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UNIVERSIDAD SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE SAN MARCOS

PABLO ANDRÉS VÉLIZ PELÁEZ


201445519
INTERCICLOS

TEORÍA DEL CONFLICTO Y CULTURA DE PAZ


“ENSAYO Y MARCO CONCEPTUAL”

MAURO ESTUARDO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ

17 DE DICIEMBRE DE 2021
Causas de la migración.

Como bien lo indica Eduardo Andrés Sandoval Forero: “La migración es un


fenómeno social, económico y político de gran importancia que presenta
múltiples dimensiones relacionadas con falta de empleo, desplazamientos
forzados, refugio y asilo político, derivados de la intolerancia, los conflictos,
las violencias y las guerras regionales e internacionales.” La migración se
deriva de una infinidad de variables meramente sociales (generalmente)
relacionados en el mayor de los casos con las condiciones de vida que tiene
el migrante en el país de origen, puedan ser estas, condiciones económicas
deplorables, condiciones de salud, guerras, conflictos políticos, etcétera.

Desde el punto de vista, de la realidad nacional y basándome en este caso,


únicamente en el conocimiento empírico que he adquirido por medio de
conversaciones y una u otra entrevista con personas de los sectores que son
más propensos a migrar, dejan como principal motivo la baja calidad de
vida que poseen por la falta de empleo que deriva en una falta de
necesidades básicas como alimentación, vestuario, educación, salud, y el
pago de los servicios básicos de agua potable y energía eléctrica, es
entonces que toman la migración como una puerta de salida a nuevas
oportunidades, y ven esta como una nueva chance de crecer
económicamente y poder ofrecerle a su familia un mejor futuro.

Por otro lado, se encuentra un sector que está mejor acomodado


económicamente, pero el cual se inclina de igual manera por la migración,
la diferencia en este caso, radica en una cuestión meramente cultural, hay
quienes expresan considerar fuertemente la migración por el hecho de sentir
que en Guatemala, no podrán tener el crecimiento que buscan, que su
potencia se verá estancado en un punto por la cultura que se tiene en el
país y en el departamento, aborrecen altamente la tendencia altamente
conservadora de este territorio y buscan salir del país para obtener una
nueva experiencia cultural, sea por el libertinaje, los ideales, tendencias
sociales, la migración es una posibilidad que resuena constantemente en la
mente de todos o al menos, la mayoría de jóvenes.

En ambos casos, es importante entender un punto central, las personas


buscan migrar por algo muy simple, hablo pues del desarrollo, del progreso
que sienten que no van a obtener en Guatemala, y me incluyo, la idea de
establecerse en otro país para explotar el potencial que todos sabemos que
tenemos no es tan descabellada al momento de ver cómo es que se vive
en los mismos, el estilo de vida, la cultura, las políticas, resultan tan atractivas
que no se pensaría dos veces ante la oportunidad de migrar.
Y debemos tomar en cuenta que, la decisión sobre migrar o no, estará
determinada no sólo por una insatisfacción básica con respecto a lo que su
país de origen le ofrece, sino también por las oportunidades imaginarias que
surgen de la estructura del mercado de trabajo y el marco cultural y social
general del país al cual se dirige, estos dos aspectos influirán de manera
contundente para que una persona decida abandonar el país de
nacimiento.

En pleno siglo XXI, y con la venida de la pandemia COVID-19 los casos de


migración se han visto en un auge importante a la vez que las medidas de
control migratorio se han fortalecido.

La pandemia trajo consigo dificultades aún mayores para la obtención de


ingresos económicos, múltiples negocios y locales se vieron obligados a
cerrar sus puertas a razón de las medidas sanitarias que nuestro gobierno
implementó en su intento por combatir el paso tan acelerado con el que se
propagaba el virus de persona a persona. De igual manera pudimos
observar cambios importantes en la forma en la que se llevaba la
cotidianidad de todo el sector nacional, el uso de mascarillas, aplicación de
alcohol en gel, pero la principal razón por la que la migración se hizo aún
más fuerte fue el confinamiento que vivimos durante varios meses lo que
provocó que muchas personas perdieran empleos y fuentes de ingreso para
el sustento de su familia.

Por lo tanto, el COVID-19 ha vuelto a poner de manifiesto las desigualdades


estructurales que enfrentan muchos migrantes, así como la importancia de
la inclusión de migrantes y refugiados en todos los aspectos de la respuesta
del sistema de salud. Factores como la falta de acceso a la atención
médica, las malas condiciones de vida y la precariedad económica han
tenido un impacto desproporcionado sobre todo en los migrantes y
refugiados más marginados durante la COVID-19.

El conflicto social que genera la migración.

