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" Año de la unidad, la paz y el desarrollo"

POLICÌA NACIONAL DEL PERÙ


ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO PROFESIONAL DE
LA PNP - TRUJILLO
III SEMESTRE ACADEMICO

TRABAJO INDIVIDUAL

CÒDIGO PENAL II

TEMA:

“ARTICULO 129 Ñ – ESCLAVITUD Y OTRAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN”

DOCENTE:

MAY. SPNP CORONEL FERNANDEZ Julio César

ESTUDIANTE PNP:

MUÑOZ RUIZ Wilmer Alexander N.º de orden: 15

TRUJILLO - PERÚ
2023
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN..........................................................................................3

II. DESARROLLO.............................................................................................4

2.1. ¿Qué es la esclavitud?........................................................................4

2.2. Esclavitud en el Perú...........................................................................4

2.3. ¿Qué es la explotación?......................................................................8

2.4. Trata de personas con el delito de explotación................................8

2.5. Artículo 129-Ñ del Código Penal: Esclavitud y otras formas de

explotación.....................................................................................................9

III. CONCLUSIONES....................................................................................11

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.......................................................11

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I. INTRODUCCIÓN
La esclavitud es una forma de sometimiento del hombre por el
hombre que se practicó desde la antigüedad y para vergüenza del
hombre, continúa en nuestros días bajo formas diversas.

En África, como en otros continentes, la esclavitud no era


desconocida antes de la llegada de los europeos. A diferencia de
Grecia antigua, por ejemplo, donde el esclavo era asimilado a la
categoría de "cosa", en este continente el esclavo poseía derechos
cívicos y derechos de propiedad, existiendo, además, múltiples
procedimientos de emancipación. Se distinguía generalmente entre
esclavos de casa y esclavos de guerra, aunque estos últimos
terminaban por formar parte de la primera categoría después de
cierto tiempo. En general, en África, el esclavo se integraba
rápidamente en la familia que lo poseía. En Kongo, por ejemplo, un
padre de familia llamaba a su esclavo mwana (el hijo, el niño). En
otros lugares de África, la situación no era tan favorable, pero la
estructura patriarcal y comunitaria impedía que el esclavo negro
fuese un bien en el sentido griego del término. Por otro lado, existían
etnias en las que el esclavo era desconocido, como entre los fang de
África ecuatorial.

Los europeos produjeron un giro en la historia de la esclavitud de


África, exportaron esclavos en cantidades alarmantes a regiones
desconocidas para los africanos y modificaron la concepción de
esclavitud asimilando directamente esclavo = cosa, con todo lo que
esta caracterización implica para la vida del hombre.

Es así que, conociendo ya un poco sobre el origen de la esclavitud,


debo mencionar que lamentablemente en nuestro país también se
dio una etapa en la que la esclavitud se encontró en un alto nivel, sin
embargo, con el pasar del tiempo todo esto fue disminuyendo, pero
lamentablemente aún se da este tipo de explotación, tal es así que
se encuentra regulada en el artículo 129 – N del Código Penal, que
es justamente de lo que trata la presente monografía.

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II. DESARROLLO
II.1. ¿Qué es la esclavitud?
La esclavitud es, en otras palabras, un fenómeno en el cual unas
personas están subordinadas a otras, convirtiéndose
prácticamente en mercancías que pueden comprarse y venderse.

Asimismo, cabe aclarar que la esclavitud no solo puede referirse


al fenómeno social descrito, sino al estado particular en el que se
encuentra una persona.

II.2. Esclavitud en el Perú


Los primeros esclavos negros que llegaron al Perú lo hicieron en
compañía de sus amos, generalmente personas muy acaudaladas
que poseían "piezas de ébano" como parte de sus propiedades
personales. A mediados del siglo XVI la ley tipificaba a los
esclavos negros como bienes semovientes.

Si se siguiera esta definición en estricto no se podría comprender


la enorme versatilidad de funciones que tuvieron los negros
durante la colonia, pues estaba por demás aceptado que los
negros eran seres humanos pero que habían sido creados para
servir.

Desde los primeros años de la conquista la población negra


aumentó rápidamente, y fueron desde un inicio enviados a las
plantaciones y haciendas costeras. También se pensó que
podrían servir en las minas de Potosí o Huancavelica, sin
embargo, su manutención era sumamente costosa si se
comparaba con lo económico que resultaba tener indígenas (cuyo
número era muy superior en los Andes).

