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LA MIRADA FEMENINA DE LA MIGRACIÓN.

La migración es un proceso humano tanto como lo es el razonamiento, el desplazamiento


está arraigado en la forma de ser del sujeto convirtiéndose en una necesidad para una parte
de la población. Conforme pasan los años se vuelve innegable el hecho de que hasta para
migrar existen preferencias; a través de los datos de INEGI y el censo realizado en 2020 se
evidencia un desequilibrio de sexos en el proceso migratorio, resultando en contra a las
mujeres gracias a que se registra una menor cantidad de ellas migrando en los procesos
migratorios.
Al ejercer un proceso tan complicado como lo es la migración siempre se tienen
dificultades, prejuicios y discriminación por poseer diferentes rasgos culturales, pero esto
se hace notar aún más con las mujeres pues, al tratar de salir del país de origen siempre se
tiene el concepto de que la mujer por ser considerada más débil que el hombre no logrará
llegar.
Después, se enfrentan a un camino lleno de inseguridad, a los migrantes no se les trata
como semejantes y menos a las mujeres, causando así, complicaciones en la llegada a su
destino; en algunos países como México los migrantes están protegidos bajo la ley, pero en
su mayoría los migrantes no tienen algún sustento legal que los proteja.
Por última parte del proceso está el ámbito laboral ya que, a los países desarrollados solo
les importa la mano de obra barata y no les otorgan condiciones laborales deseables;
generalmente los trabajos a los que pueden acceder los migrantes son de fabrica o campo
trabajando en condiciones inhumanas con salarios pocos deseables, ahora, sumándole a esto
el simple hecho de ser mujer se convierte en un mercado muy pequeño de trabajo.
Las barreras que tiene pasar la mujer migrante son denigrantes y crueles impidiendo que
ella pueda progresar y vivir dignamente; gran parte de las mujeres en condiciones de migrar
prefieren no hacerlo por las condiciones desiguales por las que se pasa y todo el proceso
deshumanizante que puede llegar a experimentar la discriminación solo por el hecho de
querer una mejor condición de vida.
La OIM (Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe) expresa que
“Las mujeres migrantes […] a menudo son más vulnerables a la violencia y la explotación
durante el proceso de movilidad, y pueden enfrentar múltiples formas de discriminación
según el contexto de su migración. Pueden ser discriminados por ser inmigrantes
(especialmente si son irregulares o indocumentados), debido a su género, identidad de
género […]” (OIM, s.f). Las mujeres al sentirse desprotegidas e inseguras optan por no
migrar y estancarse en la misma situación económica por miedo.
Finalmente, mientras los gobiernos no hagan algo por mejorar las condiciones de salud
públicas de sus países solo se puede generar conciencia a través de campañas y programas
sobre la disparidad de género en un fenómeno migratorio, además, es esencial fomentar un
cambio cultural que pueda desafiar los estigmas y prejuicios sobre el género, promoviendo
un futuro donde ni hombres ni mujeres tengan que sufrir exclusión ni discriminación por
buscar mejores oportunidades en otros territorios.

Fuente:
INEGI (2020). Migración. Recuperado de
https://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/migracion.aspx?tema=P
OIM (s.f). Género y migración. Recuperado de https://rosanjose.iom.int/es/genero-y-
migracion#:~:text=Las%20mujeres%20representan%20el%2048,la%20feminizaci
%C3%B3n%20de%20la%20migraci%C3%B3n%22.

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