LAS SIN

SOMBRERO
Alejandro y Pau
 Rosa Chacel Biografia

Rosa Chacel (1898-1994) nació en una familia liberal,

creció en un ambiente que le permitió desarrollar
una personalidad de gran independencia, amplia
cultura literaria y una autonomía de pensamiento
poco frecuentes. En 1915 pasó a matricularse en la
Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando
con la finalidad de estudiar escultura. Se casó en
1921 con el pintor Timoteo Pérez Rubio, con quien
tuvo a su único hijo, Carlos.
 Concha Méndez Biografia

Concha Méndez (1898-1986), la mayor de once

hermanos.​ De familia rica, recibió educación en un
colegio francés, lo que se percibe quizá en sus
primeros versos. Aficionada a los deportes, destacó
en la gimnasia y la natación, en este último fue
campeona. Independizada de la casa paterna a
principios de 1929, inició un viaje que la llevó desde
Londres, a Montevideo y Buenos Aires. Regresó a
España donde se caso con Manuel Altolaguirre, al
1931.
María Teresa León Biografia

María Teresa León (1903-1988), su infancia transcurrió

entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad a la que se
sintió fuertemente ligada. Se educó en un ambiente culto
e ilustrado, que la marcó y definió durante el resto de su
vida. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se
licenció en Filosofía y Letras. Contrajo matrimonio
siendo muy joven, más tarde conoció a Rafael Alberti y
se estableció con él en Mallorca. En 1932, tras la
sentencia de divorcio, se casaron por lo civil.
 Origen del nombre

Un día, en el Madrid de los años 20, estaban paseando por la Puerta del
Sol quitándose el sombrero. Esta actitud transgresora pretendía romper la
norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza,
liberar las ideas y las inquietudes. En plena dictadura de Miguel Primo de
Rivera, en una España todavía cerrada y de espaldas al mundo, este gesto,
quitarse el sombrero, las convirtió en rebeldes. Para ellas, prescindir del
sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por tanto, no
conformarse con el papel de esposas y madres.
 Rosa Chacel
Trayectoria

La obra de Rosa Chacel se basó en un lenguaje sencillo. La mayoría

de sus personajes fueron construidos dentro de una elaborada
psicología, ambientados en lo popular, y con rasgos abstractos e
imprecisos. Destacó también en su estilo la capacidad de describir de
manera minuciosa y hermosa cada acontecimiento, así como la forma
de hablar detalladamente de las peculiaridades de los paisajes y las
acciones de sus personajes. Su obra más característica fué Ida y
vuelta (1930).
 Concha Méndez Trayectoria

Primera etapa
La primera etapa está constituida por tres libros: Inquietudes,
Surtidor y Canciones de mar y tierra, se carcterizan por la
incorporación al verso de todo aquello que en los años veinte
representaba la modernidad: el deporte, el cine, los automóviles.
Segunda etapa
Tiene una voz más depurada y personal, menos colorista y lúdica,
mostrada en Vida a vida. Su madurez vital choca con su entorno.
Continúa el tono autobiográfico en Niño y sombras, que es una elegía
a un niño, su primer hijo, que no llegó a nacer.
Tercera etapa
En 1967 reedita, en una edición ampliada, Villancicos, son ochenta y
cinco poemas breves, inmersos en la tradición popular de Arte menor
con recursos estilísticos muy sencillos.
María Teresa León Trayectoria
Producción literaria antes del exilio
Destacamos Huelga en el puerto publicada en la revista Octubre, y que desprende
conocimientos e influencias sobre los movimientos teatrales que se estaban dando en
Europa, fruto del viaje que León y Rafael Alberti hicieron en 1932.
Producción literaria durante el exilio
Durante su exilio en Argentina, la autora publica y escribe la mayor parte de su obra
literaria, cultivando diversos géneros distintos: colecciones de cuentos, novelas,
biografías noveladas, ensayos y una obra de teatro. En cuanto a su producción
novelística, destacamos las novelas Contra viento y marea y Juego limpio, ambas
ambientadas en el periodo de la guerra civil española, donde la autora mezcla ficción
con elementos y paisajes autobiográficos.
Producción literaria después del exilio
María Teresa León y Rafael Alberti regresan a España en 1977. Un año más tarde, se
publica en Madrid la última biografía novelada de la autora, Cervantes, el soldado que
nos enseñó a hablar, donde la autora conjuga los datos históricos con la recreación e
invención.
 Rosa Chacel
Tu nariz pensativa sostiene la balanza
de tus hombros,
tan breve el balanceo quedaron en el
fiel diestra y siniestra.
Dentro está el péndulo
dispuesto a señalar con su parada el
perfecto equilibrio,
dispuesto a detenerse en el instante
en que comienza lo que no termina.

Tu nariz pensativa, meditativa y

contempladora
de ti mismo,
de su último aliento se despide.
¡En él tu juventud, épico aroma!
 Concha Méndez
Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…

Y al igual que en el gesto buscar en la mentira

diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.

Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,

los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final… el lavarse tan tranquilos las manos.
 ¡Calla, mi bien! No grites, no llores,
no tengas miedo de la noche oscura,

María Teresa León

no te agarres a mí con los temblores
del que ha visto un león en la espesura
y le asustan los ojos brilladores.
Y a soñar con los ángeles de oro
Cantar de la luna vacía
¡duerme, duerme, mi niño!
Teniendo el corazón hecho ternura
en las estrofas pasa más dulzura
¡canción de cuna que rimó el cariño!

La voz ya no resuena
calmando los temores
del hijo ¡esa es su pena!
que al cielo sus amores
Dios se llevó esta nochebuena.
Ya no calma en la noche tenebrosa
del hijito el pavor
que del rosal florecido, la rosa,
se llevó el segador.
La guadaña implacable que siega
lo mismo el bien que el mal
no ha visto que al cortar el capullo
agostaba el rosal.