Lima fue una de las ciudades con mayor cantidad de población


negra en el virreinato del Perú. Inclusive su número llegó hasta
equiparar e inclusive sobrepasar el número de españoles.

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Las actividades de los esclavos fueron variopintas. El común de
negros se dedicó a la peluquería, arreglar los dientes, braceros en
las haciendas, artesanos, etc. Sin embargo, hubo muchos que
tuvieron la suerte de conseguir su libertad pues tuvieron una
relación amical con el amo.

La manumisión usualmente la dejaban los amos en el testamento


o en su defecto les legaban la casa en la que habían residido.
Otros no tenían la misma suerte y se encontraban a merced de
los caporales y su condición no cambiaba en toda su vida. No
faltaban los amos explotadores que prostituían a sus esclavas a
cambio de unas cuantas monedas. Sin embargo, el esclavo pasó
más por "la indiferencia y monotonía que por el dolor o la
angustia". Algunos no soportaron su condición y se escapaban a
lugares poco accesibles para vivir al margen de la ley.

Los palenques fueron pequeños pueblitos donde vivían los negros


cimarrones o huidizos ubicados principalmente en páramos de
Cieneguilla, Huaura o Caraballo. De estos lugares sólo salían a
asaltar a los transeúntes o a trabajar como mano de obra
asalariada. Los esclavos se agrupaban en cofradías bajo la
advocación de algún santo o virgen. Su día de reunión eran los
domingos y en él se discutían los principales asuntos de la junta,
especialmente lo relacionado a la procesión de su patrón.

En estas reuniones celebraban fiestas que fueron calificadas


como licenciosas por lo frenético de los bailes, tan disímiles a los
de los españoles.

No debemos olvidar que la discriminación jurídica contra los


negros no era solamente por razones de esclavitud sino también
de raza: un negro libre seguía siendo un negro no sólo en la
consciencia de la gente sino también en cuanto a su tratamiento
jurídico. Es así como encontramos normas ofensivas a la dignidad
del ser humano que se aplican a los negros por ser tales,
independientemente de la esclavitud.

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Por ejemplo, las negras, aunque fueran libres, no podían trae oro,
ni perlas ni manto en su vestimenta.

Esta norma legal muestra que los negros habían logrado ya


situaciones económicas bastante prósperas; pero muestra
también la magnitud del prejuicio racial. Juan Antonio Suardo
cuenta en su Diario que el 28 de Julio de 1629, en Lima, “la
justicia prendió dos mulatas, porque traían unas sayas de seda
azul muy cuaxadas de pasamanos de oro y habiéndose dado
cuenta de esta prisión al señor Conde, dicen que mandó su
Excelencia que se haga ejemplar castigo de exceso y
desvergüenza, pero con mucho favor dieron las sayas por
perdidas y pagaron cincuenta pesos de pena”.

Veremos que, a pesar de la Constitución de 1812 y a pesar


incluso de la Independencia del Perú, la población de origen
africano tendrá que esperar todavía muchos años para vivir como
los demás peruanos.

San Martín y la abolición de la esclavitud

Los aires de independencia nacional llegan al Perú en el S. XIX y


con ellos se difunden los ideales liberales.

Dentro de este horizonte, las opiniones de los contemporáneos


sobre la esclavitud no pueden tampoco ser categóricas. El espíritu
de libertad que anima la gesta emancipadora crea definitivamente
en las consciencias una incomodidad respecto de la esclavitud.
Pero, de otro lado, esa libertad que lleva a la emancipación frente
a España es entendida más como un anhelo nacional que
individual. Además, el nuevo Estado tiene que enfrentarse con los
peligros de un desmoronamiento general de su sistema productivo
y social.

San Martín se encuentra frente a un verdadero dilema. Considera


que abolir la esclavitud es “el más santo de todos los deberes”.
Sus palabras, que constan en los Considerándoos del Decreto de

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12 de agosto de 1821, son muy fuertes contra la esclavitud: “los
hombres han comprado a los hombres dice- y no se han
avergonzado de degradar a la familia a la que pertenecen,
vendiéndose unos a otros”. Pero, al mismo tiempo, reconoce la
crisis que se puede producir en la agricultura y “el interés de los
propietarios” por lo que, dice, “no se puede atacar de un golpe
este antiguo abuso” sino que hay que buscar una solución
“conciliando por ahora el interés de los hacendados con el voto de
la razón y la naturaleza”.