Ariadna Estévez López, en el IV Congreso de la Red Internacional de


Migración y Desarrollo, nos expresa lo siguiente: “La definición de conflicto
usada aquí es amplia y describe las acciones fuera de la ley por migrantes,
infligidas a los migrantes y derivadas de la marginación estructural hacia
migrantes. Más específicamente es la acción individual o colectiva, violenta
y/o ilegal, para enfrentar o resistir las acciones de la mayoría, en particular
las prácticas que los reprime, explota, agrede, discrimina y excluye, con la
consecuente privación de derechos humanos reconocidos
internacionalmente. También puede ser trasnacional con la financiación de
actividades violentas, guerras y de grupos extremistas en el país de origen, y
puede volverse estructural si la falta de reconocimiento intersubjetivo
fomenta la economía criminal.”

Los conflictos sociales que se generan a raíz de la migración podrían


englobarse en el párrafo anterior puesto que nacen por la forma en la que
las personas migran, en América Latina, según la UNICEF, entre 2016 y 2018,
68,409 niños y niñas migrantes fueron detenidos en México de los cuales el
91% fueron deportados a Centroamérica.

Los flujos migratorios producen una serie de consecuencias relacionadas


con el país de origen y con el país receptor. En el país de origen se podría
disminuir el conflicto social y político cuando un porcentaje importante de
la población productiva decide migrar. Disminuirían así los niveles de
desocupación y de descontento producto de este movimiento de personas
hacia otras regiones. La mano de obra que se queda puede tener una
mayor posibilidad de ingreso al mercado de trabajo, porque ha disminuido
la competencia.

Con la migración puede aumentar la capacidad de consumo de aquéllos


que se quedan y tienen un grado de parentesco con quien se fue; siempre
y cuando el migrante se haya integrado a la sociedad receptora, de
manera que esté en condiciones de enviar a su familia una parte de dinero
generado a partir de trabajo formal o informal, por medio de remesas.

Ahora, ¿Cuáles son los conflictos que surgen a raíz del fenómeno
migratorio?, con respecto a los migrantes ilegales o irregulares podemos
decir que, cuando se contrata, transporta y emplea a trabajadores
migratorios en desafío de la ley, sus derechos y libertades fundamentales
corren mayores riesgos. La pobreza masiva, el desempleo y subempleo
existentes en muchos países en desarrollo ofrecen a empleadores y agentes
privados sin escrúpulos un terreno fácil para la contratación. En algunos
casos, el traslado clandestino de los trabajadores adquiere carácter de
operación delictiva.

Entonces, estos migrantes desprovisto de condición jurídica o social alguna,


el trabajador migratorio ilegal es, por naturaleza, objeto de explotación.
Queda a merced de sus empleadores y puede verse obligado a aceptar
todo tipo de trabajo, en cualquier condición laboral de su vida. En el peor
de los casos, la situación de los trabajadores migratorios es similar a la
esclavitud o al trabajo forzoso. El trabajador migratorio ilegal rara vez trata
de buscar justicia, por temor a ser descubierto y expulsado, y en muchos
países no tiene derecho de apelación contra decisiones administrativas que
le afectan.

Además de esto, existen otro tipo de conflictos sociales, en este caso,


étnicos basado en el racismo que existen en varios países, el migrante, de
raza africana, afroamericana, latina, indígena, asiática, etcétera, se
exponen radicalmente a sufrir de este tipo de rechazo en otros países, y
debemos tomar en cuenta que este tipo de exclusión social no se basa
únicamente en una característica racial, esta puede venir también con el
género, la edad o alguna discapacidad, el idioma, la apariencia física, el
estrato social, religión e incluso, preferencias sexuales y es por eso, que el
racismo puede tener un impacto significativo en la forma en que se percibe
y trata a las personas migrantes.

Según un estudio longitudinal de Joni Hersch en American Behavioral


Scientist:

“…en los Estados Unidos, donde las personas migrantes de piel más oscura
tienden a ganar hasta un 25 por ciento menos que sus contrapartes de piel
más clara…”

Este estudio encontró que las personas migrantes con residencias legales
permanentes y piel más oscura inicialmente ganaron un 17 por ciento menos
que un grupo similar con piel más clara en su primer año. Cuatro años
después, esta brecha se había ampliado al 25 por ciento entre los dos
grupos. Es aquí donde se denota el impacto social que tiene el racismo ante
los grandes grupos migratorios que no están buscando más que progreso
para ellos y para quienes los esperan a miles de kilómetros de distancia.

Entre los efectos negativos de la emigración, encontramos la pérdida de


población económicamente activa (PEA) de jóvenes, y, por ende, el
envejecimiento de la comunidad, la fragmentación familiar y los problemas
psicosociales que la migración produce, tales como los derivados por la
pérdida de un miembro de la familia, y los problemas personales y
emocionales que las parejas casadas deben enfrentar debido a la
separación física.

