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Clase 1
Prehistoria
El concepto del teatro es muy amplio: cualquier persona o grupo de personas que
desarrolla un espectáculo en un tiempo y espacio determinado forman un espectáculo
teatral. El teatro tiene una base literaria, un guión o argumento escrito. Ese texto dramático
requiere una puesta en acción, para la cual es imprescindible la interpretación por medio de
actores o personajes que desarrollen la acción, así como escenografía, iluminación,
maquillaje, vestuario, máscaras, etcétera. Pero el elemento indispensable para la
comunicación es la presencia del público.
Los orígenes del teatro se encuentran en antiguos ritos de origen prehistórico, donde
el ser humano empezó a ser consciente de la importancia de la comunicación para las
relaciones sociales. Ciertas ceremonias religiosas tenían ya desde su origen cierto
componente de escenificación teatral. En los ritos de caza, el hombre primitivo imitaba a
animales (danza mimética, representada en cuevas y abrigos rocosos del mesolítico, donde
se ve a arqueros, lanceros y personas ataviadas con máscaras y cuernos de ciervo, que
probablemente copiaban también sus movimientos y sonidos); del rito se pasó al mito,y del
brujo al actor. En África, los ritos religiosos mezclaban el movimiento y la comunicación
gestual con la música y la danza, y objetos identitarios como las máscaras, que servían
para expresar roles o estados de ánimo. Estos ritos reforzaban la identidad y la cohesión
social.
Grecia
La cultura teatral floreció en la antigua Grecia entre 550 a. C. y 220 a. C., época en
que las polis griegas comenzaron a caer bajo dominio romano. Todos los grandes teatros se
encuentran al aire libre. Así pues, el desarrollo del espectáculo se daba en un espacio al
aire libre llamado orchestra, en el que se ejecutaban una gran variedad de espectáculos
artísticos (danzas, recitados y piezas musicales), así como eventos cívicos y religiosos.
las "leyes no escritas" y sin embargo enraizadas desde siempre en la conciencia del ser
humano.
Ante este trasfondo cívico-político del teatro ateniense, no cabe duda de que su
contenido, sus expectativas y sus intereses son algo más que pura propaganda política. El
teatro es básicamente un complejo y rico espectáculo de arte auspiciado por la propia
ciudad, con motivo de ciertas celebraciones religiosas, para poner en escena piezas de
tragedia o de comedia compuestas por algunos autores de éxito. A dichas representaciones
asistían buena parte de los ciudadanos atenienses como espectadores, interesados en
presenciar, en forma dramático-mimética las aventuras y peripecias vividas y sufridas por
los principales héroes de las antiguas sagas épicas, o para reírse y burlarse con los tipos
"antiheroicos" que constituían los protagonistas de las comedias.
El vestuario
Además la máscara poseía unas enormes dimensiones para que fuera mucho más
visible al público y para, junto con los coturnos (zancos), guardar la proporción entre las
diferentes filas de asientos. Por otra parte, las máscaras podían servir de "megáfono"
aumentando la voz del actor. Y por último, permitía al actor interpretar varios personajes.
• Los coturnos: son una especie de zapatos de madera con alza que servían para dar
altura al actor. Conseguían que los personajes nobles destaquen sobre el coro y dar
proporción al actor con la gran máscara. Así el actor era enorme, con lo que el público podía
verlo con facilidad. Generalmente solo eran usados en la tragedia.
• Ropas: por lo general, los trajes usados eran túnicas, cortas o medias y mantos.
Según los colores de las ropas el personaje tenía más o menos importancia, así, los colores
oscuros eran para los personajes tristes, los alegres para los importantes o los colores
ocres para la gente del pueblo. Los actores usaban unas almohadillas para abultarse, de
modo que se siguiese guardando la proporción con el coturno y la máscara. Además podían
usar otros elementos como corona en el caso de los reyes.
Teatro Profesor Juan Bottaro
Ciclo Lectivo 2024
El coro
Es cierto que acudían gentes de otras polis griegas que llegaban a Atenas en esos
momentos aprovechando la bonanza marítima de la nueva estación que se acababa de
abrir, después del forzado paréntesis invernal. Sin embargo, tal circunstancia sólo se daba
al parecer en las Grandes Dionisias, ya que a las Leneas sólo asistían los atenienses,
según se desprende de una clara alusión de la parábasis de Los acarnienses de
Aristófanes.
Existían localidades fijas en las filas destinadas a los magistrados de la ciudad, a los
sacerdotes de Dioniso y a aquellos ciudadanos que habían contribuido de forma especial al
bienestar público, los cuales recibían como reconocimiento de la ciudad este derecho a
ocupar uno de los asientos preferentes (la proedría). Los hijos de los caídos en la guerra y
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los embajadores de otros estados recibían el mismo privilegio. El resto de la cávea estaba
distribuido por tribus, de forma que cada una de ellas tenía asignado un sector determinado,
pero no parece que esto fuera suficiente para evitar altercados y premuras de última hora.
Es muy significativa la importancia que se daba a la concesión de un asiento preferente,
aparte del prestigio social que ello confería al destinatario.
Otro motivo que explica esta asistencia masiva a las representaciones teatrales es la
ausencia de discriminaciones de cualquier clase para el acceso a las mismas, a diferencia
de lo que sucedía con otro tipo de acontecimientos como los jurados o las asambleas
populares.
Respecto a las mujeres, colectivo casi siempre marginado de las actividades
principales en la sociedad griega, algunos cuestionan su presencia en el interior del recinto
teatral y se ha llegado a suponer que asistían a los espectáculos desde fuera en los
caminos que bordeaban la ladera de la Acrópolis sobre la que se ubicaba el teatro
ateniense.
Sobre la asistencia de los esclavos es posible que sólo fuera sirviendo de compañía
para sus amos más jóvenes. Resulta ilustrativo que Teofrasto incluya en sus Caracteres la
figura del desvergonzado, cuya especial hazaña consistía en el teatro a uno de sus
esclavos en compañía de sus hijos ocupando asientos que estaban reservados para
posibles invitados.