Acorde con esta perspectiva, San Martín encuentra una fórmula


salomónica: decreta lo que se denominó la libertad de vientres, es
decir, la regla de que nadie nace esclavo en el Perú a partir de la
Independencia. En esta forma, los actuales esclavos permanecen
como tales, pero la siguiente generación ya no será esclava. Así,
dice el mismo San Martín, una institución que ha durado tanto
tiempo no será terminada en un solo acto, lo que podría ser
perjudicial, sino que se dejará que “el tiempo mismo que la ha
sancionado la destruya”.

Sin embargo, las presiones de los propietarios de esclavos van a


ser muy grandes y las dudas y vacilaciones, marchas y
contramarchas de la legislación en esta materia van a ser
patéticas.

En noviembre de ese año, San Martín amplía los alcances


abolicionistas declarando libres incluso a los esclavos actuales si
habían pertenecido a españoles emigrados y, por consiguiente, ya
no tenían un amo presente. Pero el mismo día expide otro
Decreto por el que los hijos de esclavos nacidos ya libres en virtud
de su Bando anterior, quedan sujetos a un patronazgo a cargo del
amo de la madre hasta que cumplan 20 años las mujeres y 24 los
hombres. En esta forma, los efectos de la abolición quedaban
postergados por cerca de 25 años.

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Empero, las leyes de San Martín no habían previsto otra forma de
perpetuar la esclavitud en el Perú que también debía ser
legalmente cerrada: la importación de esclavos nacidos en otros
países.

Por eso, en 1823, la primera Constitución del Perú independiente


proclama en su artículo 11 que nadie nace esclavo en el Perú –
retomando la fórmula de San Martín- pero agrega que nadie
puede entrar al Perú en esa condición, prohibiéndose el comercio
de negros.

Al parecer, los propietarios de esclavos logran hacer mayor


presión en los años siguientes porque la Constitución de 1826 no
repite esa norma; y debe tenerse en cuenta que, un año antes, se
había expedido un Reglamento Interior de las Haciendas de la
Costa, en cuya redacción habían participado importantes e
influyentes propietarios de haciendas, en el que, bajo la forma de
establecer medidas humanitarias para el trabajo de los negros, se
reconoce plenamente la legitimidad de la esclavitud.

En cambio, la Constitución de 1828 repone la norma en su


artículo 152 e incluso sanciona a los traficantes de esclavos con la
pérdida de la nacionalidad, limitando esta sanción solamente al
tráfico exterior ya que la venta de los esclavos todavía existentes
seguía siendo válida dentro del Perú.

II.3. ¿Qué es la explotación?


Es el acto de aprovecharse injustamente de otro para su propio
beneficio, como puede ser la explotación sexual, servicios o
trabajos forzosos, esclavitud o prácticas similares a la esclavitud,
inducción a la realización de actividades delictivas, servidumbre o
venta de órganos.

II.4. Trata de personas con el delito de explotación


El injusto particular de la trata de personas yace en su elemento
de tendencia interna trascendente. Esto es, en la finalidad de
explotación. El delito de trata de personas es independiente de la

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explotación, en la medida en que esta no debe acontecer para su
consumación. Sin embargo, esto no quiere decir que la trata de
personas y la explotación sean delitos no relacionados; por el
contrario, constituyen dos fenómenos estrechamente vinculados y
son un producto del “recorte” de dos momentos de una misma
realidad criminal. Con base en ello podríamos afirmar que,
mientras la trata pone en peligro el bien jurídico “dignidad
humana-no cosificación”, los delitos de explotación lesionan dicho
bien jurídico.

De lo antes dicho se desprende que son los fines los que dotan a
la trata de personas de su alta lesividad, por lo que las formas de
explotación a la que se refiere el artículo 129-A comparten
características cualitativas comunes en torno al daño producido a
la dignidad humana-no cosificación. Es decir, los fines de la trata
de personas no constituyen cualquier forma de cosificación, sino
formas severas y extremas. Esto es, formas modernas o
contemporáneas de esclavitud (Rodríguez y Montoya, 2021).