La migración va de la mano de muchos aspectos negativos de carácter


social, como la desintegración familiar, tomándolo desde dos puntos de
vista, el migrante que logra llegar a otro país y, se establece, encuentra una
fuente de ingresos y de manera forzosa, debe estar alejado de su esposa e
hijos, y la otra parte, el migrante que en su afán por conseguir mejores
condiciones de vida, muere en el transcurso y deja vacíos importantes
siendo así que la familia pierda el pilar más importante y además de la
desestabilización económica, les deja una desestabilización emocional.

Cómo evitar este fenómeno y generar una cultura de paz.

Éste análisis comenzaría con algo fundamental, la integración Cuando


hablamos de integración pensamos en el tipo de integración y quiénes son
los que se integran o se quieren integrar.

En cuanto a los sujetos migrantes, la integración va a depender de un


conjunto de factores que tienen como origen no sólo y principalmente al
migrante, sino a la comunidad de recepción. Pero dentro de esta sociedad,
a los sectores dominantes y a la cultura construida sobre la base de una serie
de intereses sociopolíticos concatenados a lo largo de su historia. Una
prueba fehaciente de esta situación se puede observar a través de los
diferentes procesos por los cuales atravesó nuestra historia a lo largo del
tiempo.

Ahora bien, cómo se puede integrar un conjunto de personas en una


sociedad que no ha sido educada para la integración, y que, por el
contrario, recibió una educación basada en el prejuicio hacia todo aquél
que no fuese un connacional o, por lo menos, un parecido, esto podría
comenzar a logarse mediante la promoción de actividades sociales y
culturales como mecanismo para fomentar la interacción entre personas
migrantes y comunidades receptoras con el objetivo de avanzar en la
construcción de sociedades más justas y pacíficas, es en la actualidad una
temática de especial interés dentro de los estudios, políticas y programas
sobre inclusión migrante y cohesión social.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), propone una


serie de recomendaciones, basadas en evidencia empírica, para incentivar
la participación de las personas migrantes y las comunidades receptoras en
actividades sociales y culturales.
1). Diversión y orientación hacia objetivos
Diseñar e incorporar actividades divertidas y emocionantes conduce a un
ambiente más ligero y acogedor para que la gente se conozca, interactúe
y cree vínculos sociales. Al mismo tiempo, establecer objetivos comunes,
que ninguno de los grupos pueda alcanzar sin la participación del otro
(interdependencia cooperativa), hace que las actividades sean más
atractivas y participativas.
2). Apreciación mutua
Las personas participantes deben comprender, reconocer y apreciar la
cultura, tradiciones e historia, como parte del proceso para salvar las
diferencias, maximizando los puntos fuertes de cada uno e identificando
aquellos que tienen en común. Es importante que todos los individuos estén
en la capacidad de identificar cómo sus contribuciones pueden llegar a
tener un impacto positivo en la consecución de los objetivos comunes.
3). Propiedad compartida
La participación de las personas migrantes y de las comunidades locales en
todas las fases de las actividades aumentará su participación. Esta
apropiación les empodera, eleva su autoestima y abre nuevas
oportunidades de responsabilidad y compromiso.
4). Reflexión guiada
Los diálogos y actividades que permiten un cierto grado de reflexión ayudan
a crear un ambiente que se percibe como de confianza, amistoso y cálido.
Procesar la información y compartir historias personales y sensibles, que
pueden evocar recuerdos, son de suma importancia en la medida que
estén guiadas y acompañadas cuidadosamente por los (as) facilitadores o
los miembros del proyecto.
5). Supervisión y facilitación de confianza
Aquellas personas responsables de las interacciones del grupo, como líderes
de equipo, facilitadores, personal de proyectos o planificadores de eventos,
deben desempeñar un papel activo en pro de la igualdad dentro las
relaciones intergrupales y crear un ambiente inclusivo para todos y todas.
Este esfuerzo deliberado es crucial para superar la tendencia natural de las
personas participantes a agruparse en función de sus características y
estatus más destacados.
6). Intervención sostenida y regular
No hace falta decir que cuanto más frecuente, prolongada e intensiva la
participación, mejor será la actitud de cada individuo hacia los demás. Esto
significa adoptar un enfoque que replantee el papel de las personas
participantes, que a su vez definirán las necesidades de sus comunidades y,
finalmente, tomarán parte en el diseño y organización de las intervenciones
adecuadas.
7). Apoyo institucional y asociación
El apoyo de instituciones como gobiernos locales, medios de comunicación,
agencias gubernamentales y organizaciones intermediarias, es fundamental
para promover y facilitar los esfuerzos constructivos para fortalecer las
relaciones intergrupales. La coordinación de estas instituciones crea un
sistema que puede proporcionar recursos e incentivos para promover y
fortalecer y fortalecer las relaciones intergrupales.

