luz.
- Habitantes de Piura.

3.7.3. REFERENCIALES.
- Los tíos de María Luz en Lima.
- don José Manuel de Sojo, presunto padre de
José Manuel el mulato.
- La Madre de José Manuel.

3.8. TÉCNICA NARRATIVA.


La obra está narrada en tercera persona.

3.9. LENGUAJE.
El lenguaje del autor es expresivo, claro y sobrio.
El lenguaje de los personajes es popular del ámbito de los
esclavos negros y de los patrones es estándar popular y
vulgar.
3.10. RECURSOS ESTETICOS.
*METAFORA:
a).-“Te habías quedado dormida tú también” (Pág. 53)
b).-“Ni un rasguño, niña. ¡Buen tigre!, ¡buen tigre!” (Pág. 61)
*ANAFORA:
a).-“Sí, sí, losé; los han vencido y luego, colgado o descuartizado. ”
(Pág. 92)
b).-“Un poco María Luz se echó a reír de buena gana escondiendo al mismo tiempo
los pies sobre los cuales se había clavado los ojos del esclavo, como dos halcones
sobre dos palomas. ” (Pág. 112)
*SIMIL:
a).-“Cógela, José Manuel; mátala, mátala, che” (Pág. 42)
b).- “Callao tú, Casilda_ prorrumpió imperiosamente María Luz_ nadie te ha
autorizado para que hables por mi” (Pág. 43)
*HIPERBOLE:
a).-“Quiera repetir otra vez el milagro para convencerte de él” (Pág. 61)
b).-“! Jesús! ¡Que Dios, nuestro señor me libre de él. ¡Ma melindroso! Como está
muy valió porque lo blanco de allá abajo lo prefiere para su neguitas.” (Pág. 36)
*ELIPSIS:
a).- “¿Y ella te responde?” (Pág. 163)
b).-“Ni una palabra más, señores_ finalizo el dueño de casa”(Pág. 157)
*ANIMISMO:
a).- “Como lo tiene todo lo que viene humillado y despreciado”
b).-“Es una cualidad muy rara en un…………..” (Pág. 116)
*ANTITESIS:
a).-“¿Otra más? ¿Qué no son suficientes de todo lo que nos has estado dando estos
días? Pregúntale si puedo entrar” (Pág. 205)
b).-“¿No es verdad que tú sabes dónde sube José Manuel?.” (Pág.209)
*EPITETO:
a).-“Con la venia del muy alto señor delgado, que ha querido presidir y honrar esta
fiesta, y del selecto auditorio que lo acompaña al torneo va empezar.” (Pág. 185)
b).-“Pues al inicio y la encabezo yo. ¿Con cuanto se escribe UD. Señor Joaquín?”
(Pág. 181)

III. CONCLUSIÓN:
4.1. APRECIACIÓN CRÍTICA.
El contenido sensual de la novela, junto con el ataque a
las hipocresías y falsedades sociales que esconde el
prejuicio racial, fueron los ingredientes más sabrosos del
punzante intercambio en la obra “Matalaché”.

4.2. VALOR DE LA OBRA


4.2.1. POLÍTICO.
La obra, tiene importancia política, porque refiere
desde el punto de vista de la condición de los
negros, a través de ello se conoce que los
gobernantes consideraban que la esclavitud de
los negros es una situación muy importante en el
progreso de la industrias, por ende de un país.

4.2.2. SOCIAL.
Es una novela con un bien disfrazado propósito
polémico por ser una de las primeras novelas de
tipo racial, en donde se advierten las diferencias
sociales que regían en la ciudad de Piura en
particular y en el Perú en general.

4.2.3. CULTURAL.
La obra “Matalaché”, nos revela las costumbres
y vivencias de los pobladores de la ciudad de
Piura, a través de esta obra tenemos
conocimiento de la historia colonial de la ciudad
de Piura.
4.3. VALORACIÓN.
Es Real-Naturalista para dar sensación de que la vida es
activa, «ruda y sombría" en el marco de un lenguaje
«directo y seco" con el que ahonda en la descripción
psicológica pues muchos de sus cuentos están
relacionados con el tema del delito, no exentos de cuadros
horrorosos, de finales violentos y macabros que producen
un «impacto final". Así, por haber insistido en presentar
una realidad brutal, no tuvo afición por la pintura y la
estilización: Ello explica su «despreocupación formal y la
falta de pericia técnica», en algunas de sus páginas.

4.4. MENSAJE.
Que las barreras raciales pueden ser vencidas por el amor.
La obra, que nos presenta los amores de María Luz y el
mulato esclavo José Manuel se refiere a un problema de
carácter Universal: la igualdad racial.

4.5. VOCABULARIO.
5. Rejon hasta
6. Barrabasadas Travesura
7. Enclaustro _ Encierro
8. Opalos _ Minerales
9. Oscila _ Movimiento de vaiven
10. Estrujaba _ Apretaba
11. Nodriza _ Ama de cria
12. Remolon _ Holgazán
13. Crepitar _ Chisporrotear
14. Plexo _ Red de filamentos nerviosos y vasculares
15. Escondrijo _ Lugar oculto, escondite
16. Pre Ludio _ Introducción a una opera
17. Farfulla _ Habla rapido
18. Ogro _ persona de mal carácter
19. Escaramuza _ Pelea poco importante
20. Voluptuosidad _ complacencia en plaseres sensuales
21. Sutil _ Delgado, delicado
22. alborozo _ Placer o alegria extraordinaria
23. Modorra _ Sueño muy pesado
24. Resuello _ respiración violenta
25. ebano _ Arbol de madera maciza
26. Lonja _ porcion alargada ancha o delgada
27. vertigo _ Mareo
28. Yermo _ inhabitado
29. Estribillo _ Clausula en verso que se reepite después de cada
estrofa
30. Sestear _ Pasar la siesta descansando
31. Musitar _ susurrar o hablar entre dientes
32. Subito _ improbiso en las obras o palabras
33. Tarima _ zona del pabimiento o entablado
34. Muñon _ parte de un miembro cortado que permanece adherido al
cuerpo

Conjeturas.
Cortejo.
Cretinos.
Desdén.
Desdeñaba.
Despecho.
Destello.
Dilucidar.
Disipar.
Efusiones.
Embaucar.
Encandilamiento.
Enlodar.
Entrometer.
Escatimar
Escrúpulo.
Escrutar.
Escueta.
Esperanto.
Espiritismo.
Estoico.
Estremecer.
Estrujar.
Estupefacto.
Estupor.
Excéntrico.
Execrable.
Éxtasis.
Factible.

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