II.5. Artículo 129-Ñ del Código Penal: Esclavitud y otras formas de


explotación
Es aquel estado o condición -de iure o, sobre todo, de facto- bajo
la cual una persona ejerce sobre otra un control efectivo y,
prácticamente, absoluto sobre otra, de tal manera que se puede
ejercer sobre ella algunos de los atributos del derecho de la
propiedad (Rodríguez y Montoya, 2021). En la actualidad, lo más
común es que esta condición sea de facto y que, como estableció
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se manifieste en
la posesión absoluta -atributo del derecho de propiedad- del
esclavista sobre su víctima (2016, fundamento 271), lo cual suele
estar acompañada de la privación prolongada de la libertad de la
víctima (Gallo, 2020). De esta manera, no se requiere alguna
titularidad formal de ese derecho a la propiedad, sino
manifestaciones fácticas que den cuenta del nivel de poder que
ejerce una persona sobre otra y que este control anule la

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autonomía y personalidad de la víctima en un nivel prácticamente
absoluto.

El que obliga a una persona a trabajar en condiciones de


esclavitud o servidumbre, o la reduce o mantiene en dichas
condiciones, con excepción de los supuestos del delito de
explotación sexual, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de diez ni mayor de quince años.

Si el agente comete el delito mediante engaño, manipulación u


otro condicionamiento, se aplicará la misma pena del primer
párrafo.

El consentimiento brindado por el niño, niña o adolescente carece


de efectos jurídicos.

La pena privativa de libertad es no menor de quince años ni


mayor de veinte años, cuando:

1. La víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años


de edad.
2. El agente comete el delito en el marco de las actividades
de una persona jurídica o en el contexto de cualquier
actividad económica.
3. Si el agente tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia
por cualquier motivo, o mantiene con ella un vínculo de
superioridad, autoridad, poder u otro que la impulse a
depositar su confianza en él.

La pena privativa de libertad es no menor de veinte ni mayor de


veinticinco años, cuando:

1. El agente es familiar de la víctima hasta el cuarto grado de


consanguinidad o segundo de afinidad.
2. La explotación es un medio de subsistencia del agente.
3. Existe pluralidad de víctimas.
4. La víctima tiene discapacidad, es menor de catorce años
de edad, adulta mayor, padece de enfermedad grave,

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pertenece a un pueblo indígena, es trabajador migrante o
presenta cualquier situación de vulnerabilidad.
5. Se produzca lesión grave o se ponga en peligro inminente
la vida o la salud de la víctima.
6. Se derive de una situación de trata de personas.

Si se produce la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad


es no menor de veinticinco ni mayor de treinta años.

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III. CONCLUSIONES
Cada ser humano es una persona libre, sea hombre, mujer, niña o
niño, y está destinado a existir para alcanzar el bien de todos en
igualdad y fraternidad. Toda relación que no respete la convicción
fundamental de que todas las personas, sin importar su sexo ni
edad, son iguales y que no reconozca que gozan de la misma
libertad y dignidad constituye un delito grave de lesa humanidad.

La esclavitud fue la forma más sencilla de obtener mano de obra


gratuita. Hoy, aún subsiste (disfrazada) en algunas zonas del
planeta. Su origen es muy antiguo. En la Era Moderna se la identificó
con la esclavitud de los africanos.

Actualmente, en nuestro Código Penal se encuentra tipificado el


delito de esclavitud y otras formas de explotación, la pena que se
impondrá será de acuerdo a la gravedad y el daño que se le esté
causando a la víctima.

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Gallo P. (2020). Entre la esclavitud y la explotación laboral: breve
comentario al caso Nicollini. En Gaceta Penal & Procesal Penal,
N.°135, setiembre de 2020, pp. 85-94.

Rodríguez, J. y Montoya, Y. (2020). Lecciones sobre el delito de


trata de personas y otras formas de explotación. Lima:
OIT/CICAJ-PUCP/Comisión de Justicia del Poder Judicial.

Valverde, A. (2019). Trata de Seres Humanos con fines de


Explotación Laboral. En Revista de la Facultad de Derecho UAC,
Año 3, N.°5, pp.119-137.

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