Las actividades sociales y culturales, entendidas como una estrategia de


intervención programática para facilitar la inclusión de las personas
migrantes en las comunidades receptoras, resultan importantes en la
medida que ofrecen espacios de interacción no institucionales, en donde a
través del contacto humano espontáneo, se construyen vínculos sociales
basados en experiencias, historias, emociones y trayectorias de vida de las
personas participantes. Esto facilita la generación de confianza entre los
individuos, mayores grados de cohesión social y por supuesto, una
convivencia pacífica en las comunidades, entendida esta no sólo como la
ausencia de conflictos, sino también, como un proceso positivo, dinámico y
participativo en el que se promueve el diálogo y se solucionan los conflictos
en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos, a través de la
aceptación de las diferencias, la capacidad de escuchar, reconocer,
respetar y apreciar a los demás.

Otro método para evitar el fenómeno migratorio o al menos para asegurar


que quienes migran, posean algún tipo de protección fuera del país de
origen, sería mediante el fortalecimiento de políticas que protejan los
derechos e intereses del sector de género del que más provecho sacan, o
sea, las mujeres, actualmente, OIM cuenta con un proyecto regional
denominado: “Fomento de inclusión social de las mujeres migrantes en las
políticas públicas en Centroamérica y República Dominicana: prevención
de violencia basada en género”, financiado por el Gran Ducado de
Luxemburgo (Grand-Duché de Luxemburgo). Entre los socios estratégicos
del proyecto están la Secretaría Técnica del Consejo de Ministras de la Mujer
de Centroamérica y República Dominicana (COMMCA), la Conferencia
Regional sobre Migraciones, entidades del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) Comisón de Autoridades Migratorias (OCAM), ONU
Mujeres, entre otros.
En el marco de este proyecto, la OIM inició el Programa sobre Protección
contra la Explotación y los Abuso Sexuales (PEAS) y el Acoso Sexual (AS) para
instituciones y organizaciones que brindan asistencia y protección
humanitaria: “Digamos no a la conducta sexual indebida”. A esta iniciativa
se suman otras, como el desarrollo de estudios relacionados al impacto de
la migración en las vidas de las mujeres, así como sobre los aspectos de la
interrelación mujer, sociedad y migración. Todo esto con el fin de generar
evidencias para incidir en la creación de nuevas políticas públicas con
enfoque de género, que vendrán a contribuir a la protección de migrantes
y específicamente de mujeres y niñas.
Los países deberían promover la estabilidad, la educación y las
oportunidades de empleo y reducir los impulsores de la migración forzosa,
permitiendo así a las personas elegir entre quedarse o emigrar.

La recopilación, análisis y uso de datos e información creíbles sobre, entre


otras cosas, datos demográficos, movimientos transfronterizos,
desplazamientos internos, diásporas, mercados laborales, tendencias
estacionales, educación y salud es esencial para crear políticas basadas en
hechos que sopesen los beneficios y riesgos de la migración.

La cooperación regional puede ayudar a minimizar las consecuencias


negativas de la migración y preservar su integridad. También puede
contribuir a los objetivos de desarrollo regionales y globales al mejorar el
capital humano a través del desarrollo sostenible y asegurar el crecimiento
económico a más largo plazo.

La migración tiene el potencial de traer resultados socioeconómicos


positivos tanto para la sociedad como para los migrantes. Para que los
países obtengan estos beneficios, sus políticas y prácticas deben promover
el bienestar socioeconómico de los migrantes y la sociedad, al tiempo que
se adhieren a las normas internacionales que respetan, protegen y cumplen
los derechos humanos de las personas dentro del territorio de un estado sin
discriminación basada en la nacionalidad, raza, género, religión o estado
migratorio.
MAPA CONCEPTUAL

CAUSAS DE LA
MIGRACIÓN

FALTA DE CAUSAS SOCIALES CAUSAS CAUSAS POLÍTICAS BAJA CALIDAD DE


ATENCIÓN A SALUD ECONÓMICAS VIDA

CONFLICTO SOCIAL QUE


GENERA LA MIGRACIÓN

PÉRDIDA DE LA RACISMO DISCRIMINACIÓN DESINTEGRACIÓN EXPLOTACIÓN


POBLACIÓN FAMILIAR LABORAL
ECONÓMICAMENTE
ACTIVA
CÓMO EVITAR ESTE
FENÓMENO Y GENERAR
UNA CULTURA DE PAZ

FORTALECIMIENTO DE
INTEGRACIÓN ORIENTACIÓN
POLÍTICAS

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